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Chang Ai por N3K0-Ch4N

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Hace unos meses atrás…

Katara, Aang y Sokka estaban acampando cerca de un río sentados frente a una fogata apagada, de repente, un gran pez se'tu saltó repentinamente de la superficie del río, voló por los aires y aterrizó con un chapuzón en el agua. Katara se puso de pie al notar esto y señaló con asombro el espectáculo que acababa de pasar frente a sus ojos, en su rostro se dibujo una sonrisa.

-Wow... oigan, chicos ¡vean eso!-exclamó la chica de la Tribu Agua del Sur emocionada llamando la atención de su hermano y su amigo. Aang y Sokka miraron en la dirección que estaba apuntando. Sokka también se puso de pie al ver el espectáculo, el pez volvió a saltar del agua frente al grupo y milagrosamente, a cámara lenta, volvió a aterrizar nuevamente en el rio con un chapuzón, Sokka observó al pez con el seño ligeramente fruncido.

-Agh ¡se está burlando de nosotros!-gritó el chico de la Tribu Agua enojado-¡estás tan frito!-tomó su caña de pescar e intentó arrojar la caña al agua sin éxito alguno. Miró hacia abajo preguntándose porque la tanza no despegó, entonces solo ahí se dio cuenta de que la tanza había desaparecido, Sokka miró a su alrededor-¡hey! ¿dónde está la tanza para pescar?-

-Oh, no pensé que la necesitarías, Sokka-dijo Aang mirándolo tímidamente al tiempo que se sonrojaba un poco y le mostraba un collar intrincadamente tejido decorado con una flor roja en el centro, Sokka se acercó al joven maestro aire y observó el collar.

-Ah ¡está toda enredada!-protestó Sokka molesto porque su tanza para pescar se había estropeado, Aang se levantó del suelo apresuradamente.

-No está enredada, sino tejida-le corrigió-hey, Katara. Te hice otro collar, pensé que… como perdiste el otro…-

Hizo una pequeña pausa para mostrarle el collar, sujetándolo entre sus manos mientras enseñaba su mejor y más convincente sonrisa. Katara le correspondió la sonrisa sonriéndole tímidamente antes de acercarse al niño y tomar el collar que él se había tomado la molestia de hacerle, quizás no era el collar heredado de su madre pero lo que cuenta es la intención.

-Gracias, Aang-le dijo tomando el collar-es lindo, me gusta-

-Genial, Aang-comentó Sokka sarcásticamente poniéndose de pie frente a su amigo y su hermana-tal vez en lugar de salvar al mundo, puedas entrar en el negocio de la fabricación de joyas-

Aang infló sus mejillas ligeramente molesto.

-No veo porque no puedo hacer ambas cosas.

Sokka bufó y regresó al río, donde los peces se'tu continuaron con su exhibición acuática, arrojó su boomerang al agua en un intento por atrapar al pez antes de soltar un gruñido de frustración apenas vio que el pez salió del agua ileso, con una inconfundible mirada de satisfacción en su rostro.

-¡Ya deja de burlarte de mí!-le gritó al pez mientras éste continuaba dando saltos fuera del agua. Corrió hacia el río sujetando una daga, Aang observaba la escena divertido hasta que la voz de Katara lo distrajo por un momento.

-Entonces ¿cómo me veo?-preguntó la chica de la Tribu Agua, Aang se sobresaltó ligeramente al escuchar esa pregunta, se volteó para mirarla y una expresión de vergüenza se dibujó en su rostro ante el repentino sobresalto, miró fijamente a la chica y ésta le sonrió dulcemente al tiempo que se sonrojaba y colocaba una mano detrás de su espalda y la otra tocando su collar en una pose. Aang hizo todo lo posible para mostrarse interesado y tragó saliva nerviosamente.

-¿Te refieres a ti o solo tu cuello?-preguntó torpemente mientras se rascaba la nuca avergonzado-¡q-quiero decir, porque ambos se ven geniales!-

Bajo la mirada hacia el suelo un poco avergonzado por lo tonto que se veía en ese momento, escuchó unas salpicaduras y Aang desvió la mirada hacia Sokka quien salió del agua sosteniendo un pez se'tu, al ver el sonrojo que se extendía por las mejillas del joven maestro aire no se le ocurrió mejor cosa que jugarle una broma.

-Smoochie, smoochie ¡alguien está enamorado!-se burló Sokka mientras hace ruidos de besos antes de que el se'tu se libere de su agarre, golpeando a Sokka en la cara con su cola y desapareciendo bajo el agua.

Aang volvió a mirar a Katara, con un ligero sonrojo en sus mejillas ¿y si Sokka tenía razón? ¿y si realmente estaba enamorado de Katara? no, lo dudaba mucho, ya que después de que Zuko lo rescatara de la fortaleza de Zhao, el joven maestro aire había tenido ciertos sentimientos hacia el príncipe de la Nación del Fuego que no era capaz de describir ¿qué serían esos sentimientos? ¿aprecio? ¿admiración? o quizás… ¿amor? sí, tal vez era eso pero… no estaba muy seguro de si éste sentía lo mismo por él, que lo haya rescatado de Zhao y que ahora tuvieran un enemigo en común no quería decir que su relación de enemigos cambiara y que repentinamente se habían vuelto amigos. Sin embargo, Aang no perdía las esperanzas.

-Uh, bueno, eh…-tartamudeó Aang, podía sentir que el sonrojo manchaba sus mejillas hasta las puntas de sus oídos.

-Deja de molestarlo, Sokka-le gritó Katara molesta por lo que había dicho su hermano-Aang solo es un buen amigo-acarició el costado de su cabeza cariñosamente-¡un dulce y pequeño niño! Igual que Momo-añadió mientras acariciaba a Momo, quien había encontrado seguridad en el hueco en el hombro de Aang.

Aang suspiró un poco triste, le sonrió a su amiga y le agradeció a la chica de piel oscura. De repente, Sokka emergió del río con las manos vacías y con una expresión molesta en su rostro, Momo dio un fuerte chillido y saltó repentinamente del hombro del maestro aire al escuchar un ruido a la distancia, saltó a una roca seguido de Aang quien también había escuchado ese ruido. Saltó hacia la gran roca para observar mejor la escena, señaló la fuente de la conmoción y ,con urgencia, Aang llamó a sus amigos quienes no estaban muy lejos de él.

-¡Alguien está siendo atacado por un oso ornitorrinco!-exclamó en voz alta. Una criatura gigante y feroz con pelaje marrón oscuro, cuerpo y cabeza de un oso pero la cola y el pico eran de un ornitorrinco con una "V" blanca sobre su pecho, se paró en posición vertical sobre sus patas traseras y se balanceó hacia un hombre vestido de azul que sonreía alegremente al tiempo que esquivaba sin esfuerzo las grandes y mortíferas patas con sus manos colocadas detrás de su espalda. El hombre se las ingenió para dar un paso hacia atrás con calma, la criatura (notablemente frustrada) continuó con sus ataques mientras Aang saltaba sobre una roca detrás de ella, sus ojos se fijaron en aquel hombre quien continuaba sonriendo como si nada sucediera.

-Bueno ¡hola!-dijo el hombre mientras esquivaba las garras del oso ornitorrinco-es un lindo día ¿no?-

-¡Haz algo de ruido! ¡se alejará!-le gritó Aang a aquel hombre sospechosamente tranquilo, Sokka y Katara se acercaron a la escena que se desarrollaba frente a ellos.

-No ¡hazte el muerto! ¡perderá interés!-gritó Sokka aportando su opinión. El oso ornitorrinco balanceó sus garras para atacar al hombre una vez más, aquel calmado hombre esquivó felizmente otro ataque de las patas del animal.

-Whoa, ¡eso estuvo cerca!-comentó el hombre vestido de azul riéndose, Katara se llevó una mano a la boca e hizo ademanes con la otra mano.

-¡Corre cuesta abajo y luego súbete a un árbol!-le gritó a continuación.

-No ¡golpealo en el estómago!-dijo Sokka moviendo un puño hacia arriba imitando un corte superior.

-¡Y luego corre en zig-zag!-lo alentó Aang después de lo que dijo el chico de la Tribu Agua del Sur. Sin apartar sus ojos de la peligrosa criatura, el hombre vestido de azul gritó por encima de su hombro.

-No es necesario ¡todo va a estar bien!-el oso ornitorrinco intentó dar otro golpe, cortando un pedazo de madera del tronco de un árbol cercano, el hombre logró esquivar ese ataque que por poco pudo haberlo matado. Aang saltó de la roca, dio una vuelta en el aire y aterrizó en el suelo posicionándose entre el hombre y el oso ornitorrinco, empujó al animal con una pequeña explosión de aire-control, extendió sus manos frente a él adoptando una posición de lucha-¡vaya!-exclamó aquel hombre, el oso ornitorrinco se alzó más sobre sus patas traseras dejando escapar un potente rugido, en eso, Appa apareció detrás del oso y rugio haciendo que el animal se asustara, expulsó un huevo gigante y manchado, huyó del bisonte volador nadando río abajo, Sokka recogió el huevo y comenzó a olfatearlo.

-¡Mmm, almuerzo!-dijo desviando la mirada hacia el hombre-tienes suerte de que hayamos aparecido-

-Gracias, pero todo está bajo control-respondió el hombre riéndose de él-no era para preocuparse, Tía Wu predijo que tendría un buen viaje-añadió mientras juntaba las manos y se inclinaba ligeramente hacia ellos, una mirada de confusión se apoderó del rostro de Aang.

-Tía… ¿quién?-preguntó, el hombre le sonrió al joven nómada aire.

-No, tía Wu. Ella es la adivina de mi pueblo, es horrible saber el futuro si me lo preguntas-le dijo a Aang. Katara comenzó a reflexionar, miro a un lado mientras pensaba en esta nueva información descubierta.

-Wow, eso debe ser-dijo la chica de la Tribu Agua del Sur viendo al hombre con una expresión brillante en su rostro, luego añadió con entusiasmo-eso explica el por qué estabas tan tranquilo-

-¡Pero la adivina estaba equivocada!-exclamó Sokka interponiéndose entre su hermana y ese hombre-no tuviste un viaje seguro ¡casi te matan!-

-¡Pero no lo estaba!-le dijo antes de retirarse-bueno ¡que tengan un lindo día!-se despidió de ellos y comenzó a caminar solo para volver nuevamente sobre sus propios pasos como si acabara de recordar algo importante-oh, Tía Wu me dijo que si me topaba con algún viajero, que debía darles esto-

Le entregó a Aang un paquete envuelto que al parecer contenía un objeto largo y delgado y lucía sospechoso. Sokka miró a aquel hombre con recelo mientras se alejaba, emocionada, Katara se acercó al pequeño grupo.

-Tal vez deberíamos ir a ver a esta Tía Wu y aprender nuestro futuro ¡podría ser divertido!

-Oh, vamos, chicos. ¡La adivinación nunca tiene sentido!-dijo Sokka elevando sus manos al aire. Aang rápidamente desenvolvió aquel paquete que el misterioso hombre vestido de azul les había dado, resultó ser nada más y nada menos que un paraguas anaranjado, lo abrió y lo sostuvo sobre su cabeza.

-¿Y tú qué sabes? mira ¡es un paraguas!-respondió el joven Avatar, en ese momento, el cielo se oscureció y comenzó a llover, un trueno rugió sobre la lluvia que caía con intensidad, Katara formó un escudo de agua sobre su cabeza para protegerse de la lluvia.

-¡Esto lo prueba!-dijo Katara mientras se refugiaba bajo el paraguas, Sokka sujetó el huevo sobre su cabeza para protegerse de la lluvia.

-No ¡no lo hace! ¡no puedes predecir el futuro!-exclamó el chico de la Tribu Agua del Sur en voz alta.

-Entonces debo suponer no te estás mojando-dijo Katara, sonriendo socarronamente. De repente, Sokka perdió el equilibrio y el huevo de oso ornitorrinco voló por los aires, intentó atraparlo; sin embargo, voló unos metros por los aires y cayó sobre su cabeza rompiéndose en pedazos, haciendo que la yema del huevo chorreara por su rostro. Mientras la lluvia seguía cayendo sin control, Katara se acurrucó junto a Aang debajo del paraguas, rozando su brazo con el suyo al tiempo que se acomodaba, el joven maestro aire se alejó de ella poniendo distancia, la chica de la Tribu Agua del Sur notó esto y bajó la cabeza un poco triste, pero decidió dejarlo de lado… por ahora y permaneció refugiada bajo el paraguas mientras que Sokka se mantenía alejado de ellos, empapado por una lluvia que parecía no tener fin.

-Era obvio que predijo que iba a llover ¡el cielo ha estado gris todo el día!-les gritó el guerrero a su hermana y al nómada aire refugiados bajo el paraguas.

-Solo reconoce que estás equivocado y podrás quedarte bajo el paraguas-le ofreció la chica.

-Mira, voy a predecir el futuro ahora-dijo Sokka dejando de caminar y saltó de una forma exagerada-va a seguir lloviendo-agregó mientras miraban al cielo gris y la lluvia seguía cayendo-¿lo ven?-

De pronto, la lluvia dejo de caer y el cielo se despejó un poco. Aang inclinó el paraguas hacia atrás para observar el cambio dramático en el clima, le dio al chico de la Tribu Agua del Sur una sonrisa comprensiva.

-Parece que no todos tienen ese don, Sokka-comentó volviendo su mirada al frente y retomando su caminata.

Una enorme montaña apareció a la vista, con su cima cubierta de nieve blanca y también apareció un pequeño pueblo que se encontraba en la base de la montaña. El equipo Avatar caminó por la entrada del pueblo, los patos pavo graznaban al pasar, alcanzaron a divisar a un hombre extraño vestido con una túnica negra que estaba de pie junto a la puerta redonda de un gran edificio.

-Tía Wu los está esperando-les dijo el hombre de túnica negra a los tres chicos que se acercaban.

-¿En serio?-preguntó Katara con entusiasmo, el hombre vestido de negro asintió con la cabeza y el trío entró en el edificio, Sokka expresó su disgusto, pasaron a una habitación donde había tres almohadas situadas en el suelo al lado derecho de la habitación, el hombre extraño cerró la puerta tras ellos y una chica que parecía tener la edad de Katara entró en la habitación vestida con una túnica rosa y el cabello trenzado que sobresalía de los costados de su cabeza.

-Hola, mi nombre es Meng y soy la asistente de Tía Wu-se presentó ella inclinándose ligeramente ante el grupo, de pronto, sus ojos se abrieron fijándose en Aang su mirada viajo desde sus pies hasta su cabeza tatuada, su rostro… no tendría más de doce o trece años. Apenas Aang llamó su atención, Meng esbozó su mejor sonrisa sensual y se acercó para ponerse de pie junto a él, la joven se detuvo a pocos metros de él, pero todavía demasiado cerca para el gusto de Aang-bueno, hola~-ronroneó, Aang se encogió involuntariamente por la pobre imitación de un saludo sexy.

-Hola-la saludó Aang un poco incómodo-esta chica está demasiado cerca-retrocedió unos centímetros, la sonrisa de Meng se borró una fracción de segundo ante la evidente incomodidad del niño. Al ver una pequeña vía de escape, Aang esquivó a Meng y tomó asiento en las almohadas, justo al lado de Katara, al darse cuenta de lo cerca que estaban uno del otro, el joven maestro aire movió su almohada unos metros para darse algo de espacio, Meng arqueó una ceja confundida por la extraña exhibición pero decidió restarle importancia y pensar en que hacer para llamar la atención de Aang.

-¿Puedo traer un poco de té o algunos de los pastelillos especiales de frijol dulce de la Tía Wu?-le preguntó Meng a Aang quien miraba hacia otro lado nerviosamente.

-Probaré uno de esos pastelillos, si no te molesta-solicitó Sokka ansiosamente. Meng levanto un dedo en un gesto de que esperara.

-Dame un segundo-dijo aquella chica de cabello trenzado mientras desviaba la mirada hacia Aang-¿cuál es tu nombre, ternurita?-ronroneó la joven, sonriendo seductoramente.

-Aang-respondió éste con un poco de ansiedad, desviando la mirada hacia ella. Encantada por su respuesta, la sonrisa de la chica se agrandó aún más.

-Que bien ¡eso rima con Meng! y… tienes unas orejas muy grandes, ¿lo sabías?-bromeó. Aang se cubrió los oídos con sus manos sintiéndose ofendido ante su comentario ¿cuál era su maldito problema? no tenía oídos tan grandes ¿o sí? un fuerte sonrojo tiñó su rostro y se expandió por su cuello hasta casi llegar a sus oídos.

-Supongo-dijo torpemente el maestro aire, Sokka agitó su mano en señal de no poder creerlo y comenzó a bromear.

-¡No seas tan modesto!-dijo mientras extendía sus brazos hacia afuera enfatizando-¡son enormes!-gritó.

Aang fulminó con la mirada a Sokka, sonrojándose violentamente. Meng comenzó a alejarse, pero antes, observó por encima de su hombro.

-Bueno, Aang. Fue un placer conocerte-dijo sonriendo con picardía-eres muy agradable-añadió antes de retirarse de la habitación para buscar los bocadillos.

-Lo mismo digo…-murmuró Aang en voz baja, un escalofrío involuntario recorrió su espalda estremeciéndolo-me alegra que todo esto haya terminado, fue realmente incómodo. No creí que sería capaz de mantener una cara seria tanto tiempo-pensó, aflojó su semblante serio y un dolor punzante penetró su cabeza-agh ¡grandioso! ahora me duele la cabeza ¡muchas gracias, Meng!-

-¡No puedo creer que estemos aquí en esta casa de tonterías!-exclamó Sokka impaciente.

-Intenta mantener la mente abierta, Sokka. Hay cosas en este mundo que simplemente no se pueden explicar ¿no crees que sería una buena idea saber que podría pasar en tu futuro?-le preguntó Katara a su hermano.

-Sería bueno tener una bandeja de pastelillos de frijol dulce-respondió Sokka. Meng caminó lentamente, acercándose a la habitación por un pasillo cercano con una bandeja de pastelillos de frijol dulce, abrió una puerta en el pasillo y una mujer vestida con ropas verdes se acercó a ella con entusiasmo.

-¡Oh, Meng! tía Wu dijo que voy a conocer a mi verdadero amor, me va a regalar una azucena panda-dijo emocionada.

-¡Eso es muy romántico!-comentó Meng con un tono soñador, desvió la mirada hacia Aang y le regaló una sonrisa coqueta-me pregunto si mi verdadero amor me dará una flor tan extraña-añadió de forma que el joven maestro aire pudiera escucharla.

-Suerte con eso-dijo este último en voz baja. Intentando contener su risa, aquella joven preguntó.

-¿No es ese el chico de orejas grandes con el que tía Wu predijo que te casarías?

Aang miró fijamente a las dos chicas sintiendo que comenzaba a palidecer.

-Um… ¿de qué estás hablando?

Avergonzada por esta declaración, Meng empujó a la mujer a un lado y continuó su camino. Se acercó al pequeño grupo, con los ojos fijos en Aang, quien desvió la mirada hacia un rincón sintiendo una ligera incomodidad, de repente, tropezó y Aang, al ver esto, intentó ayudarla a incorporarse, accidentalmente sosteniendo sus manos en las suyas en el proceso. Los dos se miraron por un momento y Meng se sonrojó.

-¡Disfruta tu merienda!-dijo al tiempo que se daba la vuelta y se alejaba de allí lo más pronto posible.

Sokka tomó la bandeja de pastelillos y se preparó para comer uno, solo para que luego fuera interrumpido por una anciana vestida con una túnica amarilla, el cabello recogido por un adorno dorado y rasgos excesivamente maquillados entró en aquella habitación.

-Bienvenidos, jóvenes viajeros. Ahora ¿quién de ustedes es el próximo? acérquense no sean tímidos. Sokka desvió la mirada hacia otro lado en completo desinterés y Aang le dirigió su mirada a Katara, ella lo miró y se levanto de su almohada.

-Supongo que seré yo-dijo la chica de la Tribu Agua del Sur quien caminó hacia la mujer e hizo una pequeña reverencia a modo de saludo, ambas salieron de la habitación dejando a Aang y a Sokka solos, sentados en el suelo sin nada mejor que hacer, Sokka comenzó a saborear los pastelillos de frijol dulce.

-Mmm… no están mal, no están nada mal-comentó Sokka mientras masticaba la bocanada. Le acercó la bandeja a Aang-¿mhm?-

Aang rechazó la bandeja al tiempo que se volteaba para ver la puerta cerrada por la cual entraron las dos mujeres, Sokka le dio una mirada extrañada y confundida, pero le restó importancia y se encogió de hombros y continuó comiendo, Aang intentó actuar de manera casual pero la curiosidad simplemente podía con él y sacaba lo mejor de él.

-Entonces ¿de qué crees que estén hablando allí?-preguntó el joven maestro aire volteándose para ver a Sokka, que tenía la boca llena de pastelillos.

-Cosas aburridas, estoy seguro de eso. Amor, con quien se casará, cuantos bebés tendrá-respondió Sokka.

-Sí, quizás tengas razón, solo están hablando de tonterías como esas…-le dijo Aang, pensó en algo para cambiar el tema de conversación y finalmente agregó-bueno, voy a ver dónde se encuentra el baño-se levantó y se alejó de allí, Sokka se recostó en el suelo y se relajó comiéndose otro pastelillo, mientras se lo comía, Momo apareció y con sigilo se llevó la bandeja hacia sí, el chico de la Tribu Agua del Sur colocó su mano hacia abajo para tomar otro pastelillo, pero apenas abrió los ojos se dio cuenta de que la bandeja se había ido. Aang caminó por el pasillo buscando el baño pero se detuvo en una puerta grande-hmm, tal vez este sea el baño-

Abrió la puerta pero se detuvo al escuchar voces del otro lado, dudo si debía retirarse y dejar que aquellas personas tuvieran privacidad, pero al final tomó la decisión de quedarse y escuchar solo por un par de minutos y luego se retiró de allí.

Del otro lado de la puerta, tía Wu condujo a Katara al centro de la habitación donde había un par de almohadas, unas enormes campanas, un cuenco dorado con diferentes tipos de huesos y una pequeña fogata encendida en un circulo de piedra, ambas se sentaron en las almohadas una frente a la otra. La anciana tomó las manos de Katara y comenzó a examinarlas detenidamente.

-Tus palmas son tan suaves ¿acaso usas humectante?-preguntó tía Wu halagando a la chica de la Tribu Agua del Sur.

-En realidad, tengo una loción especial de algas. Puedo conseguirte un poco si quieres-respondió ella, respiró profundo y su mirada se conecto con los ojos excesivamente maquillados de la adivina-así que ¿ve algo interesante sobre mi vida amorosa?-

Fuera de la habitación, Aang sintió curiosidad al escuchar esta pregunta y presionó su oído contra la puerta para escuchar con mayor claridad, estaba intrigado por conocer la respuesta que le daría la adivina a Katara, pero a su vez, quería saber quien era la persona con la que su amiga estaba destinada a pasar el resto de su vida.

-Puedo sentir un gran romance en ti, por el hombre con el que te vas a casar-respondió tía Wu, emocionada, Katara la incitó a continuar.

-¡Dígame más, por favor!-le pidió con entusiasmo, la adivina sonrió amablemente a la chica sentada frente a ella.

-Puedo ver que el hombre con el que te vas a casar es un maestro muy poderoso, busca a este hombre, conócelo y estarás con él en poco tiempo. Pero debes esperar a que él se acerque a ti primero.

Al escuchar esta declaración, Aang se puso de pie y se movió para regresar por el mismo pasillo a la sala de espera. Sokka, quien había estado rascándose los dientes desde que el maestro aire se fue, elevó su mirada al notar que Aang se acercaba a la habitación por la forma en que caminaba.

-Parece que alguien tuvo un muy merecido descanso en el baño-dijo Sokka sacando a Aang de sus pensamientos, el maestro aire se dejó caer en una de las muchas almohadas situadas alrededor de la sala de espera.

-Oh… sí… de hecho estaba…

Sokka hizo una mueca de disgusto, miró hacia otro lado y levantó una mano para indicarle a su amigo que se detuviera.

-¡No me interesa saberlo!-exclamó. Tía Wu volvió a entrar en la sala acompañada de Katara, la mujer observó a Aang detenidamente por unos minutos.

-Tú, allí-lo llamó la adivina-acompáñame-Aang siguió a la tía Wu un poco nervioso, salieron de la sala de espera y se dirigieron a la misma habitación en la que estuvo Katara previamente. Ahora había cuatro cojines estaban ubicados en el centro de la habitación, rodeando una pequeña fogata. A un lado de la fogata estaba el cuenco dorado con diferentes trozos de huesos. Tía Wu y Aang se acercaron a la jarra y miraron dentro de ésta-este es el método más confiable para predecir el futuro-le explicó la adivina al joven maestro aire-adelante, elije uno-instó, Aang tomo uno de los huesos y tomaron asiento frente a la pequeña fogata-ahora, arrójalo al fuego-Aang miró el hueso pero lo arrojó al fuego sin cuestionar-el calor hace grietas en el hueso y leo las grietas para conocer tu destino-

Una enorme grieta se formó en los costados del hueso.

-Wow, eso es una gran grieta-comentó el menor al verla.

-Nunca antes había visto eso-le dijo tía Wu observando el hueso un poco sorprendida por ver algo tan inusual, más grietas comenzaron a formarse en el hueso y éste explotó haciendo que pequeños pedazos volaran por todas partes y envió una pequeña explosión de flamas al techo. Tanto tía Wu como Aang se cubrieron el rostro con sorpresa, el hueso yacía en el fondo de la fogata y ella lo observó fascinada-¡tu destino! esto es increíble-le explicó al joven Avatar-estarás involucrado en una gran batalla, un conflicto asombroso entre las fuerzas del bien y el mal ¡una batalla cuyo resultado determinará el destino del mundo entero!-

Aang mantuvo su mirada fija en los trozos de hueso y luego elevó su mirada encontrándose con los ojos de la adivina.

-Sí, sí, eso ya lo sabía, pero…-de repente, Aang se puso un poco nervioso y tímido al tiempo que se sonrojaba levemente-¿dice algo sobre… un chico… o alguien especial con quien este destinado a estar en mi futuro?-preguntó al tiempo que una arqueaba una ceja en expresión de intriga. Una mirada de sorpresa se adueña de los excesivamente rasgos maquillados de la adivina.

-¿Quieres saber si hay alguien especial con quien quieras compartir tu vida?-preguntó la tía Wu con curiosidad.

-¡Sí!-gritó Aang involuntariamente, pero luego se corrigió-quiero decir ¡no! quiero decir, no sé… es algo confuso…-añadió con nerviosismo justificando su razonamiento-verá, señorita Wu…-

-Por favor, llámame, Tía Wu-lo interrumpió la adivina.

-Sí, verá, tía Wu… bueno, uhh… hay una chica que creo que me gusta, pero no estoy seguro ya que nunca antes había estado tan cerca de una-le dijo Aang-y ahora, hace un mes, conocí a este chico, me salvó de una prisión de la Nación del Fuego hace dos noches-

-Hmm, entonces, ¿qué pasó entre tú y este joven?

-Apenas logramos salir de allí, él fue herido y quedó inconsciente durante nuestra fuga. Tuve que llevarlo a un lugar apartado en un bosque lejos de la prisión. Una vez que llegamos, hablamos y le pregunté si podíamos haber sido amigos pero no me respondió, simplemente lanzó una bola de fuego hacia mí y no me dejo otra opción más que huir-respondió Aang-pero... desde ese día, no puedo dejar de pensar en lo que hizo por mí, en la forma en que casi arriesgó su vida para salvarme. Tengo el presentimiento de que ese día hicimos una conexión... tengo un sentimiento de mí que no sé qué es, supongo que lo que siento es... amor. No sé qué hacer, aún estoy confundido porque todavía siento algo por esa chica, aunque ese sentimiento sea pequeño, pero también empecé a desarrollar sentimientos hacia este chico-

-Hmm… tal vez la chica por la que aún sientes algo no sea la persona con la que estás destinada a compartir tu vida. Veamos que dice el hueso…-miró por encima de la fogata y encontró un pedazo de hueso con forma de corazón tirado en el suelo, la adivina se acercó y lo tomó-justo aquí-le dijo a Aang sosteniendo aquel hueso en forma de corazón para examinarlo-dice "sigue a tu corazón y encontrarás la verdadera felicidad con esa persona especial" ¿piensas que tus sentimientos son verdaderos, joven Avatar?-

-Sí, creo que me gusta Zu… él, que él me gusta mucho-dijo Aang autocorrigiéndose al final antes de levantarse del suelo con confianza. Le agradeció a tía Wu por su ayuda, y salió de la habitación con una sonrisa confiada, la anciana le sonrió amablemente al trío de jóvenes que estaban de pie frente a ella apenas regresaron a la sala de espera.

-Espero que sepas en lo que te estás metiendo, Aang-pensó la adivina. El equipo Avatar salió del edificio y comenzaron a caminar por una calle cercana en dirección al centro de la ciudad, Aang caminaba junto a Katara, pensando en la conversación que tuvo hace poco con tía Wu.

-Sigue a tu corazón ¿eh? eso se oye bastante fácil, es decir, ya tengo fuertes sentimientos por Zuko y estoy casi seguro de que él también siente lo mismo por mí, pero… si él sintiera algo por mí, entonces no me habría atacado ese día…

-Bien, ahora saben por ustedes mismos que la adivinación solo es un gran y estúpido fraude-habló Sokka sacando al joven nómada aire de sus pensamientos.

-Solo lo dices porque tú vas a ser infeliz el resto de tu vida-le respondió Katara.

Sokka pateó con brusquedad una piedra cerca de él, ésta se elevó por el aire, rebotó en un letrero de metal y acabó golpeándolo en la frente, cayó al suelo cubriéndose la frente mientras se quejaba por el dolor y se puso de pie nuevamente.

-¡Eso no prueba nada!-les gritó el guerrero a sus dos amigos quienes se reían a sus espaldas, el tono de voz con el que hablaba sonaba agitado.

-Bueno, para ser sincera, a mi me gustaron mis predicciones-dijo Katara juntando sus manos con emoción-parece que ciertas cosas en mi futuro van a salir bien-agregó levemente sonrojada.

-Esa es una gran noticia, Katara. Espero que mis predicciones también funcionen bien-dijo Aang sonriéndole a su amiga, ésta lo miró con curiosidad.

-Oye, a todo esto ¿qué fue lo que te dijo tía Wu?-le preguntó la chica de la Tribu Agua del Sur.

-Um... ella dijo algunas cosas... como que voy a estar involucrado en una gran batalla-le mintió el maestro aire. La chica sonrió y asintió a modo de aprobación mientras caminaba junto a él y Sokka, quien colocó sus manos perezosamente detrás de su cabeza mostrando aburrimiento. Vieron a los aldeanos que aparecieron a la vista, y a medida que se acercaban, notaron que todos estaban quietos, mirando hacia un punto fijo en el cielo. Los tres dirigieron sus ojos al cielo en cuestión, y para calmar su curiosidad, se acercaron al hombre vestido de azul con el que se toparon en el camino.

-¿Qué está pasando con el cielo?-preguntó Katara.

-Estamos esperando a que tía Wu venga y lea las nubes para predecir el destino de toda nuestra aldea-respondió otro hombre quien, al ver a Katara, desvió su mirada hacia el cielo.

-¡No puedo creer que confíen sus vidas a las supersticiones de una anciana loca!-le gritó Sokka a aquel hombre vestido de azul sorprendentemente calmado, Katara apareció detrás de él y puso una mano en el hombro de su hermano.

-Shhh! ¡ahí viene!

La tía Wu y el mismo hombre de cabello blanco y túnica negra que vieron de pie ese día en la entrada del edificio aparecieron detrás de unas puertas, bajaron una escalera y la multitud se hizo a un lado dándole espacio para pasar a las dos figuras, Aang y Katara se pararon uno junto al otro sonriendo ampliamente cuando vieron a la adivina y aquel hombre de túnica negra pasar cerca de ellos. La multitud comenzó a aplaudir a la anciana, y mientras eso sucedía, Meng apareció junto a Aang, sorprendiéndolo.

-Hola, Aang-dijo ella señalando una nube en el cielo-¿no crees que aquella nube se parece a una flor?-preguntó dulcemente, acercándose más a él.

Aang se sonrojó torpemente y desvió la mirada hacia donde vio ir a tía Wu.

-Uh, sí, claro, supongo…-respondió el joven maestro aire alejándose torpemente, se sentía incomodo por tener a esa chica de cabello trenzado tan cerca suyo, se apresuró a pasar justo al lado de ella y se puso de pie junto a sus amigos-oye, Katara ¿qué está sucediendo?- le susurró a la chica de la Tribu Agua del Sur mientras se inclinaba hacia ella.

Un poco molesta, Katara le pidió que guardara silencio y observara, el rostro de Aang se contrajo en señal de molestia e irritación por ser callado y cruzó los brazos sobre su torso. El grupo siguió la mirada de los aldeanos hasta la pagoda donde se acercó Tía Wu, miró hacia el cielo notando una nube en forma de flecha flotando hacia arriba, sacó un libro y lo analizo por un segundo o dos.

-Una flecha apuntando hacia arriba… habrá buenas cosechas este año-elogió la adivina-¡buenas y abundantes cosechas!-

-Sí ¡esas son buenas noticias!-le dijo un granjero a una mujer anciana a la que abrazó alegremente. Tía Wu continuó estudiando la forma de las nubes.

-Nube ondulada en forma de luna… veamos…-dijo tía Wu sonriendo-¡será un gran año para los gemelos!-

-¡Sí!-exclamaron dos gemelos al unísono chocando los cinco alegremente. La adivina miro al cielo pensativa.

-Y una nube de cúmulo con un pomo retorcido que sale del extremo de ella...-tía Wu extendió sus brazos hacia afuera-¡el volcán no destruirá la aldea este año!-

La multitud aplaudió enérgicamente al escuchar esta gran noticia, Aang respiró hondo al tiempo que miraba a Katara poniéndose un poco nervioso, sinceramente, no tenía idea de cómo iba a reaccionar la chica de la Tribu Agua del Sur ante la pregunta que estaba a punto de hacerle.

-Hey, eh... Katara, desde que llegamos aquí, um, hay algo que he querido preguntarte-dijo un poco nervioso. Katara lo ignoró por completo, estaba demasiado cautivada por la tía Wu y sus predicciones, que corrió detrás de la adivina, obviamente sin prestarle atención a Aang-ya que no, importa-si la chica de la Tribu Agua del Sur no pensaba ayudarlo con su problema, entonces tendría que encontrar otra opción y no podría pensar en una mejor persona para ayudarlo que Sokka-oye, Sokka. Necesito que me ayudes con algo-

El chico de la Tribu Agua no lo escuchó, estaba más ocupado tratando de convencer a un hombre que tenía su cabello y túnica cubiertos de tierra y mugre de que tenía que tomar un baño, pero el hombre se mostraba reacio a seguir sus consejos.

-¡No me importa lo que esa Tía Wu te haya dicho! ¡tendrás que bañarte algún día!-le dijo Sokka a ese hombre que usaba aquella sucia túnica anaranjada, éste no respondió, solo sonrió y dio la vuelta alejándose de allí-ugh ¡no puedo entender que rayos les pasa a estas personas!-desvió su mirada hacia el joven maestro aire de pie detrás de él-¿sí? ¿qué necesitas ahora, Aang?-

-Así que, Sokka-dijo Aang sintiéndose un poco nervioso y avergonzado de tener que pedirle consejos a su amigo para este tipo de situación-sabes algunas cosas sobre el amor y las chicas ¿no es así?-

-¿Algunas cosas? has venido al lugar correcto-respondió Sokka mientras colocaba un brazo alrededor de su hombro de forma amistosa-pero primero, necesito saber quién es la persona que te robó el corazón-

-B-bueno… es algo difícil de explicar porque… creo que me gustan dos personas, una chica y un chico ¿sabes?-respondió Aang-pero, no sé cómo llamar su atención o mostrarles lo mucho que me importan-

El maestro aire no se dio cuenta de que alguien los estaba observando detrás de un barril de madera y ese alguien era Meng, quien comenzó a reír suavemente al escuchar que ese chico no solo estaba enamorado de alguien de su mismo sexo, sino que también le gustaba una chica y probablemente esa chica podría llegar a ser ella. Sokka notó a la chica de cabello trenzado escondida detrás de un barril y luego desvió la mirada hacia su amigo.

-Creo que sé muy bien a quién te refieres-le dijo Sokka.

-¿Lo sabes? y… ¿tú estás de acuerdo con eso?-preguntó Aang esperanzado.

-¡Por supuesto! ¿sabes? no tienes que preocuparte por si te gusta una chica bonita o solo un chico, lo que tienes es algo completamente normal-respondió el chico de la Tribu Agua, Aang sonrió levemente ante la idea de que te gustaran dos personas de un sexo completamente diferente no estuviera tan mal después de todo-pero, en serio, dime ¿quiénes son esas personas que te robaron el corazón y te tienen tan confundido?-

-No puedo decírtelo, pero lo que si puedo decirte es que necesito tu ayuda para llamar su atención o hacer algo para demostrarles que realmente mis sentimientos a cada uno respectivamente-le dijo Aang.

-Bueno, todo lo que debes hacer es ir tras ambos y no echar las cosas a perder-le aconsejó Sokka.

-Pero… ¿y cómo haré eso?-preguntó Aang un poco confundido por el consejo de su amigo.

-Uno de los principales errores que cometen los chicos buenos como tú es que ellos son… demasiado amables.

-¿Me estás diciendo que ser demasiado amable es algo malo?

-Sí, claro. Si tu caso es que deseas llamar su atención, tienes que actuar de forma distante como si nada de lo que digan te importara en lo más mínimo.

-Bien, está bien… lo intentaré-respondió Aang, tras decir esto, Meng salió de su escondite y se acercó caminando lentamente hacia el nómada aire.

-Hola, Aang. Me estaba preguntando si…-dijo Meng pero él la interrumpió.

-De acuerdo. Iré a poner en práctica lo que me dijiste ¡nos vemos más tarde Sokka!-le dijo mientras comenzaba a caminar alejándose de allí, dejando a la chica de cabello trenzado un poco decepcionada.

-Wow, ese chico si que es bueno-comentó Sokka un poco impresionado por el repentino cambio de actitud en su amigo.

Mientras esto sucedía, tía Wu empujó a Katara fuera de su edificio, ya estaba más que cansada de responder las inquietudes y dudas de la chica respecto a su vida y su futuro.

-Y estarás bien siempre y cuando lleves una bufanda contigo-le dijo la anciana para luego empujarla fuera del edificio, colocó ambas manos en la puerta de madera redonda-eso es todo por hoy-

-Ok, ok. Pero, solo una cosa más-dijo Katara haciendo que la adivina detuviera su acción de cerrar la puerta.

-Muy bien ¿qué es?-preguntó tía Wu mientras se llevaba una mano a la frente para demostrar su cansancio.

-¿Debo comer un mango o una papaya en el desayuno de mañana?-preguntó la chica de la Tribu Agua del Sur un poco dudosa.

-Una papaya, adiós.

Tras decir estas palabras, la tía Wu cerró la puerta redonda en las narices de Katara, la chica suspiró un poco decepcionada por esa respuesta.

-Oh, pero yo odio las papayas-se quejó Katara mientras se alejaba del edificio, desvió su mirada y notó que Aang estaba recostado contra la pared del edificio no muy lejos de ella.

-Oh, hola, Katara-la saludó Aang despreocupadamente-no vi que estabas ahí-

-Hola, Aang-respondió ella mirándolo brevemente para luego dirigirse hacia un carrito de frutas.

-¡Cómo sea!-le dijo Aang mientras se alejaba de la pared donde estaba recostado-¡yo también estoy ocupado con mis propios asuntos!-

-Ugh, una papaya, por favor-resopló Katara al vendedor, tomando una papaya de sus manos. Aang se acercó casualmente a ella con Momo sentado en su hombro.

-Así que... papaya ¿huh?-dijo Aang mientras fingía que no le importa.

-Uh Huh ¿quieres un poco?-le ofreció Katara.

-Ya me conoces-respondió el joven maestro aire tomando una manzana del carrito-realmente no me importa lo que como-agregó mientras le daba una mordida a la manzana antes de pagarla.

-Está bien-dijo Katara mientras comienza a alejarse-hasta luego-gritó por encima de su hombro mientras desaparecía en una esquina. Apenas ella se alejó del lugar, Aang escupió la manzana con disgusto.

-Esto no está funcionando-pensó Aang sintiéndose decepcionado de si mismo-tal vez actuar indiferente no es mi estilo…-

Dirigió su mirada hacia una pareja que había visto antes en el edificio de la tía Wu, el hombre acababa de ofrecerle algo a la mujer y por alguna razón, el niño se imaginó a sí mismo en el lugar de la mujer y Zuko en el lugar del hombre cuando vio cómo éste le entregaba una flor muy particular.

-¡Oh, una Azucena panda! ¡qué bonita!-exclamó la mujer alegremente, la pareja se abrazó y se besaron con pasión, Aang desvió la mirada al tiempo que se sonrojaba por semejante muestra de afecto en público pero esa escena le dio una gran idea, de repente, se interpuso entre la pareja y los apartó uno del otro, asustándolos sin querer.

-Discúlpenme-dijo señalando la flor en las manos de la mujer-¿dónde puedo encontrar una de estas?-


Veinte minutos más tarde, Aang buscó a Sokka y una vez que lo encontró (todavía estaba intentado meterse en la mente de los aldeanos y trataba de convencerlos de que entraran en razón) fueron a un campo no muy lejos de la aldea pero que estaba ubicado al costado de la montaña, el joven maestro aire llevó a Sokka con él con la intención de ayudarlo a buscar algunas azucenas panda para dárselas a esta persona que el chico de la Tribu Agua del Sur tenía entendido que era su interés amoroso, pero luego de un rato buscando esas flores, Sokka comenzó a impacientarse y le gritó a Aang mientras escalaban las laderas de la montaña.

-¡No puedo creer que me hayas arrastrado hasta aquí para encontrar una estúpida flor!-se quejó mientras escalaba la ladera con Aang saltando las rocas de dos en dos, pero se detuvo a mitad de camino al escuchar a su amigo quejarse y desvió la mirada hacia él.

-Espera, no es una flor cualquiera, es una azucena panda-le dijo Aang-la he visto en acción y, créeme, funciona-

-Las flores son un buen regalo una vez que te casas, pero en esta temprana edad… te recomiendo que mantengas la distancia al máximo.

-Mi corazón me dice que tengo que buscar una de esas flores-le dijo Aang mirando hacia el borde de la montaña-y la tía Wu dijo que si confiaba en mi corazón, estaría con la persona que amo. Y tal vez, si le doy una azucena panda a Zuko, él sabrá cuanto me importa-pensó, preguntándose si eso de verdad era lo correcto.

-¿Qué?-exclamó Sokka irritado de la naturaleza "confiada" de su amigo-no me digas que tú también crees en esas tonterías-

-Bueno, la tía Wu no se ha equivocado hasta ahora-le dijo Aang a Sokka, saltando hacia y miró hacia el borde de la montaña-¿por qué razón se equivocaría con el amor?-señaló con deleite el borde de la montaña-¡mira! allá arriba ¡en la cima de la montaña!-varias azucenas panda crecían en el borde de la montaña, Aang tomó una de las flores y la acercó a su nariz para sentir su fragancia, abrió los ojos solo para ver al volcán lleno de lava, parecía estar listo para entrar en erupción. Sokka apareció junto al joven maestro aire y miró hacia el volcán-oh, no ¡tía Wu estaba equivocada!-

Soltó la azucena panda la cual cayó y se hundió en la lava, quemándose al instante. Aang y Sokka permanecieron de pie en el borde del volcán, ambos con pura conmoción evidente en sus rostros.

-¡Todas esas personas piensan que están a salvo! ¡tenemos que advertirles!-le gritó el chico de la Tribu Agua del Sur.

-¡No tenemos tiempo para caminar!-le dijo Aang a Sokka, sacó su planeador-¡sujétate fuerte!-jaló a Sokka hacia adelante quien gritó sorprendido y ambos levantaron vuelo. Para cuando llegaron a la aldea, encontraron a Katara de pie frente a la puerta redonda del edificio de la adivina, Aang guardó su planeador una vez que aterrizó con Sokka en el suelo y se acercó a su amiga un poco preocupado-¿qué pasa?-

-¿Pueden creer que ella no me dejará volver a entrar, chicos?-les dijo Katara mientras señalaba la puerta redonda del edificio-¡después de todo el trabajo que le he dado!-

-Pero, aunque lo intentes, ella no va a cambiar de opinión-le dijo Aang a su furiosa amiga.

-Lo sé-respondió Katara suspirando suavemente-pero aun así…-

-Bueno, tenemos cosas más importantes de que preocuparnos. Tía Wu se equivocó con el volcán-la interrumpió Sokka antes de que pudiera terminar su oración. Un poco molesta por ser interrumpida, Katara levantó su dedo acusadoramente hacia su hermano.

-Sokka, intentaste convencerme de que la adivina estaba equivocada antes. Va a tomar mucho tiempo que me hagas cambiar… de… ¿opinión?-las pupilas de sus ojos se encogieron en señal de sorpresa y se tambaleo hacia adelante con brusquedad al tiempo que el volcán retumbaba violentamente. Aang y Katara elevaron sus miradas hacia el volcán muy preocupados, el cual emanaba humo desde la cima-oh no…-

La conmoción en su voz era más que notoria, los aldeanos se entremezclaban en la plaza principal totalmente ajenos al volcán humeante. Aang, Katara y Sokka corrieron para advertirles con extrema urgencia del gran peligro que se aproximaba, el chico de la Tribu Agua del Sur levantó la voz para que todos lo escucharan.

-¡Escuchen todos, el volcán hará erupción en cualquier momento! ¡la tía Wu estaba equivocada!-gritó Sokka hacia los aldeanos que estaban cerca de allí, una mujer detuvo su caminar y miró sospechosamente al chico de la Tribu Agua.

-Sí, sí, sabemos bien que no crees en las predicciones de la tía Wu, señor amante de la ciencia y el razonamiento-le dijo la mujer dando un paso adelante pero Katara intervino a tiempo.

-Si no lo escuchan a él, entonces me escucharan a mí. Yo también quiero creer en la tía Wu y sus predicciones tanto como ustedes, pero mi hermano y Aang vieron la lava en el volcán con sus propios ojos-le dijo Katara a la aldeana, al escuchar esto, el hombre de actitud serena vestido de azul se acercó a ellos.

-Bueno, yo escuché las predicciones de tía Wu con mis propios oídos-explicó. Aang saltó al toldo de un edificio cercano, tratando de llamar urgentemente la atención de todos.

-Por favor ¡tienen que escucharnos! ¡todos están en peligro! Y tenemos que salir de aquí cuanto antes, no podemos confiar en las predicciones de tía Wu-todos los aldeanos dejaron de caminar y se voltearon para verlo-¡ustedes son los dueños de su propio destino!-

Otro ruido se escuchó desde el volcán, los aldeanos parecían estar ligeramente alarmados ahora.

-¡Vean eso! ¿acaso su adivinación puede explicar ese sonido?-preguntó Sokka señalando el volcán, el cual estaba listo para entrar en erupción, el humo se elevaba desde la cima en grandes cantidades.

-¿Y puede tu ciencia explicar el por qué llueve?-preguntó un hombre con zapatos rojos en un tono divertido ante los patéticos esfuerzos del guerrero de la Tribu Agua al querer intentar razonar con ellos.

-¡Sí! ¡si puede!

Los aldeanos se alejaron de allí totalmente despreocupados por el volcán, Katara y Sokka se miraron entre ellos, la chica suspiró un poco consternada y desvió la mirada hacia los aldeanos.

-Simplemente, no le harán caso a la razón.

Aang bajó de un salto del toldo para ponerse de pie junto a Katara, tener una actitud positiva ante la situación y de paso pensar en una idea que pudiera ayudar a la aldea a salvarse de la destrucción inminente del volcán.

-¡Pero ellos escucharán a la tía Wu!-le dijo a Katara.

-¡Ese es el problema!-se quejó Sokka.

-Bueno, pero ese problema está a punto de convertirse en nuestra única solución, ahora somos dueños de nuestro propio destino. Primero que nada, tengo que ir a pedirle prestado el libro de lectura de las nubes a tía Wu-dijo Aang corriendo hacia el edificio donde residía la adivina.

Sokka y Katara decidieron ir con él antes de que el joven maestro aire cometiera alguna estupidez, ambos se pararon frente al edificio de tía Wu intentando actuar de manera casual, Sokka fingió sonreír frente a los aldeanos que pasaban, miró hacia arriba a la parte superior del edificio y pudo ver a Aang aparecer sobre el techo junto con Momo y subió al porche, justo donde estaba ubicada la habitación de la anciana, Aang entró y revisó en varios cajones y muebles buscando el libro que hablaba de la lectura de nubes. Momo chilló haciendo saltar al niño quien miró a su amigo lémur volador.

-¡Shhh!-le susurró al animal para que se calle-no queremos que nadie nos escuche-mientras continuaba husmeando, el reflejo de Meng apareció en el espejo que colgaba sobre el tocador. Aang vió su reflejo, se sobresaltó y dio la vuelta. Se puso de pie y Momo se escondió detrás de su espalda-oh, no vi que estabas aquí-le sonrió nerviosamente, avergonzado por haber sido descubierto, Meng lo observó con un semblante triste.

-No te gusto, ¿verdad?-preguntó, su voz se oía desgastada como si fuera un susurro triste.

-Por supuesto que me agradas-la tranquilizó Aang tan amablemente como pudo.

-Sí, pero no de la forma en que tú me gustas-dijo ella con el rostro dolido, el joven nómada aire se dio cuenta de a que se estaba refiriendo.

-Oh, supongo que no-le dijo con un tono de voz ligeramente apagado.

-Está bien-dijo Meng elevando la vista mientras le sonreía con tristeza a Aang-es realmente difícil que te guste alguien pero sin saber siquiera si a él o ella le gustas. Y luego te das cuenta de que no siente lo mismo por ti-

Aang suspiró, desviando la mirada un poco apenado y luego volvió a mirar a Meng.

-De verdad lo siento, pero tengo sentimientos por alguien más-le confesó.

-Sé de quién estás hablando, ella es realmente hermosa-le dijo Meng a Aang refiriéndose a Katara.

-¿Quién?

-Esa chica de la Tribu Agua. Puedo ver porque ella te gusta tanto-le dijo la chica de cabellos trenzados y continuó hablando mientras contaba las cualidades de Katara con sus dedos-es dulce, es una maestra agua y es tan bonita, y su cabello parece ser tan manejable… no como el mío-añadió intentando bajar sus trenzas pero volvieron a quedar elevadas como dos ramas adheridas a su cabeza-¿ves?-

-Oh, ya entiendo, estabas hablando de Katara… sí, ella es muy bonita, no lo niego y puede que tal vez tenga un pequeño enamoramiento por ella pero-admitió Aang al ver que la mirada de Meng bajó un poco-pero no es ella a quien realmente amo, yo tengo… tengo sentimientos por alguien más…-

-¿Y quién es ella? ¿es tan bonita como la chica de la Tribu Agua?-preguntó con curiosidad.

-Bueno…-respondió Aang sintiéndose un poco incómodo-esta persona no es precisamente una chica, más bien es… es un chico-

-Oh, ya veo, es un chico por el que tienes sentimientos. No me es de extrañar que estuvieras evitando todos mis intentos para llamar tu atención, ahora me siento tonta por intentarlo, ya que ahora sé que nunca tendré una oportunidad.

-No te preocupes, Meng. De seguro conocerás a un gran chico que se enamorará completamente de ti, estoy seguro de ello-le dijo Aang animándola, giró sobre sus pasos listo para irse pero se detuvo y desvió la mirada hacia la chica de cabello trenzado-oh, y muchas gracias por tu ayuda-

-¡Espera! ¿no necesitas esto?

Aang bajó la mirada sorprendido cuando Meng le entregó el libro de lecturas de las nubes, revelando que lo había tenido con ella todo el tiempo.

-¿Cómo lo…?-preguntó el joven maestro aire pero ella lo interrumpió.

-Digamos que… te he estado espiando-confesó un poco avergonzada al tiempo que sonreía tímidamente.

-Oh, bueno. Gracias, supongo…-le agradeció Aang antes de usar aire-control para salir por la ventana y aterrizó justo frente a Katara y Sokka-tengo una idea, pero necesitaré la ayuda de Katara ¡rápido! busquemos a Appa, no perdamos más tiempo-

Los tres corrieron en busca de Appa y apenas encontraron al bisonte volador, Katara y Aang no perdieron el tiempo y saltaron para subir en él. Después de eso, ambos levantaron vuelo y se elevaron hacia el cielo escondiéndose entre las nubes, Appa voló a través de las nubes con Aang y Katara en su lomo, el maestro aire tomó el control de las riendas mientras Katara se quedó sentada en la silla de montar, Sokka, por otro lado, se quedó en tierra firme.

-Sabemos que las nubes están hechas de agua y aire, así que, si trabajamos juntos podremos darles la forma que queramos-le dijo Aang mientras observaba el libro de tía Wu.

-Lo encontré ¡el símbolo de una catástrofe volcánica!-le gritó Katara a Aang, dio vuelta el libro pero mantuvo su mano sobre la imagen de la catástrofe volcánica. Ambos levantaron los brazos en sincronía preparándose para darle forma a las nubes, Appa voló por el cielo, se inclinó a un lado y estiró las patas sumergiéndose nubes abajo, Aang y Katara comenzaron a usar agua-control en las nubes para cambiar su forma y volaron hacia arriba, ambos encima de la silla de montar. El bisonte volador emergió por encima de las nubes, Katara se volteó y miró a Aang al tiempo que le regalaba una sonrisa, éste balanceó sus brazos en movimiento circular para dar forma a la siguiente nube usando su aire-control. Acto seguido, los aldeanos miraron hacia arriba en el cielo para ver a las nubes cambiar de forma, Sokka llevó a tía Wu a la pagoda ubicada en el centro de la aldea.

-¡Tía Wu, mire! algo está pasando con las nubes-le informó a la adivina, quien miró con curiosidad.

-Eso es muy extraño. No debería…-observó las nubes cambiar de forma, una sombra cayó sobre su rostro mientras el cielo se oscurecía y de repente, puso una expresión horrorizada-¡no puede ser!-exclamó, una nube que Aang y Katara estaban controlando tomó la forma de una calavera al tiempo que la montaña continuaba emanando humo hacia el cielo. Aang voló sobre Appa para acercarse a la multitud que acababa de formarse en el centro de la aldea.

-Aún podemos salvar a la aldea si actuamos rápido-les dijo señalando a Sokka quien estaba de pie en la pagoda-¡Sokka tiene un plan!-

-La lava fluirá cuesta abajo hasta este lugar, si pudiéramos cavar una abertura lo suficientemente profunda, podríamos crear un canal que dirija toda la lava lejos de la aldea hasta el río-le informó Sokka a la gente de la aldea.

-Si alguno de ustedes es maestro tierra, entonces que venga conmigo-dijo Aang, varios maestros tierra se acercaron y el joven Avatar se fue con ellos-bien, aquí vamos-dijo con confianza. Intentar detener al volcán a pesar de tener la ayuda de los maestros tierra de la aldea no fue un trabajo fácil, y cuando pensaron que no lo lograrían, Aang pudo ver una silueta vestida de negro con una máscara azul con detalles blancos cubriendo su rostro que apareció de repente para ayudarlos ¡era Zuko disfrazado del Espíritu Azul! pero ¿por qué vino a ayudarlos? Antes de que Aang pudiera decir algo, Katara y Sokka se pararon delante de él y se pusieron en posición de ataque, el Espíritu Azul retrocedió unos pasos y se preparó para defenderse-¡esperen, no lo ataquen! es… él es un amigo mío y vino aquí para ayudarnos ¿no es así?-preguntó mirando a Zuko quien solo asintió ligeramente con la cabeza, luego Aang desvió la mirada hacia sus amigos-no le gusta mostrarle su rostro al público-

-¡Gracias por decirlo!-exclamó Sokka-porque si no lo hubieras hecho ¡probablemente lo habríamos matado!-

-No hay tiempo para discutir sobre esto, hay un volcán que detener ahora-les dijo Katara, enseguida reanudaron su tarea de detener la lava del volcán.


Finalmente, luego de una larga hora lograron calmar al volcán que ya no estaba en erupción. La tía Wu y las personas de la aldea junto con el hombre tranquilo vestido de azul se reunieron para ver el espectáculo, con ayuda del fuego-control de Zuko lograron crear una muralla alta y dentada en forma de torres de lava que se enfriaron alrededor de la aldea. Aang se paró frente a la adivina dándole el libro de adivinación de nubes que tomó prestado de su edificio.

-A propósito, tomamos prestado tu libro-le dijo con timidez.

-Así que se han estado metiendo con las nubes ¿verdad?-preguntó tía Wu tomando el libro con un semblante molesto, Katara se sentía culpable y Sokka sonrió y la señaló indicando que ella también participo en la manipulación de las nubes, la adivina solo sonrió divertida-¡eso fue muy astuto!-

-Sin ánimos de ofender, pero espero que esto les sirva de lección para aquellos que dependen tanto de la adivinación-le dijo Sokka a la anciana.

-Pero la tía Wu predijo que la aldea no sería destruida y así fue. Tenía razón, después de todo-comentó el hombre vestido de azul.

-Realmente te detesto-siseó Sokka entre dientes, Katara apareció detrás de él sosteniéndolo de los hombros y llevándoselo lejos de allí.

-Tranquilo, Sokka. Todo va a estar bien-lo tranquilizó.

Aang miró a ambos hermanos sonriendo, comenzó a buscar al Espíritu Azul para agradecerle por ayudarlos a salvar la aldea de la inminente destrucción pero apenas desvió la mirada para hablar con él, éste ya se había ido.

-¿Aang?-el joven maestro aire se sobresaltó al escuchar la voz de Katara llamándolo-¿qué sucede? ¿qué estabas mirando?-

-Oh… uh… no es nada, no te preocupes, Katara-respondió él, Katara simplemente aceptó su respuesta y se alejó caminando de allí, Aang volteó la mirada por última vez con la esperanza de encontrar a Zuko entre la multitud pero eso nunca pasó. Más tarde esa noche, los tres miembros del equipo Avatar estaban durmiendo en la habitación de la casa del aldeano en la que se hospedaban, cuando, de repente, Aang escuchó a alguien entrar por la ventana, se despertó y miró la sombra dentro de la habitación, pero cuando estaba a punto de atacar, pudo notar la máscara del Espíritu Azul iluminada bajo la luz de la luna-¿qué estás haciendo aquí?-Zuko no respondió, colocó algo en la pequeña mesa de la habitación, saltó por la ventana y se alejó corriendo de allí-¡espera! ¡tengo algo que decirte!-

Miro a Katara y Sokka quienes aún estaban durmiendo, saltó por la ventana e intentó alcanzar a Zuko pero éste ya se había internado en el bosque, desapareciendo en la noche. Así que Aang no tuvo otra opción más que regresar a la casa, sintiéndose un poco triste por no poder agradecerle al príncipe por su ayuda y también porque no había podido darle un regalo apropiado para demostrarle cuanto le importaba, pero para cuando llegó a la habitación, pudo ver un pequeño ramo de azucenas panda en la mesa, serían como cuatro o seis de ellas amarradas con un lazo rojo y también vio que tenía una pequeña nota, tomó la nota, la observó detenidamente y la leyó en silencio:

" 阿凡   最後 一個    禮物 (Un regalo para el Avatar y también para el último maestro aire)"


Al día siguiente, el equipo Avatar se levantó temprano y comenzó a empacar sus pocas pertenencias en la silla de montar de Appa, tenían que abandonar esa aldea lo más pronto posible y reanudar su viaje hacia el Polo Norte, Aang estaba terminando de empacar las cosas que llevaba consigo cuando desvió la mirada hacia tía Wu y algo importante se presentó en su mente.

-¿Puedo preguntarle algo, tía Wu?-preguntó el menor.

-Por supuesto, cariño-respondió ella.

-Siempre supo que el volcán iba a entrar en erupción ¿verdad?-le dijo acusadoramente. Tía Wu arqueó una ceja sonriendo con aires de grandeza a Aang.

-Te contaré un pequeño secreto, joven Avatar-dijo ella, cruzando las manos detrás de la espalda-verás, tuve la visión de que un niño vendría a esta aldea y salvaría a su gente de una muerte inminente y ese niño no solo sería el Avatar sino también uno de los últimos maestros aire, a pesar de que los nómadas aire han muerto hace cien años, supe que un maestro aire llegaría aquí, que el volcán pronto se activaría. Así lo que sí, siempre lo supe, no quería decírtelo porque sabía que eso sucedería, tenía que dejar que el destino siguiera su curso. Era tu destino salvar a estas personas, como es tu destino derrotar al Señor del Fuego Ozai-le explicó la adivina a Aang, sonriéndole dulcemente-solo tú tienes el poder para salvar este mundo y restaurar la paz-

Aang correspondió la sonrisa de la anciana agradeciéndole nuevamente por sus consejos y toda su ayuda. Meng lo vio alejarse de la tía Wu de pie junto a Appa, se acercó a ella, quien tímidamente mira al niño, la niña de cabello trenzado jadeó cuando Aang la abrazó repentinamente.

-Gracias por todo, Meng-dijo Aang separándose de Meng y saltó hacia la silla de montar de Appa, mientras Katara tomaba las riendas. Sonrió alegremente a los aldeanos por ultima vez encima de Appa-¡adiós a todos! ¡fue un placer conocerlos!-

-¡Cuídate, Meng!-le dijo Katara saludándola y sonriendo alegremente.

-¡Cuídate tu también!-respondió ella correspondiendo su saludo, Appa se dio la vuelta y levantó vuelo, alejándose de la aldea-adiós, Aang... ojalá tengas suerte tratando de encontrar a tu verdadero amor y espero que él te trate bien-susurró al viento apenas Appa se alejó de la vista de todos.


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