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Munzel por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Bueno mis hermosos terrones de azucar, espero que disfruten este nuevo capitulo, leeanlo, disfruten, comenten. Nos vemos abajo. 

-Madre… Cumplo dieciocho y quería decirte…- Deja escapara un suspiro, posicionando sus manos sobre el pecho, dejando ver una sonrisa de súplica –Que es lo que deseo de cumpleaños…- Desvía la mirada empezando a jugar con su cabello –Lo he deseado desde varios cumpleaños de hecho…-

-Por favor Munzel basta- Parecía estar molesto en esta ocasión –No más balbuceos- Sonrió de manera burlesca –Detesto cuando empiezas a balbucear bla, bla, bla, bla- Hizo un movimiento con sus manos juntando y separando los dedos –Es muy irritante- Ahora otra vez esa sonrisa tonta, que mostraba –No hablo enserio- Se acerca para apretar su mejilla –Eres muy adorable, ya sabes que te amo cariño- Se levanta dejando al joven, preocupado, sujetando con fuerza su cabello, por esas palabras.

Parecía resignado a que no podría decirle lo que en verdad quería, bajo su mirada y un pequeño bramido le llamo la atención, al girarse, hay estaba el corderito rojito, dándole ánimos desde lejos, para que continuará.

Armándose de valor, soltó su único pedido con fuerza en su voz, dejándose el cabello y haciendo cara a su madre.

-¡¡¡QUIERO VER LAS LUCES FLOTANTES!!!- Lo dijo sin más, pidiendo a todo en lo que creía que pudiera ceder su madre esta vez.

Estaba tomando una manzana, al escuchar aquello se quedó estático, aunque poco duro lanzando una risita sarcástica, dejo con rapidez la fruta, dirigiéndose al menor -¿Qué?- Con una voz de lo más gentil que pudiera sonar.

-Hom… Bueno…- Se subió sobre un banquillo de patas largas blanco, para llegar hasta arriba de la chimenea, para dejar ver lo que había hecho este día –Esperaba que me llevaras a ver las luces flotantes- Descubrió su arte.

-Ho- Sonrió –Hablas de las estrellas- Volvió a ignorarlo, buscando alguna cosa entre las canastas del lugar.

Sonrió emocionado –No, no es así- Lanzo un largo mechón lila, para arriba, enredándolo a una pequeña puerta que dejaba ver la luz del sol, a un mural que tenia de las constelaciones, el paso del sol y la luna, varias estrellas plasmadas en estas –He estudiado las estrellas, y siempre son constantes, pero estas...- Enfatiza aquella declaración, mirando con atención al peli azul –Aparecen sin falta en mi cumpleaños, madre- Frunce un poco el ceño –Solo en mi cumpleaños- Voltea a ver de nuevo el tallado en el metal –Y no sé por qué siento… Que son- Baja la cabeza, apoyándose en la parte superior de la chimenea, dejando escapar un suspiro –Solamente para mí- Toca su pecho.

Madre Sagtel, se queda mirando al pelilila, con una cara de pocos amigos, decidió girarse para volverlo a ignorar.

-Necesito verlas madre- Estaba dispuesto a encararlo esta vez –Y no desde mi ventana… En persona- Cerró sus ojos, tomando el valor requerido para seguir su discurso –Quiero averiguar qué cosas son-

Se dirigía a la ventana con sigilo -¿Quieres salir de la torre?- Su voz sonaba de preocupación fingida –Ay Munzel- Cerro la ventana de golpe.

Acercándose directamente al chico, tomándolo de los brazos, comenzó a dar giros junto al chico –Mírate tan frágil como un brote-

Estiro ambos brazos, luego doblando las propias, para acercarse al doncel –Un retoño nuevo… De una flor- Le palmeo con suavidad la cabeza, soltando sus manos.

Comenzó a explicarle ahora su punto señalándolo con las palmas.

-Sabes por qué estamos en la torre- Levanto sus brazos al aire.

-Lo sé, pero…- Trataba de acercarse, pero es interrumpida.

-Así es…- Toma su cabello, acariciándolo con suavidad y tocando su cara con este –Es por tu bien querido.

Posa desesperado, ante una ventana cerrada, con unas macetas colgando, angustiado por lo que su “Hijo” Decía –Este día tan triste ya esperaba- Cerro la cortina, para que la luz no llegara y la torre quedara a oscuras por dentro –Dejaras el nido así será- Caminaba delante del pelilila, posando su antemano sobre la frente, todo angustiado por lo que decía.

-Pero aun no- Comenzaba a subir las escaleras.

-Pero…- Quería interrumpirlo, no era lo que traba de decir, más lo callo posando uno de sus dedos sobre los labios.

-Shhh, creme amor- Se recargo en la pared –Sabio es mamá- Dio un golpe con sus caderas a la pared, para que una palanca subiera por el mecanismo y dejara todo el ambiente a oscuras.

El joven incendio una vela con un cerillo, para iluminar esa oscuridad.

-Sabio es mamá, óyeme atento-

El muchacho se giró, para ir justamente a buscarlo, pero el mayor lo asusta, poniendo una cara de susto, levanto sus manos como garras –El mundo exterior es cruel-

Siguió mirando en esa dirección, para ver si lo volvía a divisar, pero aquello fue interrumpido sintiendo un tirón en su cabello, que lo hacía caminar hacia atrás, soltando la vela, para lograr tomar su cabello y zafarlo de saber qué cosa.

Tiro fuertemente, que al soltarlo el contrario, provocó que perdiera el equilibrio, cayendo hacia atrás, pero siendo sujetado por el peli azul.

-Sabio es mama de alguna manera… Algo saldrá mal… Lose.- Después de esta frase dicha, lo soltó a escasos centímetros el suelo.

De igual como apareció, desapareció, dejando al joven en medio de la única zona que tenía un poco de luz y al rededor solo oscuridad.

Él lo buscaba, no entendía lo que pasaba.

-Sucios rufianes- Apareció la sombra de un bandido, con una garras y sientes afilados, asustando al pobre muchacho.

-Hiedra venenosa- Ahora la sombra de dicha planta, que sorprendió a Munzel.

Volviendo a aparecer, con una sartén mientras daba vuelta a una muñeca con dos trencas, de color lila y un vestido amarillo –Comen niños o… El mal- Portando una lámpara de color verde entre la oscuridad, sorprendiendo al chico.

-No-

-Si-

-Pero…-

De nuevo la luz verde se apagó y apareció ahora un trapeador por la espalda del pelila para empujarlo y que cayera para adelante.

-Hombres también… De largos colmillos-

Un dibujo en color rojo estaba en el piso, simulaba la cara de algún hombre, con colmillos afilados y una mirada que asustaba a cualquiera, el pobre miro aquello, quedándose muy incómodo, levantándose, alejándose de aquel garabato.

Apreciando Madre Sagtel apoyado en el piso, con una mano, otra vez su pose de sufrido, con antemano descansando en su frente con un pincel en mano con tinta roja.

-No, no más que me atormentas- Su voz de angustia plena, por el sufrimiento que decía que sucedería.

El muchacho, ya había caído en cuenta que el mundo exterior era muy peligroso para él. Estando envuelto en su totalidad con su cabello, sentado en el piso, sujetando con ambas manos su capucha lila, mirando a todas partes con miedo y una vela alumbrándolo. Parecía un niño asustado.

-Madre está aquí- Sujeto la mano de Munzel, para levantarlo, palmeando el antebrazo del niño. –Madre te protege- Abre sus brazos, para que le diera un abrazo –Mi concejo escucha y ya-

El pelila, lo abrazo, pero al darse cuenta que no era alguien vivo, pues abrazaba a esos maniquíes de costura, cubierto por la capa de su “Madre”, se alejó asustado ¿De qué había pasado?

-No hagas drama- Baja las escalares, solo iluminadas por un sin número de velas encendidas a las orillas de los escalones –Mami te ama-

Levantó ambos brazos enfatizando la última frase de nuevo –Sabio es mamá- Y con un giro de su capa, apago las velas, dejando el lugar de nuevo en penumbras, lanzando una risa.

Aquel pilila, encendía velas colocadas en una hilera, para ayudarse a ver en la oscuridad, pero iban siendo apagadas por el peli azul, de igual forma.

-Sabio es mamá, mami es tu soporte, solo no subsistirás- Reía por las palabras un tanto acidas que dedicaba al muchacho.

Ahora delante de un espejo, se podía ver Munzel de cuerpo entero.

-Simple, sin calzar- Madre Sagtel bajo el espejo comprobando que el muchacho no llevaba zapatos.

-Inmaduro, torpe-

Rápidamente se tapó los pies, le dio pena aquello y su cara de preocupación lo notaba, cada palabra lo estaba hiriendo.

Estaba agachado así que su lumbar de equilibrio era bajo, un tirón en su cabello lo hicieron caer al suelo.

-Vivo te comerán- Ahora como si de un juego se tratara giro al chico por el suelo, enredándolo en su cabellera.

Levantándolo, con el cabello todo en el cuerpo ajeno, este solo estaba asustado por lo que hacia ese hombre que se supone que era su madre.

-Crédulo, infantil- Tiro de su cabello, para desenvolverlo, haciéndolo que girara un poco hacia la izquierda –Y sin duda lento, parlanchín, ingenuo-

Mareado quedo por aquellas vueltas, sus ojos algo bizcos por esto y el peli azul acercándolo a él, solo para seguir burlándose –Hmmm… ¿Ves?- Lo tomo por el mentón, para que le sostuviera la mirada.

Ahora con una voz un poco más chillona de lo normal, la cerecita al pastel –Creo que también… Algo regordete- Palmeo el mentol del muchacho y este quedo completamente fuera de sí, por aquello.

Sujeto ambas mejillas apretándolas, haciendo intensificar sus labios un poco –Te lo digo… Pues te queño- Lo atrajo para que sus mejillas se tocaran, haciéndolo un cariño algo brusco, que le desagradaba al muchacho.

Soltándolo con la misma y volviéndose a retirar de escena. –Madre entiende bien-

Las luces volvieron apagarse asustando al chico lanzando un débil grito –Haaaa-

-Madre de apoya y te advierte nada mas- Apareció en medio de la oscuridad, una luz lo iluminaba.

Si me lo peguntan a mí, esto ya era una cuestión de brujería que otra cosa.

Al pelilila sonrió al verlo y fue directo a él, para darle un abrazo, pues este se lo ofrecía.

Ambos un abrazo aunque uno si fuera genuino su necesidad de calor y afecto maternal, el otro se lo correspondía, acariciando su cabello con cuidado, para darle una sensación se seguridad.

-Munzel- Llamo con la voz más maternal posible.

-¿Si?- Sonrió algo emocionado, mirando al peli azul con un destello de inocencia, este sujetándolo por los hombros se notaba comprensivo.

-No vuelvas a desear salir de aquí jamás- Su rostro volviéndose serio y molesto. -¿Oíste?- Apretó ambos hombros del chico, para hacer aclarado su punto.

Apretó sus labios, ya no tenía fuerzas para contradecirlo, bajando la mirada angustiado.

-Si madre- Su voz triste se notaba a distancia.

Un suspiro lanzo, levantado el mentón del joven, para dedicarle unas breves palabras –Te quiero mucho mi niño-

-Yo te quiero mas- Sonrió débilmente.

Acaricio su rostro, acomodándole unos mechones –Yo te quiero aún más- Aliso sus largos cabellos, dándole un beso en la cabeza.

-Si lo olvidas- Se alejó, tocándole la punta de la nariz con una mueca de sonrisa forzada –Te castigas- Dándole unas palmaditas en la cabeza, lentas y constantes.

Dio una vuelta, quedando de lado derecho del chico –Sabio es mamá- Alejándose, mientras sujetaba los dos largos mechones delanteros de esa cabellera lila, estirándolos hasta que estuvo lejos, y los soltó.

Munzel, quedo allí solo, pensando en como fracaso su intento de salir, ajando la mirada triste, en verdad era su único anhelo, solo quería poder ver esas luces en vivo.

-Te veré más tarde mi borreguito- Volvía a bajar de la torre con el único método que era esa larga cabellera.

Mientras Munzel, se quedaba mirándolo como se alejaba, de la torre que lo tenía en cautiverio sin duda.

-Te espero aquí…- Descolgó su cabello, solo esa ventana su única conexión con el mundo exterior. Apoyando sus brazos en la madera adornada, para ver lo que se estaba perdiendo.

Su cabello lila ondeaba con la suave brisa de la mañana, seria hermoso si tan solo una bocanada de libertad se le daba.

---En el bosque---

En un árbol dos afiches de tres ladrones se podían ver.

Uno alguien que ya conocemos pero con un dibujo extraño en la mitad de su cara

Y los otros dos también conocidos los secuaces y compinches del mal de este primero. De nombre Agobbin y Shiton

Justo en ese momento pasaron los dos primeros delante de este árbol corriendo, huyendo de la guardia real, mientras que nuestro ladrón rubio, al pasar, se detuvo pues no podía ver lo que sus ojos no abiertos apreciaban.

-No, no, no, no- Se notaba realmente mortificado por ver ese afiche, que arranco rápidamente –Esto es malo, esto es mucho peor que malo, esto es pésimo-

Los dos ladrones, lo miraban confundidos, que le pasaba y aprovecharon para tomar un segundo aire.

Poniendo el afiche junto a su cara hizo una pregunta importante para su vida -¿Así no es mi nariz? O ¿Si?- Su mueca de preocupación infinita por algo tan insignificante.

De hecho la nariz si se veía muy rara, no combinaba con su cara, demasiado grande y tosca

-¿A quién le interesa?- Cuestiono el de cabellos rosas.

-Que fácil para ti decirlo- Lo “Miro” de reojo.

Si inclino para ver de cerca el cartel que decía “Se busca Muertos o Vivos” Al igual que el propio –Ustedes salieron fantásticos-

Salió de su pensar, pues un ruido de relinchos y galopes de caballos se dejaron escuchar, girándose para ver como los guardias estaban buscándolos, al divisarlos regresaron a la persecución contra esos bandidos.

Así pues volvieron a huir por sus vidas, mientras el rubio guardaba el afiche en ese morral de cuero en donde el tesoro robado se encontraba.

Corriendo a toda prisa, atravesaron arboles caídos, rocas y arbustos se toparon con una situación que los podrían en apuros.

Un gran muro de piedra, hecha por la propia madre naturaleza, cortándoles el paso.

Los tres se quedaron mirando, pero el rubio tomo el control de la situación.

-Ok, ya se. Súbanme y los subo después- Propuso.

Amos se miraron, entendiéndose sin palabra alguna

-Deja antes la bolsa- Shiva fue el que hablo en esta ocasión.

-¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se sorprendió por esa falta de confianza -¿Crees?- Sujeto la bolsa por el cordón cruzado en su cuerpo, tratando de hablar hasta con las manos -¿Significa que después de pasar esto juntos aun no confían en mí?- Puso su mano en el pecho.

Los dos hombres corpulentos, no le contestaron, mirándolo con una cara inexpresiva. Con eso le daban todo a entender.

Dedico una mirada serio y algo indignado –Auch…- descolgó la bolsa, entregándola al hombre que le había cuestionado primero.

Al depositarla, la soltó fuertemente, ni se tomaba la molestia de mirarlos feo, ya con esa cara se los decía.

Así pues sin perder más tiempo, se pusieron uno encima del otro, el orden iba Shiton abajo, Agobbin arriba de este y Shaflyn subía sobre ellos, para llegar al borde, para salir de ese allí.

Al lograr llegar, por ese método de escalera, se giró para verlos aun en doblado de rodillas.

Agobbin estiro la mano, al rubio –Súbenos ahora bribón-

-Lo siento- Sonaba triste –Manos llenas- Mostro como se las ingenio, para robarles la bolsa que contenía la corona y después de una sonrisa sínica, salió corriendo, dejándolos a su suerte a ambos.

-¿Qué?- Sorprendido, se buscaba la bolsa, no creyendo que se la habían quietado enfrente de sus narices -¡¡¡RIDER!!!- Lanzo ese grito molesto, sin duda se vengaría en algún momento.

El rubio ladrón, no le importo y aun sonriendo, corría para alejarse de esos hombres “Camaradas” suyos, y de la guardia que le pisaban los talones, pero es un hombre demasiado confiado, para intimidarse por ello.

Pero los guardias, rápidamente pudieron encontrarle el rastro.

El capitán de la guardia real Aiodos, montado en su blanco corcel de nombre Seimux, dirigía a sus hombres, para capturar a los maleantes.

-¡¡¡RECUPEREN LA BOLSA A TODA COSTA!!!- Se dirigió a los demás soldados, que venían con él, esa era la orden principal.

-¡¡¡SI SEÑOR!!!- Los demás gritaron la afirmación al unísono.

Pero que bien entrenados los tenía el capitán.

El caballo del mismo, relincho como si de esta forma le diera órdenes a los demás corceles castaños que iban un poco detrás de él.

Y esto de igual forma que los soldados, relincharon como afirmación.

Los hombres tenían en la mira a Shaflyn, con sus ballestas listas para lanzar las fechas.

Y así lo hicieron, si no fuera que tuvo que pasar un árbol por abajo, su cabeza y cuerpo hubieran quedado perforados por estas, que se enterraron en ese tronco caído.

Solo volteo para darse cuenta de lo cerca de la vio venir.

Huyendo del lugar con rapidez y astucia.

Yendo en caballo atravesar ese obstáculo era fácil, solo salaban un poco y listo, el ladrón rubio corría haciendo su mejor esfuerzo para perderles el rastro, pero no lo estaba consiguiendo como lo pensaba.

Pues le lanzaban las flechas para taparle de paso en cualquier dirección, y teniendo que esquivarlos.

Pensó rápido, al ver un árbol que estaba plantado en toda su intensidad y cortaba el paso, lo atravesó saltando, era tan ágil como un gato aunque sería uno murto si no se escondía.

Por suerte para él, los caballos no podían pasar, no existía lugar suficiente para ellos y su carga.

Mas el caballo del capitán no se daría por vencido, igual de terco y necio que el mayor rango. Persiguiéndolo, a paso apresurado no dejarían que se burlaran del reino de Atena tan fácilmente.

-No escapara Seimux- El capitán le comentó al caballo, sujetando con fuerza su ballesta.

Provocando una gran motivación en el corcel, que se apresuró a seguir al delincuente.

Este al percatarse, corrió con todas sus fuerzas, que le permitieran las piernas, tuvo una idea, al ver una liana verde colgar de un árbol, era gruesa así que tendría suficiente fuerza para su peso.

Rápidamente se colgó de esta, tomando impulso dio una gran vuelta con ella, llegando por detrás al capitán, dándole una fuerte patada, sacándolo del corcel en el que montaba.

Y a su vez, ahora el cayendo sobre el caballo, aun estando en galope. El pobre no se había dado cuenta que su jinete no estaba.

Hasta que el ladrón tomo sus riendas, noto que no era la misma voz al jactarse de lo que acaba de hacer.

Se detuvo rápidamente, no sería cabalgado por alguien como ese sujeto.

 

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Y estoy con el Hypie... A todo lo que se da, por que tuve super buenas noticias, del Pokemon Go Zafari Zone, y estoy que no aguanto de la felicidad, jajajajajajaja Pero estoy preparándome para dejar todo en orden antes de enviciarme. 

En fin, me siento super feliz que este Crossover, este gustando tanto, ademas que como estoy manejando las canciones, mas como dialogos tontos jajajajjaja este agradando y sacandoles muchas risas, imaginándose a los personas de tal forma, jajajajajajaja aquí aparecen mas y se confirmaron las identidades de muchos que no se imaginaban.

Otra cosa les contare... Me queme el pie con un fideo, me dejo la marca, jajajajaja maldita gravedad. 

Me encanto tanto conocer a sus mascotas, el nombre, fue divertido, ademas que adorable pensar en como serian. Son muy ocurrentes terrones de azúcar y eso me fascino. 

La pregunta de este día, sera la siguiente: ¿Cuales son los nombres de los tres caballeros de acero? Jajajajajajajaja jaaaaa ¿A que no se lo esperaban? 

Pues yo no puedo decir nada, pues... Conozco la respuesta así que me quedo calladita.

Estoy tan contenta que este fic, este gustando tanto y cause tanta risa, y se emocionen, imaginen a los personajes ene se entorno jajaja espero que adivine quienes son cada uno de los personajes que están puesto aquí. 

Jajajajajajajajajaja XD 

Son los mejores terrones de azúcar del mundo mundial

En fin, es todo por el momento

Me despido, pues tengo que trabajar en otro asunto.

Ammu se va. 


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