Capítulo 6
Habían pasado 6 años desde aquel suceso, y con ello muchas cosas pasaron, Duke ayudo con los tramites de emancipación y fue con Joey a estados unidos, acabo con sus estudios a distancia y de la noche a la mañana nadie supo nada de él, más que sus amigos más cercanos, con respecto a su embarazo fue muy discreto y con el apoyo de su amigo todo ocurrió en orden y sin problemas, había nacido una pequeña niña totalmente sana.
Con el paso del tiempo la niña al crecer fue adquiriendo mucho de la personalidad de su otro padre al cual no conocía, además de ser sumamente inteligente y calculadora, tenía el cabello rubio como Joey y los ojos grises con un toque azulado, sin duda los genes no mentían, también contaba con un curioso lunar en la planta de sus pies, que sin duda alguna era marca Kaiba, Kairi como se llamaba la niña siempre tuvo curiosidad sobre quien era su otro padre, pero cuando salía el tema notaba la incomodidad en el rubio y este siempre le cambiaba de tema.
Vivian felices en un enorme departamento que compartían con Duke Deblin, su padrino oficial, al cual llamaba tío de cariño, Duke amaba con su vida a su pequeña sobrina y al ser la hija de su amigo más cercano la consentía en todo lo que la misma pedía, pero de igual manera se negaba a contestar las preguntas acerca de su otro padre, lo que hacía que la niña tenga más curiosidad.
Para Joey todo estaba perfecto y no tenía intenciones de regresar a su ciudad natal, aquella que lo vio crecer y pasar los mejore y peores momentos de su vida, había decidido olvidar el pasado y seguir adelante.
Pero como siempre sucede en la vida de Joey Wheller nunca pensó que una carta fuera a poner de cabeza su vida nuevamente.
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No ha sido un día para nada bueno, me recuerda a los viejos tiempos, en donde pasaba una desgracia tras otra, tal vez sea un poco dramático, solo talvez, pero siempre sentía que las cosas malas ocurrían a mi alrededor, talvez exagero ya que a todos les pasa cosas malas, pero creo que mi suerte no la tiene nadie.
Kairi me despertó como todos los días, la verdad es que ella es el adulto responsable en esta casa, me despierta, escoge la ropa que voy a usar en el día y si pudiera hasta el desayuno me haría, pero no quiero ser un padre tan irresponsable, resultó ser que ese angelito es muy independiente y autosuficiente, pero aun así tengo un ojo las 24 horas del día puesto en ella.
Sus notas en la escuela eran sobresalientes, es demasiado inteligente a su edad, la vida tomo la decisión de restregarme eso en la cara, por ello no me preocupo por mi parte, trabajo como fotógrafo independiente para anuncios y revistas, por lo que paso mucho en la compañía de Duke con sus diseños publicitarios y me doy el lujo de pasar la tarde en casa con Kairi. Pero muy ingenuo de mi parte fue pensar en que sería un padre cariñoso ayudándole en los deberes a mi pequeña, cuando la realidad es que muchas veces le pido ayuda con cuestiones informáticas.
Antes de preparar el desayuno voy por el correo que está en la puerta, la mayoría es correo basura o cuentas de pagos mensuales de mi teléfono y el de Duke, pero encuentro una carta que me llama la atención de inmediato, procedente directamente de Ciudad domino, es muy extraño porque todos mis conocidos de ahí son los únicos que tienen mi teléfono y se comunican por ese medio, nunca por cartas, el remitente tampoco lo conozco, procedo a abrir la carta, y lo que encuentro me deja sin palabras.
Querido señor Joey Wheller, nos dirigimos a usted de parte de la casa de rehabilitación
¨12 pasos¨ con la penosa noticia del fallecimiento de su padre, el 25/xx/xx
A causa de complicaciones grabes tras sufrir un paro respiratorio.
Se necesita su presencia de manera urgente para los trámites correspondientes
Sintiéndole mucho
Att Albert Wallace
Director general
No me lo puedo creer, cuando Duke me ayudo con los tramites de emancipación la corte atendió mi caso al ver que no podía vivir con un padre alcohólico y la condición que se me dio fue que el mismo estuviera internado en una casa de rehabilitación. Tengo que volver a la cuidad de la que hui sin mirar atrás, y no quiero hacerlo, si por mi fuera dejara todo este asunto así, pero no puedo hacerlo.
- ...buenos días, Joey... Joey ¿qué sucede?
- mi padre acaba de fallecer y tengo que regresar a Ciudad Domino a poner en orden asuntos que dejo inconcusos
- y... piensas ir
- no tengo otra opción, al fin de cuentas era mi padre, no puedo dejar que voten su cuerpo quien sabe dónde, además va a ser un viaje rápido, necesito que cuides de Kairi mientras no estoy.
- ¿qué?, ¿piensas dejarnos?, ni se te ocurra Wheller, te vamos a acompañar es una buena excusa para que Kairi conozca nuestra ciudad natal y a nuestros amigos
- Me parece una pésima idea, ¿y si nos encontramos con Kaiba?
- No va a pasar, y si pasara no tiene nada que ver, él ni se imagina que tuvo una hija, no hay forma que se hubiera enterado porque si lo hubiera hecho movería cielo y tierra para quitártela.
- ... sigo pensando que es mala idea
- Vamos Joey, no extrañas los viejos tiempo
- No, por algo hui de ahí
- A mí no me engañas te mueres porque Yugi y los demás conozcan a Kairi, fotos y video llamadas no son suficientes, y yo por mi parte me muero de ganas de regresar, como unas pequeñas vacaciones.
- ... Deacuerdo
Esta conversación fue más rápida de lo que pensé, no puedo creer que accedí a llevar a Kairi a ese lugar, pero si necesitamos un descanso de la vida de la gran ciudad. Decidido, hacemos las maletas y rumbo a Japón.
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En todos mis años de vida, nunca había tenido un dolor de cabeza tan grande como este, ha sido subirme a mi jet privado y sentir como me explota la cabeza, talvez sea cierto que soy un maniaco del trabajo, que mi carga horaria y estrés están fuera de los limites humanos, pero qué más puedo hacer, nadie hace las cosas como yo las quiero y con mi perfeccionismo solo causa miedo a mi alrededor.
Con los años también aprendí a dejar los sentimientos de lado, de nada sirve cuando te dejan sin mayor explicación, ¿Estoy resentido con Wheller? Pues claro que lo estoy, un día sin más él y su amiguito desaparecen de la faz de la tierra, y por lo que llegue a escuchar hizo su vida en estados unidos, y la verdad no me importo, decidí pasar página y olvidarme de todo, al final solo es una pérdida de tiempo eso de las relaciones, solo me hubieran atrasado mucho en los proyectos que he logrado finalizar estos últimos 5 años.
Mukuba es mi mano derecha y se hace cargo de los negocios cuando yo estoy de viaje. Justo ahora estoy regresando de Corea, un vuelo aproximado de 2 horas, acabo de cerrar un trato importante para mi empresa, y solo pienso en regresar y descasar un momento por este maldito dolor de cabeza.
Cuando el jet se detiene tomo mi maletín y salgo del hangar con rumbo al deportivo estacionado fuera del aeropuerto, el dolor de cabeza no hace más que incrementar y cierro los ojos un momento tratando aliviarlo un poco, cuando siento un pequeño golpe en mi muslo, me sorprendo mucho y cuando abro los ojos veo una niña rubia con unos penetrantes ojos grises tocándose la frente
- Fíjate por donde vas niña
- Perdón, pero usted es quien debe disculparse ¿quién puede caminar con los ojos cerrados? Usted choco conmigo –En todos mis años solo una persona se había atrevido a hablarme de esa forma, y esta niña me recuerda mucho a él, suspiro.
- No tengo tiempo para esto.
- Kairi, no vuelvas a salir corriendo de la nada –lo veo y no lo creo, el mismísimo Joseph Wheller en persona, con los mismos aires rebeldes, con el cabello un poco más largo y se le nota más delgado de lo que recuerdo, lleva unos vaqueros negros ajustados y un cuello de tortuga blanco con rallas negras, parece que no nota mi presencia porque su atención esta puesta sobre la niña.
- Pero mira a quien tenemos aquí, Joey ¨el perro¨ Wheller –sonrió de pura satisfacción al ver como su cara se pone pálida y abre los ojos al escuchar mi voz
- ...Kaiba, ¿qué haces aquí? –eso me lo pregunto yo, no alcanzo a responder a ver que detrás de él se encuentra llegando Duke Deblin con un carrito y maletas
- ¿Nos vamos? ... oh, Kaiba, mucho tiempo ¿cómo has estado? –odio esa maldita sonrisa de autosuficiencia.
- Deblin, veo que no han cambiado en nada tus gustos de compañía de segunda. –no pierdo oportunidad de atacar a Wheller –cuando estoy por responder soy interrumpido por Wheller
- No vale la pena Duke, tenemos cosas que hacer –es ahí que caigo en cuenta del entorno que me rodea. Deblin, Wheller y una niña... y todo comienza a encajar
Siempre me pregunte por que huyo, que le motivo a hacerlo y la respuesta la tuve en mis narices todo este tiempo, fui engañado de la peor manera y para empeorar las cosas esa niña rubia es producto de esa relación a mis espaldas.
Continuara..............