Capítulo 27
Paris no había sido como les hubiera gustado, nada de amor realmente. Al día siguiente de salir de Corea tuvieron que ir a otro prostíbulo en Francia, como pensaron que quizá les seguirían la pista tras lo ocurrido en Seúl decidieron llevar a cabo dicha misión en conjunto con el equipo que lideraba Kirishima y Yokozawa, quienes habían atacado de forma simultánea una casa de seguridad en Hong Kong, en donde rescataron a hombres y mujeres que estaban destinado a ser vendidos. En Paris creyeron que las cosas serían más fáciles, pero habían reforzado la seguridad el doble y hubo una cosa que captó la atención de Takano. Misma estrategia, mismos papeles, pero los guardias atacaban a todos a matar menos a Onodera, a quien habían intentado atrapar todo el tiempo, pero como era de esperarse, el chico se deshacía de ellos fácilmente, al parecer el castaño no había puesto atención en esos detalles, pero Takano si, y estaba preocupado.
⁃ Ey, amigo, ¿pasa algo? Te vez desanimado
La voz de Yokozawa lo trajo de nuevo a tierra, estaban sentados juntos en una mesa en un bar de pueblo en un hotel, a las afueras de un pintoresco pueblo de Alemania, estaban celebrando su victoria en Paris y en ese mismo país antes de que una parte del grupo regresara a Japón. Se suponía que Takano estaba en la mesa con Yokozawa, Kirishima, Usami y por supuesto Onodera, pero este último no había estado sentado ahí más de cinco minutos, iba de mesa en mesa con sus amigos y los nuevos agentes alemanes que los habían ayudado en la infiltración a una fábrica, en la cual había ocurrido lo mismo, los subordinados de Asami intentaron atraparlo, así que, por muy feliz que estuviera por la victoria, no podía dejar de pensar en ese asunto.
⁃ Nada solo, estoy cansado ... afortunadamente solo queda un lugar
⁃ Ni que lo digas, hablé con el señor Fletsman hace rato, está todo listo para nuestra llegada y nos van a prestar a tres agentes de su corporación, hoy es momento de descansar
Se incluyó Kirishima en la conversación para poner a sus compañeros al tanto. Tomó el tarro de cerveza frente a él y le dió un trago largo, para terminar soltando un suspiro.
⁃ O eso quisiera que hiciéramos, pero los novatos no han dejado de bailar, ay la juventud, me hacen sentir viejo
⁃ Ya para, no tienes 60 años para estar quejándote así
Intervino Yokozawa mientras una vena en su frente se exaltaba. Takano rió ligeramente ante su comportamiento, era bueno ver que su ex pareja se llevaba tan bien con su nuevo compañero. Sus ojos se perdieron en su propio reflejo en la cerveza que también tenía frente a él, si tan solo la relación de ambos fuera igual.
⁃ Por cierto, parece que ya no hay problemas entre ustedes ¿verdad?
Preguntó Yokozawa curioso, y por un momento Takano no supo a lo que se refería, por lo que solo lo miró callado, dando el camino a Yokozawa para seguir.
⁃ En Paris los vi muy cómodos juntos, parece incluso como si confiaran ciegamente en el otro
⁃ ... creo que no había notado eso
Takano buscó con la mirada a Onodera en el lugar, y lo encontró en medio de la pista de baile con su amiga An, ya estaba completamente ebrio y le costaba un poco caminar, pero ambos bailaban como si nada hubiera pasado, le fue imposible no sonreír al verlo tan divertido. Después de algún tiempo volvió a verlo con esa chaqueta de chico rudo y una botas negras bastante imponentes, se veía como todo un delincuente de los años 50’s, por esos por los que las chicas se derretían. Su amiga An se veía como si se hubieran puesto de acuerdo para disfrazarse, con un vestido a media pantorrilla de corte circular con mucho tul para darle vuelo, color rojo con lunares blancos y con una pañoleta en su cabello del mismo estampado. Ambos bailaban animadamente al ritmo de Jailhouse Rock de Elvis Presley y todos los animaban a continuar, sus pies se movían ligeros y la falda de la chica parecía volar cuando Ritsu la ayudaba a dar vueltas, se notaba que llevaban años bailando juntos, era una conexión única. Cuando la canción terminó ambos quedaron muy cerca del otro, casi abrazados, y casi por inercia comenzaron a alentarlos a que se besaran, Takano pensó que aquello era ridículo, pero no supo explicar lo que sintió cuando, bajó el efecto del alcohol y la presión de la gente, ambos se acercaron al otro lentamente hasta que sus labios se encontraron, todos gritaron en alegria mientras ellos hacían una reverencia para despedirse y volvían a la mesa, eso tenía que parar ahí.
Takano se levantó de la mesa sin explicarle nada a sus amigos y caminó hasta la mesa en donde estaban Yukina con Kisa sentado sobre sus piernas, Hatori, Chiaki y Saeki, y a donde Onodera y An se habían acercado una vez terminó su número, Ritsu se recargaba sobre los hombros de An, pues apenas podía sostenerse solo, esa era la excusa perfecta, y aún más cuando lo vio empinarse un tarro de cerveza en ese mismo instante.
⁃ Bueno muchachos, no quiero ser aguafiestas pero Onodera ya ha bebido mucho, lo llevaré a su habitación
Todos soltaron a la par un ruido que expresaba inconformidad, incluidos los agentes Alemanes.
⁃ vamooos~ solo un rato más Takano
Pedía Onodera en medio de un puchero mientras Takano llevaba uno de sus brazos por encima de sus hombros y lo tomaba firmemente de la cintura para evitar que cayera.
⁃ Onodera, no puedes ni ponerte de pie por ti mismo, ya es suficiente
⁃ ¡Pero kiero vailar maaaas!
Onodera se dejó caer hacia un lado “sosteniéndose” del cuello del mayor, pues confiaba en que no lo soltaría por nada del mundo. En eso An se acercó a él acariciando su rostro y quitando mechones castaños de su frente húmeda.
⁃ Vamor Ritchan, Takano-San tiene razón, tienes que descansar porque nos espera un largo viaje mañana, siempre podremos bailar en tu casa, ¿si?
Takano veía todo intentando no decir o hacer nada, pues la forma en la que ambos se comportaban darían a entender a cualquiera que ambos eran pareja, como la forma en que se miraban y en la que ella acariciaba su rostro con ternura, o simplemente por la sonrisa que Onodera le regresó. En efecto, no lo iba a negar más, estaba celoso de esa chica.
⁃ Si tú lo dices entonces lo haré... ¡buen biaje a kasa!
Y sin pensarlo mucho besó a la chica en la mejilla, todos vitoreaban mientras Takano lo alejaba del lugar, queriendo golpear a todos en la cara. Durante el camino a la habitación que ambos compartirían tuvo que soportar los balbuceos y tarareos de un borracho Onodera que aún tenía ganas de fiesta, mientras llevaba casi todo su peso sobre él, y vaya que no era precisamente liviano, después de todo, era un joven adulto de un metro setenta y tres centímetros de alto que tenía una masa muscular considerable, por muy bello rostro que tuviera, y por muy buenos atributos que Takano pudiera encontrar, él era un hombre y eso no lo podía cambiar. Al llegar a la habitación lo primero que Takano hizo fue dejar a Onodera en su cama, la que estaba más cerca al baño, y luego caminó hasta su cama, quería alejarse de él lo más posible, pero antes de que pudiera huir vio como su compañero corría tambaleándose hacia el baño, donde lo escuchó vomitar, en definitiva no era bueno con la bebida. Suspirando Takano que acercó hasta el baño sin entrar, después de todo aquel chico le preocupaba.
⁃ Deberías tomar un baño para que te baje la temperatura, iré por agua para que tomes algo
⁃ Eztoi bieeeeen no pasa nada
Como pudo Onodera se levantó del suelo, en donde había mantenido para vaciar su estómago en el inodoro, bajó la palanca y llegó hasta el lavabo para enjuagar su boca y mojar su cara, bueno, si que parecía estar bien, así que Takano no hizo por reprenderlo más. Caminó de nuevo hacia su cama con Onodera detrás suyo, mientras se quitaba la camisa, al verlo Takano sintió entrar en pánico.
⁃ ¡¿Q-que estás haciendo Onodera?!
⁃ Tengo calor, nomemolestes
Arrojó la chaqueta y la camisa al suelo y se dejó caer en la cama, aún tarareando la última canción que acababa de bailar, y entre sus intentos de imitar lo que había hecho hacia unos momentos comenzó a mover las piernas y los brazos imitando estar bailando, aquel movimiento tan errático y sin sentido lo llevaron directo al suelo, y por inercia Takano corrió a su rescate. Lo levantó y colocó de nuevo en la cama donde se sentó un momento.
⁃ Te digo que tomes una ducha, dormirás mejor así
Onodera se había sentado a un lado de él, y mirándolo con el ceño fruncido se dejó caer en las piernas de Takano.
⁃ ¡Pero no quiero dormiiir! Quería seguir bailando ...
Takano se divirtió por el comportamiento infantil de su compañero, pero su sonrisa desapareció una vez recordó lo que acababa de pasar con su amiguita.
⁃ Oye Takano, se que no te dije nada, y que no me preguntaste, pero quiero saber qué pasó cuando me llevaste a la enfermería el día después de Halloween
Takano lo miró, Onodera estaba perdido en algún punto en el techo mientras usaba las piernas del pelinegro como almohada, parecía estar pensado en algo profundo.
⁃ Asami me dio una cosa fea que me ponía todo caliente, ¿hice algo raro mientras me llevabas? Di la verdad
La pregunta tan directa y sin vergüenza le sorprendió a Takano, y al recordar los jadeos y gemidos que el castaño había soltado mientras estaba inconsciente y en lo que le pasó por la mente en aquel momento sintió sus mejillas arder, el alcohol lo estaba afectando también.
⁃ S-solo hacías sonidos raros ... pero nada realmente extraño
⁃ ¡Genial! Que alivio... hubiera sido raro besarte frente a todos jejeje
Ritsu borracho era interesante, estaba en un limbo entre el consciente y el inconsciente, siendo además demasiado sincero, quizá podría sacarle algo.
⁃ ... pero hoy besaste a tu amiga frente a todos, dijiste que no eran nada
⁃ Y no mentí
Onodera se sentó de nuevo llevando un brazo sobre los hombros de Takano, acercando su rostro demasiado, sonreía divertido, como si estuviera a punto de contarle un gran secreto. Tenerlo de esa forma no era buena para Takano, el rubor de borracho en sus mejillas le sentaba realmente bien, y el olor a alcohol que su aliento desprendía no le molestaba para nada, aunque según él, se supone debía hacerlo. Ritsu levantó uno de sus dedos y abrió la boca dispuesto a continuar con su relato.
⁃ He ido a muchas fiestas en mi corta vida, y en mis borracheras he besado a An, Saeki, Yukina, Nao, y a gente a la que no recuerdo ya
Por cada nombre que decía levantaba un dedo en su mano, y Takano no podía creerlo.
⁃ La cosa está en que siempre hay retos en esas fiestas, y los retos dañan egos, y mi ego era muy grande, si me retaban yo lo hacía. Después se convirtió e un chiste entre todos, nos besábamos de vez en cuando de broma para reforzar la amistad, un simple beso no significa nada, solo demuestra qué hay confianza
Takano no sabía si reírse o regañarlo, después de todo no se conocían en aquel entonces, aunque si encontró una gran oportunidad en su relato, sonriendo maliciosamente se acercó un poco más a Onodera.
⁃ ¿Entonces me besarías?
La sonrisa socarrona de Onodera se desvanecía lentamente, bajó su hombro y juntó sus manos, a las cuales veía atentamente.
⁃ Contigo es diferente ...
⁃ ¿Por qué? ¿Acaso no somos amigos? ¿No existe confianza? Debería haberla, ¿que es diferente?
Onodera se mantenía callado en la misma posición, sin atreverse a verlo.
⁃ Y si te reto a hacerlo ¿lo harías?
Onodera lo miró molesto, pero seguía sin decir nada.
⁃ Bueno, entonces supondré que aún no confías en...
Su charlatanería fue interrumpida con nada más y nada menos que un beso. Ritsu había actuado rápido sentándose en las piernas del mayor, jalándolo del cuello y besándolo sorpresivamente, y lo más sorprendente se todo era que, no sólo lo había besado de forma superficial, si no que estaba intentando usando su lengua. En un inició aquello dejó a Takano en shock, pero lentamente fue correspondiendo aquel morboso beso, acariciando además la espalda desnuda del castaño, separándose hasta que les era completamente necesario respirar. Ambos se perdieron en la mirada del otro, negándose a romper aquella cercanía, sin importar cuanto Onodera se tambaleara en quella posición a causa de su borrachera.
⁃ Y si te reto a llegar hasta el final, ¿lo harías?
Susurró Takano sobre los labios de Onodera, quien después de unos segundos, sin decir o expresar algo, atacó de nuevo los labios del mayor mientras desabotonaba torpemente su camisa blanca.