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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Segunda parte al fin jxisnjdjdnd OwO

Capítulo 7

⁃ “Sean bienvenidos, es un placer tenerlos hoy aquí”

Su voz profunda rebotaba en las bocinas de la habitación, no era aguda, pero tampoco demasiado grave, era suave, pero fuerte, era seductora, cautivadora, pero sobre todo, muy intimidante. Estaba parado en medio de la sala de experimentación, con otros cinco hombres a su alrededor.

⁃ “Me complace decirles, que el experimento a concluido con éxito y esta vez podrán verlo de primera mano, les contaré cómo funciona mientras avanzamos”


Dos hombres completamente de negro entraron por una compuerta, arrastrando a un joven delgado, pero que aún ponía resistencia, lo amarraron en la camilla mientras gritaba y forcejeaba por liberarse.

⁃ “Creamos una sustancia a base de diversas toxinas y cadenas de ADN de diversas especies, las cuales logran fusionarse con la cadena de ADN de cada ser humano en el planeta, sin importar raza, edad o sexo”

⁃ “¿Qué clase de especies?”

Preguntó un hombre obeso, también trajeado, muy probablemente un político o líder de alguna mafia, lo que era cierto es que nunca lo había visto en su vida.

⁃ “La base en su esencia es de lobo gris, magníficos animales, ¿alguno de ustedes sabe que tienen estructuras sociales bien definidas?. Los Alfas son los líderes, los guías, y los demás solo son unos lacayos que los siguen sin chistar, los seres humanos de alguna forma también somos animales, y ese instinto se puede despertar hoy en día”

Uno de los sujetos que habían traído al chico le colocó una mascarilla respiratoria, conectada a un tanque pequeño. Dentro de la mascarilla transparente se podía ver aquel vapor de color verde radioactivo. Onodera miraba todo aquello con extrañeza, intentando entender toda la sarta de tonterías que aquel hombre estaba diciendo, e intentando grabar cada detalle de aquella grabación en su cerebro.

⁃ “¿Y esa cosa es tóxica?”

Preguntó otro de los hombres, con aspecto bastante similar a los demás, muy probablemente todos pertenecían a élites.

⁃ “Bueno, si afecta el funcionamiento del cuerpo y cerebro podríamos decir que si, pero si su pregunta es si daña a la salud del individuo, no, no degrada para nada la salud”

⁃ “¿Cómo está tan seguro?”

⁃ “¿Cree que no hicimos pruebas antes? Probamos con gente de todas partes del mundo, algunas murieron claro está, pero aquello sirvió para llegar a las cantidades exactas. Y para que no duden de su confiabilidad, hoy les mostraré la primera prueba en una persona de completa confianza.

Y los dos hombres se acercaron a Asami colocándole una mascarilla en la boca. Onodera estaba sorprendido viendo aquello, ¿qué era? ¿para qué? ¿y por qué?. Tras haber inhalado la toxina se quitó la mascara, y sonriendo se dirigió de nuevo al grupo.

⁃ “Esta sustancia en específico tiene una variable, además de mi propio ADN, esto permite tener un completo control sobre las mejoras del cuerpo humano, y sobre todo, hacer esto”

Tras darle una seña a sus hombres liberaron al muchacho, el cual sin dudarlo intentó golpear a quien se interpusiera en su huida, pero antes de llegar a la puerta la voz de Asami resonó en toda la habitación, provocándole a Onodera escalofríos.

⁃ “Alto”

Dijo fuertemente, de alguna forma su voz era diferente, pero lo más sorprendente de todo aquello era que el chico se había detenido.

⁃ “Ven aquí”

El muchacho dio media vuelta y comenzó a caminar hasta Asami, con una cara de completo horror.

⁃ “Al suelo”

Y entrando en pánico rogando por una explicación para lo que le estaba pasando, el muchacho obedeció. Onodera veía aquello sorprendido, y asustado, sus ojos se abrieron al máximo mientras intentaba entender lo que estaba sucediendo. Por su parte, Takano había por fin terminado de copiar todos los videos de seguridad, y ya había comenzado a borrarlos de los registros de las cámaras, aquello si le permitía ver los paneles en tiempo real, por lo que comenzó a revisarlos antes de desconectar todo. Algo en ellos le hizo erizar la piel. En aquella entrada desconocida y distante, hombres armados bajaban de camionetas ingresando al túnel.

⁃ Onodera, ¿dónde estás?

⁃ S-sigo en la sala de control ...

La voz del castaño se escuchaba diferente, estaba conmocionado, y no era para menos después de ver todas las cosas denigrantes que Asami le había hecho hacer a aquel joven tan solo con su voz.

⁃ Tienes que salir de ahí en este instante

Onodera miró hacia la pequeña pantalla del panel, los archivos apenas llegaban al 80% de su totalidad.

⁃ P-pero todavía no termino de pasar las cosas

⁃ ¡Olvida eso y sal de ahí!

⁃ “Excelente Asami, ¿pero nosotros cómo podremos hacer lo mismo?”

La voz de Takano se desvaneció en el aire cuando su atención regresó a la enorme pantalla.

⁃ “Hicimos variantes con sus códigos genéticos, pueden tomarlas de inmediato si gustan, y en cuestión de segundos podrán hacer lo mismo”

⁃ “Yo pienso aún que es una tontería, para controlarlos toda la población tendría que inhalar esa cosa, ¿cómo es eso posible?”

⁃ “Oh, lo será, toneladas de la toxina ya se mandaron fabricar en Rusia, y por lo demás, tranquilos, yo me encargo”


Takano seguía gritando su nombre con órdenes a través del audicular, pero no había respuesta por parte de su compañero. Desesperado comenzó a buscar dónde estaba entre las cámaras de seguridad, y lo encontró, pero aquellos hombres también.

⁃ ¡RITSU MALDITA SEA ESTÁN SUBIENDO LAS ESCALERAS!

⁃ “Cuando lo logremos, todo ser humano en Japón nos obedecerá, serán nuestros esclavos, y nosotros solo tendremos que hablar”

Onodera llevó sus manos a su boca con las lágrimas a punto de salir, estaban locos, aquellos sujetos habían obligado a aquel chico a dispararse en la cabeza y yacía ahí en el suelo, muerto, mientras los demás brindaban por el logro. La voz de Takano gritando su nombre en su oído y el sonido de innumerables pisadas subiendo lo hicieron reaccionar, sacando de inmediato la SD de su lugar y agachándose para ocultarse. Sigilosamente se dirigió a la entrada, y cuando vio que una cantidad considerable de personas iba entrando no dudó dos veces para tomar una granada de su cinturón, activarla y lanzarla.

Los gritos y disparos no esperaron, pero después de la explosión Ritsu salió de su escondite dispuesto a dispararle a quien tuviera que dispararle. Después de todo, en esa organización de alguna forma también eran entrenados para matar. Al acabar con todos ahí bajó corriendo las escaleras, pero al dar la vuelta por el pasillo se topó de frente con otro grupo, quienes después de que los cables en sus cerebros conectaran apuntaron al castaño, pero no hubo tiempo de disparar. Onodera pateó el arma haciéndola subir y dejando a su dueño desprotegido, lo cuan aprovechó para patearlo a él también en el estómago y quitarle el arma que portaba, disparándole con certeza a sus compañeros para poder seguir con su camino.


Takano había cortado todos los cables de las cámaras, y para asegurarse de no ser descubierto, tras salir arrojó una granada dentro, incendiando todo lo que ahí había. Corrió por los pasillos buscando a su compañero, aquella situación era ridícula y completamente innecesaria, si lo hubiera obedecido y vuelto antes no estarían ahí, ya habrían huido y nada de eso estaría pasando. Se escuchó una explosión, y disparos, tenia que encontrarlo antes de que lo encontraran a él, pero por desgracia pasó lo segundo.


Onodera corría desesperado por salir de aquel laberinto, no sabía con cuántos se había encontrado ya, pero debía encontrar antes a Takano para poder salir de ahí.

⁃ Takano, ¿dónde estás?

⁃ ¡Salvándote el pellejo imbécil!

En ese momento salió al túnel principal y pudo percibir disparos a la distancia, corrió en su dirección adentrándose más y más, hasta que a la lejos pudo ver a Takano luchando con esos hombres, los golpeaba y disparaba, el verlo pelear era como verlo en cámara lenta, su fuerza era ridícula, y su expresión fría aterradora. Un suspiro involuntario escapó de la garganta de Onodera, en verdad admiraba a ese sujeto, no había duda. Feliz por estar ahí se abalanzó contra otro grupo que iba llegando, y así, espalda con espalda se deshacían de cada uno de los hombres que llegaban.

⁃ Perdón por tardar

⁃ Cállete, no estoy de humor, sácanos de aquí si tan listo eres

Adelantándose un poco Onodera hizo rodar la pequeña pieza de metal por el suelo, revelando de nuevo la motocicleta, la cual sin dudarlo montaron y aceleraron lo más rápido que la máquina les permitía. De entre los pequeños túneles seguían saliendo personas, a los cuales Takano se encargaba de eliminar en la parte trasera. La dirección a la que iban no importaba, solo querían salir de ahí, pero la oscuridad de la noche no permitía ver bien el camino o la salida, por lo que Onodera no vió una granada que había sido lanzada hacia ellos justo en el momento en el que salieron del túnel, haciéndolos caer de la motocicleta, la cual por el impacto regresó a su pequeña forma.

De entre los arbustos más hombres salieron, pero no se iban a rendir. Onodera corrió para tomar la pieza de metal, provocando que apuntaran y dispararan directamente a él, momento que Takano aprovechó para dispararles ya oculto también entre los arbustos, pero Onodera no se iba a quedar sin dar batalla. Mientras aquellos hombres se dedicaban ahora en encontrar a Takano entre los árboles, el castaño llegó por sorpresa con una de sus armas favoritas, una barra de metal retráctil con algunas funciones escondidas. Con aquella arma no eran necesarias las balas, era ligera, veloz y ágil, perfecta para su dueño. Por la espalda atacó al grupo de hombre armados, golpeándolos en la cabeza para noquearlos y en las piernas para debilitarlos, ayudándole además a mantenerlos alejados de él, golpeándolos a cierta distancia que impedía ser atrapado.

Al desacerar de todos ellos tomó la decisión de huir en una de las camionetas. Corrió hacia el asiento del conductor rogando por encontrar las llaves, pero la suerte no estaba de su lado.

⁃ ¡Takano! ¡Cúbreme!

Sin pensarlo dos veces Takano corrió sobre la batea de la camioneta, desde la cual disparaba a todo aquel que intentaba atacarlos. Onodera con una pequeña linterna en la boca y una navaja en la mano intentaba buscar los cables debajo del tablero.

⁃ ¡Apresurate!

Onodera sentía el sudor frio bajando por su frente mientras cortaba y pelaba los cables lo mas rápido que podía, sus manos temblaban mientras unía los cables intentando hacer un choque eléctrico, y el estar bajo la presión de su compañero con los disparos de fondo no ayudaba mucho, pero por fin lo consiguió.

- ¡Sujétate!

Gritó antes de pisar el acelerador a fondo, adentrándose en el desconocido camino de piedra que llegaba hasta una solitaria carretera, pero aún no podían respirar tranquilos. Varias camionetas los seguían aún indispuestos a no dejarlos ir con vida, y la batalla se había trasladado sobre ruedas. Takano disparaba y lanzaba granadas, pero no era suficiente.

- ¡Nos están alcanzando!

- ¡Hago lo que puedo! ¡¿Tienes una mejor idea Tontodera?!

Y como si de una revelación se tratara recordó que había tomado sin permiso una bomba experimental del laboratorio cundo estuvieron ahí tomándole la muestra de sangre, no fue intencional, solo la vio y la tomó, la prisa por salir era tanta que olvidó realmente lo que tenía en manos y la metió en el bolsillo de su pantalón, al recordarlo en el tren sin decir nada para no alterar a nadie, simplemente la escondió en su mochila. Sacó todas sus cosas y las guardó lo más rápido posible en sus bolsillos, luego miró por un momento aquella cosa, era como una enorme esfera navideña con detalles en azul, quitó la pequeña llave del seguro y la regresó a la mochila.

- ¡Takano! ¡Lansalo!

Por la ventana del auto le pasó la mochila, y sin vacilar ni perder tiempo, dandole fuerza haciéndola girar con ayuda de las correas de la mochila Takano la lanzó. La explosión fue sorda, con un brillo azul fluorescente, pero lo más impresionante fue que aquella esfera había prácticamente hecho polvo todo lo que tocó, deshaciéndose por fin de aquellos hombres.

Takano inhalaba aliviado profundamente, sintiendo el aire frío de las montañas golpearle la cara, y ahí en medio de la nada, en la tranquilidad de la madrugada, lentamente su oído se fue agudizando, todo a su alrededor se silenciaba, se desvanecía, hasta que solo quedó ese pitido, una cuenta regresiva, una bomba que uno de esos sujetos que había sobrevivido había activado con un control remoto, el cual veía a Takano con todo el odio del mundo antes de caer completamente al suelo inconsciente.

⁃ ¡ONODERA! ¡SALTA!

Aquel grito puso en alerta a Onodera, esta vez obedeciendo casi al instante. Ambos saltaron del auto segundos antes de que explotara, cayendo de nuevo hacia el espeso bosque. Ambos estaban conmocionados, sus corazones latían como locos y su respiración era irregular. Takano fue el primero en reaccionar, poniéndose de pie rumbo a su compañero, el cual balbuceaba cosas que parecían no tener sentido.

⁃ Estamos en peligro, nos van a controlar, estamos acabados

⁃ ¿De qué demonios hablas?

Onodera dirigió la mirada hacia Takano, poniéndose de pie y tomándolo con desesperación por los hombros.

⁃ Esa cosa, ¡es un arma química! Quieren controlar las acciones de la población, e-es como una especie de control mental, no tienes voluntad ni control sobre tus actos, ¡solo puedes obedecer lo que ellos te ordenen! Esa voz ... esa voz era ...

⁃ ¡Deja esas tonterías! ¡¿Estás consciente de lo que hiciste?! ¡Por tu culpa casi nos matan allá adentro! ¿Al menos tienes la tarjeta?

⁃ ... S-si yo

Tocando desesperadamente su traje sintió en uno de sus bolsillos lo que debía ser la tarjeta SD, pero al intentar sacarla solo había pedazos, algún golpe o bala la habían destrozado. Takano se llevó las manos al cabello, tirando de él con desesperación.


⁃ ¡No es posible! ¡Ni siquiera pudiste resguardarla! Por esta porquería no quisiste escucharme, ¡¿y para qué?! Debes obedecer cuando te diga algo

⁃ ¡No eres mi jefe! ¡Somos un equipo y deberíamos tomar las decisiones juntos!

⁃ ¡Exacto maldición! Pero tú haces lo que quieres siempre. Si hubiéramos salido cuando te lo dije no nos hubieran atacado, y no quisiste escuchar, te dije que volvieras cuando entraban ¡y no quisiste escuchar! ¡Al final no conseguiste nada! ¡Solo descubrieron que habían sujetos con trajes que parecen de súper héroes tras sus traseros! ¡Nos expusiste! ¡Hiciste lo mismo en el barco! Solo eres otro maldito niño mimado, egoísta y engreído. No consigues nada intentando ser lo que no eres, pudiste engañar a los estúpidos profesores pero no a mi, no eres tan bueno como crees serlo, no eres ni la mitad de lo que tu padre fue, y nunca, por ningún motivo le confiaría mi vida a alguien como tú

Dejando sin palabras al castaño, Takano se alejó intentando calmarse, adentrándose aún más en el bosque, dejando a Onodera solo. Lentamente se dejó caer al suelo, quedando en cuclillas. Era la primera vez que fallaba en su vida, y las palabras del pelinegro solo lo habían destrozado por dentro, pero lo peor de todo era, que todo lo que dijo, quizá era verdad.

Notas finales:

Las leo ;w; nos vemos el sábado <3


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