Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El camino de las leyendas por Kaiku_kun

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este capítulo está redactado en inspiración a la canción "A Milion Tears", de la banda Trees of Eternity. Link aquí. 

Cuando había necesitado el sueño, no lo había tenido. Ahora que no lo necesitaba, se notaba dentro de uno.


Se encontró de nuevo sentada, llorando sin parar con Morpeko en los brazos. El Lunatone gigante, en vez de estar herido y sobrevolarles, se giraba en su vuelo y amenazaba con atacarles de nuevo. No había Falinks protectores esta vez.


—¡Déjanos en paz! —gritaba, sin que le hiciera caso.


Lunatone usó su poder de gigante para arrebatarle el Morpeko de las manos y se transformó en una masa oscura, más propia del tipo Fantasma, absorbiendo a su Pokémon en el proceso. Ella seguía llorando, porque tenía la sensación de que su compañera había muerto, y se levantó para luchar contra ese nuevo Pokémon con sus propias fuerzas.


—¡¡LUCHA!! —le chilló, corriendo hacia él.


Un estruendo más propio de un trueno grave respondió a ese grito y la masa oscura cayó sobre ella como una montaña aplastando una hormiga. Roxy notó la extrema presión, y pensó que ahí acabaría todo y se despertaría.


Pero no. No acabó.


Roxy despertó en el suelo, tumbada. Tenía toda la sensación de haber sido engullida por ese monstruo, pero la sensación de que Morpeko había muerto se había desvanecido. Su consciencia sumida en ese sueño le decía que estaba a salvo, en el Centro Pokémon de Crampón. Le picaban los ojos llorar tanto.


Se levantó del suelo, observando a su alrededor. Parecía una caverna formada por esa bruma oscura, en la que unas luces lejanas hacia el cielo, o techo (a saber), iluminaban de tonos grises y morados el lugar. Parecía un infinito de niebla negra y gris.


Cuando fijó la vista en el horizonte, una bruma formó a su Morpeko, tal y como era en su forma saciada.


—¡Morpeko! —la llamó, aliviada.


«Para», se dijo, «esto es un sueño». Contuvo sus ganas de correr hacia ella. En vez de eso, simplemente caminó en su dirección. Y, como se temía, a medio camino la feliz Morpeko se deshizo en la misma bruma.


Dos pasos después, la bruma creaba una criatura gigantesca, con los rasgos de un Pokémon dynamaximizado. Era una gran serpiente oscura, lleno de apéndices de color dorado en los lados y también en el rostro, protegiéndolo, formando una mandíbula angular y encerrando una mirada aterradora. Sus seis alas negras parecían más bien brazos de un Octillery terminados todos en sendos aguijones. Su poder de Dynamax provocaba que grandes trozos de roca rotaran a su alrededor como un satélite rota al alrededor de un planeta.


Roxy se quedó quieta. No conocía a ese Pokémon de nada, pero parecía muy peligroso. Éste avanzaba en diagonal, sin reparar en la humana en lo más mínimo. Ese campo gravitacional que su cuerpo creaba no dejaba de añadírsele más componentes aparecidos de la nada. Ruinas de antiguos edificios, trozos de tierra asfaltados, árboles. Ese Pokémon existía en alguna región que no era Galar y estaba causando destrozos.


¿Por qué ese sueño parecía tan real?


El Pokémon alzó su cabeza en un alarido y abrió un portal adecuado para sus dimensiones, de color negro y morado, y se hundió en él. El portal desapareció unos segundos después, dejando el oscuro paisaje de nuevo en un absoluto silencio.


Roxy sólo encontró una diferencia: detrás del portal había aparecido una casita. Conforme se fue acercando a ella, notó lo peculiar de la misma: era como si hubieran arrancado un piso entero de un edificio de Pueblo Crampón acabado de construir y lo hubieran soltado delicadamente en el suelo brumoso de ese sueño.


Se detuvo ante la puerta. Podría perfectamente haber sido su casa, sólo que todo estaba limpio y nuevecito.


—¿Hola?


Sin respuesta. En su lugar, la puerta hizo un clic metálico y se abrió un par de centímetros. Roxy tomó eso como una invitación y entró.


Se notó extraña al instante. Se miró a sí misma. Su chaqueta de cuero había desaparecido. Su colgante también. El vestido rosa le iba muy grande.


—Así es como era hace unos años… —Y, también como hace unos años, empezó a tener unas ganas irrefrenables de llorar. Sabía exactamente dónde estaba pese a que su aspecto no era el mismo: estaba en su casa. Corrió directa hacia la habitación más lejana y encontró allí a alguien que no podía estar delante de ella—. ¡Abuelo!


—¡Marnie, cielo!


Roxy se echó a sus brazos, llorando como cuando era una niña, reconociendo de repente lo mucho que había echado de menos a su abuelo y su mote cariñoso que sólo él podía usar.


—Pensaba que nunca más te vería… —susurró, hipando constantemente.


—Ya sabes que conmigo no se puede dar nada por sentado —repuso con calma, acariciando la espalda de su nieta para que se calmara—. Yo también te he echado de menos.


Mientras intentaba controlar el torrente de emociones que estaban saliendo a la luz a la vez, recordó que hacia todo este tiempo, desde la muerte de su abuelo, que no había tenido una crisis tan importante en su vida. Aquel sueño era, tenía que ser, su subconsciente hablándole, diciéndole que su derrota y la desaparición de Morpeko habían sido tan relevantes como aquel trágico y natural evento en su vida.


Se repitió una vez más en su mente que no había llorado de esa manera desde entonces, cuando era otra persona.


—Marnie, ¿sabes por qué estoy aquí? —le preguntó, esperando una respuesta adecuada. Su abuelo solía hacer pensar a sus nietos de formas creativas al buscar respuestas.


—No es sólo por mí, ¿verdad? —balbuceó—. No es sólo porque haya estado… —Se cortó. Le daban ganas de llorar si seguía hablando.


—No. Están pasando muchas cosas en Galar. Mi situación me impide contarte nada, porque no existo fuera de estas cuatro paredes y no sé qué es lo que ha pasado. Pero no menosprecies los hechos inauditos, si los ha habido.


—¿Si no sabes nada, por qué me estás avisando? ¿Por qué ahora? —preguntó con habilidad. Su abuelo sonrió de esa manera tan suspicaz que le indicaba que había dado con algo importante.


—Se me acaba el tiempo. Y necesitaba que tropezaras una vez más para poder encontrarme contigo.


Un recuerdo encerrado en su memoria durante todos esos años apareció claro en su mente entonces. No había dado ninguna importancia a ello, más que ser algo poético, pero ahora tenía sentido.


—No estás muerto del todo, ¿no?


—No. Pero lo estaré.


Un temblor sacudió la casa. La bruma que había servido de pared de aquella extraña caverna estaba constriñendo la casa ahora.


—Se ha acabado el tiempo por ahora —dijo su abuelo, con algo más de apuro—. Búscame.


—Lo haré.


—Y sigue a tu corazón. Da uso de nuevo el nombre que te di.


La bruma les engulló a ambos. Durante un eterno instante, no vio nada, se volvió todo negro, y acabó abriendo los ojos con espanto, tumbada en su cama. La de verdad. Nerio la estaba sacudiendo como a una toalla llena de arena.


—¡Quita, bruto! —le gritó.


—¿Estás bien? Estabas pegando gritos. Y había un Pokémon aquí…


—¿Qué?


Roxy se sintió desorientada. Podía sentir todos los recuerdos del sueño desvanecerse rápidamente. La conversación se perdía. Tenía que anotar todo lo que pudiera.


Nerio se retiró un metro, viendo que necesitaba hacer algo importante, mientras Roxy ya empezaba a teclear en su blog de notas de su móvil todo lo que aún podía recordar. Una criatura enorme de color negro y dorado; su abuelo estaba parcialmente vivo; tenía que seguir a su corazón.


—Joder, ¿qué más?


Todo se había desvanecido ya.


—Decías que había un Pokémon —dijo, mirando a Nerio inquisitivamente. Aquello era importante—. ¿Le pudiste ver bien?


—No, en cuanto salí a ver qué pasaba ya no estaba. Pero le oí gruñir.


Roxy sabía que el detalle del Pokémon era importante, pero su mente se había bloqueado. Nerio parecía desorientado también.


—¿Qué hora es?


—Es de noche. Casi la hora de papear. Has dormido bastante.


Roxy se pasó una mano por sus mejillas. Había llorado de nuevo. No quería volver a esa época. «Sigue a tu corazón», había dicho su abuelo. Su corazón iba en dos direcciones en ese instante.


—Gloria te espera —le dijo Nerio, acertando con una de las direcciones—. Ha llamado hace un rato. —Roxy dudó un instante. Su hermano era demasiado astuto para no darse cuenta—. Tía, ¿en serio?


—¿Qué? —le espetó de vuelta.


—De nuevo dudando. ¿Te has vuelto la cría de antes otra vez? —Roxy le miró con furia, pero esperó a que siguiera hablando—. En realidad, incluso cuando estabas en tu Desafío pusiste excusas.


—Explícate mejor.


—Anda ya. Combates contra Gloria, la conviertes en tu rival, la dejas entrar en Crampón a cambio de un combate que sabías que ibas a perder (o la habrías dejado pasar sin más) y la acabas animando durante todo el marrón de la Liga, pero te emperras en rivalizar con ella como si tuviera que merecerse más tu respeto. ¿No ves por dónde van los tiros?


—Vale, lo he pillado, ¿pero qué tal si dejas de meterte en mi vida y así puedo hacer las cosas a mí manera?


Nerio bufó, soltó cuatro insultos y le señaló la puerta de mala gana.


—No se te puede decir nada —le espetó—. Incluso cuando no tienes ni idea de cómo salir del atolladero. Espabila de una vez, anda.


—Que te folle un Magikarp dorado, a ver si te distrae de darme la brasa.


Salió dando un portazo, sin esperar una réplica. No oyó a Nerio gritarle desde el otro lado. Le hubiera dado una buena satisfacción si lo hubiera hecho.


Mientras caminaba hacia la persiana de Crampón no tuvo más remedio que entrar en cierta crisis por lo que Nerio sugería. Tenía que admitir que no tenía ni puñetera idea del tema. Su muro de hielo ante las emociones y su inexperiencia en todo aquello que no fuera sobrevivir, usar el cerebro más racional y combatir, habían bloqueado muchísimas cosas que consideraba innecesarias a lo largo de su vida pero, una vez más, Gloria se había filtrado entre las grietas de hielo, a dosis muy reducidas, y hacía que se sintiera vulnerable.


Y odiaba sentirse vulnerable. Era una condena en Crampón serlo. No podía dejarla pasar, así como así. No quería ser aquella niña indefensa de nuevo.


—Pues claro que es mi rival, imbécil —le dijo a Nerio, susurrando con rabia, como si aún estuviera en su casa—. Tiene que serlo. Tiene que merecérselo…


No quiso decir en voz alta las palabras clave que le habían llegado a la mente. Y dudaba que pudiera aunque lo quisiera. No era propio de ella.


Quizás fue su rostro desencajado por la rabia, el llanto y su conflicto interno el que hizo que ni una sola alma en Crampón le hablara hasta llegar al Centro Pokémon. Miró el edificio un instante, pero pensó que si ponía un pie ahí dentro, se quedaría hasta que la echaran a patadas.


Avanzó rápidamente y sin mirar hasta que notó el fuerte viento del norte azotarle la cara. Miró a un lado, a la zona de acampada donde los entrenadores solían esperar para desafiar a Nerio. Gloria era la única que estaba allí, bien resguardada del viento, con su Cinderace avivando las llamas si alguna racha eludía de alguna manera la protección natural de la tierra.


—Compa, ¿cómo puedes vivir en un sitio tan ventoso? —preguntó, nada más verla.


—Los edificios hacen de muro —dijo, señalando con el dedo a su espalda, sin mirar. Luego se sentó a una distancia prudencial tanto del fuego como de Gloria y fue al grano—. ¿Qué te han dicho los líderes?


Gloria puso cara de aburrida.


—Bah, lo de siempre, que no tienen ni idea de dónde sale esa energía pero que hay que combatirla. —Se dejó caer en la hierba, al lado de Sobble—. Les he dicho que Eternatus está bajo control, en mi Ball, pero no les ha convencido.


—Quizás es porque, aún bajo control, está despierto. Quizás los Pokémon de la región lo saben. Tendría sentido que ahora costara menos usar el Dynamax fuera de los nodos energéticos que Rose preparó.


—Eso han dicho ellos. Dicen que buscarán una solución hablando con Magnolia o Sonia y que, de mientras, les combatirán.


Roxy la miraba, allí tumbada, irritada. Básicamente, aunque fuera la campeona de Galar, la habían menospreciado. Es lo que hubiera sentido ella si simplemente le hubieran dicho «sí, combatiremos, ya nos encargaremos de investigar». Ni siquiera parecía que hubiera un plan firme.


Por otro lado, tenía presente lo que su abuelo le había dicho: aquello no podía pasarlo por alto.


—Cuando Morpeko esté lista, tú y yo nos vamos a investigar también —dijo, con decisión.


Ella la miró, sorprendida, desde la hierba.


—Estás tú para irte por ahí, claro —dijo, con sarcasmo. Roxy no respondió, un poco por el shock. ¿Tanto se le notaba?—. ¿Qué te ha pasado?


Lo intentó. Intentó decir por lo menos una de las muchas cosas que le pasaban en ese instante, en lo que estaba pensando. Notaba el corazón diciendo sí y no a la vez. Su boca no se abría para decir lo que ella quería decir.


—Desde que perdí contra ti que no he estado bien —contestó. No era mentira, pero tampoco era toda la verdad—. Y creo que Morpeko se fue por eso.


—Bueno, es sencillo, hasta ahora lo has ganado todo y has ascendido rápidamente. Has perdido algo importante por primera vez en mucho tiempo. Claro que te afecta.


Roxy apretó los dientes. Estaba intentando controlarse para no soltar toda la rabia que le había nacido con ese comentario.


—No hables de esa forma —dijo, seca, con una mirada peligrosa. Gloria no se dio por aludida—. Lo pintas como si fuera todo un camino de rositas. Eres tú la que ha tenido la suerte de cara empezando en Pueblo Yarda, el sitio más pacífico del mundo. No tienes ni idea de lo que es crecer en Pueblo Crampón.


—Pues no, no lo sé —dijo, sentándose—. Pero es un combate, sólo eso. Habrá más, y más importantes.


Creía que Gloria tenía claro lo que ella era para Pueblo Crampón. Creía que sabría qué importancia tenía. Creía que había dejado claro que su pueblo natal no era un campo de florecitas.


—¡¿Y tú qué coño sabes?! ¡¡En serio!! ¡¿Te has fijado en qué aspecto tiene mi pueblo?! ¡¿En qué clase de gente lo habita?! —Allá iban las lágrimas de rabia que siempre se había tenido que aguantar ante las críticas—. ¡¡Estamos en la ruina!! ¡¡Estoy rodeada de matones, de borrachos y de drogadictos!! ¡¡He tenido que abrirme paso A GOLPES desde hace años para ser quién soy!! ¡¡He crecido sin ninguna otra familia que mi hermano y mi abuelo!! ¡¡He tenido que ocultar todas mis emociones, mi rabia, mi tristeza y el poco amor y alegría que siento porque si no me daban palizas!! ¡¡He tenido que poner esta cara de mierda todos los días de mi vida durante años para convencer a mis vecinos de que estoy bien y de que yo y mi hermano sacaremos de la mierda nuestro pueblo, y ya no sé ni sonreír!! ¡¡NO ME DIGAS QUE ES SÓLO UN PUTO COMBATE!!


Gloria la miró cada vez más hundida y encogida, detrás del fuego, con la cara de una niña que recibe una merecida bronca. Su Cinderace, normalmente relajado, se intentaba esconder detrás de la tienda, protegiendo a Sobble de los gritos. Y es que, además, desde el otro lado de la hoguera Roxy tenía un aspecto aún más temible que de costumbre.


Sin dejar de pegar insultos a todo volumen, Roxy dio media vuelta y se fue. Gloria aún estuvo a tiempo de ver cómo su rival se encontraba la persiana de su pueblo más o menos a su altura (para que no entrara el violento aire del norte) y le daba un puñetazo. Dejó una abolladura en el metal y se sacudió esa mano del daño que se acababa de hacer.


—¡Estúpida! ¡Soy estúpida! ¡Soy una inocentona de mierda!


Cuando llegó a casa, deseó que su hermano hubiera reaccionado al insulto de un rato antes, así podría haberle insultado de nuevo y cerrarle la boca. En su lugar, todo estaba en silencio, así que se encerró en su cuarto sin cenar y se puso a digerir lo indigerible: la injusticia de su vida y la falta que la familia le hacía en esos momentos, con lo que apenas durmió una o dos horas. El resto de la noche, Roxy estuvo retorciendo esa explosión de emociones que se había guardado durante años y que había estallado en todos los aspectos posibles en un solo día. Sin llorar. Sólo hundiéndose entre el millón de lágrimas que no había sido capaz de derramar en tantos años.


Se dio cuenta con un gran peso en el pecho que la culpa de que Morpeko se hubiera ido era porque ella se estaba lamentando demasiado. Lo había admitido ante Gloria sin siquiera pensarlo, y se había pasado los últimos días preguntándoselo como una inútil. Supo que era su culpa porque, sino, nunca hubiera explotado de esa manera. Estaba siendo una débil.


Luego, empezó a hacer marcha atrás en el tiempo, lamentándose de sí misma, recordando cuando era una llorona y su hermano se lo recriminaba y su abuelo tenía que consolarla todos los días; cuando los Loza eran sus enemigos mortales; cuando no tenía Pokémon; cuando podía ser quien quisiera aunque la acosaran por ello. Entre todos los malos tragos, pudo ver un atisbo de luz en ella al darse cuenta de que nunca había abandonado su forma de ser, su estilo. Sólo se había vuelto más serio.


Su mente viajó hasta el papel donde había anotado todo lo que recordaba del sueño de esa tarde, con su abuelo: él dijo, en otras palabras, que tenía que volver a confiar en alguien para ser vulnerable. Lo dijo cuando le aconsejó que usara de nuevo su viejo mote cariñoso: Marnie. El nombre que sólo le había entregado a una persona, a su abuelo, porque era con quién podía y quería mostrarse vulnerable.


¿Cómo se había atrevido ella a pensar en dárselo sin más a Gloria, a esa insensible inocente e ignorante de Gloria? ¿Cómo Nerio había podido pensar que ella sería la indicada? Le acababa de demostrar algo opuesto a lo que necesitaba de ella. Le había revelado algo de lo que se avergonzaba y ella simplemente lo había pisoteado.


No sintió ni una pizca de arrepentimiento en nada de lo que había dicho a Gloria, ni en cómo. Ella no sabía nada. Era una niña inocente con una vida apacible que había tenido la suerte de su lado al tener al hermano de Lionel como mejor amigo. Tenía que aprender que su vida no era la que todos tenían. Que necesitaba ser más considerada.


Al final, su rabia se giró en contra de ella y la agotó mentalmente. Su mente simplemente dejó de insistir y se durmió. Sólo un par de horas, antes de que el pueblo despertara una vez más.

Notas finales:

Os debéis estar preguntando: "un momento, yo no he leído la primera parte de este capítulo". Pues verán, es que este capítulo dispara un fic paralelo corto, de cinco capitulitos y un poco, que iré colgando todos los Miércoles. Será una precuela sobre la vida de Roxy/Marnie previa al juego. ¡¡Sorpresa!! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).