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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 17. Operación verde.

Dos meses habían pasado desde que Steve firmó los primeros documentos que daban rienda suelta a su plan de negocios. En general sus planes estaban marchando relativamente bien, pero eran tantas las cosas propuestas y con tan poco tiempo para alcanzar las metas establecidas, que Tony tuvo que trabajar el doble para ayudar a su jefe.

—Sí, lo entiendo —decía al teléfono mientras tomaba unas anotaciones— pero recuerde que el plazo aún no se ha vencido.

Pagares, préstamos a bancos, hablar con todos los proveedores… Tony se había convertido en la mano derecha de Steve, incluso Bucky decía que si no tenía cuidado, el asistente le quitaría el puesto de presidencia. Y es que ya estaban en diciembre y las cosas se complicaban aún más con la agitación que siempre acompañaba a ese mes.

Colgó el teléfono y se frotó los ojos sintiéndose cansado. La pantalla en su teléfono presentaba que apenas eran las doce y media y ya había atendido cientos de llamadas y terminando los informes que había iniciado desde el día anterior.

Y es que, aunque el plan y las metas de Steve eran bastante arriesgados, no eran para nada malos. El problema es que había pronosticado tener ciertos resultados en muy poco tiempo y por eso tenían que estar pidiendo tanto dinero a los bancos. Aunque quizás lo que más les estaba afectando y que realmente no tuvieron en mente era la competencia. Hydra!, una empresa europea dedicada a la moda así como Shield, había decidido expandirse a otros países y, para su mala suerte, les estaba dando una competencia bastante grande. Las ventas de Shield no eran malas, pero no las suficientes para suplir todo lo que ellos estaban haciendo, y por eso se habían visto en la necesidad de solicitar más dineros del que habían previsto a los bancos.

El teléfono volvió a sonar, era Wanda para decirle que le pasaría una llamada importante del Gerente del Banco Fury. Cuando tomó la llamada supuso que eran malas noticias.

— ¿Cómo que no harán otro desembolso?

La voz al otro lado de la línea se escuchaba monótona y pausada y Tony supo que Nick era quien estaba hablando.

—Les avisamos que necesitaríamos el otro pagaré firmado por el presidente y nunca lo enviaron.

— ¿Y si lo enviamos hoy? —dijo, sabia lo importante que era ese desembolso, ya tenían planes inmediatos para ese dinero.

—Solo se hará si me trae el pagaré firmado para antes de las 2. Que pase buen día.

El hombre cortó sin dejar que Tony dijera nada más, y ahora estaban en un problema. Steve había salido junto a Bucky y Sharon a una reunión con unos ejecutivos, y después tenía programada una comida con los representantes de una empresa de telas. Así que no volvería si no hasta después de las tres, y ya sería demasiado tarde para eso.

Tomó el teléfono y le marcó a Steve varias veces sin éxito. Buscó entre los post-it de su escritorio y dio con el número del celular de Sharon, le marcó y por lo menos ella si le contestó.

— ¿Si? —se escuchó la voz de la chica

—Es Anthony Stark, estoy buscando al señor Rogers por…

— ¿Qué haces llamando a mi teléfono? —le interrumpió y sin dejarle decir nada más, colgó.

Tony respiró hondo, sintiendo unas inmensas ganas de matar a Sharon. Intentó pensar que lo que su jefe necesitaba pagar era más importante y volvió a marcar el celular de la rubia, pero no le contestó

Se levantó rápidamente y salió en busca de Wilson quien, por ser el asistente del vicepresidente, también había estado muy ocupado esos dias. Le explicó lo que estaba pasando y Sam le dijo que Bucky tampoco tomaba el celular.

“Que manía con apagar el teléfono cuando más se necesitan” pensó Tony.

—Podríamos pedirle a Bruce que te lleve en la moto—dijo Sam haciendo que Tony frunciera el ceño—. Sería rápido y vas con alguien de confianza, como los papeles son importantes.

Tony apretó los labios y pensó que no le agradaba para nada la idea, pues a él le daban miedo las motos. Pero no quería decirlo, sonaría como un niño asustado. Además la idea de Sam no era nada mala, así que tuvo que aceptar sin quererlo realmente.

Sam marcó el número de la recepción y le explicó a Natasha la situación, esta se encargaría de hablar con Bruce.

Tony buscó los papeles que necesitaba y rogó a todos los dioses que conocía, antes de salir de su pequeña oficina, que le ayudaran a no caerse de la moto. Cuando bajó a recepción Bruce ya le estaba esperando.

—Solo tengo un casco, pero toma—dijo dándole el casco a Tony—úsalo.

—No es necesario Bruce, yo….

—Nada de no. Yo estaré bien.

Natasha, que estaba detrás de ellos viéndolos, les sonrió.

—Agárrate bien Tony, a Bruce le gusta acelerar.

Eso empeoró las cosas para Tony que solo pudo tragar saliva con fuerza.

“Odio las motos, odio las motos, odio las motos” era lo único que podía pensar. En eso Bruce le dijo que se aferrara al tiempo que encendía la moto y él lo hizo con todas sus fuerzas para no caer. Natasha no mentía, Banner aceleraba demasiado y solía pasarle muy, —demasiado— cerca a los autos. Tony tuvo que cerrar los ojos en más de una ocasión y por poco y le dan ganas de vomitar, en verdad que la estaba pasando bastante mal.

Habían decidido ir al restaurante donde estaba pautada la comida con los representantes de la empresa de tela, puesto que estaba programada para la una de la tarde. Era un restaurante bastante elegante, que al parecer estaba asociado con un club cercano y por tanto solo los miembros podían ingresar. Era un trayecto de casi cuarenta minutos que Bruce realizó en 25 minutos, y para cuando llegaron Tony tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para no vomitar.

El edificio que se extendía ante ellos era verdaderamente hermoso visto desde afuera. Tenía varios pisos y los cristales dejaban entrever que luego de la puerta principal había un camino a la derecha, uno a la izquierda, y uno central que dirigía a un bonito —o lo que se podía ver— jardín. Seguramente el restaurante estaba atravesando el jardín.

Los directivos de Shield debían estar dentro, pero a ninguno de los dos los iban a dejar pasar. Intentaron explicarle al guardia de fuera la situación en la que estaban, pero no los dejaba pasar. El guardia tampoco quería hacerles el favor de buscar a alguien que pudiese buscar a Steve en el restaurante y ellos no podían irse de ahí sin ver a su jefe.

Bruce pensó en lo que podrían hacer y arrastró a Tony un poco lejos del guardia para decirle un plan que se le había ocurrido.

—Mira, hagamos la operación verde. —Dijo de la nada con tono emocionado.

— ¿Operación verde?

Banner asintió viéndose orgulloso del plan que iba a contar.

—Lo he hecho con Natasha un par de veces y funciona, o por lo menos casi siempre. Voy a ir y distraeré al guardia, le daré unos golpes, aprovecha para entrar de inmediato y busca a Steve.

— ¿Estás loco? —Preguntó Tony casi gritando— ¡El guardia es altísimo, te va a matar!

Bruce infló el pecho y procuró verse ofendido.

—Es que no me has visto peleando, soy como un monstruo súper fuerte cuando me lo propongo.

Tony entrecerró los ojos pensando en sus opciones, y tuvo que aceptar.

—Una última pregunta, —dijo antes de poner en marcha la operación verde— ¿en qué situaciones has hecho eso con Natasha?

El mensajero le dio una extraña sonrisa mientras le guiñaba el ojo.

—Ese es un secreto pequeño.

Tony entendió que no necesitaba saber eso y se preparó para lo que tenía que hacer. Era un plan con muchísimos fallos y muchas cosas podían salir mal, pero era lo único que tenían. La primera cosa que podía salir mal era que cuando Bruce golpeara al guardia apareciera otro de inmediato, pero para su suerte no fue así.

Bruce se arremangó las mangas de su camisa blanca, su rostro cambio a una expresión seria, por suerte no había nadie cerca y llegando hasta el distraído guardia, le dio un puñetazo. Tony no esperó ninguna otra señal, en cuanto el guardia se tambaleó por el golpe aprovechó para echar a correr y atravesó la puerta dejando atrás a Bruce y al guardia—que no se fijó que Tony entró— y que habían empezado a pelear.

Antes de entrar había decidido que el mejor camino a tomar era el central, así que se dispuso a cruzar el jardín a toda prisa antes de que algún guardia le atrapara.

—Este maldito jardín es más largo que mi casa—dijo sin poder esperar alcanzar las puertas de cristal que se veían al fondo.

Se llevó una sorpresa cuando no encontró el restaurante, sino una especie de salón lleno de cuadros y pinturas de exhibición. En esa sala había pocas personas, se acercó a una mujer bastante linda, con el pelo corto y negro para que le pudiese ubicar.

—Disculpe, ¿Dónde queda el restaurante de este edificio?

—En el segundo piso cariño, puedes usar el ascensor que está ahí.

Señaló con un largo dedo la dirección del ascensor y Tony le agradeció; caminó hasta él y esperó a que las puertas abrieran.

— ¡Oye tú, Detente ahí!

No tuvo que ser un genio para adivinar que se trataba de un guardia que le había descubierto. Aprovechó que ya estaba en el ascensor y oprimió con fuerza el botón del segundo piso y el de cerrar las puertas, dejando atrás al guardia.

Cuando salió del ascensor de forma rápida se fijó que estaba en el área del restaurante. El aire volvió a sus pulmones al divisar a sus jefes en una esquina muy decorada que parecía hacer el trabajo del lugar de espera mientras les preparaban la mesa.

Se acercó y vio a Bucky sentado en uno de los sillones que había, y a Steve y Sharon en otro, muy abrazados. La primera en verlo fue Sharon.

— ¿Tú qué haces aquí?

Steve y Bucky no tardaron en verlo.

—Es que se le olvidó firmar un pagaré, —dijo dirigiéndose a Steve e ignorando olímpicamente a Sharon—y me llamaron del Banco Fury. Si no lo llevamos antes de las dos, no nos hacen el desembolso.

Steve se asombró ante lo escuchado y levantándose rápidamente tomó los papeles que Tony le pasaba y los firmó.

— ¿Cómo llegaste aquí? —le preguntó su jefe.

—Me trajo Bruce en la moto.

— ¿Y dónde está? —preguntó Bucky con curiosidad.

—Esta abajo, peleándose con un guardia—dijo apenado, los otros tres lo miraron sin comprender—. Ustedes no atendían el teléfono y cuando llegamos aquí no nos querían dejar pasar, el distrajo al guardia peleando para que yo me colara y…

—Dios mío, pero qué brutos son—exclamó Sharon con disgusto.

Steve la miró mal pero antes de poder hablar un guardia se acercó a ellos. Steve calmó al guardia explicándole la situación, como Rogers y el mismo Bucky eran de los miembros más reconocidos aceptaron la intromisión de Tony. Cuando preguntaron por Bruce le dijeron que estaba abajo detenido por los guardias, pero que al ser Steve, se lo dejarían pasar, solo por esta vez.

—Ellos irrumpen aquí, se golpean con los guardias, te interrumpen en tus momentos fuera de la oficina ¿y tú no les dices nada? —Exclamó Sharon furiosa sin importarle que Tony estuviese presente—. Controla a tus empleados Steve.

—Sharon, más que controlar les estoy agradecido, esto es mil veces más importante de lo que te puedes imaginar. —Se giró hacia Tony y le entregó los papeles firmados—. Baja, dale esto a Bruce y que lo lleve al banco. Luego sube, quiero que te quedes en el almuerzo y nos ayudes con los representantes que vendrán.

— ¿Qué me quede? —exclamó Tony sorprendido.

— ¡¿Qué se quede?! —gritó Sharon notablemente disgustada.

Steve no tenía demasiada paciencia para lidiar con Sharon y le dijo a Tony que hiciera lo que le ordenó. Tony bajó para encontrarse con Bruce, tenía una mejilla hinchada, pero exclamó que estaría bien y que el guardia había quedado peor. Tomó los papeles y salió de allí con dirección al banco.

Stark hizo una mueca sin atreverse a moverse de donde estaba. No quería volver a subir al área del restaurante pues no se sentiría nada cómodo ahí. No todos los que estaban ahí usaban trajes, pero sí que usaban ropa notoriamente de muy buena calidad, de marca, mejor dicho; y el pantalón oscuro y el sweater azul de Tony no eran para nada de marca. Consideró sus opciones de escape pero negó diciéndose qué tenía que ser valiente. Volvió a entrar y a subir y, para su sorpresa, Sharon no estaba.

—Sharon tuvo que irse—le explicó Steve sin tener que preguntar—. La llamaron para algo importante.

Tony asintió sintiéndose más relajado sin estar con la rubia. La reunión pasó sin mayores problemas, los representantes llegaron y Steve se sintió inmensamente feliz cuando Tony, casi sin ayuda, los convenció de que firmaran el contrato. Rogers no podía negar que el chico se había vuelto indispensable para él.

Cuando todo se había acabado Steve le dijo que lo llevaría a la empresa, Bucky avisó que iría a revisar cómo iban unos almacenes en los que estaban vendiendo y se adelantó a ellos.

Ya en el estacionamiento, mientras Steve y Tony se dirigían hacia el auto del presidente hablando acerca del trato que acababan de cerrar, la mujer que le indicó a Tony el ascensor apareció saludando a Steve con un beso en la mejilla muy cerca de los labios.

—Corazón—dijo ella, y luego le dio una corta mirada a Tony presentándose como Hope Summers —. Escuché la noticia de que te me casas, lindura.

Steve asintió, pero no se veía muy feliz de admitirlo.

—Así es, Hope.

—Bueno, yo sabía que alguna mujer te atraparía algún día. Suerte por Sharon.

Hope le dijo algo al oído a Steve y el negó con una sonrisa, luego la mujer se alejó despidiéndose de Tony con un asentimiento.

Tony se sintió bastante incomodo en ese momento, no solo el trabajo había aumentado en esos meses, el tener que convivir tanto con Steve había hecho que sus sentimientos se afianzaran aún más, y verlo coquetear con tantas mujeres era casi una tortura para él.

—Tierra llamando a Tony— Steve tronó dos dedos frente a sus ojos, devolviendolo a la tierra.— ¿nos vamos?

Tony se disculpó por perderse en sus pensamientos y subió al auto.

 


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