Capítulo 24
Extendiendo su brazo aquel hombre trajeado y de anteojos de sol le indicó el camino a seguir a Onodera. Mientras avanzaba este veía a su compañero, con una expresión claramente alterada, la cual provocó un verdadero miedo en Takano. Fue sin pensarlo mucho, corrió detrás de él al intentar detenerlo, pero su razonamiento lo despertó a tiempo, logrando solo un ligero rose con la mano de Ritsu, amable y tímido, y sobre todo temeroso. Era trabajo, solo eso, y eso era lo que querían, llamar la atención de Asami para infiltrarse a su casa, solo un acto, solo fingir, solo trabajo ...
Por otra parte, aquella pequeñita acción le habían dado a Onodera el valor suficiente para enfrentarse a lo que se venía, acariciando la mano que el azabache tocó tan ligeramente mientras subía las escaleras hacia su destino. Al entrar al lugar toda la atmósfera cambio, era como entrar a una sala de torturas, no porque hubieran cosas que lo parecieran, todo era muy normal, o al menos para el tipo del lugar en el que estaba, pero la forma en la que Asami lo veía al fondo del salón era completamente aterradora, haciendo que se paralizara unos segundos en la entrada, pero pudo recuperarse en pocos segundos.
Caracterizándose, tomó toda la fuerza mental de donde podía para actuar lo mejor posible, la idea era seducirlo y si tenía suerte, irse esa noche a la cama con él, así que caminaba de la forma más segura posible hasta la mesa con el acolchado asiento forrado con terciopelo rojo, donde Asami lo esperaba sonriendo.
⁃ Hola pequeño, te vi teniendo algunos problemas allá abajo, ¿todo bien?
La voz de Asami era mucho más impactante en persona, le provocaba escalofríos en lo más profundo de su ser.
⁃ S-si señor, me ha salvado ... y muchas gracias por invitarme
⁃ Gracias a ti por aceptar, ven, siéntate, ¿como te llamas?
⁃ T-tsukishima señor ...
⁃ Tsukishima, lindo nombre
Dio unas ligeras palmadas en el asiento a su lado, indicándole a Ritsu donde debía sentarse, y lo hizo sin pensarlo. Una vez a su lado cruzó una de sus piernas y miró hacia abajo, encontrándose con Takano hablando con Usami, y de repente, sus miradas se conectaron. Sintiendo su rostro arder de la vergüenza desvió su rostro hacia la mesa frente a él, en donde había un montón de bebidas alcohólicas, escuchando además una risa que le provocaba escalofríos.
⁃ Eres penoso en realidad ... ¿que haces en un lugar como este entonces?
Onodera miró a Asami por un momento, al parecer él había confundido su sonrojo con algo que él había provocado, lo usaría a su favor. Bajando tímidamente la mirada comenzó su parloteo.
⁃ P-pues ... verá, salí del closet hace apenas unas semanas, y cuando me enteré de la fiesta pues, pensé que era una buena oportunidad para, ya sabe, conocer gente y quizá ...
Miró desde lo bajo a Asami, mientras acariciaba su cadera y escondía la mano entre sus piernas, la idea era provocarlo, y al menos, ya había captado su atención. Sin disimular mucho Asami se lamió los labios, acariciando su espalda hasta llegar a su trasero.
⁃ Y quizá ... ¿que?
⁃ ... p-pues ... perder mi virginidad ...
Desvió la mirada de forma rápida, intentando parecer más apenado, aunque realmente se sentía ridículo diciendo todo aquello. Asami por su parte, se tragó todo su parloteo. Levantó ligeramente a Ritsu sentándolo en sus piernas, acariciando su cintura.
⁃ ¿A si? Y, ¿has conseguido algo pequeño?
Asami metía lentamente su mano debajo del crop top. Lo había conseguido.
Debajo, Takano observaba toda la situación ardiendo en cólera. Él sabía que su compañero tarde o temprano estaría en ese tipo de situación, él mismo lo había estado muchas veces ya, pero había algo en esa situación que no le gustaba para nada, quizá era el hecho de percibir a su pareja como un chico inocentón, o incluso algo torpe, pero era solo eso, una percepción de él que para nada se parecía a la realidad, ¿entonces por qué seguía sintiéndose así? Vio como Asami le ofrecía una bebida, y luego otra y otra, y como con cada una se propasaba más con el castaño, podría jurar incluso que parecía no se iba a esperar a ir a su departamento para continuar con lo que ya había empezado, pero para su fortuna o desdicha, Asami se levantó de su asiento con su vecino entre sus brazos, dirigiéndose a una puerta de emergencia que daba a la parte trasera del local. Rápido alertó a los demás, la misión acababa de comenzar.
Usami y Takano subieron a un Auto, y Nao a una moto, en el antro Yukina, Kisa y Haitani iban a quedarse de planta por cualquier cosa, y los que no lo hicieron siguieron la limusina de Asami hasta el edificio de forma discreta. Vieron como Asami bajaba del auto en la entrada principal acompañado de dos escoltas, pero no vieron bajar a Ritsu. En la entrada tracera se encontraba Nao, quien presenció cómo bajaban al chico del auto a empujones y lo obligaban a entrar al edificio. El pelinegro alertó a su colegas informando aquello, una vez dentro, todo dependía de Onodera Ritsu, pero estarían ahí hasta que saliera de aquella fortaleza.
Dentro del edificio, Ritsu y Asami volvieron a encontrarse, y solo ellos entraron al elevador hacia su pent house, el cual era de cristal. Podía verse toda la cuidad, sus edificios y luces, pero también podía verse reflejado en estos. Era un paisaje hermoso que apenas y podía apreciar por lo ebrio que estaba, y sin poder sostenerse solo por más tiempo terminó recargándose en una de las paredes de cristal. Asami lo veía atentamente sonriendo de forma espeluznante, saboreando desde ese momento lo que con gusto haría. Llegaron por fin al departamento, de dos plantas o al menos esa era la ilusión que provocaba, de concepto abierto lleno de lujos, todo los colores que habían en aquel lugar era el gris, el negro y el blanco, tan frío como el dueño del lugar.
⁃ Bueno, bienvenido a mi humilde morada, espérame en la habitación, es la última allá arriba, ahora vuelvo
Después de apuntarle el segundo nivel, Asami caminó hacia la cocina, y Ritsu como pudo obedeció sus ordenes caminado a duras penas hacia las escaleras, que de milagro consiguió subir. Debía caminar sosteniéndose de la parades, pues todo a su alrededor parecía moverse, no sabía si estar agradecido por estar ebrio o maldecirse por lo mismo, pues necesitaba estar consciente para cumplir con su misión. Llegó a la habitación y sin pensarlo mucho se dejó caer en la cama, en aquella enorme cama de sábanas grises, si solo fueran a dormir no le molestaría en lo absoluto, pero sabía que aquello no pasaría.
⁃ Ey, te necesito consciente para lo que vamos a hacer querido Tsukishima
La voz profunda de Asami lo despertó casi por completo, obligándolo a incorporarse en la cama velozmente, tan solo dirigiéndole una sonrisa al mayor, él le sonrió de vuelta.
⁃ Te traje agua, creo que servirá para que se baje un poco lo ebrio
Asami llevaba un vaso de cristal en cada mano con exactamente la misma cantidad de agua, y le extendió uno. Por un momento Onodera lo tomó sin pensar demasiado, pero justo antes de llevarse siquiera una gota a la boca se detuvo, cuando una idea aterradora cruzó por su cabeza.
⁃ ... c-creo que no tengo sed Justo ahora ... ¿po-podría dejarla para el final?
⁃ Yo digo que la tomes ahora, la necesitas, si se te seca la garganta después de gritar tanto siempre puedo ofrecerte un poco más
Asami le sonreía de forma seductora, y si no fuera porque él conocía realmente que tipo de persona era, seguramente hubiera caído mansamente ante sus encantos, pero lo único que le provocaba era miedo y repulsión.
⁃ s-si pero ...
El sonido del celular de Asami interrumpió el reclamo, Asami vio la pantalla de su celular, y al parecer después de ver el nombre que aparecía le fue imposible no contestar.
⁃ Vuelvo en un segundo, no tomes nada hasta que esté aquí de nuevo, quiero asegurarme de que no lo vayas a tirar por la ventana
Dijo Asami bromeando, dejó el vaso que tenía en la mano en una cajonera pegada a la pared y salió del cuarto. Sin perder más tiempo Onodera se puso de pie y llegó hasta donde estaba el vaso de Asami, dejando el suyo a un lado bastante alejado. Separó una de sus tantas pulseras de colores en su muñeca, aquella que parecía estar hecha de cuentas azules, y presionó ligeramente una, la cual se abrió. De ella salió una pequeña esfera color blanco, sabía que Asami insistía por algo, y aunque no podía ir en contra de su destino si podía alterarlo a su antojo. Arrojó la perla dentro del vaso de Asami, la cual se desvaneció en pocos segundos manteniendo el agua cristalina, le acababa de arrojar una droga del laboratorio de la corporación que podía dejar inconsciente a cualquier después de cierto tiempo de consumirla para no levantar sospechas, perfecta en aquella situación. Escuchó pasos volver a la habitación, así que rápido tomó su vaso y se sentó de nuevo en la cama, justo como estaba antes.
⁃ Era del trabajo, pero ya no nos molestaran más, ahora, toma el agua por favor
Su voz intentaba ser dulce y suave, pero no lo conseguía. Por muy amable que intentara ser seguía pareciendo una orden.
⁃ ¿p-podría tomar la mitad ahora y al final la otra mitad? De verdad no tengo sed
⁃ Mmm Bueno, creo que podría funcionar, adelante
Asami sonreía mientras acariciaba su mejilla sentado a su izquierda con la sonrisa más inocente del mundo que podía conseguir. Onodera llevó su atención hasta el vaso en sus manos, respirando hondo tomó su contenido hasta que calculó había llegado a la mitad. Enseguida Asami tomó el vaso y lo colocó en una mesa cerca de la cama, mientras Onodera sentía como todo a su alrededor se movía cada vez rápido y todo se iba tornando más oscuro. Lo último que vio con claridad fue la tenebrosa sonrisa de Asami en su rostro y su cuerpo acercándose lentamente.
Y después nada.