SungMin decidió que le gustaba este humano. Le gustaban todos los humanos, de verdad, pero este era muy agradable. Tal vez él haría un buen amigo.
Se alegró ante el pensamiento. Había querido hacer amigos desde su llegada, pero en las primeras semanas no había tenido la suficiente confianza en su capacidad de pasar por un humano y no se había atrevido.
Tal vez era hora de intentarlo.
SungMin estaba seguro de que era un humano muy convincente. Claro, la gente pensó que era extraño, pero nadie sospechó la verdad.
- ¿Cómo te llamas?
Preguntó SungMin con entusiasmo. Las cejas oscuras del humano se levantaron un poco.
- KyuHyun.
-¿De verdad?
Dijo SungMin, complacido de saber su nombre y no hubiera incómodos silencios en la conversación.
- ¡Oh que bonito nombre!
KyuHyun lo miró fijamente.
SungMin se desinfló un poco. ¿Se había equivocado?
- Sí - dijo KyuHyun después de un golpe. - Algo así.
Aliviado, SungMin sonrió más brillante.
- De donde soy no hay nombres así y, ¿tienes novia?
KyuHyun parpadeó y ladeó la cabeza hacia un lado, mirando a SungMin.
- No exactamente - dijo al fin. - No me balanceo de esa manera, me temo.
SungMin frunció el ceño, confundido una vez más. Su chip de traducción debe haber estado funcionando mal. KyuHyun no parecía asustado, y no entendía qué tenía que ver un balanceo con el estado de la relación de KyuHyun.
- ¿Balancearte de esa manera?
Dijo, esperando que su confusión no pareciera tan extraña.
- ¿Eres un extranjero?
Dijo KyuHyun, riendo suavemente.
SungMin asintió, complacido de que hubiera una explicación plausible para su ignorancia.
- Raro. No tienes acento.
- Soy muy bueno en los acentos - dijo con sinceridad. Su chip de traducción solo podía llevarlo tan lejos. No le ayudó mucho con los acentos y la jerga. - Entonces, ¿Qué quisiste decir?
- Quiero decir que no me gustan las mujeres de esa manera. Y no creo que cambie de opinión.
- Oh - suspiró SungMin. Cuando KyuHyun comenzó a fruncir el ceño, sonrió. - ¡Esto es genial! ¡Nunca he conocido a una persona homosexual en mi vida!
- Lo dudo. Probablemente lo hayas hecho, simplemente no te diste cuenta. Nos parecemos a los heterosexuales. Tan desconsiderado de nosotros.
KyuHyun lo había dicho seriamente, pero SungMin no fue engañado. Él hizo un puchero.
- Sí, búrlate de un extranjero que lucha con tu cultura y tu idioma.
KyuHyun se rió, golpeando ligeramente a SungMin en la nariz.
- Lo siento, no pude resistirme, eres adorable, niño.
SungMin frunció la nariz.
- No soy un niño. Tengo ve-dieciocho años.
- Bueno, tengo veintiséis años - dijo mirando su reloj. - Y me tengo que ir.
SungMin frunció el ceño.
- ¿Ya?
No pudo ocultar su decepción, y KyuHyun le sonrió.
- ¿Estás decepcionado?
- Sí.
Dijo SungMin.
KyuHyun se rió entre dientes.
- Mi hora de almuerzo está por terminar.
- ¿Cuál es tu trabajo?
- Soy analista financiero en el banco al otro lado de la calle.
Dijo KyuHyun con una sonrisa que hizo que SungMin sospechara que lo estaba burlando.
- Eso suena interesante.
- En realidad no. Pero paga bien, y supongo que no puedo quejarme. Realmente me tengo que ir. Fue un placer conocerte, SungMin.
- Igualmente - dijo con seriedad - ¡Ven aquí de nuevo!
- Lo haré - dijo KyuHyun antes de estirarse y tocar la flor escondida detrás de la oreja de SungMin - Sabes, en cualquier otro tipo esto parecería extraño, pero te queda bien.
SungMin le sonrió.
- ¡Gracias!
Le gustaba la forma en que la flor morada se veía en su cabello rubio. Casi hacía que sus ojos parecieran morados.
SungMin observó un poco triste cuando KyuHyun tomó su café y se fue.
Esperaba que no fuera la última vez que lo viera.