Mientras que en Hogwarts las cosas comenzaban a tomar un rumbo para mejorar, los planes comienzan a aumentar su ritmo pero sin llamar la atención de aquellos que son enemigos de su orden.
En la mansión Malfoy la lady de dicha familia observa d reojo la carta que le habían entregado.
La mujer que había mandado una carta para su primo con la intensión d cumplir la petición de su ahijado, la carta había sido escrito con mucho sentimiento
La familia Black se había roto en aquel primero de septiembre cuando el heredero de la casa se había convertido en un león, por lo cual las ideologías habían pesado más que la sangre.
Aquella carta que había escrito lo había hecho con la incertidumbre de que esta pudiera ser regresada sin haber sido abierta. Siendo sincera consigo mismo ella, no creía que su primo la leyera debido a la historia familiar por lo que recibir en la tarde la contestación de aquel hombre fue una sorpresa.
Miró el sobre que estaba a su lado suspiró mientras terminaba su té, y darse el valor necesario para poder leer la respuesta que Sirius había mandado.
"Narcissa.
Es cierto que tu carta me trajo una sorpresa ante lo escrito en ella.
Seré sincero, no pensaba abrirlo, pero la curiosidad de que me quería decir la abrí...
Después de meditarlo...acepto tu propuesta Narcissa, quiero ser libre para poder ayudar lo que queda de mi familia, de proteger a los que amo.
Ya he fallado mucho a mi familia, desde mis padres hasta mi ahijado.
Además siempre tendré el estigma de ser de una familia oscura. La luz nunca me ayudara, mi estancia en azkaban es prueba de ello.
Necesito la oscuridad para proteger a mi cachorro, para proteger a quien deseo como pareja, porque la luz nunca le dará el lugar que merece.
Hay algo más que la luz me reprochara, pero sé que en la oscuridad obtendré la venganza que deseo, como patriarca de la familia Black.
Tal vez me aleje de la familia, y fue mi culpa, era consciente de lo sucedido a Reg, sabía dentro de mí que mi hermano había.... muerto...
En cuanto sea libre..."
Lucius acababa de regresar por lo que al llegar a la sala donde sabía que su amada se encontraba por lo que al estar en la entrada observó a su esposa con la mirada perdida, pero con su magia ansiosa, cosa que le llamo la atención
--Cissa ¿todo bien?—exclamo mientras terminaba de entrar y sentarse junto a ella
--Sirius ya se comunicó conmigo--respondió mientras miraba a su marido--¿cuándo crees que podamos reunirnos?
--Si lo deseas este fin de semana
--Me parece lo mejor, además creo que lo mejor es hablar con Severus y Tom, antes del fin de semana
--Sí, es mejor avisarles, independientemente del resultado
--También hay que preguntarle a Tom, si debemos avisarle sobre su regreso--exclamó la mujer con un extraño brillo en sus ojos
--No lo sé Cissa, debemos primero ganarnos la lealtad de Black
--La tenemos--respondió mientras le entregaba la carta--él invoca a la justicia
Con una ceja elegantemente alzada comenzó a leer la carta y comprendió el porqué de ansiedad en su mujer.
Los niños mágicos son muy queridos por todos los magos, pero solo la oscuridad les ha dado el cuidado que deben, de ahí la creación de varios orfanatos alrededor del país, y lo que Black quiere es algo que la luz tachaba como oscuro debido a la crueldad que existía en el ritual, un ritual que solo el patriarca de la familia puede hacer y que solo podía hacerse en una de las salas especiales del banco.
"En cuanto sea libre, pediré la justicia que merece el pequeño Black no nacido, me encargare de que Bella tenga la justicia que debe tener.
Necesitaré todo el apoyo de tu esposo y de nuestro gerente de cuentas en Gringotts.
Es una promesa Black.
Atte. Sirius Black."
--Hablamos con Tom para indicarle la situación, pero la verdad de Harry tardará más en saberse
--Eso es un hecho--respondió Narcissa--sabes me gustaría que Bella esté presente
--Ya veremos linda, ya veremos. —fue la respuesta, pero sabía que los planes para la libración eran lentos
Dejaron el tema de lado, ya que a excepción de la rápida respuesta que Narcisa había escrito no había mucho que tratar, sabían que con el poder de la familia y con unas cuantas palabras aquí y allá, la duda comenzaría y no faltaría el que notaria la falta de juicio, Lucius también tenía un plan, pero necesitaba hablar primero con Tom para poder darle forma.
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Harry estaba en la lechuceria acariciando a su amada lechuza, mientras pensaba n lo que estaba viviendo, había ocasiones que pensaba que estaba soñando, pero al ver a sus padres en la mesa de profesores y algunos pequeños movimientos que l hacia sabía que no era cierto, que estaba viviendo lo que siempre había deseado.
Sabía que Dumbledore planeaba algo, lo mira mucho en algunas ocasiones, eso sin contar con la carta que Cedric le había mandado indicándole que posiblemente se verían de nuevo, debido a que el profesor lo quería ver, pero no sabía el por qué.
Harry sospechaba el por qué y sabía que necesitaba hablar en qué hacer ante esa situación con sus padres, el ya tenía nociones básicas de oclumancia, pero no sabía si Dumbledore seria quien los interrogara o llamaría a alguien para hacer el trabajo.
El chillido de la lechuza y un ligero pellizco lo trajo de vuelta a donde estaba y le sonrió a su amiga, mientras le daba un poco de tocino que había llevado para ella.
También necesitaba apurar un poco sus propios planes había logrado algunas clases con las serpientes e involucrando a alumnos de otras casas, tratando de hacer un grupo de estudio multicasas, pero era difícil con las ideas preconcebidas sobre la casa de Slytherin.
Pero había logrado algo con Neville y los gemelos, si bien estaban algo recelosos lo apoyaban.
También estaba planeando l final del llamado trio de oro, con Granger era fácil, el hecho de ya no limitarse, solo para mantener su amistad, le estaba ayudando con la chica mandona, más porque no estaba cayendo en la trampa de sus berrinches; mientras que Ron era un poco más útil, algunos comentarios de aquí, algunos elementos de buena calidad y el hecho de no hablarle mucho estaba ayudando, el menor de los Wesley no tardaría de explotar por aquello.
Suspiro mientras recordaba lo que Pansy le había dicho respecto a Ginny, en realidad con ella no tenía mucho contacto más allá de ser la hermana menor d su “mejor” amigo, pero aun así tendría cuidado, además había investigado respecto a las deudas de vida, así que si la chica no entendía por las buenas, cobraría la deuda, aunque no quería desperdiciar aquello, con algo tan simple como lo era una orden de restricción, pensó en preguntarle a cualquiera de sus dos padrinos, era increíble saber que tenía dos padrinos, aunque la mejor opción sería su tío Remus.
Con una última caricia dejo que su lechuza volara hasta donde le gustaba y tomando la capa de invisibilidad regreso al castillo, quería saber por qué su papa había querido que cenaran juntos, no que le molestara hacerlo con ellos, así que fue a prepararse para poder llegar a tiempo a las mazmorras.
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Tom terminaba de leer algunos reportes, entre ellos el hecho de que se había ubicado la profecía y que solo se esperaba que los inefables tuvieron algunos de sus experimentos más grandes, para que su entrada no llamara demasiado la atención.
Suspiro mientras destruía aquella nota, los inefables, aquel grupo misterioso que no recibía órdenes del ministerio, a pesar de que su sede estuviera en el lugar.
Debido al secretismo del lugar, había preferido no involucrarse mucho, no porque no sintiera curiosidad por que hacia aquel grupo que era un secreto a voces, pero aun así no había intentado nada, prefería reunir a los rechazados por la luz, y comenzar los cambios de forma lenta pero segura.
La primera vez que se encontró con uno de ellos, fue después de un “enfrentamiento” con la orden del fénix y los aurores, una plática, que podría considerarse casual, le hizo tener al menos tres infiltrados en el extraño grupo.
Ellos no recibirían órdenes de él, no serían sus seguidores, si los apoyarían, pero no serían carne de cañón, ni soldados, recordó cómo, aunque no lo demostraran, se habían sorprendido cuando acepto sus condiciones sin intentar modificar algo. Gracias a eso le dieron la respuesta a la incógnita de por qué lo apoyarían
Aquel grupo respetaba la magia y creía que él, aquel que lideraba la oscuridad era la mejor opción para recordar la verdad de la magia y el respeto que se había perdido, esperando también una solución al problema que los nacidos muggles estaban provocando.
Liberando un suspiro dejo sus pensamientos perderse en la inmensidad de su propia mente, era mejor no pensar en el grupo, si no centrarse en las clases que daba, de disfrutar de su familia y continuar con los movimientos de sus aliados.
Pronto debería unirse con Fenrir y saber cómo estaban las manadas establecida, así como los lobos que estaban en solitario. También debía reunirse con el representante de los vampiros.
Lanzando un tempus sin varita noto que le quedaba poco para reunirse con su hijo y esposo, así que decidió refrescarse un poco y dejar de lado por lo que restaba de la noche los movimientos que realizaría, tenía una cita con su familia y ese tiempo era sagrado.
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Neville Longbottom era el heredero de la casa Longbottom, hijo de los afamados aurores Frank y Alice, quienes habían sido cruelmente torturados por cuatro mortifago, los Lestrange y Crounch jr., dejándolo a cargo de su abuela paterna la severa Augusta y su hermano Algie.
Su infancia fue solitaria, su única compañía eran esos dos adultos, vagamente recuerda una ti abuela, quienes nunca le dieron muestra de cariño, para ellos él no era un digno heredero de la casa, él era la desgracia el squib de la casa
Así fue hasta que lo soltaron de aquella ventana, nunca le ha dicho a sus amigos, que él vio la mirada del hombre, no fue un accidente, de no ser por su magia el estaría muerto.
Creyó de forma inocente que sus familiares cambiarían, no fue mucho, siguió siendo indigno para ser el heredero, solo tenía poca magia activa, y las probabilidades d que entrara al colegio eran mínimas, pero aun así ese fue hasta el momento su mejor regalo de cumpleaños.
Hasta ese momento la ancestral mansión Longbottom era una prisión.
Al llegar al colegio el sombrero estaba a punto de mandarlo a Hufflepuff, pero logro convencerlo de que lo mandara a la casa de los leones, no quería ni imaginar que le hubiera hecho su abuela de quedar en otra casa que no fura la de sus padres.
Estaba feliz ya que entre sus compañeros estaba Harry Potter pero lamentablemente el chico Weasley siempre estaba a su lado y más de una vez lo amenazo, pero del año pasado, gracias al torneo, que Harry no se entere, no quiere que piense que se alegró de su tragedia, pero pudo acercarse al chico por unos meses y descubrió que había ocasiones que Harry no sabía quién era realmente y que había cosas que deseaba hacer, pero algo le detenía.
Recibir un regalo del chico de oro fue increíble y más por que no esperaba que la tentativa amistad que habían iniciado continuará, pero aun así lo hizo.
Descubrir que no había sido seleccionado como prefecto, pero si Weasley y Granger, una mueca se hizo presente en su rostro al pensar en la chica, ya que había ocasiones que era agradable, pero en otras ocasiones… lo mejor era dejarla sola.
La plática que tuvieron durante la llegada al colegio, si bien estar sentados con un Slytherin había sido extraño, no fue más que incomodo por algunos minutos, después se había olvidado del chico y cuando se subieron a los carruajes, la situación continuo.
A pesar de no haber estado a tiempo completo con Harry años atrás, noto un cambio en el, mejoro en las clases y comenzaba a alejarse de quienes habían sido sus sombras los años anteriores. Además que no parecía tener dolor o el peso del mundo en sus hombros, lo había notado más tranquilo durante las últimas semanas.
No exigió respuesta, esperaba lograr la suficiente confianza para poder saber del cambio y sin esperar que fue tan pronto, fue recomenzada.
Durante los siguientes días había descubierto que Harry había quedado bajo el cuidado del nuevo profesor de defensa y del temible profesor de pociones, que debido a su situación había estado en contacto con algunas de las serpientes, encontrando que la mayorías llevaban mascaras debido a los prejuicios que había. Por ese motivo había decidido darles una oportunidad.
Hasta el momento, la tentativa tregua entre el niño de oro y toda la casa, cosa que no entendía realmente, estaba en pie llamando la atención de toda la escuela y la molestia de algunos alumnos y profesores.
Tal vez lo más sorprendente hasta ese momento fue cuando derroto a Granger en aquel examen oral, aún recuerda como la chica había chantajeado a Harry durante el tercer año, notar que aquello no había funcionado de nuevo le había hecho liberara un suspiro que no sabía que sostenía.
Se dejó caer sobre su cama mientras sostenía a su sapo Trevor, lo único bueno que hasta el momento le había dado su familia, Harry estaba cambiando y también algunas cosas a su alrededor, pero en esta ocasión él estaba a su lado y no lo decepcionaría, sabía que los gemelos tampoco.
Tal vez era hora de mejorar la tregua que su amigo había logrado levantar, él debía demostrar que también podía cambiar la mentalidad para bien.
También esperaba que ese año no hubiera un evento extraordinario, frunció el ceño, aunque lo hubiera la apoyaría en todo momento.
--¿Neville?—llamo el chico del que estaba pensado hacia poco
--¿Qué pasa Harry?
--Venía a buscarte ¿todo bien?
--si solo pensaba en algo, ¿para qué me necesitas?
--quería saber si me podías ayudar con la tarea de herbologia, no estoy seguro de que tenga la información correcta
--Claro, solo dejo a Trevor y vamos, de paso me puedes ayudar con Defensa y Pociones, creo que me falta algo en ambos ensayos
Una silueta transparente miro a los dos jóvenes que ahora se alejaban de la habitación, Godric sonrió, faltaba poco para que el hiciera su movimiento, solo esperaba que su amada casa no estuviera tan contamina, pro no se hacía muchas esperanzas de que aquello sucediera, pronto otra zona seria abierta, una de sus zonas principales.