Evitar que Quill se comiera algo era virtualmente imposible y demasiado cansado, así que para no tener que estar vigilando una simple caja de galletas todo el día, decidió tomar cinco minutos de descanso e ir al taller de Loki en busca de Thor para entregarle lo que le correspondía. Así que, ante una mueca de disgusto por parte de su compañero, Clint se levantó de su asiento y fue directo a las escaleras para bajar al taller. Eran casi las once de la mañana y se sentía ligeramente cansado, era lógico, la bebé le había mantenido despierto casi toda la noche pidiendo su atención. Bostezó cubriendo su boca con una mano y, cuando llegó a su destino, encontró a Odinson hablando con un hombre joven—no podía pasar de los 25—, de piel pálida y con el pelo teñido de blanco, y supuso que era uno de los modelos.
Y no estaba para nada equivocado, aquel chico era un modelo recientemente contratado. Uno de los modelos principales para la colección de Loki, Scott Summers, había tenido un accidente unos días atrás y Loki utilizó su poder de convencimiento para traer al nuevo de pelo blanco que, si bien era joven, tenía una excelente trayectoria en el modelaje. Y Loki siempre trabajaba con los mejores. Thor le estaba explicando de momento el concepto del desfile, para que se fuera haciendo una idea antes de que Loki hiciera un ensayo general.
Clint se acercó a ellos sin querer interrumpir su conversación, pero recordando que tenía mucho trabajo por continuar.
—Thor, — se colocó a un lado de rubio, tendiéndole la caja que le había llevado— te traje unas galletas que Natasha nos regaló. Una amiga suya ganó un concurso o algo así, tenía muchas y le dio unas cuantas a Nat. Te las iba a guardar para más tarde, pero te imaginarás que Peter se las quería robar.
Odinson tomó la caja sonriendo, mencionando algo acerca de que Quill no podía ver comida cerca y que si Gamora se enteraba, seguramente recibiría una reprimenda.
Ninguno de los dos vio el cambio en la expresión facial del joven modelo, quien se había sorprendido al ver a Clint acercarse, ¿y para qué mentir?, se le había quedado viendo fijamente mientras los dos mayores discutían algo acerca de su compañero.
Como parecía que Thor no pensaba presentarlo, decidió sacar a relucir toda su extrovertida personalidad y presentarse por sí mismo.
—Mucho gusto—dijo extendiendo su mano a Clint para captar su atención de forma inmediata. El joven tenía un acento ruso bastante marcado y una sonrisa más que encantadora.
—Oh, perdón por no presentarlos, —se disculpó Thor rápidamente, luciendo ligeramente apenado por haberse olvidado del modelo y, con la mano que tenía libre, señaló al joven a modo de presentación—. Clint, te presento a Pietro.
Clint extendió la mano para saludarlo, pero nunca, jamás de los jamases, se esperó que este tomara su mano y que depositara un suave beso en el dorso de esta mientras se inclinaba ligeramente.
La estampa de un príncipe saludando a su princesa.
—Puedes llamarme Quicksilver, es mi nombre artístico. —Pietro le dedicó una sonrisa coqueta, mordiendo su labio inferior sin soltar la mano de Clint— pero no te preocupes por el quick, en la cama te lo hago tan lento como lo quieras ¿Yo te puedo llamar Darling?
Ni Thor ni Clint entendieron que estaba sucediendo, se quedaron estáticos, y solo podían observar a Pietro que portaba una mirada decidida sonriéndole a Clint descaradamente.
Cuando pareció que ninguno de los mayores iba a hablar, Pietro continuó.
— En mis 22 años de vida no he visto algo que me atraiga más, así que espero que estés soltero, de todas formas no me importaría mucho — expresó sin mucho rodeo al mismo tiempo que acariciaba el dorso de la mano de Clint con su pulgar.
Los ojos de Barton no podían abrirse más, y rápidamente tiró de su mano para que el menor le soltara y comenzó a caminar sin tan siquiera despedirse. Los otros dos lo vieron alejarse, y Pietro hizo una mueca al no haber obtenido respuesta.
— ¿Esta soltero? —preguntó girándose a Thor, esperando por una respuesta positiva.
El rubio miró a Pietro, nunca había conocido a nadie que fuese tan directo como lo había sido el chico, ¡apenas los habían presentado! Ni siquiera Loki era tan rápido.
Thor se acercó a una de las mesas y colocó las galletas que Clint le había traído, antes de regresar a la blusa que estaba terminando de arreglar para que Loki le diera el visto bueno.
—Mira Pietro—dijo, había sentido que el joven le siguió con la mirada todo el tiempo, esperando obtener una respuesta— Clint es hetero y hace poco su esposa lo dejó con sus niños, así que no creo que…
—Entonces no tiene a nadie…—murmuró el más joven, pero fue lo suficientemente audible para que Thor lo escuchara.
— ¿Me estas escuchando? —preguntó, le estaba diciendo esas cosas para que viera que no tenía oportunidad, no para que se ilusionara.
—No me molestan los niños si es lo que dices. —Respondió y se recostó de una mesa de trabajo cercana—al contrario, ahora se ha vuelto un Dilf.
— ¿Dilf? —preguntó deteniendo su trabajo y mirando al otro apreciativamente
—Sí, Dad I’d like to fuck.* —respondió mordiendo su labio inferior.
Thor solo lo miró, pensando que Clint seguramente no querría escuchar aquello.
Eran más de las doce y media cuando se bajó del taxi frente a las puertas principales de Shield con la gracia que siempre le caracterizaba. Era una mujer hermosa, de figura esbelta y sonrisa encantadora, y su personalidad no se quedaba atrás. El portero había trabajado el suficiente tiempo en esa empresa para conocer a la mujer, y la dejó pasar dándole un saludo de bienvenida y diciéndole que su presencia se había extrañado. La mujer también saludó a Natasha con una sonrisa y, sin detenerse demasiado, subió hasta el sexto piso cuando el ascensor cerró sus puertas.
Su taconeó era rítmico y después de saludar a Rhodey y Gamora con un asentimiento de cabeza, siguió caminando hacia la oficina de Steve, pero antes de llegar fue detenida por un grito de alegría.
— ¡Pepper! —gritó Wanda, levantándose desde su escritorio para ir a abrazarla—tenia siglos que no te veía.
—Sharon me comentó que trabajabas aquí, —dijo respondiendo el abrazo— me alegra verte tan hermosa como siempre.
—Digo lo mismo. Sharon salió un momento a supervisar unos almacenes, pero supongo que no tarda en volver para la hora de la comida.
Pepper le sonrió, tan encantadora como siempre y Wanda, después de hacerle prometer que comerían las tres juntas en cuanto llegara la rubia, le indicó que tanto el presidente como el vicepresidente estaban en la oficina del último.
Pepper caminó lejos de ella y tocó dos veces en la puerta de Barnes.
— ¿Interrumpo algo? —Preguntó ella cuando asomó su cabeza por la puerta de vicepresidencia—espero que todos los presentes estén vestidos, la última vez que entre a tu oficina, Bucky, había alguien para nada presentable.
—Que conste que ella me sorprendió—se excusó Bucky levantándose de su asiento para irla a abrazar. —Tú no cambias en nada, ¿o no Virginia?
—Pepper—remarcó con mirada retadora— ¿Y Steve? Wanda me dijo que estaba aquí.
—En presidencia, acaba de ir a buscar unos documentos. Pero ven—dijo, abriendo la puerta de su oficina e invitándola a salir—te llevaré a ver a Steve, así daré un paseo con la mujer más hermosa de la tierra.
Si había alguien que no quisiera a Pepper, quizás no era del planeta tierra. Pepper Potts era una mujer por demás encantadora, con un aura de tranquilidad y cariño a su alrededor que provocaba que cualquiera la quisiera. Incluso le apodaban el hada madrina, porque sin ella misma proponérselo, solía resolver los problemas de las personas que la rodeaban.
Cuando Bucky le abrió la puerta de presidencia y ella entró, encontraron a Steve sentado detrás de su escritorio, con Tony a su lado, revisando una especie de borrador que su asistente hizo con los datos que tendría la segunda empresa. Ambos levantaron la vista cuando sintieron la puerta abrirse, y Rogers se levantó con alegría viendo a Potts.
—Pensé que llegarías más tarde—dijo, abrazándola. —Habría mandado a preparar algo especial para que comas.
—Hice unos encargos y terminé más rápido de lo que pensé, —explicó ella con una sonrisa—. Pero eso no significa que no puedas invitarme a algún restaurante, muero de hambre.
—Por supuesto—respondió Steve—Vamos los tres, así me cuentas como te ha tratado la vida.
—Mucho mejor de lo que me han tratado ustedes—respondió Pepper con reproche colocando ambas manos en su cintura—. La vida por lo menos no se olvida de mí, a diferencia de ustedes ¿Y quién es él? —preguntó de repente cuándo se fijó en Tony.
—Mi asistente—respondió Steve.
—Oh, ¿Y Wanda? —estaba confusa, Sharon le había dicho que Wanda era la asistente de presidencia.
—Wanda es secretaria de teléfonos—respondió Bucky y, acercándose a ella lo suficiente para que nadie más le escuchara, agregó—: el niño feo es para que el presidente controle sus instintos carnales.
—Eres un estúpido—le reprendió, sin poder evitar una sonrisa. Se acercó a Tony mientras Steve quería saber que le había dicho Bucky —Déjame presentarme dulzura, mi nombre es Pepper Potts, seré la nueva relacionista pública.
Su jefe ya le había informado del cambio de relacionista, pero Tony nunca se imaginó que fuera una mujer tan hermosa y, a diferencia de Wanda o Sharon o el mismo T´Challa, se notaba que Pepper no lo juzgaba por su físico.
—Mentira—dijo Bucky acercándose a ellos—se llama Virginia Potts y tiene 39, por si quiere ocultártelo.
Pepper miró molesta a Bucky y luego se giró a Tony.
—Por favor no me llames Virginia, jamás. Puedes decirme Pepper con confianza.
—Mi nombre es Anthony Stark, un placer señorita Pepper.
—Ahí también hay un error—volvió a interrumpir Bucky con una sonrisa—ella se ha casado tres veces, el título de señorita tampoco le queda.
—Eres un verdadero fastidio de hombre—dijo Potts, mientras golpeaba a Bucky en un hombro.
Decir que Loki se alegró de verla y saber que ella seria quien promocionara a la colección con la empresa era quedarse corto. Agregándose a la lista de fans de Pepper estaba el genio creativo, quien la admiraba no solo por ser una mujer hermosa, sino también porque podía discutir de hombres con ella, y eso le agradaba. Así como Loki había trabajado para Shield desde hacía mucho, Pepper también, y habían creado una amistad con los años y quizás fue por eso que sin muchos rodeos Laufeyson le expresó su temor de que pensaba que Steve estaba comprando telas baratas—más de lo que ya había comprado— para la próxima colección, pero Pepper lo calmó diciéndole que aquello era absurdo y Steve no se jugaría el prestigio de la empresa. Cuando iba saliendo del taller, seguida muy de cerca por Bucky y Steve, supo que algo malo estaba pasando en el momento que ellos le pidieron hablar un momento a solas.
—Quiero decirte algo Pepper, —procedió Rogers, serio—cuando promociones la colección, habla de los diseños, pero no de los materiales.
— ¿Qué hicieron? —inquirió Pepper—Loki me dijo que cree que ustedes van a comprar telas de baja calidad, le dije que ni lo pensara, que ustedes dos no están locos.
—Quédate tranquila, —intentó calmarla Bucky— será todo igual, solo que con materiales ligeramente menos costosos.
Aquello no la calmó en lo absoluto.
—Escúchenme bien, —se puso seria, como pocas veces se ponía— no me vas a poner a promocionar esto con mis clientes importantes siendo que vaya a ser algo horrible, mi imagen pública también está en juego.
—Te prometo que no es tan malo como crees—aseguró Steve levantando ambas palmas en son de paz.
Aunque él sabía que era seguramente peor de lo que ella creía.
— ¿Quieres que averigüe lo que Thor piensa de ti?
Loki sonrió, elevando una ceja, y preguntándose si el otro estaba sordo y necesitaba limpiarse los oídos para escuchar mejor.
Laufeyson no era tonto, después de la sorpresa inicial de lo que había descubierto en la entrega de regalos, se dio cuenta que en verdad aquello no tenía la relevancia que le habría gustado.
¿El asistente estaba enamorado de su jefe? Aquello se había visto innumerables veces, no era una gran sorpresa en todo caso. Además, dentro de los estándares de belleza, Steve era, aunque a Loki no le gustaba admitirlo, un hombre bastante apuesto. Incluso si Sharon se enteraba, Loki estaba seguro que más que enojarse o sentirse insegura, le daría un ataque de risa por pensar que aquel patito feo se había enamorado de su novio que era heterosexual y solo se fijaba en un 10/10 de la escala de belleza.
A Sharon no le asustaría Tony, sabía que él no tendría oportunidad con Steve. Incluso la rubia no pediría que lo despidieran por eso, al contrario, si ella llegaba a enterarse de aquello seguramente lo utilizaría como venganza en contra del más joven, sería capaz de abrazar y besar a su novio cada vez que pudiera, solo para restregarle a Stark lo que él nunca podría tener.
Pero eso no significaba que Loki no pudiera aprovechar aquello, aunque fuera solo un poco. Estaba seguro que el muchacho no querría que su secreto se filtrara.
Y necesitaba información de Thor. No sabía por qué, pero el grandote le había estado siendo indiferente desde el día anterior cuando le entregó su regalo. Y no sabía qué rayos había hecho mal.
Ni siquiera sabía que había hecho algo malo.
Pero Thor se había pasado la última parte de la fiesta, y todo ese día, contestándole con monosílabos o asentimientos de cabeza, y alejándose a hacer “algo importante” cada vez que Loki se le acercaba.
Fue por eso que esperó a Tony en la salida, después de las seis, y lo llevó a un callejón aparte.
— ¿Puedes hacerlo o no? —le preguntó Laufeyson—imagino que no querrás escuchar las burlas de Sharon por tu secretito, y no sé qué tan bien se tome Steve el hecho de que te lo comas con la mirada en cada reunión.
Tony arrugó el gesto ante esa frase y, aunque quiso mandar a Loki a la mierda, supo que no podía.
—Yo no soy muy amigo de Thor, no creo que él me diga ese tipo de cosas.
Pero Loki no le podía pedir eso a más nadie. A Natasha, jamás, esa arpía sabía demasiado, y preguntarle eso sería declararse por completo. Quill era más que un inepto a ojos de Loki, Sam y Gamora… realmente no los había tratado lo suficiente para saber si le dirían o no su plan a Thor. Clint era quien más bajaba al taller a llevarle cosas a Odinson, pero Loki lo había insultado las suficientes veces para saber que no podría pedirle nada.
Le quedaba Anthony, él era perfecto para eso.
—Pues te doy un mes para que afiances tu amistad con él—dijo sonriendo—y después, averígualo.
Stephen lo estaba esperando en la sala mientras hablaba con María acerca de una receta de panecillos de arándanos de los cuales la mujer estaba bastante orgullosa. Cuando Tony llegó, cansado, y vio a su amigo, supo que podría pedirle uno —de los tantos— favores que siempre le pedía.
Subieron a la habitación después de cenar, su padre aun no llegaba a casa así que nadie les gritó ninguna advertencia.
Cuando estuvieron hablando de la constitución de la segunda empresa, Tony le pidió permiso a Steve para incluir a Stephen en aquello, explicando que ya Shield robaba demasiado de su tiempo y necesitaría a alguien que le ayudara a mantener aquello. Le había asegurado que Stephen sabría lo menos posible, y que ya le había ayudado en ocasiones anteriores con los dos informes que le había entregado en sus primeros días trabajando con él.
Así que sin muchos rodeos Tony le explicó a Strange lo que necesitaba hacer. Al principio su amigo parecía reticente, veía algo que no cuadraba en el hecho de que el presidente de Shield quisiera crear una segunda empresa y que pusiera a su amigo como dueño, pero Tony le aseguró que todo sería legal, y que no había nada de lo cual preocuparse.
— ¿Entonces el pondrá el capital para que tu hagas la empresa?
—Así es. La pondrá bajo mi nombre.
— ¿Y puedes mover ese dinero? —preguntó Strange tirado en la cama— Tipo en inversiones y relacionados.
Tony lo pensó por un momento. Su jefe en un punto le había dicho que “podía disponer del dinero como mejor le conviniera”, siempre y cuando tuviese cuidado, claro está.
—Él dijo que sí, que podría hacer lo que quisiera en ese sentido. Le pregunté que en el caso de que encontrara una forma de que el dinero no estuviera estancado pudiese moverlo sin molestarlo, me respondió que no había problemas.
—Eso es excelente, he estado viendo unos mercados en la bolsa que seguramente te interesarían.
—Pues encárgate tú de eso. —Le cortó Tony sencillamente.
— ¿Yo? —preguntó alzándose un poco en la cama, no se esperaba eso.
—Claro, ¿no estabas buscando trabajo? Ya lo encontraste. Yo no podría con todo el trabajo que tengo, es demasiado ya, y se nos aproxima la colección. Te podría poner un sueldo en base a eso —Tony hizo una mueca ante la cara de felicidad de Steve— sabes que no será mucho, pero veremos cómo avanza eso.
Stephen mencionó que no importaba, había conseguido un trabajo y sabía que lo haría bastante bien.
Después de un rato de Stephen mencionarle unas cuantas ideas, de repente este cambió de tema.
—Nunca me dijiste como te fue en la entrega de regalos. ¿Sabes si leyó la nota?
—Ah, tuvimos que confesar quien le entregaba a quien, y quité la nota. Es todo. —dijo, no quería que su amigo supiera que ahora Loki le estaba extorsionando con aquello. Stephen había tenido razón cuando le dijo que aquello le traería problemas —. Mi regalo le gustó más de lo que pensé. Y él terminó regalándome a mí también.
— ¿Ah sí? Quiero ver.
Tony se levantó para buscar su regalo, sabiendo que si no tenía cuidado, su amigo terminaría comiéndose todos los chocolates.
Notas:
*Dilf: Dad i´d like to fuck es Papá que me gustaría follar. La versión masculina del termino Milf.
Quicksilver: Quick es rápido, por eso le dice que en la cama puede ir todo lo lento que desee.