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61. Kim Jun.K (07) por dayanstyle

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Jongin paró frente al ayuntamiento recién construido y frunció el ceño. Sabía que este día llegaría, pero ahora que estaba aquí, quería protestar pataleando el suelo. Sí, él estaba actuando inmaduro sobre esto. ¿Y, qué? No quería tener que trabajar todos los días, ni quedarse en el trabajo de nueve a cinco.

Manejaba el pueblo muy bien desde su oficina en la Casa. Luhan se rio mientras palmeaba a Jongin en la espalda baja. —¿Sabes lo sexy que te ves cuando estás haciendo un berrinche?

 —Casi tan sexy como tú estás bajo mi escritorio chupando mi pene.

Luhan se reía más fuerte, mientras subía las escaleras para abrir la puerta principal. Jongin escaneó el edificio con la mirada, sin duda admiraba la arquitectura. El edificio le recordaba una cabaña suiza o uno de esos edificios en la época medieval.

Moon Doo Joon definitivamente tenía un instinto creativo. Si Jongin iba a estar atrapado todo el día, por lo menos iba a hacerlo con estilo.

Entró en un gran espacio abierto, de inmediato vio a la derecha un amplio escritorio en forma de U. Luhan ya estaba sentado detrás de él, abriendo todos los cajones, y explorando su nuevo área de trabajo. El área era luminosa y soleada.

Jongin la odiaba.

 

A la izquierda estaba una sala de espera, decorada con buen  gusto. Había cuatro  sofás de  color crema y  una   mesa estrecha en el centro. Una de las paredes contenía cuadros de arte, grandes plantas estaban situadas a ambos lados. Está bien, era agradable. ¿Y qué? La Casa era mejor.

Caminando por el pasillo, Jongin asomó la cabeza en lo que parecía una sala de reuniones. Había una mesa de madera en el centro, cubierta por un vidrio plateado. Seis sillas alrededor y dos contra la pared.

No pensaba estar en esa habitación con demasiada frecuencia. Por último, Jongin entró en lo que iba a ser su nueva oficina.

No le gustó.

 

No era tan bonita como la de la Casa. Se veía estéril, poco amistosa. Jongin de nuevo estaba dispuesto a pisotear el suelo en señal de protesta. No le gustaban las paredes monótonas, ni ese suelo súper brillante sin alfombra. Los libreros estaban demasiado limpios y ordenados, y no era su escritorio favorito de caoba, incluso el sillón de cuero parecía incómodo como el infierno.

Pero, al menos, la oficina tenía un sofá de cuero negro. Eso era una cosa a su favor. Jongin ya estaba pensando en cómo iba a cerrar la puerta y disfrutar de horas de diversión con su pareja en ese sofá.

Quizás incluso en el escritorio.

 

—Es bonita —Luhan dijo mientras empujaba a Jongin y entraba en la espaciosa oficina. Se dejó caer en el sofá de cuero y Jongin podía sentir su pene volverse más duro, jugar con Luhan estaba directamente en su fantasía.

Jongin cerró la puerta y luego se dejó caer en el sofá junto a su pareja, jalando a Luhan a sus brazos. —Qué pequeño sexy secretario tengo —Jongin dijo mientras comenzaba a mordisquear el cuello de su pareja.

—Acoso sexual —Luhan gritó y luego se carcajeó cuando Jongin deslizó la mano bajo su camisa recorriendo con sus dedos la suave piel de Luhan.

—Dudo mucho que puedas protestar. —Jongin se giró y colocó a Luhan debajo de él—. Estoy dispuesto a apostar que vas a ser quien me acose.

—Lo sabes —respondió Luhan con voz cantarina. Amaba cuando su pareja era así. Después de todos estos años, Luhan aún estaba enamorado de él, aún lo quería como si estuvieran apareados recientemente. Era un infierno de sensación el ver los ojos amatista del hombre y ver el brillo de la risa y el amor inundando las joyas gemelas.

Sabiendo que Luhan lo quería, Jongin estaba listo para bajar los pantalones de su pareja por las piernas y joderlo sobre el sofá de cuero cuando sonó su celular. Lo ignoró y desabrochó los jeans de Luhan, pero su pareja tomó el teléfono y contestó por Jongin.

Jongin aun así seguía ignorándolo.

 —Espera. Está aquí mismo. —Luhan trató de entregarle el teléfono.

—No estoy aquí en este momento —Jongin susurró mientras levantaba la camisa de Luhan y comenzaba a plantar besos por su pecho hasta llegar al tentador ombligo de su pareja.

—Pero ya dije que estabas aquí —Luhan susurró.

 

Jongin tomó el teléfono y pulsó el botón de apagado, y luego lo arrojó al suelo mientras tomaba la cintura de los pantalones de Luhan y los bajaba. El pene de su pareja saltó libre y duro.

Cuando Jongin tragó el pene de Luhan, el teléfono comenzó a sonar de nuevo. Vibrando mientras sonaba se movía por el suelo. Estaba a cinco segundos de pisar fuerte el maldito plástico y romperlo en pedazos.

Luhan gritó, empujando sus caderas hacia adelante y empujando su pene a la garganta de Jongin. Tanto como él quería joder a su pareja, Jongin sabía que tenía muy poco tiempo antes que la vida se entrometiera.

Deslizando sus manos debajo de apretado culo de Luhan, Jongin levantó a su pareja del sofá y se tragó la erección de Luhan hasta la empuñadura.

—¡Jódeme, Oh Dios, jódeme! —Luhan gritó mientras tomaba el cabello de Jongin, jalando los largos mechones.

Jongin dejó a Luhan de nuevo en el sofá y utilizó una mano para cubrir la ruidosa boca de su pareja, sonriendo alrededor de la erección y sabiendo que iba a tener que conseguir puertas insonorizadas. Tragó saliva un par de veces más antes de bajar el eje Luhan por su garganta.

—Dios, amo este nuevo trabajo. —Luhan jadeó—. Por cierto, ese fue Kyu Hyun. Taecyeon salió de nuevo y ahora no lo encuentran.

A veces odiaba estar al mando.

 

 

 

Taecyeon vagaba por el bosque detrás de la casa de Jongin en su forma shifter. No quería volver a ser humano de nuevo. Cuando estaba en su humana forma, Taecyeon sentía. No quería sentir. Las emociones estaban sobrevaloradas. Pero sin importar en qué forma estaba, no podía conseguir sacar a Jun.K de su mente.

Recorría todos los acontecimientos que habían tenido lugar en el último par de meses una y otra vez en su mente. No podía entender por qué todo había salido mal. Taecyeon le había dado todo a Jun.K, todo de él, sin ocultar nada.

Habían pasado dos meses desde que había visto a su pareja, y cuando Taecyeon estaba en su forma humana, el dolor era tan fuerte como cuando Jun.K lo dejó. El agujero en su corazón aún estaba crudo y abierto, y Taecyeon aún sentía como si hubiera muerto ese día.

Cada vez más, Taecyeon se quedaba en su forma de rinoceronte. Consciente del peligro de hacerlo. Si seguía por ese camino destructivo, con el tiempo su bestia se haría cargo y Taecyeon ya no existiría más.

Pero no le importaba. No quería sentir. No quería vivir sin su pareja.

—Cambia por mí, Taecyeon.

 

Taecyeon ignoró a Jongin. Había dejado de ir a sus clases de control de ira. Eran inútiles. No se había enfadado en meses. Era difícil enfadarse cuando estaba entumecido por dentro.

Cuando lo llevaron por primera vez a la Casa, Taecyeon estaba fuera de control. El médico tuvo que sedarlo. No sólo tenía a su mejor amigo Jong Hoon tratando de ayudar, sino que también su amigo Aron. Sólo que Aron no había tratado de hablar con él de la manera que Jong Hoon lo hacía.

El oso polar sólo se había sentado junto a él, dándole a Taecyeon una cara familiar. Sabía que se preocupaban y sabía que ambos odiaban verlo de esta manera, pero Taecyeon estaba más allá de importarle. ¿Cómo iba a importarle cuando no tenía corazón? Jun.K lo había rasgado en pedazos el día que lo había abandonado.

—¿Estás tratando de volverte salvaje?

 

Taecyeon se detuvo, dejando caer la cabeza. No quería ser salvaje. Jong Hoon estaba viniendo mucho para hablar o simplemente haciéndole compañía. Amaba a su mejor amigo, pero ni siquiera Jong Hoon era suficiente para sanar su corazón roto.

—Quiero verte en mi oficina en veinte minutos. Es una orden —Jongin dijo antes de girarse e irse.

¿Por qué no todo el mundo sólo lo dejaban en paz? Estaba enfermo y cansado de que todo el mundo metiera las narices en sus asuntos. Taecyeon no quería entrar en la Casa. ¿Para qué? ¿Para ver a todas las parejas felizmente emparejadas?

Ninguno de ellos sabía lo que era tener su corazón arrancado. Ninguno de ellos entendía lo que estaba pasando. Sabiendo que Jongin sólo enviaría a alguien aquí a buscarlo, Taecyeon se dirigió de nuevo hacia la Casa.

Cuando llegó a la puerta de atrás, Taecyeon cambió. Había dejado unos jeans y una camisa doblada cuidadosamente en la  mesa de picnic. Taecyeon se puso la ropa y luego entró en la casa, en dirección a la oficina de Jongin.

Tan pronto como entró en la habitación, Jongin salió y cerró la puerta tras de él. Taecyeon estaba confundido como el infierno. ¿Por qué el Alpha lo llamó aquí sólo para dar la vuelta y salir?

—Hola.

 

Taecyeon cerró los ojos cuando un caleidoscopio de emociones se estrelló contra él y lo desgarró. Odiaba esa voz, una voz que aún tenía el poder de hacer que quisiera al hombre de manera que no debería. Pero sintió una sensación de alivio al oírla por primera vez en meses.

No podía negar que aún amaba a Jun.K Kim. Taecyeon estaba aterrorizado de dar la vuelta y ver la cara del hombre.

Una mirada podía enviarlo al borde, una sonrisa, un brillo en los magníficos ojos del hombre.

Endureció sus nervios, tomó todo vestigio de control que poseía, y luego se giró para ver a su pareja. —¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó con los dientes apretados. Taecyeon educó sus expresiones faciales, detuvo el aliento al ver el estado de Jun.K. El hombre parecía haber estado en el infierno —el total jodido infierno. Su pareja había perdido peso, su vello facial era abundante, y tenía profundas bolsas bajo sus oscuros ojos. Jun.K parecía que no había dormido en meses.

Pero tanto como Taecyeon quería ir con él, se quedó clavado en el suelo. Destellos de despertar y encontrar que su pareja se había ido estaban al frente de su mente. —No eres bueno para mí, Jun.K. Tengo que aprender a vivir sin ti.

Jun.K envolvió sus brazos alrededor de su estómago mientras miraba a Taecyeon. Parecía triste como el infierno. Taecyeon mantuvo los pies plantados en el lugar, negándose a ir con el hombre y darle confort.

—Soy la peor persona para ti pero, por favor, permíteme explicarme.

Taecyeon no quería escucharlo. Su pareja lo había abandonado, tirándolo, y ahora estaba de vuelta para dañarlo aún más. —No hay nada que puedas decirme que me haga cambiar de opinión. Prefiero vivir como un hombre muerto, sin sentir nada, solo ira y amargura, que dejarte regresar a mi vida.

—¡Maldición, Taecyeon! ¿Quieres dejar de estar enojado lo suficiente como para escuchar?

Taecyeon acortó la distancia, golpeando a Jun.K contra los estantes. —¿Explicar qué? Me has utilizado. ¿Ni siquiera tenías una jodida idea de que lo sabía? Aceptaste enlazarte conmigo para hacerme boxear. No soy estúpido, Jun.K. Sabía lo que  estaba haciendo y permití que sucediera, porque toda mi vida lo único que quería era tener a alguien a quien llamar mío.

El rostro de su pareja cayó. —¿Lo sabias?

 

Taecyeon lanzó a su pareja y dio un paso atrás, curvando los labios miró fijo a los ojos a Jun.K. — ¡Lo sabía! Te lo dije, no soy un jodido tonto. Soy un hombre adulto e hice esas decisiones por mi cuenta. Pude haberte dicho que no, pero no lo hice. Estabas tan ocupado culpándote por lo que pasó que me dejaste fuera. Me has hecho daño, Jun.K. Me has hecho mucho daño. Hiciste decisiones que me destruyeron.

Jun.K asintió y se pasó una mano por la cabeza. —El boxeo. Lo sé y lo siento. Debería de haber…

—¡No! —Taecyeon bramó—. A la mierda el boxeo. Te dije que soy consciente de mis elecciones. —Taecyeon se acercó, empujando las palmas de las manos en el pecho de Jun.K—. Decidiste irte sin consultarme. Tú me abandonaste, Jun.K.

Taecyeon se sorprendió como el infierno cuando Jun.K lo empujó con tanta fuerza que casi se cae de culo. —Admito que te utilicé en un principio. Pensé que estabas loco con todo el asunto de la pareja y yo todo lo que podía ver eran los signos de dólar. He estafado toda mi puta vida y te vi como una oportunidad.

—¡Sal de aquí!

 

Pero Jun.K no se movió. —Después de esa primera pelea me di cuenta del error que había cometido. No por dormir contigo, no por enlazarme contigo, sino por alejarte de tu refugio y lanzarte a un pozo lleno de víboras. Traté de arreglar lo que había hecho mal. Tratado de luchar y no enamorarme de ti. Sabía que te merecías algo mejor que yo.

Taecyeon se quedó inmóvil, con los puños desenrollándose mientras escuchaba.

 

—Parecía que sin importar lo duro que tratara de arreglar lo que había hecho, las cosas sólo empeoraban. Te estabas convirtiendo en alguien lleno de odio. Yo había destruido esa hermosa criatura, despojándolo de su inocencia y envenenándolo. ¿Crees que quería dejarte? ¿Crees que quería irme? Morí el día que llamé a tu mejor amigo y le dije que viniera a buscarte. Pero tenía que arreglar lo que había destruido, aunque me costara mi felicidad, mi propia cordura. Pero nunca, nunca pensé y ni siquiera concebí la posibilidad de que también había matado tu interior ese día.

—¡Eres mi jodida pareja! —Taecyeon gritó mientras se obligaba a no cambiar, haciendo su mejor esfuerzo para controlar su ira—. Nuestras almas están unidas una a la otra para toda la eternidad. No importa lo mal que lo hubieras jodido. Todo lo que tenías que hacer era venir a mí aquella primera noche y hablarme, decirme cómo te sentías por dentro, y podríamos haberlo trabajado. Pero en lugar de eso decidiste lo que era mejor para mí, me alejaste, destruyendo algo que podría haber sido tan hermoso.

Jun.K tragó audiblemente mientras asentía hacia Taecyeon.

—Decir que lamento lo que hice nunca será suficiente. Pero quiero que sepas lo mucho que realmente te amo. —Jun.K se giró y comenzó a alejarse.

—Entonces, ¿eso es todo? ¿Vas a tomar el camino del cobarde de nuevo?

Jun.K se dio la vuelta, golpeando con fuerza el aire mientras gritaba incoherentemente. —¿Qué quieres que  haga? —Jun.K gritó en un tono frustrado. Taecyeon se conmovió hasta la médula cuando vio lágrimas caer de los ojos de Jun.K—. Me estoy muriendo por dentro sin ti, sin embargo, no me quieres de regreso. La jodí. Lo siento. No tenía ni idea de lo que tenía hasta que no estabas. Dime, Taecyeon, ¿qué quieres que haga?

 

Taecyeon acortó la distancia y jaló a Jun.K a sus brazos mientras su pareja lloraba abiertamente. —Estoy tan jodidamente triste, Taecyeon. Por favor, acéptame de nuevo.

Taecyeon calmaba a su pareja mientras mecía en sus brazos a Jun.K. —Sólo habla conmigo, bebé. Nunca trates de manejar las cosas por tu cuenta y nunca te alejes pensando que es lo mejor para nosotros. —Taecyeon apartó a Jun.K y colocó sus manos a cada lado de la hermosa cara de su pareja—. Ya he perdido a alguien que amaba y todavía amo, con todo mi corazón. No vuelvas a intentar alejarte de mí de nuevo.

Jun.K lo miraba en estado de shock, usando su mano para limpiar sus lágrimas. —¿Me quieres, de verdad, después de lo que he hecho?

Taecyeon pasó las manos por el suave cabello de su pareja.

—No tienes ni idea de quién soy, señor Kim Junsu .

 Los oscuros ojos de Jun.K, hinchados por las lágrimas recorrieron a Taecyeon. —Yo puedo amarte y descubrirlo.

—¿Un nuevo comienzo?

 

Jun.K asintió mientras se limpiaba los ojos. —Me encantaría.

 

—¿No más planes para hacerse rico rápidamente? Jun.K se retorció.

Taecyeon le dio a su pareja una ligera sacudida. — Prométemelo.

Jun.K suspiró. —Me comprometo a tratar muy duro de llevar una vida legítima.

Taecyeon se rio mientras envolvía sus brazos alrededor de Jun.K y le daba un fuerte abrazo, sintiendo que su corazón latía de nuevo por primera vez en meses. Aparte de alejarse, Jun.K realmente  no  había  hecho  nada  que  no  pudiera  perdonar.

 

Taecyeon trabajaría en dejar el dolor de haber sido abandonado por su pareja. —Lo suficientemente bueno por ahora.

—No puedo respirar —Jun.K dijo dándole una palmada en la espalda a Taecyeon. Soltando a su pareja, Taecyeon pasó el pulgar por el labio inferior de Jun.K—. Ahora es mi turno para mostrar lo que significa estar acoplado.

Jun.K echó un vistazo alrededor de la oficina, con los ojos saltando por todas partes. —Jongin me dijo que eres un rinoceronte. Recuerdo que me dijiste algo al respecto.

Taecyeon podía ver cuán realmente nervioso estaba Jun.K. Era extraño ver así a un hombre tan fuerte. Jun.K había estado lleno de vida, seguro, y Taecyeon no creía que nada pudiera hacer que su pareja tuviera miedo. Pero el mencionar a su rinoceronte, parecía tener a Jun.K nervioso. —Recuérdame que te lo muestre algún día.

—Sorprendentemente, Jongin aún quiere darme un negocio. —Jun.K arrugó la nariz—. Quiere que dirija una florería.

—Su pareja lo miraba fijo—. No sé nada de flores.

 —Tengo plena confianza que vas a aprender —dijo Taecyeon mientras envolvía sus brazos alrededor de Jun.K, pasando sus manos por la espalda de su pareja. Era como un sueño hecho realidad, su pareja estaba aquí, en sus brazos donde pertenecía—. No sólo es mi turno para mostrar lo que es estar acoplado, sino que también es mi turno para tenerte bajo mi ala y mostrarte cómo vivir.

—Tengo mucho que aprender —dijo Jun.K apoyando la cabeza en el hombro de Taecyeon. Éste sintió como si su mundo estuviera bien de nuevo, como si finalmente pudiera respirar—. Realmente estamos enlazados, ¿verdad?

—Quiero que me digas por qué crees eso.

 

Jun.K levantó la cabeza, sus ojos cansados fijos en Taecyeon.

—No puedo comer. No puedo dormir. La mayoría de los días me acuesto en la cama, hecho un ovillo mientras el dolor amenaza con matarme.

—Sí —dijo Taecyeon—. Eso es lo que es estar enlazado, amar a alguien tanto, tan profundamente, que te vuelves loco sin él.

Jun.K frunció el ceño mientras sacudía la cabeza. —Eso es una jodida locura.

—Algunos podrían pensar eso. —Taecyeon besó la cara peluda de Jun.K—. Pero cuando se hace bien, cuando te unes a tu pareja es como entrar por las puertas del Cielo. El amor es puro, fuerte como el acero, y hay una conexión entre los dos que no puede ser cortada.

Había una chispa de una emoción indefinible en los ojos de Jun.K. —Yo te sentí —Jun.K dijo mientras sacudía la cabeza—No entiendo cómo, pero sentí tu dolor como si fuera mío. Finalmente, no pude soportarlo más. Traté de mantenerme alejado. Traté de darte la oportunidad de una buena vida sin mí arruinándola. Pero no pude permanecer lejos por más tiempo.

—Eso está detrás de nosotros —dijo Taecyeon mientras envolvía su brazo alrededor del hombro de Jun.K—. Un nuevo comienzo, ¿recuerdas?

—Café oscuro.

 

Taecyeon estaba confundido. —¿Qué es café oscuro?

 —Mis ojos —respondió Jun.K—. No sé. —Se encogió de hombros—. Sólo quería que lo supieras.

Taecyeon tomó la mano de Jun.K y lo guio fuera de la oficina de Jongin. Hace apenas una hora Taecyeon sentía como si su vida hubiera terminado... y ahora, bueno, estaba volando alto. — Bebé, podrías decirme que son púrpura y aún no sabría de qué color son. Nací de esta manera. El mundo no es más que colores apagados para mí.

Taecyeon jaló a Jun.K hasta que encontró a Jongin. El Alpha estaba sentado en el estudio, tratando de enseñarle a su nieto bebé a jugar juegos de video. Taecyeon se rio al verlo. Chaejin seguía golpeando sus manos en el controlador y balbuceando.

—Al menos estoy pagando nuestra deuda —dijo Jongin sin girarse—. Ustedes dos son un maldito lío caliente, pero espero que se mantengan uno a otro en el camino correcto y alejado de los problemas.

—Entonces, ¿me puedo ir? —preguntó Taecyeon.

 —Mientras dejes esa mierda del boxeo, todos estaremos bien. —Jongin no dijo nada más. Siguió jugando juegos de video con su nieto. Taecyeon estudió al Alpha por un momento, dándose cuenta de lo enigmático que el hombre realmente era.

Él era un ángel y un diablo, todo en uno, con un poco de locura y mucha compasión. Taecyeon sabía que nunca conocería al hombre. Pero ¿realmente lo quería? No, no realmente. Tenía las manos llenas con Jun.K Kim.

—¿En dónde nos vamos a quedar? —Jun.K preguntó mientras se dirigían hacia la puerta principal.

—De hecho, tengo un hogar —Taecyeon respondió mientras cerraba la puerta y se dirigía hacia la moto de Jun.K—. Es una casa llena de shifter desadaptados que van a volverte loco. Sin embargo, no hay mejores hombres para tener a tu espalda que los chicos.

—Me gusta eso.

 

Taecyeon resopló. —Repite esta afirmación después de haberlos conocido.

Jun.K se rio y el corazón de Taecyeon se aligeró. —¿Qué pasó con Wrangler?

 

Su pareja estaba a punto de entregarle a Taecyeon su casco cuando sus ojos bajaron. —Traté de localizarlo. Iba a dejar que me castigara por nuestra deuda. Sin embargo, en los cuatro meses que he estado revolcándome en la autocompasión, no he sido capaz de encontrarlo.

Taecyeon sabía que había un problema. Hombres como Wrangler no desaparecían de la faz de la Tierra. Tenía un mal presentimiento de que el chico iba a resurgir y tratar de arruinar la vida feliz que Taecyeon había planeado para él y Jun.K.

Pero en este momento Taecyeon iba a preocuparse de conseguir que Jun.K se instalara y se hiciera cargo de Fragantes Flores. Se ocuparía de Wrangler cuando llegara el momento. Su prioridad era asegurarse de que el señor Jun.K Kim caminara en línea recta.



 continuara...

 

  

Taecyeon rodó los hombros mientras miraba fijo al hombre con el que estaba a punto de pelear. No era que estuviera disfrutando lo que estaba haciendo, pero sabía que era la única manera de salir de la deuda que tenían. Jun.K había protestado que Taecyeon luchara de nuevo, pero Taecyeon no había dejado el tema hasta que su pareja finalmente había aceptado.

Estaba confundido y enojado, sin entender por qué el estado de ánimo de su pareja había cambiado desde que Taecyeon había confesado su amor. El hombre era distante, silencioso, y sólo hablaba cuando Taecyeon le hablaba.

Quería purgar su ira contra alguien. ¿Por qué no que le pagaran por eso? Taecyeon estaba preparado esta vez, anticipándose a que su oponente hablara mierda. Lo habían tomado con la guardia baja en la última pelea, pero ahora sabía lo que debía tener en cuenta. También estaba agradecido como el infierno cuando se enteró que no había matado al primer rival contra el que había luchado. Eso fue un gran peso que se le quitaba de la cabeza.

—Vaya, es uno grande —se burló su oponente—. Eso sólo hará que mi victoria sea más triunfal cuando derribe tu gran culo.

Taecyeon dio al hombre lo que esperaba fuera una sonrisa malvada. —Podrías intentarlo.

La campana sonó y Taecyeon sacó todo pensamiento y se enfocó. No iba a dejar que el hombre le arrancara su control, ni permitiría que su rival lo encolerizada. Aunque Taecyeon se moría por ver dónde estaba Jun.K, sabía que no era prudente apartar los ojos del hombre frente a él.

 

—¿Estamos luchando o bailando? —preguntó el hombre enojado.

Taecyeon se giró, deteniendo la fuerza bruta en el último segundo, apenas tocando al hombre en la mandíbula. Pero fue suficiente para que su oponente tropezara de nuevo. Luchó con movimientos rápidos y precisos, siempre asegurándose de no poner toda su fuerza en cualquier determinado golpe.

En la cuarta ronda, Taecyeon no sólo no estaba cansado, sino que se sentía extrañamente más tranquilo. Parecía que cuanto más se obligaba a controlar sus golpes y movimientos, más tranquila se volvía su ira.

En la quinta ronda, Taecyeon golpeó al hombre. Sólo que esta vez no tenía miedo de haber matado al chico. La multitud enloqueció y los aplausos retumbaron.

Taecyeon había peleado limpio y fue el vencedor en una pelea justa.

—¡Lo has hecho genial! —dijo Jun.K mientras agarraba a Taecyeon y le frotaba rápidamente con las manos la cabeza, haciendo que Taecyeon sonriera ampliamente—. Voy a tomar nuestro dinero, y arreglaré la siguiente pelea, y entonces podremos salir de aquí.

Taecyeon sabía que Jun.K no quería pasar el rato cerca de Wrangler. Ellos aún tenían un largo camino por recorrer antes de tener suficiente dinero para pagarle al hombre. Taecyeon se quedó allí y escuchaba el parloteo a su alrededor, preguntándose si quizás el boxeo era una manera para liberar algo de la ira que siempre sentía.

Él no era tan reacio a la idea ahora que había ganado su primera pelea legal. Bueno, esta lucha clandestina no era tan legal, pero no había perdido el control ni mandado al hombre al hospital.  Incluso  se  palmeó internamente  en la  espalda  por no dejarse llevar por la ira cuando su oponente había empezado a hablar basura.

La mandíbula de Taecyeon se tensó cuando vio a Jun.K hablando con un chico, pero notó que algunas de las mujeres con ropa ligera estaban presionándose cerca de la pareja de Taecyeon. Mientras se dirigía hacia Jun.K, Taecyeon empezó a quitar la cinta de sus nudillos.

—¿Estás listo? —Taecyeon gruñó con los dientes apretados, dando a las mujeres una mirada fulminante.

—Todo listo —Jun.K respondió mientras salía de entre las admiradoras. Más como putas en opinión de Taecyeon. No llevaban mucha ropa y sus rostros tenían tanto maquillaje que le recordaron a Taecyeon prostitutas del sábado por la noche.

Su rinoceronte dio un resoplido amenazante a las mujeres que habían manoseado a Jun.K. Ellas dieron media vuelta y moviendo sus pestañas hacia él, pero Taecyeon les dio la espalda mientras caminaba hacia la salida.

—No puedes hacer eso —dijo Jun.K mientras caminaba rápidamente por delante de Taecyeon y abría la puerta. Taecyeon la atravesó e inhaló profundamente el fresco aire nocturno, tratando de controlar sus celos. Una vez que tuvo una apariencia de control, Taecyeon se acercó a la motocicleta.

—No te molesta que tengan sus manos sobre ti —acusó mientras metía la mano en su bolsa y sacaba un par de jeans. Se cambió de sus pantalones cortos de boxeo allí mismo, en el estacionamiento, sin importarle quién lo veía. Después de empujar los shorts en su bolsa, Taecyeon se puso una camiseta y luego las botas.

Eso era lo único que odiaba de boxeo. Esos lugares eran sucios y tenía que caminar con los pies descalzos. Rezó como el infierno por no atrapar un hongo. Quizás debería invertir en algunos zapatos de ducha o algo para proteger sus pies cuando no boxeaba.

Jun.K sacó las llaves del bolsillo delantero. —Yo amablemente las aparto, Taecyeon. Las mujeres se sienten atraídas por los boxeadores, con la esperanza de tener una casa para pasar la noche o por lo menos tener sexo con uno de ellos en el cuarto de baño o detrás del edificio. Así son las cosas. Le dije a ellas que no. ¿Qué quieres que haga, que las corra y les diga que jodidamente se alejen de mí?

Aunque la palabra estaba en los labios de Taecyeon, él sabía que sólo era su ira por la forma en que Jun.K había estado actuando últimamente que le hacía actuar como un idiota. —No me gusta ver a alguien tocando a mi pareja. —Taecyeon admitió la verdad—. Tuve que detener a mi rinoceronte antes de matar hasta la última persona que te estaba tocando.

Las manos de Jun.K vacilaron. —¿Tu qué?

 

Taecyeon había querido decirle a Jun.K que era un shifter. Pero primero las cosas sucedieron demasiado rápido y, después, el momento nunca parecía ser el correcto, Jun.K estaba demasiado reservado y demasiado absorto en sus propios pensamientos para ser abierto ante la idea.

—No importa. —Taecyeon subió la cremallera de la bolsa y subió a la moto—. Vamos a salir de aquí. —Taecyeon no estaba seguro de qué hacer.

Podía sentir la ruptura entre ellos, separándolos, y no estaba seguro de cómo solucionarlo.

Amaba a Jun.K y no había tenido vergüenza de admitirlo. Tampoco lamentaba habérselo dicho al hombre. Pero Jun.K había cambiado después de la declaración. A pesar de que podía sentir su vínculo cada vez más profundo, haciendo que Taecyeon se acercara más a Jun.K, su pareja estaba tan frio como un témpano de hielo.

Salieron del estacionamiento y se dirigieron al oeste. Taecyeon no tenía idea de a dónde iban, pero disfrutaba tener sus manos alrededor de la cintura de Jun.K. Él apretó sus brazos fuerte, por temor de estar perdiendo al hombre.

Después de conducir por una hora, Jun.K llegó a un restaurante abierto toda la noche. Taecyeon se bajó y se quitó el casco, y luego agarró a su pareja antes de que Jun.K pudiera alejarse. —Lo siento.

Las cejas oscuras de Jun.K se fruncieron. —¿Por qué?

 

Taecyeon dejó el casco en la moto y luego se pasó las manos por encima de su cabeza.

—No estoy seguro, pero has estado muy callado últimamente y pensé que tal vez había hecho algo malo.

Los ojos de Jun.K se suavizaron cuando tomó la cara de Taecyeon. —Bebé, no eres tú. Sólo tengo un montón de mierda que tratar dentro de mi cabeza.

Taecyeon puso sus manos sobre Jun.K, absorbiendo el calor del tacto de su pareja. —¿Como qué?

Lo que fuera que Jun.K sostenía, lo que había estado carcomiéndolo lentamente se deslizó de los ojos del hombre cuando su pareja le dio una sonrisa muy sexy. —Lo has hecho bien esta noche, Taecyeon. Sabía que lo tenías en ti.

Evadió efectivamente la pregunta.

 

Taecyeon lo dejó ir por ahora, era feliz de ver a su pareja de tan buen humor de nuevo. Se rio y gritó cuando Jun.K le dio una palmada en el culo. El hombre movió sus cejas y sus ojos bajaron hasta la ingle de Taecyeon.

 

El calor inundó sus mejillas mientras Taecyeon entraba en el restaurante. Todo lo que Jun.K tenía que hacer era mirarlo de esa manera seductora y Taecyeon era masa en las manos del hombre. Él haría cualquier cosa por su pareja... cualquier cosa.

Agarraron un lugar en la parte de atrás de la cafetería. Una camarera de inmediato se acercó y tomó sus órdenes de bebidas. Cuando se había ido, Taecyeon comenzó a hablar en voz baja. —Creo que me está gustando esta cosa del boxeo.

Los ojos de Jun.K lo recorrieron y Taecyeon se preguntaba lo que el hombre estaba pensando en ese momento. —¿Como algo de tiempo completo?

La pregunta fue dicha en voz baja, su pareja se oía decepcionado.

Taecyeon quería golpearse la cabeza contra la mesa. ¿Jun.K no le acababa de decir que estaba orgulloso de que Taecyeon lo hubiera hecho bien? Estaba empezando a preguntarse si su pareja no estaba un poco fuera de balance. —Sí, a tiempo completo. ¿Por qué?

Jun.K se encogió de hombros mientras se acomodaba y lanzaba un brazo sobre la parte posterior de la banca. —Pensé que sólo ibas a hacer esto hasta que tuviéramos suficiente dinero para pagarle a Wrangler. Me dijiste que no te gustaba el boxeo.

—¿Qué hay de malo en que esté a tiempo completo boxeando?

Los dedos de Jun.K giraban el salero en un círculo, con los ojos estudiando con atención el frasco de vidrio. —No estás hecho para esta vida, Taecyeon. Ya viste cómo esas bunnies7 del boxeo me estaban tocando. Además, tienes que vivir en los caminos, no  comes una comida hecha en casa, y  siempre   se teme  que   los  policías   lleguen   al  edificio  en donde estés boxeando.

Taecyeon miró por la ventana, con la mirada perdida en la noche, mientras escuchaba a Jun.K marcar las razones por las que no debería hacer de esto una carrera de tiempo completo. Pero para Taecyeon, eran excusas endebles. Se oía más como que Jun.K estaba tratando de mantener sus opciones abiertas, para asegurarse de que podía deshacerse de Taecyeon cuando llegara el momento.

—Yo tenía un hermano gemelo —Taecyeon admitió viendo su reflejo en la ventana—. Nosotros crecimos en hogares de acogida, nuestra madre murió dándonos a luz. Él era todo lo que tenía, mi mejor amigo. —Taecyeon se detuvo, sintiendo el nudo en la garganta pensando en Roth. No pasaba ni un día sin que Taecyeon no lo extrañara.

 

»—La familia con la que vivíamos fue atacada, mi gemelo murió.

Jun.K se inclinó sobre la mesa, cubriendo las manos de Taecyeon con la suyas. —Jesús, hombre. Lo siento mucho.

Taecyeon se encogió de hombros. Él no estaba diciéndoselo a Jun.K para ganarse la compasión del hombre. Quería que su pareja supiera de dónde venía mucha de su rabia. Nunca realmente se había ocupado de la pérdida, siempre la empujaba hacia abajo, poniéndole una tapa sobre la misma.

—Me di cuenta hoy que por alguna extraña razón, el boxeo me ayuda. Una vez que me enfoco, no sé, es como si no estuviera tan enfadado.

Jun.K retiró sus manos. —Esta no es una vida para ti — repitió. Taecyeon no podía entender por qué Jun.K no podía ver de dónde él venía. Él lo decía fuerte y claro, sin embargo, Jun.K seguía siendo resistente.

 

La camarera trajo las bebidas y las dejó sobre la mesa, tomando sus pedidos. Taecyeon ya no tenía hambre, pero sabía que tenía que comer. Se había abierto ante Jun.K y el hombre aún no era receptivo, la brecha era cada vez mayor.

Estaba empezando a pensar que tal vez el destino había hecho un emparejamiento incorrecto.

 Habían pasado cuatro semanas desde que habían salido de la Casa y nada parecía bien entre Jun.K y Taecyeon. Éste se sentó en el borde de la cama, con el pelo mojado por la ducha, y sosteniendo un paquete de gel para la mandíbula. Jun.K pensando en los enfermeros que atendieron su herida después de que se la rompió en varias ocasiones cuando ir de un oponente tras otro era parte de su vida.

Quería acercarse, tocar, sentir. No habían estado teniéndolo desde hace mucho, Taecyeon estaba volviéndose remoto, distante, pero esta noche Jun.K quería cerrar esa brecha, sentir el cuerpo de Taecyeon debajo de él, retorciéndose, dándole al hombre placer. —¿Cómo sientes tu mandíbula?

Dejando a un lado el paquete de gel, Taecyeon se encogió de hombros antes de agarrar el control remoto. —Va a sanar.

La distancia en la voz del hombre, fue un frío golpe para Jun.K. Sabía que la había jodido por traer a Taecyeon a este mundo, pero quería arreglar las cosas y hacer lo correcto.

Pero Taecyeon estaba más frío, más violento, y Jun.K aún no tenía ni idea de cómo arreglar las cosas. Extendió la mano para pasarla por el corto cabello de Taecyeon, pero el hombre se alejó, moviéndose rápidamente en la cama hasta que su espalda estuvo contra la pared.

 

Más lejos, un abismo cada vez mayor, la brecha apartándolos. Jun.K se arrastró sobre la cama, tratando de acurrucarse junto a Taecyeon, pero el tipo dio un gruñido, se negó a reconocerlo.

Se movió hasta quedar sentado en el borde de la cama, Jun.K lo miró por encima del hombro, preguntándose si las cosas entre los dos volverían a estar bien de nuevo.

¿Pero incluso sería correcto hacerlo? Estaba teniendo lo que merecía. Por desgracia, sus sentimientos por Taecyeon estaban creciendo más fuertes hasta el punto de que físicamente le dolía el desaire de Taecyeon.

Jun.K quería lo que Taecyeon le había ofrecido en un principio, la cercanía, ese fuego que había visto en los ojos del hombre.

Ahora estaban aburridos, llenos de algo que Jun.K ni siquiera podía descifrar. Se movió de la cama y se dirigió hacia la puerta. —Voy a buscar algo para beber. ¿Quieres algo?

Taecyeon dio un gruñido.

 

Jun.K se quedó con la mano deteniéndose en la puerta, esperando a que su pareja le digiera algo, que lo llamara a la cama, que le digiera que quería salir de esta vida.

Pero Taecyeon no dijo nada. Él sólo recorría los canales, con los ojos fijos en la televisión.

Abriendo la puerta, Jun.K salió. Pero en vez de ir a la máquina, se sentó en los escalones que conducían al segundo piso. Acunó su rostro entre las manos, sintiéndose desesperado y muy solo.

Había arruinado a un buen hombre y ahora estaba pagando el precio.

 

Habían pasado dos meses, Taecyeon entraba en su décima pelea. Jun.K se apoyó contra la pared, con los brazos metidos debajo de él. Al parecer, no importaba lo mucho que argumentaba que esta vida no era para Taecyeon, el hombre se negaba a escuchar.

Taecyeon había dicho que el boxeo era una  manera de aliviar su dolor, pero desde aquella noche en la cena, después de la primera victoria de Taecyeon, Jun.K había notado al hombre cada vez más agresivo. Él ganó todas las peleas en las que entró, el nombre de Taecyeon circulaba por la comunidad del boxeo a puño limpio. Profesionalmente, Jun.K estaba orgulloso del hombre. Taecyeon había encontrado su vocación. En lo privado, en lo personal, su relación era un desastre.

Apenas tenían sexo y sus conversaciones eran casi inexistentes. Jun.K trataba de hablar con el hombre, pero cuando llegaba el momento de regresar a su habitación de hotel, Taecyeon inmediatamente agarraba el control remoto, apartándose de Jun.K.

Trató de explicarle a Taecyeon que no era forma de vivir. Aún tenían a Wrangler tras ellos y ser perseguido no era vida para Taecyeon. Jun.K deseaba poder volver a ese fatídico día cuando le robó a Jongin a Taecyeon y deshacer lo que había hecho.

Taecyeon se había vuelto frío y apartado, y Jun.K tristemente perdía a ese hombre inocente que Taecyeon solía ser. Esto era exactamente lo que él estaba tratando de evitar. Esta vida. Jun.K había envenenado al hombre, quitándole todo lo que había sido bueno para él.

Tenía que arreglar esto. No era demasiado tarde para salvar a Taecyeon. Jun.K estaba locamente enamorado del hombre, pero sabía que no era bueno para Taecyeon. Lo había corrompido. Eso era algo con lo que iba a tener que vivir por el resto de su vida.

Mientras Jun.K observaba a Taecyeon boxear, vio cómo su pareja se estaba volviendo más agresivo. El oponente lanzó el primer golpe, pero Taecyeon lo evitó, y el puño de Taecyeon conectó con el hombro del oponente y Jun.K sabía que el brazo del hombre ahora estaba dislocado. El estómago de Jun.K se encogió al ver a Taecyeon golpear. La gente a su alrededor veía embelesada mientras el sonido de huesos quebrándose llenaba el aire. Pero Taecyeon no se detenía. El sudor corría por su cuerpo, haciendo brillar su piel, pero no tenía ningún golpe en él. Ningún oponente podría acercarse a él ni tocarlo. Taecyeon era una bestia, como una bien aceitada máquina. Siguió su camino hasta que ganó la pelea y su oponente estaba tendido en el suelo, la cara en el suelo.

Un segundo, un tercero y un cuarto hombre lucharon contra Taecyeon, pero no había nadie a la altura de los brutales golpes del hombre ni sus rápidos y enérgicos movimientos.

Hubo un momento en que el hombre estaba molesto por la brutalidad, cuando a Taecyeon le molestaba lastimar a alguien. Pero ya no parecía perturbarlo por más tiempo. El brillo había desaparecido de los ojos del chico. Taecyeon casi parecía perdido y simplemente pasando por las propuestas.

La chispa entre ellos, en Taecyeon, en su vida, se había ido.

Jun.K sabía lo que tenía que hacer.

 

Más tarde, después de que los combates habían terminado y estaban de regreso en su habitación, Jun.K esperó a que Taecyeon se durmiera. Se quedó sentado en la oscuridad de la habitación, sólo una pequeña luz pasaba a través de las cortinas, iluminando el contorno de Taecyeon, y vio a su pareja dormir.

Jun.K nunca había estado enamorado ni un día en su vida. Pero cuando sus ojos recorrían lentamente el cuerpo de Taecyeon, sabía que lo que sentía era un amor tan profundo que iba a sacrificar sus necesidades egoístas para salvar al hombre al que sentía como si no pudiera vivir sin él.

Quería la bella inocencia de Taecyeon restaurada, todo de nuevo.

Tomando el celular de Taecyeon de la mesita de noche, Jun.K sigilosamente salió. Recorrió los contactos de su pareja hasta que encontró el nombre que Taecyeon mencionaba constantemente. Jun.K apretó el botón de enviar, y se preguntó si estaba haciendo lo correcto.

Últimamente, no estaba seguro de qué era lo correcto. Pero sabía que tenía que conseguir sacar a Taecyeon de esta vida antes de que su humanidad fuera totalmente destruida.

—Taecyeon, ¿eres tú?

 

Jun.K oyó el cansancio en la voz de Jong Hoon, pero también escuchó la tensión, la preocupación y algo dentro de él le dijo que estaba haciendo lo correcto.

Así que, ¿por qué sentía que su corazón estaba siendo arrancado y destrozando en el suelo? Saber que estaba a punto de perder a Taecyeon era el peor tipo de dolor que Jun.K hubiera experimentado en su vida. Pero mantener a Taecyeon, viviendo esta vida, le desgarraba aún más y los destruía a ambos.

Prefería sufrir antes que dejar que Taecyeon siguiera por este camino. Jun.K prefería sacrificar su corazón que dejar que Taecyeon se volviera más cruel y miserable.

—Habla conmigo, amigo.

 

Jun.K se aclaró la garganta, rogando que su voz saliera porque sentía un apretado nudo creciendo allí. —Soy Kim Junsu .

 

—¿Taecyeon está lastimado? —Fue lo primero que salió de la boca de Jong Hoon.

A Jun.K le gustaría tener un amigo así, alguien que se preocupara por él y le preocupara si estaba bien.

—Está sano y salvo. —Jun.K giró para ver la puerta del motel—. Necesito que vengas a buscarlo.

Las sábanas crujieron y Jun.K sabían que Jong Hoon se estaba sentando. —¿Por qué, porque ya no te es útil? —El veneno estaba claro en la voz del hombre. Jun.K no merecía menos. Había alejado a Taecyeon de la gente que se preocupaba por él y lo sumergió en un mundo de estafadores y desagradables asesinos.

—Si amas a Taecyeon, entonces necesito que vengas a salvarlo de sí mismo y —Jun.K se interrumpió cerrando los ojos, pasando la palma de la mano en la frente, cuando el dolor de dejar ir a Taecyeon amenazó con hacerlo pedazos— salvarlo de mí.

—Sólo dime dónde está e iré a buscarlo.

 

Por un segundo Jun.K no podía hablar más debido al dolor, no podía pronunciar una palabra sintiendo como si su corazón estuviera siendo arrancada de su propia alma. Tragó saliva y le dijo a Jong Hoon dónde estaban.

Jun.K cortó la comunicación y se giró, deslizándose por la pared mientras envolvía sus brazos sobre su cabeza y se mecía hacia atrás y adelante, preguntándose si iba a sobrevivir después de que Taecyeon se fuera. Había sólo unas pocas horas de distancia a la Villa Kim. Jong Hoon estaría aquí antes de que Taecyeon despertara.

Con ese conocimiento, Jun.K se puso de pie y volvió a entrar en la habitación del motel. Dejó el teléfono de nuevo en la mesa de noche y tomó su casco, alforjas, y se dio un momento para ver la hermosa forma de Taecyeon.

 

Taecyeon realmente era una criatura impresionante. Su corazón se oprimió en su pecho y Jun.K quería nada más que meterse en la cama con Taecyeon y envolverlo en sus fuertes brazos mientras le decía que iban a estar bien.

Pero no lo estarían. No mientras Taecyeon estuviera aquí, en esta vida. Jun.K se sentía como si el suelo se estuviera cayendo por debajo de él. Su interior se oprimió y temblaba de necesidad, de miseria, dolor y desesperación. Pero Jun.K sabía que tenía que hacerlo, tenía que dejar a Taecyeon libre para que pudiera recuperar su humanidad, el brillo en sus ojos.

El nudo en si garganta y su corazón dolorido, iban más allá de lo que jamás había experimentado antes. Jun.K dejó el dinero del premio en la mesa antes de salir, dejando su corazón, su alma y su propia cordura atrás.

Tenía que ir a buscar a Wrangler y aclarar lo de su deuda para que su amante pudiera vivir en paz y, con suerte, una vez más, se convirtiera en el hombre inocente del que Jun.K se había enamorado.

 

 

 

—Hey, amigo.

 

Taecyeon parpadeó, jurando haber escuchado la suave voz de Jong Hoon en el cuarto oscuro. Se dio la vuelta, buscando a su pareja, pero la cama estaba vacía. Taecyeon se acercó y encendió la pequeña lámpara, tuvo que parpadear varias veces cuando la habitación se llenó de luz.

Cuando pudo ver más claro, Taecyeon vio a Jong Hoon de pie junto a la cama, Seung Hyun junto a la puerta. —¿Qué sucede? — Taecyeon preguntó mientras apartaba las sábanas y tomaba sus pantalones del suelo, poniéndoselos—. ¿Dónde está Jun.K?

 

No le gustaba la expresión en los ojos marrón-claro de Jong Hoon. Su mejor amigo se negaba a mirarlo a los ojos, estrangulando sus dedos mientras se humedecía los labios. —Se ha ido, Taecyeon. Él me llamó y me pidió que viniera a buscarte.

Cuándo registró las palabras de Jong Hoon, los ojos de Taecyeon recorrieron la habitación, pero no vio a Jun.K en ningún lugar. Inclinó la cabeza ante Jong Hoon y luego se dirigió al cuarto de baño.

Estaba vacío.

 

El mundo de Taecyeon se salió de control y le resultaba difícil respirar, pensar, incluso ver. —Junsu.

Jong Hoon se acercó. —Se ha ido, Taecyeon.

 

Ni siquiera estaba registrando la voz llena de lágrimas de su mejor amigo. Taecyeon empujó a Seung Hyun y salió por la puerta abierta del motel, desesperado por encontrar a su pareja. Salió a la luz de la mañana y sabía que su mundo estaba llegando a un alto. Comenzó a hiperventilar, su corazón corriendo fuera de control cuando no sólo no vio la moto de Jun.K sabiendo que se había ido, sino que los hermanos Wu estaban esperando afuera.

Esto, simplemente, no podía estar sucediendo. No había perdido a Jun.K, no, no había manera. Su cuerpo se detuvo en estado de shock y de ira pura. Jun.K lo había dejado, lo había abandonado.

Taecyeon se giró y golpeó con sus puños los bloques de cemento de color amarillo, mareándose mientras luchaba por respirar. ¿Dónde estaba su pareja? ¿Por qué iba a dejarlo atrás?

Taecyeon estaba enojado consigo mismo, con Jun.K, con cómo las cosas habían ido creciendo entre ellos. No sabía cómo arreglar las cosas, por lo que se hacía cada vez peor y peor. Taecyeon había pensado que ganar todas las peleas haría feliz a Jun.K, pero el hombre siguió presionando a Taecyeon de que tenía que ir a casa.

Jun.K podría no haber dicho esas palabras exactas, pero así era como Taecyeon lo había entendido. Jun.K había estado tratando de deshacerse de él durante meses.

Él quería hacerle daño a algo, al mundo, a la forma en que su corazón estaba sufriendo en estos momentos. Taecyeon ni siquiera estaba seguro de cómo seguía de pie porque el dolor era demasiado condenadamente insoportable.

Taecyeon se sentía como si todo fuera negro, sus emociones estaban fuera de control, y lo llevaban a un lugar que había estado cuando su hermano había muerto.

Era un lugar de oscuridad total y vacío de cualquier amor o felicidad. Era un lugar de dolor y sufrimiento y de una violencia brutal.

—¿Taecyeon? —Jong Hoon salió de la habitación del motel, envolviendo sus brazos alrededor de su estómago y su pareja de pie justo detrás de él—. Habla conmigo, amigo.

Por el rabillo del ojo, Taecyeon vio a los hermanos Wu bajarse de sus motocicletas y moviéndose un poco más cerca. Movió su brazo, golpeando la ventana del motel, los cristales se quebraron por todas partes cuando Taecyeon sintió el cambio.

Su ira, el dolor y el sentimiento de traición habían llegado a su cúspide y a Taecyeon simplemente no le importaba. Si no podía estar con Jun.K, ¿qué le quedaba?

Nada.

 

El pensamiento disparó la ira de Taecyeon por las nubes cuando el rinoceronte comenzó a liberarse.

—¡Llévalo adentro! —Kris gritó mientras corría hacia Taecyeon.

 

Cuando los hermanos avanzaron, Taecyeon giró, arremetió, tratando de herir a cualquiera que se interpusiera en su camino. Los hermanos lo derribaron al mismo tiempo y luego Taecyeon sintió algo afilado encajándose en su brazo. Cuando todo se volvió borroso, Taecyeon oía a Jong Hoon llorar, podía sentir su cuerpo siendo llevado a la habitación del motel y, finalmente, antes de perder su conciencia, se preguntó por qué su pareja lo había abandonado.

 

 

 continuara...

 

 


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