-¿Te escondes de algo? Valentino ingresaba al consultorio algo preocupado por su amigo.
-No sé a qué te refieres. Akihito ignoraba al sacerdote, solo se concentraba en seguir organizando todo tipo de medicina de menor a mayor tamaño.
-Desde hace un par de semanas, te la pasas encerrado aquí o en tu habitación, ya no volviste a observar las peleas, es como si estuvieras evitando a alguien.
Akihito solo observa fijamente la expresión seria del sacerdote.
-Vivir con miedo, escondiéndome y huyendo, eso es lo que he hecho la mayor parte de mi vida y tú también lo haces, pero yo… yo dejare ese miedo atrás y es por eso que decidí vivir un momento de felicidad.
-¿A qué te refieres? Las palabras del italiano estaban confundiendo a Akihito.
-Voy a disfrutar el mayor tiempo posible el estar al lado de Ranmaru.
-¿Y cuándo te arrepientas te vas a latigar de nuevo? Akihito no daba crédito a lo que escuchaba.
-¡No! Después de mi conversación contigo concluí que yo no he hecho nada malo, solo amo de diferente manera, pero amo ¿y qué hay de ti? ¿Vas a evitar lo que sientes?
-Mi vida ha sido ordenada y planeada perfectamente, nada ni nadie puede alterarla, no soy como tu… yo no me dejo llevar por los impulsos. El joven médico giro su rostro y termino de organizar sus cosas. –Mi futuro ya está planeado, cuando me vaya de aquí, regresare a Inglaterra, conoceré a una adecuada mujer, me casare, tendré hijos, envejeceré y moriré de viejo.
-Las cosas planeadas, nunca salen como se quiere.
-Las mías si… mi vida la he planeado desde los 10 años y todo ha salido a la perfección.
-Los sentimientos que tienes por él ¿alteran tu orden? Alberto encara a Akihito.
-El amor y la pasión son dos palabras que no puede estar en mi diccionario, alteran mi orden, no negare que algo de él me atrae, pero de ahí no pasara. Responde Akihito mientras sale del consultorio.
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-No estás en condiciones para pelear. Ranmaru caminaba detrás de Asami.
-Necesito hidratarme, la fiebre me ha dejado demasiado débil.
-¡Exacto! Aun tienes fiebre, debiste de ir a donde ese medico a que te tratara esa mordedura de rata.
-No pienso donde ir donde una persona que detesta que este cerca de él. Responde Asami en voz alta antes de ingresar al patio principal.
-1029, esta tarde vas a pelear con un nuevo preso. Gritaba Yuri mientras observaba como desde el otro extremo del patio salía un hombre moreno bastante corpulento de casi dos metros de alto.
-¿Pero qué mierda es esta? Susurro Ranmaru al notar que el oponente de Asami ya tenía ventaja sobre su amigo.
En esos instantes, Akihito llega hacia donde estaba el ruso. – ¿Para qué me mandaste a llamar? El rubio solo mira por un instante a Asami.
-Quiero que observes esta lucha y me digas por quien debo apostar, como veras hoy tenemos invitados especiales. El ruso señalaba a un par de hombres de aspecto latino.
-Tú conoces mejor a cada uno de estos presos, así que no necesita saber mi opinión. Akihito se cruzaba de brazos, evitando mirar al patio.
-Tienes razón… ¡Fight!
Asami se colocó en posición de defensa, mientras que su oponente le lanzaba un par de puños, que fueron esquivados rápidamente, en esos instantes, el corpulento hombre trata de lanzarle una patada, la cual también es esquivada, pero al mismo tiempo, le da un fuerte y certero puñetazo a la mandíbula del japonés, provocando que su nariz y labio sangrara.
-¡Demonios! Asami se aleja de su oponente, escupiendo sangre. Aquel golpe había logrado marearlo aún más de lo que ya estaba.
Akihito notaba que las piernas de Asami temblaban un poco. –Algo no está bien con 1029, expreso mirando seriamente al ruso.
-¡Lo sé! Por eso aposte en contra de él.
Akihito iba a refutar, pero en esos instantes nota como ese corpulento hombre, estrella a Asami contra una pared, lo agarra de la camisa con su mano izquierda, mientras que con la derecha le daba puñetazos al abdomen de Ryuichi, quien escupía sangre con cada golpe.
“Detente, no sigas” El joven médico, tuvo el impulso de ir corriendo hasta el patio para detener la pelea, pero en esos instantes, Ranmaru ingresa corriendo al patio y le da una patada en la cabeza del moreno hombre, quien pierde un poco el equilibrio.
-¡Qué demonios crees que haces! Yuri se levanta furioso de su asiento.
-Ryuichi San está muy enfermo y usted lo sabe. Grita Ranmaru mirando al segundo piso, colocándose delante de Asami, protegiéndolo. –Y usted no se supone que es médico y que hizo un juramento ¿por qué no lo ayuda?
Akihito sentía la mirada penetrante de Ranmaru, la cual lo hizo sentirse mal consigo mismo.
-Cierra la boca… guardias, llévenselo a la celda de castigo, y tú sigue con la pelea. El ruso señalaba al corpulento hombre.
En esos instantes, Akihito empuja a Yuri. -¡Basta! Esto no es parte del trato.
-Mire médico, últimamente ha cruzado mucho la línea, no me provoque.
-Lo mismo le digo. Susurro Akihito cerca del rostro del ruso, antes de salir corriendo hacia el patio.
Cuando llego allí, observo como Ranmaru era arrastrado por un par de guardias, se agacho un poco y noto como la respiración de Asami era imprecisa y agitada, además que estaba inconsciente.
-Oye, tienes que levantarte, el medico retiraba unos mechones de cabello de la frente de Asami, notado como este estaba demasiado caliente.
-Al parecer necesitas ayuda. En esos instantes, Alberto se agacha y ayuda a levantar a Asami.
-Al… ¿Cómo es que?
-Ranmaru grito por todo el pasillo pidiendo ayuda.
Ambos sacaron a Asami del patio, mientras que Yuri observaba aquella escena con demasiada ira. “Vas a ser mío antes de lo que crees” Pensó el ruso antes de salir del patio.
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-Gracias por ayudarme a traerlo. Akihito acomodaba el cuerpo de Asami en la camilla improvisada que había hecho.
-Esto es algo que me tiene algo sorprendido.
-No es lo que crees, 8347 tiene razón, hice un juramento y debo de cumplirlo. El rubio colocaba una compresa fría en la frente de Asami.
Alberto hizo un gesto de incredulidad, el cual fue ignorado por Akihito.
-8347 está encerrado en la celda de castigo, deberías de decirle a Kou que te ayude a verlo. El medico quería terminar con aquella conversación tan incómoda.
-Su nombre es Ranmaru. Dijo Alberto antes de salir del consultorio.
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-¿Qué ocurrió? ¿Dónde estoy? Asami se quitaba su compresa mientras notaba un cable saliendo desde mano.
-Tuviste una fiebre muy alta, se te quito solo hace una hora aproximadamente, también te coloque un antibiótico por vena para la infección que tenías.
-¿Usted estuvo cuidando de mí? Asami evitaba mirar al médico.
-Si.
-¿Por qué lo hizo?
-Soy médico, que más podía hacer. Akihito se acercó a él comprobar su temperatura.
-No debería de tocarme. Asami aleja su cabeza de la mano de Akihito. –Ya que soy alguien que le provoco asco.
-¿Por qué dice eso? El rubio miraba con sorpresa al mayor.
-Porque después del beso, usted se alejó de mí y empezó a limpiar sus labios hasta el punto de salir sangre de ellos, además me ha evitado desde ese entonces.
-No fue asco lo que sentí… fue por otro motivo.
-¿Cual fue? Asami se sienta en la camilla mirando fijamente al rubio.
-Descanse, mañana vendré a ver cómo sigue. Akihito le da la espalda y se dispone a salir de allí, pero en esos instantes, Asami lo abraza por la espalda.
-¡No huya!
-Suélteme, usted no lo entendería. El rubio intenta zafarse del abrazo.
-¿Qué no entendería?
-Usted es una persona que altera mi perfecto orden, por eso debo de alejarme de usted.
-No todo en la vida no es perfecto y usted mejor que nadie lo sabe. El tono de Asami era algo melancólico.
Akihito guarda silencio ante las palabras de Asami. –Yo…
Asami suelta al rubio, quien gira su cuerpo para quedar frente a frente. –Yo… en esos instantes, Akihito se lanza y lo besa apasionadamente. –Por favor, rompa mi perfecto orden.
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Asami entrecerraba sus ojos, mientras sentía como los suaves labios de Akihito besaba el anchor de su pecho y abdomen. Mientras que el, solo se concentraba en besar el algo sucio y sudado cuerpo del recluta, pero eso a él no le importaba ni le producía asco, solo quería disfrutar del momento.
Poco a poco fue bajando, hasta llegar al resorte del pantalón, lo bajo de un tirón, luego beso muy despacio el vello púbico, base y pene de Asami.
-Detente… no se va a levantar por más que lo beses.
-Lo sé, pero quiero hacerlo. Akihito era consciente de que el pene de Asami no tendría una erección a raíz de tanto medicamento que les daban.
-Y yo quiero hacer otra cosa. En esos instantes, Asami jala del brazo al rubio y lo acuesta un rápidamente en la camilla.
Sin demora alguna, desnudo completamente el cuerpo de Akihito, lo beso por todo el pecho, beso aquella cicatriz que tenía en su hombro derecho. Poco a poco, fue bajando hasta su pelvis, la cual también beso. Sin previo aviso, metió el ya erguido pene del rubio en su boca, mientras que con dos de sus dedos lo embestía salvajemente, provocando que el rubio gimiera de placer.
-No pares, exclama Akihito en medio de jadeos y suspiros. Lo que provoca que Asami sonriera complacido y aumentara el ritmo de estocadas.
Mientras tanto, Alberto se concentraba en lamer todo el ano de Ranmaru, mientras que este se agarraba muy fuertemente de las cadenas que estaban en sus muñecas.
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Las manos de Akihito temblaban mientras intentaba abotonarse su camisa, sus ojos estaban llorosos.
-Lo siento, lo que te hice te hace sentir mal y tal vez asqueado. Exclama Asami limpiando restos de semen de su rostro.
-No es eso… desde los 10 años mi vida ha estado organizada y calculada hasta hoy… y es que a los 10 años vi cómo eran asesinados mis padres y como estuve a punto de morir también.
-¿Que?
Continuara…