Naruto no le quitaba la vista de encima a Indra, el gato que Sasuke recientemente adoptó de un refugio de animales.
El felino poseía un pelaje negro como la obsidiana sin embargo el rasgo más característico se hallaba en sus ojos. Había nacido con heterocromía, por lo cual el ojo derecho era ámbar mientras que el izquierdo era de un tono azul- violáceo, así que su mirada más que penetrante, resultaba muy muy peculiar.
Detalle que le parecía perturbador a Naruto, pues se veía amenazador y hasta demoníaco. Por otro lado, el Uchiha consideraba que su novio exageraba, es más, que Indra tuviera esa condición lo hacía ver como un gato majestuoso.
Naruto se encontraba sentado en el sofá alerta, no le despegaba la vista de encima al felino; e Indra hacía lo mismo desde su torre de rascar, observándolo cuidadosamente.
Cuando el gato clavaba sus ojos dispares en el Uzumaki, un escalofrío le recorría la espalda a este último. Y era precisamente lo que estaba sucediendo en ese instante.
-Sasuke, date prisa, teme-rogó mentalmente el Uzumaki, se preparaba para que cualquier momento Indra empezará a sisear y a acecharlo. Para finalmente atacarlo en la cara.
Fue entonces que la salvación de Naruto llegó en forma animal, Ashura, el otro gato del Uchiha, el cual interrumpió ese ambiente tenso al ingresar a la estancia.
-Ashura, ven dattebayo.-llamó con alegría Naruto, invitándolo a que se acercara, agradeciendo su presencia ahí.
El animal aceptó el llamado, aproximándose rápidamente y frotándose contra la pierna del rubio, ronroneando en el proceso.
Ashura era un gato hermoso, su pelaje era totalmente blanco y poseía unos divinos ojos azules, casi de la misma tonalidad que los del Uzumaki.
Hacía unos cuantos años, Naruto fue dueño de Ashura, pero cuando el propietario de los apartamentos donde vivían prohibió tener mascotas, se lo dejó encargado al Uchiha.
Tiempo después, cuando se mudó a otro lugar más amplio y amigable con los animales, no tuvo corazón para separar a Ashura y Sasuke pues se volvieron cercanos, así que optó por comprar un perro, al que bautizó como Kurama.
—¿Cómo has estado, Ashura?—preguntó Naruto, acariciando con sumo cuidado y cariño al felino que no se despegaba de su pierna, ignorando la presencia del gato negro.
Indra entorno los ojos y bajó sigilosamente en dirección de donde Naruto y Ashura estaban, acechando con cautela como si quisiera tomarlos por sorpresa.
—Indra—llamó inesperadamente Sasuke que estaba detrás del gato, el cual salto un poco debido al susto.
Naruto y Ashura volcaron su atención en el recién llegado, que traía un poco de té y galletas para merendar.
—Te digo que no le agrado a Indra, de haber sabido que uno de los gatos me iba a odiar no te hubiera sugerido un compañero para Ashura—señaló Naruto tomando una galleta.
—No le agradas a Indra por que acaparas la atención de Ashura.—apuntó Sasuke con lógica, nos era nada del otro mundo el comportamiento del gato.
—Ashura fue mi gato también, me quiere aún y yo a él. ¿Cuál es el problema'tteba? No sé por que ese maldito gato negro es tan posesivo.—se quejó sin comprender aún la conexión al que se refería su novio.
—Son pareja.—expuso directamente.
—¿Quiénes?—cuestionó.
—Ashura e Indra
—Son machos, teme.
—Nosotros también
—¡Es distinto, dattebayo!
—No, no lo es, Indra se aparea con Ashura, ¿lo sabías?
—¡¿Qué?!
—No sé por qué te sorprende, dobe. No por qué sean gatos quiere decir que no son selectivos, desde el primer día note eso en Indra. Por ello limité mis atenciones con Ashura, lo mimo poco pero lo suficiente para que sepa que lo quiero.—explicó detalladamente siguiendo la lógica felina que no estaba tan alejada de la lógica humana.
—Pero a ti, Indra no te ha rasguñado como a mí.—objetó, Sasuke no resultaba tan lastimado, y eso que convivía todos los días con los dos gatos.
—Usuratonkachi, tomó mis precauciones y no lo molesto. Tú lo desafías cada vez que vienes y mimas a Ashura.—acusó.
—Así que es mi culpa
—Imagina esto, si alguien viene y roba mi atención, tú de seguro estarías celoso, lo mismo pasa con Indra.—planteó utilizando una analogía simple y fácil de entender.
—Supongo que tienes razón. Pero no puedo ignorar a Ashura—confesó, tomando del suelo al gato blanco y apoyándolo en su regazo.—Es tan lindo.
Inmediatamente Ashura empezó a ronronear gustoso, de verdad que le encantaba estar en los brazos de su antiguo dueño.
Sasuke suspiró largamente, se daba por vencido, su dobe le encantaba buscarse problemas, de seguro dentro de un rato tendría un rasguño nuevo. Volteó en dirección de donde Indra estaba la última vez que lo vio, descubriendo que éste contemplaba al rubio con ojos furiosos. Reconocía esa mirada de "No lo toques".
—Iré por el botiquín—anunció el Uchiha, a punto de abandonar la pieza.
—¿Por qué? Nadie está herido.—dijo Naruto sin entender el punto de traer equipo de curación.
—Lo vamos a necesitar créeme.
Tanto el Uzumaki como Ashura sólo se lee quedaron viendo sin entender nada.