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Pequeño Milagro. por Luka Crosszeria

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Todo comenzó con una foto enviada a él por error, aunque en ese instante no tenía idea de que exactamente "comenzó".

Kuroko Tetsuya: No le digas a Furihata-kun que no borre la foto, Kagami-kun  (・`ω'・).

Antes de que Akashi pudiera procesar correctamente el contenido del mensaje y por consiguiente que este no era para él, ya había visto la foto adjunta, sin poder detener el "Pfff" que salió de su boca, una ligera sonrisa se dibujó en su rostro al ver al muchacho tembloroso en ella, Furihata-kun, quien se veía extremadamente nervioso con las mejillas sonrojadas y el pánico pintándose en su rostro.

Quizás así se sentiría él, si lo obligarán a usar un traje de Maid.

Sin embargo, él definitivamente no se vería tan bien como Furihata-kun lo hace. Pero absolutamente no querría que una foto así existiera, si fuera él, definitivamente borraría por completo su existencia.

Akashi Seijuro: Kuroko, no creo que tu compañero, Furihata-kun, sea feliz por ello, especialmente desde que no tienes cuidado y envías la foto a otras personas, ¿No crees que se enojara contigo? Deberías borrarla.

Así que, se solidarizó con el niño, es lo mínimo que podía hacer después que Furihata-kun lo hizo reír un poco.

Su día había estado lleno de tareas y obligaciones, tediosas pero necesarias. El trabajo se había acumulado en su escritorio, especialmente desde que "despertó", desde que Bokushi fue él que se "durmió", Akashi Seijuro tuvo que tomarse un momento para ordenar sus pensamientos, sus sentimientos, específicamente, tuvo que aceptar que él perdió.

Un Akashi perdió.

Él, Akashi Seijuro perdió. Pero, lejos de sentirse decepcionado, como se esperaría, se sintió extrañamente tranquilo, incluso, relajado, como si una pesada carga se hubiera retirado de sus hombros luego de caminar una larga distancia.

Fue liberador en todos los aspectos posibles. Sin embargo, contradictoriamente, fue aterrador. Especialmente cuando se paró en medio del estudio se su padre y lo enfrentó, sintiéndose como un niño pequeño, esperando ver la decepción y vergüenza en la mirada calculadora y fría del patriarca de la familia, mientras sostenía su rostro con sus manos, con los codos que casi parecían estar clavados en el escritorio de elegante madera de caoba.

Un abrazo definitivamente no es lo que esperaba o una charla de "corazón a corazón", pero no mentiría cuando dice que se sintió mucho mejor después de eso, especialmente, cuando su padre le prometió que ambos irían a terapia, que, esta vez, lo harían juntos como padre e hijo.

Akashi sacudió ligeramente sus pensamientos y leyó el nuevo mensaje.

Kuroko Tetsuya: Oh!, Akashi-kun... Furihata-kun no es del tipo que se enoja por algo así, él es muy suave ღゝ—╹)ノ♡

¿Oh?

Akashi alzó su ceja derecha y escribió un nuevo mensaje.

Akashi Seijuro: Entonces, me dices que puedo contactarme con Furihata-kun, mostrarle que me mandaste su foto y él aun así, ¿no se molestara ni te guardará rencor?

Kuroko Tetsuya: Exacto. Se avergonzará hasta la muerte, pero no se molestara ni se enojara conmigo.

Kuroko Tetsuya: Ese es nuestro Furihata-kun para nosotros .

Kuroko Tetsuya: Por ejemplo, una vez, durante una de las primeras prácticas con los senpais Kagami-kun lo sostuvo bruscamente por su camiseta y le gritó, sin embargo, cuando Kagami-kun intentó disculparse con él, Furihata-kun dijo que no había nada por lo que disculparse y nunca lo mencionó otro vez.

El pelirrojo frunció su ceño. Sinceramente si hubiera sido él, especialmente Bokushi, tendría a Kagami de rodillas y suplicando.

El tema murió allí, cuando ninguno de los dos respondió nuevamente. Akashi dejo a un lado su teléfono celular y encendió su computadora portátil, el entrenador había mencionado que le había enviado el menú de entrenamiento para los titulares y los jugadores del segundo equipo, debería darles un corto vistazo y ver si podía dar una o dos ideas. También debería terminar de revisar los documentos que tenía pendientes del consejo estudiantil, después de eso, trabajaría un poco en su ensayo para química, y, si tenía tiempo tal vez practicara un poco con el violín.

Había extrañado el sonido de las cuerdas del violín. Había extrañado solo tocar el violín, sin la presión de un maestro o la idea de tocar una pieza a la perfección, había extrañado como se sentía, solo disfrutar de la música.

No fue sino cuatro días después que Akashi Seijuro volvió a pensar en Furihata-kun.

Él había estado "durmiendo" pero eso no significaba que no recordara todo lo que pasó, desde su primera y no muy buena reunión en las escaleras del recinto donde se llevaron a cabo los partidos de la Winter Cup (con tijeras de por medio), hasta su segunda y hasta ahora último encuentro, en la duela, durante el partido de Rakuzan Vs Seirin.

El capitán de Rakuzan Vs el jugador número doce de Seirin. Débil y patético, pensó.

Un tembloroso niño, que, sin hacer nada, cayó, literalmente, frente a él. Bokushi se sintió extrañamente complacido.

Pero entonces, el tembloroso, débil y patético niño se enfrentó a él, en lo que creyó era un esfuerzo fútil, por eso mismo lo subestimo.

Seirin ganó por un punto, el niño débil que fue Furihata-kun, encesto una vez, una canasta que pudo determinar el juego, si Furihata-kun no se hubiera enfrentado a él, con sus temblores y miedos, con el pánico y el nerviosismo, pero aun así determinación en su mirada y la fuerza para marcarlo, el valor para lanzar la pelota, ¿Seirin habría ganado sin ese único enceste? ¿Él habría "despertado" sin ese enceste?

—Ridículo. — ¿Por qué está pensando en ello? ¿Por qué no pensar en Kagami y su increíble presencia? El milagro que no fue un milagro, él fue la estrella en ese partido, quien más brilló, luego, estaba Kuroko, Kuroko su antiguo compañero de equipo, Kuroko y su determinación inalcanzable.

¿Qué hay de Izuki, Hyuuga o Kiyoshi? O ese otro chico que lo marcó cuando Furihata ya no pudo más.

¿Qué hay de especial en ese niño para que no deje de pensar en él y en que, debería darle una disculpa por su comportamiento, cuando los únicos con los que se ha disculpado hasta ahora son sus compañeros de equipo en Rakuzan y sus ex compañeros de Teiko?

Akashi miró la pantalla de su teléfono celular, la foto que Kuroko le había enviado por error; sabe que lo correcto debió ser borrarla, pero, de alguna manera, verla cuando está completamente estresado es, relajante de una forma que Akashi no comprende.

No sabe porque Furihata-kun se vistió de esa manera, pero definitivamente no es algo que el niño habría hecho por voluntad propia, eso sí lo sabe, porque Akashi es un experto en leer a las personas, porque, después de todo es un Akashi y algún día, heredará el imperio que su padre ha hecho crecer, entonces, más que otra cosa, Akashi no será nada más que un cordero rumbo al matadero si él no supiera leer a sus enemigos y aliados, cada uno más implacable que el anterior, si él no pudiera encantarlos y seducirlos con sus sonrisas falsas pero deslumbrantes, entonces el imperio Akashi estaría acabado.

Pero entonces, luego está Furihata-kun, que lejos de ser un enigma para él, es todo lo contrario, porque Furihata-kun es un libro completamente abierto y disponible para ser tomado en el momento que le plazca.

Es un niño simple, debería decirse, sin ánimos de ofender. Está seguro que ha conocido a muchas personas como Furihata-kun en su vida, que representan las sombras sin rostros en su memoria, las que no importa si recuerda o no, porque no son valiosos ni necesarios. Son solo un modelo recreado en masa.

Así que eso debió suceder con el niño castaño. En cambio, noto todos y cada uno de los detalles en la foto. Desde su desordenado cabello corto, castaño; el rubor en sus mejillas, la forma en que extiende sus manos y trata de evitar que alguien, probablemente Kuroko, tome una fotografía de él, el nerviosismo y el pánico que se desbordan de cada poro de su piel, que casi, puede escucharlo gritando y tartamudeando "Kuroko", lleno de vergüenza.

Imaginarse eso lo hace sonreír.

Y él es curioso, por primera vez desde hace mucho tiempo.

Akashi Seijuro: Puedo preguntar ¿Por qué su compañero, Furihata-kun, se vistió de esa manera? No parece agradarle en lo absoluto.

Espero solo dos minutos antes de recibir una respuesta.

Kuroko Tetsuya: Oh!, no es nada, solo es la forma de la entrenadora de "demostrar a los de primer año, que pasará si perdemos este año".

[Notable.]

El pelirrojo negó suavemente, sin que la pequeña sonrisa se alejará de sus labios.

[Así que eso es lo que sucedió.]

Kuroko Tetsuya: Sin embargo, parece que la advertencia no fue recibida correctamente, desde que algunos de los nuevos de primer año piensan que Furihata-kun es lindo (y lo es), y qué les gustaría verlo vestido así.

Akashi Seijuro: ... No estoy en contra de esa solicitud. Además, desde que Rakuzan los vencerá este año, espero tener el privilegio de ver primero a Furihata-kun, usando un vestido de Maid.

Solo después de enviarlo, Akashi frunció su ceño, se sintió un poco descolocado, no solo por la implicación de haber admitido que el jugador número doce de Seirin le parecía lindo y que quería tener el privilegio de verlo en un vestido de Maid antes que nadie, sinceramente, esos pensamientos se arrojaron dentro de su cerebro por el momento, luego de darse cuenta de que en realidad había estado mandando mensajes a Kuroko, hablando con él como si fueron dos amigos que se conocen desde hace mucho, cuando eso no es así.

Estaba hablando con Kuroko como si nunca lo hubiera lastimado con sus palabras y acciones pasadas.

Y él se disculpó, no obstante, un par de palabras no borran el daño que ocasionó con su hambre de victoria, lastimando, utilizando y arrojando a las personas cuando ya no eran necesarias para él.

El pánico lo inundó cuando, diez minutos después, aun no tenía una respuesta del niño de cabello azul celeste, comenzó a escribir antes de que un nuevo mensaje llegará, que inmediatamente leyó, sin saber qué esperar y con un nudo en la garganta, porque incluso si Kuroko acepto sus disculpas, Akashi estaba tomando demasiadas libertades, pensando que puede sólo hablar e intentar bromear con él.

Kuroko Tetsuya: Akashi-kun ya tuvo el privilegio de ver a Furihata-kun en un vestido de Maid. Debería sentirse agradecido de que lo envié a su número por error, porque definitivamente, Furihata-kun vestido de Maid, no pasará este año. Ni el siguiente.

No perderemos, es el significado detrás de sus palabras.

Kuroko Tetsuya: Sin embargo, estoy incursionando en el mundo de los negocios, Akashi-kun, por el precio correcto, hay más fotos de donde vino esa (*ゝω・)ノ.

Y como para demostrar la veracidad de sus palabras, Kuroko había enviado una nueva fotografía, esta vez, con el modelo completo que incluya medias negras hasta medio muslo y una peluca, que, no se veía tan suave como el cabello corto del niño.

Y todo se sintió normal, como si Kuroko siempre hubiera bromeado sobre vender a su compañero de equipo con él.

Akashi se dejó caer en el respaldo de su silla de cuero sintético, sonriendo ligeramente, una vez más, Kuroko le demuestra lo equivocado que estaba, haciendo parecer que su miedo era ridículo y estúpido.

Esto demostraba que el único que en realidad no se ha perdonado es él mismo, o tal vez la forma en que todo mundo parece haberlo eximido de sus culpas, tan rápida y fácilmente no se siente real.

Luego de manera habitual y sin saber porque no lo detuvo cuando comenzó, Kuroko ha estado mandando algunas fotos de Furihata-kun a su bandeja de entrada. Tal vez, es por la manera en como Akashi ve a Furihata-kun, como el puente que lo ayudó en su relación con la sombra de Seirin, que Akashi no le pide a Kuroko que deje de mandarle las fotos del niño castaño, especialmente cuando Furihata-kun, no sabe que está siendo fotografiado en secreto, dentro de su casa, dormido sobre la mesa mientras intentaba hacer su tarea, en la biblioteca estando concentrado y completamente atrapado leyendo un libro, o mientras se come una hamburguesa.

Akashi está casi seguro que eso es ilegal de alguna manera. Incluso podría llamarse acoso (lo que lo haría a él un acosador).

Kuroko Tetsuya: Furihata-kun es mi amigo, no es acoso si doy mi consentimiento.

La sonrisa de Furihata, tan normal y simple como debería ser, se queda grabada en su mente, porque es honesta y sincera.

Deslumbrante, y para alguien que ha estado en la oscuridad y vive en ella, es irremediable querer aferrarse.

Con Furihata no hay máscaras, el niño se ríe cuando quiere reír y llora cuando quiere llorar, algo que debería ser tan obvio, para Akashi se siente como la cosa más desconcertante del mundo. Y él quiere saber, la razón por la que se ríe o por la que llora.

Sin embargo, elige, deliberadamente, ignorar la pequeña sensación de calidez cada vez que recibe una foto del niño castaño, tan simple y natural como es.

Hasta que ya no puede hacerlo más.

Akashi Seijuro: Me gustaría tener una discusión sobre negocios contigo, Kuroko.

Kuroko Tetsuya: Por supuesto, Akashi-kun. Discutamos esto, con una tarjeta del Maji para malteadas de vainilla ilimitadas sobre la mesa.

Kuroko Tetsuya: ”””ノ( OωOノ)

Akashi sonríe, con gotas de sudor cayendo sobre su frente y una toalla alrededor de su cuello, es por esto que Kuroko es su favorito.

Nebuya hace una canasta, el pelirrojo desvía por un segundo su mirada hacia la celebración del más grande que alza su puño y lanza una carcajada. Akashi se ríe suavemente y luego hace un par de llamadas y manda algunos mensajes a las personas indicadas, su siguiente acto es responder a Kuroko.

Akashi Seijuro: Debería estar llegando mañana por la mañana.

Kuroko Tetsuya: ∠(`∪')

Kuroko Tetsuya: ¿Qué quieres saber?

Eso es simple y tiene la palabra correcta para expresarlo.

Akashi Seijuro: Todo. Absolutamente TODO.

 

 

 


 

 

 

Kousei perdió.

Y esta persona que sonreía tan despreocupadamente mientras observaba el paisaje cambiante a través de la ventana del auto, que, además resultó ser su abuelo, es quien lo venció. Y lo ha vencido todas las veces posteriores.

Sinceramente fue difícil para Kousei asimilar la derrota, pero luego de perder 99 veces más, en 99 partidas de shogi, Kousei debió admitirlo y aceptarlo, Akashi Masaomi era mucho mejor que él, porque si bien durante el primer juego Kousei era, literalmente, un principiante. A medida que jugaba y perdía, Masaomi incluso tuvo tiempo para enseñarle algunas cosas que no venían en un libro. Al final del día, luego de 99 juegos vergonzosamente perdidos, Kousei podría decir que aprendió mucho más de Akashi Masaomi en tres horas, de lo que probablemente aprendió en su corta vida.

— ¿Estás bien mamá? —Kousei sujetó la mano temblorosa de su madre y su corazón fue dolorosamente aplastado, porque había hecho algo verdaderamente estúpido, — Mamá lo siento — Kousei había tenido una especie de venda cubriendo sus ojos, la confianza y arrogancia de un niño que, desde que puede recordar ha sido bueno en todo lo que hace sin esforzarse, lo cegaron por completo. — Es mi culpa.

Él solo quería que sus días de tranquilidad y felicidad siguieran para siempre.

—Estoy bien cariño. — Su mamá pudo subirse al auto sin decir nada, pudo solo tomar algunas cosas que eran verdaderamente preciadas para él y dejar todo lo demás atrás, sin embargo, nadie dijo que lo haría con una sonrisa en el rostro. Era solo porque Kousei se lo pidió. — No te preocupes por mí.

Y su mamá haría cualquier cosa por él, Kousei envolvió la temblorosa y fría mano de su madre con las suyas, las manos de su madre siempre fueron cálidas, aunque nunca fueron firmes, siempre lo tocaron con cariño y extremo cuidado, las manos torpes de su madre son las únicas que conoce, fue esta mano la que Kousei sujeto cuando estaba aprendiendo a caminar, fueron estas manos las que lo alimentaron por siete años, fueron estas manos las que cambiaban el paño húmedo de su frente cuando tenía fiebre.

Fueron las manos de mamá, pequeñas, delgadas y frágiles.

¿Entonces cómo pudo un día simplemente decir que quería regresar a Tokio con su abuelo?

Kousei miró a Akashi Masaomi, sinceramente, no podía molestarse con el hombre, fue su culpa por pensar que era mejor que todos, fue su arrogancia hablando y poniendo en la mesa, como cualquier otra cosa sin valor, su propia felicidad como una apuesta.

Es solo que él estaba acostumbrado a siempre ganar, es una verdad incuestionable, cuando dicen que en este mundo ganar lo es todo, porque a los ganadores se les da la razón y a los que pierden se la quitan, ese es el principio básico de la supervivencia, fue algo que Kousei aprendió rápidamente, porque los niños, pueden ser aún más crueles que los adultos en su inocencia.

Kousei siempre ganaba, por consiguiente siempre tenía la razón. Si alguna vez, perdía, entonces todos sus compañeros habrían denegado todas sus palabras, porque, como aprendió, del niño anterior a él, quien fue el líder, los perdedores eran despojados de todo; de su grupo, de su posición, de su mandato, de su reinado.

Pero Kousei no fue un niño arrogante, no hasta que conoció a Akashi Masaomi, todos sus instintos se activaron cuando sus ojos se cruzaron con los del hombre de traje elegante y caro, todos sus malos instintos, el deseo de ganar sobre alguien que se cree superior a él y la confianza absoluta en su propio poder; sin embargo, debido a su disposición como un niño amable, se contuvo.

Kousei siempre fue tolerante con todos en el pequeño pueblo, porque su mamá fue amable con ellos, porque ellos fueron amables con su mamá.

Entonces, ¿Cómo podría ser tolerante con un hombre que amenazaba a su madre con su sola presencia? Porque Kousei vio el miedo, el pánico en la mirada siempre suave y cariñosa de su mamá, sintió el cuerpo tembloroso de su mamá, lo sintió tensarse cuando Akashi Masaomi le pidió un momento para hablar.

Casi quiso ocultar a su madre y decirle al hombre: —Los únicos que están autorizados para mirarme a los ojos son los que me sirven. Nadie que se opone a mi tiene permitido mirarme desde arriba. Conozca su lugar.

Luego... luego, perdió, 99 veces.

—Abuelo, —Masaomi giró levemente su mirada, tenía un porte realmente elegante, con ese traje gris de corte ingles, su cabello peinado hacia atrás, de una manera que lo hacía ver como el hombre de negocios que era, pulcro y perfecto, su pierna derecha descansaba sobre su pierna izquierda, sus zapatos negros, perfectamente lustrados, hasta el punto en que Kousei los podía ver brillar. — Fui yo quien prometió ver a... mi padre, entonces, espero que respetes la decisión de mi mamá, sobre no reunirse con él, ni revelar quién es.

—Por supuesto. — Concedió Masaomi, sonriendo ligeramente, movió su mirada directamente hacia Kouki. — Entiendo que debes tener tus razones, Kouki, te prometo que, mientras tú no lo quieras así, Seijuro no sabrá de ti.

—G-gracias. —Su mamá pareció relajarse con esas simples palabras.

No obstante, Kousei estudio, no sola la sonrisa de su abuelo, su mirada, el tono de su voz, cada pequeño gesto que pudo atrapar; necesitaba saber que este hombre está diciéndoles la verdad, obviamente, tratar de hacerlo era mucho más difícil de lo que creería, después de todo, este hombre ha estado bajo una presión inimaginable, ha enfrentado circunstancias desfavorecedoras con la calma solo comparable a la apacible superficie de un lago cristalino, donde la luna se refleja, junto con todo una constelación de estrellas brillantes.

Akashi Masaomi, en su basto mundo de negocios ha mentido con la facilidad con la que se rompe la porcelana y no se ha lamentado por ello.

Finalmente, Kousei asintió.

—Gracias. — Declaró, Akashi Masaomi seguramente no había llegado hasta donde está, sin la habilidad para esconder hasta el más mínimo indicio de sus sentimientos o expresiones. Sin embargo, cuando estaba con ellos, parecía otra persona, diferente a la fría y profesional que vio por primera vez en la escuela. —Abuelo.

Masaomi sonrió, nuevamente. Lo hacía mucho, especialmente después de que comenzó a llamarlo "abuelo".

—Mamá. — Kousei sostuvo con más fuerza las manos de su mamá. — Nada ha cambiado, sigo pensando que no necesito a nadie más que a ti. Pero, el abuelo tiene razón, tarde o temprano tendré que enfrentarme a... mi padre. — Kousei sonrió, Masaomi admiro las pequeñas diferencias de este niño, que, a simple vista podría decir, era una copia exacta del niño que fue Seijuro, no obstante, había pequeñas disparidades que lo hacían ser un individuo completamente diferente y único. Su sonrisa, era una de esas discrepancias. — ¡No importa lo que sucedió, mamá, siempre estaré de tu lado! ¡Yo voy a protegerte! ¡Le diré y le haré entender porque no lo necesitamos!

Kousei podía sonreír con tanta libertad, podía expresar sus sentimientos con extrema facilidad, lo que atribuía a Kouki. Era por Kouki y su manera de criarlo.

Shiori habría amado a Kouki, ella habría adorado a Kousei y seguramente sabría que hacer en esta situación.

— ¡Entonces podremos regresar a casa! — Aunque "casa" era en donde su mamá se encontrara, Kousei prefería regresar a su común y pacífica vida, solo que esta vez, tal vez podría incluir a un abuelo, solo si su abuelo estaba dispuesto a estar en ella.

—Eso suena maravilloso, Kousei. — Kousei pareció florecer cuando vio la pequeña sonrisa de su mamá y se lanzó a los brazos del castaño para ser mimado como el niño que a veces, Masaomi, olvidaba que era.

Sinceramente, Masaomi no habría querido prometer nada. Sin embargo, con Kousei siendo así de protector con su madre, no tenía ninguna otra opción, después de todo este niño es su nieto, el hijo de Seijuro, lleva en sus venas la sangre de los Akashi. Kousei haría cualquier cosa para asegurar que su madre esté a salvo y feliz, si una promesa podía calmar los nervios del niño (y de Kouki) entonces Masaomi estaba dispuesto a cumplirla.

Solo tenía que confiar en Seijuro.

 

 

 


 

 

 

Mientras sostiene una bolsa de caramelos de vainilla en sus manos, Hikaru está de pie en medio de un largo y amplio pasillo, que lucía aterrador.

Sin moverse en absoluto, viendo pasar a las grandes figuras de los adultos, su papá y mamá habían estado allí hace un momento, Hikaru solo dejó ir la mano del hombre para buscar sus dulces favoritos en los estantes del pasillo de los dulces, porque su madre ya se había terminado los que estaban en casa.

Últimamente su mamá comía demasiado.

— ¿Estás perdido? — Hikaru escuchó, sujeto con fuerza la bolsa de caramelos y asintió. Una pequeña mano, quizás, igual a la suya se extendió frente a él, Hikaru alzó su cara, encontrando una radiante sonrisa con perfectos dientes blancos, y un par de ojos color carmín, casi iguales a los de su padre.

Fue por eso que, sin dudar, aceptó la mano del niño.

—Perdí a papá y ma... — Sollozo antes de poder terminar su oración, con el niño que sujetaba su mano como si fuera un salvavidas, Hikaru se sintió a salvo, dio un paso al frente buscando la protección del niño que parecía ser solo dos años mayor que él. — Hermano mayor no te vayas...

—No me iré. — Acepto el niño y Hikaru dejó que sus lágrimas sean limpiadas por la manga del abrigo de su nuevo hermano mayor. — Encontraremos a tus padres, primero, deberíamos ir con el guardia de seguridad o a la cabina.

Hikaru asintió, el hermano mayor que había encontrado parecía muy confiable, quería llevarlo a casa, quería un hermano mayor como él, estaba seguro que tanto papá, mamá y el bebé que viene en camino, querrán a este hermano mayor.

¡Él ya lo adora!

— ¡Hikaru! — Hikaru soltó la mano del niño y corrió hacia su mamá.

— ¡Mamá!

—Cariño, estaba realmente preocupado, no vuelvas a asustarnos de esta manera. Tengo que llamar a Taiga y decirle que te encontré... — Hikaru sigue la mirada de su mamá, posándose sobre el niño de rojo. —... ¡Oh! — Dijo su mamá, sin dejar de ver al niño.

¡Era un niño muy bonito! ¡Su cabello y sus ojos eran rojos, igual que su papá! ¡Igual a los suyos!

— ¡Hermano mayor! ¡Encontré a mamá! — Hikaru sonrió, mientras besaba la mejilla de su mamá, se carcajeo cuando los mechones de cabello azul celeste se deslizaron al frente y le hicieron cosquillas en la mejilla.

—Ya veo, eso me alegra.

— ¿Akashi-kun?

— ¿Perdóneme?

— ¡Lo siento! Es solo que... — La madre de Hikaru sacudió levemente su cabeza, en un gesto que parecía decir: olvidalo. — ¿Esas perdido también? — Hikaru inmediatamente miró con preocupación al niño de rojo.

Sin embargo, su nuevo hermano mayor sonrió ligeramente.

—No, yo no. — Luego, mirando a Hikaru y su mamá, añadió: — Es mi mamá quien se perdió. Tengo que seguir buscándola, me alegró que encontraras a tu mamá. Adiós. — Entonces, el niño les sonrió una última vez y se marchó, para, según sus propias palabras, encontrar a su madre.

Tetsuya soltó una pequeña sonrisa.

—Mamá, si no puede encontrar a su mamá, ¿podemos llevarlo?

—Me encantaría, Hikaru— Ignorando el sentimiento de incertidumbre en su pecho, ignorando el gran parecido entre ese niño y su amigo, ex capitán de la generación de los milagros, Tetsuya se lleva el teléfono al oído y contesta la llamada de su esposo.

Debe ser una casualidad. Se dice antes de enfocar su atención al hombre del otro lado de la línea que parece estar a punto de llorar, lleno de pánico.

No puede pensar lo mismo cuando ve al mismo niño salir del supermercado tomado de la mano con Furihata Kouki, su mejor amigo (porque lo sigue considerando así) que desapareció hace ocho años y del cual no ha sabido nada y, Akashi Masaomi.

— ¡Mira mamá, el hermano mayor encontró a su mamá!

— ¡¿No es ese Furi?! ¿Por qué esta con Masaomi?

Tetsuya medita, ¿Cuál es la razón por la que Furihata-kun y Masaomi se conocen y están de compras un domingo al medio dia en el super mercado? Y lo único que puede pensar es en el niño que sujeta con fuerza la mano del castaño.

El niño que se parece a Akashi Seijuro.

Notas finales:

Así que vemos un poco de como comenzó a enamorarse Seijuro ;D (lo crean o no, si fue un error de parte de Kuroko, la primera vez quiero decir, luego fue como, te doy muestras de la mercancía y luego le dio el catálogo entero, claro, luego de confirmar su pago)

jajajaja sinceramente me dije que no iba a alargar el encuentro entre Seijuro y su pequeña familia, que no sabia que existia, porque sé cuán desesperante es. Sooooooo..... ¡Lo siento!

Masaomi no puede decir nada, pero ¿Tetsuya?


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