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Media hora por Aurora Artemiva

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Notas del capitulo:

 

Que tal bellezas! Les traigo el nuevo capítulo. Estamos llegando casi al final de esta historia, y espero sinceramente que la hayan disfrutado desde su comienzo hasta acá.

 -Hago un AVISO IMPORTANTE:

 *Tienen que haber leído con anterioridad el CAPÍTULO 4 para poder comprender algo CLAVE de esta narración

Sin más que decir, Disfruten!

 

Ochos meses.

Ochos meses a contar desde la partida de Jaeguer hacia territorio desconocido (y cabe aclarar, enemigo).

 

Dejó tras suyo una ausencia que ni Levi ni sus amigos supieron apaciguar. Tanto Armin como Mikasa acoplaron su rutina a ignorar factores externos y centrarse en las tareas del Cuartel.

 

Por otro lado, el Capitán retrocedió en demasía con respecto a su estado de ánimo: dejó de ponerle ganas a los proyectos, guardo en el fondo del cajón las cartas que Eren le envió durante esos meses y se endureció al igual que una ostra. Ya no reía en medio del desayuno, mucho menos iba entablar conversación con alguien, y cuando Hangie notó eso, lo acompañó en silencio fumando a su lado en las noches frescas.

 

Ésta era una de esas noches.

 

-Todavía no lo entiendo - le confesó a Zoe estando reposado en el paredón externo del Cuartel, añorando compartir esos momentos con el mocoso.

 

Siendo la primera vez que Levi se abría con respecto a eso, la mujer se sorprendió.

 

-¿Qué de todo? - interrogó al exhalar el humo del cigarro.

 

-Que se haya ido - contestó - le dije millones de veces que contará conmigo; con vos. Le ofrecí todo lo que tenía, y se fue igual como un sorete a pelear solo.

 

-Siempre fue imparable - comentó ella - fue justamente por eso que te atrajo.

 

Fue el turno de Ackerman de darle una pitada al pucho, y las palabras de su amiga le resonaron con fuerza en la consciencia.

 

-Levi; ¿Te pone nervioso?

 

-¿Que cosa?

 

-La misión de mañana.

 

Y sí; claramente sí.  Al otro día llevarían a cabo el plan de Eren ( el cual fue transmitido por carta). No sólo atacarían a Marley, también traerían de vuelta al menor; y eso hizo estragos en las emociones del Ackerman desde el amanecer cuando se levantó a entrenar.

 

En menos de 24hs lo volvería a ver, y ya se había hecho a la idea de que Eren; su mocoso, ya no era el mismo en ningún aspecto. No hacía falta que lo especificara en las cartas personales que le envió; éstas fueron perdieron los sentimientos con el pasar del tiempo, reemplazando la frase "lo extraño capitán"  por un corto e inexpresivo "saluda atentamente: Eren Jaeguer".

 

Iba destrozarle la cara en cuanto lo tuviera cerca; ya lo había decidido.

 

-No. Sé perfectamente cómo mantener la calma. Ésta no va ser la excepción - confirmó.

 

-Va ser duro, ya lo sabemos. Traer a Eren junto a Zeke va ser algo muy duro.

 

Ahí el mayor recordó aquel detalle; Eren pidió en la última carta que se unieran a la basura de Zeke al momento de volver a Paradis, y Levi literalmente sintió nauseas cuando lo leyó; tanto que se retiró de la reunión en cuestión de segundos.

 

Sin más que aportar a la charla, Hangie le recomendó dormir aunque sea un poco mientras se adentraba al Cuartel en plena madrugada. Levi cabeceó en señal afirmativa, pero decidió seguir fumando bajo las estrellas.

 

Así, para cuando el alba se alzó a lo lejos entre el bosque y los reclutas se despertaron y prepararon para la expedición; Levi tiró al suelo el filtro del último cigarro que fumó durante toda la noche y se adentro al Cuartel a vestirse con el nuevo uniforme confeccionado hacía un mes.

 

Les esperaba a todos una larga y dura misión.

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14: 27 PM

 

La misión no solo fue difícil, fue completamente suicida.

 

La cantidad de muertos inocentes fue incalculable, llevándose también a un ser querido del escuadrón: Sasha Brauss.

 

Como bien predijo Levi, Eren no solo había cambiado; era irreconocible en todo aspecto. Y cuando la sangre le hirvió de forma tentativa, lo recibió ensartandole una dolorosa patada en la cara, argumentando que siempre fue la mejor opción para patear.

 

Eso sin mencionar el plus extra de veneno que fulminó en sus sienes durante la vuelta en el Zepellin teniendo a Zeke sentado frente suyo.

 

Cuando arribaron a la Isla, la detención de Eren fue inmediata.  Lo llevaron al mismo calabozo donde lo detuvieron por primera vez, y desde afuera Hangie supo que no era el mismo niño que la escuchaba delirar por horas con teorías de titanes.

 

Al intentar entablar conversación, solo dió con un hombre cortante y desalmado.

 

-¿Qué te pasó, Eren? - interrogó la mujer.

 

Obviamente no obtuvo respuesta.

 

Cuando se disponía irse, la puerta que daba con la mazmorra fue abierta por el Capitán quien llevaba bajo el brazo una bolsa.

 

-Levi, ¿Qué haces acá?

 

-Vengo a vigilarlo. No sabemos ni quién es ahora; y no pienso sacarle un ojo de encima.

 

Pasando al lado de Zoe, ésta posó su mano en el hombro del mayor, y apretó con fuerza.

 

-Tené cuidado.

 

-Sí, Hangie. No te preocupes.

 

La mujer salió a ocupar el puesto de control operativo mientras Ackerman llegaba a las rejas.

 

Cuando vio a Eren autoanalizandose en el espejo, supo que ya no era un mocoso, que ya no era su subordinado ni él su capitán, que no reflejaba ni una pizca del vigoroso Jaeguer que metió en su escuadrón, y mucho menos el hombre con el que compartía una relación.

 

El sonido agrio de la llave incrustandose en la cerradura de la celda trajo de nuevo al menor, quién ignoró por completo que Levi ya se encontraba dentro. Dejó de mirarse en el espejo para dirigirle la mirada a Ackerman; una mirada muerta y arisca.

 

Tomó asiento en la cama volviendo a ponerse la remera frente a la presencia del mayor; una presencia que al ser silenciosa llenó de tensión el lugar, al igual que la paciencia de Jaeguer.

 

-¿Qué quiere Capitán?... ¿Piensa vigilarme? Bien sabe que no sirve de nada - informó el chico reposando la silueta en la cama.

 

Levi no contestó, solo se limitó a acercarse unos pasos y tirar con brusquedad sobre la cama una gran cantidad de telas rasgadas y papeles.

 

Eren solo volteo la cabeza con desinterés para mirar.

 

-Ésta de acá- dijo el mayor tomando un pedazo de tela- lleva el nombre de Darío Sanna al costado. Es el uniforme de un niño inocente de Marley que murió en tu ataque.

 

Al decir eso, Jaeguer frunció el ceño.

 

-Éste otro- tomó un trozo de tela manchada con sangre- es de una nena llamada María Beñitez. Tenía 6 años, y la mataste en medio de la batalla por tu impulsividad.

 

La ceja acentuada del chico le indicó a Levi que iba por buen camino.

 

-Y éste - agarró otro pedazo - es de una mujer de 32 años. Y casualmente se llama Carla - escupió con fuerza esas palabras - casi que puedo admitir que la historia se repite.

 

Ante aquello, Eren no soltó bufidos ni gritos, solo le dedicó miradas odiosas al Capitán. Sabía muy bien qué punto estaba tocando.

 

Cuando Jaeguer creyó que la tortura psicológica llegaba a su fin, el capitán tomó una de las cartas para leerla en voz alta. Tomando una postura infantil y burlona, imitó al chico mientras leía:

 

-"Capitán, no sabe lo mucho que lo extraño, quisiera volver pero-

 

-Basta.

 

-" mi espíritu de guerrero me guía a terminar con esto, así sea-

 

-Ya basta.

 

-"dando mi vida para proteger a los-

 

-¡Le dije que basta!

 

-...inocentes"

 

Al terminar de recitar el escrito, Ackerman arrugó el papel y lo tiró al suelo.

 

-Me encanta la ironía de esta carta- comentó mientras la pisaba con la bota - te pasaste bien por el orto a los inocentes.

 

Jaeguer dejó deslumbrar solo un poco de rabia, pero enseguida la apaciguó. Volvió a la calma interna, recordando la cantidad de corrupción y muertes que vio estando en Marley, y se aseguró a si mismo que aquellos sacrificios serían por un bien mayor; que eran necesarios.

 

-¿Tenés alguna puta idea de lo que hiciste? ¿Toda la gente que mataste?... ¡¿Te dolió aunque sea la muerte de tu compañera?!

 

El tema de Sasha actuó como un dígito presionando en herida abierta: doloroso y molesto.

 

-Usted no lo va entender- comentó Eren parándose frente al mayor - lo que yo sobreviví allá fuera no se compara en nada... estas muertes son lo de menos. Todos contribuyeron para salvar a la Nación, y es lo único que importa.

 

Esa declaración le demostró al mayor la personalidad nueva del chico. Aquel tono de voz gélido lo sacó de casillas.  Se acercó a centímetros de su cara, y cuando los faroles tenues de Jaeguer no llegaron a contagiar emoción ni vida, jugó la última carta que tenía.

 

Urgó en el bolsillo del pantalón, y extrajo aquel regalo que Eren le dio hacía mucho tiempo en una noche cubierta de viento y astros.

 

Arrojó la llave del sótano del menor sobre la cama, junto a las cartas que éste había escrito y los retazos de uniformes de personas muertas.

 

Por dos segundos, la mente de Eren no pudo procesar palabras cuando visualizo la llave que su padre le había entregado.

 

-Te equivocaste aquella vez - informó Levi - Mi presencia no fue suficiente para que te quedarás, ni mucho menos para que siguieras el camino correcto.

 

Las vías respiratorias de Jaeguer se cerraron y la presión sanguínea aumentó considerablemente. Los ojos le comenzaron a picar anunciando un cercano llanto, y cuando creyó de forma estúpida que podía retenerlo; el capitán le clavó el peor puñal que tenía en ese momento.

 

-En ese tiempo vos también eras mi motivación a vivir y pelear - comentó estando ya con un pie fuera de las rejas; y se detuvo a confesar - incluso te amaba... Pero actualmente no sabes ni lo que es un sentimiento.

 

El cierre total de la garganta del chico lo obligó a cerrar los ojos con fuerza, e involuntariamente escaparon las lágrimas que intentaba retener.

 

-C-capitan - pidió el chico tapándose la boca con una mano para impedir el llanto.

 

El quiebre de voz ante ese llamado alertó al mayor.

 

Al verlo así; vulnerable, quebrado y humano, Levi volvió a cerrar con llave las rejas para quedarse dentro. Se acercó despacio mientras escuchaba los sollozos del menor amortiguarse bajo las palmas de éste, impidiéndoles salir. Dos pasos más y lo tuvo otra vez; tuvo a su mocoso de nuevo con él; al mismo que entrenó, al que le enseñó cómo comportarse, al que salvó muchas veces en batalla, al mismo que le confío gran parte de su vida y corazón, y al mismo que deseó ver después de tantos meses.

 

Estrechó con fuerza el cuerpo de Eren en un abrazo que prometía devolverle algo de humildad y vida si deseaba quedarse así. Un gimoteo fuerte retumbó en las paredes de aquella prisión mientras Ackerman le otorgaba el hombro al menor para que llorara, para que descargara las emociones que se prohibió sentir durante ese tiempo.

 

-¡perdón!- pidió Eren al abrazarlo con mayor fuerza - no quería que todo pasará así, no quería…

 

El ahogo producido por el llanto no lo dejó continuar, y mientras las lágrimas empapaban el negro uniforme del mayor, éste divisó desde la rejilla de la mazmorra dos aves pasar volando. Nunca deseo con tantas ganas algo, y en ese momento fue poder volar como aquellos animales para escaparse de aquel presente de mierda.

 

Apretó aún más fuerte la espalda del muchacho al sentir que los sollozos en vez de bajar de intensidad, subían. Terminó guiandolos a ambos a la cama para sentarse, y mantuvo a Eren contra su anatomía desde que se le escurre la primera lágrima hasta la última.

 

-Ey - llamó al chico cuando el abrazo se deshizo - ¿Mejor? - pregunto al tomarlo del mentón y verle la cara toda mojada.

 

Si bien Eren tenía muy claro y preciso su objetivo en la guerra estando en Marley, no pudo  concentrarse en eso cuando Levi se acercó de más a su rostro. Entendió a la perfección que el mayor no quería besarle y que solamente lo inspeccionaba, pero esos no eran los planes del chico.

 

Así como se había vuelto rebelde y egoísta estando lejos de casa, también lo era en su propia codicia, la cual no escondió al momento de besar con urgencia al capitán.

 

Levi quiso alejarlo; mierda que quiso. Cuando posó una mano tras el largo cabello del chico para zamarrearlo y despegarlo de sus labios, no supo porqué, pero sus atributos morales desaparecieron. En vez de sacárselo de encima, profundizó el movimiento y el hundimiento de su boca en torno a la de Jaeguer.

 

Dejó de resistirse cuando Eren lo tomó con ambas manos de la cara y ladeó la cabeza en busca de su lengua. Se lo permitió al tentar con la punta de la suya los rojizos labios, y cuando ambos músculos se encontraron, una parte del otro entró a través de los jadeos.

 

De seguir así Levi sabía muy bien que podían terminar acostándose, y sinceramente, ya tenía muy rota el alma desde su partida como para dejarse llevar del todo. Lo alejó despacio; bajando la intensidad del beso al punto de detenerse.

 

Puso distancia de por medio alargando su brazo, y devolvió a la realidad a Jaeguer.

 

-¿Ya pasó? - preguntó el mayor refiriéndose al llanto.

 

-Sí… perdone ésto, yo n-

 

-No me tenés que pedir perdón a mi. No soy yo el indicado - dijo el mayor - tendrías que decírselo a la familia de Brauss.

 

El nudo en la garganta se hizo presente de nuevo, pero lo desenrredó enseguida.

 

-Lo sé. No esperaba que las cosas salieran así-

 

-Nadie esperaba nada de ésto - recalcó Levi - nadie esperaba que te fueras a la mierda de un día para el otro. Mucho menos todo lo demás.

 

-Perdoneme por eso.

 

-¿Por qué?

 

-Por lo de esa noche.

 

-¿Por acostarte conmigo, dejarme relajado y escaparte como una rata mientras creía que dormías a mi lado? - envenenó el mayor.

 

-Tampoco fue así - contrataco Eren - no me acosté con usted para después irme. Lo reflexione en la madrugada y llegué a una decisión.

 

-Claro… - dijo el mayor parándose de la cama en medio de una risa; una risa que no era alegre ni contagiante, sino amarga - ¿Sabes la cantidad de veces que salí a buscarte, la cantidad de veces que conté los días para calcular la llegada de tus cartas?

 

-... No es-

 

-¡Cerra el orto! - atacó enseguida el mayor. Tiró con fuerza todos los trozos de tela, las cartas y hasta la llave del sótano de la cama en un arranque de calentura - ¡allá afuera podés ser la esperanza o el enemigo de la humanidad, me chupa un huevo!... Pero justo acá y ahora, vos seguís siendo mi subordinado y yo tu capitán ¿Entendiste? - interrogó.

 

El arrebato de Ackerman no fue bien recibido por Jaeguer, quién se paró y se puso frente al capitán en modo manso.

 

-Quiere pegarme ¿No? - pregunto de forma burlona y desinteresada - hágalo. No va ser la primera vez en el día.

 

El mayor se acercó a enfrentarlo.

 

-...No - confirmó con asco - a vos ya no te se puede enderezar a los golpes. Tu tortura es mental, y te torturas  a vos mismo, ¿O me equivoco?.

 

Esta vez fue Jaeguer quien no pudo contestar, y decidió alejarse y tomar asiento en el colchón.

 

Desde aquel lugar, parado a dos metros de Eren, el mayor aprovechó para seguir estudiándolo. Notó el cambio de actitud para con todo en general, lo alto que estaba, la falta de dormir por las ojeras, lo flaco que se encontraba y los nudos del cabello atado en una recoleta improvisada y desajustada.

 

Allí entendió que bajo aquella coraza adulta, egoísta y deshumana, estaba Eren; el Eren que sí conocía.

 

-Tch - soltó acercándose hacia el joven.

 

El menor creyó que iba golpearlo, pero en cambio, sintió un jalón brusco en su cabello y la soltura de las hebras por sus hombros.

 

-¿Que hace?  - preguntó al notar que Levi le había soltado el pelo.

 

-Seguis siendo un mocoso. No sabes ni atarte bien el pelo - informó ajustándose la goma negra en la muñeca para luego peinar la cabellera y desenrredarla.

 

Esa fue la primera sonrisa que Eren dio al llegar a Paradis mientras se dejaba peinar por su superior.

 

Entre jalones ( algunos bruscos, otros suaves) Ackerman le ató el pelo de manera adecuada, dejándole algunos mechones recaer en la frente.

 

-Ahora estás un poco más decente - finalizó al ajustar la colita.

 

-Gracias.

 

Cuando el capitán se alejó con el fin de irse de la celda, le relajó los nervios al menor quién ya se había parado con la intención de detenerlo:

 

-Te voy a traer la comida - avisó - vas a tener que aguantarme todo el día; te tengo que vigilar.

 

Así, cuando el mayor se fue en busca del alimento, Eren entendió muy adentro de sus murallas, que algún sentimiento humano le quedaba.

 

No por nada el corazón le latía con fuerza al ser cuidado por Levi.

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23:45 PM

 

A diferencia de otras noches que habían compartido juntos, ésta era sofocante y nauseabunda. Claramente, no hubieron demasiados temas que tocar ( el capitán lo mandaría a la puta que lo parió con cualquier argumento válido).

 

Así, cuando Eren se dispuso acostarse a dormir, el mayor se recostó en una silla en la esquina de la celda.

 

-¿No va acostarse? - preguntó Eren palmeando el colchón.

 

-¿Para que te vayas otra vez después de garchar? No gracias, ya pasé por esa - informo acomodándose en el respaldo de madera.

 

-No sería la primera vez que se acuesta conmigo, así que no le veo lo malo - comentó Eren volteandose - como usted quiera. Buenas noches.

 

Minutos más tarde, la voz emancipadora de Levi lo hizo levantarse de su lugar y cubrirse bajo las sábanas con Eren. Éste, algo sorprendido por la actitud, dio la vuelta para tenerlo de frente; y mientras peinaba los mechones negros del mayor con ternura, Ackerman acortó la distancia de sus rostros en un beso acompasado y amoroso.

 

Con algunos toques, mimos y repartidas de besos por la piel de ambos, Levi lo amenazó antes de dejarse llevar del todo:

 

-Si mañana despierto y no estás, prometo buscarte a donde mierda te vayas y degollarte.

 

Eren le sonrió.

 

-No esperaba menos de usted - concretó con un beso lujurioso.

 

El frío albergó con fuerza en la celda subterránea, y de no ser por el movimiento y la excitación de ambos en pleno acto sexual, hubieran pasado un crudo dormir.

 

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06:28 AM

 

La claridad celeste del amanecer llegó a filtrarse por la rejilla del lugar, despertando al mayor. Al moverse y notar que Eren seguía a su lado, se tranquilizó sabiendo que su amenaza había sido efectiva.

 

Busco por el suelo el boxer y su pantalon, y cuando terminó de colocarselos, escuchó el crujir de los resortes oxidados del colchón. Volteó y se encontró con la mirada rabiosa del menor.

 

-¿Que miras?

 

-A usted. Creo que es la mejor vista que tengo desde que me fui a Marley - comentó sentándose en la cama.

 

-Hubieras tenido un despertar mucho mejor si te hubieras quedado en ese tiempo.

 

Vamos a la realidad, la partida de Eren fue casi tan doliente como la muerte de Erwin, y no podía pasarlo por alto nisiquiera con el sexo que tuvieron.

 

Abotonó la camisa, y en medio de la acción, escuchó aquello que no quería oír:

 

-Es consciente de que yo voy a seguir con mi plan ¿No? - preguntó.

 

-Ah… - suspiró Levi - lo supuse desde el principio.

 

Tomó la llave de la reja, y cuando la abrió con el fin de marcharse, también sintió que se alejaba de la vida de Eren.

 

-Cada cual va seguir luchando según sus objetivos; y sé que nosotros ya no coincidimos en eso - afirmó el mayor - espero que no te arrepientas de lo que hagas, Eren.

 

-Descuide Capitán - le otorgó una sonrisa sincera - tuve al mejor instructor. No voy arrepentirme de nada.

 

Disponiéndose a irse, un llamado lo detiene:

 

-Levi -  primera vez que el menor lo llama por su nombre desde que volvió - en tu cuarto, en el cajón de tu escritorio, dejé una carta. Probablemente la última...cuando puedas, leela.

 

El sonido de la celda al ser cerrada dio de lleno en terminaciones nerviosas de Levi. Y por dentro, de manera tácita, su sexto sentido le avisó que no solo cerró la reja, sino también las puertas del corazón que algún momento abrió para Eren.

Notas finales:

 

Hasta acá por hoy gente! Esta vez fui por algo más angustiante; de hecho iba incluir lemon... pero la situación no lo ameritaba; se trataba de algo más profundo.

Vayan preprarandose porque el siguiente capitulo es el ÚLTIMO!

Espero les haya gustado.

Besos y fuerza!

 

 


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