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Me perteneces... Acto I : El acosador por zamschu

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Notas del capitulo:

¡¡Al fin!! Si, y no hay una tercera parte del epílogo... Y a continuación, Sakurajei y yo cerramos éste primer acto de "Me perteneces"

 

Parte II

En el ostentoso departamento de Hiro, éste termina ya de desempacar sus pertenencias… aún incómodo por ese nuevo lugar… así se supone que debería vivir, rodeado de esos lujos por lo mismo del fruto de su esfuerzo, pero siendo un muchacho sencillo pues aún no puede llamar a ese ajeno lugar un “hogar dulce hogar”…

Y los pensamientos del pelirrojo van directo hacia su mejor amigo… Hiro está convencido de que la idea de que Shuichi se quede con su madre no ha sido una muy buena idea, para empezar… y no es que la madre de Shuichi y la hermana sean ogros o un par de brujas arpías… sino por lo mismo que su mejor amigo, desde que empezaron su carrera como músicos, deseaba independizarse para también demostrarles a todos que él no era ya un niño pequeño…

Sobre todo por la madre que aún tiene, abnegada si, amable y muy preocupada por los suyos… pero solía meterse en todo y dictaminar lo que Shuichi debía hacer o no… y Hiro recuerda las muchas veces en que Shu se quejaba con él de todo lo que la buena señora hacía, como escogía, incluso, su ropa para usar y las horas en las cuales ya debía estar en casa…

Algo asfixiante, según Hiro… pero en el fondo sabía que la madre de Shu tenía miedo de perder a su hijo así como perdió a su esposo…

El pelirrojo sale de la alcoba principal para dirigirse a la cocina y hacer un listado de todo lo que tiene que comprar… ni bien abre la refrigeradora, recuerda “la gran pelea” entre Shuichi y su madre… porque estuvo ahí mismo, Shu lo llamó esa tarde para pedirle encarecidamente que lo ayude a enfrentar a la señora… claro, mientras le rogaba ya estaba haciendo sus maletas para irse a vivir con Yuki…

El único argumento del cual podían hacer uso para apaciguar un tanto la furia de la señora, era su fanatismo por el escritor ¡Y que mejor noticia que decirle: “mamá, me voy a vivir con tu ídolo porque lo amo”!

Hiro no evita reírse de las frases que ambos compartieron en esos tensos momentos, buscando la manera en cómo darle a la mamá, tan impactante noticia: el haber resultado ser gay y el ser amante de un escritor de novelas románticas… y el ídolo de la señora…

El pelirrojo vuelve a la realidad y la sonrisa se le borra al instante… de lo poco que ha tratado a su mejor amigo, después de tres meses de que ese maldito se lo llevara, hace deprimirlo sobremanera…

Sin contar con tan espantosos momentos que él mismo vivió a merced de ese demente… tiene que ir a ver a Shuichi, hablar con él… pero ¿Cómo? Seguchi-san no le ha dado la dirección de la nueva ubicación de su casa ni tampoco Shu tiene celular… podría llamar a Yuki pero él se llevó el celular del pelirrojo, cuando se encontraba en el hospital…

En ese momento, Hiro recuerda el celular que ese bastardo le mandó… y lo tiene K porque le pidió que se lo entregara… así como el arma… ¡¡El arma!! Hiro no puede ni quiere estar sin esa protección… ¿Qué tal si ese cómplice se aparece y…?

E inmediatamente sale de la cocina y entra a su alcoba para sacar su billetera, las llaves de su moto y su casaca para salir… tiene que conseguir un arma

En ese momento suena el timbre, haciéndole dar un pequeño brinco del susto e inmediatamente voltea hacia la puerta abierta de la recámara… las imágenes de lo que sucedió con ese maldito vuelven a golpearlo y con mucha fuerza…

Dos disparos, una pared metálica manchada de sangre mientras el cuerpo de Tohma caía al piso, Hiro se encontró a sí mismo huyendo y refugiándose en el único lugar que en ese momento se le vino a la mente: Su departamento..

Una cachetada de parte de un lloroso e indignado Suguru lo hicieron volver a la realidad… ahí estaba el pequeño, de pie, con sus maletas hechas y reclamándole por haber descubierto todo sobre el acosador y el engaño para luego escuchar el azote de la puerta al cerrarla Suguru con fuerza y de ahí el silencio…

Hiro nunca supo por cuanto tiempo se quedó ahí de pie en medio de la sala… hasta que escuchó el timbre del departamento sonar… dos veces, tres veces…

- ¿Q-quien…? – preguntó Hiro al mismo tiempo que se obligaba a calmar acercándose a la puerta

- ¡Pizza vegetariana! – Hiro escuchó una voz amable de un hombre al otro lado de la puerta

- ¡V-váyase!

- ¿Sr…. Fujisaki? – preguntó la voz

Silencio

- ¿Ud. no pidió una pizza familiar vegetariana con mucho queso? – preguntó aquel repartidor, al parecer confundido

Hiro retira el seguro y abre la puerta… un sujeto con gorra roja está en el umbral con una caja de pizza en las manos, el pelo largo y semi-revuelto de un castaño oscuro no dejan ver el rostro

- ¿Sr. Fujisaki? – volvió a preguntar el joven

- Él no… se fue – contestó Hiro nervioso

- Que lástima… realmente quería que la paloma comiera con nosotros – dijo y alza su rostro - Malo, malo, malo… Hiro-chan… - dijo el sujeto con unos ojos celestes brillando de crueldad y el ceño fruncido

Una vez más, un nuevo timbre se vuelve a escuchar, haciendo volver a Hiro a la realidad… no es ese cómplice… el que está tocando… ¿Verdad?

El miedo lo invade por completo, haciéndolo inmovilizar donde se quedó, con las llaves en la mano y la casaca a medio poner… Hiro agudiza sus oídos esperando algún sonido, algo que le haga convencer que no está en peligro… que lo sucedido esa noche, no se vuelva a repetir… no va a dejar que eso ocurra… no otra vez…

Pero lo único que puede oír es su respiración agitada… el timbre no vuelve a sonar pero si varios golpes consecutivos y una voz conocida detrás de esa puerta llamándolo insistentemente…

Hiro se alivia a más no poder, dando un sonoro suspiro y calmándose a sí mismo… y es cuando escucha la puerta del recibidor abrirse… ¿Quién ha podido entrar si nadie más tiene la llave sino él?

- ¡Nakano! – se escuchó la voz de Kyo desde la sala

- ¡Estoy bien…! Sólo… me estaba… – respondió Hiro más que aliviado

Kyo aparece en el umbral de la puerta de la alcoba y ni bien ve a su protegido, hace una rápida mirada a la habitación

- cambiando… – terminó de decir Hiro y nota inmediatamente el arma en la mano derecha de su guardaespaldas

- ¿Todo bien? – le preguntó y guarda su arma rápidamente

- ¡Si! Lo siento… yo… - dijo Hiro y desvía su mirada un tanto nervioso

- Estoy con Ud. Nakano, nada va a pasarle – le aseguró su guardaespaldas comprendiendo inmediatamente y mirándolo con determinación

Y Hiro ni bien asienta, profundamente agradecido, alguien más aparece tras Kyo

- ¿Hiroshi? ¿Estás bien? – preguntó una muchacha de cabellos negros y largos con expresión preocupada

- ¡Ayaka!... – exclamó Hiro sorprendido

La muchacha va y lo abraza, Kyo asienta levemente con una leve sonrisa, asegurándole con la mirada que todo está bien y se retira a seguir con su trabajo….

- ¿Has venido hasta aquí sola?  - preguntó Hiro apartándola suavemente

- No te molestes conmigo… – dijo la muchacha luego de asentir

- ¿¿¿Sabías que ha podido pasarte algo malo???

- No soy tan débil como quieres creer… sé defensa personal…

- ¡Eso no es suficiente! ¿Y si te pasaba algo? – le reprochó Hiro con el ceño fruncido

- Hiroshi… no tienes nada de que preocuparte, el secuestrador está en prisión… ya no nos puede hacer daño

- No, pero el cómplice si ¿No te das cuenta del peligro que aún corremos? – dijo Hiro y la toma por los hombros - ¡No vuelvas a irte sola!

- ¿Cómplice?... – preguntó Ayaka con la boca abierta - No lo sabía… - dijo la joven y ve a su novio con expresión sombría - te prometo que no lo haré… ¿Está bien, amor? No te angusties así – agregó y lo vuelve a abrazar

Hiro corresponde el abrazo… aliviado momentáneamente pero consciente de que esto, aún no ha terminado

-*-

- Aunque no lo creas, es un alivio para mí, el ser testigo de que no estás durmiendo en un parque… - dijo Tohma con su consabida sonrisa y contemplando desde el umbral de la puerta, una habitación simple del sótano de una casa de clase media…

El lugar en sí es bueno como para un estudiante de universidad o para alguien joven que recién se independiza y que trabaja a medio tiempo para pagar algún estudio…

Una cama de plaza y media en la esquina más alejada y pegada a la pared. Un armario de madera al lado contrario, un sillón de tres cuerpos de tela sobria, un escritorio amplio con cajones y una silla sencilla… y el baño anexado a la habitación…

Claro que eso no significa que para el presidente de NG, acostumbrado a un estilo de vida muy superior, sea así de bueno… Al contrario… y aunque Tohma muestra su sonrisa, la expresión de su rostro en general, es de una mueca de asco mal disimulada…

- ¿Encontraste ya al cómplice?  - preguntó Suguru obligándose a calmar - de ser así, pues sería una muy grata y bien recibida noticia… al menos en esto has podido superar a Raven ¿Verdad?

- Mi pequeño primo Suguru… hasta en estas circunstancias no puedes dejar el sarcasmo… y eso es una virtud… - dijo Tohma y entra a la habitación para inspeccionar mejor - sobre todo porque dejas bien en claro que el intentar dialogar contigo, es un desafío el tener que contestarte según tu nivel

- Ya tienes una anécdota para compartir en la próxima cena familiar ¿Satisfecho?

- No he venido para burlarme de tu precario estado económico sino para enseñarte que cuando uno apuesta, apuesta a ganar… - dijo Tohma negando levemente con la cabeza y mira a su alrededor - y éstas son las consecuencias de tu manera tan impulsiva de ser

- Es mi problema no el tuyo… ahora si me disculpas, tengo que hacer…

- ¿Crees me regocijo con tu derrota?

- ¡Yo no he perdido!

- Suguru… Ya te ha demostrado que no le interesas como para ser más que amigos sino esa virtud que en la que tú crees ciegamente, en otras palabras, la nobleza de Nakano,  saldría a flote, y… no dejaría que vivieras aquí

- Para empezar, no se lo he dicho y para terminar, la puerta de salida está tras tuyo – dijo Suguru dándole la espalda y yendo hacia el armario

- Necio como tú sólo… - dijo Tohma para luego suspirar - Usami Ayaka-san está viviendo con Nakano en el nuevo departamento…

Suguru se queda inmóvil por unos momentos… esperaba cualquier cosa menos eso… cualquier frase irónica, hiriente, hipócrita... todo… pero no eso…

- La vida es más difícil de lo que te imaginas, Suguru… te…

- Dijiste que la enviarías lejos – dijo Suguru sin mirarlo

- Sus padres están ya convencidos… pero convence a un adolescente enamorado que termine su relación y se decida ir a estudiar al extranjero…

Silencio momentáneo y no es que Tohma sea así de bastardo insensible… porque no lo es, al menos no del todo y sabe perfectamente lo que Suguru debe sentir en estos momentos…

- Aquí están las llaves de tu nuevo departamento; la transacción para devolverte tu dinero, se hará en unas horas

- Si ya terminaste con las buenas noticias, entonces hazme el favor de largarte… y no, no quiero premio de consolación – dijo Suguru ordenando nuevamente su ya ordenada ropa

- No es un premio de consolación, Suguru… establecí un argumento de lo que haría yo si es que se hicieras realidad una posible relación con el mediocre y ya que no ha sido concretada, es lógico que te regrese lo que te quité

- ¿La palabra “independizarme” te suena a algo?

- Por aceptar la devolución de tu dinero no te hace un perdedor en la vida, Suguru… - dijo Tohma arqueando la ceja al hacerle gracia el comentario - tómalo como un traspié y sigue adelante – agregó y se encamina hacia la puerta - debido al lamentable suceso del secuestro de Shindo-san, se han duplicado las ventas de los álbumes anteriores de tu grupo… algo positivo sucedió, después de todo…

 El presidente de NG ve a su primo menor aún de espaldas y pasa al lado del escritorio para dejar una tarjeta

- Aquí está la dirección y el teléfono de la casa de Shindo-san… opino que dejes a un lado y por el momento, tus problemas personales y vayas a darle tu apoyo… porque Shindo-san está mucho peor que tú –dijo Tohma y abriendo la puerta, se va, cerrándola tras él

Suguru estalla en llanto y hunde su rostro entre sus ropas… no puede ser cierto… Hiroshi sabe muy bien lo que Suguru siente por él… no puede dejarlo así… ¿Y ahora qué va a hacer con el amor que siente tan grande, tan profundo y tan dentro suyo? ¿De verdad que Hiroshi no lo quiere? ¿No lo necesita?

El menor sabe bien que su primo por más manipulador y hasta hipócrita que pueda ser, no está mintiendo... Tohma no visita a nadie a menos que tenga motivos para hacerlo…

En ese momento, siente suaves golpes en la puerta de su nuevo hogar… se queda en silencio por unos momentos, aún con sus lágrimas cayendo vertiginosamente por sus mejillas y una profunda tristeza en el alma

- Fujisaki-san… ¿se encuentra bien? – preguntó Gren al otro lado de la puerta

- Déjame solo…

- Cualquier cosa que necesite, aquí me encuentro…

En ese momento, suenan pasos apurados y el abrir intempestivamente la puerta de la habitación

- Llévame donde Hiroshi – dijo Suguru sonando a una orden

Gren, sorprendido lo queda mirando

- Es… tengo la dirección de Shuichi y… creo que mi primo no se la ha dado…

- Fujisaki-san…

- Lo escuchaste todo ¿No es cierto? – preguntó Suguru desviándole la vista y con los ojos humedecidos

- No pude evitarlo… - dijo Gren y lo mira comprensible –  lo llevaré de inmediato

- Gracias…

Ambos salen de la casa y entran al auto de Gren, para luego abrocharse los cinturones de seguridad… Gren no evita mirar de reojo a un deprimido Suguru…

- Déle tiempo…

Suguru voltea y lo mira

- Nakano debe sentirse aún mal por las decisiones que tomó y el ataque del que fue víctima

Al menor se le ensombrece el rostro… no había considerado eso… pero lo que más rabia le da es que esa maldita bruja, esa cualquiera, hija de **** haya aprovechado eso para meterse en la casa de Hiroshi… arrastrada, corriente, aprovechada… ¿Cómo diablos no se le ocurrió a ÉL hacer eso?

Gren pone en marcha su vehículo… y aunque su nuevo protegido lleva las de perder, parece, por ese brillo de rabia en esos bonitos ojos castaños que tiene, que no se va a quedar así tan tranquilo… que luche por lo que se ama, no tiene nada de malo…

Y sin evitarlo, el guardaespaldas recuerda a su hermana… Jessie… aún no quiere creer que haya sido asesinada al igual que su compañero de trabajo, John… no lo quiere creer por lo mismo que no se ha encontrado el cuerpo… debe estar viva, en alguna parte... eso de esperar noticias de sus demás compañeros que aún siguen investigando, es algo que lo hace sentir peor…

Y la espera, para él, se le está haciendo una agonía…

A medio camino, Suguru cambia de idea y hace detener a Gren… saca su celular y… se queda mirando la pantalla, queriendo llamar a Hiro pero se da cuenta que no tiene su número…

Teniendo que ser valiente y afrontar una verdad que ya le está partiendo en pedazos el corazón, hace a Gren reanudar la marcha e ir a donde se dirigían… el nuevo departamento de Hiro

Una vez que llegan, Suguru se queda inmóvil en el asiento del copiloto, viendo por la ventanilla, la entrada del lujoso departamento. Los minutos pasan lentamente y Gren, viendo a Suguru sin moverse, piensa en lo más lógico… y es esperar a que Hiroshi salga o llegue para poder interceptarlo, no queriendo encontrarse con la novia…

Bueno, Gren es una persona paciente, él podría esperar todo el día en su vehículo, no sólo por lo mismo de su trabajo sino también porque es una virtud que, con el tiempo y la experiencia uno aprende… pero en el caso de Suguru…

No pasa ni media hora y éste, harto y de muy mal humor, de pronto abre la puerta del vehículo y baja, siendo seguido por Gren hasta que entran al edificio y por consiguiente a la puerta del departamento…

Claro que el menor no quiere tocar y comprobar lo que es cierto… lo único que hace es copiar la dirección y el teléfono de la tarjeta en un papel y deslizarlo bajo la puerta para darse la media vuelta e irse…

-*-

Una semana completa después, Yuki, con un cigarro en los labios, sale de su auto, dirigiéndose a la casa de la madre de Shuichi… hasta el momento, su pequeño no le ha confiado nada y no sólo eso… varias salidas al cine, a comer y a un parque cercano, no han hecho algo positivo en el estado en la que se encuentra sumido, su pequeño… parece estar empeorando

Si antes respondía a cualquier pregunta trivial con exactitud y tímidamente, ahora ya ni responde… sólo seguía a Yuki y en silencio… y lo peor, sin mirarlo a los ojos…

El rubio, bota el cigarro a un lado y toca la puerta. La suegra le abre, lo hace entrar y en voz baja le indica que suba a la habitación de su hijo y que lo haga bajar ni bien el tono de su celular suene dos veces… que será cuando todo ya esté listo.

Yuki sube mientras la señora entra rápidamente a la cocina para encontrarse con su hija y terminar de preparar una cena sorpresa para 13 personas…

En el segundo piso, Yuki no se toma la molestia de tocar la puerta sino que la abre y se asoma… ahí lo ve, encima de su cama ovillado… el rubio se acerca y lo encuentra profundamente dormido con rastros de lágrimas en sus mejillas y en la almohada… otra vez

Despacio se sienta a su lado, en la cama. Acaricia suavemente el rostro apacible enjuagando sus lágrimas en silencio y con una pesada carga en su alma…

Momentos después, voltea y de su saco, saca su cajetilla para fumar un cigarro… y ni bien lo enciende, busca con la mirada algún cenicero encontrándolo en la mesa del velador, junto con colillas de cigarros ya terminados…

Aún cuando el rubio prefiere que su baka no fume, pues sería una opción menos dañina a que consuma drogas… ya que el cigarro se le podría quitar gradualmente… en el fondo, quisiera seguir percibiendo el shampoo de fresas en el cabello y la fragancia del cuerpo de Shuichi y no que apeste a cigarro…

Yuki se percata de un sobre blanco, bajo el cenicero y sin dudarlo, lo coge… ¿Una carta? ¿Para él?... ya sería un gran avance… si no puede confiarle con palabras lo ocurrido, pues un escrito de lo que Shuichi siente o quiere expresar es más que idóneo… y muy bien recibido, por cierto…

Pero cuando da la vuelta al sobre, se queda atónito para inmediatamente hacerlo enfurecer… ¿¿Qué mierda hace el pseudónimo de ese hijo de puta como destinatario??... Yuki desvía un tanto la mirada hacia Shuichi, apretando los dientes de la rabia que ha empezado a carcomerle… pero más que rabia, más que incredulidad, es el dolor que siente dentro suyo… como si Yuki no contara sino ese hijo de la mierda… ¿Acaso ese bastardo es más importante que él?

E inmediatamente abre el sobre que no estaba pegado y saca dos hojas escritas y dobladas en dos… e intentando serenarse, lo abre para leerlo

Después de leer el contenido, Yuki deja pasar un tiempo prudencial para calmarse… y es cuando nota un par de lágrimas cayendo lentamente por sus mejillas… se las limpia rápidamente para luego doblar las hojas y meterlas en el sobre para ponerlo donde lo encontró, debajo del cenicero.

Y con cada frase que leyó dándole vueltas en la cabeza, se queda en silencio y fumando… ante sus ojos, se ha abierto una puerta a los pensamientos de su Shuichi ¿Tendría que haberse enterado de lo que Shuichi pensaba de esa manera? No, y eso significa que tiene Shuichi tiene bastantes conflictos dentro de él… lo que siente y lo que piensa están batallando entre si, la dependencia que muestra hacia ese hijo de puta es increíblemente fuerte

¿Pidiéndole consejo a ese bastardo de mierda? ¡Inverosímil! Pudiendo pedirle consejo a él… o a su madre o hermana, su mejor amigo, al otro mocoso, a quien sea que lo ame de verdad y no que siga tergiversándolo hasta terminar de hundirlo por completo

Yuki toma una decisión en esos momentos y mueve a Shuichi para despertarlo

- ¿Y-yuki?

- Empaca todo, nos largamos esta noche – dijo Yuki y se levanta

Shuichi se sienta inmediatamente en la cama y lo mira muy confundido

- ¿A… A dónde?

Yuki abre el armario y del estante superior saca dos maletas grandes y las tira encima de la cama

- A casa ¿A dónde más?

- ¿A…. casa?... – preguntó Shuichi anonadado

- El nuevo departamento que alquiló Tohma para nosotros, es horrendo. Cuando todo este circo de la prensa termine… – dijo Yuki prendiendo otro cigarro y lo mira - buscamos una casa

Shuichi no lo puede creer… ¿De verdad? ¿Ya lo… ya lo perdonó? ¿Es en serio? Y viendo a Yuki ahí de pie y fumando, mirándolo decididamente… entonces… es cierto

Y es ahí mismo, en esos precisos momentos en que Shuichi, a parte de soltar lágrimas, sonríe… está riendo, se ve… emocionado, contento… aliviado… ¡¡Eso es!! ¿¿Cómo diablos Yuki no lo llevó consigo a vivir en ese departamento espantoso en primer lugar?? ¿En qué había estado pensando? Y después de tres semanas y dos días en las cuales lo encontró y se lo trajo, es la primera vez que lo ve sonreír

Maldita sea, que el fumón tenía razón… y en una reunión previa, tres días antes, con todos esos locos que hablaban y discutían sin parar lo que querían hacer para apoyar a Shuichi, Hiroshi dijo bien en claro, que no estaba de acuerdo con la decisión de haber dejado a su baka, en la casa de sus padres…

Yuki, sintiendo un gran alivio, muy en el fondo, no deja de observar a su pequeño porque no quiere perder ni un solo detalle… aún cuando esas gemas violetas, todavía están opacas… no lo están del todo y eso ¡Precisamente eso es lo que Yuki estaba buscando! Ver que aún puede rescatar a su pequeño de las sombras…

- ¿Qué estás esperando?

Ni bien le pregunta, siente que esa misma frase se la está preguntando a sí mismo “¿Qué estas esperando?”... y Yuki se acerca a él, como respuesta, mientras Shuichi lo sigue con la mirada y lo hace poner de pie dentro de un abrazo

- Ni creas que te voy a sacar de aquí en brazos…

-*-

Abajo, en el primer piso, Maiko, tratando de ser lo más sigilosa posible, va abriendo la puerta mientras los invitados van llegando y se van derechito a la cocina…. Y una vez que casi todos están presentes, surge la molestia

- ¿Hasta que hora lo vamos a esperar? – dijo Suguru con los brazos cruzados y con una mueca visible en su rostro

- Creo que se va a asustar bastante si salimos de pronto y le gritamos ¡Sorpresa! – dijo Yuuji con una ceja levantada

- Igual se va a asustar – dijo Hiro con el celular pegado en su oreja, esperando que del otro lado, contesten

- Hiro ¿No le estarás hablando a ya sabemos quién, no? – susurró Yuuji en el oído de su hermano menor y evitando que alguien más los escuche

- K no contesta… - dijo Hiro respondiendo para todos al mismo tiempo que para Yuuji

- ¡Ese tarado! ¡Dijo que iba a ser el primero en llegar! – replicó Suguru, agradecido, en el fondo de que no tenga que lidiar con la presencia de la cualquiera… (“la otra”)

- ¡Ni bien salimos, cantaremos no-da! – exclamó Ryuichi alzando su Kumagoro al aire y agitándolo para hacerle saber a Noriko, quien se encuentra en el lado opuesto a él, mientras Kyo, Gren y tres guardaespaldas más, están en medio

- ¡Shhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡Que se va a enterar antes de tiempo y esa no es la idea! – reclamó Suguru en un susurro

- Hasta en esto tienes que montar escándalo – dijo Tatsuha fastidiado

- No grité muy fuerte, sólo quería que Noriko-chan me escuchara

- ¿Y qué haces aquí por cierto? Que yo sepa nadie te invitó – dijo Tatsuha burlón - ¡Oh si, ya recuerdo! ¡Mi cuñado que tiene todo el derecho de también estar aquí! Es una acción muy noble de tu parte, Tohma, el querer estar también aquí para apoyar y sin ningún interés de por medio, a Shuichi

- ¿Qué te ocurre, Tatsuha? – preguntó Mika

- ¿A mí? Nada, sólo que algunas personas que no deberían estar presentes, lo están… y yo que les creía con un mínimo de vergüenza, como para venir a hacerse los preocupados, cuando realmente no lo sienten

- ¡Eso no es verdad! ¡Su-chan es mi amigo!

- Pero según sé, no quería verte ni en pintura…

Los demás sólo escuchan y el ambiente se empieza a poner tenso

- El despecho es un mal consejero, Tatsuha – dijo Tohma calmadamente

- ¿Despecho? No cuñadito, se llama indignación

- Es suficiente, Tatsuha Uesugi, no es el lugar ni el momento como para que armes una discusión – dijo su padre molesto

- Me van a disculpar que me meta pero estamos aquí por un propósito en común y es el de apoyar a Shu – dijo Yuuji tratando de apaciguar aires inciertos – Al menos por ésta noche, sopórtense y compórtense, si fueran tan amables

Silencio momentáneo…

- Tatsuha Uesugi – dijo el anciano con el ceño fruncido – estás parado encima de mi pie

- Ah, pensé que era la mayólica del suelo que estaba levantada – respondió el menor haciéndose el desentendido

- ¿Como que este lugar está un poco angosto para todos nosotros? – preguntó Yuuji

- Aguda observación – dijo Tohma sonriendo tranquilo, cuando realmente no tenía ni quería estar presente

- ¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí? – preguntó Mika contrariada

- Falta K y sus invitados – dijo Sakano algo ansioso y aflojándose un tanto la corbata… eso de estar “encerrado” en un lugar angosto y encima con todos ahí metidos… como que tiene que calmarse para no salir corriendo a donde sea

- ¿Tienes ya el número de teléfono del sicario? – preguntó Suguru, harto

- En estos días, me lo dan – respondió Hiro con una mueca…

- ¿Un sicario? – preguntó Kyo frunciendo el ceño

- Si K-san no aparece, yo puedo encargarme de ese delicado asunto – dijo Gren intentando calmarse… claro, ser un poquito claustrofóbico, no ayuda mucho que digamos

- ¿Oíste eso Hiroshi? – preguntó Suguru complacido

- Sería raro que no lo haya oído si Gren-san está al lado mío

- ¿Se puede saber quien es la persona que está empujando? – preguntó el Sr. Uesugi ya molesto

- O salimos ahora, o… no salimos – dijo Yuuji haciéndose el dramático

En ese momento, se abre la puerta de la cocina

- What are you doing here? (¿Qué están hacienda aquí?) – preguntó K… el que faltaba…

- ¡Ya era hora que te aparecieras! – inquirió Suguru sin poder ver a su querido manager, obvio, todos lo tapan

- Oh my… It looks uncomfortable (se ve muy incómodo) – dijo Judy viendo al grupo apretujado

- Daddy! Where’s uncle angel Shuichi? (Papi ¿dónde está el tío ángel Shuichi?) – preguntó Michael, siendo cargado por K

Se produce un tenso silencio…

- Uncle Shuichi, my boy (Tío Shuichi, mi niño) – corrigió el padre

- Is absolutely necessary to stay here? (¿es absolutamente necesario estar aquí?) – preguntó Ark tratando de hacerse paso, protegiendo siempre a Judy

- ¡¡Eso lo resuelvo ahora!! – gritó Rage sacando un arma bien grande y queriendo apuntar contra la pared

- ¡Nooooooooooooooooooooooooooo! – todos gritaron al unísono

- ¡Rage-san! Iba a decirle que me alegra verla… pero ya me arrepentí – dijo Suguru

- ¡Soy invencible! – aseguró Rage sin rastro alguno en sus facciones del atentado y sintiéndose mejor que nunca

- Más bien diría, inmortal… – dijo Hiro sonriendo

- Bienvenida y gracias por contar con su ayuda – dijo Tohma asintiendo

- ¿Alguien más falta? – preguntó Mika queriendo salir de una vez

- Permiso, permiso…. – dijo K haciéndose paso o al menos tratando

- ¡Si ya estamos todos! ¿a qué seguir en este suplicio? – se quejó Tatsuha siendo empujado hacia los brazos de Suguru – Hola, gusto en verte, pequeño y lindo Suguru

- Not yet… falta alguien – dijo K asintiendo

- ¡Ay no!

- ¡Oiga! ¿puede dejar de abrazarme? – se quejó Suguru

- ¿Quién se está aprovechando de Suguru-chan si se puede saber? – preguntó Yuuji tratando de ver al aprovechado… - ¡Ahí voy en tu rescate! – y trata de abrirse paso - ¡Hiro, no te quedes ahí parado!

- ¡No puedo moverme si K está estorbando!

- ¿Ah si? ¿Y qué me dices de esto? – preguntó K ya con su amado pistolón en la frente de hiro

- Que… me da mucho gusto que me estorbes

- ¡Deje de abrazarme le digo!

- Pero no es mi culpa… me empujaron – contestó Tatsuha con una sonrisa sin dejar de abrazarlo

- ¡Pero eso fue hace un rato!

Mientras, en el segundo piso, Yuki recibe las dos timbradas en su celular… señal esperada de todos los que sufren en el primer piso para indicarle que ya puede bajar con Shuichi a la sala…

- ¿Quién… es? – preguntó Shuichi semi-desnudo en su cama, sonrosado y jadeante, bajo un semi-desnudo Yuki encima de él

- Promoción para llamar gratis no sé hasta cuando… - respondió Yuki, restándole importancia a lo que es para el resto, importante, para luego seguir recorriendo la suave piel de su pequeño con sus labios y lengua

Las caricias y besos reanudan su marcha… pero Yuki aún siente a Shuichi muy inseguro e inquieto

- ¿D-de verdad que… quieres que viva contigo?

- Sino no te hubiera dicho para que empacaras ¿No?

Y ni bien se miran a los ojos, Shuichi le desvía la mirada… paciencia, Yuki, por el momento, ha habido un avance y esa sonrisa ya guardada en la memoria del rubio, y que tiene que volver a verla, es un aliciente muy poderoso…

Sin más vuelve a recorrer el cuello de SU pequeño y la marca maldita que prácticamente ha desaparecido, pues Yuki con sus dientes toma ese pedazo de piel y la marca como suya…

- ¡Ough! – se quejó Shuichi

- Cállate, no me desconcentres

- ¡Perdóname…! Yo…

- Baka

Subiendo por las escaleras, la madre y hermana de Shuichi, con el ceño fruncido, van decididamente a sacar a Shuichi y al depravado (Según la suegra) de esa habitación…

Diez minutos después, y ya en la sala, Shuichi con la cabeza agacha llora en silencio… más que avergonzado, se siente más culpable aún de haber, según él, propiciado la embarazosa situación de haber sido pescado in fraganti en la cama con su novio…

Por supuesto que no fue en pleno acto, pero si fue en las preliminares… su madre disgustada claro, pero no precisamente con su hijo sino con su ídolo… ¡Que falta de respeto!... pero lo perdona ¿Por qué? No por el hecho de que Yuki sea su ídolo sino además, que puede comprender que ellos dos son pareja y que nada puede hacer al respecto…

Maiko, en el fondo, ilusionada con encontrar a alguien como Yuki de pareja, no logra gesticular ningún reproche hacia su hermano menor… así que, al contrario de lo que cualquiera pueda pensar, ambas mujeres le hablan calmadamente para calmarlo…

Por otra parte, Yuki, no interviene y no es porque no tenga nada que decir, sino porque lo que haga o no con Shuichi, no es problema de esas dos, así que ni se molesta en decirles algo

En ese instante, se escucha algo romperse en la cocina, seguido de un: ¡¡NOOOOOOO!! Y una explosión… la señora Shindo, junto con su hija voltean hacia donde se encuentra la puerta de la cocina y ven humo salir por la rendija… a ambas les salen una gota en la nuca al imaginarse cómo habrá quedado el lugar. Yuki, apagando la colilla de su cigarro, ni caso les hace…

Pero Shuichi se ha quedado mudo y recuerda esa noche en la cual, él estaba ovillado en la cama de ese cuartucho, mientras Raven, a su lado, hacía en voz alta, la cuenta regresiva y mientras la voz de su captor resuena en sus oídos, vuelve a sentir esa horrible sensación en su interior

- ¿Pasa… algo? – preguntó su hermana luego de voltear a verlo

La madre y Yuki también lo hacen y es cuando Shuichi empieza a gritar mientras retrocede y flexiona las piernas hasta hacerse un ovillito con la mirada fija en la puerta y las manos en la cara

- ¡Hijo que te ocurre! – exclamó la señora asustada

- ¡Cálmate! – demandó Yuki alzándole la voz, poniéndose delante de él y tomándolo por los hombros – ¡Son esos idiotas que están haciendo alboroto allá adentro…!

Shuichi alza su rostro y lo queda mirando por unos momentos… y asintiendo, se calma casi de inmediato

- ¿Qué pasó? – preguntó Hiro quien es el primero que sale, junto con los demás, algo sucios y tosiendo por la humareda

Y ven a Shuichi limpiándose el rostro con la manga de su suéter e hipando… aún así aparentemente calmado, no evita mostrarse asustado… y causar extrañeza en la madre y hermana de Shuichi… aunque Yuki intuye la razón, pero se queda en silencio

- Esa no iba a ser nuestra entrada triunfal... ya conoces cuando se emociona Rage-san – dijo Hiro tratando de restarle importancia con la comprensión marcando su rostro

Shuichi se percata de cada uno de los presentes… no sabiendo qué decir o qué hacer…

- ¿Es el momento de gritar “sorpresa”? – preguntó Yuuji mirando a Shuichi con la cejas arqueadas y una sonrisa forzada

- No tengo la culpa que su cocina sea tan estrecha – dijo Rage con una mueca

- ¡¡Uncle Shuichi!! – gritó Michael y va corriendo hacia él – daddy blows things all the time, too!! (¡Papá estalla cosas todo el tiempo, también)

Shuichi ve a todos sus amigos y conocidos presentes y agacha la cabeza… era una fiesta sorpresa y él la arruinó…

- L-lo… siento… - dijo el pobre en un hilito de voz

- Baka – le dijo Yuki, haciéndole levantar el rostro, tomándole de la mejilla - ¿A qué la manía de juntarte con estos idiotas desquiciados?

- ¡Oiga! Desquiciados si, idiotas no ¿Ah? – aseguró Yuuji – Para que sepa, fui el primero de mi clase cuando estaba en la escuela - agrego guiñándole el ojo a Shuichi

- El primero en salir corriendo al recreo – dijo Hiro mirando a su hermano – primero en escaparse de clase para irse al gimnasio y ver a las chicas haciendo ejercicio, también primero en…

- Ya, no especifiques que me haces mala imagen… Como decía… – Yuuji tose – hemos sido convocados para alegrar, divertir, amenizar y darle sabor a tu vida con una rica salsa

- ¡Es lo más patético que he escuchado en toda mi vida! – exclamó Suguru mirando a Yuuji parcamente – Shuichi, estamos aquí presentes para darte todo nuestro apoyo – dijo volteando a ver a su amigo – cuenta con nosotros en todo – agregó asintiendo

- ¡Ahora a cantar No-daaaaaaaaaaaaaa! – exclamó Ryuichi alzando sus brazos y agitando a su inseparable peluche

- ¡Todavía no, Ryuichi! – dijo Noriko con una mueca

- Pero… pero… ¡Yo quiero cantarle! – respondió Ryuichi señalando a Shuichi con un puchero y gruesas lágrimas cayendo por sus mejillas

La señora Shindo, en silencio, va hacia la cocina… todo esta destrozado y no hay rastros de las fuentes y las ollas con la cena, pero eso es lo de menos… la reacción de su hijo es lo que preocupa a la buena señora… y mientras la reunión continúa, se escucha el timbre del teléfono y contesta…

En la sala, ya los presentes se han acomodado a su gusto, conversando y riendo para distraer y animar a Shuichi, cosa que  están logrando con mucho éxito…

La señora Shindo reingresa a la sala y se dirige hacia la puerta de entrada… K la sigue con la mirada y sonríe, no pasando desapercibido por un observador Tohma y un silencioso Yuki

- Shuichi… - dijo la señora reingresando – alguien desea verte

Shuichi voltea, la mira y es cuando un joven de no más de 19 años, aparece. Sus cabellos rubios cortos y lacios, unos hermosos ojos color jade, los labios delgados y bien definidos… en otras palabras, un rostro esculpido por los mismos ángeles 

La expresión de Shuichi cambia drásticamente, quedándose boquiabierto y los que están presentes quedan mirando al susodicho, sorprendidos… ¿Será modelo? ¿Quién es?

- Lamento… llegar así de tarde… – dijo el joven algo cohibido

- ¡Al contrario! ¡Has llegado justo para iluminar mi vida! – expresó Tatsuha embelesado

Ryuichi y Yuki examinan en silencio, al muchacho en cuestión… de cuerpo delgado y al parecer bien formado gracias a la vestimenta un tanto informal que está usando. Unos jeans algo ajustados, un suéter suelto y unas botas vaqueras…

- ¡¡MAKO!! – gritó Shuichi para inmediatamente levantarse de su sitio de un salto y va corriendo y lo abraza

- Tenías razón, Shuichi… - susurró Mako estrechándolo también en un fuerte abrazo – Prometiste que nos… volveríamos a ver… - dijo sin evitar el llanto de alivio y felicidad que siente

- No es cierto, dije que iría por ti pero… no…

- Shhhhh, prometiste que nos íbamos a ver nuevamente…

Yuki recuerda quien se supone que es y desviando su mirada a K, lo comprueba… es el prostituto… del antro…

Ambos sin dejar de estrecharse se bombardean con preguntas con la emoción estampada en sus jovenes rostros…

- Oigan ya, despéguense… - dijo Tatsuha arqueando las cejas

Yuki desvía su mirada a su hermano menor y frunce aún más su ceño… ya ajustará cuentas con ese idiota… pero primero, con el otro idiota que sigue apachurrando al baka…

- He oído ese nombre antes… - dijo Yuuji pensativo

- Makoto Greenwood, gusto en conocerlos… - dijo el susodicho presentándose a sí mismo rápidamente

- ¡Claro, eres el amigo de Shuichi que faltaba estar presente!

Hiro y Suguru asientan contentos, Shuichi guía al invitado especial a sentarse junto a él, haciendo caso omiso, sin querer, a su amado Yuki quien manteniendo su postura, no se inmuta aún cuando los presentes ven a Shuichi conversar emocionadísimo con “su amigo”… que temple tiene el rubio, increíble… claro que no esperaban una escena de celos, pero mínimo, una mirada de esas, si… las que acuchillan, te revuelcan en el suelo para luego estamparte contra la pared y dejarte pegado ahí hasta nuevo aviso

Cajas y cajas de pizza junto con varios packs de cerveza llegan y así, los presentes se sientan a la mesa y comen con evidente hambre… incluyendo, también, miradas de desagrado y alguna que otra frase sarcástica de Tatsuha dirigidas a Ryuichi y a Tohma…

La cena termina y Ryuichi no pudiendo con su genio, corre hacia el equipo de sonido y en menos de dos minutos, con micrófono en mano, empieza a cantar… Shuichi lo queda mirando y no evita recordar viejas épocas… aún cuando hay un asunto entre ellos por resolver, en ese momento es lo que menos importa…

Y esa canción en conjunto con una mirada decidida le dice a Shuichi que todo estará bien… mientras éste no puede contener sus lágrimas de la tristeza y al mismo tiempo alegría por semejante apoyo de todos sus amigos y conocidos…

La noche avanza lentamente y llegado el momento, y pidiendo disculpas a la dueña de casa, por el estado lamentable que quedó la cocina, se van retirando no sin antes y los más allegados al cantante, estrecharlo en un abrazo y prometiéndole visitas y todo el apoyo posible…

Así cuando ya todos se van, Yuki apaga la colilla de su cigarro en el cenicero, se levanta y le manda una mirada a Shuichi de: “vámonos ya”

Shuichi asiente e inmediatamente sube a su habitación, saca sus maletas y baja con ellas a la sala. Ni que decir la expresión de su madre y su hermana y el reclamo de ambas, pero Shuichi les pide que lo dejen ir, prometiéndoles que las vendrá a visitar seguido.

El pelinegro, con dificultad, mete el equipaje en la maletera del auto de Yuki mientras éste, en el umbral de la puerta, prende un nuevo cigarro

- Que quede claro que no estoy de acuerdo con que se lo lleve y de comprobar que no está siéndole de ayuda, voy por él y me lo llevo conmigo… así grite, me demande o me haga todo el escándalo del mundo – dijo la mujer seriamente

- Lo que mi hermano necesita es paciencia y mucha comprensión, Ud. ya lo ha visto y si por Ud. mi hermano vuelve a ser el mismo de antes, no me sentiré culpable ni arrepentida de haber permitido irse

Yuki sin mirarlas, asiente levemente y va hacia su auto. La madre de Shuichi y su hermana lo despiden no sin antes amenazarlo con visitarlas y llamarlas por teléfono mínimo diariamente…

Shuichi asienta y les sonríe. Yuki pone en marcha su vehículo y así se van

- Mamá…. ¿Tú crees...?

- Roguemos al cielo que haya sido lo mejor…

-*-

Una vez que llegan al departamento, Shuichi en el recibidor, se queda asombrado viendo frente a él una amplia sala… cuanto lujo... haciendo inevitablemente la comparación del antiguo lugar donde solían vivir con éste nuevo, en su mente…

- ¿Te vas a quedar ahí toda la noche? – preguntó Yuki tras Shuichi

- No, sólo que…

- Seh…

En ese momento, Shuichi siente por su hombro el tintineo de algo, voltea su rostro y ve a Yuki mostrándole unas llaves…

- ¿Las vas a coger o no?

- ¿D-de verdad… quieres que… a pesar de…?

- No, solo te muestro el departamento, ya puedes irte – dijo Yuki y sin más se adelanta y Shuichi lo pierde de vista

Shuichi se ve a si mismo con sus maletas descansando en el suelo, a lado suyo… a pesar de todo, Yuki aún quiere vivir con él y eso lo alivia sobremanera, pero al mismo tiempo lo llena de angustia… Yuki quiere vivir con él porque no sabe todo lo que Shuichi ha hecho… ¿Y cuando se entere?

En ese momento, hasta se siente arrepentido de haber aceptado irse con Yuki, porque cuando el rubio sepa todo, según Shuichi, y por el carácter del diablo que el rubio tiene, lo va a botar a la calle y eso es lo que más teme… el rechazo y repulsión de la persona que ama con toda su alma.

Yuki por su parte y en la cocina, bebe su cerveza, esperando ver por el umbral de la puerta, al baka cruzar con sus maletas e ir a husmear el departamento… hasta que siente una puerta cerrarse

El rubio que iba a seguir tomando, se queda inmóvil… ¿No habrá hecho lo que se está imaginando… verdad? Más que incrédulo, sale de la cocina, cruza la sala hacia el recibidor y ve que ni su baka ni las maletas están donde estuvieron hace unos ¿Segundos?

¡Esto es el colmo!... Yuki abre la puerta y lo ve ahí en el pasillo, yéndose con sus maletas y la cabeza gacha… ¿Qué fue lo que le dijo exactamente como para…?

- ¿A dónde crees que vas? – preguntó Yuki tras Shuichi

- Y-yo… Yuki, creo que… – balbuceó Shuichi sin atreverse a voltear y encararlo - mejor me voy y mañana me visitas un ratito… si no es molesti…

En ese momento, siente que lo toman en brazos y lo cargan…. anonadado, se ve a sí mismo en los brazos de Yuki

- Convénceme

Shuichi, aún sin poder gesticular palabra alguna, puesto que no se lo esperaba, no sabe que decir. Yuki regresa al departamento y lo sienta en el sofá de piel

- M-mis maletas…

- Dame una razón del porque no quieres estar a mi lado

- ¡No es que no quiera! – enfatizó Shuichi para luego de mirarlo, desviarle nuevamente la mirada y cohibirse por completo – es… es… – y sentado, cierra los ojos fuertemente

- ¿Por qué te hizo porquerías estando tu drogado? ¿Por qué se la has tenido que mamar? ¿O porque te acostaste con ese puto que es el mismo que estuvo hoy en la reunión?

Shuichi se queda prácticamente en shock ¿¿Lo sabía?? ¿¿Cómo?? ¿¿Desde cuando??... mientras las lágrimas corren a raudales, con el horror estampado en sus ojos

- Debe de haber más, entonces – dijo sacando un cigarro, prendiéndolo y sentándose a su lado

- ¡¡Perdóname Yuki!! ¡¡Perdóname!! – exclamó rompiendo en llanto y tapándose la cara de la vergüenza y culpa que siente

- Lo sé…

- ¡No me botes, por favor Yuki! ¡No sientas asco de mí… por favor…!

- Deja de llorar que aquí nadie va a botar a alguien a la calle – dijo Yuki queriendo callar ese llanto que más que hartarlo, lo está deprimiendo

Y sin más lo atrae hacia él y lo abraza fuertemente

- La única manera que te bote de aquí a patadas es si dejaras de amarme… ¿Ese es el por qué no quieres estar a mi lado?

- ¡NO! ¡No he dejado de amarte Yuki! ¡No es cierto! – exclamó Shuichi aferrándose a la camisa de su amado – Es… no sé que hacer…

- Con respecto a qué

- Tú me estuviste buscando… ¡¡No lo dejaste de hacer ni un momento, aun cuando yo mismo me di por vencido!! ¡Y no es que no haya creído en ti solo que… es solo que… estoy tan sucio…! ¡No te merezco! – dijo Shuichi hundiendo su rostro en la camisa de Yuki

Yuki se queda en silencio, dejando que el baka se desahogue por completo… En el fondo incómodo por que sabe lo que Shuichi hizo y también por lo que le falta saber… ¿Qué tan “culpable” cree y dice que Shuichi es?...

Cuando lo volvió a ver, después de tres meses de agonía, se estaba besando con ese hijo de puta… “síndrome de Estocolmo” le dijeron y Yuki se negaba a creerlo, por lo mismo que confiaba en el espíritu de lucha de su baka como para haber sucumbido en algo tan grotesco como eso… o quería creer…. pero ¿Quién puede ser lo suficientemente fuerte como para haber resistido tres meses de golpes, vejaciones y mantener el corazón y el alma intactos?

Y ahí mismo está la respuesta, aferrándose a Yuki como si fuera su salvavidas, el único trozo de madera intacto después de un naufragio y Shuichi como único sobreviviente intentando asirse con todas sus fuerzas al mismo tiempo que una soga lo sigue atando y pretende jalarlo hacia el fondo para hundirlo…

Debe de haber una manera de romper ese maldito lazo que aún persiste y que se estaba volviendo más fuerte con el pasar de los días… la carta que encontró, pensando que era para él, lo hizo dar cuenta que ese supuesto primer paso para la recuperación, ha sido un paso en falso…

- Trae tus maletas – le dijo Yuki para luego levantarse – la segunda puerta a la derecha, es la alcoba – y sin más se da media vuelta e ingresa a la cocina para preparar algo nutritivo de comer, claro, como no iba a darse cuenta que el baka no comió casi nada de la “cena”

Shuichi lo pierde de vista y permanece aún sentado, sin poder creer el cómo y desde cuando, Yuki se había enterado parte de lo que sucedió… supo quien era Mako y no hizo o dijo algo en la reunión… debe ser porque todos estaban presentes… pero Yuki, desde que lo conoce, nunca le ha importado el qué dirán… ahora, ni bien Yuki le de el encuentro en la alcoba, va a empezar a exigirle explicaciones y gritarle a su gusto… pero… eso lo hubiera hecho ya, ni bien puso un pie en el departamento…

La actitud de Yuki lo confunde aún más… no sabe qué esperar o a qué atenerse, qué le va a increpar o si le va a ofrecer su indiferencia de lo furioso que debe estar… ¿O no está furioso?

La cabeza de Shuichi es un mar de confusiones… desvía su mirada y la fija en la puerta de entrada…

En la cocina, Yuki termina de beber la lata de cerveza, dando el tiempo suficiente al baka para que lo espere en la recámara y al mismo tiempo para calmarse así mismo… aplasta la lata y la arroja al tacho para luego encaminarse hacia la alcoba principal

Ahí lo ve, sentado en el borde de la cama y con la cabeza agacha… ¿Espera a que lo resondre o qué?

- Baka

Shuichi no puede evitar un escalofrío recorrerle todo el cuerpo pero permanece ahí, quietecito como si Yuki lo hubiera castigado mandándolo a un rincón

- Sólo dilo – dijo Yuki acercándose al pelinegro

- ¿C-cómo… supiste…?

- Pregúntale al puto

Shuichi empieza a sollozar

- Lo supe desde antes de encontrarte y aún así te traje

- ¿E-estás… molesto? – preguntó Shuichi en un hilito de voz

- No me hace gracia pero ya está hecho

- ¡¡Perdóname Yuki!!

- ¿De qué?

- De… por todo lo que… hice

- ¿Por qué crees que estás aquí?

Yuki se queda en silencio, dándole tiempo al baka ese, de que pueda, de una vez por todas, darse cuenta de lo obvio

- ¿Ya te diste cuenta o te lo traduzco? – preguntó impaciente al verlo inmóvil y en silencio

- Si… ya… me di cuenta - respondió Shuichi para luego reírse un tanto, aún con la cabeza agacha y limpiándose las lágrimas con su antebrazo – pero… q-quisiera…

En ese momento, Shuichi siente un jalón en su brazo, obligándolo a levantarse de la cama y antes de caerse, Yuki lo toma por la cintura y lo besa… Shuichi, al principio anonadado, para luego corresponder el beso, pasando sus manos por el cabello de su amado… lo necesita tanto… necesita su perdón, su aceptación nuevamente y… ese amor que el rubio le da, a su manera…

Mientras Yuki, ni bien lo siente en sus brazos y besando los labios de su baka, inmediatamente se excita… Dios, cuanto tiempo sin poder estar en la intimidad con su pequeño… Sabe que tiene que controlarse por lo mismo de lo sucedido pero… es una maldita tortura… ¡No es justo que tenga que seguir aguantándose…! ¿Privándose de amar a su pequeño con todas sus fuerzas?

Momentos después, Yuki está recostado encima de Shuichi, el beso se vuelve tan apasionado, tan cargado de deseo y de amor para dar y recibir… y ahora es cuando Yuki resuelve hacerlo suyo… claro tiene que ser lo mas cuidadosamente posible, más que nunca… tiene que observar todas y cada una de las expresiones de su pequeño ya que a la mas leve señal de temor y de dolor tendrá que detenerse por completo o para tal caso, calmarlo con alguna caricia tierna…

- Mírame Shuichi… - dijo Yuki deteniéndose y lo mira

- Yuki… - dijo Shuichi algo inseguro

- El que está aquí soy yo… no cierres los ojos y mírame bien

- S-si… - asintió Shuichi

Shuichi se relaja poco a poco, sin dejar de mirar a su amado Yuki, sintiendo sus caricias recorrerle el cuerpo aún vestido con un atuendo sencillo, un suéter y un short… cuando el rubio empieza a desvestirlo lo hace de una manera tan suave y delicada que Shuichi se cohíbe… aún nervioso pero sin tratar de detenerlo… dentro de su cabeza, el pelinegro se repite una y otra vez que es su amado el que está acariciándolo, que no es un sueño, sino una increíble realidad, con una mirada que nunca antes había visto en él… no, corrección una mirada que si ha visto, pero que hasta ese momento, no había tomado muy en cuenta…

Y es que ahora más que nunca, Shuichi nota el amor en esos ojos ámbar… no sólo deseo… ahí se da cuenta, una vez más, que la mirada de Yuki va mas allá de las palabras, mas allá de regalitos que nunca ha recibido… una mirada intensa de amor verdadero… Claro, esa es la manera en la que Eiri Yuki, Eiri Uesugi expresaba y expresa su amor al pequeño…

Las ropas yacen ya, a un lado de la cama y Shuichi, cohibido, revelando su desnudez ante Yuki. Tan delgado se encuentra, que las costillas sobresalen de una manera alarmante bajo esa delicada piel… y en la mente de Yuki, amenaza a su baka con hacerlo comer después y va a comer todo lo que Yuki le prepare…

Inmediatamente, Yuki lo empieza a besar… embriagado por el éxtasis, por los leves jadeos de su Shuichi, atontado por la suave piel y no solo expuesta en su totalidad sino que la puede recorrer libremente, el escritor no sólo pasa sus labios, no sólo lo besa sino también que aspira hasta la intoxicación la fragancia de ese hermoso cuerpo…. arruinado…

¡¡¡No!!!… Yuki aleja ese pensamiento peligroso… y es cuando vuelve a fijar su mirada en la de su pequeño… esos ojos violetas tan hermosos y tan tristes, suplicando en silencio que no lo deje de amar, que no le cause asco… pidiendo perdón…

Yuki se le hace un nudo en la garganta… Shuichi se ve tan frágil, tan vulnerable… temiendo que se pueda romper en pedazos en cualquier momento…

- T-te doy asco… ¿Verdad? – preguntó Shuichi con lágrimas

- ¡¡No Baka!! ¡¡Nunca vuelvas a decir algo así!! – dijo Yuki molesto

- P-perdón… - dijo Shuichi desviando la mirada

Yuki acerca su rostro al oído de Shuichi

- No… quiero hacer lo mismo que… - dijo Yuki y alza su rostro y lo mira – mírame…

Shuichi voltea su rostro lentamente y lo ve…

- Ya no me estés pidiendo perdón por cualquier cosa, baka… - dijo Yuki enjuagándole las lagrimas con el pulgar

- Perdóname… Yo... es que…

Yuki vuelve a besar a su pequeño… ya está harto de tener que escuchar esa bendita palabra de los labios de Shuichi… cansado de tener que verlo mirando el vacío, con la expresión de profunda tristeza, perdido en sus pensamientos y lo peor de todo, hastiado de tanto silencio…

El beso termina, ambos se miran

- ¿Puedo continuar?

Shuichi abre los ojos sorprendido, Yuki inmóvil esperando alguna señal… un si, un no o un… en otro momento… y la respuesta que tanto ansía, Shuichi muy tímidamente alza sus brazos y tembloroso acaricia levemente el rostro de su amado escritor… en ese momento quisiera gritarle que lo necesita, quisiera hacerle entender que lo ama tanto y tan profundamente, que tiene tanto miedo y tanta culpa…

Yuki por su parte, entiende la mirada y la caricia. Sin decir ya nada, acerca su rostro y lo vuelve a besar… Shuichi rodea el cuello del rubio con ambos brazos, pegándolo a él… Yuki asiente levemente y procede a recorrerle el cuello con besos, incitando a no solamente que se relaje sino que también se entregue a él… como siempre ha sido y como debe ser

El rubio baja su rostro hasta sus pequeños pezones… los lame, los besa muy suavemente, poniendo toda su fuerza de voluntad para no mordisquear salvajemente, como en otras épocas… el cuerpo de Shuichi responde a esas caricias, los jadeos inundan el cuarto mientras el rubio escritor baja lentamente hasta el ombligo, delineándolo con la lengua y sintiendo bajo él la erección de su pequeño… perfecto, hasta aquí vamos bien, se dijo Yuki mentalmente y siempre viendo de reojo la expresión de Shuichi.

De un momento a otro, Yuki ya no puede contenerse por mas tiempo, es demasiado para él como para seguir soportando esa manera suave en la que empezó… y de una sola vez, introduce el miembro de su pequeño en su boca, haciendo que el susodicho se arquee en la cama, estrujando con sus manos, las sábanas y mandando un gemido sonoro… eso sonó delicioso en oídos de Yuki…

Que mas incentivo que eso, así que el rubio lo recompensa como él lo sabe hacer, chupando y succionando hasta sentir las manos de su pequeño en su nuca, haciéndole marcar la velocidad. Hasta que momentos después, Shuichi explota del placer en un agudo gemido, llenando la boca del rubio con aquel cálido fluido que hasta había olvidado el sabor de su pequeño…

Lentamente el rubio alza su vista y que mejor escena al ver a Shuichi jadeante, tratando de recuperar el aliento, con la cara sonrosada y esos ojos violetas entre-cerrados, nublados por el deseo…

El rubio espera unos momentos a que Shuichi se calme, su erección clama a gritos entrar en el cuerpo de su pequeño y sin dejar de mirarlo, lentamente le separa las piernas… siempre atento a la expresión del menor…

- Mírame…

Shuichi aún agitado lo mira… si, el que está con él en ese momento es la persona que ama aunque tiene miedo y vergüenza… pero aún así, deja que su amado lo acaricie, deja que prepare su entrada para recibirlo… lo desea tanto… sentir nuevamente a Yuki dentro de él y estar unidos hasta ser uno solo…

Yuki, quien no ha dejado de mirarlo en todo ese tiempo, se siente más aliviado… y sin más, coge un tubo de lubricante y lo prepara muy suave y delicadamente… haciendo acopio de su auto-control ya que, para estos momentos, ya debería estar dentro de Shuichi, pero no… aún no… hasta que él mismo le de una señal… diablos, que esto está siéndole cada vez más dicifil… pero en el fondo sabe que necesita la aprobación de Shuichi para continuar

Después de que su pequeño se haya calmado y relajado lo suficiente, libera su propio miembro de su pantalón, preparándolo con lubricante ya muy impaciente por poseerlo de una buena vez.

- No tengas miedo…

Shuichi asiente, aún nervioso… hasta que siente la invasión dentro de él, dejándolo sin aire por unos momentos y frunciendo el ceño en señal de dolor… Yuki se detiene por completo, apretando los dientes y conteniéndose lo más posible… y así, pasan unos momentos… Yuki ya no puede más y empuja aún mas su miembro dentro del pasaje ahora muy estrecho de su pequeño, haciéndole arrancar un grito a Shuichi.

El rubio se queda ahora si estático… rogando en silencio que le de la señal que tanto ha esperado… viendo intensamente a Shuichi y éste tratando de relajarse lo más posible, eso si le dolió y mucho… y siente que se lo merece, por haberse atrevido a ceder a todos los caprichos de Raven… si… tiene que sentir dolor como compensación a todo el esfuerzo, la comprensión y el amor que Yuki le ha estado ofreciendo sin pedirle nada a cambio.

Yuki nota algo en la mirada de su pequeño… Y antes que pueda atinar a hacer algo, Shuichi separa más las piernas, las entrelaza a la cintura de su amado y las alza todavía más hasta casi rozarle los hombros… la expresión aún de dolor en su rostro hace que Yuki le acaricie el rostro suavemente mientras Shuichi espera impaciente que empiece…

La señal que esperaba el rubio llega y empieza a moverse lentamente dentro y fuera de él. La respiración de ambos en aumento, los gemidos por el placer hacen nublar el juicio de Yuki quien acelera cada vez más, dejándose llevar por completo mientras empuja aún mas su miembro dentro de su pequeño hasta el tope, arrancando de la garganta de Shuichi un grito ahogado… dolor y placer al mismo tiempo… ambas sensaciones recorriéndoles todo el cuerpo, arqueándolo en la cama, apretando los dientes y las lágrimas cayendo por ambos costados de sus mejillas... tan maravillosamente cruel, tan salvajemente placentero, haciéndolo así incrementar aún los gemidos hasta casi los gritos…

Yuki se sigue moviendo bruscamente… la estrechez deliciosa del interior de su pequeño lo está volviendo loco, tanta pasión reprimida por tanto tiempo, tantas ganas de hacerlo suyo una vez más, de marcar con fuego lo que le pertenece… porque Shuichi le pertenece, es suyo y de eso se va a encargar el rubio, de que Shuichi nunca lo olvide, y  lo que pasó con ese bastardo ha sido sólo una ilusión porque aquí tiene a su único dueño…

Celos, porque otro tomó lo que le pertenece, ira, porque Shuichi tuvo que ceder… su Shuichi abriéndole las piernas a ese mal nacido… y encima ese mal nacido empujando a su pequeño al abismo y a los brazos de ese puto… ¡Cuanta rabia siente! Y esa rabia hace ensordecer y cegar a Yuki, hace que pierda el control de sus emociones mientras el placer que siente va en aumento a cada instante que entra y sale de Shuichi…

Momentos después, el orgasmo lo sacude total y absolutamente, gritándole a Shuichi que es sólo suyo y de nadie más… más que una demanda, una orden, hasta dejarse caer encima del pequeño cuerpo… Dios, eso fue lo más intenso que ha sentido Yuki en toda su vida…

Casi sin aire y todavía con los sentidos nublados completo, el rubio se queda tendido allí… tratando de recuperar el aliento, cerca al oído de su pequeño… y lentamente se recupera, tras varios minutos de silencio… cuando vuelve a la realidad, inmediatamente levanta su rostro y por lo consiguiente su peso y lo ve ahí… apretando los párpados, con el ceño fruncido y sollozando muy sutilmente… con el dolor estampado en su rostro…

Yuki se da cuenta lo que hizo… le enjuaga las lágrimas y se levanta lo suficiente como para salir del interior de su pequeño… pero cuando lo hace, ve la sangre que tiñe su miembro. Asustado, Yuki retrocede y ve las sábanas manchándose de sangre que aún sigue saliendo desde el interior de su pequeño…

- ¡S-Shuichi!... yo…

E inmediatamente sale corriendo al baño y momentos después entra nuevamente con un paño húmedo, sintiéndose una bestia, un bruto animal… y el miedo lo invade por creer haberlo lastimado mucho más que inclusive el propio Raven

- Shuichi… no quise… - dijo Yuki limpiándolo lo más suavemente posible y con culpa en su alma

Shuichi abre los ojos al sentir el frío y un poco de alivio en el ardor que siente en esos momentos…

- Soy tuyo y de nadie más… Eiri – dijo Shuichi quien lo mira y sonríe suavemente

- No quería hacerte daño… lastimarte… - dijo Yuki quien se le acerca y lo abraza fuertemente, susurrando en su oído

- No hay nada de que perdonarte Eiri – dijo Shuichi negando con la cabeza y le devuelve el abrazo - Estoy contigo… para siempre

-*-

Casi al amanecer, Tatsuha y su padre, llegan al fin al templo. Ambos sin haber cruzado palabra alguna en todo el trayecto de regreso… el padre, ve a su menor hijo seriamente mientras éste sigue subiendo pesadamente por las largas escaleras de piedra para así llegar y tomar un baño …

- ¿Qué es lo que estás haciendo, Tatsuha?

- ¿Subir las escaleras? – preguntó Tatsuha deteniéndose y sin voltear

- ¡Sabes a lo que me estoy refiriendo! – dijo el anciano molesto

- ¿Quieres saberlo en verdad? – dijo Tatsuha volteando y lo ve seriamente - Shuichi necesita no sólo la ayuda de la psiquiatra, sino también mí ayuda

- Demasiado interés de tu parte por el niño escandaloso

- ¿Acaso no lo merece? ¿O es tan poca cosa para ti, que según tú, no vale nada?

- No te metas en lo que no te concierne

- ¡Oh! Así que ahora apruebas esa relación insana que tienen... tú y yo sabemos demasiado bien que Eiri más que ayudarlo lo va a hundir – dijo Tatsuha, se voltea y sigue subiendo las escaleras - y estaré ahí para cuando eso suceda

El anciano sigue con la mirada a su hijo menor y en eso, mentalmente le da la razón ya que el daño ocasionado en Shuichi es mucho más grave de lo que todos suponen y está plenamente convencido que sus dos hijos varones no le harán ningún bien al niño ruidoso… sino por el contrario…

Augura mucho sufrimiento y pesares… y desgraciadamente, el tiempo y las circunstancias que vendrán, le darán toda la razón…

-*-

En la cama de un cuarto, al parecer de una enfermería, una mujer hermosa de cabellos rubios recogidos con un moño discreto abre la puerta y la cierra tras ella. Dirige su vista hacia el lugar donde un par de camas están ubicadas a un lado de la habitación y sin más camina pausadamente hasta llegar a la única persona que ocupa una de ellas

- ¿No has podido ser más estúpida? – preguntó el que yace en la cama, con los ojos cerrados

- Al parecer el paciente ya ha despertado de la inconciencia… ¿Cómo te sientes?

- ¿Cómo me ves, babosa? – contestó el susodicho, con una mueca aún adolorido

- Las vendas color blanco te sientan bien… hacen resaltar el color de tu piel… ahora si abrieras los ojos, pues resaltarían el lindo celeste que tienen… - respondió la enfermera, para luego reírse

- ¿Qué de gracioso encuentras en esto, ah? – dijo abriendo los ojos y mirando el techo

- Que todo se fue al diablo y por culpa de una de tus rameras…

- ¿De qué me perdí?

- La policía intervino uno de tus negocios clandestinos y pues tu socio debe estar enterrado ya en una fosa

- ¿El baby?

- Libre como un pájaro de ti y de tus perversiones…

- Mierda… bueno, supongo que fue el rubio infeliz de la mágnum

- Supones bien, guapo

- Bueno, al fin y al cabo el gordo de mierda merecía que lo enterraran hasta vivo, el muy amarrete… y el baby maldita sea… El baby aún podía – dijo Raven dando un sonoro suspiro añorando viejas épocas

- ¿Nostálgico tan pronto?

- ¿Y el ángel?

- En brazos del rubio mediocre

- Ya me las va a pagar, una a una se las voy a cobrar… espera y veras – maldijo Raven mordiéndose la lengua para no estallar en insultos

- No lo dudo

- ¿En qué prisión me encuentro?

- En el departamento de la correccional de New Jersey… y te quedarás aquí hasta que empiece el juicio…

- ¡Hasta cuando pues, carajo!

- Si no te digo la fecha es porque aún no la tienen… Contactaré un abogado para…

- No te molestes, ya tengo varios… Lo mejor de lo mejor

- ¿Y cómo así? – preguntó la enfermera, extrañada

- Con la ayuda de los amigos, todo es posible - Raven sonríe levemente

- ¿Algún poderoso?

- “La reina de corazones” ni más ni menos…

- ¿Reina? – preguntó la enfermera perpleja

- Si, reina ¿Alguna queja?

- No… si cuentas con su apoyo y es tan poderosa como se supone que es… ahora es cuando se tiene que hacer, tu muñeco aún no podrá testificar en tu contra, si es que llega a hacerlo… dime… ¿Qué tanto lo has dañado?

- No le he hecho gran cosa… sé que se siente agradecido conmigo por haber sido cariñoso… - dijo Raven y sonríe - Ah… muñeco de hermosos ojos moraditos – suspira - es una belleza de pies a cabeza

- Giovanni ¿De…?

- No me llames así ¿Quieres? No seas igualada – enfatizó Raven, sumamente fastidiado

- Está bien, “Raven” ¿De verdad crees que el ángel no testificara en tu contra?

- Si lo hiciera pues seria un ingrato… ¿Sabes algo del pelirrojo?

- Nakano está… bien… supongo…

- Maldita inútil

- No puedo regresar… y tú lo sabes

- ¡Por eso es que eres una estúpida! ¡Si usaras más seguido el cerebro pues estarías allá, al pendiente de mi gatito!

- Pensaba aparecerme pero desde que encontraron a Johnny pudriéndose en ese cuartucho, es obvio que ahora no puedo – respondió la enfermera para luego mandar un suspiro

- Tienes que mantenerte en contacto con tu hermano…

- Sé que Gren está protegiendo a la paloma y la paloma está en contacto con tu gatito

- Ahora que te veo… el rubio te sienta horrible… Jessie – dijo Raven mirándola

- Ya era hora que lo notaras…

- ¿Mi hermano menor? Mierda, debe estar furioso conmigo… ¿te dijo algo? – preguntó sumamente inquieto

- Pues que está furioso, pero dice que no te culpa…

- Ese es mi hermano… tan comprensivo y tan noble… – dijo Raven sonriendo de gusto

- ¿Cómo así lo “adoptaste”?

- A ti que te importa eso… no estaré preso por mucho tiempo, aún así quiero saber en donde me piensan mandar… tú sabes, para estar preparado… - y sonríe

- Si… - respondió Jessie luego de dar un suspiro - ya me parecía raro que te quedaras así tan tranquilo

- Estoy teniendo muchas ideas… – dijo Raven cerrando los ojos - Ahora vete, déjame pensarlas bien para llevarlas acabo…

- Está bien… - dijo la mujer y le da un beso en la mejilla - Nos vemos luego… - agregó y se va

- Esto no ha terminado aún, muñeco hermoso, Hiro-chan… – dijo Raven sintiendo la puerta cerrarse - Iré por ustedes muy pronto… - agregó, abre los ojos y sonríe cruelmente - y el ángel sabe muy bien que siempre cumplo lo que prometo…

- ¿FIN? -

 

Notas finales:

Un agradecimiento muy especial a mi beta (Sakurajei) por haberme apoyado con sus ideas y con la edición de ésta primera parte....

Otro agradecimiento a Akiba Sakuma por sus aportes también que han contribuido al fic (gracias ^^)

Y un muy enorme agradecimiento a todos ustedes que han estado a mi lado, desde el principio (y sufriendo XD) hasta ahora... Gracias por el apoyo, las palabras de ánimo, la comprensión de mi situación y también por los saludos a mi papá, los abrazos y bechotes que me han mandado y que me han sido un aliciente para seguir y sobre todo las opiniones y los consejos

¡Gracias a todos ustedes y nos leemos en las "anécdotas"!

Bechotes y abrazos a todos ^^


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