Un nuevo día había llegado y en la preparatoria Shohoku el ambiente alrededor era tan denso que era difícil respirar.
― ¿Qué está pasando aquí?- pregunto Takemiya al ver la misma escena que sus amigos
― No lo sé- contesto Yohei de forma seria dejando a todos sus amigos mudos. Su semblante y postura no podía pasar desapercibida, parecía calmado pero en su interior una gran furia se iba acumulando y ellos lo sabían bien.
No podían quitar la vista de dos jóvenes, aunque cada uno se encontraba en un lado distinto de la cancha, el aura asfixiante que se mostraban era difícil de ignorar, no era la común riña a la que estaban acostumbrados, esta vez era algo mas profundo, algo que parecía preocupar no solo a sus amigos, sino también a sus compañeros de equipo.
― Kogure ¿puedes ayudarme con mis estiramientos?- inclino su cabeza como en suplica de una forma tan cortes y mesurada que dejo impactado a todos los presentes
― S-si, está bien- no podía negarse a su petición, con esas acciones lo único que sintió fue preocupación
Ni una queja, ni un reclamo, ni una sonrisa, ni el más mínimo sonido de su boca salió durante todo la práctica, lo único que hacía era mantener la distancia hacia cierta persona.
― Es momento de tener un partido de practica- dijo Akagi en el centro de la cancha
Las camisetas eran entregadas a cada miembro del equipo; el pitido del silbato sonó, marcando el inicio del partido, a los pocos minutos de comenzar algo insólito estaba pasando y solo unos pocos lo habían notado…Cada vez que Sakuragi se acercaba para atacar mandaba el balón a otra dirección cuando Rukawa lo cubría y al mismo tiempo se posicionaba en una dirección completamente diferente, era como si estuviera huyendo.
No parecía destacar con su clásica energía inagotable, era como si tuviera unas cadenas en sus pies que le impedían moverse libremente.
―¡Plaf!- un fuerte estruendo se escuchó dejando a todos sorprendidos al ver al pelirrojo tirado en el suelo, parecía asustado y con la mirada fija, no pudo evitar que todos se preocuparan, es que ¿acaso algo le había pasado?, sin embargo, nadie se percató lo que había sucedido un par de segundos antes, solo un joven que no le quitaba la mirada de enzima aprecio todo lo que había sucedido en ese momento, solo fue un roce un simple roce donde la mano de Rukawa había tocado su brazo y como si se tratara de un tizón caliente solo respondió alejándose y al perder el equilibrio cayó al suelo.
Eso era suficiente para saber que algo muy grave había pasado entre ellos dos.
Hubo tanto silencio durante todo el día y aunque intentaba forzar una sonrisa al lado de sus amigos y de Haruko, cuando bajaba la cabeza una mueca de dolor aparecía en su rostro y Yohei aunque parecía mirar siempre al frente no lo perdía de vista ni un segundo.
Eran cerca de las 8 de la noche y las luces de los postes comenzaban a prenderse para alumbrar el lugar, se encontraba cerca del gimnasio, en esos momentos estaba debatiendo si entrar o no.
― Idiota - su músculos se tensaron al escuchar la grave voz a sus espaldas, apretó sus puños con fuerza y camino hacia el frente ignorándolo por completo- ya veo, así que solo vas a pretender que nada paso
― Déjame en paz- gruño en tono de advertencia
― Dímelo de frente- lo reto
― Solo… aléjate de mi
― ¿Aun no lo entiendes? ¿ No sabes porque lo hice?- no hubo respuesta y continuo hablado- no puedes ignorarme por toda la vida, ¿acaso pretendes huir para siempre?- el silencio del joven era tan abrumador que no puedo evitar perder la calma― Mírame de una vez y dímelo de frente
― No sé que demonios quieres, ni que es lo que estás pensando, solo sé que tu… me violaste- grito exaltado, sus ojos cristalinos lo dejaron impactado, solo una vez lo había visto llorar con tanto dolor y sin contenerse al perder contra Kainan, pero en esta ocasión era diferente, él estaba intentando contener sus lágrimas pero estas seguían derramándose sobre sus mejillas y una mueca de dolor se mostraba en su rostro
― Yo lo… ¡Crac!- el crujido de una rama llamo la atención de ambos y de las sombras la silueta de un joven se vislumbraba y al acercarse a la luz una mirada fulminante cayó sobre Rukawa
― Yohei- susurro Sakuragi abrumado―”El… escucho lo que dije”- pensó, el conflicto interior que empezó en ese momento le impidió ver lo que sucedía a continuación
― Hola Rukawa- la voz ronca y desafiante del muchacho lo puso en alerta- veo que ayer te divertiste mucho ¿no?- aunque su mirada parecía indiferente, el aura que emanaba era amenazadora
― Eso no te incumbe- se irguió en su lugar sin inmutarse
― Parece que no tienes nada que decir- la afilada mirada que le dedicaba parecía cortar todo a su paso- bien… peleemos- se colocó en guardia
Rukawa parecía desconcertado pero al ver como el joven desaparecía de su vista y le propinaba un golpe en la mejilla finalmente hizo que se colocara en modo defensivo.
Los golpes iban y venían, a pesar de ser más bajo y de complexión delgada tenía una habilidad innegable para la pelea, sus golpes eran precisos, aunque no eran tan fuertes como los del pelirrojo, si se descuidaba podría quedar inconsciente
― No creas que te será tan fácil salir de esta- dijo Yohei al ver como esquivaba un gancho derecho pero de inmediato giro soltándole una patada haciéndolo tambalear un poco― dime ¿Qué es lo que pretendías al hacer eso?- movía sus pies con tal agilidad al igual que un boxeador profesional- si tu respuesta no me convence… no saldrás vivo de esta
― No tengo porque decirte nada- refuto molesto― eso es algo que solo se lo puedo decir a él- se limpió la sangre de la comisura de sus labios
― Oh vaya, así que insistes, está bien, este… será tu fin- y con un golpe directo atacó
― ¿Eh?- finalmente había salido de su transe, quedando desconcertado una vez más al ver a Yohei y Rukawa peleando frente a él―“ ¿Qué ha pasado?¿cuánto tiempo me he perdido?” -Y al escucharlos hablar, un fuerte latido golpeo su corazón cuando Rukawa dijo “eso es algo que solo se lo puedo decir a él”, comenzó a recapitular lo que había pasado en el gimnasio recordando cada momento, cada frase, hasta que encontró las palabras que lo ayudarían a aclarar esta situación
Ahora eres mío
No te dejare ir
No pelees más… solo acéptame
Todas las palabras venían de golpe a su memoria y se repetían una y otra vez en su mente
― Yohei, es suficiente- llamo la atención de su amigo que de inmediato dejo de combatir al ver su determinada mirada, con un simple movimiento de cabeza le indico que a partir de ahora él se encargaría de todo, metió las manos en sus bolsillos y con ligeros movimientos se alejó de ese lugar, no sin antes darle una advertencia al pelinegro con una simple mirada
/*Pov Yohei*/
Aunque Sakuragi parecía implacable cuando se trataba de peleas en el interior era como un niño pequeño que se encontraba perdido y eso solo sus amigos más cercanos lo sabían.
Al ver como intentaba contener sus lágrimas y su rostro destrozado al gritar esas palabras, no podía evitar salir de mi escondite.
Hanamichi es mi amigo y no iba a dejar que nadie lastimara su corazón. Las heridas, los rasguños, los moretones, etc. esos se curaban con el tiempo y no les tomaba tanta importancia pero sus sentimientos… eran otra cosa.
Me coloque en guardia; quería destrozar su cara con mis puños, en un instante ya había atinado un par de golpes pero los siguientes no serían tan faciales, aunque en algunas ocasiones parecía esquivarlos, con un solo descuido gire dando una patada, parecía distraído pero cualquier distracción seria su perdición.
Continuamos peleando hasta que Hanamichi finalmente despertó de su letargo, me hablo y con una simple mirada me dio a entender que ya se encontraba mejor y que a partir de ese momento él se haría cargo, baje mi guardia y metí mis manos en los bolsillos asintiendo para alejarme de aquel lugar, sin embargo, antes de marcharme le di una advertencia con la mi mira.
Esta pelea no fue lo que esperaba, sabia perfectamente que la resistencia de Rukawa no era tan buena como la de Hanamichi pero… apreté mi mano recordando lo que había pasado y pude sentir que sus ataques no eran enserio, de hecho, solo sentí como si estuviera recibiendo con su cuerpo todo el dolor que le había causado a Hanamichi.
Una vez más gire mi cuerpo para ver lo que pasaba, aunque Hanamichi parecía sereno aun podía notar la agitación de su corazón pero por ahora este asunto ya no me concierne, por el momento, dejare que esos dos arreglen sus problemas, porque a pesar de que cada vez que se ven terminan peleado.. creo que tienen mucho que entender el uno del otro.
/*Fin Pov Yohei*/
― SSSS…SSSS…SSSS- soplaba el viento con fuerza
― Bien- rompió el silencio el pelirrojo― te escucho- con la mirada fija le indico que estaba dispuesto a oír lo que tenía que decir.
― El básquet ball es todo lo que me importa…
―”Basquet Ball”- pensó y se enfureció, ese no era el punto que quería tratar, dio un paso al frente pero se detuvo al escuchar que todavía continuaba hablando
― Siempre pensé eso desde que era pequeño, hasta que entre a la preparatorio, al principio todo parecía igual, ir y venir a la escuela, dormir cuando quería, ignorar a los demás y continuar haciendo lo que me gustaba pero en los primeros días me tope con una molestia…
― ¿Molestia?- pregunto
― Si, un tonto pelirrojo descerebrado
― ¡Oye!- gruño molesto
― Todo me molestaba… su voz, su aspecto, su personalidad pero aun así no podía dejar de pensar en él, me parecía interesante y en algún momento me sorprendió tanto en lo personal como en profesional- el corazón de Hanamichi dio un salto tras escuchar esa declaración― a cualquier lugar que volteaba.. el aparecía y por más que trataba de ignorarlo el seguía persiguiéndome
― YO NUNCA TE PERSEGUÍ- grito enojado
― Tarado, déjame terminar, yo no tenía planeado lastimarte, solo buscaba una forma de dejar una huella en ti
Un profundo silencio invadió el lugar, como si la oscuridad de la noche absorbiera todos los sonidos dejando un profundo vacío donde solo sus respiraciones se escuchaban, los segundos se transformaron en minutos hasta que finalmente rompió el silencio.
― Bien, no tengo intensiones de perdonarte- dijo secamente, Rukawa trago saliva ― pero de algún modo… no te odio- su cara preocupada se desvaneció― me voy zorro apestoso, a partir de mañana volveré a ser el mismo- lo miro de la misma manera desafiante que siempre lo había visto pero en esta ocasión con un pequeño brillo diferente y un sonrojo en sus orejas al darse media vuelta para marcharse hizo que una ligera sonrisa apareciera en el rostro de Rukawa
― Tarado, no quiero que me molestes con tus estúpidas bromas
― Si, si, si, ¿Cómo tú digas?, eres una molestia, ya me tengo que ir- sin voltear a verlo continuo con su camino, después de todo, no quería mostrar su rostro enrojecido a aquel sujeto.