Capítulo 6
A regañadientes Takano era quien se encargaba de seguir las huellas ayudado del escáner mientras Onodera conducía. Avanzaron en línea recta por la autopista por un largo tiempo, ya habían salido de la ciudad. En una desviación Takano indicó detenerse, pues había huellas que daban vuelta por ahí, y aunque había algunas que seguían derecho, la lógica de Ritsu era que si habían desembarcado en ese lugar y no en otro era porque tendrían las bodegas no muy lejos de ahí, así que decidió dar vuelta.
El camino era de concreto, con solo un carril de cada lado. Siguieron por el durante pocos minutos, hasta que Takano volvió a indicar que pararan, pues en otra desviación todas las huellas habían seguido la misma ruta, una terracería que se adentraba en el bosque, entre las montañas. El otro camino no seguía muy lejos de ahí, al parecer desembocaba en un banco de arena frente a la playa, así que de nuevo, siguieron el extraño camino.
La velocidad con la que Ritsu conducía en carretera disminuyó, iba con cautela, en un camino así cualquiera podría salir de entre los árboles y atacarlos, por eso mismo y desde que entraron a la terracería Takano había sacado una pequeña arma, y estaba atento a cada menor movimiento dentro del bosque. El camino fue algo largo, pero su sorpresa llegó cuando vieron que era un camino sin salida, y que simplemente terminaba ahí, en medio del espeso bosque. Ambos bajaron de la motocicleta mientras veían a su alrededor.
⁃ Esto no puede terminar aquí ...
⁃ Probablemente siguieron a pie, la bodega debe estar oculta muy cerca, recalibra el escáner y busca huellas humanas.
Ritsu presionó el botón de sus lentes y el casco desapareció, caminó alrededor buscando pistas. Entre los arbustos se podía apreciar como grandes vehículos se habían estacionado alrededor del camino, rompiendo y doblando la vegetación que se encontraba ahí, y sobre todo, dejando las marcas de las llantas. Por su lado Takano bufaba, ahora parecía que Onodera era el líder de la operación.
⁃ Tks! No necesitas decirme lo que tengo que hacer, yo ya estaba a punto de hacerlo
Ritsu rodaba los ojos por la actitud de su compañero, vaya que era un sujeto difícil. De su mochila sacó una pequeña cámara y tomó foto de las huellas de los vehículos en la tierra, se puso de pies y se acercó a la motocicleta, levantando el asiento para acceder al compartiendo de la misma. Takano solo lo veía de reojo. Comenzó quitándose la chaqueta de cuero, doblándola y metiéndola en la caja a presión, y al ver lo que estaba haciendo, el pelinegro lo imitó, quitándose la sudadera y haciendo lo mismo que su compañero.
Debajo de la sudadera Takano llevaba directamente su traje de espía, una pieza de cuerpo completo color negra con algunos detalles en ámbar. Por su parte Onodera llevaba además de la chaqueta una camisa de manga larga y botones color negro, al quitársela llevaba también puesto su traje, casi exactamente igual al de Takano, pero con detalles en verde oscuro y con un patrón específico en su hechura. Todos los trajes en la organización era únicos para cada elemento, hechos a medida y de forma específica para ayudarlos en sus fortalezas y protegerlos en sus debilidades.
Se sacaron las botas para poder quitarse los pantalones que llevaban encima, ambos estando de cada lado de la motocicleta. En una ocasión Takano levantó la mirada para ver a su compañero, su intención era observarlo y buscar en su cuerpo algo de lo cual pudiera avergonzarlo en alguna situación futura, pero en ese preciso momento Ritsu estaba quitándose sus pantalones, dándole la espalda. Su mirada se clavó directo en el voluptuoso trasero de su compañero. Dios mío ¿que no solo las chicas contaban con semejantes atributos? Incluso podía atreverse a decir que eran mucho mejores que los de cualquier chica con la que llegó a estar en su vida, y ese traje pegado al cuerpo solo hacía que cada curva resaltara aún más. Cuando Ritsu se agachó para colocarse de nuevo las botas y esa increíble imagen salió de su vista fue como si Takano hubiera salido de un trance. ¿En que demonios estaba pensando?
Rápido y regañandose mentalmente a él mismo terminó de vestirse y guardar todo en el compartimento de la motocicleta. Cuando todo estuvo en su lugar, Ritsu presionó un botón del tablero y aquel vehículo se contorcionó hasta llegar a ser de nuevo esa pequeña varita de metal, que guardó de nuevo en su mochila. Aún faltaban algunos detalles, después de presionar un pequeño botón en el traje que más bien parecía un adorno, en sus manos, muñecas y antebrazos algo parecido a una armadura aprecio, además de su piernas, haciendo que las botas se vieran como si fuera un traje de una sola pieza, después de colgarse cinturones con armamento, cargar sus armas y colocarse la mascarilla en la boca, se decidieron por fin adentrarse en la fauna.
Takano iba por delante, con el aparato mostrándole el camino que aquellas personas habían seguido. Onodera iba detrás, cubriendo sus espaldas por cualquier cosa que pudiera atracarlos, pero sinceramente Takano no se sentía del todo cómodo con el chico de guardia, aún no podía confiar de todo en él, el poco contacto que habían tenido le indicaba que era un chico impulsivo y necio, eso lo ponía nervioso, pues aquello podría ponerlos en peligro a ambos. Las huellas los llevaron hasta una enorme roca al costado de la montaña. Takano miraba el lugar en el que las pisadas se perdían y luego al aparato completamente confundido.
⁃ Esta cosa ya está fallando
Le dio un par de golpes a la pantalla llamando la atención de Onodera, quien miró primero la pantalla y luego el lugar indicado.
⁃ ¡Deja eso! Lo vas a descomponer
⁃ ¡Pero si ya está descompuesto!
⁃ ¿Tú estas bobo o que?
Adelantándose hasta la enorme roca levantó unas lianas que la cubrían, revelando así una pequeña entrada, al descubrir aquello volvió su mirada a Takano con esa sonrisa arrogante que ya se le estaba haciendo muy común.
⁃ ¿Como? ...
⁃ Creo que esto es un búnker de la Segunda Guerra Mundial, sus entradas estaban ocultas entre las montañas como aquí, ¿no lo sabias?
⁃ Creo que es obvio que no, deja de lado tu altanería y entra de una vez
Riendo ligeramente Onodera se adentró a aquel oscuro lugar, después de todo, la noche ya casi caí por completo. Avanzaron por el húmedo túnel, apuntando con sus armas por si alguien salía de cualquier rincón, afortunadamente su anteojos también contaban con visón nocturna, aunque allá adentro la falta de luz era lo que menos importaba.
⁃ Esto parece un laberinto ...
⁃ Y lo es, estos túneles abarcan todo Japón, transportaban armamento y personal de una base a otra sin ser detectado, hay muchos pasillos que llevan a diferentes lugares, eran unos genios
⁃ ¿Crees que usaron esto para transportar la sustancia?
⁃ Estoy casi seguro que si, pudieron haberlo distribuido por todo Japón sin temor a ser encontrados, pero no entiendo para que lo harían, si se supone que es para una droga ...
Su andar se detuvo antes de terminar de explicar su idea, a un costado del pasillo había una puerta diferente a las demás que ya habían pasado, no era otro pasillo en ese enorme laberinto, era una habitación cerrada, haciéndole seña con las manos a Takano se adentraron sigilosamente, apuntando a cada rincón del lugar, pero estaba completamente vacío. Takano sacó una linterna, intentando ver que había en el lugar, mesones enormes con maquinaria y aparatos científicos, tubos de ensayo y todo ese tipo de cosas, en resumidas cuentas, un laboratorio.
⁃ Habías dicho que no iban a experimentar ...
⁃ No, con esa sustancia no ... pero quizá lo hicieron antes aquí, quizá aquí la crearon
Cuando encontraban algún documento enseguida le tomaban una foto, quizá todo aquello le sería de utilidad al equipo de científicos en la organización. Cada uno buscaba por su lado, hasta que Onodera llegó al final de la habitación, topándose con una enorme pizarra que cubría la pared de extremo a extremo, toda completamente cubierta con operaciones diversas, el castaño no dudó en tomarle una foto, pero el espacio era tan grande que el flash rebotó en toda la habitación, llamando la atención de Takano, quien se acercó para echar un vistazo.
⁃ Ve esto Takano, es demasiado, se ve como uno de esos problemas matemáticos sin resolver en la historia
⁃ Con la enorme diferencia que no es ninguno de los ya conocidos, si está resuelto, y para acabarla, está mal
⁃ ¿Que?
Onodera miró a su compañero sorprendido, quien no despegaba su vista de la pizarra.
⁃ Si, aquí, esta variable la olvidaron en el proceso final, debían restarla, es muy común que eso pase cuando estas aprendiendo a hacer ecuaciones trigonométricas o tienes muchas variables distintas, creo que intentaron encontrar la cantidad exacta de alguna sustancia para incluirla en toda la fórmula final, pero como dije, está mal, el resultado real es una cantidad menor que la que utilizaron, pobres idiotas
Takano reía por aquella obviedad que encontró a plena vista, dirigiendo su mirada a Onodera, el cual aún lo veía boquiabierto y con los ojos abiertos completamente. De alguna forma eso cohibió al pelinegro.
⁃ Así que esa es tu especialidad ... puedes resolver problemas matemáticos con solo verlos, ¡es impresionante!
⁃ ¿Que? N-No ... ¿no lo sabías?
⁃ Lo había leído pero no pensé que fueras tan increíble, ¡apenas le echaste un vistazo!
⁃ Si bueno, es una de mis habilidades
Takano rascaba su nuca sonriendo de lado, era demasiada habladuría, nunca lo habían alagado de esa manera antes, y no sabía cómo reaccionar, así que solo se dio la media vuelta alejándose del castaño.
⁃ Salgamos de aquí
Onodera lo vio alejarse, parado en el mismo lugar durante un un momento, hasta despertar y correr detrás de él. Caminaron por el mismo pasillo y entraron a la habitación continua, era un panel de control pequeño detrás de un enorme cristal, y del otro lado del cristal una camilla en forma vertical estaba en medio de la sala, a quien pusieran ahí lo podrían ver de frente.
⁃ Es una sala de observación, y experimentación
⁃ Y por esa cosa muy probablemente experimentaban con personas
En cada esquina de amabas habitaciones había una cámara de seguridad, lo cual los puso en alerta de inmediato. Aquello de verdad daba escalofríos, podían verse incluso pequeñas gotas de sangre en el suelo junto a la camilla, parecía una escena sacada de una película de terror.
⁃ Deberíamos buscar la sala de control de las cámaras de seguridad y desactivarlas, aún podrían volver
Takano salió de la habitación dispuesto a encontrar aquel lugar, siendo seguido por Onodera. Confiando que estaban completamente solos caminaron más rápido por el pasillo sin detenerse a buscar a alguna persona. Unos cuantos metros adelante encontraron otra habitación, con una puerta de hierro, cerrada obviamente, aunque con un simple disparo en la chapa Takano consiguió abrirla, y ahí estaba la sala de control. Las cámaras seguían filmando, pero no había nadie resguardándolas, eran cientos de paneles que abarcaban kilómetros y kilómetros de túnel, además de la entrada por la que habían ingresado y otra, la cual seguramente salía hasta otra prefectura.
⁃ Hay videos desde hace seis meses aquí, si los revisamos podríamos encontrar algo de información
Dijo Onodera mientras jugueteaba con una pantalla táctil, viendo los registros de grabación.
⁃ Deberíamos copiarlos, y de paso borrarlo
Takano sacó de uno de sus bolsillos secretos en el traje una tarjeta SD, para luego centrarse en la única silla del lugar y conectarla en la entrada lateral del panel.
⁃ Mientras tú haces eso yo seguiré investigando
⁃ ¿Estás loco Onodera? Se supone que no debemos separarnos por cualquier cosa
⁃ Ay no hay nadie aquí, no va a pasar nada tranquilo
E ignorando los gritos que lo llamaban corrió fuera de la habitación.
⁃ Tks! Es un terco ...
Resignado Takano comenzó a copiar todos los videos a la tarjeta, aquello iba a tardar bastante a pesar de contar con tecnología mejorada, además, mientras ejecutaba aquello los paneles repasaban todos los videos antiguos que se iban copiando, por lo que no podía ver las cámaras en tiempo real, lo cual lo ponía algo inquieto. Por su parte Onodera ya se había adentrado demasiado en el túnel, decidiéndose por explorar aquellos pequeños pasadizos estrechos, encontrándose con cosas en verdad aterradoras. Había celdas, todas abiertas y vacías, las cuales conectaban directamente con la sala de experimentación, aquello no auguraba nada bueno.
Fuera de ahí, metros más adelante encontró otra habitación, había cientos de barriles completamente vacíos, al acercarse y revisarlos se dio cuenta de que eran exactamente los mismos barriles que estaban en el barco, habían sido vaciados y probablemente ya implementados, y aquella idea era aterradora.
⁃ Takano, encontré unos barriles ... vacíos, y son muy pocos a comparación de los que había dentro del barco
Habló por el comunicador en su oído.
⁃ ¿Seguro que son los mismos?
⁃ Si, completamente seguro
⁃ ... sal de ahí y regresa
⁃ Aún no, debe haber algo más
Sacó de nuevo su cámara y tomó foto de los barriles vacíos y la habitación en general, aquello podría servirles de pista o prueba. Salió de aquel lugar y siguió su camino, a un costado logró distinguir unas escaleras, y aunque al principio dudó un poco terminó subiéndolas. Aquellas escaleras llegaban a una enorme sala llena de computadoras y una enorme pantalla frente al panel de control que había visto en su vida. Al parecer aquel lugar estaba ya en la montaña, pues delante de todas las computadoras había un enorme ventanal, el cual seguramente estaba oculto desde fuera por un montón de ramas y arbusto, pero que desde dentro podía apreciarse todo el paisaje nocturno, el mar a la distancia y el cielo estrellado que parecía funcionarse en uno solo. Se hubiera quedado observando toda la noche, pero debía continuar con el trabajo.
Se acercó al panel principal, el cual claramente tenía una contraseña para poder ingresar. Aquello le indicaba que seguramente ese era el lugar donde se almacenaba toda la información, y no era algo con lo que no pudiera lidiar. Sentándose cómodamente en la silla principal comenzó lo suyo para poder acceder a la computadora, y en menos de cinco minutos ya tenía el acceso total a todos los archivos.
⁃ Takano-san, encontré la sala de registro de archivos
Tras el comunicador se escuchó un pesado suspiro, y después la voz grave de su compañero.
⁃ Has lo que tengas que hacer y vuelve aquí lo más rápido posible, yo voy a tardar un rato más
⁃ Está bien
Sacando también una tarjeta y colocándola en el panel, comenzó a copiar la mayor cantidad de archivos posibles, y como los nombres de las carpetas no le daban ninguna pista, la curiosidad por ver qué era lo que contenía aquello le ganó, así que mientras los archivos se pasaban decidió entrar a la carpeta de videos, buscando entre las miniaturas hasta llegar a una en la que se veía el principal sospechoso en toda la imagen, y sin dudarlo le dio clic. En la imponente pantalla de repente apareció esa misma imagen, Asami en un impecable traje, bien peinado y con ese porte de empresario guapo que lo podría poner sin problema alguno como el protagonista de 50 sombras de Gray. El solo verlo le producía escalofríos
⁃ “Sean bienvenidos, es un placer tenerlos hoy aquí”
Su voz profunda rebotaba en las bocinas de la habitación, no era aguda, pero tampoco demasiado grave, era suave, pero fuerte, era seductora, cautivadora, pero sobre todo, muy intimidante.