Capítulo 7: Decisiones
Las decisiones que tomamos en la vida, caen como un balde de agua fría, al principio sorprende y hasta llega a doler, pero al final te acostumbras he incluso esperas el segundo con los brazos abiertos, nunca me arrepentí de mis decisiones, nunca me plantee segundas oportunidades, nunca mire atrás, tenía mis motivos para continuar adelante, mi hija lo es todo para mí. Por eso estoy tan el shook, sin habla, nunca creí que llegaría el día en que mi hija se topara con su padre, el miedo corrió por mis venas.
La idea de que aquel hombre parado frente a mí me quitara lo único de lo que me siento orgulloso en mi vida, que me arranque esa parte de mi corazón que fue creciendo en estos años, aquella pequeña niña que lleno un vacío sorprendente que quedo en mi corazón cuando salí de esta ciudad. No lo voy a permitir, con recelo tomo a Kairi de la mano.
- No vale la pena Duke, tenemos cosas que hacer –quiero huir lo más rápido que puedo de ese lugar, me comenzó a doler el estómago, me siento mareado y encima comienzo a perder el equilibrio, mientras más nos alejamos siento como el cuerpo me deja de responder y lo último que veo la entrada principal del aeropuerto.
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Fue un buen susto, supongo yo que generado por el estrés de la situación, el ver a Joey desplomarse de la nada, me dejo pensando que si fue una mala idea regresar, Kairi se asustó mucho, pero creo que lo que más me sorprendió de todo esto fue ver a Kaiba preocupado y dando órdenes de llevarlo al hospital de su empresa. No me negué, es mas no sabía ni que hacer, de hecho incluso en su forma sutil me termino diciendo inútil, mientras cargaba a Joey, porque sí, se tomó la molestia de llevarlo en brazos, me dijo ¨menuda compañía¨ y se fue, así sin más.
Obviamente lo seguí con una Kairi más que asustada, al borde del llanto, porque podrá ser lo más madura que sea, pero sigue siendo una niña y ver a su padre desfallecer por primera vez en su vida le asusto demasiado. Desde que Kairi nació Joey jamás se enfermó,
La verdad es muy incómodo estar en esta limosina frente a frente, tengo a Kairi entre mis brazos abrasándola, dándole consuelo y es irónico como Kaiba hace prácticamente lo mismo con Joey, observo con curiosidad como lo sostiene entre sus brazos y lo mira fijamente, por un momento sube la mirada y veo el odio que me dirige con ella, estoy muy confundido, pero no me voy a quedar con la duda.
- ¿tengo algo en la cara?
- Te ves muy tranquilo viendo como alguien más sostiene a tu pareja –la voz de Kaiba suena firme y burlona a la vez
- Espera... ¿qué?, creo que estas malinterpretado las cosas –Kairi me abraza mas fuerte
- No soy estúpido, Deblin
- Pues lo pareces –mantengo la postura, aunque me dificulta por que Kairi se siente inquieta
- Tío... ¿mi papa se pondrá bien?
- No te preocupes preciosa, debe estar cansado por el viaje largo –la abrazo más contra mi pecho
- ..¿tío? esa niña... –parece confundido... más bien, está confundido
- No es mi hija si eso estás pensando, pero no soy el más indicado para hablar de eso
Agradezco que llegáramos al hospital justo para romper la charla incomoda, me bajo de la limosina con Kairi en mis brazos, definitivamente algo raro está pasando aquí.
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Quise ignorarlo y seguir mi camino, pero no pude, algo dentro de mí me llevo a actuar impulsivamente y lanzarme a su ayuda. Como pude lo tome entre mis brazos mientras mis hombres, muy eficientes hacían la llamada correspondiente tanto a la limosina como al hospital, veo a Deblin totalmente pasmado y a la niña preocupada, ¿acaso no sabe actuar en caso de emergencias?
- Menuda compañía –talvez estaba exteriorizando todo el estrés que tengo acumulado en Deblin, pero se lo merece, si por el fuera Wheller seguiría tendido en el suelo, el camino al hospital se está tornando tedioso, el sollozo de la niña está apretando mi pecho y la cara de Deblin no hace más que empeorar la situación, ver el rostro de Wheller relajado, como nunca antes lo había visto, me causa un estado de paz.
Fijo mi vista en Deblin por un segundo y nuestras miradas chocan, por algún motivo me molesta verlo con la niña en sus brazos, no aparta la mirada.
- ¿tengo algo en la cara? – ¿acaso me está retando?
- Te ves muy tranquilo viendo como alguien más sostiene a tu pareja –sonrió queriendo desesperarlo un poco
- Espera... ¿qué?, creo que estas malinterpretado las cosas – alzo una ceja ante tal afirmación, ¿a qué está jugando?
- No soy estúpido, Deblin
- Pues lo pareces – me crispa los nervios, quise responderlo pero la voz de la pequeña interrumpió
- Tío... ¿mi papa se pondrá bien?
- No te preocupes preciosa, debe estar cansado por el viaje largo
- ..¿tío? esa niña... – esa niña lo está llamando tío, entonces ¿qué relación tiene con la niña?
- No es mi hija si eso estás pensando, pero no soy el más indicado para hablar de eso –es exactamente como si hubiera sabido lo que estoy pensando, quiero saber más pero llegamos al hospital.
Al bajarme de la limosina me dirijo a la entrada donde un par de enfermeras esta con una camilla, mientras lo acomodo voy dando instrucciones concisas a las enfermeras que lo ubican en una habitación y un doctor lo va a revisar. Todo queda en silencio mientras esperamos fuera del cuarto, me parece muy curioso que la niña a pesar de estar asustada, se encuentra calmada, sentada en un sillón de la sala de espera con un jugo en cartón que Deblin le compro, obviamente es hija de Wheller, pero no tiene para nada su escandalosa personalidad, siento curiosidad y no sé si es el momento adecuado pero quiero saber más de la niña, tomo asiento junto a ella, cruzo mis brazos y piernas.
Para mi fortuna Deblin tuvo que salir a contestar una llamada, tengo que aprovechar este momento. De reojo veo a la niña más de cerca, tiene el cabello rubio, los genes de Wheller en ese sentido son fuertes, su nariz en pequeña como la de Joey al igual que sus orejas, sus ojos son los que más me llaman la atención tiene una mirada profunda y seria, no tiene nada del brillo de su padre, supongo que fui muy descarado al estarla observando por que de inmediato cruzamos miradas y por un momento un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, su mirada tiene la misma chispa de determinación que solía tener Wheller años atrás.
- ¿Usted es amigo de mi papa? Porque yo nunca lo he visto en fotos y por lo que vi mi tío también le conoce –me sorprende un poco su tono de voz, se dio cuenta de la situación lo que significa que es muy observadora.
- No lo soy... ¿tu papa no te enseño que no debes hablar con extraños? –se la ve muy confiada hablando conmigo.
- No es un extraño nos conocimos en el aeropuerto, y aun me debe una disculpa señor
- ¿Una disculpa? –esta pequeña es muy directa
- Si, usted choco conmigo
- No me voy a disculpar contigo niña –Seto Kaiba jamás pide perdón.
- Si no se va a disculpar, mínimo se podría presentar –tiene un lenguaje muy refinado para ser la hija de Wheller.
- ¿No sabes quién soy?
- Lo sé, siempre está en revistas y artículos de internet
- ¿Sabes leer? –No me lo creo
- Se leer, escribir y jugar ajedrez –interesante, tenemos un gusto en común
- ¿Cuántos años tienes?
- Tengo 5, los cumplí recién el 25 del mes pasado –me indica con su pequeña manito
- Interesante, yo cumplí 24 el mismo día
- ¿Comió helado ese día? Mi papa me da helado en mi cumpleaños –por un pequeño instante en la sonrisa que me devolvió la pequeña pude ver aquel destello marca Wheller
- No, no me gusta el helado
- De qué hablan –Perfecto, tenía que aparecer este inepto antes de poder tener información de parte de esta niña
- De helado
- ¿helado? –me mira confundido, mientras toma la mano de la niña invitándola a levantarse –vamos Kairi, está oscureciendo y tu papa me va a matar si se entera que trasnochaste, las cosas ya están en mi departamento.
- Pero quiero estar aquí cuando despierte
- Hazle caso a Deblin –me agacho hasta ponerme a su altura –Prometo que te mantendré informada –me invade el mismo sentimiento de paternidad que tenía con Mokuba
- Me lo prometes –de repente dejo de ser tan formal conmigo,
- Te lo prometo, avisare a Deblin cuando despierte.
Acaricio el cabello de la niña, y le entrego a Deblin mi número en un papel, me despido de ellos y llamo a si asistente personal para informarle algo que jamás pensé que volvería a pasar.
- Marín, Joey regreso a la ciudad, y esta vez no lo voy a dejar escapar. Ven rápido al hospital de la iglesia.