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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo de la trilogía juas juas

Capítulo 14


Un grupo de casi 20 personas habían conseguido alejar a Onodera de su compañero, llevándolo a empujones hacia uno de esos callejones, y aunque la idea era no meterse en problema, no dudó en golpearlos al verse acorralado. Golpeó y noqueó a la mayoría, pero cinco de ellos pudieron neutralizarlo, cuatro sostenido cada uno una extremidad, y el otro, parándose frente a él.

⁃ Vaya vaya, a quien tenemos de nuevo por aquí

Dijo aquel sujeto de bigote puntiagudo mientras bajaba el cubre bocas de la cara de Onodera, dejando expuesta completamente la expresión de desagrado que tenía.

⁃ Nunca olvidaría esos ojo ...

Decía tomando a Ritsu por la barbilla mientras giraba su cabeza, como si fuera un producto en venta y quisiera observar cada detalle de él.

⁃ Y tampoco tu cuerpo, que por cierto, no ganas nada ocultándote debajo de esa ropa grande, igual puedo ver todo

Onodera hizo su cabeza para atrás soltándose del agarre.

⁃ Sabes que tus idiotas no van a detenerme

⁃ Si, sabemos que no eres un chico ordinario, por eso mismo vine preparado

Un disparo interrumpió tan amena plática, impactando directamente en la cabeza de uno de los sujetos que sostenía una pierna de Onodera. Takano había corrido, empujado y golpeado a quien se atravesara en su camino, buscando en cada rincón posible a su compañero siguiendo aquel sonido que le indicaba había una pelea, y en la cual seguro se encontraría. Onodera no desaprovechó esa oportunidad pateando lejos de él al sujeto frente suyo y luego al que estaba detrás de él sosteniendo uno de sus brazos.

⁃ ¡Taka ...

Se abalanzó al sujeto de bigote cuando vio que apuntaba directo a Takano, pero antes de que pudiera llegar siquiera a tocarlo calló inconsciente al suelo. Uno de los sujetos que se encontraban detrás suyo le habían clavado una aguja en el hombro y vaciado todo su contenido en él. Al ver aquello, Takano no lo pensó dos veces y disparó sin consideración a quien fuera necesario, sin darles tiempo siquiera a reaccionar. Corrió entonces hacia su compañero, arrodillándose mientras lo llamaba por su nombre, pero no hubo respuesta. Levantó ligeramente al castaño y acercó su pecho a su oído, tenía pulso, muy bajo, pero tenía pulso. Colocó de nuevo en su lugar el cubre bocas y la gorra de la sudadera que seguramente se había caído en el forcejeo. Lo tomó en sus brazos y como si fuera una princesa lo cargó a lo largo de todo el bulevar lo más rápido que podía, comenzando a correr una vez pudo salir de ahí.


Llegó hasta el auto completamente agotado, abrió la puerta de los pasajeros y acostó ahí delicadamente al castaño, después le quitó el cubre bocas pensando en si quizá tenía dificultad para respirar, cerró la puerta y se encaminó hasta el asiento del piloto. Fue cerca de una hora entre montañas y senderos en los que luchaba por no entrar en pánico, y lo peor del asunto es que no podía llevarlo a ningún hospital, pues pedirían sus declaraciones. Llegó por fin al hotel, y antes de bajar se quitó los lentes de contacto, guardándolos en un compartimento especial debajo del asiento. Sacó a Onodera del auto de forma cuidadosa, abrazándolo con el miedo creciente de lastimarlo, y entraron así al hotel.

En la recepción la chica los miró preocupada preguntando si se encontraba bien y si era necesario llamar a una ambulancia, pero Takano pudo despreocuparla al decirle que habían ido a beber y que el castaño no toleraba para nada bien el alcohol, incluso la chica se ofreció a llevarles una jarra de agua a la habitación cuando se calmó. Estando en la habitación se encargó de acostarlo, y esperar a que la chica llegara con la enorme jarra de agua, la cual colocó en una mesa cerca a la puerta, y ya estando completamente solo se decidió por marcar al cuartel. Esperó poco tiempo antes de que Aikawa respondiera el teléfono, pero no le dio tiempo a decir ni una palabra.

⁃ ¡Aikawa! ¡Ocurrió algo con Onodera! Está inconsciente y no se que hacer

⁃ ¡¿Que?! ¿Que pasó? Nonono no me digas, ¿por qué me llamas a mi? No cuelgues, te redireccionaré con Kusama

El teléfono quedó un silencio durante un momento, hasta que la voz de Nowaki preguntó por el nombre de Takano.

⁃ ¡Nowaki! No se que hacer ...

⁃ Tranquilo tranquilo, primero que nada tienes que decirme qué pasó para darme una idea de que puede tener

⁃ B-Bueno, estábamos en el mercado negro, ya nos íbamos pero de repente Onodera desapareció, lo busqué entre los callejones siguiendo el sonido de lo que parecían golpes, varios sujetos lo tenían agarrado, y cuando intentó escapar le inyectaron algo en el hombro y calló inconsciente casi al instante

⁃ Hm ...

Los segundos de silencio se prolongaban y Takano solo podía morderse los labios intentando no perder la compostura, sentándose en la cama mientras veía a Onodera.

⁃ ¿Le cuesta trabajo respirar?

Preguntó por fin Nowaki detrás del teléfono. Takano se inclinó hacia el rostro de Onodera, poniendo su mejilla muy cerca de su nariz.

⁃ Creo que un poco ¿eso es malo?

⁃ Es normal, seguramente lo sedaron, aunque la anestesia no funciona tan rápido, seguramente fue alterada con algo, más pensando en el lugar en el que estaban. ¿Sabes por qué lo atacaron? Me suena a intento de secuestro

⁃ ¡N-no lo se! Solo comentó que ya había estado ahí, quizá tuvo algún problema con alguien antes, no lo sé ¿q-que tengo que hacer?

⁃ Tú nada, solo esperar, cuando despierte dale algo para comer y agua, el efecto de la anestesia tardará un poco en irse después de despertar, ¿en donde están ahora?

⁃ En una habitación de hotel ...

⁃ ¡Perfecto! Quédense el tiempo que necesite para que esté mejor, les recomiendo quedarse ahí esta noche, ¿podrías estar vigilándolo en su habitación?

⁃ ... seguro, no hay problema

¿Que diría si supiera que solo había una habitación para ambos?

⁃ Bien, cuando despierte pregúntale qué pasó, necesitan documentar todo eso, y si él no quiere decirlo tú podrías pasar el reporte, llamen si pasa algo

Y así terminó la llamada. Takano dejó su celular en la pequeña mesa al lado de la cama, se mantuvo viendo a su compañero inconsciente durante un momento, mientras se le ocurría una idea algo descabellada. Se levantó y llamó a la chica de la recepción, haciéndole un pedido especial, y luego volvió a sentarse a la cama. Su atención se concentró en el rostro del chico, se veía tan tranquilo que hasta parecía que estaba disfrutando de aquello. Puso atención en su nariz, sus párpados y pestañas, en el color de su piel y sus labios, en un momento regresó a su mente el recuerdo de su trasero, y ese simple hecho le hizo la piel erizar, golpeándose la mejilla para alejar esos pensamientos.

Miró un momento su cabello, era de un color muy lindo en verdad, y sintió la necesidad de tocarlo. Primero apartó el fleco de su frente, era suave y esponjoso, como un osito de peluche, y sin poder contenerse siguió acariciando el cabello del muchacho, era agradable estar así, sin sus rabietas y quejas. Se acomodó en la cama al lado de él, con la excusa de estar más cerca para oír su respiración, recargó su cabeza en la cabeza del menor, y no supo en qué momento se quedó dormido en esa posición.


[...]


Medio abrió lo ojos, pero una extraña sensación lo obligaba a cerrarlos de nuevo, se sentía mal, le dolía todo el cuerpo y la cabeza, una sensación bastante parecida a la que dejaba el alcohol después de una fiesta. Su cuerpo le pesaba, aunque más de un lado que de otro. Llevó su mano izquierda hasta su cara y sobó sus ojos, intentando despertar por completo. Cuando su visión se agudizó lo primero que hizo fue observar el lugar, era de noche y estaba en una habitación que no conocía, o mejor dicho no recordaba, luego su mirada viajó hasta su lado derecho, en donde encontró a un hombre durmiendo a su lado, y enseguida pensó lo peor, entrando en pánico. Juntando todas las fuerzas de su cuerpo arrojó a ese hombre de la cama, el cual despertó enseguida después de aquel impacto, saltando del suelo desorientado y sorprendido.

⁃ ¡Aléjate de mi!

Gritó Onodera asustado mientras abrazaba sus piernas cerrando fuertemente los ojos. Takano seguía aturdido, pero en cuanto su cerebro comenzó a trabajar de nuevo se puso de pie acercándose con cautela a su compañero.

⁃ ¡Onodera! Tranquilo soy yo, Takano ... todo está bien

Onodera abrió los ojos lentamente, y después de parpadear un par de veces se lanzó hacia Takano abrazándolo. Takano se paralizó, sin saber muy bien que hacer, y Onodera pudo sentir aquella tensión en su cuerpo, apartándose de inmediato en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho, sentándose en la esquina más alejada de la cama abrazando de nuevo sus piernas.

⁃ L-lo siento ...

Takano sonrió, aquello le había parecido muy tierno, así que se sentó en la cama intentando acercarse lo más posible a su compañero, llevando una de sus manos hasta su cabello para acariciarlo amigablemente.

⁃ Tranquilo, no pasa nada ... ¿puedes decirme que fue lo qué pasó allá?

Onodera abrazó aún más fuerte sus piernas, sonrojándose casi al instante mientras regresaba en su rostro ese ceño fruncido. No estaba seguro de hablar, no quería hacerlo, pero sabía que debía.

⁃ ... cuando hice aquella misión llamé la atención del dueño del prostíbulo, me atraparon y amordazaron, pero no me sedaron con nada, así que logré escapar, nunca lo comenté porque al final pude completar la misión sin problema, eso solo había sido un pequeño inconveniente, pero debo aceptar que tenía miedo de volver ahí, que me reconocieran y ... que pasara lo qué pasó. Si tú no hubieras estado ahí ahora mismo estaría en ...

Un horrible escalofrío recorrió todo su cuerpo provocándole la necesidad de sacudirse, pensar en lo que pudo haber pasado le daba miedo en verdad. Takano no dijo nada, solo dejó de acariciarle el cabello, se levantó de la cama y llenó un vaso con agua, para luego acercarse de nuevo y ofrecérselo a Onodera.

⁃ Si me lo hubieras dicho antes hubiera podido evitar este accidente, ya no estás solo Onodera, puedes confiar en mi

⁃ Pero tú aún no confías en mi ...

El silencio se instauró en la habitación, y es que Takano no le iba a mentir, era cierto.

⁃ Te prometo que lo estoy intentando, pero quiere que recuerdes que ahora estoy yo aquí, y no voy a permitir que algo como eso vuelva a ocurrir ¿si?

No de forma tan convencida Onodera afirmó para después tomar un poco de agua. Sin decir nada Takano se alejó y salió de la habitación para pocos minutos después regresar con dos enormes bolsas negras.

⁃ ¿Que es eso?

⁃ Nowaki dijo que te diera algo de comer cuando despertaras, así que eso vamos a hacer, vamos a salir a comer aprovechando el día

⁃ Takano, ya es de noche

⁃ Da igual, recuerda que hoy el día dura lo mismo que la noche, por lo que no es tan tarde realmente, vamos ponte esto

Takano arrojó una de las bolsas a la cama, ganándose una mirada de extrañeza de Onodera, quien seguía sin entender que estaba pasando.

⁃ No me mates, vi cual era la talla de tu ropa mientras estabas inconsciente. Pero así podremos salir sin que sospechen de nosotros, cuando yo salga quiero que ya estés listo

Takano ingresó al baño de la habitación con una bolsa, en ese momento Onodera abrió la que al parecer era la suya, sin imaginarse nunca cual era su contenido. Dentro había un yukata, la parte de arriba era color blanco y la de abajo de un ligero color marrón, muy cremoso. Aquello lo sorprendió en gran medida, pero suponiendo que Takano saldría con uno igual lo único que pudo hacer fue resignarse y ponérselo, al igual que los calcetines y sandalias que iban dentro de la bolsa. Y en efecto, Takano había salido del baño vistiendo un yukata también, el de él era azul oscuro de la parte de arriba y negro en los pantalones. Le miró sonriendo mientras caminaba hacia la puerta.

⁃ Te queda muy bien, vamos

Automáticamente Onodera sonrió también, y siguió a su compañero hasta el auto, siendo aún un misterio lo que vendría.

Notas finales:

Nos vemos el próximo fin de semana ;) 


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