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El Renacer por LYKOS

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El siguiente lunes quedó con Hinata como siempre antes de ir a clases, pero ella le notaba algo diferente, y era evidente que la cara y cuerpo del rubio daban síntomas de nerviosismo, el volver a ver al azabache después de todo aquello le tenía en vilo desde el día anterior, ¿Como iba a actuar este? ¿Como iba a actuar él? Muchas preguntas recorrieron su mente, tantas que necesitó contárselo a su mejor amiga.

 

Tantas que cuando se lo contó, decidieron faltar a primera hora de clases y tomar algo en una de las cafeterías cercanas, mientras Hinata intentaba calmar algo al rubio.

 

—No podemos faltar hoy todo el día… Porfa… —dijo el rubio poniendo pucheros mientras Hinata se acababa de tomar el capuccino.

 

—Solo vas a posponer lo inevitable. —dijo poniendo la taza en la mesa. —Además, según me contaste, el tampoco puso muchos impedimentos a nada. — la chica sonrió.

 

Naruto creía que hubo conexión entre ellos, bueno lo sabía, pero aún así no quería hacerse ilusiones de nada. Llevaba mucho tiempo sufriendo por culpa del Uchiha y su mente le mantenía en alerta.

 

Los dos acabaron de tomar algo y se dirigieron al instituto para llegar a tiempo al cambio de hora.

 

Mientras hacían tiempo para que el profesor saliese de clase, Hinata vio un papel en el tablón de anuncios del pasillo.

 

Campeonato Municipal de Karate 2019

 

Última semana de inscripción

 

—Oye Naru, ¿Porqué no te apuntas? —dijo señalando el tablón de anuncios.

 

Naruto miró con curiosidad el papel y se quedó pensativo unos segundos. —Creo que esto es a lo que refería Lee. — Levantó la mirada dejando caer un pequeño suspiro. — ¿Y si me toca pelear con él?

 

—Pues le das una paliza, y le demuestras quien eres. — la sonrisa de la chica no hacía más que animar al rubio en esos momentos que los necesitaba.

 

—No se Hinata, no se si estoy listo aún para algo así. — Volvió a bajar la cabeza mientras daba unos pasos hacia la puerta de clase.

 

—Ala ya estas apuntado. —dijo Hinata mientras dejaba caer un sobre por la pequeña urna que se encontraba justo debajo del cartel con el nombre de “inscritos”.

 

Naruto se quedo blanco mientras la chica guardaba el bolígrafo en su mochila. — Hinata que acabas de hacer… — dijo mientras posaba sus dos manos encima de los ojos mientras se lamentaba.

 

Buscó la manera de extraer el papel de la urna pero cesó el empeño cuando Iruka salió de clases dejando la puerta abierta.

 

Echó una mirada de enfado a Hinata y pasó a clases sin dirigirle una sola palabra.

 

Y allí estaba el azabache en la segunda fila clavando sus ojos en él mientras apoyaba su barbilla en sus manos .

Naruto estuvo hasta planteándose el saludarle hasta que vio como el azabache ni corto ni perezoso se acercó o su novia que estaba justo al lado y le plantó un beso que hizo que el corazón del rubio estallase en mil pedazos, sobretodo por la mirada que le dedicó a él mientras le comía la boca a la pelirosa.

 

Sus ojos estaban a punto de estallar en mil pedazos cuando Hinata se plantó delante de él y dio un salto enrollando sus piernas a la cintura del rubio. Dejando su boca casi apoyada en el oído de Naruto.

 

—Sígueme el rollo, este se va cagar. — dijo Hinata mientras Naruto asentía mientras seguía con la expresión en cara como si hubiese visto venir un coche con las largas puestas y el fuese un indefenso conejo en mitad de la carretera.

 

La labios de Hinata se posaron en los suyos y la comida de boca que le metió delante de toda la clase fue como menos inesperada. Las miradas de todos los del salón se giraron hacia ellos.

 

Incluida la del azabache por supuesto, que hasta se le notaban unas pequeñas venas de ira en su frente mientras hacia un gesto de apartar a su novia y volver a sentarse en su asiento, no sin antes dedicarle una mirada de odio que sólo Naruto pudo ver.

 

Naruto bajo sus manos al trasero de Hinata y comenzó a llevar el el ritmo del beso poniendo toda la pasión que salió de su interior para que el azabache lo viese, dedicándole una sonrisa al apartarse unos centímetros de la boca su mejor amiga.

 

—Chicos guardad algo para casa. — dijo el peliblanco que acababa de entrar por la puerta. — Volved a vuestro sitio y que no tenga que volver a ver esto en clase, no es el lugar indicado. — Kakashi seguía riendose mientras escribía algo en la pizarra. — Aunque esto nos viene de perlas para lo que vamos a dar hoy.

 

Literatura del Romanticismo

 

La cara de los dos chicos se tornó extremadamente roja mientras casi sin mirar al frente se fueron a sentar a sus respectivos pupitres.

 

—Que calladito te lo tenias. — fue lo único que escucho el rubio por parte de Kiba mientras sacaba sus cosas de la mochila para ponerlas encima de la mesa.

 

El resto de clases consiguieron desarrollarse de forma normal hasta que tocó el timbre del recreo.

 

Naruto y Hinata se encontraban en uno de los bancos del parque enfrente del instituto.

 

—No besas mal Naruto. — dijo Hinata mientras cogía una de las manos del rubio para que este se girase hacia ella.

 

—Aun sigo enfadado por apuntarme al torneo. — dijo Naruto mientras intentaba mostrar cara de enfado.

 

—¿Viste la cara de Sasuke? — dijo Hinata esperando la respuesta del rubio.

 

—Si. — el rubio no pudo evitar mostrar una sonrisa de medio lado. — Nunca le había visto mirarme con tanto odio. —dijo el rubio mientras se giraba a mirar a su amiga. —¿Nunca te había dicho que estas como una puta cabra?

—¿Pero funcionó, o no funcionó? — dijo Hinata mientas Naruto solo asentía. —Pues me debes una.

 

Siguieron conversando un rato hasta que el miraron el reloj y se fueron a su aula a continuar con las clases.

 

Tras sentarse en sus sitios un adulto con con pelo largo negro como el carbón y unos ojos que parecían los de una serpiente entró al aula dando un aura oscura al camino que dejaba tras de si se sentó en la mesa del profesor.

 

Naruto siempre pensaba en el mal rollo que transmitía Orochimaru, su profesor de biología, no era la primera vez que él y sus amigos hacían suposiciones de que seguro que tenia un laboratorio para hacer experimentos con la gente.

 

—Para la semana que viene vais a hacer un trabajo en grupos de dos. — dijo el profesor mientras ponía dos cajas metálicas encima de la mesa. —Voy a sacar unos papeles con vuestros nombres de esta caja y de esta otra el tema del trabajo.

 

Los chicos estaban completamente en silencio mientras el profesor empezaba a sacar los dichosos papelitos.

 

—Choji y Hinata, Sistema Nervioso.

 

Estos se miraron sonriendo el uno para el otro.

 

—Kiba y Gaara, Adaptación de los animales.

 

La mirada de asco que se dieron no dejó indiferente a nadie.

 

—Sakura y Ino, Receptores y efectores.

 

Ambas se sonrieron, para algo eran mejores amigas

 

—Sasuke y Naruto, Reproducción de los animales.

 

El rubio se quedó en blanco al acabar de oír al profesor al igual que el azabache

 

Ni se dedicaron una sola mirada.

 

—Y quiero que los hagáis juntos con vuestras parejas porque lo vais a exponer juntos el próximo Lunes. — matizó el profesor antes de continuar las clases.

 

Pasaron las horas demasiado lentas para el gusto del rubio pero por fin llegó la hora de salir de ese maldito sitio, es cierto que se sentía contrariado porque podría estar a solas con el azabache pero esas miradas que le dedicó no le presagiaban nada bueno.

 

Naruto y Hinata se sentaron a hablar un rato de lo sucedido en clases hasta que Itachi apreció como de costumbre en el momento mas inoportuno.

 

—¿Ya has hablado con Sasuke del trabajo? — dijo la chica sin percatarse de que el azabache mayor estaba justo detrás de ellos.

 

—¿Tienes que hacer un trabajo con mi hermano? — Itachi suspiró — Te acompaño en el sentimiento. — dijo riéndose.

 

Naruto fingió reirse, con éxito. Y estuvo hablando un rato con él.

 

Sasuke llegaba al poco con su típica cara de amargado.

 

—Dobe, como vamos a hacer para el trabajo, ¿Tienes algo pensado? — dijo el Uchiha menor mirándole a la cara.

 

—No me llames Dobe!! — se le hincharon las mejillas al rubio.

 

—Pasaré a por el a la tarde y que se venga a nuestra casa a hacerlo. — los chicos miraron al mayor.

 

Sasuke no quería estar a solas con el rubio, ni de coña.

 

—Por mí perfecto. — dijo Naruto sin dar tiempo a contestar a Sasuke.

 

El azabache ardía por dentro pero no quería dar muestras de nada. —Si no queda mas remedio.

 

 

Así fue como quedaron y tras despedirse todos se fueron a sus respectivas casas.

 

 

Eran ya las 5 de la tarde y Naruto no paraba de dar vueltas por su habitación, abría el armario, cogía ropa, se la probaba, pero no le convencía nada de lo que se ponía.

 

Parecía que estaba pensando que ponerse antes de ir a una cita, pero se tumbó en su cama y se dedicó a hablar consigo mismo.

 

“No es una cita”

 

“No se por que estoy así”

 

“Pero me tengo que poner algo que haga que se muera por mi”

 

“No se porque le doy tantas vueltas”

 

 

Volvió a encarar el armario y se decidió por una camiseta de sisas negra y unos pantalones con cuadros negros con lineas rojas y unas zapatillas Adidas de color rojo no sin olvidarse de poner la bandana que Nagato le había regalado. Cogió la chaqueta de cuero negra que colgaba en la esquina del armario y se fue al baño a vaciar casi todo el bote de su colonia preferida.

 

El pitido del coche de Itachi le sacó de sus pensamientos.

 

Bajó rápidamente y le dio un beso a su madre antes de salir por la puerta que conducía al entrepiso de su edificio.

 

Se montó en el coche de Itachi. — Ya estas listo por lo que veo, llevo aquí 15 minutos. — dijo el mayor mirando el look del rubio.

 

— Ejem, si es que no me di cuenta de la hora lo siento mucho. — bajo un poco la cabeza y puso pucheros.

 

—No pasa nada. —dijo Itachi girando la cara después de echar un vistazo por última vez al rubio.

 

Atravesaron toda la ciudad y ya saliendo de ella siguió conversando con el mayor.

 

—Pensé que vivían en el centro. — preguntó con curiosidad el rubio.

 

—Que va, tuve que alquilar una casa a las afueras, desde que trabajo en esa serie los paparazzi no paraban de acosarme día y noche. — soltó Itachi con cara de resignación.

 

Siguieron conversando un rato sobre el coche del mayor y es cierto que al rubio le volvían loco las carreras de coches, no se perdía ninguna y no era la primera vez que iba con su padre a verlas en directo.

 

—Osea que te gustan los coche eh enano. — Itachi paró el coche al meterse en un cruce que se dirigía hacia la zona mas alta de la montaña. —Pues ahora vas a flipar, y no te asustes, esta carretera solo va a mi casa, no va a venir nadie de frente.

 

Naruto miró para el mayor y sonrió, enserio le iba a llevar a toda ostia por ese sitio. Le encantaba.

 

—Si quieres que pare, no me lo digas dos veces. — dijo Itachi mirando al rubio.

 

—Tu dale, no te cortes. — dijo el rubio mirando para la parte de alante palpando el cinturón de seguridad para ver que estaba en su sitio.

 

Itachi salió como una bala, y realmente que el trayecto solo duró 4 minutos pero Naruto no recuerda una sensación similar en su corta vida, le temblaba todo el cuerpo.

 

Cuando Itachi paró el coche a escasos metros de su casa Naruto soltó un suspiro y se soltó del apoya brazos.

 

—Joder. — fue lo único que alcanzó a decir mirando al mayor.

 

Itachi rió y guardó el coche en el garaje que estaba pegado a la casa.

 

Los chicos entraron por una puerta que daba directamente a un pasillo enorme en mitad de la casa.

 

Naruto miraba para todos lados. Le encantaba la decoración minimalista de la casa.

 

Cuando se acercaron al salón pudo ver a Sasuke tirado en el sofá viendo una de las series de anime que tanto le gustaban a Naruto, “Menma” se llamaba la serie.

 

—No se como os pueden gustar esas series enserio. — Itachi se llevó una mano a la cabeza. —Ninjas con poderes en los ojos. Vaya disparate. Yo me voy a repasar el guión de mañana.

 

El mayor desapareció de la sala.

 

— Acabo de ver esta serie que es el último capitulo y vamos a hacer eso. — dijo Sasuke mirando a Naruto. — Siéntate si quieres.

 

Naruto se sentó en un sillón negro de cuero que estaba a unos metros del sofá donde estaba Sasuke tumbado con una camiseta blanca y unos pantalones cortos negros, que dejaban ver sus piernas y la mayor parte de sus brazos.

 

Era tan perfecto

 

En silencio se quedaron los 20 minutos del capitulo en el que se podía ver a dos amigos tumbados uno al lado del otro unidos por los brazos totalmente destrozados después de la pelea que acababan de tener.

 

Naruto ya vio ese capitulo hace unos años pero se fijó en la cara de Sasuke, en la que se podía dilucidar una pequeña lágrima escapando de su ojo.

 

—A mi me pasó lo mismo cuando lo vi por primera vez. — el rubio giró su cara mirando a Sasuke. —Al final consiguió eliminar el odio de su corazón.

 

El moreno se secó los ojos disimuladamente mientras se levantaba del sofá. — Ya podemos subir a hacer el trabajo. — Consiguió que sus ojos no se cruzasen con los del rubio.

 

Estaba intentando ser lo mas frío posible con Naruto pero no pudo evitar girarse a esperar alguna respuesta por parte de él.

 

—Si… vamos al tajo. — el rubio recogió su mochila y se la puso al hombro siguiendo los pasos del Uchiha.

 

La casa era realmente grande, en el camino hacia la planta superior se dedicó a observar todos los cuadros que adornaban las paredes de piedra. En las paredes de las escaleras pudo ver fotos de los Uchihas con sus padres y se fijó en una en la que Sasuke debía tener unos 12 años, estaba subido al cuello de su hermano al lado de sus padres a la salida de uno de los parques de atracciones mas conocidos del país. Lo que le extrañaba era la amplia sonrisa que tenía en la cara. No le recordaba una de esas en todos los años que le conocía.

 

Pasaron la habitación que se encontraba en lo alto de la casa. Era enorme, empapelada casi totalmente por posters de anime, no se esperaba ese gusto en el Uchiha, con una cama enorme y una mesa con un ordenador de los últimos del mercado.

 

—Ponte cómodo. — le dijo el azabache.

 

El rubio asintió y dejó su mochila encima de la cama sacando una de sus libretas para colocarla en el amplio escritorio. Se quitó su chaqueta quedando con la camiseta de sisas que dejó ver al moreno los brazos que llevaba entrenando estos meses nuestro rubio. No pudo evitar examinarlos de arriba a abajo.

 

El rubio se sentó en una silla al lado de Sasuke, que estaba encendiendo el ordenador-

 

—Por donde empezamos, ¿Alguna idea? —dijo el moreno mirando a los ojos a su compañero de clase.

 

—Pues no sé. — el chico abrió el libro de biología y empezó a ver todo lo relacionado con el tema del trabajo. — Por la reproducción humana, al fin y al cabo es la que más conocemos. — el rubio fue directo al grano.

 

Las mejillas de Sasuke no pudieron evitar coger un tono rosado ante la forma de hablar del rubio. Pero supo recomponerse rápidamente. — Cierto, a ver que has aprendido con Hinata. — esa respuesta del moreno no se la esperaba, la verdad es que si quería joder el rubio lo había conseguido.

 

Pero se mordió la lengua para no soltarle en toda su cara, que era mentira y que con el único que quería estar era con él.

 

Así que juntó un poco más su silla a la del moreno y se pusieron manos a la obra. El tiempo volaba cuando estaba al lado de él, se turnaban para escribir mientras el otro resumía el temario. Con algunos temas se podía notar como subía la temperatura en la habitación, y el rubio aprovechaba cada vez que podía para rozar ya sea uno de los brazos como una de las piernas del azabache con la excusa de explicarle algo que no entendía.

 

Eran casi las 10 cuando los chicos acabaron con el último tema que les quedaba, el moreno se recostó sobre la silla poniendo sus manos en la nuca soltando un pequeño suspiro.

 

Los ojos de Naruto lo devoraban con la mirada, tenían un brillo que remarcaba aun más su tono zafiro. En la mente del rubio pasaban muchas cosas que le haría al azabache en esos momentos. Empujarlo contra la cama y ponerse encima de él, sentarse encima suya en la misma silla, poner su mano en los cabellos de este y depositar un beso en esos labios que le volvían loco… Lo único que le sacó de sus pensamientos fue cuando Itachi entró a la habitación.

 

 

—¿Cómo vais? — dijo Itachi apoyado en el marco de la puerta.

 

—Lo acabamos justo ahora. — contestó Naruto sonriente.

 

—Subía para comentarte si preferías quedarte aquí a dormir, es bastante tarde ya. — dijo el mayor.

 

—Pues no sé, tendría que llamar a mis padres. Además no tengo pijama. —dijo el rubio ladeando un poco la cara.

 

—No te preocupes Sasuke te podrá dejar alguno así mañana ya vais juntos a clase. — dijo el azabache mayor. — Eso sí, os buscáis la manera para dormir juntos. No hay mas que dos camas.

 

“Dormir juntos”

“Dormir Juntos”

“Dormir Juntos”

 

El cerebro de Naruto estaba en un bucle repitiendo la frase del mayor.

 

Tanto que no pudo ver la cara que le puso Sasuke a su hermano mayor, como diciendo, no me jodas.

 

—Pues entonces avisaré a mis padres. — acertó a decir el rubio eliminando todos esos pensamientos que se le pasaban por la cabeza.

 

Itachi pidió un par de pizzas cuando el rubio acabo de avisar a sus padres, que no le pusieron ninguna pega. Charlaron durante la cena y entre bromas consiguió entablar alguna que otra conversación con Sasuke. La verdad tenían muchas cosas en común, no se esperaba que el azabache fuese de esa forma.

 

Estuvieron viendo la televisión un rato hasta que Sasuke se levantó y sugirió la idea de irse a dormir, y la verdad no era mala hora, eran ya las doce y media.

Se despidieron de Itachi y subieron a la habitación pero a cada paso que se acercaba al cuarto del azabache le entraban más y más nervios.

 

El moreno se acercó al armario y saco un par de pijamas, uno azul bastante elegante que dejo a su lado y uno naranja que lanzó encima de la cama.

 

—Toma ponte este, es de hace un par de años a ver si sirve. — el azabache se estaba sacando la camiseta para ponerse el pijama, pero en ese momento Naruto pudo comprobar una vez más el esculpido cuerpo de Sasuke. No pudo evitar girar otra vez la cabeza cuando este se quedó en calzoncillos.

 

“Vaya paquete que tiene” la cara del rubio volvía a imaginar todo tipo de perversiones con el cuerpo de su compañero.

 

—Emm si. —el rubio salió de sus pensamientos. — Gracias Sasuke.

 

El rubio hizo lo que acababa de hacer el moreno, pero intentó hacerlo con toda sensualidad que pudo, estaba intentando provocar el moreno. Que le miraba con el rabillo del ojo sin perderse nada de lo que hacía.

 

El moreno se metió rápidamente a la cama a lo cual le siguió el rubio poco después.

 

Les separaba un mundo de distancia, o eso era lo que pensaba el rubio. Sasuke estuvo un rato con el móvil, lo único que pudo ver el rubio fue un “Te quiero” que enviaba “Sakura” a lo cual el azabache ni contestó, apagó la pantalla y dejo el móvil en la mesilla. Se dio la vuelta y se tapó con las sabanas.

 

—Hasta mañana. — fue lo último que dijo el moreno antes de cerrar los ojos.

 

—Descansa Sasuke. — le contestó el rubio mientras se daba la vuelta y se tapaba igualmente con las sabanas.

 

 

 

Naruto se despertó notando una presión en su pecho, miró el despertador que tenia al lado y pudo leer 2:43 pero lo que le dejo totalmente impactado fue ver al moreno con la cabeza apoyada en su pecho, y una de sus piernas entrelazadas con una de las suyas dejando parte de su pierna apoyada en la entrepierna del rubio.

 

Se quedó mirando al azabache que tenía los ojos cerrados, con cara de total relajación, hasta se podía entrever una sonrisa en su cara.

 

Naruto no tardó mucho en estar completamente empalmado, sentía la presión de la pierna del moreno contra su miembro. Sentía que su polla iba a estallar de un momento a otro.

 

Intentó apartar al moreno, necesitaba aliviarse y no quería que este se enterase de nada. Cogió la mano del moreno y intento quitársela de encima pero lo único que consiguió fue que este se aferrase más fuerte a el. Los labios de Sasuke se apoyaron en el cuello del pequeño Kitsune.

 

El cuerpo del rubio empezó a temblar como un flan, estaba excitado de forma que no recordaba en su puta vida.

 

No pudo controlar su mano, puso una de ellas en la melena del moreno entrelazando sus dedos con los mechones negros del chico. La otra la metió dentro de sus propios boxers y empezó a frotarse su polla.

 

Estaba sudando de la excitación y su mente le pedía algo más, empezó a bajar su mano desde la cabellera del moreno hacia el fondo de la espalda del azabache, y metió una de sus manos por debajo de la camiseta, palpando cada parte del cuerpo de este, empezó a pasar un par de sus dedos por los abdominales del azabache mientras con la otra mano seguía masturbándose como podía.

 

Sasuke estaba completamente dormido, de vez en cuando se movía un poco apretando más su pierna contra el miembro del rubio.

 

Con cada movimiento del moreno, el rubio sentía que iba a correrse de un momento a otro. Poco pudo aguantar cuando puso su mano en el boxer de Sasuke y notó como la polla del azabache estaba semi empalmada, cuando posó su mano redondeando el miembro de este se corrió manchando su boxer y parte del pantalón del moreno, conteniendo el orgasmo mordiéndose los labios.

 

Estuvo jadeando unos minutos hasta que su erección bajó por completo y se quedó mirando la cara de su querido compañero, repasando sus rasgos, sin poder evitar depositar un tierno beso en la boca de Uchiha.

 

Cuando separó sus labios del contrario notó como el moreno repasó el contorno de su boca con su lengua para acto seguido darse la vuelta y dejar a Naruto con la cabeza en un sinfin de pensamientos.

 

“Habrá notado algo”

 

Y si es así.

 

“Cual será la reacción del chico al día siguiente”

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Se que este capitulo es un poco largo pero según escribía sentia que tenia que continuar. 

 

Gracias a todos lo que dedicais vuestro tiempo leyendo mi relato.

 

 


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