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31 días con el SNS: FicTober 2019 por Ana Reiko

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Nota: Aconsejo que cuando vean el signo (*) en la lectura favor de colocar la canción "Kogane no Hikari" cantada porque Noriaki Sugiyama o bien reproducir el video anexado aquí, con el fin de entender y disfrutar esta historia que es un Songfic (historia inspirada en la letra de esa canción)




Por su atención, gracias.




Itachi por fin arribaba a la mansión Uchiha luego de una larga jornada laboral. Se encontraba sumamente cansado y no era para menos, ese día tuvo que realizar la labor de revisar cada producto en existencia del inventario, proceso estresante y laborioso. Pesé a qué sus compañeros de trabajo le insistieron en ir a una bar a beber un poco y relajarse después de semejante tarea titanica, el Uchiha declinó la oferta.




Tenía asuntos más importantes que atender, cómo poner en marcha cierto plan que involucraba a su hermanito menor.




—¡Itachi-niichan, aquí estoy!—saludó estrepitosamente un joven de una melena rubia y alborotada que recién llegaba al lugar, agitando su mano con energía en dirección al Uchiha.




Rápidamente Itachi agarró al chico, tapândole la boca con las manos, esperando que este pequeño percance no hubiera puesto en alerta a Sasuke, quien estaba en el interior de la casa.




Aguardo unos cuantos segundos, sosteniendo todavía a su víctima entre sus brazos, inmovilizadolo completamente pues este se quiso resistir.




—Tranquilizate, Naruto-kun.—ordenó en voz baja Itachi, casi siseando—Estoy esperando ver si mi tonto hermano menor te escucho y venga a recibirte en la puerta—anunció atento al posible movimiento de dentro de la vivienda.




El Uzumaki asintió con la cabeza.




Notó de inmediato que Sasuke no había salido del interior de la mansión, para abrir la puerta al dueño de dicha voz cantarina. Perfecto, el plan seguía en pie.




—Muy bien, te voy a dejar libre, pero no quiero reclamos a gritos, así que que modula tu voz ¿de acuerdo?—propuso el Uchiha. Luego de esto liberó al Uzumaki de sus ataduras.




—¡Itachi!—chilló pero en un tono de susurro.—¡Te has pasado, casi me ahogas dattebayo!, no podía respirar con tu mano sobre mi nariz—reclamó un poco molesto, si algo tenían en común como hermanos, Sasuke e Itachi, era la capacidad de querer silenciarlo usando la fuerza bruta.




—Fuiste imprudente al lanzar semejante saludo, teniendo una voz tan potente.—replicó sin disculparse por la aplastada de nariz—¿No quedamos que esto sería un ataque sorpresa?—regañó.




—Si, si lo siento'tteba.—se disculpó, de cierta manera estuvo a punto de arruinar la operación: Descubrir el secreto de Sasuke.




—Entremos entonces, ya casi es hora para que Sasuke haga su rutina. Trata de no hacer ruido al quitarse los zapatos en el recibidor y al caminar hasta su habitación—indicó con algo de severidad, otro error del Uzumaki mandaría al traste todo.




Gracias a la llave extra de Itachi, ingresaron sigilosamente a la casa, descalzandose, dejando sus zapatos con un cuidado de que no producieran ningún ruido. Una vez hecho esto, caminaron lentamente por el piso de madera, como si en otra vida hubieran sido ninjas, lograron llegar hasta la habitación de Sasuke.




Itachi le hizo señas a Naruto para que no acercara demasiado, pues las puertas de las habitaciones eran de madera, corredizas y estaban construidas de forma tradicional por lo cual la luz podría delatar siluetas en el papel de arroz. Resultaba fácil saber si alguien estaba en el pasillo.




El Uzumaki asintió quedándose detrás del Uchiha, fue entonces que escuchó la guitarra.




Sasuke estaba en su habitación, haciendo sonar las cuerdas de la guitarra, probando las notas musicales de una melodía que tenía en mente.




Desde niño al menor de los hermanos Uchiha lo obligaron a aprender a tocar un instrumento musical, aunque no era muy adepto a la música, pero pues tuvo que acatar los deseos de sus padres. Así que, tal como le sucedió a Itachi con sus clases de violín, tuvo que tomar lecciones de guitarra.




Con el tiempo, le tomó el gusto, pero no cantaba al ritmo del instrumento prefería ser acompañamiento de alguien con buena voz. A pesar de que su maestro de música le comentó a Sasuke que tenía una buena voz, debido a su tono grave.




El Uchiha se limitó a tocar la guitarra y ya, nada de vocalizar.




—Hey niichan, ¿cuál es el espectáculo que me prometiste?—preguntó Naruto en un susurro a Itachi, tocándole el brazo para llamar su atención y que le diera más detalles de la disque sorpresa que le comento.




—Shhh, se paciente, Naruto-kun. Cállate y escucha.—aconsejó Itachi sin devolverle la mirada, se hallaba ocupado vigilando cada sonido y posible cambio en el comportamiento de su hermanito, que pudiera indicar que se dio cuenta de su presencia.




Entretanto Sasuke comenzó entonces a crear una nueva y suave tonada que se repetía cada vez más, cerró los ojos como para que su sentido del oído le confirmara que estaba tocando las notas correctas y adecuadas.




Por su parte el Uzumaki hizo lo suyo, le molesto por supuesto la cortante orden de Itachi, no más por que conocía que sus sorpresas valían la pena, solo por eso aguanto desde su posición actual.




—Naruto-kun, pon atención, ahora viene lo bueno—anunció el Uchiha mayor, centrando su mirada en los ojos de azules del Uzumaki, fue como una señal.




El rubio puso todos sus sentidos en alerta a fin capturar dicha, melodía, fue entonces que pasó algo que nunca hubiera creído posible, su teme empezó a cantar.




Yubi kara koboreochita kagayaki no naka ima mo




La luz se dispersa en mis dedos




toushi wo himeta manazashi azayaka ni utsuru




mi voluntad escondida, reflejada en tu brillante mirada




kaze no mukou no kotae wo osoreru koto mo naku




sin temer a la respuesta del otro lado del viento




mitsumetsuzuketa kedasa




sigo levantando la mirada noblemente




Shinjitsu wa yasashisa to itami no kakera nokoshi




Los fragmentos de amabilidad y dolor que deja la verdad




kono mune wo tsurameite wa toorisugite yuku




atraviesan mi corazón al pasar por él




mijuku na te no hira ni aru hate shinai ashita wo




en mis manos sin experiencia hay un mañana interminable




toutoki hito ni sasageyou




que te ofreceré mi amado




Mae ni fumidasu tabi sora wa hiroku




Avanzando en mi viaje, el cielo se extiende




takaku kanjiru kedo sore demo oikaketai




y aunque se siente alto, iré tras él.




Kogane no hikari wo




En la luz dorada




shinjiru kokoro de




Confío con el corazón




negau kara




Por que lo deseo




Kizutsuitemo shizuka ni uketomete yudaneteta




Aunque he sido herido me dedique a tomar los golpes silenciosamente




sadame sae koete susumu rin to shita kiyosa




y fui en contra de mi destino frío y noblemente




nukumori wa kieta keredo kagirinai mirai wo




Aunque la calidez ha desaparecido en el futuro eterno




itoshiki hito e tsunageyou.




me uniré con mi amado.




Yami ni mayou tabi ni michi wa tooku




Me pierdo en la oscuridad del camino de mi lejano viaje




nagaku karai keredo nigezu ni aruite yuku




la distancia es dura pero no dejare de caminar.




Kogane no hikari hajinai tsuyosa wo




No me avergüenzo de la fuerza de la luz dorada.




chikau kara




Lo juro




Kogane no hikari wo




En la luz dorada




shinjiru kokoro de




Confío con el corazón




Kogane no hikari ni hajinai tsuyosa wo




No me avergüenzo de la fuerza de la luz dorada




chikau kara




Se lo juré




eien wo ano hito ni




eternamente a mi amado.




—...A mi amado, Naruto—repitió Sasuke el último verso, pronunciando el nombre de su novio, realizando la última nota en la guitarra.




En seguida que la canción terminó, Naruto no supo como reaccionar estaba completamente aturdido, y no era para menos no todos los días te enterabas que tu novio, te dedicaba una canción. Y es que para el rubio presenciar tal demostración de amor era inedito. Sasuke Uchiha no era de esas personas que expresar sus sentimientos tan fácilmente, podría ser catalogarse como frigido, ahí el que más exhibía su emociones era Naruto, quien era el primero en dar abrazos y besos.




Muchos de los amigos del rubio le comentaron que su novio era insensible y que tal vez no lo amaba con la misma intensidad, metiéndome la duda en su corazón.




Muchas ocasiones se planteó si de verdad Sasuke sentía el mismo amor o era solo el propio Uzumaki el único enamorado.




Esta escena le había despejado todas las dudas.




Obsevar como el Uzumaki seguía petrificado, hizo que Itachi se preocupara, jamás había visto a ese chico quedarse mudo.




—¿Naruto-kun estas bien?—cuestionó, posando su mano en el hombro del susodicho.




—No puedo creerlo. Sasuke,...me contó que su maestro le encomendó la tarea de componer una canción como proyecto, pero no le di importancia ya que él no ahondó en detalles.—Dio parte Naruto todavía algo atónito a Itachi.




—Su maestro no le pidió ningún trabajo escolar de ese tipo, mi tonto hermano menor te mintió, Naruto-kun. Esa canción es para ti.—confirmó con una sonrisa en su rostro, satisfecho con la impresión de Naruto.




Como prácticamente los dos hermanos Uchiha y el Uzumaki se criaron juntos, para Itachi la felicidad de esos dos era cómo si fuera la suya.




—Luz dorada...—musito Naruto. Rememorando ipso facto un acontecimiento.




Jugo, compañero de clase y amigo de la familia Uchiha, en una ocasión le comentó a Naruto que desde salía con el Sasuke como pareja, éste dejó de proyectar ese aire intimidante con los demás, mostrándose más accesible a las demás personas, que lo había cambiado sin queree.




Incluso Suigetsu bromeó con el asunto al declarar que el cambio de actitud era como si una luz dorada hubiera brillado en la triste existencia de Sasuke, tal vez ese era el amor que se profesaban. Esa vez dichos comentarios provocaron que el mal humor del Uchiha creciera y los dejara plantados en el sitio, llevándose a rastras al Uzumaki.




Al recordar eso y escuchar el canto de Sasuke le produjo a Naruto una dicha inmensa que lo impactó en lo más profundo de su corazón, conmoviéndolo hasta las lágrimas.




Verdaderamente el Uchiha estaba enamorado de él, al grado de que se inspiró para componerle una canción e interpretarla a todo pulmón en intimidad de su habitación.




—Naruto-kun, ¿estas llorado?.—interrogó Itachi algo alarmado, acercándose al rubio, lo menos que deseaba era hacerlo sentir mal.




El Uzumaki gimoteó un poco, pero fue de sobra ruidoso para que se escuchara en el exterior.




—¡¿Quién está ahí?!—gritó Sasuke dándose cuenta que alguien lo espiaba desde afuera de su habitación. Sin perder tiempo abrió violentamente la puerta corrediza, saliendo al pasillo.—¿Naruto?




—Sa-Sasuke, yo...—titubeó, ya no había lágrimas de alegría, ya las había secado por completo, por lo cual solo se arrojó a los brazos de su amado.




Confundido, Sasuke recibió a Naruto en sus brazos, para seguidamente sentir los cálidos labios del rubio sobre los suyos uniéndose en un beso corto pero lleno de devoción.




—¿Desde cuándo estás aquí?—preguntó después de corresponder aquel beso.




—Desde que iniciaste tu canción—reveló dibujando una gran sonrisa.




El Uchiha se puso pálido y luego se ruborizó hasta las orejas. Resultaba vergonzoso que su novio lo atrapara haciendo actividades cursis impropias de él. De hecho escogía esa hora, ya que no había nadie en casa, para exteriorizar esta necesidad de expresar su amor por Naruto, pues él era como su musa, a la cual dedicarle toda esa inspiración.




—No pongas esa cara, Sasuke, ni que Naruto-kun te hubiera atrapado haciendo cosas impuras en su nombre.—expresó Itachi con cierto tono de burla, ver avergonzado a su tonto hermano menor resultaban muy divertido.




—¡Itachi, tú!—recriminó viéndolo de mala gana, haciendo a un lado a Naruto, y poniéndose de frente a su hermano mayor, como si lo estuviera enfrentando.




—¿Qué?—preguntó haciéndose el inocente.




—¡Tú lo trajiste aquí!




—No hay nada de malo con querer mostrarle a tú novio cómo le dedicas canciones de amor.—explicó tranquilamente, sin dejarse amedrentar por las miradas asesinas de su hermano menor.




—Esta bien, teme, no fue culpa de Itachi-niichan—intervino Naruto en la discusión, tratando de calmar los ánimos, poniéndose enfrente de Sasuke.—Sabes, me gustó mucho tu canción, de verdad que tienes un gran talento—felicitó abrazando de nuevo al Uchiha—Gracias, nadie en toda mi vida había hecho algo así por mí.




—Naruto ¿estás llorando?—preguntó, al sentir mojado su hombro donde el Uzumaki apoyo la cabeza.




—Son lágrimas de felicidad, teme.




—Ya veo.—devolvio el abrazo, sin dejar de amenazar a su hermano mayor, no olvidaba el hecho de que se vengaría después.




Itachi sólo sonrió con desafío, no le tenía miedo a sus venganzas, no pasaban de simples juegos de niños, además compensar a Naruto con esto, lo valía. Estaba al tanto de lo frío que podía llegar a ser Sasuke, así que exhibir ese lado sensible que guardaba era lo mejor para su actual relación.




—Te amo, teme—susurró Naruto.




—Usuratonkachi.


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