Una vez dentro de casa el ojirojo se encarga de que Itachi se sienta lo más cómodo posible, ofreciéndole algo de beber, llevándolo hasta el sofá y dándole el mando de la televisión para que vea lo que quiera. Al menor le enternecen las atenciones de su pareja y se dejaba hacer con todo el cariño del mundo.
- ¿Estás seguro de que no quieres algo de comer? - pregunta por enésima vez, asomándose por las puertas de la cocina -
- Estoy bien - sonríe agradecido, estirando su mano desde el sofá para que el mayor se siente junto a él -
En cuestión de segundos se encuentra a su lado, compartiendo la cobija afelpada que trajo para que se recostaran a ver televisión, pasando su brazo por detrás de los hombros del menor, dejando que esté se recargue en su torso.
- ¿encontraste algo que te interesará? - haciendo referencia al repertorio de canales -
- en realidad no, no suelo ver mucho la televisión - se encoge de hombros algo apenado - mi madre es quien todo el día está ocupando la sala -
Shisui arruga el gesto, comenzaba a tener pensamientos muy negativos de esa mujer y eso que jamás había tenido trato con ella, pero ya el simple hecho de que haya corrido una noche a Itachi de su casa le hacían creer que era una mala persona, además de una pésima madre.
- si me lo permites y sin el afán de ofenderte pero tu madre es horrible -
- antes no era así - intenta forzar una sonrisa pero solo le sale una mueca -
- eso no disculpa que te trate como lo hace ahora - besa su cabeza que aún se encuentra apoyada en su torso - me gustaría que te vinieras a vivir conmigo en algún momento - confiesa no muy seguro de la reacción que obtendrá -
- sabes que no puedo venirme a vivir contigo, Shisui - responde calmado, pero muy dentro de su anhelaba que eso pudiese ser tan fácil, nada le gustaría más que estar todo el tiempo con su pareja - además no creo que a tus padres les agrade mucho la idea de que me venga a tu casa, ni siquiera me conocen -
- puedo pedirle a Temari que me busque un departamento y podemos irnos de aquí, en cuanto empiece mi tercera gira de las ganancias utilizare todo para comprar lo que sea que haga falta - hablaba tan ilusionado que le estrujaba el corazón pensar que su novio se estaba planteando muy en serio llevárselo a vivir con él -
- Shisui - se separa de su torso y opta por una posición que le permita verlo directamente, tomando las manos ajenas - voy a estar bien, no tienes de qué preocuparte -
- no me fío de tu madre, si se atrevió a echarte de su casa en mitad de la noche y sin un centavo en el bolsillo no me quiero imaginar de qué otras cosas es capaz y no me voy a parar a averiguarlo -
- no puedes resolver la vida de todos por mucho que lo queramos -
- pero puedo proteger la tuya, eres mi novio después de todo y quiero cuidarte -
- lo sé y estoy muy agradecido por eso pero... - hace una pequeña pausa -
- ¿pero? - incita el mayor -
- creo que estás llevando esto a un extremo que puede ser peligroso - concluye con algo de nervio -
- ¿a qué te refieres? - levanta una ceja confundido -
- a esto... nosotros -
El pelinegro entreabre los ojos con sorpresa, no sabiendo si en verdad está escuchando eso que suelta su pareja
- ¿qué pasa con nosotros? -
- Escúchame y por favor no lo vayas a malinterpretar - le toma el rostro y acaricia los mechones rebeldes que se atraviesan en su frente - pero llevamos muy poco tiempo de estar juntos y aún no sabemos cuánto pueda durar esto, no quiero que por mi te detengas a lograr tus objetivos, no quiero convertirme en el ancla de tu vida -
Shisui le observa atento y con la mirada seria, sin decir una sola palabra
- por eso creo - prosigue - que no deberías soltar tan a la deriva las riendas de tu vida por mi -
- ¿tan pronto y ya piensas que nuestra relación no durará? - suelta luego de unos segundos de eterno silencio -
- no me refería a eso -
- bueno eso es lo que das a entender - se levanta del sofá y suelta una respiración pesada, como si no terminara de asimilar las palabras de su pareja -
- Shisui - llama pero el mayor le ignora olímpicamente, dirigiéndose a los escalones -
- ven, te mostrare tu habitación - suelta sin voltear siquiera a verle, subiendo los escalones en espera del pelilargo que con algo de tristeza por la reacción de este se deja guiar hasta el cuarto del fondo -
Era una habitación muy sencilla con una cama matrimonial, muebles de color blanco y una lámpara de noche a un lado
- Tú.. bueno ¿dormirás aquí conmigo? - pregunta con cierta vergüenza, no era como si no lo hubieran hecho antes pero con lo acontecido anteriormente dudaba de ello -
- No, yo dormiré en mi habitación - puntualiza aún con ese semblante serio - la otra vez fue porque no sabía si mis padres regresarían esa misma noche y no habría podido hacerte pasar desapercibido, pero ahora sé que no regresaran hasta entrada la tarde de mañana, así que no hay porque preocuparse -
Itachi asiente aún con algo de tristeza, se había hecho a la idea de que compartiría nuevamente el calor de las sabanas del mayor en su cama, pero se vio estropeado por el amargo suceso en la sala, ahora no estaba tan seguro de si fue o no buena idea soltar lo que se le vino a la cabeza en ese momento, quizá si hubiera utilizado otras palabras ese no hubiese sido el resultado.
- Entiendo... - susurra -
- Bien, buenas noches - se despide y apaga el foco de la habitación pero antes de que salga el menor se prensa de su brazo -
- No lo entiendo... -
El ojirojo levanta una ceja confuso
- ¿Qué no entiendes? -
- Esto, te digo algo porque me preocupo por ti pero tú te lo tomas a pecho y te enfadas conmigo-
- No estoy enfadado contigo -
- Pues actúas como si lo estuvieras - le suelta y cruza de brazos, dándole la espalda -
Shisui suspira e intenta acercarse al menor, acariciando los largos cabellos
- No era mi intención reaccionar así, solo me saco de onda que lo plantearas de esa forma -
- Es que no debe de ser así, Shisui, que cada cosa que diga parezca que está mal, no quiero que esto se convierta en algo que tema a cada momento soltar cualquier cosa sin esperar una reacción negativa de tu parte, eso no es una relación a eso se le llama control - voltea el rostro en cuanto el mayor se planta frente a él -
- Lo siento mucho, Itachi, creo que no me estoy comportando muy bien contigo - posa una mano en la mejilla contraria - es solo que me descoloco el hecho de que pensaras que esto no puede dar mucho cuando estoy haciendo mi mayor esfuerzo y arriesgándolo todo porque en verdad te amo y quiero que entiendas que no me importa dejarlo todo con tal de estar a tu lado - al ver que el menor aún mantiene la mirada a la nada y los brazos cruzados, suelta un suspiro de resignación, sabiendo que es el único culpable de que ambos estén así - escucha no sé qué me sucede contigo, yo nunca me he comportado así por nadie, jamás he sentido esta necesidad de tener a alguien todo el tiempo conmigo, eres la primera persona que me ha hecho arriesgar todo sin detenerme a pensar antes - pega su frente a la del menor, tomando su rostro entre sus manos, acunando las mejillas heladas por la baja temperatura en la habitación - te amo como no tienes idea - concluye robandole un beso que está vez no repela con su cuerpo, permitiendo que le suelten los brazos de la posición en las que los traía anteriormente, dejando que la calidez de la boca ajena le transmitan toda angustia y preocupaciones de su pareja -
- Shisui no voy a irme a ningún lado ¿porque te es tan dificil creerlo? - susurra contra su boca -
- Porque estoy jodido. Mírate, aún con una mala madre, uno amigos que te abandonaron en plena fiesta y dos empleos que te explotan sigues sonriendo, y yo en cambio aún con todo el dinero que tenga no me siento feliz sino es hasta que estas conmigo, estoy tan podrido por dentro y aferrándome a sobresalir en el medio que no estoy siendo recíproco contigo - entrelaza los dedos con los del menor - no estoy listo para perderte, Itachi, no tan pronto, no cuando estoy arriesgando todo por ti -
- Y no vas a perderme - murmura rozando los labios con los del ojirojo - ni ahora ni nunca -
Finaliza juntando nuevamente sus labios en un dulce beso, esperando que su respuesta haya disipado cualquier duda que puede existir en el otro, transmitiendo todo el amor que siente. Para sorpresa del mayor es Itachi quien comienza con los dulces toques sobre la ropa, paseando los dedos por los pectorales aún cubiertos por la camisa, delineando el contorno de su cuerpo, acariciando los fuertes brazos que se estremecen ante el tacto.
- Itachi no es necesario - murmura en medio de la oscuridad -
- no te preocupes - se muerde el labio inferior - quiero hacerlo -
Y Shisui no puede ante eso, abrazando el delgado cuerpo para retribuir las atenciones, deleitando a su cerebro ante la viva imagen de su pareja con las mejillas sonrojadas, dejándose tocar por las nerviosas manos que desprenden su chamarra y la dejan caer al suelo, acariciando libremente los brazos hasta erizar la piel, acercando su boca a la clavícula y dejando un beso húmedo sobre ella.
Escucha el gemido ahogado del pelilargo, activando todos sus sentidos que se embriagan con los dulces sonidos provocados por su pasión, tomando la playera que le obstruía el tacto libre a su piel, retirándola con sumo cuidado y lentitud, sin prisas, nada les correteaba.
- Eres muy hermoso - menciona en cuanto tiene la vista plena de su torso desnudo iluminada por la luz de la luna que se colaba por las ventanas de la habitación -
Itachi baja la mirada avergonzado pero Shisui se la levanta del mentón con los dedos
- Mírame, porque esta noche es solo para los dos, porque en este momento solo existimos tu y yo -
El corazón del menor late con fuerza ante sus palabras, sintiendo todo el cariño que su pareja le da, asintiendo en medio de esas cuatro paredes, las únicas testigo de aquel acto
Se deja tumbar suavemente en la cama a medida que las atenciones continúan sobre su cuerpo, incluso participando en el jugueteo de retirarse las prendas, sintiendo su cara arder cuando estan piel contra piel, rozándose como hace unas horas atrás en la cascada, solo que ahora no tenían que esconderse de nada, porque estaban encerrados en un espacio lleno de intimidad y oscuridad que lejos de aterrarles les prendía más, dejándose arrastrar por sus más oscuros deseos.
Suspira en cuanto las ansiosas manos del mayor le separan las piernas, estremeciéndose ante el tacto de los dedos sobre su abdomen bajo, echando la cabeza hacía atrás
- Hay que lubricarte - susurran con dejes de vergüenza -
No tiene tiempo de cuestionar cuando siente un dedo humedecido seguramente por la boca del mayor, enterrarse en su interior, buscando ensanchar la zona. Pone los ojos en blanco ante la sensación dulce pero a la vez dolorosa. El dedo salía y entraba, abriendo paso a lo que más adelante vendría.
Una vez que la sensación dolorosa menguó, los dedos que lograron entrar para dilatarlo fueron retirados con sumo cuidado.
- Itachi voy hacerte el amor - dicen contra su oído a la vez que siente el miembro del ojirojo colocado contra su entrada -
Tiene que sujetarse de la espalda ancha en cuanto la punzante sensación de ser llenado le atraviesan, temblando cual gelatina, fue tan rápido que ni siquiera le dio tiempo de calar aire, estaba sin habla, observando de reojo la expresión de su pareja, este se encontraba con los ojos fuertemente apretados a la vez que su respiración era irregular.
Shisui no se impacienta y deja que el cuerpo bajo suyo se calme, besando de vez en cuando el rostro del menor, apartando los cabellos húmedos que le obstruía la vista a las expresiones de su amado. No es hasta que siente el vaivén de las caderas contrarias chocando contra las suyas que decide empezar los movimientos, sin ningún tipo de prisa, disfrutando de la plena sensación que le recorre todo su ser, llevándolo a la locura.
Por minutos la habitación se llena de suspiros y gemidos ahogados, choques de piel y sobre todo amor, amor que desbordaba por todos lados, dos almas que estaban complementandose hasta convertirse en una sola unión resumida en pasión y cariño.
Ambos cuerpos caen exhaustos pero satisfechos sobre la cómoda cama, abrazados sin querer romper nunca más su unión.
- ¿Te encuentras bien? - cuestionó el pelinegro, acariciando los cabellos esparcidos por la almohada -
- Sí - le responde con una sonrisa imposible de borrar, recargándose en su pecho -
Shisui sonríe satisfecho por la respuesta, cerrando los ojos junto a su pareja y dejándose caer ante los brazos de Morfeo.
- ¿Para qué querías verme? -
Levanta la vista en cuanto la familiar voz resuena, esperanzado en cuanto los ojos aún con tintes de melancolía y furia le escrutan desde su posición. Tiene que tragar saliva con nerviosismo antes de ponerse de pie y plantarse frente al otro.
- Solo quería explicarte lo de ese día... -
- Cualquier excusa que me des no tiene ningún sentido ahora - responde tan seco que entristece más al menor -
- No pensaba justificarme -
- Pues bien, dime lo que quieras pero que sea rápido, tengo que ir a clases -
Entendía perfectamente el trato con el que le recibían, después de todo él era el culpable de todo pero no podía evitar añorar el cariño con el que se dirigía con él.
- Sasori... no me trates así por favor - suplica en un susurro -
El otro voltea el rostro y chista la lengua
- Dime rápido o me voy, de verdad que no tengo tiempo para estas tonterías -
El rubio se muerde el labio inferior conteniendo las ganas de echarse a llorar ahí mismo
- No puedo borrar lo que pasó, tampoco espero que me disculpes porque se que te hice mucho daño, pero si quiero intentar recuperar aunque sea tu atención, sé que no podríamos dialogar siquiera para ser amigos pero... no quiero despedirme completamente de ti - le mira con toda la pena del mundo, pidiendo a todos los Dioses porque no le rechacen -
- ¿Has terminado? - casi puede escuchar cómo su corazón se hace añicos ante la mirada seria y sin ningún tipo de emoción - debo volver a clases - el pelirrojo toma sus cosas y sin detenerse a mirar al otro camina rápidamente de vuelta al plantel -
- ¡Tu fuiste quien me abandonó ese día! - grita a todo pulmón - ¡Sino me hubieras dejado solo nada de esto habría pasado! -
Sasori detiene el paso y mira por sobre el hombro al rubio
- No culpes a los demás por tus errores -
- Tú me abandonaste, no quisiste saber de mi luego de esa pelea, me dejaste solo el día de la fiesta, ni siquiera me llamaste -
El pelirrojo indignado se acerca nuevamente a él y le encara
- Aquí el único que la ha cagado eres tú, revolcandote con ese tipejo valiendote una mierda como me sintiera después - escupe con odio - todos en la escuela decían cosas malas de ti pero yo jamás hice caso de ellas, me negaba a pensar que fueses esa clase de gente de la que te acusaban, fue una lástima que tuviera que comprobarlo por mi mismo para corroborar si eran ciertos o no los rumores -
- Ya fue suficiente, alejate de él - una tercera voz se hace presente -
Sasori voltea de donde proviene la voz y se encuentra con la silueta del azulado que parecía haber escuchado todo desde el inicio.
- Ya veo que se merecen el uno al otro - finaliza el mayor, alejándose por fin del rubio -
Deidara baja la mirada dejando escapar las lágrimas que contenía, sabía de sobra que algo así ocurriría, pero ilusamente creyo que podría resolver las cosas si era sincero completamente con la mano en el corazón, pero entendía la actitud de su ex pareja, no le vería jamás más que como un simple traidor.
- ¿Qué haces aquí? - cuestiona en cuanto el otro desaparece por los planteles -
- Evitando que ese hijo de puta te trate mal y diga cosas que no son ciertas -
- No interfieras, no necesito tu ayuda - responde con fastidio -
Kisame no formula ninguna respuesta, sabe que de hacerlo solo empeorara las cosas y de por sí fue difícil dar con el rubio ya que todas esas semanas ha estado evitándolo a toda costa.
- Bueno... en realidad quería hablar contigo - se rasca tras la nuca con nervios -
- No te he respondido los mensajes ni una sola vez ¿eso no te da una idea de que no quiero hablar contigo sobre nada? -
- Lo sé, sin embargo debo insistir en que aceptes -
El rubio tuerce el gesto, la verdad que no tenía ánimos de absolutamente nada
- No hay nada de qué hablar, lo dejaste completamente claro en cuanto pasó esa noche, no entiendo qué más quieres -
- Quiero solucionar las cosas, se que es difícil pensar en que todo vuelva a la normalidad pero te juro que daré mi mayor esfuerzo porque así sea - hace intento de tomar el brazo del rubio pero este retrocede -
- Kisame comprende, esto se acabó no hay ni hubo nunca nada entre tu y yo fuera de la amistad, hicimos algo por error y ahora tampoco podemos ser amigos ¿tan complicado es de entender? -
La dureza con la que lo trataba entristecen al azulado que solo podía mirar con pena a su amigo
- No es justo que me culpes de todo esto -
- No lo hago, solo no quiero que me sigas más - sentencia sin apartar la mirada del mayor -
Un silencio incomodo se forma entre ambos, ninguno decía absolutamente nada solo se sostenían la mirada, una de tristeza y la otra de decepción
- Llego tarde a clases - anuncia el rubio - deberías ir a las tuyas - sugiera tomado sus cosas y dándole la espalda - y te pido por favor que no vuelvas a buscarme, no quiero problemas con mis padres - el peliazul solo le observa en silencio, tratando con todas sus fuerzas de no derrumbarse ante las duras palabras del blondo -
Si, definitivamente todo estaba jodido.
Al amanecer una sonrisa boba se forma en sus labios en cuanto ve la silueta de su amado a lado suyo, sujetándolo con todo el amor del mundo, durmiendo plácidamente sobre su pecho. Esta vez y aún con todo lo que quisiera seguir observándolo tiene que llamarle para que ambos se alisten, esta vez no iría al colegio porque tenía grabaciones desde muy temprano pero se encargaría de dejar al pelilargo en la entrada de la uni.
- ¿Podemos pasar antes a mi casa por una muda? - cuestiona mientras alcanza uno de los pancakes que preparó la cocinera de la mansión -
- Tengo ropa que podría quedarte, deja le pido a la señora Fu que lave tu ropa para que saliendo de clases te la lleve -
- Gracias pero puedo hacerlo yo mismo en cuanto llegue a la lavandería -
- Ni hablar, ya tienes mucho trabajo en ese lugar, no te dejaré más si puedo facilitarlo - el pelilargo revolotea los ojos y asiente resignado, no iba a ponerse a pelear por esa clase de cosas nuevamente -
- ¿Y qué vas a grabar hoy? - cuestiona tomando del café que le tendió el pelinegro -
- Un tributo a uno de mis artistas favoritos, la semana que entra me presentaré en el domo y se hará una mención honorífica a él, así que es una buena oportunidad para respetar su legado -
- ¿Que artista? -
- Saga Masamune ¿le has escuchado? -
- Hmm.. si, creo haber oído algo de él -
- Es que era muy bueno - sonríe con melancolía - le conocí unos años antes de que falleciera -
- Debió de ser un día muy especial para ti - le mira amable, acariciando su espalda -
- Así es -
El desayuno continúa con una que otra palabra que intercambian hasta que llega la hora de retirarse ambos a sus actividades diarias.
Mensaje para
Temari:
Ya voy entrando, diles a los de cabina que alisten todo
Enviado
Aparca el coche en los cajones del estacionamiento y sale deprisa, quería terminar cuanto antes para poder acompañar a Itachi a su trabajo y echarle una mano aunque dudaba mucho que este accediera pero no perdía nada con intentarlo.
Casi tiene que forzar su rostro a no hacer una mueca de asco en cuanto ve a la persona menos indicada frente a la entrada del edificio
- ¿Qué haces aquí? - pregunta con rabia contenida -
- ¿Dónde quedaron los modales, Shisui? creía que antes se saludaba primero a una persona -
- No estoy para bromas, Natsuno ¿dime que diablos haces aquí? -
- Pero qué insistencia la tuya, yo que venía de buena fé a ver cómo le iba al ídolo del momento - ríe con burla - bueno más bien al segundo - entorna los ojos contra los carmesí que le acuchillan -
- No te pases de listo - advierte perdiendo los estribos -
- Oh no, descuidado que no vengo a causarte ningún problema - continuaba mofandose, y ese tonito tan irritante que ocupaba comenzaban a fastidiarlo - solo quería negociar contigo -
- No me interesa hacer tratos contigo -
- Pero espera ni siquiera sabes de qué va -
- Y te lo repito, no me interesa hacer ningún tipo de trato contigo, así que ya puedes retirarte - se voltea ignorando por completo al pelivioleta -
- Quisiera comprar tu nuevo tema - detiene el paso en cuanto la oferta llega -
- ¿Comprar mi nuevo tema? Inquebrantable salió hace 1 mes a la venta, además no es una canción cualquiera la escribí para... -
- No me refiero a esa, sino a la otra - le corta haciendo fruncir el entrecejo al ojirojo - Si te enamoras, me parece que se llama -
- No está a la venta. - responde serio y sin ánimos de seguir escuchando a ese sujeto -
Natsuno sonríe con complicidad, acercándose más al ojirojo
- Podemos negociarlo -
- No, ni por todo el dinero que puedas ofrecerme ni nada del mundo te la voy a dar - mira retadoramente al otro que no quitaba esa sonrisa burlona de su rostro -
- Creo entender que esa canción la escribiste para ese chico del evento ¿o me equivoco? -
Shisui se muerde el labio inferior, ya entendía por dónde iba a ese maldito.
- ¿Vas a delatarme con los medios? -
Si ese idiota abría la boca su relación con Itachi a partir de ese momento sería pública y eso lo pondría en riesgo de las fans, no podía permitirse que algo malo le sucediera a su chico.
- No, Shisui, yo no soy tan malo como parezco, al contrario, te estoy pidiendo de la mejor forma que me des los derechos de esa canción y yo guardaré para siempre tu secreto -
- ¿Para qué quieres que te la de? ya tienes más ranking que yo - rechina los dientes con furia -
- Porque se que es un tema especial para ti y si yo no siendo santo de tu devoción la tengo pues.. creo que eso te lastimaria mucho y para mi - se acerca hasta casi susurrarle al oído - eso es muy satisfactorio -
Le aparta de un empujón con todo el enojo del mundo
- Vete a la mierda, imbécil, no te daré los derechos de mis obras -
El pelimorado se acomoda el saco y ríe con malicia
- Mi querido Shisui me estas haciendo tomar medidas drásticas contigo - sin temor vuelve a acercarse aún cuando la mirada carmesí le escruta - yo quería negociar contigo por las buenas pero se me hace que tendré que hacerlo por las malas - de golpe le estrella un sobre amarillo en el pecho al ojirojo que con el ceño fruncido lo toma -
Ante la mirada socarrona de este abre el sobre amarillo y extrae el contenido, abriendo los ojos a todo lo que da cuando las imágenes se presentan
- Tú... - dice apretando los puños hasta que los nudillos se ponen blancos - ¡Mandaste a tus putos subordinados a seguirnos! -
- No me eches la culpa a mi de tus descuidos, creo que cualquier en su sano juicio sabe que hacer cosas en una zona pública puede traer esa clase de consecuencias - se encoge de hombros -
- Eres un... -
- Hey no comencemos con los insultos, te repito que yo solo vengo a negociar contigo -
- Te caera una denuncia en cuanto lleve esto a la policía -
El otro le mira con mofa, negando rotundamente con la cabeza
- Ay Shisui, tu no has terminado de comprender quién lleva las riendas aquí. Tengo esas fotografías en digital y están guardadas en el dispositivo de alguien que tu no conoces, si te refieres a las cámaras de seguridad no te preocupes, llevan rato apagadas desde ayer, afortunadamente soy amigo cercano al dueño de este lugar ¿qué pruebas le llevarías a la policía? ¿esas fotos? bah, pudo haberlas tomado cualquiera y si por alguna razón te piensas hacer el listillo en cuestión de segundos esas fotos estarán dando la vuelta al mundo ¿de verdad piensas arruinar la vida de ese chico solo por tu orgullo? -
Shisui aprieta los dientes con fuerza, ese maldito había planeado todo tan bien que era casi imposible buscar una brecha por la cual librarse, si permitía que esas imágenes salieran a luz no solo se dañaría a él, sino también a Itachi.
- De acuerdo, te la daré -
Natsuno sonríe satisfecho, deleitándose con la mirada resignada del otro
- ¿Ya ves como no es tan difícil negociar? mañana mismo pasaré aquí con mi abogado para hacer los documentos necesarios, y no llegues tarde como ahora, seguro Temari ya debe estarte esperando en el estudio - palmea su espalda antes de salir del edificio y subirse a su automóvil -
Shisui observa el sobre amarillo que contenía esas imágenes que dependería el futuro de su carrera y relación con Itachi, no podía arriesgarse a perderlo, no cuando las cosas parecían tomar buen rumbo. Maldito sea el día en que se topó con ese desgraciado.