Capítulo 28
⁃ Y si te reto a llegar hasta el final, ¿lo harías?
Susurró Takano sobre los labios de Onodera, quien después de unos segundos, sin decir o expresar algo, atacó de nuevo los labios del mayor mientras desabotonaba torpemente su camisa blanca. Decir que Takano no se había sorprendido era mentira, pero no iba a dejar ir esa oportunidad, debía aceptar que llevaba deseando que aquella situación se repitiera desde la primera vez que sucedió. Acariciaba todo lo que podía tocar, su pecho, sus brazos y su espalda, hasta meter una de sus manos por debajo de los pantalones de su pareja abriéndose camino hasta su trasero, masajeándolo y estrujandolo. Podía sentir cómo el cuerpo de Onodera daba pequeñas sacudidas, y ya no hacía nada por contener esos pequeños jadeos.
Se separaron por la falta de aire, jadeaban agitados mientras se veían el uno al otro. Debía aceptarlo con todas sus letras, Ritsu le parecía hermoso, y estando tan cerca de su rostro no podía más que confirmarlo, era la persona más hermosa que había visto jamás, ninguna chica podía comparársele siquiera. Ninguno de los dos tenía camisa ya, y cuando Ritsu se abalanzó para comenzar un nuevo beso sintió toda su piel erizar cuando el pecho de su compañero entró en contacto con el de él. Era todo, no había vuelta atrás, por un momento había pensado en parar, pero esa ya no era una opción. Tan rápido como sus manos se lo permitieron desabrochó y tiró de los pantalones y ropa interior de Onodera dejando su miembro expuesto, comenzando a masturbarlo casi de inmediato sin dejar de besarlo.
Casi por inercia, Ritsu movía su cadera hacia adelanta y hacia atrás frotando su trasero con el miembro de Takano, estaba completamente ebrio era la verdad, pero no había manera de ser más sincero en otro momento que no fuera justo ese, él deseaba que aquello se repitiera con ansias, y no iba a detenerse hasta conseguirlo. Por su cuenta y a tientas desabrochó el pantalón de Takano e intentó jalar de él, cuando Takano se dio cuenta de esto separó a Onodera de él, colocándolo sobre la cama para quitarse él mismo los pantalones y la ropa interior, luego se sentó de nuevo en la cama de una mejor manera rodeando con sus piernas a Onodera mientras lo abrazaba y acariciaba.
⁃ ¿Y como quieres que lo hagamos?
Preguntó Takano con voz seductora sobre la piel del cuello de Onodera, solo para besarla y mordisquearla después. Por un momento Onodera no pudo responder, ese simple rose ya lo hacía sentir de todo, sumándole a eso, la forma en la que su compañero acariciaba su espalda y hombros junto con el rose de sus miembros erectos solo atinaba a jadear y gemir, sonidos que además, Takano debía aceptar que amaba escuchar.
⁃ ¿P-puedo intentar algo?
Preguntó Onodera cuando encontró la fuerza suficiente para alejar un poco a Takano y tomar aire, él lo miró por un momento, después le sonrió.
⁃ adelante …
Onodera también sonrió, y besándolo lentamente hizo retroceder a Takano hasta que quedó completamente acostado en la cama. Mientras hacía esto aprovecho para posicionarse sobre su cadera colocando sus piernas a cada lado de su cuerpo a horcajadas, y retrocedió lentamente hasta que su cara quedó a la altura de su miembro, y sin pensárselo dos veces se lo metió a la boca. Takano estaba sorprendido, pero no lo iba a detener, solo se dejó llevar por las sensaciones que aquella acción le provocaban. Onodera metía y sacaba de su boca el miembro de Takano, ayudándose de sus manos en aquellas partes a las que no alcanzaba a llegar, de vez en cuando lo lamia de la base a la punta como si fuera un dulce y luego se lo metía a la boca de nuevo. Continuó durante varios minutos hasta que decidió parar, Takano no entendía que había pasado, pues ni siquiera había llegado a eyacular, pero no dijo nada, solo esperó atento el siguiente movimiento de Onodera, el cual subió de nuevo a su pose inicial, con sus caderas a la altura de las de Takano.
Tambaleando un poco tomó de nuevo el miembro de Takano, y comenzó a frotarlo con su trasero, subía y bajaba imitando una penetración, y Takano encontró una oportunidad para hacer lo propio, tomando el miembro de Onodera con una de sus manos para masturbarlo.
⁃ ¡T-Takano-san! ¡Aah! ¡P-para!
Takano ignoró la petición de Onodera y continuó, le daba algo de pena decirle que aquello era una especie de venganza, pues ansiaba estar dentro de él y lo que Onodera hacía le parecía una tortura. Onodera no tuvo más remedio que continuar, subiendo y bajando cada vez más rápido ayudado de una de sus manos, mientras que con la otra intentaba sostenerse recargado en el abdomen de Takano para evitar caerse. Finalmente ambos llegaron al orgasmo casi a la vez, Onodera dejó que todo se vaciara en su trasero y utilizó el semen para lubricar su entrada. Takano estaba sorprendido por lo que estaba viendo, ¿en que momento ese chico temeroso de la habitación del hotel se había convertido en eso?. La vista que tenía del castaño, con su espalda encorvada ligeramente hacia atrás mientras tomaba su miembro como si estuviera untando una barra de mantequilla sin ningún pudor le encantaba, y tan solo con ver aquello su miembro comenzó a ponerse duro de nuevo. Ese chico le estaba haciendo mucho mal. Cuando Onodera notó aquello no lo pensó mucho para estirar un poco sus rodillas, posicionar el pene de Takano e introducirlo lentamente mientras bajaba sus caderas.
⁃ A-ah … T-takano… d-duele
⁃ T-tranquilo … ¡nhg! No, no pienses en eso …
Incorporándose un poco en la cama tomó el rostro de Onodera en una de sus manos, acariciando su mejilla mientras quitaba mechones de cabello de su rostro pegados por el sudor. Onodera mantenía los ojos fuertemente cerrados, pero cuando sintió aquel contacto los abrió ligeramente. Takano no podía creer como lo hacía sentir cada fase de ese chico, lo estaba mirando con ojos vidriosos, amenazando derramar lágrimas, con una expresión de dolor mezclada con placer, y a Takano le encantaba. Atacó sus labios sin pensarlo mucho mientras jugueteaba con uno de sus pezones con sus dedos, ahogando los cada vez más fuertes gemidos de Onodera en su boca. Mientras lo distraía, Takano empujaba lentamente hacia abajo la cadera de Onodera con la intención de no lastimarlo más hasta que pudo introducir todo su miembro dentro de él. Una vez lo consiguió, dejó de besar sus labios para comenzar a jugar de otra manera con sus pezones, lamiendo y succionando uno de ellos mientras seguía jugueteando con el otro, pellizcándolo y estirándolo.
⁃ ¡Ta-takano! ¡Ah! S-se… ¡s-se siente raro!
Takano río entre dientes por los comentarios de Onodera, que en esa situación le seguían pareciendo algo ingenuos, pero obedeciéndolo, dejó sus pezones en paz por un momento. En su lugar, bajó hasta su estómago y lo lamió desde el ombligo hasta llegar a su pecho.
⁃ ¡Aaaahh¡~ Ma… ¡masamune!
El escalofrío que aquello le provocó hizo que Onodera arqueara su espalda hacia atrás, e instintivamente estiró sus piensas sacando casi por completo el miembro de Takano, solo para que este lo obligara a bajar de nuevo de forma rápida, empujando las caderas de Onodera hacia abajo tomándolo por la cintura mientras él mismo subía sus caderas.
⁃ ¡Ah! ¡N-no! … y-yo quiero hacerlo .. ha… déjame a mi …
Sin decir nada, Takano retrocedió hasta acostarse casi por completo de nuevo en la cama, lo que le dio pauta a Onodera para comenzar. Lentamente subía y bajaba moviendo su cadera en una especie de serpenteo, mientras se recargaba con una de sus manos en la rodilla de Takano detrás de él, quedando completamente expuesto a los ojos de su compañero. A Takano ya lo habían montado muchas veces antes, y muchas de esas veces habían sido completamente salvajes, pero nunca había sentido tanta impotencia al no poder tocar a su acompañante, en otras ocasiones le hubiera dado igual, y en efecto, siempre dejaba que la chica o el chico hicieran todo solos, pero no podía esta vez. En contra de los deseos de Onodera, comenzó a acariciar sus piernas y su trasero. Al hacerlo, Onodera sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, apretando aún más el miembro de Takano en su interior, pero que no lo hizo detenerse. Sumado a esto, Takano comenzó a mover su cadera de arriba hacia abajo cada vez más rápido, impulsando a Onodera sobre él.
⁃ ¡Aaah! ¡Masamune! ¡Más rápido!~
⁃ Ri-ritsu… ha … se siente tan bien …
Sincronizados y cada vez más rápido, Onodera parecía saltar sobre el miembro de Takano, subiendo y bajando mientras su compañero lo ayudaba, cuando sin buscarlo siquiera Takano llegó a la prostata de Onodera, haciéndolo casi colapsar encima de él.
⁃ ¡AAH! ¡MASAMUNE! ¡A-AH!
Rápido Takano se incorporó de nuevo en la cama, abrazando a Onodera para evitar que cayera, y sin pensarlo continuó él subiendo y bajando a Onodera con sus propias manos.
⁃ ¡Sostente de mi! … ¡ah! Ha-as lo que quieras conmigo … ¡Ngh!
Intentando recuperar la fuerza que había perdido, Onodera se sostuvo casi enterando las uñas en los hombros de Takano para continuar impulsándose hacia arriba y dejándose caer cuando bajaba. No le importaba que sus rodillas estuvieran temblando, tenía que llegar hasta el final.
⁃ ¡M-más! ¡Ah! ¡Mas rápido!
⁃ Como ordenes …
Haciendo todo lo que podía, Takano intentaba moverse lo más rápido posible junto a Onodera, cuando el bajaba su cadera Onodera subía, cuando Onodera bajaba, las caderas de Takano subían, todo para llevar lo más profundo posible en su interior. Cada vez lo sentía más apretado, y sabían que el momento del orgasmo estaba cerca, pero eso nos los iba a detener.
⁃ ¡A-AAH! ¡MASAMUNE!
⁃ ¡R-ritsu! … ¡Ahg!
⁃ ¡AAHH!~
El orgasmo llegó casi a la par, siendo el primero en correrse Onodera en medio de ambos, y Takano vaciándose por completo en el interior de Onodera. Se quedaron unos segundos así, abrazos mientras intentaban regular sus respiraciones y calmar las sensaciones. Onodera ya estaba completamente seguro de amar la forma en la se sentía cuando Takano se corría dentro de él, era una sensación extraña, cálida, pero la forma en la que lo llenaba lo hacía excitarse casi de inmediato, y para cuando el semen se resbalaba por fuera de su trasero hacia el miembro de Takano, que seguía dentro de él, Onodera ya estaba completamente duro de nuevo. Al percatarse de eso, Takano rió, acercándose hasta los labios de su compañero para besarlo tiernamente.
⁃ ¿Entonces quieres que continuemos?
Tímidamente, Onodera movió la cabeza afirmando, ocultando su cabeza ente el cuello y hombro de su compañero. Takano sonrió y acarició su cabello dulcemente, ¿quien hubiera imaginado que una de las armas más letales de las organización estaría gimiendo su nombre y comportándose como un cachorro dócil?
⁃ Bien … como mi príncipe ordene
O quizá el pequeño cachorro amaestrado era él.
⁃ P-pero mis piernas … ya no puedo
⁃ Creo que encontraremos la manera
Después de besarlo fugazmente en los labios, Takano se dejó caer en la cama con Onodera entre sus brazos. Una vez acostados dio vuelta dejando a Onodera debajo de él.
⁃ Creo que me gusta más así …
Takano acarició suavemente el rostro de Onodera, iluminado por la luz de la luna que entraba por la ventana. Su rubor de borracho seguía ahí, y sus ojos brillantes expresaban el deseo que aún sentía. Sin resistirlo más volvió a besarlo, exploraba todo lo que podía con su lengua mientras enredaba una de sus manos en el castaño cabello. Onodera no se quedaba atrás, profundizando el beso sosteniendo el rostro de su compañero con amabas manos. Le encantaba lo que sentía al besarlo, como le había dicho antes, con él era diferente, no era un simple beso como si lo habían sido todos los demás que había dado en su vida, incluyendo a sus antiguas parejas. Cuando lo besaba sentía todo, todo lo que alguna vez había leído en cuentos, un sentimiento que temía nombrar, pero que sabía bien lo que era. Terminaron el beso por falta de aire, pero Takano no iba a perder el tiempo, bajó por el cuello y hombros de Onodera, besándolo, mordiéndolo y dejando pequeñas marcas rojas en todos los lugares a los que llegaba. De a poco su miembro comenzó a endurecerse de nuevo, expandiéndose y palpitando aún dentro de Onodera.
⁃ Ah~ T-takano… m-me gusta … ah
Instintivamente, subió sus piernas enredándolas en la cadera de su compañero mientras acariciaba y jalaba ligeramente de sus azabaches cabellos.
⁃ Pe-pero comienza a moverte, ¡ahora!
Takano dejó de hacer lo que hacía para ver a Onodera a los ojos, había sido en serio, lo veía de forma demandante, y estaba sorprendido, pero si le había dado la orden no lo iba a desobedecer.
⁃ Muy bien, pero atente a las consecuencias …
Takano tomó a Onodera por la cintura, y sin previo aviso sacó su miembro entrando de nuevo de forma casi inmediata y agresiva, y así una y otra vez.
⁃ ¡AGH! T-ta… ¡Takano! ¡SI!~ ¡AAH! ¡SIGUE!
⁃ A-a si que te gusta rudo … ah … ¿e-e?
⁃ ¡S-si! ¡AH! ¡P-por Favor! ¡NGH! ¡N-no pares!
Tal como Onodera lo pedía, Takano entraba y salía de su interior lo más rápido que podía, haciendo que Onodera subiera y bajara en la cama por la fuerza implementada. El placer que Onodera sentía era tanto que había olvidado por completo lo débil que había sentido sus piernas, contrayendo los músculos de sus muslos para obligar a Takano a entrar más profundo con sus piernas. El interior de Onodera se contraía, apretando el miembro de Takano cada vez más, y dificultándole el entrar y salir en consecuencia, sabía que el orgasmo estaba cerca, y siguió penetrandolo con aún más fuerza.
⁃ Ri-ritsu… n-no, no creo aguantar más ... ¡ah! Voy a … voy a correrme …
⁃ ¡SIGUE! ¡CÓRRETE DENTRO! ¡AAH! Po… ¡POR FAVOR!~
Sin más remedio e hipnotizado por las órdenes de Onodera continuó hasta llegar al clímax, corriéndose de nuevo dentro de Onodera. Pero junto con la vez anterior, la cantidad de semen era tanta que casi enseguida comenzó a escurrirse por la entrada del castaño.
⁃ ¡AAH!~ ¡MASAMUNE!~
Aún así, la sensación fue tan satisfactoria que llevó a Onodera a correrse llenando su abdomen de su propio semen al arquear de sobremanera la espalda, haciéndolo después caer completamente agotado a la cama. Se mantuvieron un momento quietos, intentado recuperar el aire perdido. Takano sacó su miembro por fin del interior de Onodera, y al verlo es esa posición, agotado y jadeando, no desaprovechó la oportunidad para lamer todo el semen que tenía en su abdomen con la intención de “limpiarlo”, pero la respuesta que esperaba no fue tan llamativa como la que consiguió, al verlo de nuevo, Onodera ya tenía los ojos cerrados y comenzaba a quedarse dormido. Takano no tuvo más remedio que aceptarlo, aunque a él le hubiera gustado continuar. Tomó la sabana que ahora estaba en el suelo para cubrir a ambos, y se acostó a su lado mientras lo acercaba más a su cuerpo en un abrazo protector.
⁃ Descansa, mi príncipe …
Le dio un beso en la frente a su pareja y se dispuso a acompañarlo en su sueño, compartiendo el calor del otro en medio de aquella nevada noche en aquel pequeño pueblo aleman, en aquella habitación de hotel que jamás olvidarían … o al menos no Takano.