Extra 1
[La Muñequera.]
— Él no me dio uno a mí. — Akashi dijo, sus compañeros de equipo se volvieron para ver a su capitán, quien, para sorpresa de todos, estaba haciendo una rabieta, aunque él no pisoteo el piso con fuerza o se cruzó brazos mientras lanza un bufido de indignación como un niño pequeño, esa fue la primera vez que veían a Akashi Seijuro con algo más que una mirada poderosa y un aura de victoria.
Y todo porque vio al niño castaño entregarle una muñequera a su antiguo compañero de equipo en Teiko.
— ¿Acaso no está enamorado de mí?
El entrenador desde la banca observó cómo sus titulares palmearon el hombro de Akashi, excepto Mayuzumi que simplemente miraba a su capitán de una forma indescifrable.
— ¿Por qué le dio una a Tetsuya? — Y ciertamente Akashi quiere una respuesta, rápidamente y que sea convincente, al menos para no ir en busca de las tijeras de Midorima. Porque, bueno... ese es el niño que está enamorado de él, no de Tetsuya.
Su sangre hierve cuando ve la muñequera en la muñeca del peli celeste.
— Bueno, Sei-chan, usualmente las niñas somos muy tímidas con el chico que nos gusta, supongo que Kou-chan debe tener una para ti entre sus cosas, pero le da miedo entregártela y por supuesto es mucho más especial que la que tiene ese otro niño.
Akashi no dice nada, sin embargo, el aura de peligro inminente desaparece poco a poco; le da un último vistazo a Kouki antes de concentrarse por completo en el juego.
Él ya lo decidió, hará feliz al niño y le permitirá confesarse y salir en una cita luego de que termine la Winter Cup.
Mayuzumi quiere abdicar.
_____________
Extra 2:
[El león y el chihuahua.]
Kouki cayó, literalmente, a sus pies.
Lo que en realidad hace que Akashi se sienta increíblemente extasiado, porque, ¡Kouki realmente no puede estar más enamorado de él! Como dijo Reo, está tan nervioso por estar junto a él, esta vez, incluso más cerca que en su primer encuentro, y aunque debe eliminar todo resquicio de cualquier otro sentimiento que no sea el deseo por la victoria, la verdad es que se permite esto.
Así como la indulgencia por su anterior comportamiento cuando no se le entregó a él un presente, recordando la muñequera de Tetsuya.
Kouki se levanta, sus mejillas y orejas están completamente rojas y sus ojos están empañados por lágrimas que se niega a dejar caer.
E inmediatamente Kouki y él se conectan a través de sus miradas.
Es la primera vez que el niño no desvía su mirada, son los diez segundo más largos en su vida y nota pequeños detalles que antes ni siquiera había querido notar, como el color de sus ojos, cafés, que deberían ser tan simples como el niño, pero Akashi puede ver como el contorno del iris se desdibuja en un tono marrón-rojizo.
Esa es la combinación más perfecta que ha visto.
Y nadie sabe porque el Emperador de Rakuzan se ve feliz (y ¿qué hay de ese pequeño sonrojo? ¿y por qué mira de esa manera al jugador de Seirin? ¡Es aterrador!). Excepto, los jugadores de Rakuzan (que no incluye al entrenador).
— ¿Entonces si comienzan a salir, eso no hará que chihuahua-chan sea algo así como nuestra Emperatriz? — Kotaro susurró, dirigiendo su mirada hacia Reo, Nebuya y Mayuzumi.
—¡Sí, lo sería! — Reo estuvo de acuerdo casi de inmediato.
— Yo me voy, no voy a marcar a la Emperatriz de Akashi, no quiero sus tijeras en mi cuello. Suerte Mayuzumi.
Mayuzumi no se inscribió para esto.
En serio que no.