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Freak por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola

Lamento la tardanza!!  pero me la pase creyendo que hoy era viernes :P Recien me di cuenta que es sabado. Mas vale tarde que nunca.... espero disfruten el capitulo!!

Voy tarde, muy tarde ¡Ya casi llego! Me falta el aire, y los guardias de la entrada me miran cuando paso casi corriendo junto a ellos. Adentro, solo se escucha la música, y por suerte el piso esta alfombrado o todos me escucharían entrar. La sala está llena y me cuesta ver un poco el lugar donde se supone tengo que estar.  Espero que Jun no haya tocado aun, por favor que no haya tocado aun.


— Disculpe, disculpe— no soy muy bueno mintiendo y si no vi la presentación de Jun él lo sabrá. Sé que no me va decir nada, pero yo me siento mal porque me invito. Me siento incomodo en la ropa formal que me puse para esta ocasión. No tengo a quien preguntar si ya fue el turno de Jun.   Pasan tres músicas más antes de que hagan abran el telón y muestren a todo ordenados, una  orquesta completa. Rayos, no me tocó ver a Jun tocando solo. Cuando la chica que está tocando termina y va a su lugar, comienza a tocar el grupo. Bueno, al menos no me perdí todo el evento, no esperaba tardar tanto y tampoco que todo estuviera tan avanzado. El concierto dura una hora y media más hasta que todos se ponen de pie y aplauden. Me quedo en el pasillo, dejando que todos salgan.


— ¿Eso es para mí?— Me volteo a ver Jun, vestido con camisa blanca y un saco negro muy elegante.


— si…—ah, todo iba tan bien… no puedo evitar mirar alrededor para ver a las personas que aún siguen por aquí antes de extenderle el ramo de flores que compre antes de venir porque es lo que se da en un recital ¿no? no soy el único regalado flores aquí.


— Wow, nunca había visto rosas azules. Son geniales ¿nos vamos?


— ¿no vino tu familia?


— vinieron, los vi hace un momento y mi hermano los llevara a cenar.


— ¿No deberías ir con ellos?— Jun me toma de la muñeca para que camine ¿no siguen por aquí sus padres? A lo mejor aún los alcanza, hay tanta gente saliendo que no creo que puedan irse tan rápido.


— ¿Por qué? ya habíamos hecho planes y ellos lo entienden. Además, Zane también va y  ya sabes cómo se pone todo cuando esta él— sí, me ha tocado estar un par de veces en su casa cuando él llega o está allí. Los padres de Jun simplemente aman a Zane, al punto que parece que él es su hijo y no Erick y es como si nada más existiera.


— solo pensé que ya que es un evento importante, quisieras estar con ellos.


— no es importante, y ya vivo con ellos ¿qué más quieres?


— no será cómodo llevar eso todo el tiempo— señalo las flores que le acabo de dar, y el estuche de violín que trae.


— ¡Olvide dejárselo a Erick!— me rio, porque Jun se ha puesto a mirar también entre la gente. Han pasado seis meses desde que terminamos y casi—volvimos. De hecho, no hemos hablado propiamente de haber vuelto, aunque sé que lo que sea que tenemos ahora no es tampoco una relación de solo amigos: Nos tomamos de la mano, salimos juntos y en si tenemos un contacto físico innecesario pero cómodo. A Jun no parece molestarle— vayamos a buscarlos.


— Espera…— me voy a caer si no me suelta la mano.


— ¿no los ves?


— Usa tu teléfono, llámales— pongo los ojos en blanco. Me quedo esperando mientras Jun casi grita por el teléfono y luego comienza a caminar. Si no le sigo nos vamos a perder, luego pasaremos horas  buscándonos. Así es nuestra mala suerte aunque casi siempre terminamos riendo por las cosas que nos pasan, como la vez que termine con un esguince en el tobillo por ir a una pista de hielo, o cuando nos prohibieron la entrada a un restaurant porque Jun tropezó y tiro su soda en un sujeto tan grande que parecía sacado de una película de acción, que no le creyó cuando Jun dijo que había sido un accidente, estuvo a punto de golpear a Jun cuando los empleados nos sacaron de allí luego corrimos cuando el sujeto empezó a discutir con los empleados. Erick está esperando a Jun ya unos pasos del auto donde están todos. Hago un saludo cuando nos ven.


— ¿A dónde quieres ir?


— no había planeado nada.


— pero es  tu día, acordamos que cuando hubiera casos especiales elige de quien sea  la ocasión. Así que tienes que elegir tu hoy.


— Siempre vamos a comer pizza, o pollo frito, o hamburguesas…— es lo más fácil para pensar y encontrar, además siempre terminamos en los mismos lugares de siempre— haremos algo diferente hoy. Vayamos a un restaurant al que no hayamos ido.


— Suena bien— Jun sonríe, he pasado tanto tiempo con el que sé que esa sonrisa que pone  no nos traerá nada bueno: Así es como comienzan siempre nuestras desastrosas salidas. Aunque lo sepa no puedo decirle que no— ¿A dónde piensas ir?


— umm, pues…tengo una idea. Ven, no queda lejos— bien, solo tengo que estar preparado para cualquier cosa que… bah, es imposible estar preparado para cosas así— ¿te sientes bien? pareces incómodo.


— es la ropa. No me acostumbro a usar ropa elegante.


— ah, al principio cuesta acostumbrarse pero con el tiempo se hace más fácil— claro, no será la primera vez que Jun usa un traje cuando toca el violín. Caminamos un poco, dando muchas vueltas que según Jun son atajos. Aun no sé a dónde vamos—  espero que no haya fila ¿crees que nos dejen pasar sin reservación?


— ¿reservación a dónde?


— Allí— Señala a la calle, y aunque no veo nada sé a qué lugar se refiere— ¿has ido alguna vez?


— No… ni siquiera nos van a dejar pasar— Jun se ríe aunque lo digo medio en broma medio en serio. El restaurant  no es el más exclusivo, pero si es de los mejores que hay en la ciudad y tiene todas esas reglas de etiqueta que no se— ¿quieres entrar allí?


— Será divertido— yo no diría divertido— vamos ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué nos echen a la calle y nos prohíban pasar?— mi cartera lo lamentara. Jun toma mi silencio como una aceptación y sigue caminando.  Me quedo atrás mientras Jun habla con la chica de la recepción o lo que sea— que esperemos diez minutos ¿bien?


— claro. Puedo esperar… este lugar es muy elegante para mí— y eso que solo es la entrada— extraño los locales pequeños.


— Marcell, solo son personas. Te apuesto a que la mayoría de los que vienen aquí son como nosotros y solo vienen de paso— no lo dudo pero aun así es incómodo— por cierto ¿Qué te pareció el concierto?— ¿en serio? no puedo creerlo. Intento no sonreír, pero se me escapa la risa nerviosa.


— bien, ahora conozco un poco más de música y la forma en que armonizan es increíble… pero llegue tarde, y no pude verte en tu parte.


— oh, bueno ¿Cómo fue todo?


— no pude salir más temprano, y luego había mucho tráfico y me detuve  a comprar las flores, creí que tendría más tiempo.


— no me refiero a eso ¿Cómo estuvo tu día? ¿No es el último día que ibas a estar en ese lugar?


— Así fue. Organizaron una despedida— logre terminar una parte de mi trabajo de campo para  aprobar las clases y estuve asistiendo a las oficinas de una revista local— por eso llegue tarde— la chica nos hace pasar y nos dirige a una de las mesas. Todo es igual aquí para mí.


— está bien,  siempre puedo tocar para ti cuando me lo pidas. Podría hacerlo ahora— alzo las manos sobre la mesa.


— No, así está bien— Aunque no trae su violín, mejor evitar cualquier idea que lleve a una locura. Por suerte, una mesera llega con los menús. ¡¿En serio estos son los precios?! ¿Y que se supone que es esa comida? sería más sencillo si solo pusieran lo que es, ni siquiera sé que es la mitad de las cosas que ponen aquí. Me dan ganas de pedir solo agua, pero como Jun no parece pensar lo mismo que yo, termino señalándole a la chica lo que quiero porque no creo poder pronunciarlo. Jun hace lo mismo, y luego la chica se va.


— ¿en qué piensas?


— En la vez que intentaste hornear galletas— Jun hace una mueca, y yo tengo que aguantarme para no reírme muy fuerte— tuvimos que usar el extintor, nunca había usado uno.


—  yo no sabía que los hornos no son iguales, el de la escuela de cocina es más fácil de usar. Pero hey, tu casi llamas a los bomberos.


— la estufa se estaba quemando— voy a considerar escribir todo lo que nos pasa, o tomar fotografías, que si lo cuento sin evidencia nadie va a creer todo lo que nos pasa que cada vez parece más digno de novela— estoy feliz de haber venido aquí hoy, y hacer algo diferente ¿hace cuánto que no salíamos?


— estudiamos juntos la semana pasada.


— Pero no es igual— seguimos discutiendo sobre eso, porque para mí sí que pasamos tiempo juntos.  Al final nos traen la comida, el mío resulta ser algo como un estofado. Espero que este bueno después de lo que voy a pagar por él— ¿te sientes cómodo aquí?—


— No está mal— a veces aun me incomoda que me vean con Jun, aunque he estado intentando dejar eso atrás— hey, esto está bueno… ya no voy a quejarme por el precio— Jun se ríe, y se apresura a comer de su plato— Aunque el traje sigue sin gustarme.


— Es como una cita de verdad— Oh. No sé qué más decir. Comemos entre pláticas más bien triviales y silencios cómodos en los que solo escuchamos la música de fondo del restaurant. Pagamos la cuenta al terminar, y vaya que me costó soltar mi dinero por una comida. Umm ¿ahora qué? Ninguno tiene auto, y no vi que Jun llamara a Erick. Cuando comencé a resolver todo de nuevo, Erick me dijo que lo mejor sería continuar con alguien más mis sesiones porque así no interrumpiría el progreso que  hago al no acudir si me siento expuesto— ¿quieres dar una vuelta?


— Claro— hay muchas personas en la calle, como es una calle muy comercial no me sorprende ver tanto movimiento. No hay nada que quiera comprar de momento, y como Jun tampoco camina yo comienzo a caminar pero sin un destino claro— ¿Qué se siente ser parte de la orquesta principal?


— mejor de lo que esperaba. Tenías razón cuando me dijiste que era mejor hacer cosas  por mí mismo y no solo las que otros ya han hecho ¡Ahora estoy aprendiendo muchísimo! Va a servirme mucho cuando me gradué. 


— eso es genial, y hablando de graduaciones ¿sabes que los demás quieren hacer un viaje? Pero nadie se pone de acuerdo con el lugar.


— ¿tú no quieres ir?


— no soy mucho de viajar, y prefiero ir con menos compañía.


— entonces hay que planear nuestro propio viaje de graduación ¿Qué te gusta más? ¿El mar? No, eres del tipo que se queda en casa y huye de sol como vampiro ¿Qué tal una cabaña en el bosque?


— Perfecto, el lugar ideal para escribir… tan lejos de todos que cuando aparezca un loco asesino nadie sabrá que nos pasó, tal vez encuentren  nuestros cuerpos en algunos años y aparezcamos en un reportaje de personas desaparecidas o de asesinos seriales.


— O tal vez no sea una buena idea eso de la cabaña. Mejor… ¿un lugar al que no hayas ido?


— Disneyworld.


— ¿Ah?— me encojo de hombros.


— nunca he ido a Disneyworld. Era mi sueño de niño— Jun me mira en silencio ¿estará valorando si hablo en serio o no?


— Pues será Disneyworld, yo tampoco he ido— se me escapa una risa— sé que tiene shows sobre la guerra de las galaxias.


— suena genial, oh ¡Crepas!— tomo la mano de Jun y cruzo la calle hacia el puesto ambulante de donde sale el dulce olor de las crepas ¡y no hay nadie en la fila!— pide una.


— Oh… con fresas, y chocolate, y muchas nueces—  yo pido una con frutas y mermelada de fresa. Como no hay un lugar donde sentarse, comemos mientras caminamos, buscando un lugar.


— Ojala hubiera un parque o algo así.


— umm, creo que hay un área de comida cerca, tienen un área de descaso, podemos ir allí—  pues no hay otro plan, al menos para terminar de comer esto sin hacer un desastre con mi ropa. El lugar que dijo estaba a tres cuadras,  entre los dos vamos intentando no terminar con las crepas. Aquí hay más personas, parejas por lo que puedo notar— allá esta libre— Jun señala una mesa  en el centro de la ¿es una plaza? ¿Un jardín? No tengo idea de que sea esto, pero esta al aire libre y está rodeado de tiendas de comida. La silla de metal esta fría y me da escalofríos cuando siento el respaldo en mi espalda— ¿eso está bueno? Dame.


— tienes el tuyo.


— Solo quiero probar…— estira la cucharilla hacia mi crepa, y la aparto— Marcell.


— No— ahora parece que estamos teniendo una mini pelea de cucharillas. Termino embarrándole mermelada a Jun en la mejilla cuando logra robarme un trozo de crepa— ya, basta— me duele el estómago de reírme.


— Me gusta más la mía— me saca la lengua. Arg, mis dedos están pegajosos por el dulce de la crepa— Oye, Marcell…


— ¿Qué?


— pues… estuve pensando.


— espero que no en intentar algún deporte extremo.


— no. Sobre nosotros— Oh. Mentiría si dijera que no lo he pensado también, así que no me sorprende mucho que Jun saque el tema, es como si estuviéramos esperando a que alguno diera el paso— Y ¿Quieres que hablemos de eso?


— Nosotros es una palabra muy compleja… está bien, hablemos… aunque no he escrito nada y quizá diré algo estúpido, ten un poco de paciencia ¿bien?— Jun sonríe.


— estoy nervioso, creo que también voy a decir algo tonto ¿Sabes de qué quiero hablar?


— creo que sí.


— entonces ¿Podemos saltarnos la parte en que nos avergonzamos y pasar a la parte en que nos besamos?


— eso ya es vergonzoso, y no ser claros no salió bien la última vez así que sería de mucha ayuda que habláramos primero.


— ah, sí claro. Umm pues… no, así no… ¿y…? ¡¿Por qué es tan complicado hacer eso?!


— ¡Lo sé! No sé cómo lo hice ese día en el hospital


— tú solo quieres castigarme por eso ¿cierto? quienes que pase por eso también— me rio hasta que me duele el estómago.


— auu se me entumieron las mejillas.


— Marcell  me gustas— por un momento un comentario tipo “Dime algo que no sepa” se me cruza por la cabeza, pero ese no es mi estilo— te traje un soborno, pero ya sabes, sin presión… ¿y entonces? ¿Aun te gusto?


—t-también… me gustas… también… ¿¡Porque te vez tan sorprendido!? ¡Ya lo sabías! 


— Sí, bueno, pudiste haber dicho que solo quieres ser mi amigo.


— Tonto— Jun no responde, pero me toma de la mano y luego se inclina  hacia mí, cierro los ojos antes del beso, un beso que sabe a dulce. Jun se aparta y me suelta la mano como si de pronto le hubiera quemado.


— lo siento, estamos en público. Perdóname me deje llevar— ah, me siento un poco mal por esa reacción, pero también es como si sintiera el peso de las miradas de los demás aunque sé que nadie nos está mirando. Ahora me siento incomodo por Jun, él también se ve como si hubiera hecho algo malo pero no soy capaz de… ¿Qué puedo hacer?


— dijiste que trajiste un soborno.


— ¡Ah! Si, espera…— comienza a buscar en sus bolsillos, con una expresión que me hace pensar que se le ha olvidado o ha perdido eso que me iba a dar— aquí esta, deja ponerlo— es una cadena plateada pero no veo que trae colgado allí.


— ¿Qué es?


—Espera… listo ¿Qué tal?— hay un anillo en la cadena, un aro dorado muy simple ¿es como un collar de pareja? Él no tiene uno— ¿No vas a verlo? Mira más de cerca— es difícil hacerlo cuando está colgando. No sé si me quedara si lo uso en mi mano…


— ¡Ah! es…


— Sí.


— No puede ser…


— ¿lo reconociste? ¿Te gusta?


— ¡Es el anillo único!  La inscripción… incluso esta la inscripción en la lengua negra ¡Y es mío!


— Marcell, me estas asustando. Por si hay que dejarlo claro, es un anillo de fantasía, no es real ¿entiendes?— le alcanzo a dar un golpe, casi una patada, en el pie.


— déjame tener mi momento ¿vale? Me gusta mucho, gracias.


— sabía que te gustaría, hablas mucho sobre las obras de Tolkien. Sé que para ti no cuenta mucho pero vi las películas para entender un poco de todo esto, supuse que al ser un objeto importante te gustaría aunque sea un poco… malvado.


— Será mi posesión más preciada— es el mejor regalo que me han dado hasta ahora— te podría besar— Jun suelta una carcajada breve, aún tiene una gran sonrisa cuando vuelve a hablar.


— Entonces bésame— aun siento el deseo de echarme hacia atrás, de empujarle y decir algo sobre estar fuera, pero si hago eso será como si en todo este tiempo no hubiera cambiado nada. Estiro la mano, aun siento como si tuviera un nudo en el pecho, pero me inclino al mismo tiempo que le jalo la mano para acercarle a mí y besarle. 


— Gracias— siento la mano de Jun en mi cabeza, empujándome para besarnos de nuevo, cada beso más intenso que hace que me olvide de todo. Escucho algo que cae, y Jun se aparta.


— Vayamos a otro lugar— yo apenas puedo respirar, apenas puedo hablar. Jun se levanta y me extiende la mano, hay tanto pasando por mi cabeza que no puedo concentrarme en ningún pensamiento más que en tomar su mano y levantarme. Antes de salir de allí veo mi crepa en el suelo, que desperdicio.


— Jun, ¿A dónde vamos?


— no se… a donde no puedan vernos—me detengo, sujetando a Jun para que no camine. Él voltea a verme.


— no hay nadie en casa ahora. Mis compañeros están ocupados— Yamir se tomó una semana para ir a su casa e Ingrid está en un retiro— estamos lejos, lo mejor será buscar un taxi porque es tarde para los autobuses.


— ¿estás seguro?


— sí, no llegaran hasta el domingo.


— no me refiero a eso—Oh ¿Cómo se supone que debo saber si esto es lo que quiero o no? ay, de nuevo estoy pensando de más.


— quiero estar contigo— porque eso es lo único que sé que si quiero. Sus dedos me aprietan la mano y luego caminamos despacio hasta que encontramos un bar con algunas taxis enfrente, y subimos en el primero.


Esta vez encuentro rápido mis llaves cuando llegamos a la casa. El olor al aromatizante de la sala es fuerte cuando abro la puerta y enciendo la luz.


— ¿no te da miedo quedarte solo?


— no, es más cómodo estar así. Puedo hacer cosas que no hago cuando estamos todos.


— ok… lo siento pero necesito preguntar ¿andar desnudo por allí?


— ¿¡Que!? ¡No! ¿Por qué haría eso?— ¿en serio dijo eso? ahora no sabe que decirme— supongo que es más como comer como quiero, ver los programas que quiero o caminar descalzo por allí. A Ingrid no le gusta mucho eso y siempre intentamos no molestar mucho a los demás.


— Eso debe ser agotador…— su mano de detiene, no, más que eso  es una caricia en mi brazo, sus dedos  rozan mi brazo hasta el codo y luego se queda así, son hacer nada más. Veo la duda en su rostro, la misma que yo tenía hace un rato: No sabe qué hacer. Si no lo pienso no es tan complicado: me giro un poco para quedar frente a frente y doy el paso que nos separa para estirarme un poco y besarlo. Busco su mano antes de separarnos.


— vamos a mi habitación.

Notas finales:

Gracias por leer!!


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