4 HAMBRIENTO
Suspirando, apagó el televisor.
Cerrando los ojos, pensó en Amber.
Sus suaves labios. Su piel sedosa. Sus pequeños pechos. La forma en que se sentía debajo de él. Su húmeda, apretada abertura.
Su polla permanecía blanda.
Un sólido, pesado cuerpo presionándolo abajo, manos fuertes empujando sus muslos abiertos, labios firmes besándolo, dejándole moretones.
Henry abrió los ojos, se quedó viendo el bulto en sus pantalones cortos y maldijo entre dientes.
Pero que carajos.
* * *
- Muy bien, ¿qué está pasando?
La voz de su novia era muy plana. Controlada. Su bonito rostro era inescrutable mientras lo miraba desde la puerta.
De mala gana, Henry se hizo a un lado, dejando que Amber entrara en su apartamento.
- No sé lo que quieres decir.
Dijo, incómodo, incapaz de encontrarse con sus ojos. Se le revolvió el estómago. Nunca pensó que él sería ese tipo de chico.
Amber se rió. Era un sonido vacío y resonante.
- No soy estúpida. Tú me has estado evitando la semana pasada. Desde que, desde que follamos.
Él hizo una mueca. Ya se había olvidado completamente de su intento fallido por arreglar su vida sexual.
- No es eso.
- Entonces, ¿qué? - Le espetó.
Suspirando, Henry se dio la vuelta, se acercó al sofá y se dejó caer en él. Estirando su espalda, cerró los ojos y se pasó una mano por la cara. -No te atrevas a ignorarme!
- No te estoy ignorando, - murmuró. - Sólo trato de ser un hombre y decirte la verdad.
Una pausa.
- ¿La verdad?
- Sí. Yo no te he dicho algo. - Henry mordió el interior de su mejilla con tanta fuerza que probó la sangre. - Tu probablemente has escuchado los rumores, sobre las cosas que suceden en la cárcel. - Ella respiró hondo, pero él continuó antes de que pudiera perder los estribos, - Cuando yo estuve en prisión, tuve sexo con un hombre. Yo era su, su perra. Él me folló siempre que quiso. Me ordenó hacer cosas. Él me usó. Él básicamente era mí dueño. Y todo el mundo lo sabía.
Los minutos se alargaron, el silencio fuertemente pesado entre ellos de un modo que nunca les ocurrió antes.
Por fin, habló, pero su reacción fue diferente de lo que él había esperado.
- Deberías habérmelo dicho - Dijo con voz ronca. - Yo sospechaba que algo así sucedió. Tú deberías habérmelo dicho. No fue tu culpa. No hay nada de lo que estar avergonzado.
- Me gustó.
Su cara estaba caliente. Él no la miró. No pudo.
- ¿Qué?
Susurró.
Preparándose, Henry finalmente la miró.
- Me gustó -, repitió, sosteniendo su mirada. Extraño, pero ahora que lo había admitido, era más fácil. - Me avergonzó, me hizo enojar, era humillante como el infierno, pero en el fondo, me gustó. Me gustó ser algo suyo. -
Amber abrió la boca y la cerró.
-Me gustaba ser jodido.
Se oyó decir a sí mismo. Se sentía como si alguien más hubiera tomado el control de su boca. O quizás era él. Tal vez él quería impresionarla, darle asco, para hacerla arremeter contra él. Él se lo merecía.
Ella lo miró fijamente.
- ¿Por qué me, ¿Por qué me dices esto? ¿Estás diciendo que ahora eres gay?
Henry soltó una risita sin humor, se sentó, y se pasó una mano por los ojos.
- No. No lo creo. Los chicos significan nada para mí. Incluso he visto porno gay. Tal vez sólo fue pornografía mala, pero no me excitó en absoluto. Así que todavía soy hétero.
- ¿Pero?
Él apartó la mirada. Todavía había algunas cosas que eran difíciles de admitir a la novia de uno. Pero después de lo sucedido en el parque, el problema era imposible de ignorar. Los labios de Henry se torcieron.
- Pero yo sé que voy a terminar debajo de él, si llega a estar en cualquier lugar cerca mío de nuevo.
Silencio.
El constante tic-tac del reloj en la pared, era el único sonido en la habitación.
- ¿Estás, estabas enamorado?
Henry parpadeó. La pregunta honestamente lo sobresaltó.
¿Amor? ¿Siwon?
- Por supuesto que no - Dijo con un bufido. Entonces, por alguna razón, se acordó de algo que Siwon había dicho en el parque. Bebé. El estómago se le revolvió. - Por supuesto que no - Repitió, con menos convicción.
- ¿Todavía está en la cárcel?
- No. - Henry vaciló, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Su estómago se retorció en un nudo apretado que trepó hasta su garganta y se quedó allí. - Me encontré con él hace unos días.
- ¿Y?
Henry encontró sus ojos y se sonrojó.
Su respiración se enganchó.
- Oh Dios mío.
- Lo siento - Dijo, con la voz entrecortada. - Nunca quise que ocurriera. Es sólo que - cuando lo vi - cuando lo vi, no pude detenerlo. Yo... yo.
- Cállate. Sólo cállate. - Amber lo fulminó con la mirada. - Esperé un año por ti.
- ¡Yo no pedí que lo hicieras!
- Esperé un año por ti, - Dijo de nuevo, su voz temblando un poco. - Pero Tú. Tú Si esperas que te perdone, ¡piénsalo una jodida de nuevo!
- No espero que me perdones -, dijo firmemente. - No tengo ningún derecho.
- Malditamente cierto, no tienes. - Sus hombros se hundieron. Ella negó con la cabeza. - Eso es. Eso es todo. Se acabó. Terminamos.
Ella encaró hacia la puerta.
- Lo siento, - Henry dijo bajito cuando ella puso su mano en el picaporte.
- Deberías hacerlo.
Dijo y salió.
* * *
- Amber me dejó.
Su terapeuta se quedó mirándolo con agudeza y midiéndolo. El Dr. Park dijo:
- ¿Ella lo hizo? ¿Por qué?
- Le conté sobre Siwon. - Henry bajó la mirada a sus manos. - Sobre lo que pasó en la cárcel.
- Ya veo. Tengo entendido que ella no lo tomó bien.
Henry negó con la cabeza, sus labios torciéndose.
- Ella lo tomó bastante bien, en realidad. Hasta que le dije que me encontré con él hace unos días y - y no pude resistirme.
Silencio.
- ¿Te sientes culpable?
Dijo el Dr. Park finalmente.
Henry miró hacia arriba con el ceño fruncido.
- ¿Qué crees? Por supuesto que me siento culpable.
Él le sostuvo la mirada.
- ¿Te sientes culpable por dañarla? ¿O te sientes culpable por todavía desearlo a él, a pesar de sentir que no deberías?
Henry se humedeció los labios con la lengua.
- Yo... yo no lo sé. Probablemente por ambas cosas.
Él ladeó la cabeza, mirándolo pensativamente.
- ¿Por qué crees que no deberías desearlo?
- Porque, porque es un hombre. - negó con la cabeza. - No, no es eso. Él me arruinó. Arruinó todo. Quiero decir, yo era normal antes. Yo sabía lo que quería de la vida. Tenía una novia que amaba, planeaba casarme con ella en algún momento, tener hijos cosas normales, ya sabes. Pero él me jodió y ahora quiero todas las cosas erróneas. Cosas que no debería querer.
La mirada que el doctor le dio sólo podía ser descrita como paciente.
- Henry - Dijo suavemente. -No existe la normalidad. No existe una definición de lo normal. Lo normal es subjetivo. Tú no puedes y no deberías obligarte a ti mismo a querer algo normal y a dejar de querer lo que realmente deseas. Es una forma segura de hacer tu vida miserable.
Henry negó con la cabeza.
- Tú no entiendes. No es que yo sea homofóbico o algo así. No es lo que más me molesta.
- ¿Entonces qué?
Henry miró por la ventana. Estaba oscureciendo. Se quedó mirando la luna y dijo:
- Cuando lo vi, fue como... como si yo no pudiera pensar en absoluto. Fue aterrador. Fue enfermizo. Yo tan solo quería, lo necesitaba. Quería que él me usara y que ... que no podía pensar. Sólo quería arrastrarme bajo su piel y que él me consuma. -Yo no quiero esto - él susurró, apretando los puños. - No lo hago.
* * *
No había ninguna razón lógica para que él fuera por el parque de nuevo. Sí, era el camino más corto a casa, pero él rara vez lo usaba. Había otros atajos. Más seguros.
Aun así, la noche después de su visita al terapeuta, Henry se encontró caminando a casa atravesando el parque. Él no esperaba encontrarse con Siwon de nuevo.
No lo hacía.
Simplemente... No había ninguna razón para que él no usara este atajo.
Si él se había encontrado con Siwon aquí una vez, no quería decir que iba a encontrarse con él de nuevo. Tal vez realmente había sido un encuentro casual y él no había estado acechándolo. Tal vez nunca vería a Siwon de nuevo.
El parque estaba vacío y extrañamente tranquilo. El sonido de sus pasos parecía anormalmente alto. Horripilante. Henry se metió las manos en los bolsillos y apresuró el paso, mirando a su alrededor.
- ¿Buscando a alguien?
Una mano pesada cayó sobre su hombro y lo empujó contra el árbol más cercano.
Henry se quedó mirando a Siwon. La luz de la farola era pobre y él apenas podía distinguir la expresión de Siwon.
- No a ti. - La esquina de la boca de Siwon se curvó hacia arriba. - Podrías haberme engañado.
Su agarre en su hombro era doloroso. Henry aspiró una bocanada de aire a través de sus dientes apretados.
- ¿Estás tú acosándome?