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Ojos que no ven por Alana005

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El despertador sonó sin piedad, anunciando insensiblemente el inicio de un nuevo día. Intentó ignorarlo todo lo posible pero su desagradable sonido le taladraba los oídos así que Bakugou no tuvo más remedio que resignarse a abandonar la comodidad de sus sábanas. Se removió entre las sábanas una última vez, aún con el sueño pegado a sus ojos, y finalmente apagó el despertador y se levantó de la cama en contra su voluntad. Se acercó lentamente a la ventana y abrió las cortinas para asomarse. Pese a que aún era temprano ya hacía una temperatura agradable, la cálida luz del sol brillaba con fuerza, aquel sería un día caluroso.

Por unos instantes Bakugou se limitó a observar a través de la ventana, demasiado dormido como para pensar en nada en concreto, sintiendo en su rostro la suave brisa que corría. Finalmente suspiró resignado y se dirigió hacia el armario para vestirse, si no se apresuraba llegaría tarde a clase. Cogió su uniforme del armario y se vistió sin fijarse mucho. Una vez se consideró lo suficientemente aceptable como para salir de su habitación, lo cual no le llevó ni cinco minutos, se echó su mochila al hombro y fue hacia la cocina con la intención de desayunar.

En la vacía habitación que Bakugou dejó a sus espaldas, un peine se asomaba bajo la cama desprendiendo un aura solitaria, un día más sumado a lista de días sin que su dueño se percatara de su ausencia. Habían pasado meses des del día en que había caído accidentalmente bajo la cama y, a pesar de ser el único que tenía, Katsuki jamás lo había echado en falta.

Al llegar a la cocina Bakugou se sirvió un café distraídamente y echó una mirada a su alrededor. El comedor junto a la cocina se encontraba casi vacío, aquello no lo extrañó, no era precisamente una persona madrugadora y siempre dormía hasta el último minuto posible, la mayor parte de sus compañeros ya se habían marchado hacia la escuela. En el solitario comedor solo se encontraba Mineta, murmurando en una de las mesas del fondo y riendo de forma siniestra mientras tomaba apuntes en una libreta. Bakugou se encogió de hombros y bebió su café de un sorbo, no podía importarle menos lo que estuviera maquinando aquel degenerado.

 

- Bakugou.... Ji ji ji... - Lo llamó Mineta mientras hacía señas para que se acercara.

 

Un ligero escalofrío le bajó por la espalda, tenía un mal presentimiento así que sin hacerle ni caso recogió sus cosas y salió de la cocina para dirigirse hacia la escuela. Internamente se alegraba de que cierto pecoso no se encontrará en la mira de Mineta, nada bueno salía de sus planes.

Caminó con paso apresurado hasta que llegó cerca del edificio escolar, bastantes alumnos caminaban junto a él mientras conversaban animadamente con sus amigos. Iba bien de tiempo así que redujo su paso, una pequeña sonrisa se extendió orgullosa por su rostro, tenía su tiempo perfectamente calculado para poder dormir lo máximo posible pero sin llegar tarde jamás. Caminaba despreocupadamente con las manos en el interior de sus bolsillos cuando escuchó una voz que lo llamaba.

 

- ¡Bakugou! ¿Por qué no me has esperado?

 

Kirishima, a diferencia de él, siempre se dormía, raro era el día que no llegaba tarde.

 

- Si te esperara, llegaría tarde todos los días, es un milagro que hoy no vayas tarde.

- Bueno, es que.... - Parecía inquieto - Mineta se encontraba en la cocina cuando quise entrar, no me dio buenas vibraciones así que me fui sin desayunar.

- Que cobarde.

- ¡Si lo hubieras visto no dirías lo mismo! Mejor no acercarse cuando planea cosas, solo trae problemas.

- Supongo que ahí llevas razón...

 

Siguieron conversando mientras caminaban, aunque en realidad más bien era Kirishima el que no se callaba. Pese a todo la incesante charla de Kirishima hizo el camino más ameno y cuando Bakugou se dio cuenta ya se encontraban frente al edificio escolar. Se adentraron en los pasillos repletos de alumnos que se dirigían hacia sus propias aulas. A su alrededor se oían multitud de risas y conversaciones, el ambiente era relajado, como cualquier otro día. Pero por alguna razón Bakugou sentía como si algo algo fuera diferente. No sabía muy bien el qué pero había algo que lo hacía sentir incómodo, tenía una ligera sensación de vacío, como si algo faltara.

Incapaz de decir que era lo que fallaba, Bakugou decidió simplemente ignorar la persistente sensación y entró junto a Kirishima a su aula. La mayoría de sus compañeros ya se encontraban en el interior, hablaban entre ellos alegremente. Pero de entre todos ellos la mirada de Katsuki se dirigió casi por inercia a una cabellera verde que destacaba de entre sus compañeros de clase. Caminó hacía su asiento y cuando pasó al lado de Deku sus miradas se cruzaron un momento. Bakugou esperaba que le saludara como todas las mañanas pero en su lugar Izuku rompió el contacto visual y miró hacia otro lado, evitando su mirada.

Aquello lo dejó helado, ¿Deku acababa de ignorarlo? Katsuki se sintió fastidiado pero no dijo nada y se sentó en su sitio. Tampoco iba a montar un espectáculo porque aquel estúpido nerd no se hubiera dignado a saludarlo, aquello no le importaba ¿Verdad?
Sin embargo, conforme las horas iban pasando Bakugou sentía su incomodidad crecer y crecer. Ni una sola vez en toda la mañana, su mirada y la de Deku se habían cruzado ¡Ni una! Y aquello no era normal, siempre se cruzaban, incluso aunque Bakugou lo detestara. O al menos eso se decía a sí mismo, era irónico que ahora se descubriera taladrando la espalda de Deku con la mirada, esperando que este se volteara pero sin obtener éxito alguno.

Por otro lado, ahora comprendía que era lo que lo había incomodado antes. Cada mañana se cruzaba con Deku en los pasillos de la escuela y este le saludaba con aquella sonrisa que lo ponía nervioso, pero eso no había sucedido aquel día. Y solo se le ocurría una explicación posible, lo estaba ignorando. Sintió como una ola de rabia crecía en su interior ante la idea, muy bien, si Deku no se dignaba a dirigirle la palabra el tampoco lo haría.

Cuando acabaron las clases Izuku salió de la clase antes que nadie, sin esperar siquiera a sus amigos, casi imitando la huida que el mismo Bakugou había hecho el día anterior.

 

- Me parece que te está evitando - Dijo Kaminari, acercándose a Bakugou con una sonrisa burlona adornando su rostro.

- ¿Y qué? - Respondió de malas maneras Bakugou - No es como si me importara.

- ¿Seguro que no? - Preguntó Kaminari.

- ¡Claro que no! - Replicó Bakugou cada vez más molesto.

- Pues para no importarte te ves bien molesto...

 

Bakugou le dirigió a Kaminari una mirada furiosa y se marchó del aula sin añadir nada más. Por un momento se planteó seriamente la posibilidad de explotarle la cara pero sentía que si lo hacía le estaría dando la razón al estúpido enchufe, así que se contuvo. Aunque no descartaba dejarlo calvo de una explosión en caso de necesidad.

 

- No creo que sea buena idea burlarse de él - Murmuró Kirishima acercándose a Kaminari.

- No pude evitarlo, es demasiado divertido - Dijo Kaminari mientras soltaba una carcajada - ¿Lo has visto? Parecía que saldría fuego por sus orejas.

- Tú sigue jugando con fuego que al final te quemarás, reza para que la tome contra a ti - Respondió Kirishima cortando de golpe la risa de Kaminari.

 

Mientras tanto Bakugou, que había salido del edificio escolar, se dirigía hacia el dormitorio. Y mientras caminaba por los caminos llenos de árboles que comunicaban el edificio de las clases con el dormitorio, no pudo evitar mirar de reojo a su alrededor. No había ni rastro de Deku.

No le gustaba admitirlo pero aquello lo ponía un poco nervioso. Apretó el paso y cuando llegó al dormitorio se dirigió a la habitación de Deku. Ante la puerta Bakugou suspiró, ni él mismo sabía que estaba haciendo allí pero sabía que la desagradable sensación que le retorcía las entrañas no desaparecería si no hablaba con él.

Así que llamó a la puerta y esperó, sin tener ni idea de que diría cuando Deku abriera la puerta. Sin embargo, no tuvo que preocuparse por eso pues la puerta no se abrió. Una chispa de irritación le recorrió. ¿Acaso se negaba a abrirle la puerta? ¿De verdad lo estaba evitando? Dejándose llevar por el repentino enfado, Bakugou agarró el pomo de la puerta, tal vez con demasiada brusquedad, y se dio cuenta con sorpresa de que la puerta estaba abierta cuando este cedió bajo su mano.

La pequeña habitación estaba repleta de All Might, allá donde Bakugou posara la mirada veía posters, figuras y objetos con la cara del héroe. Pero ni rastro de Deku, la habitación estaba tan llena de la presencia de All Might como vacía de la de Deku. Aquello hizo fruncir el ceño a Bakugou ¿A dónde había ido?

Bakugou cerró la puerta algo desanimado y después de comprobar que Deku no se encontraba en el edificio tardó menos de un segundo en decidir salir a los terrenos de la escuela. A pasear por supuesto, no para buscar a Deku. Pero a medida que recorría los caminos distraídamente no pudo evitar buscarlo con la mirada sin hallarlo por ninguna parte.

Y entonces se sintió idiota ¿Qué diablos estaba haciendo? Claramente estaba buscando a Deku por mucho paseo que fingiera estar dando. ¿Acaso su última neurona se había ido de vacaciones? ¿Qué pretendía al buscarlo? ¿Reclamarle por haberlo ignorando toda la mañana? Incluso en su mente sonaba estúpido, aunque una parte de él deseaba hacerlo.

Un pétalo de cerezo cayó justo delante de sus ojos distrayéndolo de sus pensamientos, en aquella época del año los cerezos se encontraban en pleno florecimiento y cómo bordeaban todos los caminos de la escuela había pétalos por todos lados. Siguió el pétalo con su mirada mientras caía y al girar su vista hacia la izquierda encontró para su sorpresa lo que había estado buscando. Deku se encontraba a escasos metros suyos, en un pequeño parque a la orilla del camino.

Izuku se balanceaba levemente en uno de los columpios aunque sin llegar a despegar los pies del suelo, la expresión de su cara se veía triste y solitaria. Bakugou sintió un vacío en su estómago, de repente se sentía culpable. ¿Era culpa suya que pusiera aquella expresión tan triste?

En ese momento Izuku volteó hacia donde se encontraba y sus miradas se cruzaron, allí tenía la respuesta a su pregunta. Izuku hizo una mueca triste y desvió la mirada para luego levantarse y alejarse del parque en dirección contraria a Katsuki.

 

"Es culpa mía", pensó Bakugou, incapaz de apartar la vista del lugar donde hasta hace unos segundos había estado Izuku.

 

Se sentía fatal.

Durante unos segundos se vio tentado a seguirlo pero descartó la idea rápidamente ¿Porqué debía perseguirlo? No pensaba rebajarse a seguirlo, enfadado echó a andar en dirección al dormitorio. Pero aquello no era cierto y lo sabía, la verdadera razón era que no sabría que decirle incluso si lo alcanzaba, así que optó por la opción más fácil, salir huyendo. Aunque eso era algo que le costaba admitir incluso para si mismo, él jamás huía de los problemas o al menos eso creía, ya no estaba seguro de nada.

Aquella noche, mientras los pensamientos invadían su mente y la culpa acariciaba sus entrañas, negándole el sueño, Bakugou tomó una decisión. Debía cambiar, no quería seguir hiriendo a Deku. Por supuesto eso no quería decir que le gustara Deku, simplemente no quería que el pecoso pusiese de nuevo esa expresión desolada que mostraba en el parque.
Pero no sabía por dónde empezar, se revolvió inquieto entre sus sábanas mientras las dudas lo asaltaban. ¿Cómo debía actuar frente a Deku a partir de ahora? ¿Como se cambia una actitud que has tenido durante toda tu vida?

Sin encontrar respuesta a esas preguntas finalmente se sumió en un sueño intranquilo.


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