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-Gracias –dijo Draco girando el rostro para verlo- no me había dado cuenta de cuánto necesitaba esto.
-Por nada –respondio sonriendo para después ponerse un poco serio- oye Koby ¿Por qué no usas magia?
Draco volvió la vista al cielo manteniendo su rostro sereno, permaneció en silencio unos largos minutos, tanto así que Harry pensó que volvería a ignorar su pregunta como cada vez, pero entonces sin despegar la vista de las nubes blancas comenzó a decir:
-Porque no puedo.
-¿Cómo?
-No puedo –repito mirándolo un instante con una débil sonrisa- soy un squib.
-¿Cómo que no puedes?
Draco ya había regresado la vista al cielo y exhalaba un profundo suspiro.
-Fue hace seis años… -Harry lo miraba a pesar de que Draco miraba el cielo mientras hablaba- alguien me lanzó una maldición.
-¿Por qué? –pregunto sorprendido.
Draco meditó un poco sobre como contestar sin dar demasiada información, no quería meter a Archie en un asunto tan peligroso.
-Hay personas que desean algo.
-¿Qué cosa?
-Algo que no vale la pena mencionar y para presionar a mis padres a hablar me lanzaron esta maldición, desapareció mi magia convirtiéndome en un squib y si acaso mi organismo llega a producir un leve destello de ella, se convierte en una enfermedad autoinmune… mi propia magia ataca mi cuerpo; mi pierna no fue un accidente de auto, es un efecto colateral de la maldición -Harry quedó boquiabierto al escuchar aquello pues fue algo que nunca imaginó, el alcance de los mortífagos era terrible- así es que, querido Archie ¿aun quieres estar con un mago venido a menos que no puede hacer ni siquiera un Expelliarmus? –preguntó sonriente mirándolo.
Por toda respuesta Harry se recargó en un codo y le acaricio una mejilla para después inclinarse y besarlo; y así estuvieron por un rato, besándose y dándose algunas caricias hasta que Harry se separó para tomarle un mechón de cabello.
-Me encantas caramelito, así seas un squib, un muggle o lo que sea -Draco sonrió por la respuesta mirando aquellos ojos color miel- y me encanta también este cabello negro… pero también me gusta tu cabello rubio ¿Cuándo volveré a verte así?
-Pasará mucho tiempo antes de que vuelva a mi color natural de cabello.
-¿Por qué?
-Porque sí.
-¿Te ocultas de alguien Koby? ¿De esas personas que te lanzaron la maldición?
-Nah… no vale la pena hablar de eso –dijo haciendo una mueca despectiva con la mano- algún día me iré de aquí y nunca regresaré -Oírlo hablar así le causaba estrés a Harry, pues para comenzar Draco no sabía que ya había sido localizado y no había nada más lejos de dejarlo en paz, eso y el deseo de alejarse de ahí dejaban a Harry con tremendo desasosiego- Cuándo tenga lo suficiente, no solo pondré mi estudio, también buscaré tratamiento médico, espero algún día volver a ser un mago.
-¿Y por qué no haces eso primero? El daño a tu pierna está evolucionando ¿no?
-No puedo, él me encontraría.
-¿El? ¿De quién hablas?
-No importa –respondió sabiendo que estaba hablando de más, pero Harry no iba a dejar el asunto habiendo avanzado tanto en cinco minutos de lo que había avanzado en semanas.
-Bueno, quien sea esa persona si te está amenazando deberías ir con las autoridades.
Draco estalló en una carcajada que lo sorprendió.
-No puedo hacer eso.
-¿Por qué?
-Sería ir a meterme a la boca del lobo.
-¿Pero porqué si no estás acusado de nada?
-Eres algo lento ¿no?... no puedo ir porque él está ahí.
-¿Quién Draco?
-Ya te dije que no me llames así.
-Sí, si perdón, pero aquí nadie nos oye ¿acaso no extrañas tu nombre?
Decir que no hubiese sido mentir a las claras, pero oír su nombre le recordaba quien ya no era y eso le dolía.
-Ya llegará el momento.
-Es verdad… bueno, estábamos en que me ibas a decir quien fue la persona que te hechizó.
-¿Yo iba a decirte eso?
-Sí.
-No lo creo, si lo hago tendría que matarte –respondio riendo.
Harry quería sacudirlo de las solapas pues parecía que todo era un juego para Draco.
-Pero…
-No tiene caso Archie ¿para qué quieres saber, vas a arrestarlo?
-Sí fuera auror si, pero haría falta tu testimonio.
-Mi testimonio vale cinco centímetros de verga, soy escoria para la sociedad mágica… y para la muggle también- añadió encogiéndose de hombros mientras soplaba una brizna de pasto.
-Pues para mí no, para mí vales mucho –dijo acariciándole una mejilla.
Draco sonrió y le dio un beso.
-Gracias, pero no insistas en ello.
-¿Por qué no? ¿Qué tan poderoso puede ser?
Draco comenzó a reír de nuevo y luego dijo:
-Ni te imaginas.
-¿Por qué?
-Le quitó todo a mis padres, su dinero, sus empresas… nos dejó en la ruina, solo con Malfoy Manor sobre nuestras cabezas -Harry estaba estupefacto, sin embargo se recompuso- así que imagina a alguien con gran posición y una fortuna en el bolsillo.
-¿Y quién es, lo conozco?
-¿Y porqué habrías de conocerlo si hace años no vas a mundo mágico? ¡Espabílate Archie! –respondio riendo.
Harry reprimió un grito de frustración y decidió no presionar más por el momento.
-Oye Draco… y ni me mires así, voy a llamarte por tu nombre cuando estemos solos.
-En el hotel no, solo en casos como este.
-De acuerdo, por cierto, ya que estamos hablando de cosas del pasado, leí que tus padres murieron.
-¿Y?
-Yo voy a visitar la tumba de los míos cada que puedo ¿tú has ido a ver a los tuyos?
Esa pregunta era demasiado dolorosa y a pesar del tiempo aun no se sentía capaz de enfrentar eso.
-No.
-Cuándo lo hagas, si quieres puedo acompañarte.
-Ya es tarde ¿nos vamos? Debo trabajar –respondió levantándose para pesar de Harry.
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Esa noche mientras mamaba el pene de un hombre que permanecía jadeando acostado en su cama, su mente no dejaba de darle vueltas a lo que había pasado con Harry esa tarde, realmente se la había pasado muy bien como hacia mucho no lo hacía, pero no solo era eso lo que le tenía distraído, era lo último que habían platicado.
-¡Ah! –jadeó el hombre mientras se corría, para luego permanecer desmadejado en la cama en tanto Draco se levantaba- La mamas tan rico… la estúpida de mi esposa no sabe ni hacer eso.
-Para eso estoy yo bebé, ven cuando quieras.
El tipo se quitó el preservativo, se limpió y se fue, solo entonces Draco llamó a Conall.
-Estoy bien Conall, fue el último, ya terminé por hoy.
-De acuerdo.
Eran las 6:00 de la mañana y comenzó su rutina de siempre, quitó la ropa de cama, desinfectó el baño y tomó una ducha, pero esta vez en lugar de dormir cuando estuvo acostado, su cabeza seguía sin darle tregua.
-Mierda… -masculló dándose vuelta por décima vez.
Y es que aunque no olvidaba a sus padres, el pensar en que estaban en el salón principal de Malfoy Manor, podridos o momificados en el mejor de los casos, era algo en lo que no había pensado hacía mucho.
-Mamá –pensó en la semioscuridad de su cuarto negándose a pensar en su bello rostro como algo convertido en despojos.
No, sus padres merecían una tumba y solo él podía dárselas, estaban en Malfoy Manor si, pero no en el mausoleo familiar, sin embargo regresar a ese lugar era algo que se había jurado a sí mismo no hacer, al fin y al cabo nadie podía entrar en la mansión a buscar el horrocrux así la rodeara un ejército de los mejores magos, aunado a su cero deseo de entrar en ella.
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-Ron…
-Lo sé Harry –respondio al ver a su amigo entrar después de haber dejado a Draco en el hotel preparándose para salir a trabajar- ¡Hay un traidor!... bueno, no es como si no lo sospecháramos pero esto lo confirma.
-¿Qué vamos a hacer? ¡No podemos ir con esta información!
-Lo sé, lo sé –dijo mesándose la roja cabellera- si esto es verdad no podemos confiar en nadie.
-Ni en el jefe –exclamó tomando una silla y sentándose frente a Ron- si hay un traidor, seguramente hay un círculo alrededor de él.
-Alguien poderoso y con dinero, puede ser cualquiera de la alta sociedad mágica, con razón el ministro hacía mucho énfasis en la discreción.
-Sí.
-Pero de igual forma esta información es muy importante, debemos compartirla con alguien.
-¿Y si el traidor se entera donde está Draco? ¿O si está a punto de decirnos su nombre?... ¡Lo pondríamos en peligro!
-¿Y quién te dice que no lo sabe ya?
Harry se le quedó mirando unos segundos para después pasar sus dedos por entre su cabello.
-Mierda, es cierto.
-No sabemos quién es Harry y precisamente por eso necesitamos ayuda para saber quién es, necesitamos que alguien investigue los negocios de Lucius Malfoy, que pasó con sus empresas, tal vez con ese rastreo lleguemos al culpable.
-Sí, sí, es verdad.
-Harry, estas dejándote sobrepasar, tus sentimientos y emociones están afectando tu objetividad.
Harry no respondio, sabía que Ron tenía razón, que su corazón estaba afectando su cerebro.
-Sí, debo concentrarme.
-Por lo pronto no enviaré esta información al cuartel, hay que pensar el siguiente paso.
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-Vaya, tu cuarto está más ordenado que la ultima vez que estuve aqui–dijo Draco cerrando tras de sí la puerta.
-Hice la limpieza antes, me dio vergüenza que vieras todo mi reguero, ponte cómodo –respondio Harry sacando un tablero de ajedrez mágico.
-¿Ajedrez mágico? –exclamó con un gesto de decepción.
-Sí ¿no te gusta?
-Realmente no mucho.
-Tengo una baraja de snap explosivo.
-Qué gracioso –respondio con una mirada gélida- sabes que necesito una varita para jugar y no puedo usar una.
Y ciertamente Harry no lo había olvidado, simplemente que su intención era poner nostálgico a Draco lo más posible, que deseara regresar al mundo mágico, que deseara buscar tratamiento para su pierna y para hacer eso, debía regresar a Malfoy Manor y decirle el nombre del traidor.
-No es mi intención hacerte sentir mal –dijo dejando el tablero en la mesa y rodeándole la cintura- es solo que pasemos un buen rato.
-Hay otros modos de pasar buenos ratos –respondio pasándole los brazos por el cuello y acercando sus labios.
Comenzaron a besarse hasta caer en medio de risas en la cama, en donde los besos continuaron hasta hacerse más intensos; Harry estaba embebido en esa suave y fragante piel, deseando probar mas allá de su cuello, pasando sus labios por su clavícula sintiendo al mismo tiempo que su sexo se endurecía.
Y Draco no se quedaba atrás, deseaba también probar algo más que los besos de Archie, por lo que puso su mano en el endurecido pene del chico castaño.
-Espera, espera… -jadeó Harry separándose y quitándole la mano.
-¿Qué pasa?
-Qué… que acabo de recordar un encargo de Birdie.
-¿Un encargo de Birdie? –repitió extrañado viéndolo levantarse y alisarse el cabello.
-¡Sí, mierda no lo recordaba!
-¿Y vas a hacerlo justo ahora? –pregunto sentándose.
-Puso mucho énfasis en que le urgía.
-¿Y qué es eso tan urgente?
-Luego te cuento, nos vemos luego –respondio dándole un beso rápido en los labios y saliendo de ahí.
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-¡Demonios, demonios! –masculló bajando las escaleras sintiendo incomodidad por la frustrada erección.
Caminó hasta el edificio de enfrente y entró a la sex shop para encontrarse con Ron.
-Caramba amigo –dijo Ron al verlo entrar con el ceño fruncido.
-No digas una palabra Ron –respondio yendo directamente a tomar un vaso de agua.
-Pero si yo no iba a decir nada… bueno, la verdad si, por un momento pensé que tendría que quitarme los audífonos para no oír cosas que no –dijo riendo, risa que menguó al ver a Harry desplomarse en el sofá- ¿Qué pasa?
-¿Y aun lo preguntas?... estuvimos a punto de ir mas allá de besos.
-Algo intuí cuando dejaron de hablar -Harry exhaló un profundo suspiro y dejó caer la cabeza hacia atrás, en el respaldo del sillón mientras cerraba los ojos -No quieres pasar el limite.
-Exacto, pero no es solo eso.
-¿Qué es? –pregunto yendo a sentarse en el otro sofá.
-¿Quería hacerlo?... por supuesto Ron, obviamente quería tener sexo con él –dijo mirándolo- ¿pero sabes cuál es el problema aparte del claro abuso de confianza que estaría haciendo?... que lo estaría haciendo con Archie Stone, no conmigo.
-Ya veo.
-Sí algún día llegamos a hacer el amor, no quiero que lo haga con Archie Stone, sino con Harry Potter ¿entiendes?
-Claro que entiendo.
-Debo apresurarme –exclamó levantándose y comenzando a caminar por el pequeño espacio de la sala- debo terminar con esta estúpida misión cuanto antes para que él pueda ver quien soy realmente.
-¿Y crees que cuando eso suceda, él va a seguir queriendo estar contigo?
-Claro que no, de seguro me odiará pero… pero yo debo convencerlo de que no había otra opción.
-Ni yo te querría Harry –dijo cruzándose de brazos viendo a su amigo mirarlo con angustia- me pongo en el lugar de Malfoy y francamente solo desearía desaparecer de este mundo.
-No me tortures mas Ron –respondio desplomándose nuevamente en el sofá con actitud derrotada- de por si me siento una mierda al intentar hacerlo añorar su vida de mago, bueno pero hablemos de lo que haremos respecto a la información que nos dio.
-Sí, mira he pensado mucho en eso y aunque no sabemos quienes pueden ser los infiltrados, sé de uno que no lo es.
-¿Quién?
-Percy.
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