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Pequeño Milagro. por Luka Crosszeria

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Son tres largos años lo que Akashi dejara atrás en esta fiesta de graduación, también, quiere dejar atrás todos los arrepentimientos de su vida, como, por ejemplo, todas esas veces que tuvo la oportunidad de confesarse a Kouki, pero no lo hizo, por qué no por primera vez tuvo miedo, sin embargo, es un tipo de miedo diferente.


Él tuvo miedo a la derrota, al fracaso, a que todo lo que consiguió con sus victorias, le sea quitado con tan solo una derrota.


¿Y no es eso injusto? Sin embargo, eso es algo que nunca cambiará. A los vencedores, se les da todo y a los perdedores se lo quitan. Es una verdad indiscutible e inamovible.


Él tuvo miedo a su padre, mejor dicho, a la mirada de decepción que su padre le daría, el miedo que se infunde en su mente, porque un Akashi nunca pierde, dijo su padre y Akashi lo ha escuchado desde que tiene memoria.


Entonces, ¿si un Akashi nunca pierde, en que se convertiría él?


Él tuvo miedo de sí mismo, su otro yo, él que eligió abandonar a sus compañeros de equipo por una victoria, el Akashi que atacó al compañero de Kuroko, Kagami, con unas tijeras; Bokushi, él que aterrorizó al niño castaño, al número 12 de Seirin y encontró cierta satisfacción al hacerlo, de una manera que ni siquiera su otro yo pudo comprender en ese instante, Akashi piensa que fue una especie de flechazo, sin embargo, ninguno de los dos comprendía el sentimiento llamado "amor", incluso él tuvo problemas llegando a la conclusión más que obvia, le tomó bastante tiempo comprender la inquietud que se formaba dentro de él cada vez que Kuroko le mandaba mensajes nuevos, fotos, audios o videos de Furihata Kouki.


Kuroko, por supuesto fue el primero en notarlo; luego increíblemente fue su padre.


Después, debió ser muy obvio porque cuando quiso darse cuenta, todo mundo sabía que estaba profunda e irremediablemente enamorado del niño que se enfrentó a él en la final de la Winter Cup durante su primer año de preparatoria, al que Aomine había apodado cariñosamente (en realidad, no) "chihuahua", el número 12 de Seirin que, literalmente, cayó a sus pies en la cancha. 


Todos los que lo conocían se dieron cuenta, excepto claro, el niño destinatario de sus sentimientos.


Y por eso, llegamos a esta discusión:


—¡Cada quince minutos, a partir de ahora, que no le confieses tu amor a Koukicchi tendrás que beber una copa, Akashicchi! — Kise dijo al mismo tiempo que le entregaba una copa con un espumoso líquido, engañosamente parecido al champagne. — ¡Mientras más tiempo pase, el licor será más fuerte!


—¡Tú puedes Sei-chan! — Escucho a Takao reir. Podía sentir perfectamente las miradas de incredulidad de Midorima y Murasakibara, así como las miradas expectantes de Kuroko, Momoi y Himuro, Aomine parecía desinteresado, pero todavía no se daba media vuelta para buscar a su Ryo y la comida que esté siempre llevaba con él.


Akashi alzó su ceja derecha y le lanzó una mirada casi divertida al rubio. No se había olvidado de las veces que Kise y Takao; se mostraron deliberadamente más cercanos y amigables con Kouki en las raras ocasiones en las que se encontraban todos juntos, cuando Kouki no tenía ninguna excusa creíble o porque era su deber estar allí, campamentos y entrenamientos conjuntos, y juegos de práctica.


Por supuesto Akashi sabía que Kise y Takao estaban intentando jugar con él, para ponerlo celoso, y casi siempre funcionaba, incluso si sabía que el novio de Midorima y el novio de Kasamatsu no estaban interesados románticamente en Kouki.


Sin embargo, le molestaba cuando Kise pasaba descuidadamente su brazo alrededor del cuello del castaño, envidiaba la forma en que un día simplemente Takao lo llamó "Kou-chan", y Kise "Koukicchi" y Kouki sonrió radiante, lo irritó que Kouki se riera con Kise, que no se mostrará temeroso o nervioso con Takao, que buscará la compañía de alguno de ellos o que la prefiriera a estar a solas con él.


Pero luego, Akashi deja pasar por alto todo ello porque Kouki simplemente va a él y le regala la sonrisa más bonita que ha visto en el mundo, aunque más tarde esa sonrisa se apaga y se muestra nervioso y tímido, es como si volvieran al tiempo de Bokushi y unas tijeras.


Eso no pasará nunca más, Bokushi y él han llegado a un acuerdo respecto a Furihata Kouki. Porque Kouki es la única persona que ambos quieren.


Pensó que Kouki ya no le tenía miedo, pero el comportamiento del castaño le dijo todo lo contrario, después de la fiesta de cumpleaños de Kuroko, donde se reunió con el castaño y trato de ser amable con él, aunque, Akashi sabe, en esa ocasión aún no estaba completamente seguro de lo que sentía por el niño que se desmayó al verlo. 


Akashi no entendía a Furihata Kouki y eso era exasperante pero fascinante. 


No estaba seguro, pero algo era verdad, odiaba que Kouki se aterrorizara por él. Akashi quería ver al niño que veía a través de su teléfono celular, quería conocer al niño que se enojó porque Kagami se comió el último bollo relleno, quería saber más del niño que se quedó dormido mientras hacía la tarea en la casa de otra persona, Kouki seguramente confiaba demasiado en Kuroko para hacer eso.


Akashi pensó en Kouki molestándose con él por comerse el último bollo relleno, en Kouki reuniéndose con él para hacer la tarea en su mansión, imagino los momentos a solas con Kouki e incluso, si era solo para responder fórmulas químicas o matemáticas, Akashi se sentiría feliz solamente teniendo a Kouki junto a él, y al final, tendría a un Kouki medio dormido balbuceando incoherencias sobre que "no entiendo nada de esto, Akashi-kun." o recitando la última ecuación lineal que vieron antes de que cayera derrotado.


Lo imagino perfectamente y le gusto.


Realmente quería, por el momento, ser amigo del niño castaño. Y como dijo Kuroko, Kouki no era nadie que guardara rencor o se molestara con las personas a su alrededor, Kouki era tímido por naturaleza, pacifista, amable y dulce.


Eso demuestra con cuanto cariño y amor fue criado en casa, a Akashi le gusta esa idea, que Kouki haya sido un niño que creció en un hogar amoroso y cálido. Él solo puede imaginar a un pequeño y adorable Kouki con mejillas redondeadas con grasa de bebé y una sonrisa que muestra cómo el niño ha comenzado a perder los dientes de leche.


Akashi miró fijamente a Kise por algunos segundos, su orgullo no le permitiria retroceder bajo ninguna circunstancia, no obstante, lo que lo impulsó a aceptar fue el anhelo, la osadía, la alegría burbujeante en su pecho al saber que vería a Kouki en cualquier momento y que sin importar cual fuera su respuesta, le diría...


(Tendría miedo, por supuesto, el tipo de miedo que le impidió muchas veces sujetar la mano de Kouki y decirle que le gusta, el tipo de miedo que le recordaba que, no era completamente absoluto. Y estaba bien, porque él no quería ser absoluto cuando se trataba de Kouki, él solo quería ser Seijuro.)


Le confesaría su amor, el amor que no se desarrolló de la noche a la mañana, fue a lo largo de los días, las semanas y los meses, a través de fotos y videos que Kouki no sabía Kuroko le tomaba y después le mandaba. (Realmente eso sonó un poco aterrador y comprende a su padre por preocuparse.)


—¡No puedo creer que optarás por tácticas baratas como esa! — Seijuro alzó su ceja derecha, observando a su padre como si este hubiese perdido la cabeza de un momento a otro, fingiendo una inocencia que no poseía, sin embargo, lo suficientemente bueno como para hacer creer a Masaomi que debería explicar sus palabras y su acusación, lo suficientemente bueno como para hacer dudar a Akashi Masaomi.


¿Realmente Seijuro podría pagar para acosar al niño que le gusta? ¿Realmente un Akashi hizo eso?


—Padre, creo que estas mal interpretando algo... — Su voz fue suave y con un pequeño toque de diversión, la música del violín se había detenido, bastante normal, considerando que Masaomi había interrumpido su práctica del día.


—Eso pensé. — Secretamente Masaomi se sintió aliviado, finalmente un Akashi que no era un desastre en cuanto a relaciones amorosas se trate, eso fue, probablemente el único tópico que la familia Akashi no pudo dominar con absoluta perfección. Es decir, el joven Akashi Masaomi, antes de conocer a Shiori, definitivamente habría preferido lanzarse con nada más que lo que llevará en su persona y hacer crecer de la nada el más grande imperio comercial jamás antes visto, sería más fácil que intentar salir con una niña por su cuenta.


Y por supuesto, así se lo hizo saber a su padre.


Seijuro dejó el arco del violín cuidadosamente sobre su escritorio y bajo el violín sujetándolo del mango, teniendo extremo cuidado con las cuerdas, luego miró directamente a su padre y dijo con el mismo tono suave y llenó de absoluta diversión:


—Kuroko no es exactamente lo que llamarías barato.


Debió suponer que "una tarjeta del Magi para malteadas de vainilla ilimitadas, no era el precio adecuado para seguir enviando preciosas fotos de mi compañero de equipo, Akashi-kun."


Sin embargo, podrá admitir para él mismo, que admiraba el espíritu empresarial de la sombra de Seirin, o, mejor dicho, el valor del niño para desafiarlo de esa manera y poder dormir por las noches.


Y la próxima vez que ven a su Psiquiatra, Masaomi se siente nervioso, y quiere preguntar qué es lo que hace que sea interesante ver a otra persona a través de una pantalla de teléfono, cuando esa persona no lo sabe, no sabe que su vida está siendo expuesta, aunque Masaomi puede más o menos comprenderlo, es algo que es demasiado personal, íntimo, y los humanos son por naturaleza curiosos.


Especialmente si se trata del niño que llamó la atención de su hijo, Masaomi es demasiado curioso.


Luego, su padre le dio un consejo, un buen consejo de hecho, él dijo: "no te enamores de idealismos, Seijuro." Porque Akashi solo puede ver una pequeñísima parte de la vida del castaño, es ineludible que a veces Seijuro de por hecho algunas cosas que pueden ser ciertas o no acerca de Kouki.


Pero es inevitable, Seijuro es un buen observador, es un hábito que adquirió y que es indispensable en el mundo de los negocios en donde pretende escalar y establecerse por sí mismo, así que él tiende a observar, por eso, es que nota la cantidad de libros que hay en la habitación de Kouki, nota cada libro diferente que pasa por las manos del castaño y sabe y entiende que Kouki ama leer, no es necesario que Kuroko lo confirme, y solo puede gustarle más, especialmente cuando nota que sus gustos en la lectura son similares, con algunas variaciones que Akashi más tarde intentaría leer.


Y él leerá lo que sea que Kouki lea, y es interesante, sobre todo porque Akashi no puede evitar preguntarse qué pensó Kouki al leerlo, una sonrisa se escaparía de sus labios cuando, capta una escena triste en el libro que lee, al imaginar a Kouki con los ojos húmedos por lágrimas contenidas, porque Kouki parece ser una persona que lloraría por los personajes de un libro, reír, molestarse o entristecerse por lo que le sucede a la protagonista y su amor no correspondido, eso suena mucho como Kouki.


Y no hay nada que pueda hacerlo pensar lo contrario, excepto, claro, Kouki.


—De acuerdo, sin embargo, Kise ¿De dónde salió esto? — Akashi aceptó la copa burbujeante, miró a la chica peli rosa al lado de Aomine.


La peli rosa se encogió de hombros.


—Imayoshi-senpai trajo a algunos compañeros de su universidad. También Kasamatsu-senpai, que a su vez trajeron a más amigos, que llamaron a más amigos, y de pronto el alcohol apareció en la barra.


Y así es como una fiesta de graduación se transformó en una fiesta de universitarios, pero eso no le importo mucho.


—Espera un minuto... Akashi... —Kagami interrumpió, con un pequeño bocadillo a medio comer, él se giró para mirarlo y preguntó: —¡¿Te gusta Furi?!


Akashi no puede evitar reírse un poco, no tanto como lo hacen Kise, Takao y Aomine, por la reacción de Kagami, por el hecho de que está realmente emocionado y ni siquiera siente el peso de la copa en sus manos, debería simplemente devolverla a Kise, despues de todo, en cuanto vea a Kouki le confesara sus sentimientos.


Él no quiere pasar quince minutos más con esos sentimientos atrapados en su pecho.


Y si tiene un poco de suerte, finalmente...


Finalmente, Kouki será suyo.


 


___________________


 


 


—¿Perdóname? —Seijuro vio a su padre frente a él, que le recibía con una gran sonrisa mientras empujaba al frente a un niño que, era una pequeña versión del Seijuro de ocho años.


Honestamente, su padre es un hombre que sabe cómo endulzar sus palabras, y tratar con engaños una pérdida para que no luzca demasiado grave, él puede convencer a sus socios de que están nadando en la zona segura del mar cuando en realidad están lejos de ella.


Así que uno pensaría que Masaomi iría lenta y cuidadosamente, con un asunto que está más allá de ser tan simple como lo hace ver cuando, llevando a un niño de la mano entró por la puerta delantera del edificio principal de Akashi Corp; un niño que, además, era una pequeña y adorable copia de su único hijo, Akashi Seijuro.


Akashi Seijuro a quien repentinamente le fue revelado que tenía un hijo.


—Como te dije, Kousei es mi nieto, tú hijo. — Kousei mira con indiferencia al hombre frente a él, y puede entender porque Masaomi y su mamá constantemente le dicen cuán parecido es a su padre.


Porque en realidad ellos dos son muy parecidos, este hombre es una versión adulta de él.


Es por eso que Masaomi pudo relacionar su existencia y cómo es que Seijuro tomó un papel importante en esta.


Su mamá se lo ha dicho innumerables veces, cuando lo atrapa viéndolo durante largos periodos de tiempo, lo que no le importaría en absoluto, sino fuera porque a veces, simplemente su madre comenzará a llorar y su mirada se tornará triste y desolada.


"Te pareces tanto a tu padre." y Kousei lo odia. Odia parecerse a su padre, odia ser un recordatorio constante en la vida de su madre de alguien que no está a su lado.


Kousei odia su cabello y ojos de color rojo.


Si pudiera, él cambiaría el color de su cabello o el de sus ojos, porque él ama el cabello castaño que huele a miel y los ojos chocolate de su madre que le transmiten todo el amor que siente por él con una sola mirada.


No el mismo tipo de amor que siente por este hombre: Akashi Seijuro.


Kousei no está impresionado con el hombre frente a él, no está impresionado con sus millones, con los trajes caros, los autos de lujo o edificios de más de cien pisos, tampoco lo estuvo con Akashi Masaomi; no le importo el hecho de que estas personas son, posiblemente, las más poderosas de todo Japón, una riqueza e importancia muy por encima del primer ministro y casi igual al Emperador.


Y no le importan estas personas en absoluto (excepto, Masaomi, porque ese hombre se había comportado bien hasta ahora, demostró ser un oponente digno y superior, pero lo que hacía que Kousei comenzará a verlo de diferente manera es que Masaomi fue amable con su mamá, pero no fue simple amabilidad por cortesía, o porque tuvo que hacerlo, Masaomi en realidad, fue amable, no solo en sus palabras, sus acciones y sonrisas siempre fueron verdaderas).


Kousei ladeo su cabeza, él había querido imaginar a su mamá al lado de este hombre, pero no puede hacerlo, su padre es todo lo que su madre absolutamente no necesita; su madre no necesita a un hombre al que le han dicho que tiene un hijo y que ni siquiera puede ver algún tipo de reacción, no parece sorprendido, molesto o ansioso por saber sobre él o sobre su madre.


Su mamá no necesita a su padre, siempre lo pensó de esa manera, incluso cuando creyó que el hombre era solo otro ser humano común y corriente, sin millones en sus cuentas, sin empresas multinacionales, sin autos de lujo, sin mansiones extravagantes.


Pero no es tan sorprendente descubrir que su padre es Akashi Seijuro.


Su mamá debió ver algo que valiera la pena en su padre para amarlo como lo hace.


—¿Kousei? — Seijuro probó el nombre de su hijo, sin creerlo del todo, no es fácil, o al menos no es fácil para él, hasta hace quince minutos Seijuro no sabía sobre la existencia de un niño que lleva su sangre y la sangre de otra persona que no conoce y que no ama. 


Es extraño en tantos sentidos, que si no fuera él, probablemente otro se habría desmayado, pero no Seijuro, no él, porque el traje de corte recto, hecho a la medida, con un costo de más de veinticinco mil dólares, es su armadura, esa que le recuerda que no debe mostrar ningún tipo de debilidad delante de otros, la sonrisa ensayada y las palabras que endulzan los oídos de los avariciosos con promesas de ganancias inimaginables, son hábitos ya establecidos en su rutina.


Las máscaras que utiliza todos los días son difíciles de borrar.


No es que no sintió nada cuando lo escuchó de su padre, que tenía un hijo.


No es que no esté un poco sorprendido, desconcertado o que no haya nacido en su pecho el sentimiento de "amor" hacia esta pequeña criatura, es solo que con ese sentimiento también viene el de la tristeza.


—¿Dónde está tu madre?


No le tomó mucho tiempo conectar a este niño, con la persona de hace ocho años, en la desastrosa fiesta de graduación donde terminó ebrio y lanzándose como un león hambriento a su presa; es la única persona con la que ha tenido contacto sexual, antes y después de él, no hubo nadie más.


—Mamá no quiere verte.


Y no supo qué debería sentir, ¿Debería sentirse enojado, rabioso, culpable? Ese hombre, le había quitado la oportunidad de ver crecer a su hijo, se llevó todos los recuerdos que pudieron haber tenido juntos, su primera sonrisa, su primera palabra, sus primeros pasos.


No pudo consolarlo cuando el niño lloraba por las noches, ¿Qué le dijo al niño sobre él? ¿Qué le dijo cuando su hijo preguntaba por él cuando tenía miedo? ¿Qué pensó su pequeño hijo cuando lloraba por las noches y papá no acudía a él?


No pudo compartir su alegría, sus pequeños pero importantes logros, ¿Cómo fue verlo por primera vez con su uniforme escolar? ¿Cuán orgulloso debió sentirse al saber que su hijo tenía amigos? ¿Cómo habría sido recibirlos en casa y ver la felicidad en el rostro de su pequeño? ¿LLevarlo a sus prácticas en el club deportivo de la escuela? ¿Recogerlo de vez en cuando de la escuela y escuchar con atención cada pequeño detalle de su día?


¿Por qué todas esas cosas le fueron arrebatadas?


Seijiro odia a la madre de su hijo.


Y luego, piensa en Kouki, y es inevitable que una sonrisa escape de sus labios, Kouki siempre significa cosas hermosas, Kouki siempre logra tranquilizarlo, Kouki y el recuerdo de su sonrisa es todo lo que tiene y todo lo que no merece.


 


___________________


 


Kousei mece sus pies de adelante hacia atrás, la mesa de fina y cara madera, así como un dino cristal es monstruosa e innecesariamente grande, las sillas vacías a los lados la hacen ver aún más grande, las golosinas que se han colocado sobre la mesa frente a él no coinciden con el ambiente de negocios y dinero que hay en la habitación.


Su abuelo y Seijuro se han encerrado en la habitación contigua por petición de este último, Kousei suspiró, alargó su mano y tomó una bolsa de patatas fritas, frunció su ceño al leer la palabra "algas" en la envoltura de las frituras, si él no comía las algas que su madre cocinaba ¿Qué en este mundo lo haría comer algas incluso si venían en forma de patatas fritas? ¡Ja, esa trampa no funciona con él!


Sus pies dejaron de moverse infantilmente, su mirada dejó de ser adorable y la pequeña sonrisa que hasta el momento había estado en sus labios se desvaneció por completo y una aura completamente diferente lo rodeo, colocó sus codos sobre la mesa (convenientemente una de las empleadas del lugar ajustó la altura de la silla para él) y entrelazo los dedos de sus manos, luego, colocó su barbilla justo arriba de ellas y sonrió, una perfecta y deslumbrante sonrisa marca Akashi, cien por ciento confianza absoluta que claramente decía: Siempre gano, así que siempre tengo razón, así que no te atrevas a desobedecerme.


No se sintió diferente, hacerlo en la oficina de su padre o en casa, sin embargo, en casa siempre había una persona que aplaudiría y lo mimaba cada vez que lo hacía. 


Kousei había querido tener una pequeña charla con su padre, una que implicaba su paz mental y la de su madre, porque Kousei no quería mantenerse en contacto con su padre si eso significaba que su madre llorará por las noches, o si significa que su madre tenga que decirle cosas que incluso si está de acuerdo en decirle, no significa que en realidad quiera hacerlo. Supone, relacionadas a su nacimiento y aun mucho antes de ello.


Kousei tiene siete años, pero es más maduro y mucho más inteligente que cualquier otro niño de su edad, así que él entiende que su padre nunca supo sobre él, que su madre por algún motivo pensó que de esa manera sería mejor y Kousei no pretende poner en duda lo que su madre creyó sería mejor para él.


Sin embargo, tampoco puede mentirse así mismo, porque él en realidad había tenido un poco de...


¿Curiosidad? Ahora que sabe, que, de cierta manera su padre no eligió abandonarlos, siente un poco de curiosidad por él y por ese sentimiento que nació al verlo, está seguro que no fue amor, porque no se parece al amor que siente por su madre.


No, no es como el amor a mamá, pero es algo similar.


¿Amor a papá? Uno que apenas inicia, por lo tanto, no puede compararse con el amor que siente hacia su mamá, porque este es como un vasto e infinito mar.


Es la primera vez que Kousei no entiende algo completamente y es eso lo que lo lleva a bajarse de la silla, con un pequeño y adorable salto, e ir directamente a la puerta que ha estado cerrada por veinticinco minutos, él quiere entenderlo, él necesita entenderlo, ¿Qué es? ¿Por qué su pecho se infla de lo que parece ser felicidad ahora?


No, no exactamente ahora, él había estado pensando en la sonrisa de su padre, una sonrisa que vino de la nada y que lo hizo ver completamente diferente, ya no fue solo un robot en forma humana, porque solo los robots podrían no sentir nada, su padre sonrió de la nada como si pensara en algo que fue importante para él y de la misma manera lo miro a él un segundo después, y fue solo entonces que Kousei sintió algo más que indiferencia hacia el hombre que se hacía llamar su padre.


Cuando Kousei pensaba en algo importante para él, siempre fue su mamá, ¿En qué pensó su padre que lo hizo sonreír de esa manera tan bonita?


Él quiere saber.


Y si Kousei quiere saber algo, entonces no habrá nada en este mundo que sea capaz de detenerlo.


—¡Pero yo no amo a la madre de mi hijo! ¿Por qué querría intentar convencerlo para reunirme con él?


Kousei se congeló, con su mano en la manija de la puerta.


Y ahí va, el posible amor de Kousei hacia su padre.


—Padre, sabes que en mi vida solo ame y amare a una sola persona y no, no hay persona más hermosa, adorable y encantadora que él.


¿No hay persona más hermosa, adorable y encantadora que él?


¡Kousei no conoce a esa persona, pero está seguro que no puede ser mejor que su mamá!


¡Se siente tan enojado e indignado!


No cabe duda, tanto su mamá como él, no necesitan a su padre, a Akashi Seijuro en sus vidas.


Dejo ir la manija de la puerta para regresar a su asiento, esperaría pacientemente a que su abuelo y Seijuro terminen de hablar y le pedirá a su abuelo que se vayan a casa, con su mamá, Kousei quiere abrazarlo y aunque quiere decirle que no vale la pena seguir pensando en Seijuro, se quedara callado, porque algo le decía que su mamá estaría más triste sabiendo que Seijuro quiere a otro que con el hecho de que solo está lejos de ellos.


Y su promesa está cumplida, el vino a Tokio, llamó a este hombre "padre", pero casi al mismo tiempo ese título le fue remitido.


Irían a casa y nunca más volverán a ver a Akashi Seijuro.


Es extraño, Kousei tocó sus mejillas, están húmedas y las gotas de agua que resbalan por ellas son saladas, cálidas y se forman en sus ojos.


Solo quiere ver a su mamá, él sabrá cómo hacer parar las gotas de agua salada y como reparar su corazón.


Furihata Kousei, siempre tiene la razón, él dijo que no necesitaban a su padre, que estaban mejor sin él, sin embargo, por primera vez habría esperado equivocarse.


Solo necesito a mamá.


 


 


 


 


 


 


 


...


...


La mano de Kousei tembló sobre la manija de la puerta, las lágrimas en sus mejillas eran más por ira que por tristeza.


—¡No digas tonterías no hay nadie mejor que mi mamá! — Afirmó, luego de abrir la puerta, que extrañamente no tenía seguro, su abuelo lo miró en silencio, como si el hombre supiera de antemano que esto tenía que pasar; y Kousei debió prestar atención a este detalle, sin embargo, no lo hizo.


Cuando se trataba de su mamá, él perdía por completo la parte "absoluta" y racional.


Seijuro por otro lado se veía realmente sorprendido, quizás por la forma en que el pequeño Kousei casi grito, o por sus lágrimas, o porque su pequeño rostro se veía adorable intentando lucir molesto o por la foto que Kousei le mostraba mientras señalaba al hombre en ella como su madre.


Y esa madre, era Kouki.


Furihata Kouki.


El amor de su vida.


 

Notas finales:

Cuando creías que sería Kuroko quien delataría a Kouki


Pero es Kousei quien lo hace!


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