Los dos días siguientes comienzo a dudar mucho de lo que veo. Ese chico aparece y desaparece que ya creo que es un espíritu. No he vuelto a encontrar comida, y siento que en lugar de estar yendo a la salida del bosque me estoy internado mas en el.
— yo no probaría eso.
— deja de seguirme
— no te sigo, este bosque es muy grande, solo camino por donde quiero ir— cada que me ve me sonríe con esa sonrisa que esta por volverme loco de lo desesperante que es. Arrojo con violencia las raíces que estaba por comer. Otra vez estoy cansado y siento que voy a desfallecer en cualquier momento.
— si vas a estar aquí entonces sería bueno que consiguieras algo de comida buena.
La pantalla frente a mi desaparece, y solo me quedo viendo mis rodillas.
— ¿Qué haces?
— traje comida.
— ¡Tengo un ataque de inspiración, no puedes cortarlo así!— vuelvo a abrir la tapa de mi computadora al mismo tiempo que escucho el quejido de Jun— solo será un momento.
— sabes que es terrible estar en mi situación. Por un lado quiero pasar tiempo con mi novio, pero también quiero leer lo que estas escribiendo.
— Puedes leer mientras escribo— Ha pasado una semana, una semana desde que de algún modo terminamos siendo pareja. A veces aun siento que todo esto es uno de los sueños que he tenido desde hace un tiempo, o tenía. Ya no tengo sueños húmedos o de cualquier tipo en donde aparezca Jun. La mayor parte del tiempo olvido que ahora nosotros somos… somos… bueno, lo olvido solo si estoy solo o muy concentrado escribiendo, porque cuando Jun está aquí me es imposible no recordarlo porque él se encarga de recordármelo— ¿Qué haces?
— Leer— su respiración me hace cosquillas en el cuello, porque él ha apoyado la cabeza en mi hombro para poder leer.
— alguien podría vernos.
— solo estoy leyendo.
— estas muy cerca— se ríe, pero no se quita.
— entonces ¿el soldado está perdido? ¿Y ese chico? ¿Es un fantasma? No me has dejado leer mucho esa historia tuya.
— es que no es un Fanfic, y no sabía si lo iba publicar. Iba a ser mi historia de terror, pero prefiero dejarlo para otra historia mejor.
— ¿ya no harás la novela de terror?
— sí, pero no es esta, no te lo dije pero cuando no sabía quién eras y solo me enviabas mensajes o me dejabas cosas en mi lugar, me asustaba tanto que termine escribiendo el inicio de ese cuento de terror.
— ¿Tanto así?— me rio, ah, no puede ser, perderé la inspiración.
— sí, pero luego termino el acoso y comencé a tratarme para solucionar mis problemas de ansiedad y parece que la inspiración terrorífica se fue— algo presiona mis labios, y me hace apartarme con rapidez y golpearme la cabeza con la pared— Auch
— Solo es un cheeto— la mano extendida de Jun sostiene efectivamente un cheeto. Me lo vuelve a acercar a la boca. Niego con la cabeza, pero él lo acerca más, y más hasta que presiona mis labios otra vez— no lo quitare hasta que lo comas.
— Eres muy infantil— le digo, y muerdo el cheeto.
— no quiero que te desmayes por falta de alimento o que se yo— no le digo que eso no pasaría porque desayune antes de venir pero no creo que discutir sobre eso en este momento—aun queda media hora para que empiece mi clase.
— Umm…
— ¿Cuándo tendremos nuestra primera cita?— finjo que no le pongo atención. después de que llegara Ingrid a la casa aquel primer día, no hablamos mas de citas ni nada, y Jun ha tenido que ir a ensayos por las tardes así que no hemos tenido esa cita que el tanto menciona, hemos ido a comer entre clases o hablamos un rato como antes.
— ¿Qué paso con la segunda ronda del concurso?
— Pues… el sábado será la presentación, así que he estado intentando tocar como lo he visto en las grabaciones de las presentaciones de los músicos que admiro— un bosque ¿Cómo eran los bosques en esa época? Umm… espera ¿Qué dijo?
— ¿Qué dijiste?
— que la segunda fase será el sábado.
— eso no ¿dijiste que intentas ser como los músicos que admiras?
— Sí— mi computadora hace un ruido fuerte cuando cierro la tapa, y Jun se endereza, separándose un poco de mí, lo que me da la facilidad de moverme para mirarlo de frente.
— ¿Cómo puedes decir eso? si vas con eso a cualquier concurso no llegaras muy lejos, si imitas siempre a los demás solo haces lo que alguien más ya hizo y no vas a sobresalir— siempre he tenido claro eso, está bien inspirarte en otras personas, tomar algunas cosas que les admiras pero no solo hacer lo mismo— siempre es importante ponerle tu propio estilo.
— Ah… vaya…. Yo nunca he pensado en eso— y le creo, parece un poco incómodo, creo que me exalte mucho por algo que no me incube mucho porque al final si Jun quiere hacerlo…
— lo siento, yo solo… es solo un consejo.
— está bien. Tiene mucho sentido, no, no Marcell, no te avergüences por eso. Me hace feliz que me ayudes y un consejo como ese vale mucho para mí.
— Pero no me beses aquí— le empujó hacia atrás porque se me ha acercado y parece que va a besarme— entonces ¿quieres que vaya contigo el sábado?
— ¡Sí! esta vez le diré a Erick también, hay pronóstico de lluvia para la semana, y después de lo que paso será mejor pedirle que me lleve en su auto— ah, Erick. He pospuesto la cita dos semanas, porque no se que debería decirle y siento que aunque no lo diga él lo sabrá por algún medio mágico como telepatía.
— ¿le has…? ¿Le dijiste a tu hermano sobre nosotros?— si Jun se lo dijo, podría ahorrarme la preocupación de decirle o no, y en cambio me preocuparía por qué cara poner cuando nos veamos.
— no, no le he dicho que ahora somos novios. Pensé en hacerlo pero dijiste que no le dijera a nadie y estaba esperando ¿quieres que se lo diga?
— no lo sé ¿no crees que lo sabe? Quizá te leyó la mente y…
— no, mi hermano no puede leer la mente. Si se llamara Charles Xavier, tal vez lo pensaría, pero es Erick y ni siquiera puede mover bien una cuchara— una cuchara… esta… Pff— vamos, sé que quieres reírte.
— es que es lo más friki que he escuchado— ah, es un poco preocupante que sepa de qué me está hablando— pero creo que tu hermano debería cambiarse el nombre por Charles. Tengo que volver a las sesiones de terapia, pero no sé qué decir o hacer cuando vaya.
— le estas dando demasiado crédito a mi hermano. Solo ve y si no quieres decirle algo, no lo hagas, él lo respetara.
— No creo que funcione así la terapia— Jun resopla, haciendo mucho ruido. Me pasa la lata de soda, ya abierta.
— te dirá algo como ¿eso es importante para que me lo digas? O ¿influye en lo que harás? No creas que me salve de eso, aunque él dice que no hace sus trucos mentales conmigo— me rio, porque ahora imagino a Erick como un mago— aunque no sé cómo lleva sus sesiones privadas, si me escuchara decir esto me regañaría por influenciarte o algo así.
— Sabes mucho de eso, y conoces bien a tu hermano— Jun se encoje de hombros, como si no importara. Si he notado que la forma en que hablan de ellos es… cariñosa aunque se reprendan.
— pasamos mucho tiempo hablando cuando estaba en el hospital. Erick siempre me contaba las cosas interesantes que hacía o que aprendía en sus clases. A veces solo porque quería hacer algo, le ayudaba con sus tareas, aunque solo con las más sencillas.
— Oh— aun siento algo como un nudo en la garganta cuando recuerdo que Jun pasó mucho tiempo en el hospital ¿puede ser por eso que ellos sean tan unidos y se cuenten todo? Jun me dijo que le contaba todo a Erick, tarde o temprano, pero no tenía secretos con su hermano— es genial tener un hermano así.
— a veces, pero entonces ¿Cuándo podemos tener una cita?— casi respondo que el sábado, pero si el hermano de Jun también ira tener una cita después del concurso podría ser un poco tarde y solo habría llamado a su hermano en vano. Ir antes del concurso podría ser una opción pero ¿no estaría muy distraído o nervioso? No creo que sea un buen momento para tener una primera cita— ¿Marcell?
— el viernes.
— ¿Qué?
— El viernes podemos ir a… una cita— ¡no puedo creer que dijera eso! es un poco vergonzoso ¿alguna vez se supera la vergüenza de pedir citas o cosas así? ¿Y porque Jun no dice nada?
— ¿¡En serio!?
— emm sí— ¿Por qué se sorprende tanto? Es él quien ha estado insistiendo en tener una cita, y no estuvo pidiéndomelo cada poco tiempo o yo me negué tanto como para tener esa reacción— ¿A dónde quieres ir?
— quiero ir al cine. Y después podemos pasear por alguna calle comercial e ir a cenar.
— ¿de verdad quieres hacer eso? es algo muy… típico— aunque me divierte el hecho de que parezca sacado de novela juvenil— ¿no hay algo más cliché para una cita?
— una feria, pero creo que no hay ninguna cerca y no es invierno para que este libre alguna pista de patinaje sobre hielo.
— no, con la suerte que tienes… umm, tenemos, si vamos te caerías y terminarías rompiéndote un brazo y no podrías tocar en el concierto del sábado— La carcajada que suelta hace que varios estudiantes volteen a vernos, y me hace reír también.
— tienes razón, nada de patinaje sobre hielo, o sobre cualquier cosa ¿entonces? ¿Te agrada la idea del cine y de la cena?— me encojo de hombros, porque no se me ocurre nada más.
— está bien.
— ya casi es hora de mi clase. No quiero irme— se deja caer en mi mientras lo dice, demasiado drama. Pongo los ojos en blanco.
— Yo no voy a saltarme las clases por quedarme contigo— eso hace que se siente y me mire con una expresión ofendida— no me mires así, que no vengo a clases para estar vagueando por los pasillos.
— eres muy frio, Marcell.
— llegaras tarde.
— Pero me llevare la soda— me saca la lengua y se levanta para irse corriendo con mi lata de soda. Aun falta un rato para que empiece mi clase, mis piernas están entumidas y buscar una mesa para poder escribir más cómodamente es lo que quiero ahora, tal vez pueda ir a la máquina expendedora por otra soda— ¡Marcell!
— ¿No te habías ido ya?— Jun está regresando ¿o no se fue?
— me olvide de algo.
— ¿en serio? Yo no vi…— pasa tan rápido que aun tengo la mente en el pasillo, recodando haber mirado el suelo para recoger la basura: Jun se me acerca mucho, se inclina hacia mí y me besa.
— esto. Nos vemos— ¿Qué ha sido eso? ¿Qué demonios paso? Así tan rápido como vino se fue ¿y si alguien nos vio? Me duele el cuello cuando giro a ver a los lados y todo lo que pueda buscando personas. Y si, hay gente caminando pero no creo que nos vieran porque nadie esta mirándome o mirando hacia donde se fue Jun. Voy a tener que hablarle sobre “no decirle a nadie”
El viernes llega muy rápido, Jun quedo de venir a mi casa para irnos. Como Ingrid y Yamir ya se fueron y estoy solo, esperando y pensando. Estos días han sido un poco extraños, pero no como esperaba: siempre le dije a Yamir que no era gay, aunque escribiera historias y me guste leerlas, se lo dije porque yo estaba bien con las chicas ¿alguna vez pensé en estar con un hombre? No puedo recordarlo, tampoco me esforzaba ni interesaba mucho por tener una novia y ahora solo he estado cómodamente con Jun, entonces ¿Por qué no estoy haciendo más drama? Me conozco y esta situación sería perfecta para ponerme a pensar tantas cosas que sin duda me causaría un ataque de ansiedad, pero no hay nada.
— ¡Marcell!— ¿Qué? ¿Dónde está…? ah, la puerta. Me tropiezo con un sofá cuando casi corro a la puerta— creí que no estabas, te llame y deje mensajes y he tocado un rato.
— perdón, estaba distraído. Vamos ¿Qué película quieres ver?
— No lo sé, elijamos cuando lleguemos— por costumbre camino hasta la parada del autobús, y como Jun no dice nada, nos quedamos allí— ¿tú quieres ver alguna?
— ni siquiera se cuales están, y me gustan de todo tipo así que no hay problema— solo voy al cine cuando me interesa una película y eso pasa cada mucho tiempo, se lo digo cuando subimos al autobús— además, tampoco tengo muchos amigos para ir tan seguido. Ingrid está ocupada y cuando no lo está hace fiestas o sale con sus amigas. Yamir sale con su novia y no tiene el presupuesto para poder ir tan seguido.
— puedes llamarme cuando quieras ir.
— umm, creo que prefiero verlas en mi cama, en mi computadora.
— Eso me gusta, hagámoslo algún día con pizza y palomitas y muchas cosas así— creo… la idea no suena mal, y creo que a mí también me gustaría hacer eso. Me quedo viendo por la ventana, aun falta para llegar. Es una tarde agradable como me gustan porque no hace mucho calor ni frio, hay viento y el cielo tiene tonos rojizos por el atardecer y estoy seguro que por la noche se verán muchas estrellas porque será una noche despejada.
— ¿Estas nervioso por mañana?— pregunto.
— un poco. Estoy muy emocionado, creo que no me importara si no gano como pensé que me pasaría. Tocar para otros en una competencia es… emociónate. Gracias por hacer que lo notara.
— ¿tu hermano nunca te lo dijo?
— no hablamos mucho de eso, es decir, si me ha dicho que intente entrar a competencias o concursos pero nunca me ha presionado para hacerlo ¡es aquí!— me levanta con fuerza del asiento, aun con el autobús en movimiento y casi me caigo un par de veces, en especial cuando el autobús se detiene y Jun ya esta saltando las escaleras.
— ¡espera! ¿Quieres matarnos? El cine no se moverá— Jun me sonríe, pero no dice nada mientras seguimos caminando, más despacio— ¿planeaste algo para después?
— solo lo que te dije, no busque nada más ¿tu si?
— no, solo… pensé que sería buena idea solo caminar y ver que encontramos. Podría ser divertido— en el cine hay una fila corta para los boletos, nos ponemos en la fila mientras vemos las películas que están disponibles.
— esa, quiero ver esa. Por favor, veamos esa ¿sí?
— ¿la de dibujos animados?
— ¡No! la de terror— Oh. El poster de la película es… bien, como tiene que ser el anuncio de una película de terror— ¿no te gustan esas películas? Lo siento, veamos otra.
— no me importa, veamos esa. Pero ¿las funciones no son muy tarde?— Ah, ya está en la caja. Le alcanzo cuando pregunta al empleado por la primera siguiente función de esa película. Aún quedan tres horas para que empiece la primera— cómpralos, regresaremos para la función.
— bien… ¿y ahora qué hacemos?
— ¿el orden de los factores no altera el producto? Solo vayamos a cenar y encontremos algo por allí, lo mismo solo que no como lo planeamos— me doy la vuelta y salgo. Por suerte, la zona comercial esta a unas dos calles de aquí y podemos ir y venir sin problemas— nunca te he preguntado por tu comida favorita— hemos ido a muchos restaurant de comida oriental y comida italiana, aunque eso es porque solo hay de eso cerca de la universidad.
— me gusta el pollo frito. Y los chocolates ¿y a ti?
— no tengo una comida favorita.
— vamos, eso no puede ser posible tiene que haber algo que te guste más que todo, algo que quisieras comer todo el tiempo. ¿Qué es lo que comerías el resto de tu vida si no pudieras comer algo más?
— umm… eso sería el pastel de calabaza ¿Qué? En casa lo preparan mucho pero solo cuando es Halloween— añado al ver la cara que pone— ¿nunca lo has comido?
— no creo.
— Pues eso es lo único que se me ocurre— caminamos discutiendo sobre comidas de temporada y postres, me hace extrañar mi casa. Pasamos por varios locales de comida sin detenernos en ninguno.
— ¿Qué pasa?
— Allí, entremos allí— señalo el restaurant frente a nosotros. El anuncio en la puerta pone que preparan comida árabe, el local es pequeño pero muy vistoso, con una entrada simulando una puerta de palacio.
— nunca he probado esa comida.
— yo tampoco— Jun se encoje de hombros y cruzamos la calle. Nos atiende una chica morena, con el pelo negro en una trenza y un llamativo piercing en el ombligo. Las mesas son pequeñas y en lugar de sillas hay cojines— parece que entramos a las mil y una noches.
— Es genial, mira eso— señala la única mesa en donde está comiendo una familia. Tienen la mesa llena de comida— pidamos algo como eso.
— Ni siquiera sé que es— para nuestra suerte hay un paquete de comida en la que supuestamente hay uno de todo. Se lo señalo a Jun y es él quien lo pide— quisiera tener mi libreta para escribir.
— Tengo una idea, ven un momento— me muevo al otro cojín, y Jun se acerca mucho a mi, cuando levanta su teléfono entiendo lo que pretende y dejo que tome la fotografía con su teléfono— así puedes verlo cuando quieras y escribirlo. Cambiemos de lugar para que salga otro fondo.
— Tú solo quieres tener una fotografía mía— me burlo, Jun no lo desmiente. La comida llena la mesa cuando la dejan, y después de más fotografías comenzamos a comer. Parece que estamos jugando algún juego porque cada platillo que probamos es un “Me gusta” “no me gusta” que me hace reír. Jun también está riendo mucho— mis piernas se están entumiendo.
— Con tanta comida ya entiendo porque estos cojines son tan cómodos para reclinarse— le imito, y eso hace que mis piernas dejen de entumirse— espero que pronto pueda hacer cosas como esta.
— ¿Cómo qué? ¿Salir a comer?
— La comida— no entiendo. Jun me mira, con un poco de pánico y vergüenza, y yo solo alzo una ceja— entre a clases de comida.
— Oh… eso… estoy sorprendido, no sabía que te gustaba tanto.
— fue por lo del otro día ¿sí? fue vergonzoso que quisiera darte de comer y me resultara esa porquería— ah, se refiere a esa vez ¿fue tan importante para él?— no quiero que pase de nuevo, si alguien que quiero tiene hambre entonces seré capaz de cocinar algo que se pueda comer.
— Bueno entonces… esperare a que puedas cocinar para probarlo— ¿Se ha sonrojado? Sonrió cuando se voltea para que no le vea— ¿nos vamos? Necesito caminar después de comer tanto— pagamos la cuenta y volvemos a la calle. Esta más oscuro y fresco.
— Marcell, mira ¿podemos ir allí? nunca he practicado bateo.
— no creo que sea una buena idea ¿no te lastimaras la mano y no podrás tocar?— creo que una bola mal recibida podría ser un problema. Jun se queja, y mira el local— podemos venir otro día, además creo que será más divertido si no tenemos que irnos pronto por la película.
— Cierto— entramos a un par de tiendas aunque no compramos nada. En la tienda de música me quedo mirando un enorme piano y un violín con una decoración tallada en la madera. Es carísimo pero muy hermoso. Pasamos después por la librería, donde Jun se burla de mí porque según él me quedo “idiotizado” por los libros. Me compro un volumen usado de las obras de Edgar Allan Poe y cuando salimos, Jun me vuelve a la jalar de la mano para cruzar la calle— allí, entremos ¿sí?
— Oh— el local es un local de árcades— no se me da muy bien esos juegos.
— El minigolf— ¿minigolf? Ah, ya leí— aunque el golf es aburrido ¿Qué te parece una competencia? Quien pierda paga las palomitas— aun tenemos como una hora y media para que empiece la película. El campo del minigolf está en la parte de atrás del local, un montón de hoyos apretujados entre los edificios— tira una moneda para ver quien inicia— Jun me gana al elegir cruz y da el primer tiro. Después de un rato resulta divertido ver que no tiene nada de puntería.
— Jun, no es tan difícil.
— mi bola siempre se pierde en cuando entra al túnel— termino ganando, Jun se rinde cuando aun nos faltaban unos tiros y mientras regresamos al cine me acusa de haber hecho trampa por no decirle que sabia jugar y por mas que le dije que era la primera vez que tomaba un palo de golf no pude hacerle cambiar de idea.
— ¿Vamos a ser los únicos aquí?— porque no hay nadie más aquí y aun así no puedo evitar hablar en voz baja.
— eso parece. Esta película se estreno hace dos semanas, y hoy están dos nuevas— ah, entonces será por eso. La película inicia con la típica música de suspenso y luego una escena tranquila en la que explican como un chico termina trabajando en un centro psiquiátrico. Me gusta, la trama es buena y el suspenso es genial. Al menos lo es hasta que me cae encima un puñado de palomitas ¿en serio quiere una pelea con palomitas? No me gusta desperdiciar comida y prefiero comerlas.
— ¿Podrías no…?
— lo siento.
— eh…— no sé si reírme o que decir, porque Jun no está mirando la película, tiene el bote de las palomitas alzado intentando bloquear su vista de la enorme pantalla— ¿te dan miedo las películas de terror?— mi voz suena con más incredulidad de la que quiero, pero es que no me lo creo— si no te gustan entonces debimos ver otra.
— Me gustan, aunque eso no evita que…— aun en la oscuridad puedo ver la expresión tensa de su rostro cuando en la película el espíritu de una niña comienza a seguir al chico— me asusten un poco cuando las veo.
— ya veo… si te da mucho puedo puedes tomar mi mano— Jun solo mueve la cabeza para decirme que sí. Un rato después si siento la mano de Jun sujetarme con fuerza y así se queda hasta que termina. Tuve que hacer mucho esfuerzo por no reírme cuando grito con las escenas donde aparecen los fantasmas de improvisto— fue una película interesante— afuera ya está oscuro, y no vamos a alcanzar el autobús así que ni me molesto en caminar hasta allá y me dirijo a la calle para buscar un taxi.
— ¿te gusto?
— no fue mala como otras que he visto.
— ¿Por qué no te da miedo?— me reí mas con las reacciones de Jun.
— No lo sé ¿Por qué no da miedo?— Jun hace una mueca, yo intento no reírme. Escucho el suspiro de Jun.
— hay algo que quiero decirte. Estaba esperando a que terminara el día para decirlo— le hago una seña para que siga— Marcell ¿en serio me ves como tu novio? Siento que aunque hemos salido y eso, me sigues viendo más como un amigo.
— oh… vaya… ¿quizá es por eso?— ¿por eso no he terminado en una crisis de ansiedad por eso? tal vez es cierto, si alguien me preguntara diría que Jun es mi amigo, no mi novio— lo siento— dudo al decirlo, porque no sé muy bien si tengo que disculparme o no— yo fui quien me declare, pero es la primera vez que mi pareja es un chico. No es mi intención hacerte sentir mal.
— no lo hiciste, solo… ah, lo dije de esa manera ¿cierto? Que seamos novios no quiere decir que no podamos ser amigos también ¿creo? Solo pienso que sería bueno hacer algo más, para tener algo diferente.
— ¿Y ahora qué?
— eh… no lo sé ¿nos besamos?— ah. Eso sería lo más esperado al terminar una cita ¿verdad? ¿Deberíamos besarnos? Si no lo hacemos ¿esto sería una cita o solo una salida de amigos? los besos…
—…— ¡Lo hizo! Me beso
— Los besos no se piensan, o se pierde la oportunidad— sonríe, sus ojos se entrecierran mucho cuando lo hace y eso en lo único que puedo pensar— ¿Por qué no hay taxis? La calle está muy sola—el tono nervioso de su voz no me pasa por alto ni siquiera con mi cabeza tan confundida ¿Cómo puede estar tan como si nada después de hacer eso?
— allá hay un taxi.
— Sí, parado en una calle oscura y sin nadie a la vista, prefiero esperar— refunfuña. En la película había una escena parecida, en la calle y un taxi donde de pronto uno de los espíritus aparecía y causaba un accidente. Levanto la mano y hago una seña, a ver si funciona— ¿Qué haces? ¡No, no lo llames!
— Solo es un taxi y quiero ir a casa— el taxi no tiene nada de raro y le doy la dirección cuando Jun cierra la puerta— puedes seguir a tu casa después ¿o quieres…?
— no
— Jun
— No
— Ni siquiera he dicho algo.
— no me voy a seguir a mi casa en el taxi. Ni voy a caminar de tu casa de noche— ¿es en serio? Solo fue una película.
— Sabes que la película no es real
— Díselo a mis padres mañana cuando me encuentren tirado en alguna calle porque la niña de la morgue me persiguió hasta matarme— no quiero reírme, en serio, porque no se lo de Jun es una broma o está hablando en serio. Incluso creo que el chofer del taxi disimula su risa con una tos y bajando el cristal de la ventana— vamos, ¿puedo quedarme en tu casa?
— eh…
— Déjame quedarme— ¿es un intento por hacer algo más? de verdad estoy muy confundido— Mira, se que por la noche no podre dormir a menos que alguien este conmigo, y mi hermano ya no está en casa, será muy vergonzoso ir a dormir a la cama de mis padres— ay, no, ay no… no puedo…— ¿lo ves? Te ríes ahora así pero ¿imaginas lo que será en casa?
— Bien, puedes quedarte— si es verdad que está asustado por la película o solo es un intento para quedarse en mi casa, merece créditos por creatividad.