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El camino de las leyendas por Kaiku_kun

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Roxy evadió las preguntas de todo el mundo y volvió a su casa para preparar su mochila. Quería aprovechar ese momento en el que tenía las ideas claras para moverse y avanzar en su viaje personal. No podía dejar que su cuerpo la bloquease, como cuando había salido del Centro Pokémon un rato antes. Tenía que investigar el fenómeno del Dynamax con lo poco que recordaba de su sueño con su abuelo.


Además, las dudas sobre Gloria se disipaban, y ella sólo había sido ella para conseguirlo. Normalmente era Roxy la que era buena disipando dudas.


Estaba metiendo su ropa y objetos para sus Pokémon cuando Nerio apareció por casa. Roxy pasó de él hasta que el exlíder asomó su tétrica cabeza por el marco de la puerta.


—¿Te vas de nuevo?


—Sí.


—Ya me he enterado de lo que ha pasado. Es imposible que la gente lo olvide, con lo que das el cante.


Roxy se giró un instante hacia él, con una sonrisa agridulce.


—Algo así me decías antes de que fuera una entrenadora.


—Hay cosas que nunca cambian.


La joven volvió a mirar su mochila, que estaba ya a punto para cerrarse.


—Perdón por el insulto.


—Tranqui. Me has soltado barbaridades peores. Además, al final me has hecho caso. Parece que aún te sirvo de referencia como hermano mayor.


Las sonrisas genuinas eran de una extrema rareza en Roxy, pero al mirar a su hermano consiguió sacar una sin esfuerzo. ¿Para cuándo una de esas para sus fans?


—Intentaré no tirarme meses fuera —dijo, cargando la mochila a su espalda—. Se supone que te has retirado como líder.


—Bah, ahora los entrenadores están por el arrastre. Gloria, tú y los otros aspirantes les disteis un repaso a todos. Dudo que nadie tenga huevos de retar a un líder de gimnasio justo ahora.


Roxy asintió y le dio un abrazo a su hermano.


—Cuídate. O te daré de tortas hasta en tu tarjeta rara de Liga cuando vuelva.


—Lo mismo te digo.


Las despedidas: algo que nunca se le daría bien. Roxy no se atrevió a mirar atrás, no fuera que se arrepintiera de irse, o peor, que no supiera qué decir. Cerró la puerta de su casa, respiró hondo, y empezó a caminar por el deteriorado y pintarrajeado asfalto de Pueblo Crampón.


Era en esos momentos cuando apreciaba más ese ambiente turbio de su pueblo natal. Las luces de neón azules, rojas, amarillas y moradas eran un artificial recordatorio de las cuevas de Galar, llenas de minerales de colores vivos y tan brillantes. Contrastaban en ambos casos con la luz solar, que era incapaz de suplantar aquello que residía en la oscuridad. Cualquiera podía ocultarse ahí un tiempo para estar a solas y a la vez estar constantemente aterrado por el peligro inmediato.


Una vez Nerio escribió una canción sobre cómo Pueblo Crampón era un reflejo de la soledad cuando no se lleva bien y pasa a ser tu enemiga. Roxy simplemente le acababa de encontrar el sentido mientras marchaba hacia el sol.


Con esa curiosa forma de observar su entorno, Roxy tuvo una idea que debería de haber resultado de lo más básica para los problemas que Galar estaba sufriendo en esos momentos. Gloria y ella también se internarían en el Área Silvestre. Podrían encontrar pistas sobre este Dynamax descontrolado. Sólo que ella no sabía tanto sobre el fenómeno como las profesoras Pokémon o como la propia Gloria.


—¿Qué? ¿Lista, compa?


Su ensimismamiento había hecho que se encontrara de cara con la Campeona. Ya había cruzado todo el pueblo, en silencio y con rapidez, sin ser interrumpida. Se encontraba delante de la persiana. El viento del norte había cesado, hacía un día radiante y no había ni rastro de la tienda de campaña de Gloria.


—Sí.


Roxy iba a contar su nuevo plan a Gloria cuando la SmartRotom de la campeona saltó para mostrar una llamada de Sonia.


—¡Hola, profe! ¿Qué hay? —habló Gloria, con su habitual informalidad.


—¡¡Ya me he enterado de lo que han dicho los líderes de gimnasio!! ¡¡Menuda cara más dura!! —Con esos gritos, Roxy se movió con curiosidad hacia la pantalla, así que acabó saliendo en ella—. Ah, ¡hola! No nos conocemos en persona. Soy Sonia, nueva Profesora Pokémon de la región. He coincidido con tu hermano, qué majo es.


—Sí, es posible —respondió ella, recordando eso de «majo» para chinchar a Nerio en cuanto tuviera ocasión.


—Me da igual lo que digan de mí —contestó Gloria a Sonia—. Soy la campeona y soy tan capaz como el resto de hacer lo que me salga del pitote para ayudar con el problema del Dynamax.


Sonia se movió intranquila, quizás por las palabrotas y lo contundente de su respuesta.


—Me lo suponía —dijo—. ¿Tenéis algún plan? Los líderes veteranos y compañía no quieren admitir que van a ciegas esperando a que otra forma Dynamax aleatoria aparezca.


—Pensábamos ir al Área Silvestre, es donde hay los nidos.


—No es un buen comienzo —suspiró Sonia—. Necesitamos algo menos evidente. Sabemos que Eternatus está bajo tu control, pero despierto. ¿Sería suficiente para que los Pokémon usaran el Dynamax libremente fuera de los nidos? Aparentemente sí, pero ¿por qué? Esa energía pura se gasta…


«Se gasta». Roxy pensó en su momento que aquel encuentro casual había resultado poético por su más que deteriorado estado, pero ahora se veía con la necesidad de enseñar su hallazgo: la Estrella Deseo agotada.


—Pensaba que la energía de Dynamax era ilimitada. ¿No lo es? —preguntó, enseñando la Estrella Deseo.


Sonia vio qué era lo que enseñaba Roxy a la cámara, se acercó, y luego empezó a dar vueltas por un espacio abierto que no consiguió reconocer, con su propio SmartRotom persiguiéndola. El nerviosismo era patente.


—Vaya, vaya… ¡Vaya!


—¿Qué?


—Necesito esa Estrella Deseo. Mi abuela y yo vamos a estudiarla. ¿Decíais que ibais al Área Silvestre? Pues os veré en un rato en la salida de Artejo.


—Nunca se ha agotado una Estrella Deseo de esta manera, ¿verdad?


—No —dijo, después de dudar un segundo—. Hemos visto cómo tienen «menos batería» si se usan mucho, pero nunca hemos encontrado una agotada. Y con lo que está sucediendo… ¡Vengo en un plis plas, os espero allí!


Roxy y Gloria se miraron, algo confundidas durante un segundo.


—Quería ir en bici un rato, pero no va a poder ser —renegó Gloria.


—Yo ni siquiera tengo bici —rio Roxy.


—Pues nada, repetimos —dijo, señalando un Corviknight de Taxi.


El Taxi Aéreo les llevó a buena velocidad por encima de los túneles hacia Ciudad Artejo. Roxy miró inmediatamente hacia la gran extensión de tierra y hierba que indicaba el final del Área Silvestre, esperando milagrosamente dar con Morpeko, sólo por darse esperanzas.


Más o menos cuando llegaron al puente, el Corviknight se desvió hacia la izquierda, descendiendo por el vacío, al lado de los imponentes muros de Artejo. La vista del Área Silvestre mostraba una tormenta de arena en la zona desértica y lluvias torrenciales cerca de los puentes que les impedían ver más allá. Al final, el Pokémon aterrizó al lado de la boca de dragón que era la entrada a la ciudad.


Allí, Sonia ya les esperaba.


—¡Buenas! Estaba cerca de Pueblo Ladera, esperando que las ruinas de allí me dieran pistas de… —En vista que Roxy y Gloria esperaban sin mucho entusiasmo, se cortó—. En fin. ¿Puedo ver la Estrella Deseo?


Roxy se la entregó a la Profesora. Ésta la pesó con la mano, pasó el dedo por los huecos dejados por la falta de cristal y se aseguró de que la roca en sí seguía siendo resistente.


—Intrigante… —suspiró—. De camino a aquí he tenido tiempo de pensar en esta roca. Creo que las empezaremos a ver más a menudo.


—Yo pensaba que mi muñequera tendría energía ilimitada. ¿Tenemos que preocuparnos por eso? —preguntó Gloria.


—No lo creo. Hasta el final no lo admitieron, pero Rose y su gente, con Eternatus bajo control, idearon una forma de canalizar el Dynamax a través de los nodos para que su energía fuera circulando entre Eternatus y las Estrellas Deseo adaptadas a los entrenadores. En otras palabras, creó un bucle de energía que se renovaba constantemente. Por eso las muñequeras seguirán funcionando. El gasto de las Estrellas Deseo era mínimo. Pero ahora que Eternatus ya no crea ese bucle de renovación, las Estrellas se irán gastando, muy lentamente.


—Eso es lo que Rose temía y por eso montó ese sarao durante la Liga —dedujo Roxy—. Creía que Eternatus dormido no daría tanta energía como estando despierto.


—Exacto.


—Pero eso no explica la Estrella Deseo agotada.


—Nuestra labor es saber cuánto tardará en agotarse —dijo Sonia, agitando esa roca sin energía—. Mi abuela ya hizo sus cálculos, pero hay que repasarlos, ahora que Eternatus está despierto. Podría haber serias alteraciones.


—¿Qué clase de alteraciones?


—Las que ya hemos visto: Pokémon usando el Dynamax en situaciones de emergencia, si son suficientemente poderosos. Las Estrellas Deseo podrían agotarse antes, o podrían dar más energía de la prevista con cada uso. Un día podría estar a pleno rendimiento y al siguiente ser totalmente inútil.


—Y esos pazguatos de los líderes de gimnasio pensando que podrían sacarse la manguera y hacerlo ellos solos... —rechistó Gloria, irritada.


—Pero nos va bien tenerlos así —repuso Roxy, sonriendo de forma algo tétrica—. Que ellos hagan el trabajo duro, que atiendan las emergencias. Nosotras llegaremos al fondo del asunto.


Roxy recordó a su abuelo entonces: él la había advertido de un peligro inminente que tenía que ver con él y el Dynamax, y estaba casi segura que ese Pokémon enorme de su sueño tenía algo que ver. No podía ser ninguna coincidencia que las Estrellas Deseo hubieran despertado dudas tanto en Rose como en las profesoras y desembocaran en esos incidentes Dynamax.


—La Negra Noche —dijo.


—¿Qué pasa con eso? —preguntó Gloria.


—No me digas que… —soltó Sonia, tomando aire de repente.


—Va a suceder —sentenció, endureciendo sus labios—. Eternatus sólo ha sido el inicio, el que ha disparado los primeros acontecimientos. Hay algo más, tiene que haber algo más. Las historias hablan de decenas de Pokémon a la vez en sus formas Dynamax y Gigantamax, y eso aún no ha sucedido. —Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al darse cuenta de la realidad—: Eternatus fue víctima de magia negra, pero ¿de qué o de quién? Sólo fue un peón, nunca nos han contado quién hubo detrás de ello. Y creo que esa pieza es la que podría provocar una segunda Negra Noche.


—Sólo son historias, pero no podemos pasarlo por alto si ya está habiendo Pokémon dynamaximizados así por las buenas —concluyó Sonia. Lo pensó un momento, en el que Gloria miró a las otras dos mujeres con cierta impaciencia—. Vale, haremos esto: Paul está investigando cerca de la Mina Oeste de Galar, muy conveniente. Vosotras id hacia la Mina Este. Necesitamos personas sobre el terreno que se acerquen a las zonas con más Estrellas Deseo enterradas. Si una Estrella Deseo tirada por el suelo hizo que ese Lunatone tuviera la iniciativa de agigantarse, no quiero imaginar lo que podría suceder con toda una mina de ellas.


Todo lo que Roxy estaba escuchando empezaba a encajar de una forma estrambótica en su cabeza, mientras sus ideas y el sueño de su abuelo se cuadraban de la misma forma como una tabla de clasificación. Había dicho casi sin pensar lo de la Negra Noche, pero su abuelo, en su estado deteriorado dondequiera que estuviera, sabía algo de todo aquello.


Era por eso que tenía que encontrarlo. Por eso se lo dijo en ese sueño. Pero, además de sus nietos, no quedaba prácticamente nada de su huella en el mundo real. Sólo podía pensar en una remota posibilidad que no tenía el tiempo de aceptar y encontrar. Tenía otras prioridades.


—No te preocupes por eso, ¡nosotras nos vamos a las minas! Vigilaremos todo lo que podamos de camino —dijo Gloria, de mientras, animada—. Encontraremos la manera de parar la Negra Noche.


—Me alegra ver tu energía de nuevo, chica —sonrió Sonia—. Voy a volver al Laboratorio y avisar a mi abuela para ponernos a trabajar. También diré a Paul que esté al tanto. Ahora que es mi ayudante, tengo que hacerle trabajar como es debido. ¡Nos vemos!


Sonia echó a correr hacia el Taxi Aéreo y en unos pocos segundos el Corviknight alzó el vuelo hacia el sur.


—Bueno, menudo día, ¿eh, compa? Tendremos que buscar zona de acampada por aquí.


«Por aquí», una bonita forma de describir días enteros de camino sin parar entre ciudad y ciudad a través del Área Silvestre. A Roxy se le había hecho mucho más grande el mundo, ahora que sabía todo lo que se cernía sobre él. Iba a necesitar apoyo.


¿Cómo decirle a Gloria que era su apoyo el que quería conseguir sin que lo malinterpretara?


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