Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chang Ai por N3K0-Ch4N

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Zuko estaba sentado frente a la ventana de su barco contemplando el sol ocultarse tras el horizonte, sus ojos podían estar fijos en el sol que descendía poco a poco hasta darle paso al anochecer pero sus manos estaban cerradas fuertemente en un puño, esa misma tarde, el almirante Zhao llegó a su barco con el mensaje de que estaba organizando una expedición al Polo Norte para capturar al Avatar el mismo y que planeaba llevarse a la tripulación del príncipe de la Nación del Fuego con él… ¡ese bastardo! ¿cómo podía atreverse a llevarse a toda su tripulación sin su consentimiento? Aún así, no había nada que pudiera hacer, la decisión de Zhao ya estaba tomada y ya les había informado a todos que lo acompañaran en su expedición, incluido el cocinero.

No pudo evitar sentir su sangre hervir por la rabia, así que intentó pensar en otra cosa para calmarse y sus pensamientos lo llevaron a la persona que estaba presente en sus sueños de noche y lo atormentaba durante el día, una persona que no podía tener, la persona a la que estaba destinado a capturar para recuperar su honor y esa persona era nada más y nada menos que el propio Avatar. Aang, ese niño de doce años lleno de vida y alegría, no podía creerlo, pero sí, había comenzado a desarrollar un fuerte enamoramiento hacia él, al principio pensó que solo estaba confundido y que eso no era posible, pero luego de que se tuvieron su primer beso, se dio cuenta de que lo que le pasaba no era simple confusión, no estaba imaginando cosas, lo amaba, amaba a Aang, ya no tenía intenciones de capturarlo para ganar la aprobación y aceptación de su padre, quería capturar al Avatar pero esta vez lo tendría solo para él.

-Oh, Avatar...-suspiró Zuko mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos sin desviar su mirada de la puesta de sol que poco a poco desaparecía; sin embargo, salió de sus pensamientos al escuchar que alguien golpeaba la puerta de metal de su habitación.

-Príncipe Zuko-la inconfundible voz de su tío, el general Iroh, sonó del otro lado de la puerta-solo vine a decirte que habrá un festival de la Nación del Fuego en una aldea no muy lejos de donde estamos atracados-Zuko no respondió, solo permaneció allí, sentado en su lugar escuchando lo que su tío tuviera que decirle-y me preguntaba si querías venir conmigo, los festivales de la Nación del Fuego locales son más entretenidos que los de la capital, bueno, no puedo decir que las hojuelas de fuego saben igual pero ya sabes a que me refiero-seguía sin obtener respuesta del adolescente-por favor, sobrino. Harás a un anciano muy feliz, sabes que no he ido a un festival de la Nación del Fuego desde que Lu Ten murió-el silencio invadió la atmósfera ya de por si tensa que había entre ellos-o si quieres puedes quedarte aquí, te dejaré en paz-

Zuko escuchó los pasos de su tío alejarse de su habitación, permaneció sentado en su lugar con sus manos aferradas fuertemente a la tela de su pantalón, cerró los ojos, respiró profundo y finalmente tomó una decisión.

-¡Tío, espera!-le dijo Zuko al anciano antes de que se alejara del corredor-yo creo… creo que iré contigo-

-¡Perfecto! gracias por aceptar esta invitación-le dijo Iroh-pero primero…- Zuko parpadeó sorprendido cuando su tío busco entre su túnica y le acercó una pequeña máscara-tienes que usar esto-

-¿Qué es eso?-preguntó Zuko mirando la máscara que su tío sostenía en su mano, la máscara estaba finamente elaborada, mucho mejor que las máscaras que alguien podía comprar en los festivales comunes, estaba hecha de porcelana fina, algunos detalles pintados decoraban la parte superior y portaba una expresión facial seria, Iroh también se había colocado una máscara alrededor de su cabeza.

-Todos deben usar una máscara en el festival, no puedes unirte si no llevas una.

-Está bien, lo haré-dijo Zuko tomando la máscara para luego cerrar la puerta de su habitación para poder cambiarse de ropa y colocarse esa máscara alrededor de su rostro.


Mientras tanto, Aang, Katara y Sokka estaban caminando por un sendero en busca de la aldea más cercana, los tres estaban agotados pero Sokka, además de agotado, también estaba hambriento. Después de caminar un rato, el equipo Avatar se detuvo frente a un poste de piedra que tenía algunos posters pegados, se acercaron y comenzaron a observarlos.

-Esto debería darnos una idea de lo que hay por aquí-le dijo Katara a su hermano y a su amigo mientras observaban los posters.

-Mira si también puedes encontrar un menú-dijo Sokka mientras intentaba sacar algunas migajas de una bolsa de comida sin éxito alguno-me muero de hambre-

-Apuesto a que encontraremos algo de comer aquí…-dijo Aang señalando un poster que tenía el dibujo de un dragón rojo y dorado, un edificio y una antorcha gigante-el festival de los días del fuego, la Nación del Fuego está exhibiendo malabaristas, maestros fuego-control, magos ¡este sería un gran lugar para estudiar a los maestros fuego-control de cerca!-

-Bueno, yo lo pensaría dos veces si fuera tu-dijo Sokka mirando el otro lado del poste de piedra-vean esto-la chica de la Tribu Agua del Sur y el maestro aire fueron al lado opuesto donde estaba Sokka y ambos pudieron ver un poster de búsqueda con un dibujo de Aang y unas letras chinas escritas a los lados, también había un póster del Espíritu Azul debajo de éste-un póster de buscado, esto es malo-

-Creo que mejor nos seguimos moviendo-sugirió Katara una vez que Aang quitó aquel poster.

-Tengo que aprender fuego-control en algún momento y esta podría ser mi única oportunidad para ver a los maestros más de cerca-dijo Aang, Katara lo consideró un poco pero finalmente accedió.

-Supongo que podríamos ir a ver-le dijo la chica de la Tribu Agua del Sur desviando la mirada, Aang sonrió al escuchar a su amiga cambiar de opinión.

-¡¿Qué?!-dijo Sokka incrédulo-quieres entrar a una aldea de la Nación del Fuego cuando todos están preparados con todo su… ya sabes ¿fuego?-

-Podríamos disfrazarnos-le dijo Katara intentando encontrarle el lado positivo mientras se alejaba caminando de allí, Aang comenzó a seguirla pero se detuvo apenas vio el póster de se busca del Espíritu Azul, rápidamente lo sacó y lo escondió antes de que alguien más lo viera, no podía creer que su querido amigo estuviera siendo perseguido por la Nación del Fuego-y si vemos que hay un problema, nos iremos-

-Claro, porque siempre nos vamos antes de meternos en algún problema-murmuró Sokka para sí mismo, dio la vuelta y comenzó a caminar detrás de su hermana y Aang, Appa los siguió con Momo sentado en su silla de montar.

Después de unos minutos caminando llegaron a la aldea que no estaba muy lejos de donde se encontraban parados.

-Bien, chicos. Manténganse fuera de vista mientras nosotros vamos al festival-les dijo Aang a Appa y Momo, el pequeño lémur emitió arrullo antes de desaparecer escondiéndose detrás de un enorme arbusto, Appa lo imitó pero él se escondió detrás del arbusto en su lugar. Luego de eso, Aang, Sokka y Katara se disfrazaron, los dos hermanos de la Tribu Agua del Sur se colocaron unas capas que cubrían parte de sus cuerpos y Aang... bueno, trató de improvisar pero se veía más extraño que antes.

-Parece que eres una persona completamente diferente-comentó Sokka mirando al niño con una expresión sarcástica.

-Quizás yo pueda mejorar eso-le dijo Katara, buscó otra capa y se la entregó a su amigo-ten, mejor ponte esto, así no te verás tan extraño-una vez listos, el equipo Avatar fue a la aldea para asistir al Festival de los días del fuego, al entrar a la ciudad pudieron ver colores brillantes, niños corriendo por las calles con fuegos artificiales en sus manos y adultos caminando por el festival mirando los diferentes puestos, pero había algo diferente en ellos y eso era que ellos usaban unas coloridas máscaras-creo que vamos a tener que conseguir nuevos disfraces-

-¿Dónde vamos a conseguir máscaras como esas?-preguntó Sokka, los tres desviaron la mirada hacia un puesto de máscaras para el festival-bueno, eso fue sorprendentemente fácil-

Adquirieron unas máscaras para el festival, Aang se puso una máscara pintada de rojo, amarillo, blanco y negro con una expresión triste, Sokka eligió una máscara amarilla y azul con una expresión feliz, y Katara eligió una máscara del rostro inexpresivo de una mujer, miro a su hermano y al nómada aire y cambió sus máscaras. Luego de pagar por las máscaras los tres comenzaron a caminar observando el resto de los puestos del festival.

-Oye, por ahí hay algo de comida-le dijo Aang a Sokka señalando un puesto de comida no muy lejos de ellos.

-¡Al fin!-exclamó Sokka aliviado mientras corría hacia el puesto de comida-¿qué es lo que tienes?-

-Hojuelas de fuego picantes-respondió el hombre mientras acercaba la humeante bolsa hacia Sokka-son las mejores de la aldea-

-Me las llevo-dijo el chico de la Tribu Agua, acto seguido tomó la bolsa y comenzó a devorar las hojuelas, pero enseguida dejó caer la bolsa y un poco de humo salió de su boca al sentir el picor de las hojuelas quemando su garganta.

-Hojuelas de fuego picantes…-canturreó Katara sonriendo mientras veía a su hermano abanicar su lengua como un completo tonto.

-Voy a echar un vistazo alrededor-dijo Aang quien desapareció en la multitud.

-Aang, no. ¡Espera un minuto! tenemos que permanecer juntos-exclamó Katara intentando detenerlo.

-Wow ¡mira eso! ¡una demostración de armas!-dijo Sokka mirando el espectáculo asombrado.

-Sokka ¡espera!-dijo Katara, soltó un suspiro de frustración y corrió tras su hermano. Al menos, Aang sabía cómo cuidarse solo y no perderse en las grandes multitudes, podría encontrarse con sus amigos más tarde, si Katara dejaba solo al otro chico, probablemente llamaría la atención de un ejército entero de la Nación del Fuego para atacarlos.

El joven maestro Aire comenzó a caminar por el festival buscando algo que pudiera llamar su atención, por suerte, no le tomó mucho tiempo, pudo ver a un gran grupo de personas reunidas alrededor de una hoguera bailando, se mantuvo cerca de la multitud contemplando a las personas que bailaban y cantaban, conocía perfectamente esa danza: era la danza del sol. Un circulo de bailarines entrenados, hombres y mujeres que conocían las melodías y los movimientos correctos, ayudaban a destensar la atmósfera, en el centro de la multitud, bailando cerca del fuego, había varias mujeres, también entrenadas pero muy por encima del nivel de los demás bailarines. Aang recordó que hace mucho tiempo, su amigo, Kuzon, le explicó que la danza del sol requería largos años de entrenamiento antes de los bailarines que pudieran ser seleccionados para participar en el espectáculo. Las mujeres estaban vestidas con retazos de tela que saltaban y flotaban a su alrededor mientras bailaban al ritmo de la música, haciendo que dichos retazos parecieran una extensión de flamas saliendo de sus propios cuerpos, entre los dos círculos de bailarines, la gente se acercaba, veía o bailaba lo mejor que podía, algunas personas simplemente disfrutaban del festival y se mezclaban con el resto de la multitud, Aang sabía que había una persona muy importante que tenía el poder de hacer lo que quisiera hasta que la música se desvaneciera: el Señor del Fuego. Por cada melodía que tocaban, se le era colocada una corona en la cabeza a alguien marcándolo o marcándola como el nuevo Señor del Fuego en el festival, al menos hasta que la melodía acabara, los participantes podían pedir cualquier cosa que ellos quisieran y se les era concedida, la melodía actual se detuvo haciendo que los bailarines interrumpieran su danza.

El circulo se volvió hacia el centro, aplaudiendo con entusiasmo, las mujeres en el centro del circulo no dejaban de moverse y continuaron bailando a pesar de la falta de música en el ambiente. Luego de un momento, una de ellas dio un paso hacia adelante, dio vueltas alrededor de la hoguera se inclinó profundamente y avanzó hacia la multitud, Aang observó como se acercaba a una pequeña niña que era incluso un poco más joven que él, la bailarina le quitó una corona circular de su cabeza y luego se puso en cuclillas para quitarle la máscara a la niña revelando así el rostro del último Señor del Fuego del festival, la niña chilló de emoción y la bailarina se alejó, comenzó a buscar al siguiente participante entre la multitud, Aang miró a su alrededor rápidamente, una parte de él quería unirse a la danza pero también quería mezclarse un poco más entre el público antes de poder hacerlo. Se acomodó su capa y comenzó a caminar abriéndose paso entre la multitud, cuando, de pronto, alcanzó a ver a un chico con ropas bastante simples y una máscara finamente decorada observándolo, por alguna extraña razón que desconocía, Aang pudo sentir los penetrantes ojos del joven a través de su máscara observándolo profundamente, casi como si lo estuviera acechando, ante esa sensación, el joven maestro aire no pudo evitar recordar el momento en que Zuko se acercó a él, observándolo de la misma forma antes de que ellos… un sonrojó tiñó sus mejillas al recordar su primer beso y desvió la mirada.

Por otro lado, Zuko se hallaba recostado contra una pared cercana pensando enojado en que este viaje para ir al festival de los días del fuego había sido una total y completa pérdida de tiempo, pudo haberse quedado en la habitación de su barco con sus pensamientos relacionados al Avatar e intentar armar alguna nueva forma de atraparlo pero, desafortunadamente, tuvo que acceder a la invitación de su tío y acompañarlo al festival, sencillamente, eso era algo que él no podía evitar, como le dijo su tío, el festival de los días del fuego también era una tradición de la Nación del Fuego le gustara o no, algo similar había sucedido el año pasado: su tío de alguna manera lograba convencerlo de que hicieran una pequeña parada para que los hombres pudieran disfrutar de esa festividad y Zuko sabía que eso siempre pasaría todos los años, sin importar en que lugar estuviera. Por supuesto, una vez que regresaba a casa, apenas podía discutir ese tema, el festival de los días del fuego era uno de los festivales más exuberantes del año. Zuko recordaba haber ido a uno de estos festivales cuando era niño, disfrutando de los juegos y la comida, su parte favorita era la danza del sol y no tardó mucho en encontrarla en esa pequeña aldea. Se paró contra una pared no muy lejos de la multitud, pero lo suficientemente cerca como para ver el espectáculo frente a sus ojos ocultos detrás de esa máscara que su tío le insistió que usara, mientras miraba a los bailarines, su mente lo llevó de vuelta a sus recuerdos, recordaba haber visto esa danza antes con su madre, ella describía a los bailarines de la danza del sol con tanto asombro, conocía sus movimientos casi lo suficientemente bien como para unirse a bailar con ellos, pero sus deberes como la reina de la Nación del Fuego se lo impedían. Zuko siempre había sido uno de los primeros en recibir la corona de flama, marcándolo temporalmente como el Señor del Fuego y una de sus "órdenes" favoritas siempre había sido acercarse a uno de los bailarines y llevarlo a la multitud para invitarlos a bailar con ellos. Sacudió la cabeza tratando de borrar esos recuerdos, eso había sucedido hace ya mucho tiempo y lo mejor que podía hacer con esos recuerdos era intentar olvidarlos, el pasado debía permanecer en el pasado por mucho que eso le afectara, volvió a observar el espectáculo en silencio mientras las personas bailaban, la luz de la hoguera reflejaba algunos detalles en las máscaras de cerámica o madera, una de las bailarinas del circulo externo lo notó y le sonrió haciéndole señas para que se aproximara, Zuko dio un paso hacia atrás rechazándola descaradamente y cruzo sus brazos sobre su pecho. La música terminó y Zuko pudo ver cómo le quitaban la corona al Señor del Fuego actual, la bailarina se levantó la máscara y el hombre con el que estaba dio un paso hacia adelante robándole un beso y antes de que algo más entre ellos pudiera pasar, ambos sonrieron y salieron corriendo del círculo, ansiosos por continuar disfrutando de su noche.

Hubo un momento de pausa cuando la bailarina se alejó para coronar a alguien más, de pronto, alcanzó a ver a un niño con una máscara azul sonriente rodeada de plumas amarillas que pasaba junto a él, sus ojos dorados se encontraron con los del niño detrás de la máscara, éste se sonrojó y desvió su mirada. Zuko comenzó a preguntarse en que clase de cosas no apropiadas estaría pensando para que desviara la mirada de esa forma, volvió a mirar al niño y decidió acercarse a él, una vez que estuvo de pie detrás de él, el príncipe de la Nación del Fuego acercó su mano a su hombro para llamar su atención, pero eso solo hizo que se sobresaltara y adoptara una posición defensiva.

-Hey, relájate. No tengas miedo-le dijo Zuko tranquilizando al niño enmascarado frente a él-solo quería llevarte a bailar conmigo-

-¿Qué?-dijo Aang con su rostro aún oculto bajo aquella máscara pintada de azul con una expresión feliz con plumas amarillas alrededor.

-Lo que oíste. Ven conmigo, bailemos-le respondió el príncipe de la Nación del Fuego, tomó la mano del niño y lo llevó con él al círculo donde estaban los bailarines y el resto de la multitud.

Por alguna razón, Aang sintió un cálido contacto cuando tomó la mano de ese extraño, su corazón comenzó a latir con fuerza dentro de su pecho y pudo sentir un sonrojo formarse en sus mejillas nuevamente, la bailarina regresó a su lugar y la música comenzó a sonar otra vez, aquel niño no tenía ni la menor idea de como bailar y Zuko notó esto con una sonrisa seca oculta bajo su máscara. Se movía como un animal, saltando, gritando y moviendo sus brazos en todas las direcciones, aquello parecía carecer de cualquier tipo de sentido pero sin dudas contrastaba muy bien con la máscara que estaba usando y todos los que bailaban a su alrededor se reían de sus movimientos tan graciosos pero a la vez exagerados, tal vez sí sabía bailar pero había elegido no hacerlo bien. Después de unos minutos, el niño hizo una pausa, su rostro enmascarado escaneó rápidamente a la multitud, Zuko sintió su cuerpo tensarse apenas vio a aquel alegre y juvenil cuerpo aproximarse hacia él, la multitud se apartó de él y los bailarines, dándoles así más espacio para poder moverse, dos de ellos se movían detrás del niño quien extendió una de sus pequeñas manos con la palma hacia arriba como si estuviera ofreciéndole una invitación al príncipe desterrado. Zuko comenzó a mover su cabeza hacia todos lados, mirando a su alrededor, buscando ayuda, la mayoría de las personas lo observaban incluso algunos de los bailarines del sol le sonreían desde lejos pero nadie hizo nada para ayudarlo a salir de esa penosa situación. Recordaba que él también una vez había hecho lo mismo, había tomado las manos de una de esas flamas personificadas para que se acercara a bailar con él, reaccionó y finalmente tomó la mano del niño enmascarado entre la suya, su mano estaba fría pero aquel contacto no le molestaba, de hecho, se sentía bien, era como un pequeño trozo de hielo que refrescaba la calidez de su propia mano y una vez que aferró fuertemente la mano del príncipe, volvió a internarse de nuevo en el centro del circulo, Zuko sintió su otra mano ser tomada por la mano que el niño tenía libre, apresándolas entre las suyas y los dos giraron mareándolo levemente, se rió un poco disfrutando de la extraña e inusual danza.

Aquella danza no se parecía en nada a las ensayadas coreografías que ejecutaban los bailarines del sol, sino algo más… primitivo, sus extremidades y sus cuerpos poco a poco se fueron moviendo acorde al ritmo de la música o libremente, sin ningún tipo de restricción. Aang pudo sentir la misma sensación que experimento aquella vez que peleó con Zuko en el patio de la abadía y acabaron "danzando" en la parte superior del pozo de agua, la cercanía del cuerpo de aquel extraño se sentía familiar, como si ellos ya hubieran estado juntos de esa manera antes.

El pequeño Señor del Fuego temporal tomó las manos de Zuko, girando de vez en cuando, haciendo que el mareo que hace poco se había desvanecido volviera a surgir. Zuko se sintió ligeramente decepcionado cuando la música llegó a su fin, dejó caer sus brazos y desvió la mirada hacia los bailarines del sol al tiempo que una de ellas dio un paso hacia adelante y se acercó para demostrar sus sinceros respetos hacia la flama, pero el chico se alejó un paso. Rápidamente colocó aquella corona de metal barato en el suelo, tomó la muñeca de Zuko envolviendo su mano alrededor de ésta y desapareció entre la multitud. La única expresión que pudo poner Zuko en aquel momento fue una de sorpresa, o al menos eso fue lo único que podía hacer para evitar tropezarse y caer en ese momento mientras era arrastrado (literalmente) hacia la oscuridad, lejos de la hoguera.

Ambos llegaron a una pequeña plaza lejos de las luces y los colores brillantes del festival, por suerte no había personas alrededor por lo que no correrían riesgo de ser descubiertos. Se sentaron en un banco uno junto al otro, la mente de Zuko estaba hecha un caos emocional, casi había olvidado que ese niño que lo había apartado de la multitud no era nadie a excepción de un bailarín, un ciudadano de la Nación del Fuego que estaba disfrutando del festival, probablemente el hijo de un hombre del ejército que intentaba animar a las personas que vivían en el pueblo y traerles un rayo de sol a sus oscuras y deprimidas vidas, pero luego pudo notar que las ropas del niño eran coloridas, no eran rojas como las típicas vestimentas de la Nación del Fuego y vislumbraban debajo aquella oscura capa que usaba para mantener oculta su identidad.

-No…-pensó Zuko mientras las pupilas de sus ojos dorados se encogían con solo pensar en la mera posibilidad de que ese niño pudiera llegar a ser-imposible, no podría… no podría ser… pero si él es quien creo que es, entonces él debería haber hablado primero ¡tendría que haber hablado y mostrado su cara! ¡ni siquiera sabe quién soy! él tiene que saberlo, si, tiene que saberlo-

-Hey-Zuko fue sacado de sus propios pensamientos cuando escuchó una voz juvenil llamándolo, confirmado, estaba más que seguro de que ese niño era Aang, el Avatar mismo-la razón por la que te traje aquí fue porque quería decirte que no eres un mal bailarín, lo hiciste bastante bien allí-

-Gracias, tú también. Quiero decir, no creo que no seas bueno bailando ¡claro que sí! pero… quizás podrías hacerlo mejor-dijo Zuko desviando la mirada enmascarada hacia otro lado, por los espíritus ¿por qué cuando estaba peleando con el Avatar le era más sencillo conversar?

-Oh bueno, gracias, supongo…-le agradeció Aang mientras jugaba con la tela de su capa sosteniéndola con fuerza entre sus manos, sus pies pateaban con fuerza el suelo debido a sus nervios, la atmósfera entre ambos jóvenes era tan tensa que podía llegar a cortarse con el filo de una daga. Sorpresivamente, el maestro aire llevó una mano lentamente a su pierna y la apoyó allí, una vez más, Zuko se estremeció y pudo sentir su corazón latir con fuerza dentro de su pecho al tiempo que un fuerte sonrojo cubría su rostro, respiro hondo en un intento por calmarse ¿desde cuando comenzaba a sentirse tan nervioso e incómodo ante la sola presencia del menor? Nunca había sentido algo así, ni siquiera cuando se conocieron en el Polo Sur la primera vez que lo vio. Necesitaba saberlo, tenía que preguntarle a ese niño enmascarado si él era el Avatar, no podía seguir con esta duda por siempre, pero antes de que pudiera decir algo siquiera, fue interrumpido por el menor sentado junto a él-tengo algo que decirte…-por unos segundos, Aang no miró al príncipe desterrado, solo se dedicó a observar la tela de su oscura capa la cual sostenía con fuerza entre sus manos, giró su mirada enmascarada hacia Zuko y comenzó a hablar-la razón por la que te saqué del festival fue porque me pidieron que te diera algo importante-

- ¿Como una especie de regalo?-preguntó Zuko un poco confundido.

-Sí, más o menos-respondió Aang, Zuko no hizo más preguntas, ni cuestionó acerca de que sería el regalo que debía darle, fuera lo que fuera, estaba listo para recibirlo, pero lo que no esperaba era que ese regalo fuera nada más y nada menos que un beso. Y no un beso cualquiera, Aang levantó su máscara hasta que dejó descubierta la mitad de su rostro y presionó sus labios contra los de Zuko en un suave beso, quizás el beso era dulce pero Zuko pudo saborear los ligeramente salados labios del menor ¿qué rayos estaba haciendo? intentó con todas sus fuerzas no disfrutar de aquel beso, trato de convencerse de que solo se trataba de un regalo de un campesino de la nación del fuego (el hijo de algún soldado) que simplemente estaba disfrutando del festival y tal vez una chica le pidió que le diera el beso por ella, pero, por alguna razón aquel beso se sintió… tan familiar para él. Puede que una simple danza compartida no significara nada, aún si Zuko sintió una estrecha conexión con ese niño enmascarado, no significaba nada, pero un beso significaba muchas cosas.

El niño se separó y volvió a sentarse dejando ir a Zuko, éste (por otro lado) permaneció inmóvil en su lugar, pero luego de un momento se incorporó para acomodar su capa, se estremeció ligeramente al sentir un ligero calor presionarse encima de él y ahí fue cuando alcanzó a divisar al niño salir de la plaza y correr hacia el callejón, pero reaccionó a tiempo, se acercó corriendo hacia ese niño y lo sujetó por la capa antes de que desapareciera una vez más entre la oscuridad.

-¡Espera!-exclamó Zuko deteniéndolo, Aang dejó de correr y lentamente desvió su mirada enmascarada hacia el príncipe-yo… uh… ¿podré verte otra vez?-

-No sé, tal vez sí o tal vez no, nunca lo sabremos-respondió el joven maestro aire disfrazado.

-¿Al menos podrías decirme tu nombre?

-Sí, mi nombre es...-dijo Aang pero se detuvo por un segundo y pensó rápidamente en otro nombre para que Zuko no lo descubriera-mi nombre es Kuzon-

-Entonces, espero volver a verte pronto, Kuzon.

Tras decir estas palabras, Zuko levantó otra vez su máscara, Aang hizo lo mismo, ambos se despidieron con un beso y tomaron caminos separados.

Aang volvió corriendo a donde estaban Sokka y Katara, Zuko salió de la plaza y fue a encontrarse con su tío quien probablemente lo estaba buscando desde hacía ya un largo rato. Pero antes de que Zuko pudiera salir definitivamente de la plaza, pudo ver como la capucha de la capa que ese niño llevaba puesta se cayó, revelando así una línea azul claro en su cabeza, por un segundo estuvo casi seguro de que fue el Avatar quien habló con él y también lo besó... otra vez, pero apenas parpadeó, el niño ya se había ido y se había vuelto a colocar la capucha sobre su cabeza.

Apenas Zuko se alejó de la plaza, regresó al centro de la aldea donde se estaba celebrando el festival de los días del fuego, una vez allí comenzó a caminar evitando llamar la atención de las personas, pero a la vez, buscaba a su tío con la mirada, hasta que lo vio sentado en una silla frente a un puesto.

-Oh, príncipe Zuko-dijo Iroh al ver al príncipe desterrado parado frente a él-¿dónde has estado? He estado preocupado por ti, sobrino-

-Yo… no quiero hablar de eso ahora-respondió Zuko desviando la mirada hacia otro lado, podía sentir sus mejillas calentarse bajo su máscara-ya es tarde y creo que debería volver-

-¿Te vas del festival tan pronto?

-Sí, necesito ir a la cama, estoy agotado-le dijo el príncipe de la Nación del Fuego, ni siquiera se detuvo a oír lo que su tío le decía; sin embargo, pudo escuchar algo como "un hombre necesita descansar" o algo parecido, pero no le dio importancia en ese momento, lo que necesitaba ahora era regresar a su nave e intentar olvidar lo que sucedió hace unos momentos.

La mayoría de las personas se alejaban para ir a ver otros eventos, aún así, los bailarines continuaron su danza a pesar de que el círculo central ya estaba casi disuelto. La bailarina que había elegido a Aang como Señor del Fuego del festival le sonrió y lo saludo levemente, el joven maestro aire se quedó observando como terminaba la danza antes de retomar su búsqueda, no tardó mucho en encontrar a sus amigos, los tres se reunieron casi de inmediato, Aang dio un paso delante de ellos mientras caminaban siguiendo a la multitud, sabía que nadie los seguía, pero una parte de él se preguntaba por qué había vuelto al lugar donde se ejecutó la danza del sol antes de reunirse con sus amigos, necesitaba alejarse de allí para dejar de pensar en lo que acababa de pasar hace unos momentos. Fueron testigos de un espectáculo de títeres en el que el Señor del Fuego Ozai se presentaba como un gran héroe enfrentando a los "temibles" soldados del Reino Tierra, este espectáculo hizo que los tres se estremecieran, por lo que retrocedieron y se alejaron de allí cuanto antes.

-Aang, espera ¿a dónde vamos ahora?-preguntó Katara, el niño aceleró sus pasos y se volteó para ver a su amiga.

-No lo sé, pero hay una gran multitud, así que debe ser algo bueno-respondió el nómada aire mientras se acercaba hacia una multitud que estaba de pie frente a un gran escenario con cuatro antorchas alrededor.

-Conociendo la Nación del Fuego, yo diría que probablemente se trate de alguna ejecución-bromeó Sokka siguiendo a los otros dos con pasos lentos. Los tres se toparon con un espectáculo de fuego-control, que mantuvo al público deslumbrado y asombrado con las actuaciones.

-¡Muchas gracias!-dijo el intérprete llamado Malu quien le hizo una reverencia al público que comenzó a gritar eufóricamente-para mi próximo truco, necesitaré un voluntario del público-

-¡Oh, oh! ¡yo! ¡yo!-exclamó Aang al tiempo que saltaba y levantaba su mano para poder llamar la atención del artista, pero Sokka lo detuvo.

-¿Qué crees que estás haciendo?-preguntó el chico de la Tribu Agua del Sur.

-Quiero ver más de cerca-protestó Aang.

-Es mejor que no llamemos la atención hacia nosotros-le advirtió Katara, Aang recordó el momento en que se unió al la danza del sol con Zuko y no pudo evitar sentir sus mejillas teñirse de un rosa suave. Como si algo así no le hubiera sucedido hacía un par de horas atrás; de repente, Malu señaló a la chica de la Tribu Agua del Sur quien levantó la cabeza para verlo.

-¿Y qué me dices tú, señorita?-le preguntó Malu, Katara negó con la cabeza y dio un paso hacia atrás-aw, es tímida. Vamos a animarla un poco, amigos-

Un chico se acercó a Katara y la empujó hacia el escenario para que Malu pudiera tomar su muñeca y ayudarla a subir.

-Aw, eso no es justo. Ese podría haber sido yo-protestó Aang mientras cruzaba los brazos un poco molesto. Ni Aang ni Sokka se percataron de que un hombre vestido con ropa marrón oscura los observaba a pocos metros de la multitud.

-El siguiente truco se llama ¡domando al dragón!-dijo Malu mientras traía una silla y Katara se sentaba en ella-tú serás mi princesa capturada-amarró a la chica con un paño rojo y luego comenzó a mover las flamas de las antorchas alrededor del escenario creando la forma de un dragón que volaba alrededor de Katara-¡no te preocupes, joven doncella! ¡domaré a esta ardiente bestia!-Malu aparentó perder el control-¡es demasiado fuerte! ¡no puedo sostenerlo! la cuerda se está rompiendo-

El dragón de fuego se deshizo de la cuerda y voló directamente hacia la chica de la Tribu Agua. Aang, temiendo por la seguridad de su amiga, saltó al escenario para protegerla y usó su aire-control para detener al dragón de fuego. Accidentalmente termina revelándole a la multitud que él es el Avatar, lo que hace que algunos soldados de la Nación del Fuego los persigan y consigan escapar de ellos, afortunadamente, son ayudados en gran medida por un hombre llamado Chey, él les dice al equipo Avatar que trabaja y sirve a un maestro fuego llamado Jeong Jeong quien abandonó la Nación del Fuego hace mucho tiempo. Al regresar al bosque, sentados alrededor de una fogata, Chey comienza a relatar que Jeong Jeong fue el primer maestro fuego en abandonar su nación y que sigue con vida, mientras que él mismo se considera el segundo en hacerlo; no obstante, confiesa que ser el segundo no lo hace tan importante como lo era Jeong Jeong.

Chey condujo al trío al campamento de Jeong Jeong que estaba oculto en un bosque, pero son interceptados por sus seguidores, quienes eran liderados por un hombre llamado Lin Yee. Chey lo saludó como amigos, pero tanto él como sus seguidores se muestran indiferentes ante él, algo que hizo que el trío dudara si realmente eran amigos. Una vez que llegaron al campamento, Lin Yee los detuvo a mitad de camino, no muy lejos de donde estaban, el equipo Avatar alcanzó a ver una cabaña hecha de metal y madera cerca del río.

-Adelante, él quiere verte-le dijo Lin Yee a Chey al tiempo que sujetaba su lanza.

-Oh, está bien. Podemos hablar más tarde-dijo Chey un poco nervioso.

-¿Ahí es donde está Jeong Jeong?-preguntó Aang de pie detrás de Lin Yee-necesito hablar con él de inmediato-

-No ¡espera aquí!-le ordenó Lin Yee al joven maestro aire mientras lo detenía con su lanza, empujó a Chey con el bastón de madera de su lanza-¡vete ahora!-

-No se preocupen, todo estará bien-dijo Chey mientras caminaba hacia la cabaña con los brazos en alto-es un gran hombre ¡un gran hombre, en serio!-

Luego de dejar a Chey con Jeong Jeong, Lin Yee guio a Aang, Katara y Sokka a una pequeña cabaña construida del mismo material que la que estaba ubicada junto al río.

Mientras tanto, el Almirante Zhao ingresó en la aldea, el festival de los días del fuego ya había terminado y no había gente afuera a esa hora de la noche. El hombre comenzó a mirar alrededor del centro de la aldea donde tuvo lugar el festival, vio una estatua de madera en forma de antorcha quemada y algunas linternas de papel tendidas en el suelo.

-Así que, el Avatar estuvo aquí…-dijo Zhao a los soldados que estaban en el festival hace unas horas-¿y lo dejaron escapar?-

-Sí, señor-respondió el que se suponía que era el comandante un poco decepcionado-pero, aparte de eso, el festival se desarrolló sin problemas-una estructura en llamas cayó al suelo sobresaltándolo a él y a los soldados que estaban de pie detrás de él-no hubo peleas y los delincuentes han caído-

-¡No me interesa saber de sus tasas de delincuencia local!-exclamó Zhao frunciendo el ceño con furia-¿por dónde se fueron?-

-Se dirigieron al bosque, sospecho que río arriba.

Zhao decide perseguirlos él mismo, después de enterarse de que Aang y su equipo lo atravesaron, ordena a sus hombres que preparen botes fluviales para buscar en el bosque al que Aang huyó previamente.

De regreso al campamento de Jeong Jeong, Chey salió la cabaña y fue a la pequeña cabaña donde el equipo Avatar estaba esperando la respuesta del maestro fuego, su rostro indicaba que salía con malas noticias para ellos. Entró en la cabaña y apenas lo hizo, Aang se despertó, haciendo que Momo saltara, quien dormía cómodamente encima de él, probablemente el nómada aire se quedó dormido esperando la respuesta de Jeong Jeong.

-¿Qué sucedió?-le preguntó Aang al hombre-¿puedo ver a Jeong Jeong ahora?-

-No te verá-respondió Chey mientras se sentaba en el suelo-está muy enfadado porque te traje hasta aquí, quiere que te vayas de inmediato-

-¡Por fin!-exclamó Sokka una vez despierto-podremos continuar con nuestro viaje-

-Espera ¿por qué no quiere verme?-preguntó el joven maestro aire sin entender la razón de por qué Jeong Jeong se negaba a verlo.

-Dice que no estás listo. Dice que aún no has dominado el agua-control y la tierra-control.

-Espera ¿cómo sabe eso?

-Él vio la forma en que entraste al campamento. Él simplemente puede saberlo.

-Voy a ir a hablar con el de todos modos-dijo Aang con firmeza, salió de la pequeña cabaña y fue a la cabaña de Jeong Jeong al lado del río, inhaló profundamente y entró, pudo ver a un hombre de cabello blanco desaliñado sentado de espaldas en el suelo rodeado de velas.

-Lárgate-le dijo el maestro fuego al nómada aire sin mirarlo.

-Maestro, necesito aprender fuego-control-le dijo Aang mientras caminaba hasta que quedó de pie a unos centímetros detrás del hombre.

-Solo un tonto busca su propio camino a la destrucción.

-Soy el Avatar y es mi destino…

-¿Destino?-lo interrumpió Jeong Jeong sin mirarlo siquiera-¿qué sabría un niño sobre el destino? Si un pez vive toda su vida en el río ¿conoce el destino del río? ¡no! solo que corre y fluye fuera de control. Puede ir a donde fluye, pero no puede ver el final, no puede imaginar el océano-

-¿De acuerdo? pero es el destino del Avatar dominar la disciplina de todos los elementos-respondió Aang sentado con las piernas cruzadas frente a Jeong Jeong.

-Para dominar las disciplinas de todos los elementos, debes dominar la disciplina misma-le dijo el maestro fuego, volteó su cabeza y miró al niño levemente-pero no tienes interés en ello, así que no tengo ningun interés en ti. Ahora, lárgate de aquí-

Aang frunció el ceño levemente, pero no tenía intenciones de dar un paso atrás e irse sin aprender algunas habilidades de fuego-control de ese hombre.

-Por favor, tengo que aprender. Esta podría ser mi única oportunidad.

-¿Qué acaso eres sordo? ¡¿cómo puedo enseñarte si te rehúsas a escuchar?!-le gritó Jeong Jeong girando la mitad de su cuerpo-antes de aprender a controlar el fuego, debes aprender a controlar el agua y la tierra. El agua es fría y relajante, la tierra es estable y rígida, pero el fuego... el fuego está vivo, respira, crece ¡sin un maestro, una roca no se arrojará por si sola, pero el fuego se extenderá y destruirá todo a su paso si uno no tiene la voluntad de controlarlo! ese es tu destino ¡aún no estás listo! ¡eres demasiado débil!-

Al exclamar esto, las flamas de las velas crecieron hasta llegar al techo de la cabaña y se apagaron dejando todo en completa oscuridad, pero, de pronto, apareció una silueta frente a Jeong Jeong, era el Avatar Roku, la vida pasada de Aang y también había crecido en la Nación del Fuego.

-¿Crees que soy demasiado débil?-preguntó el antiguo Avatar.

-¡Avatar Roku! ¡no! ¡no! no quise decir eso-se disculpó Jeong Jeong.

-He dominado los elementos mil veces en mil vidas. Ahora, debo hacerlo una vez más-respondió mirando al hombre con una expresión seria-le enseñarás al nuevo Avatar fuego-control-

-Sí, sí-dijo Jeong Jeong al ver que no tenía otra opción-te enseñaré-

-¿En serio?-la voz de Aang sacó al maestro fuego de su trance-¡eso es genial!-


Al día siguiente, Jeong Jeong comenzó a enseñarle a Aang los conceptos básicos centrándose exclusivamente en ejercicios de respiración, pero el deseo del joven Avatar era aprender técnicas más avanzadas de fuego-control. Después de pasar horas enteras haciendo sentadillas, realizando prácticas de respiración y sintiendo la energía del sol, Aang acabó por fastidiarse y regresó a la cabaña del maestro fuego.

-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó Jeong Jeong al nómada aire-¡no te dije que te detuvieras!-

-He estado respirando durante horas-respondió Aang.

-¿Quieres dejar de respirar?

-¡Lo que quiero es que dejes de hacerme perder el tiempo! sé cómo ponerme en cuclillas, respirar y sentir el sol. Quiero saber cómo hacer fuego-control con mis mano-se quejó Aang, Jeong Jeong dejó su taza de té a un lado y suspiró.

-Tuve un estudiante una vez que no tenía interés en aprender la disciplina. Solo le importaba el poder del fuego, cómo podría usarlo para destruir a sus oponentes y eliminar los obstáculos de su camino, pero el fuego es una carga horrible y difícil de soportar, su naturaleza es consumir y sin ningún control, destruye todo a su paso-le dijo el hombre mientras se servía otra taza de té-aprende a controlarlo o arriésgate a destruirte a ti mismo y a todos los que amas-

Aang no pudo evitar comenzar a pensar en sus amigos, pero lo más importante, pensó en Zuko, suspiró resignado, dio la vuelta y salió de la cabaña. Pasó un tiempo antes de que Jeong Jeong saliera de su cabaña y encontrara a Aang sentado en una roca en el río frente a la cabaña, el nómada aire se disculpó rápidamente diciéndole que está listo para aprender a su manera. Una vez hecho esto, Jeong Jeong procedió a instruirlo en el fuego-control, para gran entusiasmo de Aang; sin embargo, su entusiasmo se desvaneció rápidamente cuando Jeong Jeong solo le asignó la simple tarea de evitar que una hoja se quemara por completo. El maestro fuego tuvo que irse para ocuparse de otros asuntos, y Aang, sintiéndose restringido, decidió llevar su ejercicio al siguiente nivel y creó una pequeña llamarada.

-Hey, lo hice ¡acabo de hacer fuego!-dijo Aang con incredulidad.

-Eso es genial, Aang-dijo Katara quien caminaba junto a la orilla del río-pero, tal vez deberías tomarlo con calma-Aang comenzó a jugar un poco con el fuego que acababa de crear por un rato-ten cuidado-

-Ahora, esto es realmente fuego-control-le dijo el joven maestro aire con entusiasmo.

-Aang, détente. Te puedes lastimar-le dijo la chica. Ignorando sus súplicas, continúo jugando con su fuego-control y accidentalmente terminó quemando las manos de Katara cuando intentaba imitar un movimiento que el artista, Malu, ejecutó en el festival del otro día.

-¡Katara, lo siento!-dijo Aang mientras saltaba de la roca y se acercaba a su amiga con preocupación.

-Katara ¿qué sucedió?-preguntó Sokka mientras corría hacia ella, miró a Aang enojado-¡¿qué fue lo que hiciste?!-

-¡F-fue un accidente! estaba, eh… Katara, de verdad lo sie…-intentó explicarle Aang pero fue tacleado por el chico de la Tribu Agua del Sur.

-¡Te dije que no te metieras con estas cosas! ¡ahora quemaste a mi hermana!-le gritó Sokka, Katara se incorporó como pudo de la orilla del río y se alejó corriendo de allí sin dejar de sollozar. Aang la vio irse corriendo del campamento y no pudo evitar sentirse culpable por lo que le había sucedido a su amiga, pero en ese momento, Jeong Jeong acababa de regresar al campamento-¡todo esto es tu culpa!-

-¡Ya lo sé! empaquen sus cosas-les ordenó el maestro fuego-deben irse de inmediato-

-Ya dije que lo sentía-le dijo Aang a Sokka pero se alejó de allí-yo no quise... ¡lo siento mucho!-

Jeong Jeong miró al maestro aire con decepción y también se alejó del campamento, Katara intentó enfriar sus manos quemadas en el agua del río, luego de unos segundos, se curó milagrosamente a pesar de no tener conocimiento o entrenamiento previo como sanadora.

-Tienes propiedades curativas-le dijo una voz no muy lejos de ella, Katara dejó de mirar sus manos curadas y desvió su mirada hacia Jeong Jeong-los grandes maestros de la Tribu Agua a veces tienen esa habilidad. Siempre he deseado tener esa bendición como tú... y así poder liberarme de esta ardiente maldición-

-Pero eres un gran maestro-le dijo Katara-tienes poderes que nunca conocí-

-Los maestros agua tienen habilidades curativas y pueden crear vida, pero el fuego solo trae destrucción y dolor. Nos obliga a quienes estamos agobiados con su cuidado a caminar por el filo de una daga, atrapados entre la humanidad y el salvajismo. Estamos destrozados, eventualmente-de pronto, una ráfaga de fuego cayó en el agua y eso hizo que Katara y Jeong Jeong desviaran la mirada para ver de donde había provenido la ráfaga, y apenas voltearon la mirada, el almirante Zhao y sus hombres habían llegado al campamento-corre ¡busca a tus amigos y huye!-Katara simplemente obedeció y huyó de allí para buscar a Aang y a su hermano-¡no regreses aquí o serán destruidos! ¡date prisa!-

Tras decir eso, el maestro fuego regresó a la orilla del río, los botes se acercaban aún más, Zhao bajó su catalejo y una leve expresión de sorpresa se mostró en su rostro, pero al instante cambió a una siniestra. Jeong Jeong dio rienda suelta a sus legendarias habilidades de fuego-control y creó un muro para evitar que los botes continuaran acercándose, al ver el muro de fuego, los botes dieron la vuelta y se detuvieron a unos pocos metros de distancia, Zhao saltó de uno de los botes aterrizando de pie en el agua del río.

-No se preocupen, soldados-les dijo el almirante-mi viejo maestro dejó de pelear hace mucho tiempo-se abrió paso a través del muro de fuego y se puso de pie frente al hombre-¿no es así, Maestro Jeong Jeong?-

Sokka ya estaba terminando de empacar sus cosas en Appa y casi estaban listos para irse, pero pudo ver a su hermana corriendo apresuradamente hacia él.

-Katara ¿estás bien?-le preguntó Sokka un poco preocupado.

-Estoy bien. Tenemos que irnos de aquí-le respondió Katara-¿dónde está Aang?-

Sokka señaló la cabaña de Jeong Jeong y la chica de la Tribu Agua bajó a buscar a su amigo. Aang, por otro lado, se escondió en la choza para reflexionar sobre su error, la voz de Sokka gritándole por lastimar a Katara con su fuego-control se repetía en su cabeza una y otra vez, haciéndolo sentir cada vez peor, de pronto, escuchó algunos pasos caminando dentro de la cabaña.

-Jeong Jeong intentó decirme que no estaba listo-le dijo el joven maestro aire a su amiga sin verla siquiera-y no lo escuché, nunca volveré a hacer fuego-control-

-Tendrás que aprenderlo algún día-le dijo Katara intentando convencerlo.

-No, no lo hare nunca más.

-Esta bien, Aang. ya me curé.

-¡¿Qué?! pero… ¿cómo?

-Te lo explicaré más tarde-respondió la chica de la Tribu Agua del Sur-pero ahora, tenemos que salir de aquí, Zhao y sus soldados están atacando-

-¡¿Dónde?!-preguntó Aang al tiempo que se volteaba y se ponía de pie con ayuda de su aire-control.

-Junto al río-le dijo Katara-capturaron a Jeong Jeong-

-¡Tengo que ayudarlo!-exclamó Aang y luego de decir eso, salió corriendo de la cabaña y fue al rió a ayudar al maestro fuego.

Con una ardiente demostración de fuego-control, Jeong Jeong y sus hombres logran escapan al bosque, los soldados de la Nación del Fuego los persiguen por órdenes de Zhao al tiempo que Aang llegaba al río para confrontarlo.

-Veamos qué te ha enseñado mi viejo maestro-le dijo Zhao al joven maestro aire.

-¿Eras un estudiante de Jeong Jeong?-preguntó Aang deteniendo sus pasos para mirar al almirante un poco confundido.

-Sí, hasta que me aburrí-dijo el almirante para luego arrojar una ráfaga de fuego contra el maestro aire, Aang logró esquivarla, pero Zhao le arrojó otro ráfaga de fuego que lo hizo moverse hacia otro lado-veo que te enseñó a esquivar y correr como un cobarde, pero ¡dudo que te haya mostrado lo que un maestro fuego es realmente capaz de hacer!-

Lanzó otra ráfaga de fuego y Aang logró esquivarla usando un truco de aire-control, pudo ver cómo la ráfaga de fuego impactó contra un árbol.

-Whoa ¡ese fue un tiro salvaje!-exclamó el joven maestro aire mirando el árbol.

-¡Te mostraré lo que es salvaje!-exclamó Zhao mientras gruñía, comenzó a atacar a Aang usando sus técnicas de fuego-control, pero éste logró protegerse a sí mismo con aire-control, para ese punto, una parte del bosque estaba envuelto por las llamas. Recordando la lección de control de Jeong Jeong, Aang provocó al almirante, incitándolo a destruir sus propias naves. El enfurecido Zhao observó cómo sus naves ardían al tiempo que Aang escapaba de allí con Katara y Sokka, los tres volando encima de Appa.

Con Jeong Jeong desaparecido, el equipo Avatar reanudó su viaje, abandonando el bosque con una lección acerca del destructivo poder del fuego-control grabada en sus mentes. Para cuando Chey regresó al campamento, lo encontró desierto y vio que todos ya se habían ido.

Mientras volaban sobre Appa, Katara notó que Aang se había quemado el brazo en su pelea con Zhao.

-Aang, te lastimaste el brazo-dijo Katara, el joven maestro aire bajó la mirada hacia su brazo quemado-no te preocupes, déjame ayudarte-tomó un poco de agua de la cantimplora cubriendo su mano, acercó su mano al brazo herido del maestro aire, inhaló profundamente mientras curaba su quemadura con agua-control, una vez que terminó, retiró la mano del brazo de Aang.

-Wow ¡esa agua es buena!-comentó Aang a su amiga.

-¿Dónde aprendiste eso?-le preguntó Sokka a su hermana, Katara simplemente se encogió de hombros en respuesta.

-Creo que siempre lo supe.

-Oh, bien, entonces gracias por todos los primeros auxilios que me has dado todo este tiempo-le agradeció Sokka sarcásticamente, comenzó a hacer un recuento de las muchas veces que Katara no pudo usar sus habilidades de curación para ayudarlo en el pasado-como aquella vez la que me caí en un arbusto de zarzabayas ¡o aquella vez en la que tenía dos anzuelos en el pulgar!-

-¿Dos? ¿en serio?-dijo Aang totalmente incrédulo.

-Intentó quitarse el primer anzuelo con otro-le dijo Katara a Aang mientras se reía disimuladamente. Mientras Appa volaba por encima del bosque, Sokka continuó rememorando todas las cosas malas que le habían pasado y cómo su hermana no fue capaz de ayudarlo con sus habilidades de curación.


Lamentablemente, Aang no era el único que Zhao quería capturar y llevar su cabeza a la Nación del Fuego. Zuko también estaba siendo buscado por los soldados de Zhao, si no, no estarían colocando posters de captura como el Espíritu Azul por todas partes. Ahora estaba en el muelle donde su barco estaba atracado mirando aquel póster de captura cuando su tío apareció detrás de él, rápidamente ocultó el papel de su vista, algo que no era necesario porque a fin de cuentas, Iroh ya conocía la identidad secreta de su sobrino pero quería fingir que no sabía nada y que solo era un rumor para poder distraer a Zhao y a sus hombres.

-¿Sabes que Zhao y sus hombres te están buscando?-le preguntó Irohal príncipe desterrado.

-Sí, lo sé-respondió Zuko sin mirarlo-¿qué pretendes hacer?-

-Lo único que podemos hacer por ahora es tratar de evitarlos-respondió Iroh-los vi cuando estábamos en el festival de los días del fuego en la aldea. También registraron el barco, así que la mejor excusa que se me ocurrió darles es que te habías ido de viaje con una chica-

Zuko casi se sonroja de la vergüenza al escuchar esas palabras ¿cómo se atrevió su tío a decirle algo así a los hombres de Zhao? Pero luego considero que quizás era lo mejor, porque si llegaban a descubrir que en realidad estaba pasando el tiempo en el festival con un niño enmascarado de nombre Kuzon estaría en graves problemas y ya tenía suficientes problemas al haberse infiltrado en la fortaleza de Zhao para rescatar al Avatar. Su corazón latió con fuerza al pensar en el maestro aire ¿qué rayos estaba pasando con él? primero conoció a este niño Kuzon con el que compartió un baile en el festival y también lo besó y luego, por otro lado, estaba Aang, el Avatar, por quien también sentía algo. No sabía qué hacer para lidiar con ese torbellino de emociones, estaba tan confundido en ese momento que comenzó a preguntarse si Kuzon en realidad era Aang.

-Tenemos que seguir moviéndonos, probablemente el Avatar está viajando de nuevo. No podemos perderlo de vista-le dijo Zuko a su tío una vez que salió de sus pensamientos confusos.

-Primero debemos relajarnos un poco antes de continuar con nuestro viaje-le dijo Iroh-tomemos un té juntos antes de seguir ¿qué dices?-

El príncipe de la Nación del Fuego no respondió a la sugerencia de su tío y simplemente regresó a su nave, ya había tenido una mala experiencia con ese líquido humeante cuando estaba a punto de beber una taza en su habitación en el barco, lo que necesitaba ahora era pensar en un plan para capturar al Avatar antes de que Zhao llegara primero y también necesitaba aclarar sus dudas sobre si Kuzon era en realidad Aang o no.

Notas finales:

Lamento haberme tardado en terminar de escribir este capítulo pero es que, me estaba costando demasiado trabajo pensar en cómo continuarlo, además de que había cometido un pequeño error para el cual pedí desesperadamente ayuda, pero finalmente pude resolver el problema y corregí ese pequeño error por mi cuenta.
 
Descuiden, si necesito ayuda de alguien para mejorar los capítulos o cambiar las escenas la pediré sin problemas y estoy más que dispuesta a recibirla.
 
Espero que les haya gustado el capítulo, voy avisando que en los siguientes dos capítulos planeo incorporar escenas de la película live action "The Last Airbender" para hacer la historia más interesante y darle más contenido "dramático" por así decirlo.
 
Bien, aquí me despido, dejen comentarios, les mando un saludo virtual a todos y nos veremos en un próximo capítulo.
 
N3k0-CH4n. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).