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Malfoy Manor por Orseth

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El día siguiente era Lunes, por lo ambos estudios cerraban, así que Draco andaba en pantuflas y pijama siendo ya las once de la mañana.

-Buen día corazón –saludó Evie subiendo por las escaleras después de que Nana le abriera la puerta.

-¿Qué no tienes familia? –respondió tomando su taza de leche y agregándole café en tanto se sentaba en la silla revista en mano.

-Mamá quiso llevar a Debbie a una reunión con sus amigos- Draco no respondio, solo probó una cucharada de su café para constatar el dulzor- ¡Oh vamos, no seas así y cuéntame ya! –exclamó sentándose en la otra silla frente a él.

-¿Contarte qué?... ¿de tus patéticos intentos de Celestina?

-Patéticos o no, siempre funcionan ¿funcionaron contigo? –pregunto al tiempo que se servía café en una taza.

-No –respondio sin despegar la vista de su revista al tiempo que daba un sorbo  a su  taza- y menos con el buen Armin ahí.

La sonrisa se Evie desapareció dando paso a una de sorpresa y extrañeza.

-¿Armin llegó?... ¡pero…!

-Lo que fuese que hicieron –interrumpió mientras tomaba un panquecito de nueces y le daba un mordisco- lo hicieron mal.

-¡Fue ese torpe de Bruno! ¿¡Pero cómo es posible?!

-A saber –se alzó de hombros- pero llegó   ahí a los pocos minutos de que ustedes se fueran.

-Oh mierda… -masculló con desconsuelo- ¿entonces no tuvieron chance de hablar?

-¿Y cómo de qué?

-No seas tan mierda, cabeza de pito… -exclamó tumbándose en la mesa con aire dramático.

-Pues no mereces nada después de esa emboscada –dijo al fin mirándola- odio esas citas tuyas preparadas ¿recuerdas cuando me hiciste lo mismo con el tipo del supermercado?

-John era un buen chico y te traía ganas.

-Eso no lo niego, estoy bueno, cualquiera me tiene ganas ¡Pero ese tipo era raro!

-¿Por qué?

-En cuanto nos dejaste solos, comenzó a insistirme en llevarme a su casa a mostrarme su criadero de cucarachas de Madagascar.

-Bueno, no dudo que quisiera mostrarte el cucarachón.

-Aun me dan escalofríos de solo recordarlo –dijo sacudiendo el cuerpo y cerrando los ojos con horror.

Después de comer un panquecito también, Evie suspiró para después decir:

-Entonces solo hay que planear otra cita, pero debo hablar con Bruno sobre…

-No –interrumpió entonces.

-¿Qué?... ¿es en serio, vas a darte por vencido?

Draco bajó su revista y la miró en silencio unos segundos antes de dejar su revista en la mesa al tiempo que subía un pie a su silla.

-No mereces que te cuente pero lo haré.

-¡Sí!

-Los vi muy… mmm no sé ¿compenetrados? –dijo como preguntándoselo  a sí mismo- hablaban tomándose de la mano, Harry platicaba con él con la sonrisa a flor de labios… -conforme hablaba, la sonrisa de Evie iba desapareciendo- terminé de comprender que él había pasado de  mí y que se estaba dando la oportunidad de estar con alguien más, lo cual esta bien…

-Pero…

-Shhh…. Así que harto de ver su mundillo lleno de azúcar, decidí irme de ahí; me fui al baño y activé mi modo ”Drama Queen” y decidí hacerme a un lado y dejarlos vivir su vida, total, Potter anduvo detrás de mi mucho tiempo y yo no le hice caso, lo justo es que el hombre hiciera su vida ¿no? así que mordiéndome un huevo renuncié a él; salí del baño y regresé a su mesa para despedirme, pero fue Harry quien quiso ir al baño esta vez, ni tiempo me dio de decir nada, así que aproveché para tomar un último trago y entonces pasó algo…

-¿Qué cosa? –pregunto ansiosa viéndolo quedarse a medio relato.

-No lo vas a creer.

-¡Ay cuéntame ya!

-¡La muy puta me dijo que no me acercara a su hombre!

-¿¡Qué?! –exclamó con las manos en la boca y con la actitud de escuchar el chisme mas delicioso del mundo.

-¡Sí!

-¿Eso dijo? ¡Ya sabes que quiero las palabras exactas!

-Obvio  no dijo eso claramente, solo dijo mierdas como que Harry acababa de salir de una relación tormentosa con ínfulas de saber todo de la vida de Potter ¿te das cuenta? ¡Ni siquiera es mago y cree saber todo de la vida del estúpido niño que vivió!

-¿Y luego?

-Me dijo que le costó mucho romper ese caparazón, dándome a entender que él era muy especial para Harry y que estaba muy tranquilo y feliz con él, así que no necesitaba nada más.

-¿¡Eso dijo?! –exclamó poniéndose las manos en las mejillas.

-Sí… el muy estúpido –respondio zampándose otro panquecito.

-¿Y qué hiciste entonces?

-¿Qué más podía hacer?... desactivar mi modo “Drama Queen” –dijo olvidando sus buenos modales y  hablando con la boca llena.

-¿Y entonces? –preguntó emocionada inclinándose en la mesa dando la impresión de treparse sobre ella en cualquier momento.

-Pues lo encaré, le pregunté claramente si estaba diciéndome que me alejara de su hombre.

-¿Y qué te dijo?

-Nada, pero no me hizo falta su respuesta, me largué de ahí sin esperar a Harry.

-¿Y qué vas a hacer? –Preguntó sonriendo- ¿dejarás que te gane?

-Perra ¿alguien me ha ganado acaso? –preguntó con aires de indignación agitando el dedo índice.

Evie ya no resistió y estalló en carcajadas al ver la tremenda embarrada de mierda que había hecho Armin sobre sí mismo.

-¿Y cuál es el plan?

-No sé –dijo tomando un sorbo de café- ya lo iré viendo sobre la marcha.

-Tendrás que irme contando.

 

 

_______________

 

-Viveka, si Harry viene a dejarme lo que le pedí, déjalo pasar hasta el almacén –dijo Draco días después.

-Ok jefe.

Pasaron un par de horas en los que hizo algunas perforaciones, entonces a lo lejos vio salir a Harry de su tienda con una caja en las manos, así que se levantó y se metió en una habitación que fungía como almacén; se subió a una pequeña escalera y comenzó a acomodar algunas cosas de un estante, estuvo así unos minutos hasta que se abrió la puerta.

-Hola –saludó Harry con una caja en la mano.

-Hola, pasa… ahora bajo, solo acabó de acomodar esto- Harry entró y cerró la puerta, puso la caja en una mesa y esperó a que Draco terminara- Listo… -dijo bajando la escalera, pero su pie resbaló y cayó.

O al menos eso hubiera pasado si Harry no lo atrapa en el aire.

-¡Cuidado!

“Accidentalmente” Draco quedó con los brazos alrededor del cuello de Harry mientras lo miraba “asustado” al tiempo que Harry le rodeaba la cintura con los brazos.

-Oh mierda… -dijo al fin sin soltarlo- casi me rompo la crisma.

-Ten más cuidado –respondio serio- ¿Dónde está tu bastón? Ya sé que dejaste de usarlo pero deberías tenerlo a la mano.

-Ay qué bueno que estabas aquí –dijo recargando su frente en el hombro de Harry para luego acercarse más y decir mirándolo a los ojos- Gracia, ahora ayúdame a sentarme –añadió pescándose de su cuello.

Harry lo condujo a una silla en donde Draco se dejó caer suspirando.

-¿Estás bien, te lastimaste?

-Para nada –exclamó haciendo un ademán despreocupado- y aprovechando que estás aquí ¿puedes venir hoy a cenar conmigo?

Harry lo miró en silencio por unos segundos, evidentemente desconcertado por el cambio de tema y sobre todo por la invitación.

-¿Qué? –dijo al fin.

-Esta noche –repitió tomando la factura que estaba sobre la caja que había traído Harry- tengo algo importante de que hablarte.

-Pues dímelo ahora –contestó abriendo la caja y comenzando a sacar los artículos para verificarle a Draco que el pedido estaba completo.

-No puedo, de verdad me gustaría que vinieras.

-Estás extraño, nunca me has invitado a tu casa ¿y ahora hasta a cenar me invitas?

-Es porque es algo importante –respondio verificando en la factura cada artículo que sacaba Harry- ¿Puedes?

-Hoy tengo una cita con Armin.

-¡Agh Armin!

-¿Qué pasa con él? –pregunto Harry sonriendo al verlo hacer una mueca mientras rodaba los ojos.

-No había convivido con él, pero tu amiguito me cayó mal.

-¿Por qué?

-No sé, tiene cara de idiota, tú mereces algo mejor.

-¿Disculpa?

-Digo, tú también tienes cara de tonto pero me caes bien.

-¡Oh pues muchas gracias!

-Sí, esta todo –concluyó Draco firmando el papel de recibido- ¿y entonces?

-¿Entonces qué?

-¿Cuándo puedes?

-¿Cenar contigo?

-Ajá.

-Mmm –pensó rascándose la nuca.

-¿Tienes las noches muy ocupadas con tu noviecillo?

-¿Noviecillo?

-Sí, ya te dije que me cae mal.

-Pero Armin es muy agradable con la gente ¿Qué sucedió para que te cayera mal tan de repente, te dijo algo que te disgustara esa noche cuando nos encontramos en el bar?

-Sí, la muy perra me dijo que me alejara de ti como si yo fuera un par de nalgas buscando un pito donde sentarme.

-¿Draco?

-No, no me dijo nada –respondio sonriente- pues bueno, cuando tengas un tiempo en tu apretada agenda me avisas ¿vale?

-Ok pero si es muy  importante ¿Por qué no me lo dices ahora?- preguntó intrigado.

-Porque no, bueno entonces me avisas ¿Ok?

-Ok.

 

 

______________

 

 

-¿Qué te dijo? –preguntó Evie sirviéndole un café y un sándwich en su cafetería.

-¡Ay el muy hijo de puta dijo que no, que tenía una cena con el tarado! Oye a esto le falta queso –exclamó abriendo su sándwich.

-Oh cierto, olvidé que te gusta ración doble –dijo tomándolo y solucionando el detalle- ¿y entonces?

-El me avisará cuando pueda… si esto hubiera sido hace meses, con solo chasquearle los dedos, Potter hubiera estado aquí, saltando frente a mí como un caniche hambriento.

-Solo eres una zorra vanidosa, te duele el orgullo que ya no lo tengas adorando el suelo que pisas, oye hice un pastel de chocolate amargo, es delicioso y se está vendiendo muy bien ¿quieres probarlo?

-¡No soy una zorra vanidosa!... bueno, tal vez un poco  y si, dame un trozo de pastel.

-¿Y qué harás?

-¿Qué más puedo hacer? Esperar.

 

 

_______________

 

 

 

Una semana después Harry le llamaba a Draco por teléfono para avisarle que esa noche estaba libre, por lo que Draco acordó cenar juntos.

-Pero solo tú, no traigas a tu faldero.

-Draco…

-Adiós, nos vemos en la noche.

 

 

_______________

 

-Todo está listo amo –dijo nana.

-Muy bien nana, Potter ya casi llega –respondio saliendo de su habitación y mirando que en el reloj de pared eran casi las ocho de la noche.

-¿De verdad no desea que yo les sirva amo?

-No, yo me ocuparé de todo, puedes irte a descansar, no te necesitaré hasta mañana.

-Cómo ordene amo.

Sin más nana se fue a su habitación, la cual se hallaba en el lado mágico de la casa, entonces Draco se dio un último vistazo al espejo; el mechón de su cabello seguía tan azul contrastando con el resto de su cabello negro, se acomodó unas hebras, vestía una camiseta negra con un cráneo y una serpiente al frente y jeans azules.

-Bien –murmuró satisfecho con su imagen.

A las ocho y cinco de la noche, el timbre de su casa sonó, pero sin nana para abrir bajó el mismo.

-Hola –saludó Harry.

-Hola, pasa.

Draco lo invitó a subir primero las escaleras.

-Muy acogedor –dijo Harry saliendo a una amplia estancia muy bien iluminada.

-Gracias ¿quieres una copa?

-Sí, me gustaría.

-¿Qué prefieres?

-Una cerveza está bien.

-Claro, ponte cómodo –dijo entrando a la cocina y saliendo con dos botellas- toma.

-Gracias ¿y que es aquello de lo que quieres hablarme?

-Es algo muy sencillo pero muy significativo –dijo antes de darle un sorbo a su cerveza.

-¿De qué hablas?

Esta vez Draco se puso de pie ante él y extendiendo los brazos giró lento sobre su propio eje.

-Al fín.

-¿Al fin qué?

Draco rodó los ojos antes de volverse a sentar.

-Harry hace unos días me dieron oficialmente de alta.

-¡Oh! ¿En serio? ¡es fantástico!

-Y justamente por eso es esta cena, para celebrar.

-Eso me parece muy bien.

-Ajá, aunque claro, no quedé como antes pero si un 90%, no debo dejar las terapias pero ya no tan desgastantes como las que me daban en el hospital, ya no hay dolor sino muy de vez en cuando y queda una levísima cojera, que si pasas corriendo no la ves.

Harry rio de buena gana, así que alzando su botella dijo:

-Entonces salud por eso.

Draco también alzó su botella pero también siguió hablando.

-Pero eso no es todo –y luego de eso se levanto del sofá y se sentó junto a Harry poniéndole una mano en su antebrazo sin dejar de mirarlo- esta cena es para agradecerte, si ya no tengo dolor es por ti.

Harry se quedó callado y luego de unos instantes sonrió mientras le palmeaba afectuosamente la mano diciendo:

-No hay de qué, lo hice con gusto, además ya me habías agradecido, no espero que lo hagas todo el tiempo.

-Sí pero quería hacer hincapié de que soy consciente de eso –respondio sin quitar su mano del antebrazo de Harry.

-Somos amigos Draco, no tienes que agradecerme más.

-Pero ya hace hambre ¿no? –respondio levantándose y tomando de la mano a Harry para levantarlo y llevarlo hasta su comedor.

-Huele bien –dijo Harry sentándose.

-Me gustaría decir que yo cociné pero recordarás que no era buen cocinero –dijo extrañando a Harry al oírlo mencionar un detalle de su pasado- pero yo te serviré, eso sí puedo hacerlo.

-Se ve bueno –exclamó viendo el plato de pasta que Draco le había servido- muero de hambre, estuvimos haciendo inventario y luego llevé a Armin  a su casa.

Draco hizo muecas cuidando de no ser visto por Harry.

-Oh si, tu dichoso Armin –exclamó sentándose después de servir un plato de pasta para él y acercar un cesto de pan recién horneado.

-¿Por qué te cae mal? –pregunto tomando un pan.

-No sé Harry pero es como pesadito, creo que tiene sangre de plomo.

-Solo deberías tratarlo más.

-Dios me libre, definitivamente tú mereces algo mejor –respondió tocándole el antebrazo casualmente.

-¿Ah sí? ¿Alguien como quien? –preguntó Harry riendo.

-Pues no sé, alguien más guapo, sofisticado, alguien que entienda lo que eres –concluyó dándole un mordisco a un pan.

-¿Y que soy?

-Un tonto –respondio antes de reír con ganas.

 

 

 

 

 

 

 

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