Los meses seguían pasando, el parto de Jon estaba cada vez más cerca y Damian aún no lograba encontrarlo, por más que lo busco en posibles destinos cercanos no fue capaz de dar con alguna pista que lo llevara a hasta él, el mayor estaba empezando a resignarse a no verlo nunca más.
Por otro lado Damian debía seguir con su vida, y sus responsabilidades para con el negocio familiar, y deberes que tenían que ver con su linaje. Así que, sin querer se vio obligado a continuar y rencausar con su cotidiano, siempre extrañando al de azul mirar, y lamentándose por lo ocurrido entre ambos.
Dentro de este contexto, Damian retoma sus viajes y negociaciones dentro de la nación y en el extranjero, esta vez sus viajes lo conducían, a una isla con una pequeña población, una isla que se caracterizaba como lugar turístico, por sus hermosas playas y paisajes, que eran dignos de admirar, sin embargo, la vida en aquella isla era muy difícil, pues está a pesar de su clima costero, el invierno era muy duro en aquella localidad, por lo estaba algo reacio a ir, pero finalmente decide que es su deber, ya que desde la partida de Jon, lo único que había hecho, era invertir hasta el último de sus recursos en la búsqueda de este, sin éxito, necesitaba poder superar el pasado y continuar con su vida, conservando la esperanza de que en algún momento la vida lo volviera a reunir con su amado y el hijo de ambos, y poder pedirles al fin perdón.
El trayecto a la isla era corto y rápido, al cabo de unas semanas lograron llegar a puerto. Al pisar tierra pudo comprobar con sus propios ojos que era cierto lo que se decía, la isla era simplemente hermosa, a pesar de su clima hostil y lluvioso.
El y su equipo se hospedó en un pequeño Hostal, el único de esa pequeña isla.
El primer día en aquel lugar, tuvo una extraña sensación de estar muy cerca de Jon, pero tampoco entendía a que se debía tal sentir, o porque tenía aquel presentimiento…
El segundo día se dedicó de lleno al tratado comercial con esa zona geográfica y su respectiva nación, olvidándose por completo de lo que sintió el día anterior.
El tercer día solo se dedicó a observar profundamente el imponente mar azul frente al que se encontraba, un mar que le ofrecía una inmensa calma.
Al cuarto día las negociaciones continuaron, con algunos desacuerdos y problemas entre las partes
Al Quinto Día finalmente la negociación dio frutos, en los que pudieron firmar un tratado comercial, entre la isla y la empresa familiar.
al fin de la negociación decidió que la isla era un buen lugar para quedarse un tiempo, era el lugar preciso para comenzar de nuevo y sanar su ya destruido corazón, por lo que logro convencer a su equipo de regresar sin el a su ciudad, algo que no le gustaría nada a su padre, pero era lo que su alma necesitaba en ese momento
Continuara:…..