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Epilogo
Dos años después…
-¡Por fin en casa! –exclamó Draco apareciendo en el salón de Malfoy Manor con un Bambineto en un mano en donde un bebé dormía profundamente.
-Muero de hambre –respondió Harry, quien había aparecido a su lado cargando otro Bambineto con una bebé durmiendo también.
Nunca cargaban equipaje cuando iban a Malfoy Manor, ésta siempre les proporcionaba absolutamente todo, sin embargo esta vez Draco tomó la mano de Harry mientras dejaba el Bambineto en el suelo siendo imitado por el moreno, quien lo miró sonriente sabiendo lo que iba a hacer.
-Ya sabes por qué estamos aquí… -dijo Draco dirigiéndose a la mansión, la cual permanecía llena de luz y flores y tan cálida como siempre- hemos estado viniendo periódicamente ocupándonos del embarazo de la bruja la cual nos prestó su vientre para tener a nuestro hijo… los cuales resultaron gemelos.
-Quién lo iba a decir –exclamó Harry.
-Estos niños son tuyos también pues pertenecen al linaje Malfoy Black y también al linaje Potter, ten por seguro que ellos sabrán lo que tú significas para nuestra familia… sé que los amarás y los protegerás como lo has hecho conmigo… y ahora lleva a Lily y a Scorpius a su habitación.
Los bebés desaparecieron ante su vista, por lo que nana exclamó:
-Amo Draco, voy a ver como quedó la habitación de los pequeños amos.
-Claro nana, ve.
Nana comenzó a caminar pero se quedó quieta de repente llamando la atención del rubio.
-¿Qué sucede nana?
-Amo… -dijo ella girándose- Nana es vieja y sé que no puedo ocuparme de todo, gracias por comprar un nuevo elfo que se encargue de su casa y estudios en Alemania y dejarme a mi ser la niñera de los pequeños amos y no desecharme por ser un anciana inútil.
-Nana, tú no eres una anciana inútil –respondio hincando una rodilla para estar a su altura y tomándola de los pequeños hombros- fuiste una maravillosa nana para mí y por eso sé que también lo serás para mis hijos, aunque cuando desees ayuda solo dímelo.
-¡No amo! –respondio indignada- yo puedo atender a los pequeños amos, iré enseguida a ver como están.
Draco sonrió viendo a la pequeña criatura alejarse con paso decidido a la habitación de los niños.
-¿Comemos en el jardín? –dijo Harry.
-Me encantaría.
Comieron en el jardín y se pasaron el resto de la tarde en la habitación de los bebés, después cenaron y se retiraron a su habitación.
-Tal vez es mi imaginación… -dijo Harry pasándole el brazo por los hombros- pero se siente un ambiente extraño, no sé cómo explicarlo pero…
-¿Cómo si la mansión estuviese contenta? –completó al verlo quedarse callado.
-Sí, algo así, creí que estaba imaginándolo.
-Pues no, así se siente aunque yo tampoco sé cómo explicarlo.
-Ven, descansemos que fue un día largo –dijo tomándolo de la mano y llevándolo a la cama.
Se acostaron y dejaron la habitación solo con la luz de una lamparita que estaba en el buró.
-Pero lo que yo menos quiero es descansar –susurró Draco comenzando a besarle el cuello, a lo que Harry no se hizo del rogar.
En un instante Harry se encontraba acostado con Draco sentado encima de él, aun vestidos los dos, pero Draco sonriendo comenzó a desabotonarle la camisa del pijama y a besarle el cuello mientras él le acariciaba los muslos por encima de la delgada tela del pantalón.
Le besó el cuello, las clavículas, los hombros… Harry suspiraba sintiendo los cálidos labios y la húmeda y juguetona lengua que pronto encontró sus pezones.-
-Mmm….
Draco pasó un pulgar en uno de ellos antes de lamerlo, para después morderlo suavemente y finalmente succionarlo haciendo lo mismo con el otro después; le gustaba ver los gemidos de Harry, por lo que se enderezó y movió su pelvis sobre el miembro de Harry.
-Draco…
Draco rio mientras se ondulaba por encima de la ropa sintiendo con satisfacción que ese bulto iba endureciéndose y aumentando de tamaño; solo entonces abrió sus ojos verdes y lo miró sonriéndole travieso.
-Atente a las consecuencias –dijo acariciando sus muslos y luego ocupándose de los botones de su camisa, la cual bajó por los blancos hombros.
Draco rio y dejó que Harry lo atrajera hacia sí para besarlo, para explorar su boca con la misma avidez y hambre de la primera vez… el moreno adoraba esa boca ladina que muchas veces lo hacía enojar pero que la mayoría de las veces lo hacía reír, esa lengua juguetona y deliciosa que exploraba su boca… terminó ese beso dejándole los labios rojos y calientes.
Terminó por quitarle la camisa y comenzar una nueva sesión de besos par después recorrer con su boca y lengua ese hermoso cuerpo de piel blanca y tersa.
Llegó al vientre plano y besándolo comenzó a bajarlo hasta hacer ver el nacimiento de los vellos púbicos, Draco alzó la cadera y Harry le bajó el pantalón hasta los muslos, ya ahí el rubio pataleó y se lo quitó el solo mientras Harry hacia lo propio con su ropa.
Ya desnudos volvieron a enredarse en un abrazo que intentaba sentir en lo posible el cuerpo del otro, con las piernas frotándose entre sí, con Harry acostado de espaldas y Draco con medio cuerpo encima de él.
El moreno lo abrazaba con un brazo mientras lo besaba y con la otra mano le acariciaba las nalgas y el muslo que Draco le había echado encima.
Harry no se cansaba de besarlo, de beberse su aliento en tanto su mano estrujaba esas nalgas firmes y su dedo índice tocaba su ano.
-Mmm… -gimió cuando sintió la punta del índice empujando para luego oír en su oído:
-Chúpamelo Draco.
Draco no se hizo del rogar, se deshizo del abrazo y buscando lubricante en sus pertenencias se colocó a un lado de Draco, se untó el aceitoso líquido en una mano y procedió a masturbarlo.
-Ah…
-¿Se siente bien?
-Aja…
Después de unos minutos de acariciarlo lamió la punta y su lengua jugueteó con el goteante hoyuelo para luego lamerlo a lo largo varias veces y finalmente metérselo a la boca haciendo jadear a Harry; lo metió a lo más profundo de su garganta y lo sacó succionando la cabeza, lo hizo varias veces mientras le masajeaba los testículos sintiéndolos hinchados y calientes.
Se sacaba el pene de la boca varias veces para masturbarlo con su mano y luego volverlo a lamer; Harry estaba a punto, por lo que se enderezó haciendo que Draco se retirara y se acostara abriendo las piernas descaradamente al tiempo que el mismo se daba placer.
-¿Sabes que cuando haces eso me dan ganas de montarte duro?
-Tú siempre tienes ganas de montarme duro, no me culpes.
-Te culpo porque te amo y tu cuerpo es riquísimo.
Draco sonrió en respuesta, así que Harry se puso lubricante y se acomodó en esos muslos separados que esperaban por él.
-Ya sabes Harry… me gusta que eyacules dentro de mi…
Hacía mucho que ya no usaban preservativos, confiaban ciegamente en el amor del otro, así que Draco adoraba sentir como Harry lo llenaba con su semen, le encantaba sentirlo resbalarle entre sus nalgas.
Harry se acomodó y apunto su pene al rosado orificio y entró despacio hasta que su pubis tocó la piel de Draco, quien había gemido al sentir como era abierto.
Apoyó sus manos a los costados y sacando su pene volvió a meterlo para iniciar un vaivén que fue aumentando de velocidad y energía.
-¡Ah!... ¡ah!... ¡ah!...
Harry movía su cadera mientras su frente se perlaba de sudor viendo a Draco jadear ante cada embestida mientras se sujetaba de sus hombros.
-¡Así Harry!... ¡así!...
Al cabo de un rato Harry se detuvo y lo hizo ponerse en cuatro en donde su vigoroso ritmo dio comienzo de nuevo.
-Draco… tus caderas me enloquecen…
-¡Mmm!... –jadeó arqueando mas la espalda cuando Harry lo tomó del cabello y lo jaló hacia atrás.
El ritmo de las embestidas se tornaba lento, luego rápido de modo que Draco gemía sintiendo el placer recorrer su cuerpo, sentía que Harry lo manejaba como si fuera barro en manos de un escultor, dejaba que le diera la forma que quisiera en tanto le hiciera sentir todo aquello que estaba sintiendo; sus manos resbalaron por las sabanas hasta quedar con el pecho pegado a la cama y Harry a su espalda, abrazándolo, penetrándolo sin descanso.
-¡Oh!...
-Te deseo Draco… te deseo tanto… -murmuró en su nuca.
-Harry… dame mas fuerte… te necesito dentro… de mí…
Y hubiese querido seguir así, pero el orgasmo ya pugnaba por desbordarse desde hacía rato que finalmente no aguantó más y gritó mientras Harry se quedó quieto sintiendo los espasmos internos oprimir mas su pene.
-Draco… -dijo esperando unos segundos para iniciar de nuevo sus penetraciones y finalmente terminar también.
-¡Ah!... –jadeó en su nuca mientras su cadera seguía moviéndose un tanto torpe en penetraciones post orgásmicas.
Se quedó quieto y dentro de Draco respirando ambos aceleradamente, disfrutando aun permanecer dentro de ese cuerpo caliente.
-Harry… -exclamó en un jadeo.
-Te amo Draco… -respondio besando su sudorosa espalda- júrame que tus nalgas siempre serán para mí.
-Me mata tu romanticismo.
-Lo sé, soy la reencarnación de Shakespeare ¿quieres más poemas?
-No, temo ponerme a llorar.
Se quedaron así un rato más hasta que Draco dijo:
-¿No piensas sacarlo?
-No quiero.
-Pero tengo frio y quiero que me abraces.
-Ah bueno, siendo así…
Harry sacó su pene y en medio del revolvedero de mantas, jaló una para cubrirse después de que Draco se acomodara entre sus brazos y sin más se quedaron dormidos.
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Cuando despertó el sol ya se colaba por entre las cortinas de encaje, volteó a mirar al hombre que dormía a su lado y sonrió al ver su revuelta melena negra, se quitó el brazo que lo aprisionaba por la cintura y la pierna que tenía encima y se levantó, se puso la camisa de su pijama que estaba en el suelo y caminó hacia la ventana y la abrió dejando que la fresca brisa matutina entrara a la habitación.
-Quiero a mis hijos aquí –murmuró suavemente.
Una cuna apareció a su lado con dos apacibles bebés durmiendo, apartó el velo que la cubría y miró sonriente a los pequeños.
-Generación Malfoy Potter, quien lo iba a decir –dijo acariciando con cuidado a uno de ellos con cuidado para no despertarlo.
-Sí, quien lo iba a decir –dijo Harry desde la cama.
Draco volteó a verlo mientras éste se estiraba como un gato perezoso.
-Nuestro próximo hijo puede tener tus genes Harry ¿Qué te parece?
Harry se levantó y se puso los pantalones de su pijama que también estaba en el suelo y caminó hasta Draco para abrazarlo por detrás mientras le besaba un hombro.
-Nuestros niños apenas tienen dos días de nacidos ¿y ya estas pensando en más?
-Quiero una familia grande, que esta casa vibre en las festividades, que desborde vida… más de la que ya tiene, además se verán muy bien chiquillos de cabello negro correteando por ahí.
-Estoy de acuerdo, intentaré embarazarte así muera en el intento.
Draco rio con ganas mientras ladeaba el cuello y agarraba las manos de Harry, se quedaron en silencio unos minutos hasta que Draco exhaló un profundo suspiro.
Harry lo hizo girarse, por lo que Draco le pasó los brazos por el cuello.
-¿Y ese suspiro? –Dijo Harry pasándole los brazos por la cintura- ¿Qué más desea tu corazón?
Draco se giró a mirar los extensos jardines de su mansión que rebosaba vida, luego miró a sus bebés que seguían durmiendo plácidamente y luego volvió a colgarse del cuello de Harry diciendo:
-Nada… no deseo nada porque lo tengo todo…. o bueno si… si deseo algo…
Y tomándole la mano jaló a Harry hacia la cama sonriendo pícaramente.
FIN
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