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Locura de Amor por kawai13

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes usados no me pertenecen, créditos respectivos a Marvel. Solo los uso para dar vida a mis historias sin fines de lucro.

Capítulo II

 

— ¿Ya me puedo ir, Fury-Boy? —Dijo el joven sentado frente al escritorio del director — Si he entendido bien, mis clases empezaron hace 15 minutos.

 

— ¿Al menos has escuchado algo de lo que te he dicho? — Fury miraba al relajado joven con los pies sobre su escritorio, aquel que se dedicaba a mirar hacia la ventana de su despacho — Estoy intentando que no seas el objetivo de tarados pseudo-adultos hormonales y calenturientos — Aunque lo quisiera negar el impertinente jovencito frente suyo era alguien muy importante y querido.

 

— Si, bitter. Te he escuchado — Regresó su vista al frente — Que no te mire al único ojo útil que tienes, no implica que mis oídos no sirvan. — Se levantó de la silla y cogió la hoja sobre el escritorio. — Ya te dije que no hace falta que un tonto guardaespaldas o seguridad extra. Si cualquiera de esos bobos se acerca, aprenderán la lección de la mejor manera.  

 

Sin darle tiempo a responder salió de la oficina con un estridente portazo.

 

Fury se quedó mirando la dirección que el irrespetuoso joven había tomado, sin poder evitar sentirse preocupado. Él era amigo de la familia Stark desde mucho antes que naciera el menor; vio cómo se revelaba ante su padre y su alto intelecto le daba las oportunidades que se le negaban por el simple hecho de ser omega. Como el pequeño Anthony, con quince años de edad recién cumplidos, logró ingresar victorioso a la Universidad Stark mediante la solicitud de una beca completa. Aquella que se ganó sin que su padre se enterara y logrando el primer puesto frente a miles de postulantes.

 

Ahora con 16 años y estando un año adelantado en su carrera, se cambiaba de universidad por lo cansado que estaba de soportar las habladurías en la universidad de su padre.

 

‘Solo ha ingresado porque es el hijo del director’

‘Se dice omega, se dice Stark, pero no es ninguno de los dos. No le hace justicia a su apellido ni a su casta’

 ‘¿Has oído eso? El omega es un Stark, ya tiene la vida arreglada’

‘Ni que fuera tan inteligente, es puro cuento. Los papeles han sido arreglados por el mismo director’

 

No importaba que el joven sacara los primeros puestos. Que les ganara en sus narices a esos alfas y betas. Siempre lo menospreciaban por ser un omega y se alejaban por su apellido. Lo peor fue cuando empezaron los rumores de que conseguía altas notas porque se acostaba con los profesores.

 

Tanto padre como hijo, decidieron que no había motivo por el cual seguir en un ambiente tan nocivo.

 

El carácter de Anthony sirvió para que aguantara toda palabrería y respondiera burlonamente a todo compañero de clase, pero hasta él tenía un límite. Harto de todas esas palabras sin sentido y antes de poner una maldita bomba en el salón donde se encontraban sus ‘compañeros’, decidió buscar otra buena universidad para seguir adelante con su carrera e ignorar la bola de inútiles y envidiosos que lo rodeaban.

 

Así fue como, una semana después de iniciada las clases en la universidad de Shield, el menor se apareció en la silla del viejo amigo de su padre (y también padrino) exigiendo que le dé un examen de traslado y nivelación.

 

Con la nota perfecta, al director no le quedó más que poner al joven Stark en el tercer año. Tal y como el joven lo había pedido.

 

Fury regresó su mirada al escritorio, viendo la copia del horario del menor y luego su reloj de pared. Con tantas advertencias y explicaciones sobre las instalaciones se le había pasado la hora. Ahora Anthony era un joven de 16 años, rodeado de chicos con más de 21, llegando a un curso tres semanas después del inicio de clases y… TARDE.

 

Solo esperaba que su presentación no causara tanto alboroto.  

 

*-*-*-*Locura de Amor*-*-*-*

 

Anthony llegó a la puerta de su amplio salón, y como era poco común en las universidades, esta se encontraba cerrada y a la altura del profesor.

 

— ¿Por qué no podía tener una puerta al fondo? — Se lamentaba, no queriendo perderse las clases, de la que esperaba y fuera su materia favorita.

 

Dando un par de suspiros y viendo que ahora llevaba 20 minutos de retraso se dispuso a tocar la puerta.

 

Nada.

 

Un par de minutos después, y siendo ignorado por la persona frente al pizarrón volvió a tocar con más fuerza e insistencia.

 

Charles Xavier, volteó hacia su dirección y con su índice izquierdo señaló su muñeca contraria ‘Tarde’ Susurraron sus labios.

 

Anthony lo sabía, iba tarde a la única clase impartida por un omega en toda la universidad, y una de las más difíciles de pasar; pero no había sido su culpa y no se iba a detener hasta que ingresara al salón para escuchar a una de las pocas personas que admiraba en el curso de biomimética.

 

Respiró un par de veces más para calmarse y volvió a golpear más fuerte ganándose una mirada con el ceño fruncido del mayor, antes de que lo volviera a ignorar por la parte de vidrio de la puerta apoyó el documento que Fury le había entregado, donde indicaba su traslado oficial, y aquel que Anthony le había pedido por sea caso la charla se alargara de más, (aquel que indicaba que el retraso a clases era a causa de una reunión con el rector)

 

El profesor dejó de escribir en la pizarra y su ceño fruncido había sido reemplazada por una mirada llena de curiosidad. Dejó el plumón y caminó con pequeños pero presurosos pasos hasta la puerta.

 

Cuando esta fue abierta, se sorprendió del sutil y leve aroma que indicaba su casta de omega y más aun de la edad que este presentaba. Cuando lo vio tras la puerta pensó que simplemente era uno de sus alumnos (porque aún no se aprendía todas las nuevas caras) que había llegado tarde y que tenía una estatura baja. No esperó encontrarse con un adolescente de 16 años mostrándole papeles de traslado para una clase tan avanzada.

 

— Me permites esos papeles — Susurró señalando la diestra del menor. Aquel que era uno de los pocos omegas que había salido adelante y era uno de sus ejemplos a seguir. Algo que no le diría, shh, era un secreto.

 

Tony asintió aun medio embobado por tener a otra mente tan brillante frente suyo y esperó hasta que este revisara los papeles.

 

—Vaya— Susurró con asombro al ver la edad en la ficha de datos — ¿Seguro que esta es tu clase?

 

— Completamente seguro de no equivocarme en algo tan simple — Susurró con el ceño fruncido. ¿Él también lo desprestigiaba por lo que era? Sería por demás ridículo e… hiriente

 

— No me mal entiendas — Dijo el profesor al ver el ceño tiernamente fruncido del menor — Pero es muy raro ver omegas en esta carrera, mucho más tan jóvenes como tú y más en una especialidad tan avanzada

 

— Al igual que es raro ver a un profesor omega, enseñando en una carrera tan complicada.

 

El profesor le sonrió y asintió amablemente.

 

— Exacto, cariño. — Le agradaba la personalidad del menor. —¿Puedo ver tu horario? — Anthony le entregó el horario y el joven profesor asintió — Perfecto. Todo en orden. Ahora, si sabías que yo iba a ser tu profesor y supongo que conoces de mi odio a la impuntualidad. ¿Puedo saber porque estas llegando tarde?

 

— El tonto de Fury me entretuvo más de lo normal — Dijo alzando el último de sus papeles, donde le daban permiso a llegar tarde a la clase de Charles Xavier. — Si no detenía su palabrería insulsa, lo más probable es que todo este día también lo hubiera perdido escuchando sus paranoias.

 

Charles asintió nuevamente animado y le dio el pase al menor luego de regresarle horario y el documento de traslado.

 

— Bienvenido a las clases de Biomimética avanzada, cariño. Espero y disfrutes de estas dos revitalizantes horas de clase.

 

El joven omega asintió más animado y ansioso de empezar las clases, el que tuvieran a Charles Xavier como profesor fue uno de los motivos por el cual eligió esta universidad para su traslado. Eso tampoco pensaba decírselo.

 

*-*-*-*Locura de Amor*-*-*-*

 

— Muy bien, chicos. Eso es todo por hoy — Dijo el profesor viendo su reloj y dándole a todo el grupo paso a que se retiraran.

 

Era la segunda clase de Tony. Debía admitir que no superó a la clase magistral de Charles, pero tampoco le desagradó. Se encontraba guardando sus materiales para irse cuando sintió la mirada de un grupo de chicos. Los ignoró y siguió su camino hasta el edificio de la cafetería. No tenía ganas de un almuerzo, pero un delicioso café y un par de donas, le sonaban de maravilla a su vacío estómago.

 

Caminó calmado percatándose que el grupito de ineptos lo estaban siguiendo, pero vamos, su camino era hacia el comedor, rogaba por el bien y el orgullo de los tarados, que ese fuera el motivo por el que coincidían en su recorrido, y no acercarse a molestarlo.

 

Llegando al mostrador casi vacío, al dejarle su profesor salir uno 10 minutos antes, pudo pedir calmadamente el antojo que su hambriento estómago le exigía para luego ir a un costado a esperar que le entreguen todo.

 

Estaba calmado y tranquilo, revisando su horario y el numero del aula donde le impartirían su última clase del día, la agradable beta tras el mostrador por fin le dio su pedido y se dispuso a irse cuando escuchó unas cuantas palabras dirigidas hacia él.

 

— ¿Qué hace una cosita tan rica caminando por esta universidad? — Dijo el líder del grupito, que tristemente, si lo habían seguido —Deberías estar en casa aprendiendo a cocinar y como complacer a tu alfa — Los bitores de los ineptos de sus amigos solo lo animaban a seguir — Aunque con ese culito, no hace falta que hagas mucho.

 

Y Suficiente. Tony no aguantó más. Volvió a dejar su café y bolsa con donas en el mostrador y se dirigió hacia el grupo de alfas y betas con una sonrisa en su rostro.

 

— ¿Qué es lo que hago acá? — Dijo calmadamente — Estudio, como todos los alumnos aquí presentes — Agrandó sus ojos y usó el tono de voz que un adulto usa para explicarle algo completamente obvio a un niño — ¿Es posible comprender eso para tu diminuto e insignificante cerebro? ¿O te lo explico con dibujitos? — Tony estaba a un par de pasos, del grupo de cinco personas.

 

El alfa líder gruñó, pero Tony no se amedrentó. Su sonrisa burlesca emergió en sus labios.

 

La gente que iba llegando a la cafetería estaba dividida en dos pensamientos, o estaban indignados con su comportamiento o temían por lo que cinco grandes personas podían hacer con un pequeño omega.

 

Por la puerta de la cafetería, ingresaron Steve junto con Bucky e iba a sentarse a la gran mesa donde todos los chicos de su equipo estaban reunidos. O eso intentó cuando apreció que la mayoría de las miradas se encontraban en un solo punto fijo.

 

Sus ojos se agrandaron cuando vieron al menor, aquel que hace una semana había cautivado todos sus sentidos, siendo ‘amenazado’ por un grupo de enormes alfas y fornidos betas. Sutilmente reprimió un fuerte gruñido y le dijo a Bucky que lo alcanzaba luego en la mesa. Sin medir la fuerza o algo más, se dirigió hasta el otro lado de la enorme cafetería cuando uno de los alfas alzó el brazo para agredir o golpear al menor.

 

No fue necesario.

 

El profesor Erik Lenshester se acercó a paso calmo con su café en manos y miró de pies a cabeza a los alumnos.

 

— Si no desean que los deporte y haga una petición de expulsión, más les vale irse y no volver a repetir nunca más esta escena. — Los alumnos retrocedieron un par de pasos y vieron con cólera contenida al menor.

 

— Esto no se quedará así. — Susurró uno para solo ser escuchado por el menor

 

— ¿Estás amenazando al alumno en mi propia cara? — Dijo Erik mirándolo con un enojo palpable.

 

EL joven estudiante solo negó nervioso, le dio una última mirada y se largó con todo su sequito de ineptos.

 

— No era necesaria la intervención — Dijo el menor, tan orgulloso como siempre — Podría haberlos tirado al suelo si así lo quisiera.

 

— No era necesario, pero aun así quería hacerlo — El menor se volteó y se encontró con el alfa que sabía era la pareja de Charles. — Erik Lenshester, un placer. Tu eres el alumno de mi pareja — Dijo calmado mientras le tendía la mano al pequeño y peculiar omega

 

— Oh vaya, ¿le ha hablado Charles sobre mí? — Dijo un poco animado. — Es un placer conocerlo.

 

— Se podría decir que mi pequeño Charles siempre ha querido ver al menos un omega en su clase, y no ha sido nada fácil que deje de brincar de alegría cada vez que me cuenta de lo bueno que ha resultado ser tal alumno.

 

Tony asintió complacido por la pequeña descripción y fue a recoger sus donas y café que aún lo esperaban en la barra. Erik se despidió del pequeño omega y se fue en busca de su pareja para ir a almorzar a casa juntos.

 

Tony solo pensó la magnífica pareja que hacían ambos y anheló poder conocer de ahora en adelante más el mundo y tener un futuro tan prometedor como Charles. Resaltar por sus metas, sus logros, que su ingenio y mente prodigiosa sean los únicos ingredientes que lo llevaran al éxito.

 

Caminando hacia una de las pequeñas mesas de los laterales, para comer su merienda él solo, pensó en que tal vez debería buscar socializar un poco, obviamente con gente que valga la pena.

 

Steve sale del pequeño transe que fue ver al tierno omega siendo rescatado por otro que no fuera él; y luego apreció el deleite que su tierna cara mostraba al comer una de esas masas azucaradas. Con una sonrisa en su rostro al presenciar tal cautivadora escena, sus pasos se dirigieron hacia el menor.

 

— Hola — Susurró como un saludo mientras calmadamente se sentaba frente al menor — Me alegro verte nuevamente por las instalaciones — Su carácter amigable y bonachón salía a flote intentando que el menor entrara en confianza.

 

Anthony alzó una de sus perfectas cejas y le dio otro mordisco a su dona glaseada con chispas de colores. ¿Conocía a ese tipo?

 

 — ¿Quién eres? — Preguntó luego de darle un par de sorbos a su café

 

La sonrisa del quarterback flaqueó por un par de segundos. No esperaba haber causado tan poca impresión con el menor para que lo olvidara en menos de una semana.

 

— So-soy con el que chocaste hace una semana — Mantuvo su sonrisa e internamente anheló que con ello lo recordara.

 

El castaño alza la mirada, un poco curioso, mientras mira los profundos ojos azules, aquellos que se encontraban un poco ansiosos. Una pequeña sonrisa emerge de sus labios al recordar ese peculiar y molestoso encuentro. Con su nariz percibe el olor y confirma sus sospechas

 

— EL bobo alfa que chocó conmigo, si, ahora lo recuerdo. — Asiente mientras le da otro mordisco a su deliciosa dona. — ¿Se te ofrece algo, Ken?

 

— Mi… mi nombre es Steve. — Dice amablemente — Y cómo te vi solo, quisiera saber si deseas comer con mis amigos.

 

Su mano señala a la mesa central, de esas largas donde entran hasta ocho personas. Tony mira a ese lugar encontrándose con la curiosa mirada de más de uno, en especial de la pequeña alfa pelirroja y el otro muro andante que iba con el rubio la semana pasada.

 

— Es buena oferta, muñeco, pero tengo que irme a clases. No es que tenga un hueco de almuerzo en este momento. No como ustedes.

 

Steve asintió, comprendiendo un poco. Supuso, que como la mayoría de los alumnos que inician la universidad, en su primer ciclo le dan un horario con todos los cursos uno tras otro, haciendo que todas sus clases acabaran a las dos de la tarde. Hora prudencial para que la gente pueda salir a comer.

 

— Oh, entiendo, de seguro sales a las dos, ¿verdad? — Quiso confirmar de forma casual.

 

Tony lo mira curioso de que sepa ese tipo de datos, los lunes terminaba a las dos al igual que los jueves, y su horario solo lo había visto Fury, y Charles. Nadie más podría saberlo.

 

— ¿Cómo es que sabes eso? — Frunció su ceño — ¿A caso me espías, niño maravilla?

 

Su ceño fruncido alteró un poco al rubio universitario, que alzó las manos en son de paz y negando fervientemente ante la pregunta que había realizado el menor.

 

— No para nada. — Reafirma con voz segura — Es solo que los alumnos de primer año tienden a tener un horario muy similar, que es dado por la catedra misma en vez de dejar a los alumnos escoger su horario. Hablando de ello, ¿Qué carrera estudias?

 

— Ya veo. — Soltó un bufido, entre divertido e indignado. — Pues tu deducción resultó equivocada, Stand.

 

— Steve — Corrigió el joven calmado y aun con una sonrisa jovial y amigable

 

— Como sea. Yo no me encuentro en primer año — Le dio un par de mordiscos a su última dona para encontrarse con los ojos expectantes de cachorro que le ponía el rubio alfa — Hice un traslado. Estoy en tercer año. Y yo escogí mis cursos, bobito. Cursos de la carrera de ingeniería mecatrónica.

 

— ¿Te… tercer año?? — El castaño asiente, terminando por fin su aperitivo — Pe, pero tienes dieciséis.

 

Tony lo miro un tanto interesado, el hecho de que lo que sorprendiera al atolondrado alfa fuera su edad y no su casta era algo curioso, le empezaba a caer un poco mejor el rubio bonachón.

 

— Como dije, Stuart.

 

— Steve.

 

Tony lo miró, no importara cuanto molestara al rubio diciendo mal su nombre a propósito, el joven seguía manteniendo una amplia y amable sonrisa, y de sus ojos brotaba un brillo que le brindaba una rara confianza.

 

— Como dije la primera vez que cruzamos — Se levantó haciendo bolita la bolsa de sus donas y caminando hacia un tacho, justo con el rubio detrás de él — Soy un genio. No un humano común y corriente como ustedes.

 

En vez de sentirse ofendido el rubio asintió animado e impresionado. Le agradaba saber que el omega, aunque pequeño, era alguien que se valía por sí mismo.

 

— Eso es asombroso — Dijo mientras caminaba al costado del morocho, que salía del comedor. — ¿Ahora vas a tu siguiente clase?

 

Tony lo miró curioso, por seguir a su lado.

 

— Buena deducción, Sherlock. — Se paró a mitad del camino y encaró al menor — Puedo saber porque me sigues.

 

Las mejillas del rubio se tiñeron levemente de rosa.

 

— Mi oferta de amistad sigue en pie. Y si deseas, luego de tus clases podría enseñarte la universidad completa y sus campus.

 

Tony enarcó una ceja. El rubio era insistente. Aparte de ello estaba el hecho de que no conocía mucho de la enorme universidad en la que se encontraba, con las justas sabía el camino desde el ingreso, a su facultad y el comedor principal. Luego. Desconocía todo su entorno. Meditando la ventajosa propuesta del mayor, aceptó con un leve asentimiento.

 

— Genial. Yo puedo ir a recogerte a tu aula.

 

— Calma, tigre, te veo en el comedor; como ya sabes, salgo en un par de horas. —Dijo cruzándose de brazos y mirando al hombre frente suyo. Debía admitir que se sentía un poco pequeño frente suyo — ¿Tu a qué hora sales?

 

— Descuida, no tengo clases hasta las cinco. A las dos te veo en el comedor. — Su sonrisa era más grande, y realmente se encontraba espléndidamente emocionado porque el joven omega aceptara su acercamiento.

 

— Bien, te veo a las dos. — Guiño uno de sus enormes ojos avellanas y Steve pudo sentir que por un momento su corazón dejaba de latir al ver esas enormes pestañas batirse tan coquetamente.

 

El rubio alfa asintió mientras veía como el menor se alejaba de su alcance y aun un poco atontado por el delicioso aroma, regreso hasta el comedor para pasar el tiempo con sus amigos.

 

Una vez sentado, la mayoría de sus compañeros solo hablan entre ellos ignorando el estado de letargo en el que había llegado, medio inmerso en sí mismo, escuchó una voz que le hablaba

 

Es lindo, me gusta. Lo quiero conmigo. Tú te demoras demasiado.

 

No hay que apurarnos — Susurra para sí mismo.

 

Si fuera por ti, nos demoramos la vida y lo quiero conmigo ¡YA!

 

No, se paciente — Tratando de calmarlo — No lo queremos asustar.

 

Hombre de poca fe, si fuera por mi lo tendría muy pronto en mis manos.

 

¿Como lo hiciste con la beta? No gracias.

 

— ¿Decías algo, Steve? — El joven rubio alza su mirada, parece que su último susurro no fue tan bajo como supuso.

 

— No, nada, solo pensaba en las cosas que debo comprar para la cena.

 

Bucky asintió en comprensión, la universidad era costosa y si no eras de familia rica la única forma de estar ahí era mediante una beca. Su amigo contaba con una beca deportiva, por lo que, a pesar de su popularidad, muchas veces estaba en leves aprietos económicos. Empezó a sacarle conversación al rubio capitán para distraerlo de temas poco agradables y Steve le prestó atención tanto a él como al resto de sus amigos. Charlando y pasando un almuerzo agradable

 

Vio su reloj cerca de la una y media de la tarde y como gran parte de sus amigos se retiraban para seguir conversando en otro lugar o para dirigirse a sus clases. Steve se despidió de todos sin dar mucha explicación y se apresuró a su facultad para retirar un pequeño frasco de su casillero.

 

Tenía que tomar sus pastillas antes de ver al bello omega; no quería que pasara nada malo, menos cuando esos profundos ojos de dulce líquido, lo miraban tan intensamente. Ese omega tenía un precioso mirar.

 

‘La miel derretida en sus ojos logra sacar hasta el último de nuestros suspiros ¿Verdad, Steve?’

 

Continuará…

Notas finales:

Estoy poniendo todo al día mis plataformas, para poder reiniciar con la publicación de los fanfics congelados.

Esto se debe a que voy a iniciar un intento de patreon, que es una página de micro mecenazgo, donde la gente puede apoyar de forma mensual con lo que esté a su alcance. No es obligatorio, esto solo me daría la oportunidad de brindarle mucho más tiempo a la escritura y poder dejar uno de mis tantos trabajos que siempre tengo.

Si pueden, estaré inmensamente agradecida sino, me ayudarían mucho compartiendo y votando por la historia.

Obvio los que apoyen tendrán beneficios, desde publicaciones antes de tiempo, spoilers, sorteos y mucho más.

Para más info. 

https://www.patreon.com/Alexmoon13

 

Besos y nuevamente gracias por leer. 

Nos leemos pronto 

 


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