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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 3.¿Comenzando con el pie izquierdo o derecho?

Estaba acostumbrado a despertar temprano, pero ese día había más que madrugado. Quizás ni siquiera había dormido, pero era algo lógico si lo pensaba bien: era su primer día de trabajo en SHIELD y estaba bastante nervioso. Quizás fue por todo el tiempo que había pasado buscando empleo, o porque pensó que tenía todo en contra en aquella empresa. Sea lo que sea no pudo esperar más tiempo acostado y se levantó mucho antes de que sonara su alarma.

Se había dedicado a planchar su ropa para que estuviese impecable. Ninguna de sus prendas le quedaba tan bien como habría querido pues la mayoría eran de su padre. Pero ninguna estaba rota —feas y pasadas de moda, sí— pero no rotas ni en mal estado. Se afeitó cuidadosamente y el tiempo que le sobro lo dedicó a fijar bastante bien su pelo con una generosa cantidad de gel.

En el comedor, mientras desayunaban, su padre le dio una mirada de reconocimiento bastante larga y frunció el ceño. Tony ya sabía lo que venía, así que antes de que Howard tuviera tiempo para hablarle de cómo debía cuidarse de no encerrarse con su jefe ni con ningún otro “riquillo pervertido”, partió con las tostadas en la mano después de despedirse de María directo a tomar el bus.

El camino hacia la empresa le pareció largo, quizás mucho más que el día anterior, y se descubrió así mismo dándose ánimos y diciéndose que verdaderamente ahora llegaba su oportunidad de brillar. Durante mucho tiempo había quedado relegado a un segundo plano. Cuando estaba en la escuela sus compañeros le hicieron burla al enterarse de que le gustaban los niños —por lo menos ya no hacían tantas burlas por la sexualidad como más de 15 años atrás—, en la universidad, aunque era el mejor en todas las clases, tampoco pudo tener vida social por su físico, ni había creado buenas relaciones por su nula habilidad social. Pero años atrás se había decidido a cambiar.

Su terrible timidez, casi ostracismo, ya no le impedía hablar en público, era uno de los cambios del que más se enorgullecía, ya no le aterraba hablar con personas, o quizás si le aterraba, pero podía hacerlo. Su confianza también había aumentado, no tanto como quisiera, pero el Anthony Stark de antes se habría rendido en la segunda entrevista de trabajo fallida, y ahora él estaba trabajando para una de las empresas más famosas del país. También estaba el hecho de que su yo anterior solo tenía en mente ser un trabajador ejemplar, pero ahora tenía planes, planes que solo necesitaban de un buen fondo para iniciarse —y él pensaba ahorrar cada centavo que pudiera— y unas cuantas conexiones que podía ir forjando desde cero con la ayuda de aquel sitio, sin mencionar que vería claramente la ejecución y administración de una gran empresa. Sin duda algunas Shield le daría la experiencia que necesitaba para impulsarse más tarde.

— ¿A dónde va?— le detuvo el portero, llevaba unas gafas de sol que bajó ligeramente para observarlo —. Las entrevistas fueron ayer, hoy no se puede entrar como si fuera su casa.

—Soy el nuevo asistente de presidencia.

— ¿Para el señor Rogers? —Rió el portero sin disimulo, revisándolo de arriba abajo.

Tony miró molesto al portero y se cruzó de brazos, no estaba de humor para que un tarado le hiciera llegar tarde en su primer día.

—Sí, ayer me contrataron.

—Déjame llamar para confirmar, porque he visto muchas feas y feos que intentan colarse con cualquier pretexto para que los dejen modelar.

¿Modelar? Eso era lo último que quería hacer. Sabia cómo era su aspecto, pero nunca soñó con hacer algo tan físico y vacío como el modelaje, pues a su parecer, los modelos eran perchas humanas. Él estaba destinado a hacer grandes cosas gracias a su cerebro, y gracias a este empleo podría impulsarse. Así que estaba desesperado por sobresalir, e inquieto por que regresara el estúpido portero y le dejara pasar. Tony comenzó a golpear el pie contra el suelo, inquieto. Pensándolo bien tampoco entendía por qué cada vez que hablaban con él tenían que utilizar la palabra feo. Era casi religioso que le mencionaran su físico.

El portero le hizo una seña de que podía seguir, y poniendo una de sus mejores sonrisas de suficiencia decidió ignorar su frustración contra el portero y subir a su nuevo trabajo.

—Ya estás aquí. — le hablo Sam Wilson con una sonrisa. Ya sabía que por lo menos él le trataría bien mientras trabajara ahí —. Mandaré a que te hagan un carnet de identificación, para que no vuelvas a tener esos problemas ¿trajiste las fotos?

Tony asintió y le pasó las fotos, el asistente las vio por un momento y luego las puso en su escritorio. Adelantaron unos pasos antes de que Wilson se detuviera frente a la puerta de presidencia.

—Bien, aquí está el escritorio del asistente de presidencia—dijo Sam mientras le señalaba un escritorio que estaba en una esquina, aún tenía unas cuentas cajas encima—. La antigua secretaria, la del señor Thanos, terminará de recoger sus cosas en unos minutos. Le están haciendo una fiesta de despedida en el área de la cocina por sus 30 años de trabajo.

Sam dijo que le avisaría a Steve Rogers de su llegada y que podía esperarlo sentado en el escritorio, para luego caminar hasta su propio puesto de trabajo.

Estaba bastante emocionado, su lugar de trabajo no estaba para nada mal, estaría en el pasillo junto con los demás asistentes y así que no preocuparía a su padre con el hecho de estar encerrado a solas con algún “riquillo pervertido”. Uno de sus nuevos compañeros se había mostrado bastante amable, y eso era un alivio debido a todos los sucesos del día anterior.

Pero su pequeña burbuja de felicidad le duró muy poco, porque desde donde estaba pudo ver como salían del ascensor Sharon y Wanda Maximoff; que en cuanto se percataron de donde estaba, agriaron el gesto.

— ¿Tu qué haces aquí? —preguntó Sharon con tono serio. Era obvio que no estaba enterada de su contratación. — ¿Qué haces en ese escritorio?

—Estoy esperando al señor Rogers para instalarme. — Se encogió de hombros y pensó en levantarse de la silla, pero un impulso le hizo quedarse sentado y cruzar las piernas, luciendo verdaderamente confortable en aquel asiento. La rubia lo notó y su rabia inicial aumentó.

—Pero que mier…

Sea lo que sea que iba a decir Sharon, se vio cortada cuando Steve la envolvió ligeramente y la besó a modo de saludo.

—Buenos días mi amor— le dijo Rogers, parecía que sabía que estaba calmando a una fiera—Wanda, puedes ubicarte en el escritorio, y Anthony, ven conmigo por favor.

No esperó a que su novia emitiera ninguna queja y empezó a caminar. Tony asintió y persiguió a Steve, dejando atrás a las dos mujeres. Pero pudo escuchar perfectamente cuando Sharon comentó “Que creído resultó este Anthony”

Tony sacudió la cabeza y se fijó en el camino, sabía que a donde Steve le estaba encaminando era hacia la oficina de presidencia. Dentro de la oficina había una puerta trasera, casi detrás del escritorio, la puerta estaba abierta y se veían varias personas que trabajaban limpiándola y moviendo cajas.

—Aquí será tu nueva oficina— mencionó Steve, sacando a Tony de sus pensamientos, estaban parados en la puerta trasera —, sé que no se ve muy bien, no es la mejor ventilada y huele a humedad, pero ya verás que en cuanto terminen de limpiarla se verá estupenda.

— ¡UNA ARAÑA! — gritó una de las chicas que estaban limpiando, e inmediatamente Tony vio la araña más grande que jamás había visto en su vida salir de lo que sería su oficina, siendo perseguida por una de las chicas de limpieza con una escoba, hacia fuera de la oficina presidencial.

Steve se aclaró la garganta y decidió entrar en la pequeña oficina ignorando el incidente de la araña. Tony le siguió cuidando sus pasos de otro posible insecto. No le gustaban las arañas.

—Mandé a que te traigan un escritorio y un computador. Además de dos líneas de teléfono, una conectada a la mía personal. —Steve suspiró y se frotó ligeramente el puente de la nariz— .Sé que por ahora se ve fatal, aquí mi papá guardaba el archivo muerto de la empresa y la utilería que creían necesitar después, no nos desharemos del archivo, por si lo llegamos a necesitar, pero veras que después de limpio no se verá tan mal. Dale una oportunidad.

—Sé que la puedo mejorar—dijo Tony con una sonrisa, quizás no era lo que esperaba, pero a decir verdad se sentía más feliz trabajando en aquel cuarto que cerca de Wanda.

Steve sonrió, por lo menos este asistente se veía con ganas de esforzarse y trabajar, vio la hora en su reloj y sacó a Tony del pequeño cuarto.

—Deja tus cosas por aquí y ve al departamento administrativo del doctor Coulson, está en el quinto piso, te está esperando para que firmes el contrato. — Se dirigió a su propio escritorio y removió unos papeles para pasarle uno a Tony—, entrégale esto al asistente de Coulson; luego habla con Sam, ya lo conociste, dile que hable a Leidy, la asistente de mi padre, y te entregue todos los documentos que eran de mi padre: teléfonos, agendas, contactos, proveedores, almacenes de cadena, fábricas, y todos los listados.

Tony salió asintiendo y más que emocionado, esperaba no equivocarse en nada.

 

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Sharon Carter solo podía reírse de los desvaríos de su amiga Wanda, quien no entendía por que no podía cambiar el color de las paredes que quedaban detrás de su escritorio, por el simple hecho de que era el color de la estancia general completa. Y menos colocar un verde menta, eso no combinaba con nada de nada en aquel pasillo.

En eso vio pasar a Antonio…Anthony… no recordaba bien. Lo cierto era que no le tenía contra al chico, era solo un patito feo sin importancia para su vida, pero le disgustaba que Steve no le hiciera caso acerca de Wanda. Además, Sharon sabía que su prometido aprovecharía a ese niño feo para instruirlo bien, no podría sonsacarle a ese asistente donde se encontraba su novio, ni con quien hablaba cuando no lo llamaban los inversionistas como podría hacerlo con su mejor amiga. Y por eso era que había querido colocar a su amiga Wanda en primer lugar. Pero por lo menos Wanda podría vigilar de cierta forma a Steve desde su posición como segunda asistente.

Vio que el patito feo se dirigió al ascensor, y justo en ese momento salían los padres de Steve.

— ¿Quién es él? — escuchó que preguntaba Nébula, su cabello canoso lo traía atado en una alta coleta y su traje le daba un aire de clase elevada.

—Es la segunda asistente de Steve—respondió Sharon, adelantándose a su suegro.

— ¿Y qué paso contigo Wanda? —pregunto Nébula saludando a la pelirroja y a Sharon con un beso en la mejilla.

—Wanda será la primera asistente, la cara de la presidencia—, dijo Sharon con una sonrisa— ese patito feo será quien lleve las cuentas. —Ninguno se quejó por el uso del sobrenombre, más bien a Nébula le hizo gracia —. Se lo que vas a preguntar—se adelantó cuando vio una duda en los ojos de la madre de Steve— pero deberás preguntarle tú misma a tu hijo el por qué quiere dos asistentes.

Nébula asintió y siguiendo a Wanda, que estaba encantada de ser la cara de presidencia, se dirigieron a la oficina de Steve, donde aún no terminaban de colocar muebles tanto en la oficina, como en el pequeño espacio que usaría Tony.

Steve los saludó a ambos sin dejar de observar los cambios en la oficina.

—Tengo que ir a vigilar unos almacenes—mencionó Sharon despidiéndose de Steve—sé que hoy hay un fashion, pero no sé si alcance a regresar.

Sharon lo besó y terminó por irse seguida por Wanda, Steve vio que sus padres se dirigían a la pequeña oficina y entró con ellos.

—Así que te decidiste a usar este pequeño almacén—habló su padre, viendo los arreglos.

—Sí, será para mi nuevo asistente.

—Pero Steve, no seas infame— exclamó Thanos, sorprendido—. Este espacio es para guardar cosas, no para humanos.

—Papá, era lo único que había. — Se quitó sus gafas para limpiarlas de forma pausada— Wanda está usando el escritorio de fuera, y no tenemos tiempo para mandar a hacer otra oficina, y tampoco hay más oficinas disponibles. Además él está más que feliz de trabajar aquí, no le importa demasiado. También podría haberlo puesto en la bodega, — dijo encogiéndose de hombros—, pero eso es más inhumano todavía.

—Bueno— dijo Nébula acercándose a sus dos hombres—, por lo menos puedes explicarme por qué tuviste que contratar a dos secretarias.

Steve acomodó a su madre en el sofá y le explicó que realmente Wanda estaba por imposición, pero que mientras no le estorbara no le importaría mucho. Mientras que Anthony era todo lo que el necesitaba, y ya que había aceptado algo más que el sueldo mínimo, podían pagarle a Maximoff la cantidad que Sharon exigió.

Nébula asintió, entendía muy bien que los celos de Sharon estaban justificados, Steve no era una blanca paloma y era bastante débil con las mujeres bonitas, pero su hijo había dicho que cambiaria y ella confiaba en él. Además, solía tenerle más paciencia a Steve de la que quizás era necesaria, sabía que su hijo había sufrido mucho en el ejército, y a veces solo daba gracias por tenerlo de vuelta con ella.

 

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Tony había reconocido al asistente de Phil Coulson como el que tiró los chips el día anterior. Peter Quill, si recodaba bien. Le tendió la hoja que le había dado su jefe al tiempo que se presentaba.

—Soy Tony, el nuevo asistente de presidencia— se presentó. Junto a Quill había otro asistente que pareció querer ver a Tony de forma disimulada, aunque fracasó.

Quill revisó la hoja y asintió, le había dicho que pasara al tiempo que comía de un trozo de pastel en un pequeño plato, además le había mencionado que Sam le pasó sus fotos, y que su carnet estaría listo antes de finalizar el día.

— ¿Ese es el nuevo asistente de presidencia? —Preguntó Clint Barton, quien tenía su escritorio cerca del de Quill, en cuanto Tony entró a la oficina de Phil Coulson— ¿no era una pelirroja sexy?

—Contrataron a dos—dijo Quill mientras comía lo último del pastel que se había logrado robar de la fiesta a Leidy.

—O sea que te estas comiendo los chismes—exclamó Clint cruzándose de brazos, enojado porque el otro se había guardado información.

—No, es que no estaba seguro. —se excusó—Y como este esta tan feito, pensé que era una broma. Conoces los gustos del nuevo presidente, pensé que era un juego.

— ¿Qué más estas ocultando?

—Nada, nada. Bueno, en cómputo hay un chisme que aún no tengo completo, pero ya verás que lo voy a averiguar

Barton sonrió al tiempo que pensaba que con Tony el club de los raros tenía un nuevo miembro.

 

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—Wanda y… Anthony ¿cierto? —llamó Steve en cuanto vio a Tony volver de la oficina de Phil —. Los quiero a ambos en mi oficina ahor

Wanda caminó hasta la oficina de presidencia y Tony se fijó que su falda era más corta que el día anterior, aunque no entendía cómo era posible.

—Tráenos un café a Steve y a mí. — dijo Wanda entrando a la oficina antes de que Tony se sentara.

Que descaro, Tony estaba furioso de que la pelirroja le mandara, pero aquello era una orden legitima para un asistente, y si su jefe quería un café él no tendría problemas. Estaba a punto de preguntar en donde estaba la cafetería para bajar a buscarlo, pero Steve habló.

—Él no está aquí para traer cafés, Wanda—, levantó el teléfono y marcó la extensión de la cafetería para pedir tres a presidencia.

—Bueno—dijo Wanda en cuanto Steve colgó— si no lo vas a dejar ir, por lo menos enséñale la extensión, que un presidente como tú no es para estar llamando a cafetería.

Steve sonrió, su sonrisa no parecía nada amigable a ojos de Tony, por lo menos iba dirigida a Maximoff.

—Si hay alguien que debería ir a cafetería eres tú. Están aquí precisamente para explicarles sus trabajos. Tú— se dirigió a Tony—, me ayudarás con los bancos, las finanzas, los ingresos y egresos. Trabajaremos más tarde para que entiendas todo lo que debemos hacer.

Tony asintió y se acomodó mejor en el asiento.

—Y tú—señaló a Wanda.

—Se lo que debo hacer Steve. —dijo mientras movía su cabello hacia atrás con una mano—Soy tu cara frente a tus clientes, me encargo de lo social…

—Y de traerme el café— dijo Steve reclinándose en la silla.

Wanda sonrió forzosamente, pero no discutiría por esa nimiedad, o por lo menos lo haría con Sharon. Pero si Steve llegaba a obligarle a servirle café a ese tal Anthony…

—Aun no me han puesto tu línea privada. —Dijo recordando de pronto, si ella iba a ser la cara frente a los clientes, debía tener la línea privada del presidente.

—De eso se encargara él.

Tony se sorprendió al tiempo que Wanda abría la boca, esa sí que no se la esperaba.

—Pero yo soy tu amiga, debería de llevar tus llamadas y agenda privada.

—Sin discusiones—dijo, y le pasó una agenda a Tony, este la tomó bajo la atenta mirada de la pelirroja— el será quien se encargue de eso.

Wanda iba a agregar algo más, pero Tony decidió que no quería escucharlo y se levantó del asiento:

—Si me disculpan, —se excusó Tony—iré a mi oficina para ir acomodando todo lo necesario.

Steve asintió y lo vieron cerrar la puerta del pequeño cuarto.

—Sabes Steve—dijo Wanda en cuanto sintió que se quedaron medianamente solos— no sé por qué esta el aquí. Yo puedo hacerme cargo de todo eso, hice seis semestres de finanzas en la San…

—No tienes experiencia Wanda, y punto. Además, —Steve apoyó sus manos en el escritorio, inclinándose hacia adelante, su mirada desafiante—, si interfieres en su trabajo, tendrás muchos problemas.

Wanda asintió más que furiosa, se levantó de su asiento y sin decir más, taconeó hacia la salida.

 

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—Entonces si terminaste por contratar al adefesio ese.

Inmediatamente Wanda salió de su oficina, como convocado entró su mejor amigo James Buchanan "Bucky" Barnes, quien también trabajaba en la empresa y había pasado a ser vicepresidente en aquella nueva gerencia. Le había contado a medias las cosas que habían sucedido el día anterior, pero no fue sino hasta ese día donde su amigo pudo ver los dos nuevos asistentes que tenía.

—Veo que hiciste una buena inversión en Wanda, es hermosa—decía a su amigo, los dos estaban en una habitación cercana a la oficina que era una especie de baño y cuarto de descanso del presidente, para poder hablar en privado— ¿pero y ese… murciélago que te conseguiste?

Steve se rio ante el apelativo.

—Es muy inteligente— dijo en defensa de Anthony.

—Eso no lo dudo, con lo feo que es, es lo único que le queda ser. —Bucky terminó de acomodar su cabello en una coleta, ya le llegaba hasta los hombros— ¿Estará vacunado? Por su cara pareciera tener rabia.

Steve solo negó con la cabeza ante las palabras de su amigo.

—Por lo menos tiene idea de lo que hace.

—Wanda siempre sabe lo que hace—corrigió Bucky con una sonrisa de lado—créeme.

—Sabes que no me refiero a eso.

—Por suerte—dijo Bucky mientras se daba un último vistazo en el espejo—, si te refirieras a “eso” con ese asistente que tienes, quizás ya estarías muerto.

— ¿Muerto? — preguntó Steve confundido.

—Si, por que supongo que sí tienen sexo te pega la rabia, y eso mata ¿no?

Steve no pudo evitar reírse, por malvado que sonara. Los dos amigos salieron, tenían que ir al tercer piso pues Loki quería enseñarles los avances de la colección antes de irse. Steve solo pudo fruncir el entrecejo al darse cuenta que Wanda se había ido con Sharon, a celebrar seguramente, y dio gracias de haber contratado a Anthony, por lo menos tenía un asistente que valía la pena. Le dijo a Anthony que no se fuera todavía y salió directo con Bucky al tercer piso.

 


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