Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Melodías a tu nombre (ShiIta) por zeldaxlove1997

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los días siguientes Itachi podía jurar que nunca se había sentido tan feliz en toda su vida, Shisui era un hermoso ser humano con toda la extensión de la palabra y estaba completamente seguro de que no podría haber tomado mejor decisión que la de estar junto a él. Todos los días este le mandaba mensajes diciéndole que lo amaba y lo mucho que lo echaba de menos cuando tenía que quedarse horas en el estudio sin poder verlo una vez en el día, incluso llego a enviarle una rosa dentro de su casillero con una nota que guardo amorosamente en su cuarto. 


Se sentía flotando entre nubes de caramelo, incluso su aspecto había cambiado, ya no tenía esa imagen de chico demacrado y cansado de la vida, ahora irradiaba una luz que despejaba todo lo negativo de su vida, comenzó a arreglarse más, a cuidar su aspecto personal y a dejar de lado las preocupaciones con las que cargaba. 


Algo que quizá estaba confundiéndolo era el cambio de actitud de sus amigos, últimamente los veía muy distanciados no solo de él sino uno del otro, Deidara por su parte había dejado en claro con la última conversación que tuvo con él, que había finalizado su relación con Sasori, cosa que sorprendió demasiado al pelilargo pues sabía de sobra la relación tan larga que ambos habían llevado y lo mucho que se amaban. Por otro lado Kisame se negó a darle explicaciones de su repentino cambio, cosa que le dolió pues siempre le contaba sus inquietudes y ahora parecía tratarlo como un vil extraño. 


Pero aún y con eso no podía evitar sentirse como en un cuento, en el que solo existían Shisui y él, amándose desenfrenadamente.  


- Te llamaré en la noche en cuanto salga del estudio - menciona sobre los labios ajenos, apretando más su cuerpo contra el suyo - 


- Estaré al pendiente - responde el pelilargo devolviendo el beso - 


- Bueno entonces creo que ya debo irme - dice con pesar, no queriendo despedirse de su chico - 


Itachi por su parte solo puede sonreír, le enternecía esa necesidad que tenía el pelinegro de tenerlo cerca, aún cuando en la escuela estuviesen todo el tiempo juntos, incluso ahora que lo había traído hasta su casa en su elegante Mercedes. 


- Me envías mensaje en cuanto llegues - responde amable, acariciando los cabellos alborotados-


Shisui asiente y con un último beso regresa a su auto para irse rumbo al estudio donde Temari ya le esperaba


Itachi se queda recargado en el marco de la puerta hasta que ve el vehículo desaparecer por las calles, con una sonrisa boba pintada en sus labios que se esfuma en cuanto ve a Mikoto con los brazos cruzados mirándolo como si hubiese cometido el peor de los crímenes en la historia. 


- ¿Quién es ese muchacho? - cuestiona seria, sin cambiar ni un poco su posición - 


- Shisui, va en la escuela conmigo - responde en un murmuro que solo enfurecían más a la mujer-


- Y ya tan pronto te le estas ofreciendo, ni acabada tu anterior relación y ya estas comportándote como un cualquiera - le escruta con odio en su mirada, casi con asco - 


- Creía que Hidan no te agradaba - 


- Y sigue sin agradarme, pero tampoco me hace feliz que la gente vea como cambias tan rápido de pareja, como si fueses... - no se atreve a soltar la palabra, es inaudito y asqueroso pensar que su hijo es de esos donceles que van por ahí ofreciendo servicios descarados - 


- ¿Como si fuese que, madre? - incita a que termine pero la mujer solo desvía la mirada a la ventana- 


- Ve a lavar la ropa del señor Hyuga, vendrá en unas horas más a recogerla y más te vale tenerla bien planchada para entonces - decreta ignorando la pregunta del menor, desapareciendo por los pasillos hasta la cocina -


Itachi no puede evitar morder su labio inferior con impotencia , no había forma en que su madre cambiara,  desde que Fugaku murió está había dejado toda amabilidad de lado y se había transformado en una mujer cansada de la vida, con el peor carácter del mundo y una de las sonrisas más falsas cuando la veía atender a los clientes. 


Con resignación deja las cosas de la escuela en la mesa de la sala y se dirige al centro de lavado, donde una pila gigantesca de ropa le aguardaba, mira el reloj de pared, las manecillas marcaban las 4:50 pm, con suerte terminaría a las siete y media para regresar hacer su tarea. 


Ni siquiera había comido, su estomago rugía por el hambre.


Saca de su mochila el tupper con dos rollos primavera que no termino en el almuerzo, comiéndolos antes de empezar a trabajar. 


Con esto será suficiente 


 


 


 


 


Llevaba horas sentado en la misma posición, aún con las extremidades entumidas por el peso de la misma pose, pero eso ya no importaba, ya nada lo valía. 


Tiene suerte que ese día su hermanito haya salido a sus prácticas de taijutsu y sus padres estén en un viaje de negocios, así puede estar sumergido durante horas en sus pensamientos. Hace ya una semana que su vientre comenzó a presentar ciertos cambios, no tan notorios pero si una ligera hinchazón apenas perceptible, sabe que con el pasar de los días le será imposible ocultarlo. 


Por otro lado se sentía devastado, no solo por su ruptura con Sasori sino que esos días no tenía ánimos de absolutamente nada, era como si todas su ganas de vivir se hubiesen desvanecido en cuanto recibió los resultados de su examen que como era de esperarse solo confirmaron su estado. No puede evitar sentirse triste y que todo ha sido culpa suya, si no se hubiese descuidado tanto en la fiesta y si tan solo no se hubiera peleado con Sasori ese día, tal vez él hubiera ido a dicho evento y habría evitado que se acostara con Kisame, la sola idea de que algo así hubiese ocurrido solo le sumergen más en ese espiral de depresión. 


De repente una idea se le viene a la mente, levantándose con cierta duda pero sin detener el paso hasta su mueble donde guardaba todas sus navajas de rasurar, mira el filo de la misma, tan brillante y peligrosa que con solo una ligera presión contra su piel podría causar un daño irreversible. 


Traga saliva con pesadez, poniendo su silueta frente al espejo del mueble, viendo su expresión temerosa, su pelo enmarañado y las manos nerviosas que sujetaban el filo de la navaja. Con lentitud levanta un poco su playera dejando al descubierto su vientre, se muerde el labio con fuerza hasta que el sabor metálico le inunda la boca y deja escapar unas gruesas lágrimas de frustración y angustia, permitiéndose gritar a los mil vientos en una desesperación dolorosa, sintiéndose la peor persona del mundo.


Y finalmente pasa, grandes cascadas rojas comienzan a emanar en cuanto el primer corte se hace presente y así con los continuos, dejando la alfombra manchada de sangre, testigos de la sádica escena presente. 


 


 


 


 


Termina de hacer un nudo a la última bolsa de ropa que le faltaba, dejando escapar un suspiro cansado pero satisfactorio, dejando la bolsa junto a las demás apiladas en los estantes, mira el reloj de pared, las manecillas daban las 6:20, había terminado antes de tiempo, tendría tiempo de comer algo y después subir a su alcoba para acabar su tarea. 


Toma su móvil y sonríe al ver una notificación anunciando un mensaje del pelinegro, lo abre con prisa 


Shisui


¿Sabes? estuve pensándolo y la verdad que quisiera interpretar la canción en los premios Konohagakure que son la siguiente semana ¿Que te parece?  


Responde en cuanto puedas, te amo. 


 


Sonríe con lo último antes de teclear una respuesta


Me parece fabuloso ¿a qué hora van a transmitir los premios? no me los quiero perder ahora que se que tú estarás 


También te amo. 


Para su sorpresa la respuesta no tardo en llegar, seguramente estarían tomando un break en el estudio, que para tranquilidad del pelilargo, Shisui se había encargado de decirle a Itachi que Temari era su representante, esto lo dijo cuando vio la mueca del menor cuando le llevo por primera vez a su trabajo, donde la rubia lo recibió con una sonrisa picara dirigida a ambos. 


En realidad estaba pensando si querrías acompañarme...  


Itachi no puede evitar asombrarse, nunca antes había ido a eventos exclusivos y no es para menos pues no conocía  nadie importante en el medio artístico, hasta ahora.  


Por otro lado le daba miedo no encajar en el sitio, no tenía experiencia en ese tipo de eventos que seguramente asistirían gente de gran poder adquisitivo, cosa que él no pintaba para nada, lo más "lujoso" que tenía era un traje Rudie que le heredo su padre. 


Bufa con algo de tristeza 


Muchas gracias pero no creo encajar en ese sitio 


 


S


¿Porque lo dices? 


I


Porque así es, además ni siquiera se como ir 


S


Cree  cuando te digo que la mayoría de las personas en ese evento aparentan cosas que no son, tu no te preocupes por ellos.


Ahora que si bien puedo llevarte de compras mañana, si me lo permites... 


I


Precisamente, aparentan mucho y yo para eso no sirvo y agradezco tú gentil oferta pero creo que mi armario de ropa aún puede vestirme por unos años más. 


S


Como quieras, ya te haré cambiar de opinión 


Debo volver a la cabina, te marco en cuanto termine 


Te amo. 


Amplía su sonrisa, nunca se cansaría de sus gestos de amor


I


Vale, cuídate 


Te amo. 


Apaga su móvil olvidándose repentinamente del agotamiento por el trabajo, volvía a sentirse tan sereno y lleno de alegría, como si nunca fuese a parar ese sentimiento mientras Shisui este ahí para encenderlo. 


Espera unos minutos más en cuanto llega el señor Hyuga y hace entrega de su pedido con una amable sonrisa, tomando el dinero y guardándolo en el estante de la esquina mientras apretaba el botón para cerrar las compuertas del local y empezar a poner todo en orden para el día de mañana. Una vez terminada la labor toma su libreta con las notas de los pedidos pendientes y va a la sala para terminar su tarea, casi tiene que contenerse para no dejarse caer de rodillas cuando ve todos sus papeles tirados y hechos añicos por toda la sala, los ensayos y notas que debía entregar para mañana y que le costarían una calificación muy importante de no presentarlos. 


Agarra cómo puede los pedacitos de papel y empieza a sudar frío, hasta que ve a Sasuke con el ceño fruncido y los ojos llorosos haciendo berrinche en el sofá, y no había señal alguna de su madre.  


- Sasuke... pero qué hiciste - se agarra la cabeza con ambas manos mientras la angustia crece a cada segundo. 


 


 


 


 


Ya casi daba la hora de cerrar el taller, lo bueno es que ese día no le toco mucho trabajo, solo dos que tres coches para revisión y lavado, pero de ahí en fuera el día fluyo con bastante calma, lo cual agradecía porque todas esas semanas estuvo en un estado mental deplorable, se sentía sumamente triste y sin ganas de hacer nada, sus notas en la escuela comenzaron a decaer, lo cual era muy raro para sus docentes puesto que Kisame siempre se distinguió por ser de los alumnos más aplicados. 


Pero ahora no podía decir lo mismo de sí después de la noticia que le dio el rubio que puso todo su mundo de cabeza, sus metas en la vida se nublaron y el entusiasmo con el que se levantaba diario se había evaporado. 


Ahora solo quedaban los crueles vestigios de un tipo que en su momento fue un prodigio


Se talla la cara con las manos e intenta concentrarse en la música de su móvil, en cuanto llego al taller se había puesto los cascos y a evitar el mayor contacto con sus padres, aún no les había platicado de su problema y es que no era para menos, sabía de sobra que le echarían a patadas en ese momento y tampoco es que tuviese a donde ir, parar con Deidara sería tanto como meterlo en más problemas, e Itachi... bueno, no se había comportado muy bien con él en esos días como para tener la desfachatez de pedirle hogar. 


Itachi. 


Su amor imposible y frustrado, desde años atrás que le conocía había caído enamorado del pelilargo y sin la valentía de decírselo, tuvo que ver como llegaba el peliplata y le robaba algo que nunca fue suyo, como alguien más tomaba esas dulces y delicadas manos, como esos labios que tanto anhelaba eran tomados por otra boca. 


Y cuando por fin creyó tener los pantalones suficientes para decirle a viva voz que lo amaba, llegaba ese ojirojo a evitarlo, nuevamente quedando en ese estado de soledad y frustración. 


Había perdido la cuenta de las veces en las que soñaba con Itachi, como era suyo y de nadie más, como en ese mundo de fantasía podía tomarlo de la mano y acariciar su suave cabello largo sin limitantes o sin miradas de reproche, incluso podía gozar de besar esos tentadores labios. 


No.. eso jamás ocurriría, porque la vida no le había sonreído a él para el amor, porque sabe que existen personas que no están hechas para amar, entre ellas, él ocupaba el puesto número uno. 


Tiene que espabilar cuando escucha el sonido de su móvil a todo lo que da, anunciando una llamada entrante


Con un gruñido por la interrupción a sus pensamientos responde


- Diga - 


- Kisame tienes que venir - pero la voz entrecortada al otro lado le alarman, dejando de lado el enfado para pasar a la angustia - 


- Deidara ¿Dime qué pasa? - 


- Ven... creo que estoy abortando - 


- ¡Mierda! voy enseguida - 


No necesita oír más, corta la llamada y sale disparado rumbo a la casa del blondo, rezando a todos los cielos que nada grave le suceda. 


 


 


 


 


Itachi intenta repetir un mantra para calmar su pesada respiración pero parece no surgir efecto porque entre más pasan los segundos, más crecen sus instintos más desconocidos. 


- Te pregunte algo Sasuke... - advierte con la mirada pero el menor sigue cruzado de brazos, insistiendo con su berrinche - 


- Mamá no me hacía caso - responde con un puchero aún con el entrecejo fruncido - 


- ¡Pero estos documentos eran importantes! - eleva un poco la voz, ya un poco irritado con la actitud de su menor - 


Sasuke solo se limita a sacarle la lengua de forma infantil e ignorar sus palabras, cosa que terminan por descolocar a Itachi que se acerca hasta él, tomándolo del brazo hasta jalarlo con algo de brusquedad, sacándole un quejido lastimero al menor que se intenta zafar del agarre  


- ¡Te he dicho que no toques mis cosas! - le zarandean el brazo, lastimándolo - ¿Hasta cuando vas a respetarme? - 


- ¿Qué crees que estás haciendo? -  detiene todo acto en cuanto escucha la voz de su progenitora entrar a la sala - suelta a tu hermano - ordena con voz turbia - 


- ¡Mami! - chilla el pelinegro menor, corriendo hasta su madre, con lágrimas corriendo desenfrenadamente por su rostro - 


- Destruyo mis documentos.. - responde en voz baja - 


- De verdad que estás loco - le mira enojada, acariciando la espalda de su hijo menor - 


- Pero madre... - no puede contestar nada cuando siente la palma de la mujer estrellarse con fuerza contra su mejilla, dejándole una visible marca roja - 


- Te las das de niño bueno y mira como tratas a tu hermano - suelta enfurecida- 


Itachi no sabe que responder, solo mira con decepción a su progenitora antes de tomar su chamarra dispuesto a salir cuanto antes de ahí.


- Te juro que si te vas ahora, no vuelves a poner un pie en está casa - advierte sin voltear a verle siquiera - 


No puede contenerlo por mucho rato, los ojos comenzaban a aguársele, pero su orgullo le impedían derramar una sola gota


- Madre.. ¿a dónde quiere que vaya? - cuestiona casi en tono de suplica, mirándole con melancolía -    


- ¿Crees que me importa? así duermas bajo un puente, no quiero verte aquí - 


Itachi creyó escuchar cómo su corazón se quebraba en pedazos e incapaz de arrastrarse al piso y pedir disculpas, toma la perilla y sale de ahí, dejando salir por fin las lágrimas que había estado guardándose, apretando los labios con impotencia.  


Justo en ese momento escucha el sonido de un auto estacionarse frente al portón de su casa, de este sale el ojirojo que venía con una sonrisa resplandeciente que se opaca en cuanto ve el estado del pelilargo. 


- ¿Qué ha ocurrido? - cuestiona con preocupación, dispuesto a acercarse corriendo pero no es necesario, pues Itachi va hasta donde está él, abrazándolo con todo lo que sus fuerzas le permiten y dejando que la simple presencia de Shisui disminuyan un poco el dolor en su pecho.


 


 

Notas finales:

Bueeeno quizá me estoy pasando un poco con lo maldita que estoy poniendo a Mikoto, pero quería variar un poco la historia, he visto que por lo general los autores siempre la pintan buena y a Fugaku como un desgraciado, algo así tipo su comportamiento en el anime


Es como en muchos fics que ponen a Itachi muy serio e inalcanzable, como que casi no se sale del molde en el que se pone en el anime, a mi me gusta hacer todo lo contrario a su actitud en  el manga para que entonces se pueda moldear a otras posibles temáticas, vamos que verlo siempre de la misma actitud es que a mi me aburre un poco. 


En fin, no olviden comentar que les pareció el capítulo que les estaré respondiendo lo más pronto que pueda <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).