—¿Compraste mis cereales?
Aquella pregunta es con lo que Jeon lo recibe luego de volver de hacer las compras. Normalmente van juntos, pero este día el menor había tenido que ir a hacer un proyecto en equipo de la universidad, por lo que él tuvo que ir solo. No basta decir que Jeon es un maníaco y le estuvo enviando mensajes cada quince minutos para recordarle todo lo que él necesitaba, sino que incluso lo llamó y amenazó con que, si volvía al departamento sin sus cereales y champú especial, no lo dejaría entrar.
—Sí, están en tus bolsas.
Los supermercados no daban más bolsas plásticas, así que él había comprado algunas de colores, la verde, roja y azul, se llenaban con cosas de Jeon —era vergonzoso tener que pasar alrededor de media hora diciéndole al paquetero lo que era de cada uno y en qué bolsas iban—, mientras que lo suyo iba en la rosa, la morada y la naranja.
Jeon no pierde tiempo en mirar dentro de sus bolsas, y TaeHyung está seguro de que está buscando algo por lo qué quejarse, como tanto le gusta hacer, pero esta vez no hay nada por lo que pueda regañarle, así que lo observa con una sonrisa de orgullo.
—Gracias —suelta, en cuanto termina de comprobar que todo está en orden.
—No es nada.
Sin decir más, se disponen a guardar todo donde corresponde, escuchando de fondo las voces de los presentadores del noticiero, quienes informan que algunas lluvias han azotado diferentes distritos, llegando incluso a inundar casas. La presentadora se ve sorprendida, ya que el tiempo en el que están suele ser muy seco.
Cuando TaeHyung termina de colocar sus cosas, va hacia su habitación para poder tomar su cámara y fotografiar el parque, ya que por la ventana de la cocina había visto que el cielo ha comenzado a tornarse rosa gracias a la caída del sol.
Su cámara, que la había dejado en el mismo lugar de siempre, dentro del cajón de su mesa de noche, se encuentra sobre su cama, con la luz de encendido iluminando sus sábanas. No piensa mucho en eso, es obvio que Jeon debió tomarla para fotografiar algo, así que se la cuelga en el cuello, toma un par de linternitas de colores, y sale de su habitación, encontrándose con Jeon a punto de entrar en su propia habitación, que está frente a la suya.
—¿Vas fuera?
—Sí, estaba por ir a tomar algunas fotos.
—¿No ibas a estar ocupado mañana? ¿Gastarás el rollo de tu cámara?
TaeHyung arquea una ceja, está tentado a hacer un pequeño chiste, pero se muerde la lengua. —Mi cámara es digital, tengo todo lo que necesito, así que estará bien para las fotos de JiMin mañana.
El día de mañana, se reunirá con JiMin para hacer algunas fotos del paquete "novios felices" que contrató.
Jeon asiente y tuerce los labios. —Voy contigo, sería agradable caminar fuera un rato.
—Oh, bien.
No es muy común que Jeon lo acompañe fuera para tomar sus fotografías, pero tampoco es muy raro, por lo que solo se encoge de hombros y espera fuera del departamento. Mira hacia afuera, cómo el viento revuela las hojas de los árboles y el cielo rosa ilumina las calles, es una vista que, con algunos buenos filtros, se vería bonita, así que toma un par de fotos.
—¿Nos vamos? —la voz de Jeon lo sorprende, pero rápidamente asiente y da el primer paso para las escaleras. Bajan en silencio, y en cuanto se encuentran fuera, cada uno va a su paso hacia el parque.
TaeHyung corre hacia la resbaladilla, y trepa para sentarse en lo más alto, sacando las pequeñas linternas de su bolso y atándolas con una pequeña cinta en una hilera, de forma que estén los colores ordenados como el arcoíris. Prueba la primera foto con él sosteniendo las linternas con una mano, mientras que con la otra hace maniobras para poder sostenerla, pero en la primera fotografía la cámara se le cae de la mano, en la segunda prueba, logra hacer la foto, pero una de las linternas se había apagado, en la tercera se ve la primera linterna, y así hace tres intentos más, hasta que, resoplando, decide que necesita ayuda, y justamente Jeon no se encuentra muy lejos de él, parece estar pasándoselo bien columpiándose.
Se muerde el labio inferior y aclara su garganta. —Uhm, ¿Jeon? ¿Podrías ayudarme a sacar una foto?
Se espera de todo menos que acepte en el momento que sus miradas se cruzan, y los ojos de Jeon se ven tan vacíos como siempre, pero entonces, justo cuando está en lo más alto, se balancea hacia adelante, saltando del columpio, y cae de pie, flexionando solo un poco sus rodillas. Es sorprendente, puesto que había estado apunto de hacer un giro de 360° si se lo hubiese propuesto.
Sin decir una sola palabra, Jeon se acerca, mirándolo desde abajo justo como las sirenas miraban a Wendy en aquella película de Peter Pan.
—Uh, solo debes tomar esto —le muestra las linternas. Él asiente y eso hace, encendiéndolas cuando su luz se apaga. TaeHyung prepara el lente, apuntando hacia la luna con su cámara, y Jeon coloca las linternas enfrente, pero no en la posición que él quiere, así que toma su mano y las baja un poco. Las manos de Jeon... son duras, parecieran ser cálidas, pero no, son calientes, como si las hubiese tenido dentro de un cubo de agua hirviente. El tacto no dura mucho, puesto que rápidamente encuentra la postura perfecta para las lámparas, que con su luz dan más color al cielo, y gracias a que comienza a oscurecer, ésta resalta más, iluminando en colores la imagen frente a la lente. Toma cinco fotos, y sonríe en cuanto las vuelve a ver en la pantalla.
—Muchas gracias, Jeon.
Este no dice nada, simplemente suelta las linternas en su regazo y vuelve a su sitio.
TaeHyung suspira y toma otro par de fotografías alrededor en cuanto las farolas se encienden. No hay mucho qué fotografiar cuando la luna sale por completo y el sol desaparece, el cielo es azul oscuro, las farolas no iluminan bien, y él no trajo todo su equipo para comenzar a volverse loco con las fotos, así que vuelve a suspirar y baja de la resbaladilla, deslizándose suavemente.
—Eh, me voy ya —dice—, ¿vas a quedarte? Pienso darme una ducha, así que si no traes tu llave...
Jeon no dice nada, sigue en lo suyo, con la mirada fija en el cielo. TaeHyung no hace más para llamar su atención, decide que puede dejar la puerta sin seguro al menos una vez, así que comienza su recorrido hacia su edificio. Antes de que pueda salir del área del parque, su teléfono suena, con el tono de llamada que él mismo había puesto a su mejor amigo.
—¿JiMinnie?
JiMin ríe al escuchar su contestación. —Hey, TaeHyungie. Hablé con SunHee, y me dijo que sus planes se cancelaron, así que ella también ira a la sesión, ¿no tienes problemas con hacernos algunas de pareja aparte del paquete? Las necesitaremos para la decoración.
Su corazón se contrae. —No hay problema, pero cobraré más —ríe.
—Sí, sí, por supuesto. Entonces, ¿nos vemos mañana a la misma hora?
—Claro, no lleguen muy tarde, tengo más clientes —vuelve a reír, como si fuese gracioso.
—No te preocupes, nos vemos entonces, adiós.
—Adió-
JiMin cuelga antes de que pueda terminar de despedirse.
No basta con tener que tomar las fotos de novio de JiMin, ahora tendrá que tomar las fotos de pareja. Fantástico, como si le faltaran motivos para llorar esta noche.
Mete su teléfono en su bolsillo del pantalón y suspira. Cuando está apunto de dar el primer paso, algo golpea su hombro, y seguidamente ve la figura de Jeon adelantársele rumbo al departamento.
—La televisión es mía —suelta, sin voltear a mirarlo—, no quiero verte llorar con tu estúpida telenovela hoy.
No hay que decir más, simplemente caminan hacia el departamento. TaeHyung agradece tener a Jeon a su lado, haciendo que se le olviden los problemas.
—¡Hey, ayer viste tu programa, hoy me toca a mí! —se queja, corriendo tras del menor.
De verdad, agradece tener a Jeon, aunque sea como una silenciosa compañía, y agradecerlo nunca estuvo en sus planes.