Capítulo 6
Viernes 15
Severus solo había ido al departamento de Harry el día que este lo compró, para ayudarle a colocar las barreras de protección por petición del mismo Griffindor. Pero nunca lo había vuelto a visitar.
El maestro de pociones se excusó por su visita a aquellas altas horas diciendo que debía decirle algo importante, y de lo que se había percatado hacía pocos minutos antes cuando estaba en su despacho. Snape solo alcanzó a decir que se le había olvidado un ingrediente esencial que ya no tenia, y que se le había pasado por alto porque era algo experimental, para mejorar la poción matalobos. Por supuesto era un engaño, pero Harry no mencionó el hecho de que no se creía por completo la historia de que al recto Severus se le olvidara algo tan importante, solo le sonrió y le invitó a pasar un rato.
—No quiero interrumpir su noche— dijo al tiempo que entraba a paso firme hacia la sala sin esperar que el otro dijera nada.
—No estaba haciendo nada—Snape vio como Harry se encogía de hombros y dedujo que estaba solo— ¿puedo ofrecerle algo? Podría prepararle algo de comer si tiene hambre.
—Me conformo con algo de beber simplemente. —se había saltado la cena esa noche, y en verdad tenía hambre, pero prefería disfrutar todo lo que pudiera junto a Harry, y para eso lo mejor era que no se fuera a la cocina a preparar nada.
— ¿Té o algo más fuerte?
— ¿Tienes Whiskey?
Harry asintió y se dirigió al pequeño bar junto al sofá a tomar la bebida y los vasos. No pareció sentirse incomodo con solo tener una camisa y unos bóxers, y a Severus en definitiva eso no le molestaba.
—Podía haber avisado al ministerio en la mañana, no tenía que tomarse tantas molestias.
—Le dije que es importante Potter.
Harry asintió tomando un trago, y Severus se permitió revisar el departamento con una rápida mirada. Le agradaba el lugar, era verdaderamente acogedor. Los tonos cálidos del papel tapiz en las paredes, y en los muebles, le hacían sentir realmente tranquilo.
—Bonito departamento Harry.
Le agradeció al tiempo que un pequeño rubor se instalaba en sus mejillas: — Hermione me ayudo a decorarlo.
— ¿Cómo está Granger?
Hermione y Ron habían decidido casarse luego de que esta quedara embarazada de Hugo y Rose, pero su amiga prefirió seguir usando su apellido. Aun le causaba risa recordar que sobre el altar, Hermione le había vomitado encima a Ron cuando ella sintió el perfume de una de las invitadas. Hermione había sufrido de nauseas ante cualquier comida u olor durante toda esa semana, y nadie había previsto ese incidente. A Ron le había preocupado más el hecho de que su novia se sintiera mal que apestar a vómito, y unos cuantos trucos de magia después la boda siguió su curso. Pero los gemelos mencionaban el incidente en cada reunión navideña, y mostraban todas las fotos que habían conseguido tomar.
—Bastante redonda. —afirmó al tiempo que tomaba de su vaso. No notó que Severus lo miro extraño cuando acabo su bebida con bastante rapidez, ni cuando se sirvió otro vaso—Le falta poco para cumplir su octavo mes.
— ¿Es que acaso competirá contra Molly por quien tiene más hijos?
No pudo evitar reír abiertamente ante esa afirmación, ni ante la imagen mental que vino con ella.
—Según se, este será el último. Aunque a decir verdad pensé que tendrían suficiente con los gemelos.
—Por el bien de Hogwarts, esperemos que así sea.
Mientras la noche avanzaba, Snape no pudo evitar pensar que haber visitado a Harry había sido una de las mejores ideas que había tenido. En un momento entre trago y trago Harry le mostro a Severus un pequeño radio y un grupo de discos compactos que había adquirido tiempo después de mudarse y que casi nunca usaba y que, admitió con cierta vergüenza, había vuelto a usar después de sus “lecciones de música”.
Hasta había logrado que un conocido le consiguiera un CD del grupo que Severus le había mostrado.
—Según me dijo, no son muy conocidos.
Snape se encogió de hombros cuando Harry coloco el CD y la música comenzó a inundar la habitación.
—Los genios son incomprendidos Potter, tú mejor que nadie debería saberlo.
—Ya….
Harry se dejó caer en el sofá, bastante cerca de Severus, sin ningún cuidado, y comenzó a reír abiertamente.
Era lógico que la excesiva cantidad de alcohol le estaba haciendo efecto. Snape había notado lo rápido que bebía Harry, y lo seguido que llenaba su vaso. Pero se daba cuenta que solo estaba desinhibido, y que por eso reía.
— ¿Puedo decirte algo sin que…?
Severus vio que Harry dudaba, el chico se quedó callado mirando fijamente hacia delante, parecía querer evitar todo contacto visual, además de buscar las palabras adecuadas.
— ¿Sin que Harry?
—Es algo absurdo, pero quisiera decírtelo. Solo no quiero que te burles de mí, en verdad deseo decírtelo.
Harry inclinó el vaso sobre sus labios de nueva cuenta, se veía realmente nervioso. Todas ganas de Severus acerca de burlarse de él se esfumaron. Lucia increíblemente frágil. No entendía el drástico cambio que había sucedido, incluso llegó a pensar que se veía más pálido. Le inundaron unas terribles ganas de abrazarlo y procurarle que estaría a salvo entre sus brazos. Cuando comenzó a sonar una nueva canción, Harry decidió mirarlo, para encontrar una respuesta a su silencio. Snape no habló, pero con un asentimiento Harry entendió que podía hablar. Respiró hondo para llenarse de valor y tomó otro trago.
—Me gusta mucho estar contigo. Te has convertido en alguien muy especial en mi vida Severus. Incluso lamento no haberte visto durante cuantos ¿cinco meses? Siempre me preguntaba como estabas.
Durante el pequeño tiempo que duro la indecisión de Harry por hablar, Severus se imaginó muchas cosas que el chico pudiera decirle. Pero no eso. Aquello que había dicho el muchacho podía interpretarse de muchas maneras, y bien que Severus quería interpretarlo a su antojo. Sintió la mirada de Harry clavada en él. Al parecer no había dejado de verlo para poder ver su reacción. El chico se veía indudablemente hermoso, estaba vestido de una forma muy tentadora, y acababa de decirle algo que hacia su pulso acelerar. Por un momento sintió miedo de que solo fuera un sueño, y en ese caso tendría que despertar. Y Merlín sabía que no quería que ese momento acabara.
—También te has convertido en alguien muy importante para mi.
— ¿Te gusta estar conmigo?
Era indudable que el alcohol le había hecho efecto. Conocía a Harry lo suficiente para saber que en sus cinco sentidos jamás diría eso. Pero sería egoísta por un rato mas y no desaprovecharía ese momento.
—Eso ni lo dudes.
La sonrisa que le dedico Harry fue impagable.
………………………………….
Ese sábado no tenía que ir al ministerio. Tan solo debía estar atento si lo llamaban por alguna emergencia, y en verdad rogaba que no hubiese ninguna emergencia.
Cedric no volvió esa noche y tuvo que admitir, muy a su pesar, que le alegraba que no lo hiciera. De esa forma Severus pudo quedarse a pasar la noche con él. Abrió los ojos lentamente, sintiendo las consecuencias del alcohol martilleando su cabeza. Se dio cuenta que se había dormido con las gafas puestas y la cabeza reclinada en el reposabrazos del sofá. Snape estaba al otro lado. Dormía casi erguido y le causo bastante gracia.
Observó a Snape detenidamente. Desde hacía mucho le gustaba ver su rostro, le parecía realmente guapo, bastante masculino. Realmente había extrañado pasar tiempo como Snape.
Vio como el pocionista se removía ligeramente y abría los ojos.
—Nos quedamos dormidos en el sofá— rio Harry al tiempo que pasaba su mano por su cabello.
—Eso parece Har…
Snape pareció congelarse cuando poso sus ojos sobre él. Harry frunció el ceño, Severus parecía haber visto un fantasma. Los ojos del pocionista lo recorrieron por entero de forma rápida y desesperada y se posaron en sus piernas sobre el sofá, Harry no entendía que estaba pasando, hasta que bajo la mirada hacia donde apuntaba la de Snape, y la comprensión y el terror lo inundaron. No traía puesto el Glamure.
Al dormir era obvio que el hechizo cayera, y había olvidado volver a colocarlo. Solo estaba usando la camisa de Auror y ropa interior. Snape podía ver claramente el verdadero tono enfermizo de su piel, las cicatrices que tenía, lo realmente delgado que estaba.
Un miedo súbito lo acorraló. El único que lo había visto sin el hechizo era Cedric, y cuando eso sucedía el tejón siempre terminaba peleándole. Lo cual era obvio que sucediera. Su cuerpo era demasiado horrible para mostrarse. Y ahora Snape lo estaba viendo, lo más seguro es que pensaba en lo desagradable que era verlo.
Sintió a Snape moverse, más bien inclinarse hacia él, y pensó que quizás lo golpearía por hacerle ver. Lo sintió tocar su pierna, al pocionista le temblaban las manos. Snape cerro fuerte los ojos, Harry no sabía de donde había sacado su varita, pero no tuvo tiempo de preguntarle antes de que el pocionista le apuntara y susurrara un hechizo que jamás había escuchado. Su camisa había desaparecido.