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Media hora por Aurora Artemiva

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Notas del capitulo:

Hola chiquis! acá vengo a dejales el nuevo capítulo. Tambien aprovecho para contarles que esta historia va tener un giro notable a partir de ahora, pero satisfactorio. 

Tambien les quiero anunciar que en 5 o 6 capítulos más esta historia va llegar a su fin. Pero va tener su continuación en una SEGUNDA PARTE de Reencarnación en el mundo actual de Siglo XXI.

Sin más que decir, disfruten!

09:46 AM


 


-¡Chicos! ¡Ya llegó la correspondencia! -


 


Infinitas cartas con distintos destinatarios arribaban al Cuartel de la Legión con frecuencia. Desde familiares dispersos por las 3 murallas, hasta simpatizantes y aficionados con integrantes del escuadrón manifestaban sus deseos de convertirse en soldados.


 


El calor del verano se acentuó en los últimos días, cambiando la rutina del desayuno para pasarla de té y café, a jugos e infusiones frías. La ubicación del recinto era cercana a la plantación natural de arbustos y árboles con frutos, ayudando así a la tarea de recolección. Cada dos días, un miembro del escuadrón se levantaba más temprano que los demás para traer las naranjas, ciruelas y frutillas para el desayuno. Obviamente, la tarea se turnaba con los compañeros, y en esta ocasión fue el turno de Eren.


 


Con un Sol enceguecedor y ardiente, el chico situó las frutas dentro del cajón de madera; con algunas más ya sería suficiente para el desayuno. Mientras buscaba las últimas naranjas pequeñas ( siempre tenían más jugo esas) reconoció el sonido del pasto siendo pisado por unos pies, unos pies que reconocía muy bien al escucharlos andar.


 


-Ya termino capitán, no hace falta que me ayude.


 


-Buen día para vos también, pendejo de mierda - le dijo cuando llegó a su lado - no te vine ayudar; te llegó una carta.


 


Reposado en el naranjo de donde Jaeguer recolectaba la última fruta, extensión su mano con la correspondencia. Eren, bastante confundido cabe aclarar, la tomó; ésta no tenía remitente, pero sí destinatario. La caligrafía de aquella letra le era desconocida, confundiendolo aún más.


 


-¿Porqué esa cara?- preguntó el mayor aún reposado bajo la sombra del arbol.


 


-Es raro - le contestó - es la primera vez que me llega una carta estando en la Legión - guardó el sobre dentro del ropaje; más tarde lo leería- ¿A usted le llegó alguna?


 


-Sí, pero no son importantes - le contestó el mayor tomando el cajón de madera; quería ayudarlo.


 


-¿Algún pedido de los altos mandos?


 


-No, sólo unas mocosas con las hormonas revolucionadas que dicen querer conocerme. No sé qué mierda les pasa - comentó mientras se encamina al Cuartel ubicado a unos metros.


 


-Es obvio; vieron el culo que tenés - bramó el menor, aprovechando su ubicación tras Levi para palmear con un poco de fuerza uno de sus glúteos, y luego apretarlo con los dedos.


 


-¡¿Qué haces enfermo?! - a veces Ackerman no entendía como Eren pasaba de ser un sumiso a un desvergonzado en el plano sexual - no me toques así como si nada, cualquiera te puede ver desde acá.


 


Eren río y plasmó en su rostro la faceta de la diversión.


 


-Creo que ya están acostumbrados. Aparte, no es como si no supieran lo que tenemos -


 


-Eren, ese no es el punto. Una cosa es el ámbito privado, otro muy diferente es el laboral - le dijo, teniendo más todavía para aclarar, pero no pudo al ver a Jaeguer perdido en sus pensamientos - ¿Eren?


 


-Levi; ¿qué es lo que tenemos? - la duda le surgió desprevenidamente.


 


Tal interrogante fue inesperada para el mayor.


 


-Una relación, obviamente ¿Estás queriendo ponerle un nombre?


 


-...


 


-Ey, Er-


 


-No lo veo necesario - respondió al cabo de unos segundos - no se si vos pensás lo mismo, pero no tengo la necesidad de catalogarlo.


 


Claro; Ackerman siempre era sorprendido por las actitudes maduras del mocoso. Sabiendo que lo tenía bajo el ojo desde los quince años, era difícil verlo ahora encarando la relación que decidieron tener de forma adulta y razonable, sin toxicidad, ni celos, ni inseguridades de por medio. Tal resultado le retribuye lo mucho que le enseñó, conjuntamente a los valores que le inculcó sobre no dudar ni arrepentirse de sus decisiones


.


Eren era la viva imagen de sí mismo dentro de un cuerpo y una consciencia aún sin marchitar.


 


Y Jaeguer descubrió agitación en el cuerpo del mayor mientras seguían caminando.


 


-Creciste demasiado mocoso - le dijo para luego nalguearle un glúteo antes de entrar al comedor.


 


Total, en ese momento nadie los estaba viendo.


 


16: 38 PM


 


Luego de un leve ejercicio en el campo de entrenamiento y una vista rápida por los planos que deberían tratarse en unas semanas sobre la expedición fuera de la Isla, el menor se enfiló a su habitación a darse un baño.


 


Cuando se quitó las ajustadas correas junto al ropaje, encontró la carta que había guardado a la mañana dentro de cinturón de cuero. Decidiendo leerlo luego, entró al agua.


Placer puro le brindó aquella agua fresca que apacigua el calor y la transpiración de su anatomía. Recorrió con la yema de los dedos la tensión de sus músculos quitando el sudor, de allí al cabello para lavarla, y notó que de verdad le estaba quedando largo; Armin y Mikasa ya se lo habían dicho, y Levi se lo demostró en las sesiones de sexo al tironear de él. Cuando decidió salir del aseo, se miró en el pequeño espejo que guardaba en la cajonera, y no le pareció un aspecto antiestético, de hecho, le gustaba más que cuando lo tenia largo.


 


Descartó la idea de pedirle las tijeras a Mikasa, y volvió a guardar el espejo en la mesa de luz.


 


Volviendo a `ponerse las botas, ojeó la cama y se encontró con la carta que aún no leía. Tomo asiento en el borde del colchón, dejando en el suelo la bota izquierda para leerla; y cuando se topó con el escrito, no entendió para nada su contenido:


 


 



Si queres obtener información de Marley, acércate a la Costa Este.


El 6 de Enero. A las 01:00 hs de la madrugada.


Veni solo. De lo contrario, la guerra se puede desatar mucho antes de tiempo.



 


-¿Que carajo es esto? - interrogó a la soledad de la habitación.


 


¿Información? ¿Qué tipo de información? ¿Quien dentro de las murallas podía tener datos o referencias de Marley?...


 


Paren un segundo… la carta decía “Costa Este”... por lo tanto....


 


-Alguien del exterior - se autorresponde, volviendo a guardar la carta dentro del sobre.


 


Arrojó el papel dentro de la cajonera y se colocó la bota que le faltaba, preguntándose si debía avisarle a alguien de lo acontecido o guardar silencio, para luego dirigirse al lugar señalado. No era necesario tener un coeficiente intelectual elevado para entender que, sea quien sea el remitente de aquella carta, se la estaba jugando en serio. Y pedir encarecidamente ( a él mismo) que fuera solo, era sinónimo de riesgo. Siendo el portador del titán fundador, se estaría exponiendo en demasía al ir solo.


 


Pero allí mismo le surgió otra duda; ¿Qué probabilidad había de que las cosas salieran mal en tanto tomara precauciones?¿Qué le aseguraba que aquello no era una trampa para emboscar a la Legión si se acercaba a la costa en ese momento y lugar? ¿Prefería exponer a sus compañeros, a Armin, Mikasa y Levi ante un peligro desconocido?, porque además, sabía de antemano que alguno de los tres lo iba querer acompañarlo en cuanto mostrara el contenido de la carta.


 


Allí encontró la respuesta que buscaba:


 


"Bien Jaeguer, mantené la boca cerrada"


 


Fue el pensamiento con el que abandonó su cuarto.


 


21:26 PM


 


No pudo concentrarse en lo que restó del día. Tuvieron que llamarle la atención en reiteradas ocasiones, casi que se cae con el equipo tridimensional en el segundo entrenamiento, y la cabeza le estallaba peor que cuando atacaba una memoria. El análisis sobre la carta le quemó el cerebro, y tuvo que excusarse con mareos y recuerdos imprevistos para volver a su habitación.


 


Estando como estaba, no podía rendir del todo, y tal situación fue advertida por el mayor.


Luego de ducharse y vestirse con un pantalón y remera de lanilla, prendió una vela para enfilarse al cuarto del menor. Al entrar, encontró al chico tumbado boca arriba, de brazos y piernas extendido y con una clara fatiga en el rostro.


 


Cuando Eren escuchó su puerta ser abierta y cerrada sin un toque de por medio, supo que era el Capitán; solo él entraría de forma tan descortés a su habitación


.


-A veces está bueno que toques la puerta. Me podría estar pajeando ¿Sabias? - Le dijo aún con la vista en el techo de concreto.


 


El hundimiento sobre el borde izquierdo de la cama le hizo saber que el mayor se había sentado.


 


-Si ese fuera el caso, yo me encargaría del resto. No te preocupes.


 


Era extraño para el menor cómo Ackerman podía ser gracioso y arisco al mismo tiempo. El brazo pálido del contrario ubicó la vela sobre la mesa de luz, y el chico se acomodó de forma cercana a la orilla; otorgando espacio al mayor para que se recostara.


 


Tomando al menor con cuidado, lo recostó sobre su pecho al posicionarse en la cabecera; el aroma del aceite que Levi se ponía en las manos para evitar la resequedad llenó las fosas nasales del contrario cuando lo abrazó, y éste buscó resguardo en la curvatura formada desde la clavícula hasta el cuello.


 


Unos mimos por los brazos de Eren y la relajación total de éste sobre su cuerpo, le abren camino para intterrogarlo:


 


-¿Qué te pasó hoy?


 


-Nada, tuve unos mareos raros nomas.


 


Ackerman le comenzó acariciar el cabello, posicionando las mechas de la oreja detrás de ésta. Cuando divisó el color del cartílago, le dió una cachetada (leve, no fuerte) sobre la mejilla al menor.


 


-¡Ay! ¿Porque mierda me pegas?


 


-Deja de mentirme y largá lo que te pasa.


 


-¿Por qué decis que miento?


 


-Tenes las orejas rojas, estas mintiendo.


 


Eren a veces odiaba lo bien que lo conocía el mayor. En este caso, le jugó en contra.


 


-No pasa nada de lo que te tengas que preocupar.


 


-Que digas eso me preocupa.


 


-¿Y a vos desde cuándo te importa lo que me pase? - eso fue más una agresión que una pregunta. Cuando Eren comprendió lo que dijo, el mayor ya se había enderezado con el fin de levantarse de la cama.


 


-Esta bien, cuando se te pase me avisas - le dijo ya tomando envión para irse de la habitación. El menor lo retuvo del brazo.


 


-Nono, perdoná. Dije cualquier cosa. Sé que estás acá justamente porque te importo - comentó Eren, obligándolo a sentarse en la cama de nuevo; y Levi se dejó hacer - estoy pensando demasiado, la cabeza no me para y termino analizando cosas de más y-


 


-Sshh, ya se entendió - le cortó el mayor - sea lo que sea, podes contarlo. Y si no queres, tambien lo respeto - contestó al tiempo que volvía a posicionarse en el colchón con el menor en brazos.


 


Jaeguer decidió guardar silencio y cobijarse en los latidos del Capitán, jaloneando antes la manta para taparlos a ambos. Cuando la calidez del cuerpo ajeno le relajó los nervios cerebrales y los músculos tensionados, el sueño le llegó más rápido que de costumbre.


Lo último que sintió antes de dormirse sobre el Levi fue la mano cariñosa de éste peinandole la cabellera y la luz tenue de la vela a minutos de apagarse sobre la cerámica. Agradeció internamente que esta vez fuera Ackerman quien se infiltró en su habitación y no al revés como solía pasar; porque la consciencia no le hubiera permitido ir a buscarlo al cuarto, y necesitaba seriamente la sensación reconfortante del mayor cuidándolo


 


.


… Dos días después…


 


 


00:24 AM


 


El día arribó, y la noche cayó mucho más pesada de lo habitual. Los soldados ya se habían retirado a sus respectivas habitaciones, menos Jaeguer, obviamente.


 


Un cielo cobalto y de astros ascendentes le regaló al chico la luminiscencia básica para cabalgar en dirección a la costa. Para que no fuera notado escuchado, llevó al caballo a pie a largos metros del Cuartel, y cuando la distancia fue suficiente, montó el animal. LLevó consigo el equipo tridimensional, las espadas para protegerse, y como último recurso (solo de ser necesario) se transformaría si la situación se volvía amenazante.


 


A tan solo media hora de llegar al lugar citado, Eren se prometió no arrepentirse de lo que ocurriera, y cuando la arena bajo las pezuñas del corcel hicieron contacto, supo que sus ansiedades se iban a dispersar en minutos.


 


Cuando divisó la orilla de la Costa Este, también vio un pequeño bote junto al agua que se mecía sobre la arena húmeda, y la silueta de alguien en la oscura noche. Se sintió satisfecho de haber llevado una linterna dentro del bolso que cargaba en su espalda.


 


El trote fue desacelerando de a poco, la sal del agua se incrustó en su olfato, y cuando el hombre (porque ya había dado por hecho que esa silueta era de un masculino) se quitó la capucha frente a la luz cegadora de la linterna de Eren, éste no supo si asustarse o contrariarse por el rostro que veía.


 


-Hola Eren - inició la conversación.


 


El chico no supo cómo reaccionar exactamente.


 


-Zeke… - la mano ya estaba guiándose por sí sola a una de las cuchillas.


 


-Ah, veo que ya te llegaron las memorias, ya sabes quien soy.


 


Zeke vio con claridad como la cuchilla ya estaba lista y a punto de ser direccionada a su cuerpo, pero se adelantó a la jugada.


 


-No es necesario que estés a la defensiva, hermano. No vine a pelear.


 


-¡Cerrá el orto! Vos no sos mi hermano. Si fuera así, no hubieras atacado la Isla ni matado a mis compañeros - el arma ya estaba preparada para atacar - ¡¿Cómo hiciste para filtrar la carta?! ¡¿A quién tenes metido dentro de las murallas?!


 


-Tampoco vine para explicarte eso. Yo, incluso vos, cada uno actúa según del lado de que le tocó vivir ¿No? - racionalizó sus palabras - Si viviste las memorias, vas a entender de lo que estoy hablando... Espero que Grisha haya sido mejor con vos de lo que fue conmigo.


 


-Decime a qué mierda viniste o ésto va terminar mal para vos - la posición en guardia de Eren estaba al tope.


 


-Tranquilo, no va ser necesaria la lucha - explicó para luego desenfundar de la capa que llevaba una gran cantidad de papeles, de un tamaño importante. Los arrojó a la arena seca, en el comienzo de los pies de Eren - esa es mi muestra de paz. No vine para enfrentarme a tu civilización; quiero unir fuerzas con vos, Eren.


 


Jaeguer dudó, pero manteniendo el arma firme, tomó con la otra mano uno de los papeles para leerlo… ¿”posiciones estratégicas”? ¿”puntos débiles de las fortalezas”?


 


-¿Que mierda es esto?


 


-Planos, posiciones, recuento de recursos; toda información útil para hacer caer a Marley.


 


Ante ese anuncio, Eren quedó perplejo, pero Zeke no le dejó impresionar lo suficiente antes de volver a ponerse la capucha y dar el último aviso:


 


-Leelos y estudia lo que hay ahí. Si de verdad queres destruir a Marley, vas a necesitar más que unos papeles; vas a necesitar un aliado, y es por eso que estoy acá - se dio la vuelta dirigiéndose al bote - dentro de un mes va llegar una nueva carta. Si aceptas esta alianza conmigo, vas a ir al punto de encuentro. De lo contrario, no aparezcas, y dejá que la guerra siga fluyendo como hasta ahora. Solo te recuerdo, que no es mi tierra la que perdió a más de la mitad de sus hombres por no tener las herramientas suficientes para ganar… te sugiero que pienses bien ésto antes de tomar la decisión. Cuidate hermano -


 


Esas fueron las últimas palabras que escuchó y que quedaron revoloteando en su mente mientras lo veía alejarse en la infinitud del negro mar. Tomó los papeles, los ató en la montura del caballo y comenzó a caminar en dirección contraria al mar…


 


“¡¿Qué mierda hago?!” se preguntó a sí mismo cuando se adentró en el bosque cercano al mar. No montó al caballo porque necesitaba pensar con claridad; no podía llegar al Cuartel con toda esa información encima ¿Cómo se lo explicaría a sus superiores?:“Oh no señores, me escapé del cuartel a mitad de la noche para encontrarme con un soldado de Marley para intercambiar información”


 


Era una idea horrenda. No lo iba hacer.


 


Sin embargo, Eren no pudo seguir formulando intentos de explicación; porque con rapidez y agilidad, un cuerpo revestido con el equipo tridimensional apareció entre el follaje, y el menor no tuvo ni tiempo para reaccionar cuando escuchó la contracción de las cuerdas de acero al forzarse en un movimiento desde las ramas. Para cuando giró el cuerpo, otro le cayó encima, dejándolo de espaldas al suelo y con la cabeza levantada en un agarre que prometía matarlo si se movía, porque una cuchilla se filtró bajo la cercanía de su cuello.


 


-Más vale que expliques lo que acabo de ver-


 


-¡¿Capitán?! -


 


Los miedos del menor convergieron en una sola persona, y era Levi.


 


El tironeo bruto y forzoso sobre su cabello le advirtió el veneno que recorría por la sangre de Ackerman.


 


-¡Por favor cálmese! No es lo que piensa-


 


-¿Ah no? Hace días que te llegó esa carta de mierda y no me dijiste nada - afianzó el agarre sobre el cabello, y lo elevó acercando a mismo tiempo el filo de la cuchilla - tuviste el tiempo suficiente para avisar, y no lo hiciste.¿Querías conocer a tu querido hermanito?¿Te tengo que recordar con quién te acabas de ver? ¡¿Te tengo que recordar la gente que murió por él?! - las amenazas del capitán bordeaban los cercanos insultos mientras mantenía al menor en una posición peligrosa si se movía - ¡Compañeros tuyos, gente de la legión, Erwin! ¡Sacrifique desde subordinados hasta mi mejor amigo para que ahora vengas vos a traicionar a la Legión, pedazo de porquería humana! - soltó el cabello y la cuchilla, liberando al menor.


 


Lo liberó de aquel agarre, solo para encerrarlo en otro.


 


Levantó al chico del piso y lo estrelló contra uno de los árboles desde la garganta, impidiéndole respirar. El caballo de Eren se agitó por la violencia y el arrebato del lugar, pero eso fue lo de menos para Ackerman; éste llevaba la bronca y frustración a flor de piel.


 


-Explicame por qué no te mate todavía - pidió el mayor aun asfixiándolo. La mano de Eren se estampó en la muñeca del mayor, intentando alejarlo.


 


-N-no lo Ahhg - la falta de aire impedía todo tipo de palabra - tra-acioné - el hilo de voz del menor y las lágrimas que surgieron desde la comisura de sus ojos, le hicieron entrar en razón a Levi.


 


Finalmente lo soltó, y el menor se desplomó en la tierra de sus pies, recuperando en inhalaciones costosas el oxígeno.


 


Cuando vio que Jaeguer se recuperó lo suficiente, trajo su caballo.


 


-Subite, nos vamos - informó.


 


-Espere, se lo puedo explicar, no traicioné a la Legión, yo -


 


-Me lo vas a explicar más tarde, no acá.


 


Siguiendo las ordenes, montó junto al Capitán el animal. Se aferró con fuerza de la camisa del mayor desde atrás mientras éste cabalgaba con un destino que no era el Cuartel; y cuando los campos de pasto bien alto y lejanos a las edificaciones modernas aventuraron en la vista de Eren, supo que se dirigían al lugar secreto de ellos.


 


01: 27 AM


 


La tensión en el aire era más que palpable, solo dejó de sentirse cuando prendieron la chimenea en un fuego bajo; lo suficiente para darle calidez a la casa. Sentados, uno frente al otro, Eren terminó de exponer lo que en realidad sucedió, y cómo fue el desenlace.


 


Eso no fue suficiente para el mayor;no porque no le creyera, sino porque acababa de pasar por un momento glorioso de inservible irritación y decepción.


 


-¿De verdad creyó que traicionaría a la Legión? ¿No me conoce Capitán? - la decepción también estaban dentro de las emociones del chico.


 


-Sí lo hago, y fue por eso que no te maté cuando vi con quien te encontraste - confesó el mayor - Igualmente actuaste mal, me tenias que avisar, y no era a mi al menos a Hangie ¡No podes exponerte así!


 


-¡No! ¡Usted entienda que yo tomé la decisión de no arriesgar a nadie! Si era un ataque sorpresivo, iba poder defenderme. No iba correr el riesgo de ponerlos en peligro.


 


-¡¿Y poniendote en riesgo a vos si?! ¿Te das cuenta de lo que decis?


 


-Si Capitán, y lo volvería hacer con tal de protegerlos


 


-No, pendejo de mierda. Ese es mi trabajo, no el tuyo. Vos estás bajo mis órdenes y si yo considero que es necesar-


 


-¡¿Que puto problema tenes Levi?! - Eren explotó,levantándose de la mesa.


 


-¡Vos sos el problema! - aclaró - ¡Vos y tus ganas de querer proteger a todo el mundo, y… - No pudo completar la oración.


 


-¡¿Y qué?!


 


-¡No quiero que te pase algo! - lo terminó diciendo - … sos lo último que me queda, a lo último que me estoy aferrando para vivir, ser un poco feliz y terminar esta guerra. Así que haceme el favor, y la próxima vez que quieras arriesgarte, al menos avisame.


 


Eren rodeó la mesa con lentitud, otorgándole al mayor un abrazo dudoso, el cual fue recibido con afecto y estrechado con fuerza.


 


-Prometo no hacer las cosas solo, Levi - comentó Jaeguer, sintiendo como la opresión de su pecho calmó.


 


-No estás solo mocoso, acordate de eso - replicó el mayor.


 


El cansancio tanto mental como físico se hizo presente, y la habitación matrimonial fue ocupada nuevamente por los dos. En medio del abrazo donde acomodaron sus cabezas para dormir (tras cobijarse en las sabanas) Levi se disculpó:


 


-Perdona el ahorcamiento - le dijo al menor.


 


-No pasa nada. Después de lo que viste, era lo mínimo que me merecía -


 


Como a Levi aquella disculpa no le pareció suficiente, acercó al chico contra su rostro para besarlo de forma pausada y tangible.


 


Descansaron a sabiendas que al día siguiente tendrían que dar explicaciones en el Cuartel, y demasiadas.

Notas finales:

Hasta acá por hoy! Ojala les esté gustando. Más adelante voy a dar informacion sobre la continuidad de esta historia en el nuevo fanfic.

Besos y fuerza!


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