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Entre mares y tierras por Dantalion118

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Itachi caminaba de un lado para otro de manera intranquila y no era para menos, Deidara no quería comer, corría a todos, golpeaba a todo y maldecía a todos y por supuesto eso lo incluía a él y es que no era para menos, como no odiar al asesino de tu prometido, el amor de su vida y sobre todo su violador.

 

Peino sus cabellos hacia atrás y verdad de dios que no era toda su culpa que las cosas se hubieran dado así, al contrario, el siempre intento hacer las cosas bien y no solo por él o su tripulación si no por Deidara, pero este mismo fue el que llevo hasta ese extremo las cosas, aun recordaba cómo habían terminado las cosas así.

 

¨**Flashback**¨

Itachi Uchiha, hijo mayor de los Uchiha tan solo tenía 21 años en ese entonces, él era líder de la tropa sur y ese día volvería a casa después de un buen botín, desembarcaron en la ciudad mientras sus demás camaradas eran recibidos por sus esposas e hijos y sin embargo él no, él no tenía algo como esposo o esposa y mucho menos un amante, él fue recibido por su amigo rubio.

 

-hay mi amor, viniste a recibirme y ver que te traje? - interrogo el mayor mientras cargaba a Deidara y besaba sus mejillas, siempre que se veían era así, Itachi trataba al ajeno como el amor de su vida, la luz de sus ojos, aunque para el ajeno, solo fuera cuestión de “broma”.

 

-ya Itachi bájame- pedía entre risas mientras se dejaba hacer, después de todos ellos se conocían desde los 15 años.

 

Las risas, besos disfrazados de bromas y los chistes se hicieron presentes después de todo hacía 3 años que no se veían y ambos se extrañaban o eso pensó Itachi.

 

-Dei…- llamo mientras le sentaba sobre sus piernas como hacía tiempo atrás mientras peinaba sus cabellos –Quiero decirte algo- confeso mientras besaba esos cabellos con mucho amor y suma delicadeza, amaba esos rubios cabellos, ese aroma, esa piel, la sensación que provocaba el tenerlo así, sin duda Deidara sería un buen esposo y madre, ese pensamiento le hacía sumamente feliz.

 

-yo igual- dijo emocionado el menor mientras giraba el rostro y le veía –me casare- dijo sonriendo para lanzarse y abrazarlo –finalmente me casare! Ita!!… me casare…- exclamo mientras su rostro reflejaba felicidad pura, como si su sueño se hubiera hecho realidad, pero para Itachi fue como un balde de agua fría, sus acciones se detuvieron y su sonrisa se esfumo, ¿Cómo que se casaría?, ¿con quién?, ¿Cuándo?, ¿qué diablos pasaría con él y sus sueños?

 

-Sasori me propuso matrimonio hace medio año y acepte, mi familia está feliz y yo igual- dijo separándose para verle –n-no estas feliz? - cuestiono mientras le veía de manera tímida al más alto, la verdad, Deidara esperaba el apoyo de Itachi, era como su hermano y ver esa expresión le hacía temer lo peor.

 

-NO! - Dijo poniéndose de pie de manera molesta y herida lanzando al rubio al piso, ¿qué diablos pasaba?, ¿Qué fue él entonces para Deidara?, ¿una burla?, negó mientras golpeaba aquella pared mientras su ira salía a flote. –PROMETISTE ESPERARME! - grito enfadado mientras le veía –VOLVI POR TI!, ¡VINE A CASARME CONTIGO!  - exclamo viéndole dolido mientras las lágrimas se desbordaban por su rostro.

 

-I-Itachi…cal-cálmate estas demasiado alterado- pidió asustado el rubio mientras retrocedía, era verdad que él había dicho que esperaría que Itachi volviera para casarse, pero en aquel momento lo dijo en forma de juego, el tan solo tenía 12 años, jamás paso por su cabeza que el peli negro lo fuera a tomar muy enserio.

 

-COMO MIERDA NO QUIERES QUE ESTE ALTERADO? ¡HABLE CON MI FAMILIA DE TI!!, Prometí llevarte, ¡casarme contigo!, ¡tengo una casa para ti, joyas ropas todo DEIDARA!!, TODO MALDITA SEA!  - exclamo mientras lo sujetaba con fuerza y le veía –Por qué jugaste conmigo de esta manera? - interrogo viéndole –sabias bien que yo te amaba, eras lo más preciado para mí, tú eras mi mayor tesoro, ¿Por qué me traicionas así? - exclamo con un hilo de voz mientras reposaba su rostro en el hombro ajeno.

 

-Ita, su-suéltame me lastimas- exclamo mientras lloraba suave, le dolía verlo así, le dolían las palabras ajenas más que sus acciones.

 

-ME LASTIMAS TÚ ¡- dijo dolido viéndole –Donde esta ese idiota?!- interrogo mientras le veía –Lo matare Deidara!, tu eres mío- exclamo mientras lo abrazaba llorando en su cuello y es que él ya se había hecho a la idea de vivir con Deidara, casarse tener hijos, llevarlo con él, todo y , ¿el mismo amor de su vida le arrancaba sus ilusiones?, no era justo y la decisión que estaba a punto de tomar era por culpa de Deidara y de ese idiota que se atrevía a robarle la felicidad, Itachi siempre había sido un ser amable y alegre pero ese rubio había sacado la peor parte de él.

 

-Capitán! - llamo Kiba mientras le veía.

 

-busquen a un tal Sasori ahora- ordeno mientras cogía a Deidara con fuerza y lo arrastraba al barco –partiremos ya mismo, ya sabes qué hacer con un bastardo-

 

-entendido capitán en una hora le entrego los resultados- dijo partiendo mientras Itachi arrastraba al rubio el cual lloraba e imploraba que se detuviera que no le hiciera nada al amor de su vida, Itachi lo encerró, lo abofeteo y gruño molesto viéndole, el Itachi lindo, amable, atento y risueño que conoció había muerto y él era el único culpable.

 

Hora y media paso, el barco se puso en marcha e Itachi se hizo presente en aquella celda poniendo enfrente de Deidara aquellos mechones de cabellos –si te hace feliz saberlo, lo hicieron rápido no sufrió como debía hacerlo-

 

-te odio!!!- exclamo llorando –te odio… te odiare toda mi vida!! Ma-mataste al hombre que amaba!!- exclamo con ira el rubio, aunque esas palabras eran para más para sí mismo que para el azabache, después de todo, el provoco esa ira, el jugo con fuego y se quemó.

 

Itachi bufo molesto, ordeno que le abrieran la puerta, le lanzo los cabellos rojos a Deidara en la cara, lo lanzo en la mullida cama y se posiciono sobre el mientras tomaba sus cabellos con fuerza –dices que me odias por matar al hombre que amabas, pero…, realmente eres el indicado para decir eso? - interrogo mientras cogía su mentón –me convertiste en esto Deidara, pero prefieres culparme solo a mí, eres cruel… ¿no crees? -

 

-su…suéltame…- exclamo, tenía miedo y no era para menos, la sonrisa retorcida y los ojos llenos de odio y de deseo atemorizarían a cualquiera.

 

-te demostrare lo que es un hombre de verdad, te haré odiarme más Deidara, y me encargare de que recuerdes que esto es tu culpa- susurro en su oído mientras se incorporaba, le desgarro las prendas, lo desnudo por completo, se quitó su ropa y ordeno a los guardias irse, estos asintieron, nunca en su vida lo habían visto así y en ese momento comprendieron que el Itachi amable había muerto y todo por ese doncel.

 

Deidara temblaba, balbuceaba en busca de piedad, clemencia, pero, era tarde, Itachi abrió sus piernas con brusquedad y sin cariño, sin emoción alguna, lo hacía más por coraje que por querer intimar y eso le daba más miedo, nadie lo salvaría, aunque gritara pidiendo ayuda.

 

Itachi lo penetro sin preparación alguna, lo sujetaba con fuerza de las manos, hizo un gesto de excitación debido a la estreches ajena, Deidara por su parte grito, no pudo contenerlo, dolía como los mil demonios, toda su vida espero por ese momento, por entregarse e intimar con el amor de su vida, pero, no pensó que fuera así.

 

-de…detente! - pidió el rubio intentando zafarse, lo araño, lo golpeo, lloro en busca de piedad, le rogaba que se detuviera, el mayor lo estaba desgarrando, lo quebraba con cada embestida que le daba, con cada golpe, con cada palabra llena de odio y rencor.

 

30 minutos después el azabache salió de aquella celda, Deidara lloraba, su cuerpo temblaba, jamás olvidaría esa noche y sobre todo esa mirada y esos ojos de los cuales caían lágrimas de sangre,

 

Fin del flashback

 

-dejen, yo le llevare la comida- dijo cansado de ver como los guardias salían furiosos por como el grosero y mal educado de Deidara les trataba.

 

Itachi cogió la bandeja con comida y se dirigió a la celda, al ingresar visualizo al menor el cual estaba desaliñado y ojeroso.

 

-Deidara que te he dicho? - interrogo con una dura y demandante voz –acaso quieres que te castigue de nuevo? - cuestiono serio mientras ingresaba.

 

-Itachi...- interrogo el oji azul mientras le miraba –ya no quiero estar aquí- exclamo con los ojos llorosos mientras le miraba –odio estar encerrado, odio la comida que me dan- confeso, miro al azabache dejar la comida en la mesa de alado y observo como tomaba asiento.

 

-y?, ¿acaso crees que me importa?, no mereces nada- declaro, y es que, aunque él, afuera de esa celda, fuera un pan de dios, dentro de la celda, o, mejor dicho, frente a ese rubio era un demonio.

 

-por favor!- exclamo –llevo 9 meses aquí, ya no quiero, quiero ver todo, por favor- suplico mientras se acercaba, sabía que ya no tenía más que perder, si estaría a lado de ese hombre buscaría la forma de vivir decentemente, aunque le costara aceptarlo, Deidara odiaba como Itachi se iba, odiaba escuchar a los asquerosos esos decir como Itachi metía a muchas mujerzuelas en su camarote o como iban de prostíbulo en prostíbulo y que Itachi trataba mejor a esos cualquieras que a él, aunque el mayor decía amarlo lo tenía encerrado escondido de todos y eso no le gustaba, se había resignado a la muerte se Sasori hacia un par de meses atrás.

 

Itachi suspiro pesado, era la tercera vez en el mes que se lo pedía –te dejare salir, solo por una hora, pero deberás volver a tu celda- exclamo –de acuerdo? -

 

-no queremos- dijo, había dado un paso y realmente no era suficiente –tu hijo y yo queremos estar a tu lado- exclamo finalmente mientras le veía –no es bueno para nosotros que nos tengas encerrados

 

-hijo?, ¿de qué diablos hablas?  - interrogo poniéndose de pie mientras se recargaba sobre la reja, observo como Deidara se ponía de pie y dejaba a la vista aquel abultado vientre de unos 4 meses notables.

 

-nuestro hijo, no queremos estar aquí, no queremos esa comida, nos queremos duchar con agua tibia, queremos dulces, queremos estar a tu lado- armándose de valor soltó, era su única carta para salir de esas horribles paredes, cualquier lugar sería mejor que eso.

 

Itachi se quedó sorprendido, sin duda eso era una grande sorpresa, camino hacia al ajeno incrédulo y se dejó caer de rodillas, acaricio con cuidado el bulto y lo olfateo, era suave, sintió los movimientos

 

-está feliz de conocer a su padre- soltó el rubio acariciando los cabellos azabaches de manera insegura–sácanos de aquí- pidió o, mejor dicho, ordeno, Itachi se veía más sumiso, tenía un rostro de que si pidieras algo lo cumpliría sin dudar y sin duda, no dejaría marchar esa oportunidad.

 

Itachi asintió y lo cargo cubriéndolo con su camisa, lo apego a su pecho y camino fuera de esa reja

 

-capitán! - exclamo Kiba sorprendido mientras veía al Uchiha mayor cargar a ese omega el cual supuestamente tenía prohibido poner un pie fuera de su celda.

 

-Kiba, trae carne y algunas frutas, jugo –pidió

 

-leche- exclamo Deidara mientras abrazaba al más alto por el cuello sujetándose de esta forma –se podrá? -

 

-trae también leche- pidió mientras ingresaba al camarote, todos miraron sorprendidos la escena, Itachi se estaba dejando manipular por un doncel y no cualquiera, si no, por el mismo que lo traiciono, Kiba suspiro pesado, debía reportar eso sin embargo debía obedecer la orden.

 

-Itachi quiero un baño- exclamo mientras el ajeno lo recostaba con cuidado sobre la suave cama, sin duda era un gran cambio a aquella cama sucia, Deidara sonrió complacido por como Itachi abrazaba su vientre, al principio el rubio había pensado en abortarlo o perderlo pero tenerlo era una mejor opción sin dudar, lo había sacado de la celda y sobre todo, le estaba dando comodidad, acaricio los cabellos sedosos mientras que el azabache besaba con cuidado el vientre sintiendo aquellas pataditas, seria padre, al fin seria padre, su familia estaría orgullosa de él y sobre todo él tendría lo que tanto soñó.

 

-Itachi, quiero casarme y que me des mi lugar como es debido, no quiero seguir oculto y mucho menos, quiero que te sigas acostando con cuanta puta te abre las piernas o te juro que no nos vuelves a ver, ni a mí ni a nuestro hijo, ¿de acuerdo? - ok, de acuerdo, iba demasiado rápido pero no podía controlar sus celos debido a las hormonas y es que el cuarto olía a zorra de prostíbulo barata.

Notas finales:

Espero les halla gustado, no se olviden de comentar sugerencias.


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