Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chang Ai por N3K0-Ch4N

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Al final, la invasión resulto ser un fracaso total. La agotada y reducida fuerza invasora no tuvo otra opción más que rendirse y ser capturada, Aang se sentó en la parte posterior de la silla de montar, mirando a través de las nubes con lágrimas en los ojos, se sentía mal por tener que dejar atrás a las fuerzas invasoras pero, por otro lado, Hakoda tenía razón, debían esconderse en un lugar seguro para que Aang pudiera prepararse para derrotar al Señor del Fuego cuando el momento llegara. Mientras volaban, Aang pudo ver una sombra aproximarse hacia ellos, parecía ser un globo de guerra de la nación del fuego, por un segundo comenzó a creer que alguien los estaba siguiendo para atacarlos pero después llegó a la conclusión de que quizás podría tratarse de Zuko, no estaba seguro de si era él, el globo volaba a varios metros de distancia.

Después de volar por un largo tiempo, el grupo aterrizó en un campo abierto, Appa estaba exhausto, el sol ardiente les caía encima mientras continuaban su camino a pie.

-Esto es vergonzoso-comentó Katara.

-¿Qué es vergonzoso? ¿qué nuestros traseros hayan sido completamente pateados por la nación del fuego o tener que caminar todo el camino hacia el Templo Aire del Oeste?-preguntó Sokka.

-Ambos-respondió ella.

El grupo continuó su viaje con la cabeza gacha preguntándose que estarían haciendo los adultos en ese momento, probablemente se dirigían a una prisión de la nación del fuego o algo parecido. Ninguno de ellos se percató del pequeño punto rojo que los seguía en lo alto de las nubes.

-Bien, chicos ¡ya estamos aquí!-exclamó Toph cerca de un acantilado.

-¿Estás segura? no hay nada aquí-dijo Sokka mirando hacia la extensa llanura.

-Wow ¡es increíble!-continuó ella.

-¡Tiene razón!-dijo Aang corriendo hacia un pequeño poste de piedra-¡ya estamos aquí! ¡todos acérquense!-los demás corrieron y se pararon sobre un intrincado piso de piedra de algún origen desconocido. Aang creó una corriente de aire hacia una abertura en el poste y el piso comenzó a caer lentamente hacia una caverna-bienvenidos al Templo Aire del Oeste-

Mientras tanto, Zuko, quien había estado siguiendo al equipo Avatar desde la invasión en su globo de guerra, llega primero y desciende al Templo Aire del Oeste con ayuda de una cuerda. Caminando alrededor, recordó la ultima vez que había estado allí, y eso había sucedido una semana después de su destierro.

*Flashback*

El príncipe desterrado, con una quemadura reciente en el rostro y vendado en un único ojo, estaba en el Templo Aire del Oeste con su tío de pie en uno de los salones del templo mirando hacia el horizonte. Iroh estaba de pie detrás de él.

-Qué vista más deslumbrante-comentó Iroh.

-La única vista que me interesa ver es al Avatar encadenado-dijo Zuko sin verlo siquiera.

-¿Sabes? el Avatar no ha sido visto en cien años-le dijo el anciano-las probabilidades de encontrarlo aquí son muy escasas-

-Primero, revisaremos cada uno de los templos aire. Luego recorreremos el mundo, buscando incluso en los lugares más remotos hasta que lo encontremos.

-Príncipe Zuko, solo ha pasado una semana desde tu destierro. Deberías tomarte un tiempo para sanar tu herida y descansar-le sugirió Iroh, últimamente había visto a su sobrino cansado y completamente obsesionado con su propósito de encontrar al Avatar para llevarlo ante su padre y eso no era bueno para su salud. En lugar de escuchar a su tío y hacer lo que le sugirió, Zuko se volteó para mirarlo enojado.

-¿Qué más esperaría escuchar del hombre más perezoso de la Nación del Fuego?-le gritó el joven príncipe desterrado, Iroh solo suspiró, no tenía caso intentar razonar con él, Zuko dejo de ver a su tío y desvió la mirada otra vez hacia el horizonte-la única forma de recuperar mi honor es encontrando al Avatar, y eso es lo que haré-

Iroh no dijo nada más, solo bajó la mirada, giró sobre sus pasos y se alejó de ese pasillo dejando solo al joven príncipe.

*Fin Flashback*

No pudo evitar sentirse avergonzado por revivir ese recuerdo; sin embargo, su lamento no duró demasiado, fue interrumpido apenas vio la sombra de Appa volando por encima de donde él se encontraba, salió corriendo de allí lo más rápido que podía para esconderse, al menos hasta que lograra convencer al equipo Avatar de que estuvo de su lado todo este tiempo y que quería ayudarlos a detener la guerra. Hizo un campamento en un área boscosa no muy lejos del Templo Aire del Oeste, montó una tienda de campaña improvisada y al terminar, se metió dentro del cesto de su globo de guerra para verificar los suministros, encontró una cuerda con la cual amarrar el globo y una pequeña caja de metal, la abrió y dentro de ella encontró agua y un poco de carne seca.

Más tarde, casi al caer el sol, luego de sacar la caja de metal con las raciones limitadas que debía intentar conservar entre esa noche y mañana temprano, Zuko comenzó a practicar con un sapo-tejón su discurso para convencer al equipo Avatar de que lo aceptaran como el maestro fuego-control de Aang.

-Hola, soy Zuko-dijo con un poco de nerviosismo-bueno, supongo que probablemente ya me conocen… más o menos… eh… la cosa es que tengo mucha experiencia en fuego-control, y me considero bastante bueno en eso, bueno, ya saben, supongo que ya me habrán visto antes cuando los estaba atacando. Uh, sí, respecto a eso, creo que debería disculparme, aun así, soy bueno ahora. Quiero decir, creí que era bueno antes, pero ahora me doy cuenta de que era malo, pero… de todos modos… creo que es hora de unirme a su equipo y enseñarle a Aang fuego-control-

-Riiii-biiit.

-Ergh, no eres de mucha ayuda ¿sabes?-le dijo Zuko al sapo con el que estaba hablando-esto no tiene sentido, nunca me van a creer…¿qué haría mí tío?-se preguntó con voz pensativa-"Zuko, debes ver dentro de ti para salvarte de tu otro yo. Solo así, tu verdadero yo se revelará por sí mismo"… ugh, incluso cuando estoy hablando por él no puedo entender lo que dice… ¿qué haría Azula?-comenzó a hablar como una chica-escúchame, Avatar. Puedo unirme a tu equipo o puedo hacer algo indescriptiblemente horrible a ti y a tus amigos, tú eliges… ¡ok! eso no se oye bien, estoy intentado hacer que les agrade y posiblemente me dejen unirme, no que me maten-

Esa misma noche, Zuko no pudo dormir por unas cuantas horas, permaneció se sentó en el suelo contemplando las llamas moviéndose avivadamente en la pequeña fogata que había encendido para no tener frío mientras dormía al aire libre. Decir que estaba nervioso era poco, estaba ansioso, ansioso por encontrarse con el equipo Avatar pero no para pelear, sino para pedirles que le dieran una segunda oportunidad y lo dejaran unirse a ellos, feliz de saber que finalmente haría las cosas bien pero al mismo tiempo tenía miedo, miedo de que Aang no quisiera tenerlo cerca, ni siquiera como su maestro de fuego-control y lo rechazaba otra vez, Zuko se sentiría perdido, porque finalmente, luego de enfrentar a su padre, traicionar a su hermana y dejar todo atrás, se dio cuenta de que con solo tener a Aang a su alrededor se sentía cálido por dentro, un calor que nunca antes había sentido recorría todo su interior, ni siquiera lo sentía cuando usaba sus técnicas de fuego-control, el calor que sentía cuando estaba cerca del joven Avatar era totalmente diferente.

Luego de estar un largo rato perdido en sus propios pensamientos, Zuko logró cerrar los ojos y finalmente se quedó dormido, si todo salía bien mañana por la noche estaría durmiendo en una de las habitaciones en el Templo Aire del Oeste.


Al día siguiente, el día amaneció soleado, brillante y caluroso, demasiado caluroso, Zuko despertó sediento y sudando por el calor, tal vez no fue una buena idea dormir afuera toda la noche. Necesitaba encontrar un sitio en donde refrescarse y beber un poco de agua, el agua que tenía guardada en su caja de metal que sacó del globo de guerra se había acabado el día anterior y lo único que quedaba en la caja eran algunos trozos de carne seca que comería más tarde, si su memoria no le fallaba, recordó que no muy lejos de su campamento había un río, era temprano por la mañana para que alguien más viniera hasta el lugar donde se encontraba, así que tenía algo de tiempo para caminar hasta el río, refrescarse, beber un poco de agua y regresar al campamento. Sabiendo que solamente iba a ir al río Zuko se quitó la túnica y solo se quedó con los pantalones y las botas puestas, luego de esto comenzó a caminar hacia el río, caminó unos minutos sintiendo el calor del sol calentar su piel lo que solo lo hizo sudar un poco más, pero todo su esfuerzo valió la pena porque finalmente llegó al río, se acercó al borde arrodillándose en éste, viendo su reflejo en el agua cristalina, recogió un poco de agua con las manos y la bebió, se sentía tan bien sentir algo frío deslizarse por su garganta, una vez que comprobó dos veces que no había nadie alrededor, Zuko terminó de quitarse la ropa, dejándose la ropa interior puesta, colocó los pantalones y las botas en una roca cercana, regresó al río y metió la mitad de su cuerpo en el agua fría. Al instante sintió todo su cuerpo temblar ante el contacto con el frío, por lo que esperó unos segundos antes de sumergirse por completo. Pasaron breves segundos y cuando sintió que su cuerpo se acostumbraba al agua fría, Zuko comenzó a nadar y de vez en cuando se echaba un poco de agua en la cabeza para refrescarse, pasó una hora en ese río hasta que notó una sombra pasar volando encima de él. El maestro fuego dirigió su mirada y vio cómo la sombra se perdía de vista hasta que desapareció detrás de algunos árboles, ante la idea de ser observado, el maestro fuego saltó del río, se alejó corriendo de allí olvidando ir a recoger su ropa y se escondió detrás de unos arbustos, sus ojos dorados pudieron ver a la persona misteriosa salir de los árboles, viendo que esta persona era nada más y nada menos que Aang.

-¿Qué está haciendo él aquí?-pensó Zuko mientras veía al joven Avatar caminar hacia el río, llevaba consigo lo que parecía ser una jarra para recoger agua y poder llevarla hasta el Templo Aire del Oeste. Zuko permaneció oculto en su lugar atento al próximo movimiento del menor, cuando, de pronto, pudo ver cómo se quitaba la ropa no muy lejos de él pero se detuvo cuando notó que había algo de ropa colocada en una roca no muy lejos de él, en ese momento, el maestro fuego quiso golpearse la frente con una mano ¿cómo pudo ser tan estúpido como para dejar allí su ropa? Ahora Aang sabría que él estaba allí, pero al parecer el niño no logró reconocer la ropa, solo creyó que había alguien más allí, así que comenzó a mirar a su alrededor antes de meterse al río.

-¿Hola? ¿hay alguien ahí?-preguntó Aang, Zuko no respondió, solo permaneció en silencio oculto detrás de los arbustos, luego de unos breves segundos mirando a su alrededor, Aang simplemente se rindió y se metió en el río. Paso otra hora donde el maestro fuego observó a Aang nadando en el río, pudo apreciar sus hombros ligeramente pálidos siendo iluminados por el cálido sol de ese día, lo contempló por un momento más hasta que pudo ver que Aang dejó de nadar para verificar si había alguien cerca de allí, entonces Zuko notó cómo el joven Avatar recostaba su espalda en el borde del río, en un área donde el agua cubría solo la mitad de su cintura, cerró los ojos y metió una mano lentamente debajo del agua desapareciendo en ésta.

-¿Qué va a hacer ahora?-pensó Zuko, una parte de él quería ir al lugar donde estaba Aang para apreciarlo más de cerca pero no quería moverse de allí, su curiosidad lo obligaba a quedarse y continuar observando desde la distancia. Salió de sus pensamientos al escuchar un suspiro de alivio salir de la boca del joven Avatar y sus mejillas se sonrojaron al saber lo que estaba haciendo en ese preciso instante.

Por otro lado, Aang dejo que su mano vagara libremente por el agua fría del río, contuvo el aliento apenas su mano rozó con su miembro, sujetándolo con firmeza y se sonrojó furiosamente, su miembro ya estaba excitado por un simple roce y necesitaba liberarse pronto. Aang inhaló y exhaló por un breve minuto, Zuko, quien estaba de rodillas detrás de los arbustos, pudo sentir su propio miembro palpitando dentro de su ropa interior con tan solo ver las acciones del joven Avatar, si tan solo pudiera salir de su escondite y...

Sus propios pensamientos fueron interrumpidos apenas vio cómo Aang tomaba su miembro y comenzaba a tocarse, mordiéndose el labio inferior para evitar gemir en voz alta, el joven Avatar permaneció allí bajo el agua, atrapado en su propia ola de calor mientras lidiaba con su necesitada erección. Un suave gemido escapó de sus labios, y su mente comenzó a auto torturarse con pensamientos de cierto maestro fuego.

-Mhmm… Zuko-dijo Aang entre gemidos y jadeos mientras apretaba su erección y comenzaba a mover su mano arriba y abajo con rapidez, el placer que sentía era abrumador, no pudo evitar imaginar a Zuko allí con él, tocando su cuerpo con sus cálidas manos, mordiendo la piel de su cuello mientras rozaba lentamente sus erecciones creando una agradable e increíble fricción entre ellas-aah~ Zuko…-

El rostro de Zuko se puso rojo como la sangre misma al percatarse de que también tenía una erección, así que llevó una mano en su ropa interior, su mano tomó su miembro y comenzó a tocarse lascivamente al tiempo que sus pensamientos comenzaban a acelerarse, fantaseó con Aang de rodillas frente a él él, imaginando que la mano que sujetaba su miembro pertenecía al pequeño monje, se preguntó qué tan suaves serían esas manos y cómo se sentirían en comparación con su propia mano. También soñó con Aang yendo un poco más lejos, bajando su cabeza entre sus piernas, besando tiernamente su erección e introduciendo la punta en su boca, Zuko echó su cabeza hacia atrás y jadeó ante ese pensamiento, quería que Aang amara tiernamente su cuerpo, que lo deseara tanto como él lo deseaba, quería que el joven Avatar fuera quien se entregara enteramente a él, que se volteara y le ofreciera su trasero para poder follarlo todas las veces que quisiera.

Zuko se mordió el labio inferior con fuerza, deleitándose ante la sensación de su mano acariciando su miembro mientras se perdía en sus fantasías eróticas que involucraban al joven maestro aire, también pensó en Aang gimiendo ante la sensación de perder su virginidad, gimiendo de puro placer, llegando al clímax mientras hacían el amor en sus propios pensamientos. Y eso fue lo que necesitó para alcanzar su límite, se imaginó corriéndose dentro de Aang, liberando su esencia y haciendo que el niño suplicara por más.

Ambos, Aang y Zuko reprimieron un gemido cuando llegaron al límite mismo tiempo, derramando esperma de sus miembros. El cuerpo de Aang tembló ante su reciente orgasmo hasta que se calmó, con un suspiro frustrado salió del río para secarse, ya había perdido demasiado tiempo allí y tenía que volver al templo antes de que alguien se preocupara por su larga ausencia. Luego de vestirse, Aang regresó detrás de los árboles para recoger su planeador, antes de volver al templo, recogió un poco de agua en la jarra que había traído consigo y luego se fue volando.

Zuko lo vio volar lejos del río hasta que lo perdió de vista, salió de los arbustos para recoger su ropa, se vistió y regresó a su campamento temporal, apenas llegó, se sentó en el suelo, abrió la caja de metal y se comió los restos de carne seca que quedaban allí, finalmente tomó la decisión, era hora de ir al Templo Aire del Oeste e intentar convencer al equipo Avatar para que lo dejaran unirse a ellos. Al llegar al templo, Zuko se escondió detrás de unas rocas escuchando al equipo Avatar discutir sobre qué harían a continuación ahora que el plan de la invasión había fallado.

-De acuerdo ¿qué haremos ahora?

-Bueno, si me lo preguntas, el nuevo plan es volver al viejo plan-respondió Sokka-solo tienes que dominar los cuatro elementos y enfrentar al Señor del Fuego antes de que llegue el cometa-

-Oh, sí, eso es genial. No hay problema, lo haré-dijo el maestro aire sin interés.

-Aang, nadie dijo que esto iba a ser fácil-le dijo Katara.

-Bueno, ni siquiera será posible ¿dónde se supone que vaya a conseguir un maestro fuego-control?-Aang odiaba esto, lo odiaba tanto, parecía que no podía hacer bien su trabajo.

-Podríamos buscar a Jeong Jeong-sugirió Katara, Aang suspiró recostándose en la piedra en la que estaba sentado.

-Sí, claro. Como si pudiéramos encontrar a Jeong Jeong de nuevo-dijo desviando la mirada.

-¿Quién rayos es…? no importa, cuando digan algo importante ahí voy a hablar-agregó Toph murmurando esa última frase en voz baja.

-Oh, bien, supongo que no podemos encontrar a nadie-habló Aang tratando de disipar la conversación sobre el fuego-control que lo dejó confundido y frustrado.

El equipo ahora estaba más que perdido respecto a lo que iban a hacer ahora, no tenían idea de lo que iban a hacer para derrotar al Señor del Fuego antes de que llegara el cometa, comenzaron a discutir sobre diferentes planes y estrategias, cuando, de pronto, alguien apareció detrás de las rocas, era Zuko.

-Hola, soy Zuko-saludó de la forma más amigable posible pero aparentemente eso no funcionó porque Katara, Toph y Sokka se pusieron en posición de ataque-supongo que probablemente ya me conocen, más o menos, la cosa es que tengo mucha experiencia en fuego-control, y me considero bastante bueno en eso. Bueno, creo ya me habrán visto antes ¿saben? ¿cuándo estaba atacándolos? Uh, sí, creo que debería disculparme por eso, pero, aun así, soy bueno ahora. Quiero decir, creí que era bueno antes, pero ahora me doy cuenta de que era malo, de todos modos, creo que es hora de unirme a su equipo y le enseñe fuego-control al Avatar, supongo que les sorprende verme aquí-

-La verdad no, ya que nos has estado persiguiendo por todo el mundo-dijo Sokka.

-Sé que esto puede parecer una sorpresa considerando todo lo que hemos pasado, pero quiero unirme a su equipo, quiero ayudarlos a derrotar a mi padre y restablecer el equilibrio en el mundo. Esta guerra no debería haber continuado como lo ha hecho hasta ahora, me avergüenzo de mis antepasados por haber traído este tipo de caos al mundo y…-Zuko desvió su mirada hacia Aang, quien trató de evitar ese tipo de contacto con él, no podía dejar que notara el sonrojo en su rostro-y puedo enseñarte fuego-control-

-¿Cómo podemos confiar en ti? ¿cómo sabremos que después no nos traicionarás?-dijo Sokka recordando lo que había sucedido en Ba Sing Se, llamando la atención de Zuko quien desvió su mirada lejos de Aang.

-Sé que es difícil confiar en mi después de todo lo que he hecho y lo siento, pero ya he traicionado a mi padre y a mi hermana para poder defender lo que es correcto, no hay nada para mi allá-explicó Zuko mirando otra vez a Aang un poco herido y confundido. Aang sintió lástima por él e iba a decirle algo pero al notar las miradas que sus amigos le daban, tuvo que cambiar de opinión.

-No hay forma de que podamos confiar en ti después de todo lo que has hecho ¡nunca te dejaremos unirte a nosotros!

Zuko tuvo que reconocer que esa respuesta le dolió, no podía creer que Aang pudiera decirle algo así, pero lo entendía, si el maestro aire lo hubiera traicionado también se sentiría mal por lo que hizo, sin embargo; salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Katara.

-¡Sal de aquí, ahora!-exclamó ella.

-Estoy tratando de explicar que ya no soy esa persona.

-Será mejor que te vayas si no quieres que te ataquemos-dijo Sokka con un tono amenazante en su voz.

-Si no me aceptan como amigo-se inclinó y extendió sus manos-entonces quizás me tomen como prisionero-

-No ¡no lo haremos!-gritó Katara y atacó a Zuko con agua-control, podría haber esquivado el ataque pero no lo hizo, en cambio cerró los ojos y aceptó el ataque como hizo de igual forma con su destino. Volvió a mirar a Aang como si estuviera esperando a que interfiriera o lo ayudara pero no lo hizo, el maestro aire reaccionó y quiso acercarse a ayudarlo pero Katara lo detuvo-¡vete de aquí y no vuelvas! y si alguna vez te volvemos a ver… ¡será mejor que no te veamos de nuevo!-

Zuko se levantó del suelo goteando agua por el ataque que Katara le arrojó previamente. Aang podía jurar que hasta vio lágrimas formarse en sus ojos dorados pero antes de que pudiera decidir qué hacer, Zuko ya se había ido. Se sentía mal por él, pero no había nada que pudiera hacer para intentar consolarlo sin que sus amigos sospecharan de la situación y de su extraño comportamiento. Después de que Zuko se fuera, las discusiones comenzaron otra vez, pero esta vez fueron diferentes.

-¡¿Por qué rayos lo ahuyentaron así?!-preguntó Toph elevando su voz, ella podía llegar a tener un carácter fuerte y poderoso cuando quería.

-¡No conoces a Zuko como lo conocemos nosotros!-dijo Katara enojada-nos siguió por todo el mundo tratando de matarnos y capturar a Aang. Eso es todo lo que quiere; por eso no podemos confiar en él-

-Tengo que hacer una confesión-dijo Aang llamando la atención de Katara haciéndola desviar su mirada-¿recuerdan cuando ustedes dos estaban enfermos y Zhao me capturó?-

-¿Y nos hiciste chupar esas ranas congeladas?-lo interrumpió Sokka con un tono sarcástico en su voz, pero con un semblante molesto en su rostro-¿cómo podría olvidarlo? tuve una verruga que me cuelga de la parte posterior de la garganta durante un mes-

-Sokka, lo revisé y te dije que no había nada ahí-dijo su hermana dándole una mirada seria.

-Bueno, no sé qué sea… ¡pero la verruga que cuelga en la parte posterior de mi garganta es mía!-exclamó el chico de la Tribu Agua del Sur molesto.

-Aún así, cuando Zhao me encadenó en su fortaleza, fue Zuko quien entró y me sacó-terminó de decirles Aang-él… arriesgó su vida para salvarme-

El joven Avatar sonrió levemente al recordar el momento en que Zuko, disfrazado del Espíritu Azul, se había infiltrado en la fortaleza de Zhao para poder sacarlo de allí, sin dudas, lo que había hecho había sido algo muy amable de su parte y fue en ese momento que comenzó a pensar que quizás había algo de amabilidad en él; no obstante, la voz de cierta maestra agua lo hizo salir de sus pensamientos.

-De ninguna manera, eso es imposible, estoy segura de que solo lo hizo para poder capturarte él mismo-dijo Katara interrumpiendo a su amigo, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

-Sí, acéptalo, Aang. No eres más que un gran premio para él-dijo Sokka apoyando la teoría de su hermana.

-¡Eso no es verdad!-exclamó Aang sorprendiendo a sus otros dos amigos, incluyendo Toph, bueno ella solo abrió sus ciegos ojos enormemente al escuchar esas palabras-uh… quiero decir, probablemente tengas razón-

-¿Y qué fue toda esa locura de liberar a Appa? Qué mentiroso.

-En realidad, no estaba mintiendo-dijo Toph llamando la atención de sus amigos.

-Oh, hurra. De toda una vida de maldad, podríamos excluir crueldad animal de su lista ¿no lo crees?-comentó sarcásticamente Sokka.

-Solo digo que, teniendo una familia disfuncional y por la forma en que fue criado, me sorprende que no se haya tornado en alguien mucho peor… alguien como Azula.

-¿Sabes? tienes razón, Toph-respondió Katara con un tono sarcástico parecido al de su hermano-vamos, busquémoslo y démosle una medalla que diga "no es tan idiota como parece"-

-Todo lo que sé, es que mientras nos hablaba, sonaba sincero. Tal vez sus sentimientos de ira y dolor no los están dejando pensar con claridad-les dijo Toph sin voltear su cabeza hacia sus amigos, en el fondo de su corazón, Aang tuvo que admitir que tal vez su amiga tenía razón sobre lo que estaba diciendo, pero, lamentablemente, Katara y Sokka no eran de la misma opinión.

-Es sencillo para ti decirlo, no estuviste allí cuando nos atacaron los piratas-exclamó Katara.

-O cuando quemó la aldea de la isla Kyoshi-dijo Sokka apretando los puños.

-O cuando intentó capturarme en el Templo de Fuego-dijo Aang, odiaba esto, pero esta vez tenía que darles la razón a sus otros dos amigos.

-¿Por qué tratas de defenderlo?-le preguntó la maestra agua a la maestra tierra.

-Porque, Katara, todos están ignorando un acto crucial-dijo Toph mientras se acercaba a ellos y pisoteaba el suelo con su pie-Aang necesita un maestro fuego-control, no podemos pensar en una única persona en el mundo adecuada para el trabajo y ahora, cuando aparece uno en bandeja de plata ¿ni siquiera lo consideran?-

-No voy a tener a Zuko como mi maestro-respondió Aang mientras se paraba al lado de Sokka y Katara.

-Tienes toda la razón-dijo Sokka apoyando al joven Avatar y desvió la mirada hacia Toph-tú no la tienes, amiga-

-Bueno, supongo que esto ya está solucionado-dijo Katara queriendo ponerle fin a la discusión, eso solo hizo que la maestra tierra se enojara y gruñera furiosamente.

-Estoy empezando a preguntarme quién es está realmente ciego aquí.

Con estas palabras dichas, Toph abandonó el templo y comenzó a caminar para encontrar a Zuko. Ya era de noche y Zuko estaba durmiendo en su tienda o al menos eso era lo que intentaba hacer, sus pensamientos estaban centrados en Aang y en lo que le había dicho cuando intentó convencerlo a él y a sus amigos de unirse a su equipo.

-¿Qué voy a hacer?-pensó el ex príncipe de la Nación del Fuego mientras se acurrucaba en la manta que envolvía su cuerpo-¿debería seguir intentando hasta que me acepten? ¿qué está pasando conmigo?-pudo sentir las lágrimas asomarse por sus ojos, estaba llorando-soy tan estúpido ¿por qué es tan difícil ser bueno? esto es un completo desastre-escuchó a alguien atravesar los arbustos-¿quién está ahí? ¡aléjate!-la persona resultó ser Toph, pero al ser incapaz de ver en la oscuridad, Zuko atacó inmediatamente al intruso. Toph intentó protegerse, pero las plantas de sus pies se queman apenas dio unos pasos atrás-lo siento, no quise hacerlo, fue un error-

-Aléjate de mí-completamente ciega, Toph se escabulló en sus manos y rodillas con miedo; Zuko intenta ayudarla, pero ella lo empuja con tierra-control.

Tan pronto como se fue, Zuko gritó de frustración.

-¡¿Por qué soy tan malo siendo bueno?!-exclamó un poco molesto consigo mismo.


Era de mañana cuando el grupo comenzó a preguntarse sobre el paradero de Toph. Abrió un túnel a través del acantilado donde estaba ubicado el Templo Aire del Oeste usando su tierra-control, salió del túnel y cayó al suelo.

-Toph ¿qué te pasó?-preguntó Katara con un semblante preocupado.

-Me quemé los pies-respondió Toph mientras intentaba mantener sus pies en el aire.

-Oh, no ¿qué fue lo que pasó?

-Te acabo de decir que me quemé los pies-repitió la maestra tierra dudando si su amiga la estaba escuchando o simplemente fingía estar sorda.

-Quise decir, cómo-se corrigió Katara.

-Bueno, fui a ver a Zuko para hablar con él anoche.

-¿Tu qué?-dijo Aang quien no daba crédito a lo que oía.

-¿Zuko? pero ¿por qué?

-Solo creí que podría sernos útil-dijo la maestra tierra mientras Katara sacaba agua de su cantimplora y comenzaba a curarle los pies-y si hablaba con él, podíamos llegar a un acuerdo-

-Entonces ¿te atacó?-preguntó Sokka.

-Bueno, lo hizo y a la vez no quiso hacerlo. Fue una especie de accidente.

-Pero ¿él te atacó con fuego-control?-dijo Aang, Toph suspiró y afirmo ante la pregunta de su amigo.

-¿Ves? Confiaste en Zuko y te quemaste… literalmente-exclamó Sokka.

-Va a tomar un tiempo para que tus pies mejoren-dijo Katara una vez que terminó su tratamiento de curación-desearía haber trabajado en ellos antes-

-Sí, yo también-dijo la maestra tierra mientras la maestra agua guardaba el agua de vuelta en su cantimplora.

-Zuko es claramente demasiado peligroso para dejarlo solo, tendremos que ir tras él-sugirió Sokka a sus amigos.

-Odio tener que ir en busca de una pelea, pero debo reconocer que esta vez tienes razón-dijo Aang sintiéndose un poco decepcionado-después de lo que le hizo a Toph, no creo que tengamos otra opción-

-Es astuto, pero encontraremos la manera de capturarlo.

-Solo invítelo a volver aquí-sugirió Toph mientras intentaba levantarse del suelo, Aang y Sokka la ayudaron-ya se ofreció como nuestro prisionero una vez-

-Sí… haz que regrese y dile que será nuestro prisionero, luego lo acorralamos y ahí lo consideraremos nuestro prisionero-dijo Sokka considerando la sugerencia de su amiga.

-Eres un maestro de las sorpresas, Sokka-comentó Katara mientras caminaba detrás de ellos. Sin que ellos lo supieran, el Hombre Combustión apareció en la cornisa más alta del templo y se preparó para atacar al grupo. Zuko llega y le impide atacar con un tiro seguro al grupo, redirigiendo su ataque y alarmando a los demás, quienes fueron a buscar un lugar seguro para cubrirse.

-¡Detente!-exclamó Zuko intentando evitar que el asesino los atacara aún más-mi hermana te envió ¿no es así? no quiero que captures al Avatar-Aang se sorprendió cuando escuchó a Zuko decir que Azula había enviado un asesino para acabar con ellos-la misión se cancela, te ordeno que te detengas-el Hombre Combustión no lo escuchó, lo empujó a un lado y disparó contra la fuente destruyendo la parte superior, Zuko se levantó del suelo e intentó detener al asesino con su fuego-control-bien, escucha, te pagaré el doble de lo que ella te dio-

El Hombre Combustión, en cambio, se volteó hacia Zuko y lo golpeó derribándolo fuera del borde del templo, aunque se las arregló para sujetarse de una enredadera justo a tiempo. Aang y Katara usaron su agua y aire-control para contraatacar al Hombre Combustión, sin embargo, su posición los deja en una grave desventaja contra él y su aluvión de explosiones. Incapaz de obtener una línea directa sobre ellos, el Hombre Combustión cambia las tácticas y comienza a apuntar hacia las estructuras, con la intención de volar todo el templo desde el acantilado.

Mientras se protegen de los ataques, Sokka subestima la posición del Hombre Combustión basándose en los ángulos con los que las explosiones impactan en el suelo, arrojó su boomerang, curvándolo en una esquina, golpeando al Hombre Combustión directamente en el tatuaje de tercer ojo en su frente, bloqueando su chi y dejándolo desorientado. El Hombre Combustión intentó disparar otro ataque pero al tener su chi bloqueado, hace que todo a su alrededor explote, lo que provoca que la estructura en la que se encuentra parado se desprenda del acantilado y caiga en picada hacia el brumoso cañón debajo del templo, lo único que queda del Hombre Combustión es su brazo de metal, el cual cae también a las profundidades del cañón.

Al ver que el peligro había terminado, Zuko trepó por la enredadera y llegó al borde de la pagoda, una vez en la cima de la cornisa, caminó hacia el pasillo donde estaba la fuente y encontró al equipo Avatar esperándolo.

-No puedo creer que vaya a decir esto pero, gracias, Zuko-dijo Aang mientras elevaba su mirada hacia el maestro fuego.

-¡Hey! ¿y qué hay de mí? yo hice la cosa del boomerang ¿sabes?-dijo Sokka mientras movía los brazos en posición de arquero.

-Escuchen, sé que no me explique bien ayer, he pasado por muchas cosas en los últimos años y ha sido difícil, pero me he dado cuenta de que tuve que pasar por estas cosas para aprender la verdad-les dijo Zuko-pensé que había perdido mi honor y que de alguna forma, mi padre me lo devolvería, pero ahora sé que nadie puede darte tu honor, es algo que ganas por ti mismo eligiendo hacer lo correcto. Todo lo que quiero hacer es jugar mi papel para terminar esta guerra-Aang pudo sentir que sus palabras eran honestas y sinceras y que ahora, más que nada, podía confiar en él-y sé que mi destino es ayudarte a reestablecer el equilibrio en el mundo-desvió la mirada hacia Toph-lamento lo que te hice, fue un accidente, el fuego puede ser peligroso y salvaje. Así que, como maestro fuego, necesito ser más cuidadoso y aprender a controlar mi elemento para que así no pueda volver a lastimar a nadie nunca más-

Al escuchar esto, Aang recordó el momento en que hirió a Katara quemándole las manos cuando intentaba aprender a practicar fuego-control por primera vez.

-Se supone que tú serías mi maestro fuego-control, cuando intenté aprender fuego-control, quemé a Katara-le dijo Aang al chico frente a él-y después de eso, nunca quise volver a practicar fuego-control pero ahora entiendo lo fácil que puede ser lastimar a las personas que te importan, esta vez, me gustaría que tú me enseñaras-

-Gracias-le agradeció Zuko-estoy tan feliz de que me hayan aceptado en su grupo-

-No tan rápido-lo detuvo el joven Avatar-aún tengo que preguntarle a mis amigos si están bien con eso-miró a Toph quien estaba sentada en una roca detrás de él-Toph, Zuko fue quien te quemó los pies ¿qué opinas?-

-Adelante, déjalo que se una-respondió Toph despreocupadamente-me dará mucho tiempo para darle su merecido por quemarme los pies-

-¿Sokka?

-Oye, todo lo que quiero es derrotar al Señor del Fuego. Si crees que esta es la forma de hacerlo, entonces estoy bien-respondió Sokka encogiéndose de hombros.

-¿Katara?-preguntó Aang mirando a la maestra agua con preocupación, ésta miró a su amigo y luego miró a Zuko que parecía nervioso y finalmente tomó una decisión.

-Estaré de acuerdo con lo que creas que es correcto-respondió ella, esta respuesta hizo que Aang sonriera levemente.

-No los defraudaré, lo prometo-les prometió Zuko con entusiasmo.

Sokka torpemente condujo a Zuko a una habitación para que el ex príncipe la use, éste comenzó a desempacar sus pertenencias. Al salir de la habitación, Sokka le comentó a Aang lo extraño que era tener a Zuko cerca. Una vez establecido, Zuko sacó un retrato de Iroh y recordó con cariño el consejo de su tío sobre el destino.

*Flashback*

-Si tengo que hacerlo, pasaré todos los días del resto de mi vida persiguiendo al Avatar-le dijo Zuko a Iroh-sé que es mi destino capturarlo-

-¿Sabes, príncipe Zuko? el destino es algo gracioso-le aconsejó Iroh mientras colocaba una mano sobre su hombro-nunca sabes cómo van a funcionar las cosas, pero si mantienes una mente y un corazón abiertos, te prometo que encontrarás tu propio destino algún día-

*Fin flashback*

Salió de sus pensamientos apenas vio que Katara aparecía en el marco de la puerta y se acercó para confrontarlo.

-Puede que todos los demás hayan creído tu transformación, pero tu y yo sabemos que has luchado para hacer lo correcto en el pasado-le advirtió la maestra agua con un tono amenazante en su voz-así que déjame decirte algo ahora mismo, das un paso hacia atrás, cometes un error, me das una razón más para pensar que podrías herir a Aang y ya no tendrás que preocuparte por tu destino, porque me aseguraré de que tu destino termine en este momento... permanentemente-

Dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a un Zuko visiblemente perturbado, reflexionando sus amenazantes palabras.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).