Varias aeronaves de la Nación del Fuego, lideradas por Azula, emergieron de la niebla y comenzaron a bombardear el templo. Aang cerró las grandes puertas del templo para proteger a los demás, y Zuko empujó a Katara fuera del camino a tiempo que unas rocas caían, aterrizando en donde ella había estado previamente en el proceso; en lugar de agradecerle, le exige que se aparte. Toph y Haru abren un túnel en la pared con ayuda de su tierra-control para que todos pudieran escapar de forma segura, Aang estaba tratando de llevar a Appa hacia el túnel, pero se detuvo cuando vio a Zuko alejarse, mirando las aeronaves y comenzando a caminar hacia las puertas.
-¡Esperen, chicos!-les dijo Aang y camino hacia el maestro fuego-¡Zuko! ¿qué estás haciendo? ¡tenemos que irnos ahora!-
-Adelántense, los distraeré-dijo Zuko mirando a Aang-presiento que es una visita familiar-
-ZUKO ¡NO!-grito el maestro aire yendo tras él, pero Sokka y Katara lo detuvieron-déjenme ir ¡no puede ir a pelear él solo!-
-Vámonos, tenemos que salir de aquí-le dijo Sokka preocupado por los movimientos que se producían en la tierra. Los tres comenzaron a jalar de las riendas de Appa mientras Aang observaba al maestro fuego desparecer entre los escombros, sabiendo de antemano lo que estaba por suceder, Zuko llegó al borde de la plataforma.
-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó el maestro fuego a la siniestra princesa.
-¿Acaso no te parece obvio?-le preguntó Azula mirando la flota de aeronaves y luego a su hermano con una sonrisa perversa-¡estoy a punto de celebrar que pronto seré hija única!-
Luego de decir eso, la princesa de la Nación del Fuego disparó una ráfaga de fuego azul directo de sus pies, Zuko intentó protegerse pero falló en el intento, el suelo debajo de él comenzó a temblar y resquebrajarse así que se levantó y saltó hacia la aeronave para comenzar otra batalla con su hermana.
Aunque estaba extremadamente preocupado por Zuko, Aang trató de salir de allí de alguna forma, pero Appa no parecía querer cooperar.
-No puedo meterlo allí, Appa odia los túneles-incluso tirando de las riendas del bisonte volador, no conseguían que se moviera.
-Aang, no hay forma de escapar volando-le dijo Katara mientras sostenía las riendas con ayuda de su hermano.
-Tendremos que encontrar un camino.
-Necesitamos separarnos-dijo Sokka y logró elaborar un plan para salvar a los demás y a ellos mismos-vayan por el túnel y lleguen hasta la aeronave robada-
-No-dijo Katara con enojo-la Nación del Fuego no separará a nuestra familia otra vez-
-Estaré bien. Esto no durará por mucho-dijo Hakoda colocando sus manos sobre sus hombros para calmarla, Katara aceptó esto y se despidió de su padre con un abrazo rápido, el líder de la Tribu Agua del Sur también abrazó a su hijo quien luego de esa pequeña despedida, tomó la mano de Suki y luego, Aang, Katara, Toph, Sokka y Suki se subieron encima de Appa. La maestra tierra colocó su mano sobre una de las paredes casi caídas.
-Puedo despejar este camino y así saldremos de aquí-les dijo Toph mientras corría hacia Appa, uso su tierra-control para crear un pilar por el que salto y se subió en la silla de montar del bisonte volador junto a Sokka.
-Um, no quisiera alarmarte pero, hay mucho fuego en esa dirección en general-dijo Suki, nuevamente todos los cimientos comenzaron a temblar.
-Pasaremos de todas formas, vámonos-les dijo Aang.
Mientras volaban, vieron a Zuko salir de la niebla sobre otra aeronave, saltó hacia la nave de Azula y comenzaron a pelear. Aang y los demás apenas lograron evadir los ataques de los soldados de la Nación del Fuego que estaban en las demás aeronaves, Zuko y Azula parecían tener una batalla equilibrada pero su fuego-control a corta distancia provocó una explosión que los empujó a ambos fuera de la aeronave, Aang guió a Appa hacia abajo y Katara logró atrapar a Zuko para después meterlo dentro de la silla de montar, salvándole la vida. Azula, por otro lado, uso su fuego-control para impulsarse hacia el acantilado y se deslizó hasta frenarse a sí misma usando el adorno que llevaba en su cabello.
Ya era de noche, el equipo Avatar acampó cerca de una playa deshabitada para descansar de la inesperada batalla, con sus tiendas ya instaladas, todos se sentaron alrededor de una fogata para comer.
-Wow, acamapar. Igual que en los viejos tiempos ¿no?-comentó Aang a sus amigos con emoción.
-Si realmente quieres que se sienta como en los viejos tiempos, podría, uh…-dijo Zuko-perseguirte por un tiempo e intentar capturarte-
-Puedes perseguirme y capturarme cuando tu quieras, Zuko-dijo Aang a modo de broma mientras le guiñaba un ojo a Zuko y lo golpeaba amistosamente con el codo, éste se sonrojó ante el doble sentido de la oración, afortunadamente el resto del equipo no captó la indirecta y se rieron, con excepción de Katara quien frunció el ceño y se veía un poco molesta.
-Aw, Zuko-Sokka levantó el vaso que sostenía-¿quién hubiera pensado que después de todo lo que hiciste para capturarnos, hoy serías nuestro héroe?-
Todos levantaron sus vasos y los chocaron a modo de brindis, Aang golpeó suavemente el hombro del maestro fuego y los dos sonrieron el uno al otro mientras se miraban fijamente.
-Estoy conmovido, no merezco esto-dijo bajando la cabeza.
-Sí, ni siquiera me lo digas-dijo Katara con una cara extraña y molesta, se veía... celosa en cierto sentido, se levantó del suelo y se fue de allí, pisoteando la hierba.
-¿Qué pasa con ella?-preguntó Sokka.
-Yo quisiera saberlo-dijo Zuko, se levantó del suelo y fue tras la maestra agua.
-Creo que hoy me dedicaré a pensar en mi mismo-dijo Sokka con un poco de timidez, se levantó del suelo, se alejó caminando y Suki se fue con él, Aang los miró alejarse y bajó la cabeza pensando que se había quedado solo, bueno, no completamente solo, Toph seguía allí con él.
-Yo pensaba que el Avatar no era alguien tan fácil de derrotar-dijo Toph con su característico humor ácido, Aang levantó la cabeza y desvió su mirada hacia ella.
-¿A qué te refieres?-le preguntó Aang a la maestra tierra, ella giró su cabeza hacia él como si de verdad lo estuviera viendo a los ojos.
-¿Sabes? a veces tus sentimientos se esconden tan mal que incluso una chica ciega como yo podría percibirlos.
-No tengo ni la menor idea de qué estás hablando-respondió Aang enfurruñándose.
-Aang, algún día tendrás que hablar sobre este cúmulo de emociones que tienes dentro de ti, y cuando te sientas listo, recuerda que yo estaré aquí para ayudarte, soy todo oídos ya que mis ojos no funcionan-dijo la maestra tierra haciendo una cara graciosa, se levantó de la hierba y se fue dejando al niño solo. Aang se permaneció despierto toda la noche, podía escuchar a sus amigos caminando y hablando entre ellos, también podía escuchar cuando Katara llegó a su tienda, para ese punto fingió estar durmiendo encima de la peluda cola de Appa, por alguna razón, Zuko salió de la tienda de Sokka y luego de esto, el maestro fuego se sentó en una roca frente a la tienda de la maestra agua esperando a que ella saliera, una sensación extraña recorrió el cuerpo de Aang, ya había visto y sentido todo lo que podía pero…
-¿Y si está intentando acercarse más a Katara? ¿y él ya no me ama?-pensó Aang, luego de ver lo que acababa de ver por alguna extraña razón, sintió un sabor amargo inundar su boca junto con la idea de que Katara y Zuko podrían estar juntos en alguna forma, después de todo lo que habían pasado, no soportaría ver al amor de su vida estar en brazos de alguien más. Pero, por lo que había visto, Zuko había estado tratando a Katara como una amiga y estaba desesperado por ganarse su confianza y aceptación, el joven Avatar siguió mirando al ex príncipe de la Nación del Fuego por un rato más hasta que se quedó dormido.
A la mañana siguiente, Aang se levantó tratando de no molestarse por el hecho de que los demás seguían durmiendo, Zuko aún estaba afuera esperando a Katara, luego levantarse, Aang se encargó de alimentar a Appa hasta que Katara apareció interrumpiendo su tarea y Zuko estaba detrás de él.
-Necesito que me prestes a Appa-le dijo la maestra agua con un tono de voz muy serio y el ceño fruncido.
-¿Por qué? ¿es tu turno de hacer un viaje con Zuko?-le preguntó Aang mirándola un poco extrañado.
-Sí, lo es.
-Oh ¿qué está pasando?-preguntó Aang, tenía ciertas inquietudes y emociones encontradas respecto a lo que le estaban diciendo, en parte esas emociones eran celos.
-Buscaremos al hombre que mató a mi madre-respondió Katara.
-Sokka me contó como pasó, se quien lo hizo y dónde encontrarlo-dijo Zuko, el tono en su voz era más grave y denso de lo normal, algo que hizo que el joven Avatar pensara que era un intento más de agradarle a Katara, aquella posibilidad le encogía el corazón pero, estando tan sospechoso y confundido como lo estaba en ese momento, intentó entender a sus amigos.
*Flashback*
Sokka estaba en su tienda, la cual había sido lujosamente decorada con velas y rosas esperando a que Suki apareciera para pasar una tarde romántica juntos, de pronto, alguien se acercó a la tienda y la abrió.
-Bueno, hola-dijo Sokka pensando que era la guerrera Kyoshi la que estaba del otro lado; sin embargo, la vergüenza de ver entrar a Zuko lo invadió.
-Uh… bueno, hola a ti también ¿cómo estás?-preguntó Zuko sin entender muy bien que estaba sucediendo allí.
*Fin flashback*
-Um ¿y crees exactamente que hacer esto es lo mejor?-preguntó Aang intentando entender a que se refería Katara.
-Sabía que no lo entenderías-dijo la maestra agua con un tono sarcástico en la voz y se alejó caminando de allí.
-Espera, detente, lo entiendo-dijo el joven Avatar deteniendo a su amiga-sientes un dolor y una ira indescriptibles ¿cómo piensas que yo me sentí cuando los bandidos del desierto robaron a Appa? ¿cómo crees que me sentí cuando descubrí lo que la Nación del Fuego le hizo a mi gente?-
-Ella necesita esto, Aang-dijo Zuko desviando su mirada hacia él-esto se trata de clausula y justicia-
-No lo creo, creo que esto se trata de obtener una venganza.
-Bien, tal vez sea eso, tal vez eso es lo que necesito-dijo Katara enojada-tal vez… eso es lo que se merece-
-Estás hablando como Jet. Katara, Zuko, estos no son...-dijo Aang luciendo decepcionado.
-¡No es lo mismo! Jet atacó a inocentes, este hombre, él es un monstruo, no lo entiendes ¡no es lo mismo Aang!-le gritó la maestra agua, su cara mostró disgusto haciendo que Sokka se sintiera mal, de repente un clima muy tenso se estableció a su alrededor, si esto continuaba así, todos terminarían heridos.
-Katara, ella también era mi madre... pero creo que Aang tiene razón-dijo Sokka tratando de suavizar la conversación, pero no pareció funcionar.
-¿Entonces no la amaste como yo lo hacía?-su voz era tan áspera y seca que Aang dio un paso atrás, Sokka miró a la maestra agua a los ojos y gritó su nombre en un intento de traerla de vuelta a la realidad, pero Katara simplemente le dio la espalda.
-Los monjes solían decir que la venganza es como una serpiente de dos cabezas. Mientras observas morir a tu enemigo, terminas envenenándote a ti mismo-dijo Aang, no estaba seguro de quién dijo eso, pero sintió que comenzaba a ser traicionado y que se estaba quedando fuera de esa conversación.
-Eso es lindo, pero esto no es un preescolar del Templo Aire. Es la vida real-le dijo Zuko, Aang miró al maestro fuego y pudo notar un cambio en sus ojos, había herido al menor, Zuko lo sabía y se culpaba a sí mismo, todo fue culpa suya, solo él sabía como lastimar los sentimientos del maestro aire, incluso cuando estaba intentando de ayudar a su amiga solo para ganar su aceptación y poder pasar más tiempo con el joven Avatar sin tener que estar pensando que lo iban a matar o capturar. Aang trató de convencer a Katara de elegir el perdón en lugar de la venganza solo para que ella le dijera que perdonar al hombre que mató a su madre era imposible.
Era tarde esa noche, pasada la medianoche para ser exactos, Aang y Sokka estaban ocultos en las sombras esperando a Zuko y a Katara, Aang sabía que vendrían, luego los vio, ambos estaban usando ropas negras con máscaras cubriendo la mitad de sus rostros, el joven Avatar y el guerrero de la Tribu Agua del Sur saltaron por encima de las rocas en donde estaban escondidos.
-Entonces ¿vas a llevarte a Appa de todas formas?-le preguntó Aang.
-Sí-respondió Katara severamente.
-Está bien, porque te perdono… ¿eso te dio alguna idea?
-No trates de detenernos.
-No estaba planeando hacerlo. Este es un viaje que tu debes hacer, debes enfrentar a este hombre-le dijo Aang, Katara asintió en respuesta con una mirada severa y fría en su rostro y luego se subió a la cabeza de Appa-pero, cuando lo hagas, por favor no elijas la venganza, deja salir tu ira, déjala ir y luego perdónalo-
-Está bien, nos aseguraremos de hacer eso, gurú buenito-dijo Zuko burlonamente, Aang se sintió enojado y molesto cuando el maestro fuego le dijo aquello, pero no sabía muy bien por qué. Katara le agradeció por su comprensión y enseguida levantaron vuelo.
-¿Sabes? eres demasiado sabio para ser un niño-lo felicitó Sokka.
-Gracias, Sokka.
-Por lo general, es odioso, pero en este momento estoy impresionado.
-Aprecio eso-le dijo Aang con un tono de voz inexpresivo.
-Entonces… ¿me prestarías a Momo por una semana?-le preguntó Sokka.
-¿Para qué necesitas a Momo?-respondió Aang, el chico de la Tribu Agua del Sur se encogió de hombros y tarareó como respuesta.
-¿No sé? tal vez necesito algo de compañía.
Aang suspiró y regresó a su tienda, se sentó en su cama y se preparó para dormir, se quitó sus pantalones y se metió debajo de la manta, cerró los ojos y trató de dormir, pero no pudo, su mente estaba acelerada. En lo único en lo que podía pensar era en el comentario sarcástico de Zuko que aún se sentía frío y molesto, lo que solo le hizo pensar que el maestro fuego estaba tratando de deshacerse de él y comenzar a mostrar interés en Katara.
-¡Ugh! ¡estoy exagerando todo esto! no necesito preocuparme por eso-se dijo a sí mismo-¡no necesito preocuparme por eso!-
-¿Preocuparte por qué?-preguntó Sokka mientras miraba dentro de la tienda de Aang-me alegra ver que todavía sigas despierto-
-Sokka, solo han pasado unos minutos desde que me fui a la cama. No me duermo tan rápido-le dijo Aang.
-Escucha, Aang… necesito hablar contigo.
-Está bien ¿de qué quieres hablar?
-¿Recuerdas aquella noche romántica que había planeado con Suki? Ella nunca se presentó, creo que cuando Zuko entró en la tienda por accidente, se topó con Suki, ella se puso nerviosa y por esa razón simplemente… no vino.
-Está bien, no es tu culpa. Solo necesitas hacer algo diferente con ella, llevarla a la playa una noche, ver la puesta de sol o algo así, podrían cenar allí y estar a solas en algún lugar donde nadie pueda molestarlos, sería perfecto-sugirió Aang.
-Se oye bien… de acuerdo ¿podrías ayudarme a prepararlo todo para mañana?
-Claro, no hay problema.
-Gracias, Aang-dijo Sokka, estaba a punto de irse; sin embargo, algo lo hizo regresar-¿de qué no deberías preocuparte?-
-Zuko, se ha estado burlando de mi o ignorándome desde que habló con Katara. No sé porque se está comportando de esa manera, pero…
-Aang, estoy seguro de que no es nada. Solo está tratando de hacer que Katara, bueno, lo perdone. Apuesto a que solo está siguiéndole la corriente a Katara en lo que sea que ella quiera para hacerla feliz, y es por eso que en este momento estuvo ignorando todo lo que dijiste sobre olvidar y perdonar-respondió Sokka al joven Avatar.
-Eso se oyó casi como Zuko... ¿cómo sabes tanto sobre estas cosas?-le preguntó Aang al guerrero de la Tribu Agua del Sur.
-Sé cómo funcionaría una mente como la de Zuko, porque no es tan diferente a la mía.
-¿Qué quieres decir?-le preguntó el maestro del aire un poco confundido.
-Actué de la misma manera cuando conocí a Suki en la isla Kyoshi y luego a la princesa Yue. Era terco y estaba confundido.
-Bien...-Aang sonrió y luego se encogió de hombros considerando que lo que su amigo decía que era cierto-supongo que no soy el único con una sabiduría molesta que ofrecer-Sokka se rió entre dientes y salió de la tienda, Aang se recostó en su cama, su mente ahora estaba en paz y pronto se sumió en un profundo sueño. A la mañana siguiente, Aang se despertó con el aroma de los huevos y el pescado recién cocinados, el maestro aire se tapó la nariz ante la abrumadora esencia-grandioso... carne-pensó.
Aang se vistió y salió de su tienda, vio a Suki saliendo de su tienda y la tienda de rocas de Toph cayó con un estruendoso ¡SLAM!
-¿Eso es… *sniff* el desayuno lo que huelo?-preguntó Toph mientras se levantaba del suelo, caminó hacia la fogata donde Sokka estaba cocinando los huevos en una piedra plana-me parece que están quemados-
-¿Qué? no ¡no es eso! solo los puse… en serio ¿por qué sientes la necesidad de hacerme quedar mal?
-No tengo la razón, si te soy sincera-respondió la maestra tierra, Sokka la miró con el ceño fruncido y volvió a concentrarse en cocinar, Suki se acercó a la fogata.
-No te preocupes, Toph-dijo Suki-para mí eso se ve delicioso-
Sokka terminó de cocinar, puso los huevos y el pescado en otra piedra plana y comenzaron a comer.
-Ten, Aang. Sé que no comes carne, así que conseguí un poco de fruta-dijo Sokka mientras se acercaba a su bolsa y la levantaba del suelo, metió la mano dentro de ella-¿por qué esta fruta está tan peluda?-revolvió la bolsa y sacó a Momo que estaba masticando una manzana-¡Momo! ¡¿qué estás haciendo en mi bolsa?!-Momo miró a Sokka y chilló, el grupo solo se echó a reír y terminó de desayunar, luego, Sokka miró a Aang quien asintió con la cabeza, era hora de comenzar con la sorpresa para Suki-parece que necesitaremos más lena, Aang y yo iremos a buscar más, volveremos pronto-
Ambos se dirigieron a un bosque en las afueras del campamento.
-Bien ¿qué necesitamos?-le preguntó Aang.
-Ya conseguí un poco de pescado y compré fideos en una aldea cercana. Ahora, todo lo que necesitamos es un poco de madera para una pequeña fogata, algo de fruta y unas flores.
-¿Flores?
-Sí, quería darle algunas flores a Suki y pensé que deberíamos hacer como un almuerzo campestre-sugirió Sokka, el maestro aire no cuestionó y simplemente se río ante lo que dijo su amigo. Comenzaron a recolectar lo que necesitaban, llevaron todo a la playa y empezaron a montar el escenario para la cita, Aang uso su tierra-control para hacer una pequeña mesa, prepararon la fogata y la comida. Al terminar de hacer todo esto, ambos volvieron al bosque a recoger más leña para llevar al campamento, eran casi las once para cuando regresaron.
-¿Qué les tomó tanto tiempo?-preguntó Toph.
-Tuvimos problemas para encontrar la, eh… ¿madera correcta?-dijo Sokka tratando de esconder lo que habían estado haciendo en realidad.
-¿La madera correcta?-preguntó Suki de forma incrédula-está bien ¿qué estaban haciendo ustedes dos? y quiero saber la verdad-
-Acompáñame y lo sabrás-dijo Sokka con una sonrisa, Suki accedió y Aang los observó irse caminando hasta la playa donde habían preparado todo para la cita.
-Espero que esto te ayude, Sokka-pensó el joven maestro aire.
-¿A dónde van ahora?-le preguntó la maestra tierra. Aang esperó a que Sokka y Suki estuvieran lejos de su vista para poder hablar con su amiga.
-Van a tener un almuerzo romántico-respondió encogiéndose de hombros, fue lo único que le pudo decir y en lo único en que podía pensar.
-Hmm, eso se oye como a que van a pasar un buen rato-comentó Toph con voz monótona.
-Entonces ¿qué quieres hacer ahora?-le preguntó Aang.
-Quiero estirar los dedos de los pies, pero no creo que quieras estar cerca para ver eso.
-Ok, entonces… voy a encontrar otra cosa que hacer… lejos de aquí-respondió el joven Avatar, de todos modos, eso era algo que no necesitaba observar de cerca. Caminó hacia la playa y se recostó en la arena, estaba completamente aislado y solo, rodeado de altos riscos y piedras, se quitó su túnica junto con sus pantalones y se recostó bajo el sol, cerró los ojos para relajarse y comenzó a pensar en Zuko, no pudo evitar pensar en ambos teniendo sexo, permaneció allí, perdido en sus pensamientos hasta que sintió que su ropa interior comenzaba a tornarse incómoda.
Aang tomó su ropa interior y la deslizó hacia abajo, miró detenidamente su miembro y lentamente comenzó a acariciarlo, el toque fue suave pero agradable, apretó la mandíbula para contener un gemido apenas su mano tocó la sensible piel, sintiendo un delicioso escalofrío subir por su columna vertebral, estaba tan excitado que ese simple toque fue más que suficiente para dejarlo con ganas de más, por lo que comenzó a frotar su miembro mientras movía su mano con más rapidez, arqueó la espalda ante la sensación de alivio indescriptible, echó la cabeza hacia atrás y gimió suavemente. El joven Avatar comenzó a imaginar a Zuko succionando su miembro, luego comenzó a expandir su estrecha entrada, podía sentir el calor de su semen dentro de él mientras lo penetraba sin control, simplemente no podía detenerse, cada vez que sentía que su rostro ardía de calor era más que seguro de que estaba a punto de correrse; sin embargo, se detuvo por un momento, se acomodó y comenzó de nuevo, prologando su placer por mucho más tiempo. El calor sexual era tan espeso, y su erección estaba tan dura y necesitada que la tensión comenzó a doler, solo quería sentirse bien y su mano se sentía bien, últimamente los impulsos eran tan fuertes que apenas podía soportarlos, el placer finalmente lo llevó a su limite y el menor se corrió manchando su pecho y su rostro al tiempo que algunas gotas de su esencia caían lentamente por su propia mano.
Aang llevó la cálida y pegajosa sustancia a su boca y la lamió, fingiendo que era Zuko quien se la daba, después de esto, se limpió y comenzó a vestirse, se levantó de la arena y miró al cielo, el sol ya casi se estaba ocultando en el horizonte, había pasado la mayor parte del tiempo en la playa pero para él tan solo habían pasado un par de minutos. Miró hacia las nubes por un momento, vio que algo se movía y entrecerró los ojos.
-¿Esos no son…?-Aang saltó a un árbol y miró hacia el horizonte-¡Appa! ¡ya volvieron!-Appa aterrizó cerca de las tiendas instaladas en el área del campamento-wow, ese fue un viaje rápido-
El maestro aire elevó la vista para encontrarse con Zuko pero no vio a Katara por ninguna parte, por lo que comenzó a preocuparse temiendo que algo le hubiera pasado a la maestra agua, así que apenas Appa aterrizó, Zuko bajó de un salto y Aang corrió hacia él para preguntarle que pasó con la chica.
-Ya sé lo que vas a preguntarme-lo interrumpió Zuko antes de que pudiera siquiera decir algo-Katara está en la casa de playa de mi familia en la isla Ember, tráelos a todos, podemos quedarnos ahí hasta que llegue el cometa-
Aang sonrió y asintió, fue a buscar a Sokka y Suki, cuando llegó al lugar de la cita, los encontró besándose frente al fuego por lo que el joven maestro aire tosió disimuladamente para llamar su atención.
-¡Oh, Aang! ¿cuál es el problema?-preguntó Sokka.
-Zuko ha regresado y nos vamos a quedar en su casa de playa en la isla Ember-le dijo el joven maestro aire.
-¡Excelente!-el guerrero de la Tribu Agua del Sur y Suki se levantaron del suelo y caminaron de regreso al campamento, Sokka desvió la mirada para ver a Aang.
-Así que… ¿cómo estuvo?-preguntó Aang.
-¡Genial! pasamos mucho tiempo juntos, sabía que estábamos hechos el uno para el otro.
-Me alegra haber escuchado eso.
Ambos retomaron su caminata hacia el campamento, Sokka se volteó para comprobar que nadie los estuviera mirando y colocó una mano sobre el hombro de su amigo.
-Gracias por tu ayuda, Aang-le dijo con una sonrisa, Aang asintió como respuesta.
Llegaron al campamento encontrándose con los demás empacando sus pertenencias, por lo que ambos se ofrecieron a ayudar al resto del equipo Avatar a terminar de empacar, cargar los suministros en la silla de montar de Appa y volaron hacia la isla Ember, Aang se sentó frente a Zuko quien le estaba indicando a dónde debían ir, el joven maestro aire se reclinó contra Zuko y lo miró, ambos sabían lo que el otro estaba pensando, estaban felices de estar juntos otra vez, Aang sabía que Zuko aún lo amaba y todas sus preocupaciones por el maestro fuego desaparecieron.
Después de volar durante unos minutos, Appa aterrizó en la arena, frente a la enorme casa.
Era tarde en la noche y Zuko se estaba preparando para dormir cuando Aang abrió la puerta y entró en la habitación, el maestro fuego no lo notó al principio por lo que se volteó para verlo.
-Esta solía ser mi habitación cuando mi familia venía aquí cada verano. Jugaba con mi tío y mi primo en la playa, todo era tan tranquilo en aquel entonces…
Aang lo miró y sonrió, por unos segundos ninguno de ellos habló hasta que el joven Avatar decidió hablar para romper la tensión que había entre ellos.
-¿Gurú buenito?-le preguntó Aang al maestro fuego después de una larga pausa.
-Sí, lamento eso. Solo estaba…
-¿Siguiéndole a corriente a Katara para que estuviera feliz?-lo interrumpió Aang.
-Más bien, para evitar que me lanzara fuera de Appa en pleno vuelo pero ¿cómo lo supiste?-le preguntó Zuko al joven maestro aire un poco confundido.
-Suerte, supongo-Zuko sonrió y se sentó en la cama, Aang se acercó y se sentó a su lado-creo que deberíamos prepararnos para ir a dormir-Aang comenzó a quitarse la ropa, Zuko retiró las mantas y también comenzó a desvestirse, se acostaron uno junto al otro. Zuko apagó la luz de la lámpara y se acercó a Aang-te extrañe anoche-
-Yo también te extrañe-dijo Zuko mientras miraba fijamente los ojos grises del Avatar, se movió hacia adelante y besó a Aang por un largo rato, eso era lo que había extrañado, lo que estaba necesitando, tras separarse del beso, Zuko recostó su espalda contra la almohada y el joven Avatar se acomodó en su pecho mientras envolvía sus brazos alrededor de su cintura, podía sentir los latidos acelerados del corazón de Zuko y su respiración relajada, el maestro fuego miró a Aang, éste ya estaba dormido, continuó acariciando su espalda, trazando sus dedos en la cicatriz que el menor recibió cuando Azula lo atacó con su rayo, no quería pensar en ese trágico momento de su vida, solo se quedó allí, acariciando la espalda de Aang hasta que él también fue alcanzado por el sueño y se quedó dormido.