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Pequeño Milagro. por Luka Crosszeria

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Akashi Seijuro tenía un problema. Y ese problema tenía la forma de un niño de siete años sentado frente a él en completo silencio.

Sin embargo, él había pensado que todo entre ambos se solucionó. Luego de que todos los malentendidos fueron aclarados, Seijuro creyó que el silencio de Kousei mientras se planeaba la boda, la sonrisa del niño cuando los vio en el altar y el afectuoso abrazo que le dio en el aeropuerto cuando se llevó a Kouki de luna de miel por dos meses recorriendo gran parte del mundo, fueron señales de que todo estaba bien entre ellos.

Es decir, el niño incluso cambió su nombre, dejó de ser Furihata y pasó a ser un Akashi. A Seijuro no le habría importado si decidía no hacerlo, a él le bastaba con tener a Akashi Kouki (y sabía que Kousei amaba mucho a su madre, nada lo habría hecho más feliz que continuar con el apellido Furihata y Seijuro quería todo lo que hiciera feliz a su hijo).

Pero entonces, luego de dos meses en el paraíso, es inevitable que regresen a casa, con su padre y su hijo esperando por ellos, excepto que, no es una reunión tan cálida como imagino. No para él al menos, su padre y Kousei definitivamente aman tener de regreso a Kouki, puede ver la sonrisa de Kousei y su emoción, arrastrando a su madre a la sala, sentándose junto a él, le habla por lo que son horas de cualquier cosa, desde lo que hizo cuando Hikaru vino para jugar, hasta el sueño que tuvo la noche pasada, ignorando completamente a Seijuro colocó la cabeza en el regazo de su madre y le pide que acaricie su cabeza hasta que se duerma.

Es una imagen demasiado adorable.

Kousei sabe que fue demasiado infantil, pero él soportó diligentemente mientras veía como un casi extraño se llevaba a su madre lejos de él, sonrío porque su madre estaba feliz y se veía demasiado hermoso en el altar, vestido de blanco y llevando consigo la sonrisa más bonita que ha visto antes ¿cómo podría hacer algo para estropear el día más feliz de su madre, luego de días de tristeza y llanto? Es por eso que se obligó a ser feliz, dejando ir el apellido de su madre, lo cambio porque le gusto la emoción de su madre cuando le preguntó si él también cambiaría su apellido y suspiro en resignación cuando su madre dijo que todo era decisión suya con un rastro de tristeza y esperanza en el tono de voz de Kouki que Kousei no pudo ignorar.

¿Y el abrazo en el aeropuerto? Bueno, Kousei tenía que ser un buen niño frente a mamá.

Ser un buen niño frente a mamá.

Así que ese es el problema, porque Kousei es un niño lindo, adorable y amoroso cuando Kouki está presente, pero se trasforma en cuanto Kouki se aleja, sigue siendo lindo, pero su sonrisa se desvanece y su voz se apaga, un silencio sepulcral se instala entre ambos y no importa que diga o haga, Kousei no va a responderle.

Seijuro suspira y sonríe ligeramente, después de todo su hijo es un Akashi hecho y derecho, si el niño decidió seguir con esa farsa por el resto de su vida, entonces no habrá poder humano que lo detenga. La cuestión aquí, es que Seijuro también es un Akashi y él lo ha sido toda su vida.

¿Qué sucede cuando un objeto inamovible se topa con una fuerza imparable?

En este caso, la respuesta es fácil, ambos podrían llevar esta farsa hasta el día que mueran.

Pero Seijuro no quiere eso, él quiere una familia, quiere que Kouki, Kousei, el bebé que viene en camino y él sean una familia.

Su padre dijo que tenía que darle tiempo a Kousei, los cambios no son fáciles de aceptar, no importa que Kousei sea un niño superdotado, él sigue siendo un niño de siete años, que ama ser mimado y ser el centro de atención de su madre, y además lo fue por siete años, por siete años no hubo nadie más para Kousei que Kouki.

—¿Sabes que ese mocoso incluso me retó a una partida de Shogi cuando nos conocimos?

—Tel... fo... es ... amá... juro... — Dos pequeñas palmas golpean la mesa, Seijuro parpadea una vez y toda su atención regresa a Kousei, pero inmediatamente se pierde cuando nota la foto en la pantalla de su teléfono celular y el icono del teléfono brillando en verde, es una llamada de Kouki.

Es una conversación corta, solo un aviso que hace a Seijuro sonreír como idiota, es una simple oración que hace latir fuertemente a su corazón.

—¡Pronto regresare a casa, te amo Sei!

—Regresa a salvo, también te amo Kouki.

Meses atrás, nunca imaginó que tendría este tipo de dulce conversación con Kouki, su esposo.

Todo sería perfecto si Kousei le diera la oportunidad de ser un buen padre...

¿Qué tenía que hacer para que Kousei dejará de ser hostil hacia él?

—Esa foto...

¿Qué es lo que hace Taiga cuando uno de sus monstruitos se enoja con él?

—Tienes esa foto...

¿Les compra dulces? ¿A Kousei le gustan los dulces? Ciertamente lo ha visto comer algunos pastelillos, pero...

—... muéstramela...

Seijuro sujeto su mentón con la mano derecha.

También podría comprarle un auto o una isla privada, las acciones no estaban mal, si pudiera invertirlas y...

—¡PAPÁ! — Kousei gritó, abrió sus ojos en cuanto se dio cuenta de la palabra que había salido de sus labios.

Seijuro miró a Kousei, es como si el niño acabara de decir algo increible, que hizo que su pecho se sintiera cálido. Muy, muy cálido.

Por todo lo importante Kousei ignoró completamente la sonrisa de Seijuro y la forma en que lo llamó hace un instante. Colocó un puño frente a su boca y fingió toser. En primer lugar, fue culpa de Seijuro ¿En que estaba pensando tan concentradamente que lo ignoró varias veces?

—La foto... la foto que tienes para el contacto de mamá, muéstramela. — La ceja de Seijuro se arqueó, ¿La foto que coloco en el contacto de Kouki en su teléfono?

Esa fue la foto de su tercer año de preparatoria y el año en que Furihata fue nombrado capitán. La foto en su celular es de Furihata Kouki dejando atrás el número doce y portando con una sonrisa tímida la camiseta con el número cuatro, el mismo número que él. Ese fue el día en que más cerca se sintió del niño castaño, por muy estúpido que sonara.

—Mi mamá me habló muy poco de él y su tiempo en Seirin, yo nunca ví una foto de mi mamá así.... dámela. — Exigió y extendió su mano, completamente decidido.

Seijuro consideraba esa foto como un tesoro, incluso si era su hijo... fue impensable.

—No, es mía.

Una vena salto en la frente del niño, volvió a extender su mano y con una voz decidida dijo:

—Es mi mamá y como su hijo tengo el privilegio de ver todas las fotos que lo incluyan a él, soy completamente absoluto cuando hay fotos de mamá de por medio. He de decir que mi colección de fotos de mamá es extensa, pero una foto más nunca será malo.

Tenía cinco cuando el vecino de al lado, el viejo Jin, se mudó con sus nietas a la ciudad, Kousei y su madre lo ayudaron a mover las cajas y muebles, además de ordenar y barrer el polvo, el viejo Jin fue amable siempre con ellos, y de hecho fue el único al que Kousei llego a respetar y llamar abuelo, el viejo Jin tenía una cámara que ya no utilizaba más, así que simplemente la tomó y la tiro en las manos de un niño de cinco años, lo que podría haber sido ridículo si no fuera Kousei ese niño de cinco años.

Un niño de cinco años jugaría un momento con la cámara y luego de perder el interés la haría a un lado o en caso de no perder el interés, definitivamente no sabría cómo usarla.

Kousei, un niño de cinco años solo tuvo que escuchar al viejo Jin para saber cómo manejar la cámara una sola vez.

Desde entonces los volúmenes de álbumes de fotos de su madre solo aumentan.

Los ojos de Seijuro brillaron con interés.

¿El niño dijo colección de fotos de mamá?

—Tengo al menos dos mil fotografías más, ¿también quieres verlas? Videos, también tengo videos de los juegos de Seirin con Kouki como capitán. ¿Estás interesado en hacer negocios?

Los ojos de Kousei brillaron con interés y Seijuro debe admitir que ambos son dos gotas de agua.

¿Seijuro dijo al menos dos mil fotografías de mamá que no conoce? Además ¿Videos de su mamá como capitán de su equipo de básquet?

—Lo estoy.

No hay duda de que Kousei es hijo suyo.

 

~~~

 

Seijuro lo guía en silencio por pasillos que Kousei aún no reconoce, esta casa es simplemente demasiado grande para su gusto.

Extraña un poco su pequeña casa, en Nagao no tiene que caminar por minutos para poder ver o abrazar a su madre, solo necesitaba girarse y su madre estaría dentro de su rango de visión. Pero admite que este lugar es más apropiado para su madre que una casa vieja que pronto comenzará a presentar problemas en la tubería o goteras en el techo.

Su madre merece mucho más y al menos esto, es más adecuado para él.

Se detiene cuando Seijuro se detiene, frente a una puerta doble de madera roja, que Seijuro abre al ingresar un código de Seguridad y su huella dactilar, sea lo que sea que hay detrás de esta puerta, parece ser muy importante para su padre.

Kousei puede darse una idea de lo que hay ahí.

Seijuro empuja la puerta y Kousei no dirá que no está impresionado, es lo menos que esperaba de su padre.

Es una sala de cine. Con una gran pantalla que abarca por lo menos una pared completa de la habitación, una cómoda sala para al menos cinco personas en tonos pastel, negro y rojo; el proyector es una cosa moderna y pequeña que cuelga del techo, listo para reproducir videos en una calidad de video y sonido más allá de la suprema, es lo menos que puede esperar. 

Las luces se atenúan poco a poco y Seijuro presiona un botón de un pequeño control que no sabe de donde salió, sin embargo, le importa poco cuando el rostro de su mami está en una pantalla de 7 metros de largo por 10 de ancho.

—¡Bien hecho, Furi!

Kousei realmente ama a su padre ahora.

 

 


 

 

Cuando Kouki regresa, él y Masaomi se encuentran en la puerta principal, con sus siete meses de embarazo Kouki aún se siente con ánimos de cocinar, porque Seiki ha sido un niño tranquilo y no le ha dado ningún problema, no mareos, no ascos y no hinchazón, ni siquiera se siente fatigado, es su segundo embarazo, pero se siente como si no lo estuviera y solo engordo mucho por los antojos de sabores dulces, pero no extraños.

—Es un buen niño. — Masaomi está completamente de acuerdo, además hay un brillo en el rostro de Kouki que lo hace ver más lindo y adorable de lo que ya es. —Estoy seguro de que se va a parecer a ti.

Kouki se ríe ligeramente, se detiene cuando ve las dos figuras dormidas en el sofá de la sala, Kousei recargado en Seijuro y Seijuro sosteniendo a Kousei. Ambos con una sonrisa en sus labios.

—Al parecer ya no tengo que preocuparme más por ellos.

—Lo sabías. — Masaomi no pregunto, solo afirmo un hecho. Al fin y al cabo, era un Akashi.

—Sabía.

 

 


 

 

 

Una discusión en la familia Akashi.

—¡No seas ridículo!

—Ummm... — Hikaru miro nerviosamente a Kousei.

—¡Deja de comportarte como un niño!

—¿Kousei-nii?

—Eres tú quien se comporta como un niño, no puedo creerlo Seijuro.

—¿Que sucede Hikaru? — Kousei elevo su mirada de la hoja de ejercicios que estaba revisando, Hikaru era un niño listo, es algo que su mamá y papá y casi todos, dicen que heredó de Tetsuya. Así que su trabajo como tutor de Hikaru era el más fácil del mundo. Solo tenía que explicarle algo al niño y casi inmediatamente lo entendía.

—¿Cómo me llamaste?

—¡Seijuro! No volveré a llamarte Sei hasta que reconozcas que te estás comportando como un niño.

—Tus padres están discutiendo...

—No puedo creer que estés enojado por algo como eso.

—¿Es eso?

Seiki y Kaori corrían detrás del pequeño chihuahua que papá les regaló en la navidad pasada, ignorando completamente los gritos.

Kousei sonrió ligeramente.

—Eso no es una pelea, Hikaru.

—¿No? — Hikaru recibió la hoja que Kousei había estado revisando, una calificación casi perfecta. Frunció su ceño cuando notos los errores.

—No, están siendo ridículamente cursis.

—¿Qué...?

—¡Se acabó, me voy! ¡Me voy y me llevo todo lo que me pertenece!

Unos segundos después Seijuro bajo las escaleras mientras Kouki cubría su rostro sonrojado siendo llevado por su esposo como una princesa. 

Notas finales:

Señoras y señores, supongo que con esto, ahora si debemos decirle adiós a este fic.

yanu-chan Espero que esto haya sido lo que esperabas.

himitsuakira Espero que estes bien y este capítulo también es para ti.

 

Ahora sí, ADIÓS a Pequeño milagro.


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