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Divinidad sobre lienzo. por PinkuBurakku

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Notas del fanfic:

 

One shot nacido de la nada, como todas las buenas y locas ideas. Primer aporte de esta pareja, pero no el último. Porque siempre el All x Tony. 

ThunderIron  - Thor Bottom x Tony Top. 

Advertencias: Contenido adulto, fetiches con ropa femenina (Travestismo). One shot largo. 

Historia tambien publicada en Wattpad, con el mismo nombre y usuario. 

PK. 

Notas del capitulo:

 

¡Hola! Reportandome con una actualización a mitad de semana, esta vez para traerles una nueva historia, que surgio gracias a la magia de los memes. 

Agradecimientos a Memes de Loki y Tom Hiddleston. 

Los personajes de MCU no me pertenecen, solo los utilizo sin fines de lucro, para satisfacer mis ansias por escribir. 

Pk. 



    Una obra de arte se aprecia en pequeñas dosis, tomando el tiempo de analizar cada pincelada, cada tono y trazo. Absorbiendo cada curva del pincel, diluyendo en el sistema cada tono de color y los subtonos que lo integran. Desintegrando cada una de sus capas hasta por fin entender toda la composición. Llegando al punto cúspide de la gloria al poder apreciar la obra en conjunto, sabiéndose erudito al entenderla. Así se sentía Tony Stark al apreciar a cierto dios rubio; devorando cada una de sus risas, guiños, movimientos y  respuestas, lo quería todo; cómo piensa, cómo imagina, cómo siente.. Cómo ama, porque para él es imperativo conocer todo de aquel dios, porque su adoración va más allá de niveles antes vistos, porque quiere saberlo todo, hasta los más mínimos y oscuros secretos de este, porque en eso te convierte el amor, en un loco apasionado y obsesionado, queriendo tocar el cielo, porque en realidad, cualquier excusa es buena para indagar en el pasado, presente y posible futuro de dios, incluyéndose en este último. Siempre con la mente dispuesta, los pies en el firmamento y el corazón retumbando en el pecho. 

 Ese era lo que experimentaba Tony cada vez que la voz rasposa del dios del trueno llegaba a su oído, cada vez que este le dedicaba una sonrisa o le guiñaba un ojo de la forma más varonil y coqueta que sólo un ser divino cómo él podía lograr, se había convertido en un idiota enamorado y eso le tenía sin cuidado. Sólo quería absorber cada pequeña parte del dios, en todos los ámbitos posibles y eso por supuesto qué incluida el sexo, el bendito sexo que era su Valhalla en la tierra, un paraíso cambiante a conveniencia de ambos, dónde todo tipo de fetiches, guarradas y exploraciones poco moralistas entraban, con Thor no se tenía que contener - tampoco es como que el Dios se contenía -, podían explayarse en un deseo compartido, en una curiosidad, todo les valía para hundirse en el camino de la exploración mutua. Pocas veces salían mal librados de dicha exploración. 

Al principio lo busco por morbo, Tony podía tener a quién quisiese, a la hora que se le antojase y en el lugar que le valiera la gana, pero nunca había estado con un Dios. Aquellos seres inmortales, divinos y terriblemente bellos, siempre habían sido todo un misterio para él, no acostumbraba a tenerlos en su cama -Como si alguien que no fuese divino pudiera-, principalmente porque no creía en tal cosa como un Dios, pero al verlo llegar a él, se planteó mejor la idea de la mortalidad, la divinidad y toda esa mierda que por años excluyó de su vida, no era para entrar en debates, Tony siempre sería Tony, pero ahora la divinidad se le antojaba más que un café cargado en la mañana. El cabello rubio ondulado, la gran sonrisa y esos pozos azules furiosos, se convirtieron en su delirio al instante que lo vio aterrizar en aquel sombrío bosque buscando  a su hermanito. No lo negaría, se sintió intimidado al principio, él un simple- bastante excéntrico- mortal, contra un Dios, en el mismo lugar de este, respirando su aire; fue simplemente una indescriptible sensación, su ego subió hasta las nubes, incluso porque no, llegó hasta la maldita luna. Luego, esto muto a algo más denso, morboso y sucio.El deseo puro lo recorría cada que veía al rubio pelear, entrenar o simplemente moverse; todos sus perfectos músculos se contraen y expanden al antojo de su portador, el sudor le perlaba el cuerpo y unos pequeños jadeos salían de sus labios cuando se esforzaba de verdad cansado. La primera vez que se dio cuenta de todos esos detalles, terminó empalmado y maturbandose en uno de los baños de la sede, al igual que un hormonal adolescente, pero le valió lo mismo cuando su semen pringo sus dedos junto al nombre ahogado del Dios.  

Eso sólo se repitió en un ciclo vicioso, del cual se encontraba totalmente consumido, uno que para su suerte fue detectado por el asgardiano de sus fantasías;  pasaron apenas un par de meses hasta que esa visión de su cuerpo sudoroso y tensionado por el esfuerzo fuera una realidad en su cama, ese día experimentó la más bestial y excelsa jodida de su vida, siempre recordaria ese día como aquel en que conoció el paraíso y el infierno al mismo tiempo. Como el día en que se volvió un drogadicto y su preciada dosis, era el menear de las caderas de Thor. 

-En qué piensas…- La masculina y grave voz del Dios resonó en su oído, su sonrisa se expandió- … Sólo haces esa sonrisa cuando estas pensando en algo realmente sucio… Y me encanta- Terminó por decir, empujando los pensamientos de Tony hacia un lado, teniendo toda su atención dirigida al rubio. 

-Pienso en lo mucho que me traes loco, ricitos de oro - El genio pronunció en un tono burlón empezando a nueva cuenta el nudo de su corbata olvidado, frente al espejo parecía un verdadero idiota hormonal fantaseando con su crush, el cual para su fortuna, le dedicaba unas cuantas miradas.

Dicho Crush, soltó un potente rugido que pretende ser una carcajada, de verdad amaba a su novio cuando le soltaba tal idioteces, en su mundo, un Dios era tratado diferente, sobretodo el primogénito de Odín y legítimo heredero de Asgard, sin embargo, para su loco científico estos títulos sólo eran adornos después de su nombre, siempre igualandose en el mismo nivel; dos hombres perdidamente enamorados del otro, jodidamente guapos, fuertes e inteligentes- Tony más que Thor, pero el rubio jamás le concedería tal verdad-, divagando reconoció que precisamente por eso se había enamorado del genio, veía más allá de lo que ningún mortal o Dios había logrado ver, incluso se atrevía a decir que el genio tenía su alma en la palma de la mano y regularmente se dedicaba a jugar con ella, teniéndolo siempre a merced, aunque este no notara tal cosa. 

-Estoy seguro de la parte que más te vuelve loco de mí anatomía, Stark... - El tono juguetón de Dios muto a algo mucho más oscuro, llevándose la mano al pantalón de cuero ajustado, enfatizando su entrepierna donde un nada discreto bulto sobresalía. 

El turno para reír a carcajada limpia esta vez fue para el genio, el cual dejando su nudo en el olvido, se acercó al rubio, subiendo en la punta de sus pies para pasar la fina prenda por su cuello, inclinando aún más el cuerpo de su pareja, disminuyendo sus notable diferencia de estaturas. Beso sus labios,tentandolo primero, delineando su carnosa piel con la punta de la lengua, atreviéndose a morder sus hinchados labios antes de probar por fin aquel néctar con sabor a paraíso, el Dios solicitó, no dudo en responder la muestra de coquetería del castaño, pasando ambos brazos por su cadera, acercando aún más a su cuerpo al del contrario, levantando al genio del suelo con soltura en un impulso tosco, de esos que siempre tenía con el millonario cerca. Mordió sus labios y bebió de su saliva, encontrando su propio sabor en ella después de todo el tiempo que sus labios pasaban juntos al día. Sonrió satisfecho cuando el primer gemido salió de los labios de su adorado castaño, era la mejor sinfónica que sus torpes dedos podían lograr. 

-Por Odín a este paso me harán tío… Desde ahora advierto que si el niño sale igual de idiota que Thor, yo mismo me reiré del pobre demonio…- La voz sedosa de Loki llegó hasta los odios de ambos, que sin molestarse en prestarle atención siguieron en lo suyo, hasta que el aire escapó de sus pulmones. 

-Cuernitos, qué sorpresa no tan agradable...Aún no se cómo es qué consigues sortear mí sistema de seguridad sin ser detectado pero prometo que encontrare el error- El agitado genio sin ningún tipo de pudor siguió en lo suyo, probando la piel de la quijada de su novio, sintiendo los dedos de este acercarse peligrosamente a su trasero expuesto bajo uno de sus grandes antebrazos. El dios de las mentiras hizo un gesto parecido al asco sin querer ver más. 

-Parecen dos animales en celo…¿ Qué dicen sí dejan su obsceno juego de intercambio de fluidos y me acompañan?…- Propuso el pelinegro, pero Tony, seguía más al pendiente del rubio y sus labios-... Stark, tengo mas relatos de Thor, hoy toca sus idioteces de la infancia…-Dejó al aire captando enseguida la atención de Stark, que en un suelto movimiento, se separó del ojiazul con una nueva y oscura motivación en los ojos. 

De eso hacía unas largas horas, donde el licor asgardiano había sido repartido entre todo el equipo - en dosis pequeñas para los mortales-, mientras que los dioses tomando con soltura habían igualado el patético aguante de los terranos, pronto todos estuvieron lo suficientemente ebrios para recordar su niñez, contando desde sus aventuras favoritas hasta las estupideces que creían de pequeños, creencias que iban desde el ratón de los dientes, el hada madrina hasta Santa claus. El dios de las mentiras vio la oportunidad perfecta para humillar a su más que ebrio hermano, siempre era para él un placer poner en ridículo su hermano, sabiendo que este se las cobraría tarde o temprano, pero lo valía.Ver sus mejillas rojas apenado, sus balbuceos tratando de justificarse y la manera en que el genio a su lado se descojonaba de risa burlón, era un placer que ni siquiera el trono de Asgard le podía dar. Un increíble y morboso placer. 

- ¿Ya te conté cómo Thor quería ser una valkiria en la infancia?- Preguntó con malicia Loki al castaño a su lado, este aún se estaba riendo de la vez que había apuñalado a Thor después de convertirse en una serpiente. 

Cómo lo espero Stark a su lado detuvo sus carcajadas componiendo la mueca más maliciosa que pudo lleno de curiosidad, las dos características más notables en el genio además de su obvio cerebro y sus innumerables millones. Loki se acomodo mejor sobre el sillón totalmente complacido con la mirada de advertencia que le había dedicado su hermano, sus mejillas empezaban a tornarse de rojo contrastando fuertemente con su duro semblante de macho gallardo; era toda una delicia descomponer a su hermano de tal manera. 

-Así como lo oyes, el idiota de Thor quería ser una Valkiria de pequeño… Es más, incluso cuando nuestra madre le explicó qué sólo las guerreras podrían convertirse en valkirias, Thor siguió insistiendo…- Palabra tras palabra, el rostro del susodicho se ponía en tonos mucho más rojos ante las carcajadas de todo el equipo, se paró en seco totalmente abochornado. 

La risas no cesaron, pero al menos el Dios ya nos las escuchaba. Todos habían tenido su buena dosis de carcajadas a sus expensas, incluso el gran Tony Stark fue ridiculizado cuando contó cómo su gran amor de la infancia era para el Capitán América, y aunque el capitán de la nación se sintió halagado, no bastaron los chistesitos subidos de tono y las carcajadas al imaginar cómo sería ese dúo juntos, desastroso terminó el veredicto final. Por eso, el genio sólo se arrastró detrás de su novio, con la misión de traerlo de nuevo desde el hueco en el cual había enterrado su cabeza lleno de vergüenza. Para tener su porte y ser una masa de músculos andantes, su novio solía tener estos episodios de sensibilidad, extraña pero presente en su rubio amor. Más que acostumbrado a la volubilidad de su pareja, Tony lo siguió hasta el pasillo que daba a su taller, aquel que servía como escapatoria cuando se sentía cohibido y necesitaba escapar, algo compartido con el ojiazul. Lo encontró como lo supuso, con la frente pegada al vidrio blindado de su taller, con los ojos cerrados y su labio inferior atrapado entre sus dientes. El dios nunca sería consciente de que esa imagen era sumamente sexy para el genio. 

-Hey… Se van a acabar nuestra cerveza- Tanteo el terreno él genio, aproximándose al rubio, dejando una de sus curadas manos, sobre uno de los anchos hombros. No hubo respuesta-... Vamos Thor, tienes al hermano más idiota de todas las galaxias existentes… Sólo no le hagas caso… Además me parece muy tierna tu persistencia por convertirte en una Valkiria- Insistió el genio sin darse por vencido, esta vez el dios abrió los ojos, separando su frente del frío vidrio, buscando alguna pieza de burla en la miraba de su novio, pero esta ya había cedido al ver el estado de su rubio. 

-¿En serio piensas que algo como eso es...Tierno?- Preguntó con un nuevo semblante, dejando por completo el vidrio, acercándose a los brazos del genio, el cual se dejó envolver por su pareja, aunque fuese este el que estuviera intentando consolarlo

-No tengas duda de eso amor...Un pequeño Thor queriendo ser Valkiria, te imagino robando un caballo blanco o lo que sea que tienen es ese mundo tuyo, usando una capa azul, totalmente vestido de blanco… Definitivamente tierno- Respondió el genio logrando utilizar su infinita inteligencia para recrear la escena en su cabeza. Definitivamente tierno y puro. 

Thor dejó a su novio divagar en una imagen mental de la que no quería ser partícipe, aunque él fuera el principal protagonista de la misma. Su cabeza por otro lado estaba metida de lleno en los recuerdo, la imagen de su cuerpo robando las capas azules para hacerse un traje, el pegaso que de hecho sí robó, su vestimenta hecha de seda auspiciada por su consentidora madre; todo el espectáculo terminó antes de empezar al enterarse Odín, quién terminó extirpando esas ideas poco normales de la cabeza de su primogénito, nunca llegó a comprender el enojo de su padre; su planeta no era precisamente el epítome de la buena moral y el recato, de hecho era todo lo contrario, incluso los humanos que los veneraban desde los inicios del mundo, eran tan poco moralistas cómo ellos, los jodidos dioses. Nunca comprendió ni comprendería nunca su malestar, la verdad ya poco le importaba. Su inocente deseo, había muerto con los años, hasta este día. Algo dentro de él se removió con el recordatorio de aquel caballo blanco alado, la ajustada vestimenta plateada y la capa azul ondeando al viento, quizás su inocente deseo, nunca fue tan inocente, ni tan deseo. Quizas, solo quizas… Removió esos pensamientos que comenzaban a formarse peligrosamente en su cabeza. Ajustó a su novio aún más entre sus brazos, analizando al castaño ido, quizas… Tony nunca se había negado a nada, otra vez sacudió la cabeza, era una estupidez; quería concentrarse en otras cosas, desviar la atención de ese recuerdo, pero este seguía en su cabeza pidiendo atención, al final se decidió dejarlo libre, después de todo daba igual, mañana Tony ni se acordaria de la conversación, no sí empujaba un poco más de cerveza asgardiana a sus venas. 

-Tony…-Llamó despacio sacando al genio de su atontamiento, enseguida tuvo la atención del héroe-... ¿Qué tal si aquel niño que quería ser Valkiria, ya no fuese tan puro y tierno?- Tanteo el terreno con lo poco coherente que aún bañaba su cabeza debido a tanto alcohol. Enseguida tuvo la completa atención del genio, él cual intentaba analizar a cabalidad sus palabras, buscando el codigo secreto implícito en ellas. Decidió ayudarle un poco más. 

-Qué tal sí… Aquel rubio mocoso, fuera menos rubio, mas musculoso, mas alto… Mucho más...hombre- Pronunció la última palabra con cierto temor, estaba siendo lo más obvio posible sin caer en lo directo, el genio entendió enseguida a pesar del licor corriendo libre por sus sistema. 

Tony, entendiendo a la perfección y sólo pudo limitarse a sonreír estúpidamente, dejando que su mente fuese la transportada a un nuevo universo, donde un Thor ya no tan virginal y puro quería montarse en un pony blanco, ajustarse una capa azul y vestirse como aquella Valkiria que vio una vez en los libros de leyendas nórdicas; su boca salivo ante la imagen que recreaba su cabeza, definitivamente el virginal Thor quedó corto con lo que su mente dibujaba, este Thor era muchísimo mejor, mucho más su estilo; exquisito, sexy y caliente. Se aproximó al dios que esperaba su respuesta impaciente tamborileando sus dedos en su espalda, aunque esta no era una cualidad de dioses, la impaciencia siempre parecía gobernar el cuerpo del contrario. Se empino una segunda vez en el día, alcanzando apenas al cuello de su pareja, agradeció cuando este entendió la indirecta y bajo los centímetros que los separaban, acortando el camino de sus palabras contra su blanca oreja. 

-Sería jodidamente cachondo e ilegalmente follable- Se limitó a decir, sintiendo el estremecimiento en su pareja, satisfecho, dejo un humedo beso sobre el lóbulo de la oreja del rubio, tirando de éste con sus dientes, apenas utilizando fuerza, intentando despejar toda inseguridad en su pareja, después de todo, sólo era un recuerdo de la infancia, puro y divertido, no le hacía daño a nadie, ni siquiera al apenado Thor. 

El Stark volvió a su sitio, tirando de su mano enlazada a la de su pareja, arrastrándolo de nuevo a la reunión, seguramente estos ya habían comenzado con la nueva rondas de cervezas y no se perdería por nada de{ mundo, la explicación de Bartón de porque creía en Santa claus, el rubio lo siguió ya sin pena o remordimiento de por medio, todas sus miedos de la infancia se habían borrado con el alicorado aliento de Tony, sus palabras reconfortaron aún más de lo que pensaba al dios del trueno, y lo que había sido hasta ahora un deseo de la niñez mutilado desde la raíz, ahora fue convertido en necesidad. Tony no lo sabía, pero le había dado a Thor alas para avanzar, dejando atrás todos sus miedo e inseguridades. Listo para lanzarse al acantilado de su obscena cabeza. Aceptando por fin, que sí, quería ser una jodida Valkiria. 

Dos días después del episodio con las cervezas asgardianas, pocos eran los que se acordaban de las estupideces que hicieron esa noche, que acabó cuando los humos se caldearon mucho en aquella sala y la mitad de los que no dormían desperdigados por el salón, se ocultaban en las sombras por algo de privacidad. Fue el caso implícito de Tony y Thor, que después de jugarle varias bromas a Loki por idiota, habían terminado aceptando -al menos Tony- qué quería a Thor como su Valkiria y que transportará su alma hasta el infinito y más allá, una mezcla de referencias que le costaron unas cuantas burlas, misma que habían valido la pena al escuchar la risa floja de Thor. El que no estuvo tan de acuerdo con su velada fue Fury que en cuanto supo de su escapada, los obligó a redoblar las misiones y en menos de dos días, habían hecho al menos doce misiones, las cuales los dejaban mortalmente cansado, cómo justo en ese momento, donde un grupo de cinco superhéroes arrastraban los pies hacia la sala de juntas, dónde tenían que dar un registro detallado de la misión, el éxito de esta y los hallazgos, todo un dolor en el culo que ninguno podía evitar - al igual que recoger el desastre que causaban en la escena de crimen-, al menos casi todos, Thor, se había escapado de sus deberes adjudicando un tema de suma urgencia en Asgard, una total mentira pero qué le sirvió para ausentarse de las labores menos geniales de los héroes. Tony lo maldijo, sobretodo porque ahora estaba solo rodeado de zombies al igual que él, sin ninguna cama de músculos abrazandolo por la espalda, dándole aunque fuese un poco de comodidad en medio de tanto cansancio y fatiga. Ya se enteraría Thor cuando volviera. 

Para su buena fortuna -si es que tenía algo como eso-, la junta terminó antes de lo esperado, con un Capitán América tan cansado que casi recito todo de golpe, liberandolos de horas de tediosa conversación mientras todos se quedaban dormidos sobre las sillas giratorias. Salió corriendo de allí cuando vio a Fury apresurarse hasta su cuerpo con intenciones de retenerlo mucho más tiempo, huyó como una vil rata escabulléndose por los largos pasillos de cristal. Al visualizar la puerta de su habitación casi gimió de gusto, ahora sólo tenía que esperar que el loco príncipe asgardiano llegará, sumándole una nueva decoración nórdica a su jardín, pero que en silencio sabía valía la pena, sólo así, podía ver a su rubio. En su cabeza empezó a divagar de cuándo vendría su pareja y sí le traería donas para disculparse por dejarlo sólo con el trabajo sucio. Su mente estaba tan absorta que no vio la imagen que lo recibía al poner un pie dentro de la recamara que compartía con Thor. Fue tanto su despiste, qué fue precisamente el dios del trueno quién lo sacó de su ensimismamiento. Tony se ahogó al igual que un pez fuera del agua, su mente había dejado de funcionar y dictaba error a sus neuronas. Sin habla total quedó el genio, un grandioso inicio en lo que respectaba a Thor. El rubio, después de mucho pensar y días en qué preparo todo a la perfección, por fin se mostraba delante de Tony, con una nueva exploración bailando de sus dedos desnudos, incitando al genio a seguirle el ritmo. Este, acepto el reto aún sin saberlo. 

-Joder ricitos estas… Maldición Thor…- Las ideas que se hilaban en la cabeza de Tony, morían en sus labios, su lengua parecía trabarse después de dos o tres palabras, limitando su comunicación a eso, pero nadie lo podría culpar, delante de él. Tenía al dios, hecho por fin una Valkiria. 

El rubio portaba un diminuto ¿taparrabos? sólo así lo podría definir, diminuto y holgado, atado con un círculo de plata en la mitad, uniendo los dos pedazos que conformaban el dichoso pedacito de tela, de color azul cernido sobre sus caderas, atado de manera prolija, cubriendo apenas; podía delinear desde su posición cada músculo de los tersos muslos de su pareja, eso sin contar la fina línea de piel que se abría a los costados de las caderas de Thor y bajaban hasta la mitad de muslo dándole más volumen a la tela. Su mirada depredadora subió reptando su cuerpo, las caderas se ensancharon con dos pedazos de armadura dorada unida por un tenso pedazo de plata, delgado y largo, eso era lo único que mantenía la tela y la armadura en su lugar, supuso. Más arriba, la fiesta no acaba, un ajustado corsé plateado con un fino borde bordado, hecho de más puro cuero -suponía-, cubría hasta un poco más arriba de las costillas, dos cadenas colgaban de dos círculos que definen los pezones del Dios -ahora Valkiria-, atando estos en algún lugar oculto en su espalda; dos par de alas se ajustaban a la delgada línea que unía el corsé de su espalda a su pecho gracias a dos broches, Tony tuvo que tragar grueso, sin detenerse en su escrutinio sintiendo el cansancio ceder ante la imperiosa necesidad de embriagarse de la imagen, hasta dibujarla incluso con los ojos cerrados. No se detuvo.

Una capa del mismo azul que el trapo de su pelvis, bailaba desde la espalda de rubio, unida a las alas. Un casco le cubría la mitad de rostro, dejando sólo a la luz su quijada fuerte, en dónde sus labios desgarraban su labio superior, quizás nervioso...Quizás tan caliente como él. Un par de alas salían del susodicho casco, recordando vagamente al primer casco con qué lo vio aterrizar una vez ¡cómo se le veían de bien las alas al Dios!, le recordaban su ascendencia divina. Para culminar todo un par de botas plateadas le cubrían un poco más allá de la rodilla, definiendo todos los músculos en el camino, ataviados de miles de adornos que no se detuvo a ver, su mente ya divagaba con mucha fuerza con quitarlas despacio, lamiendo toda la piel a su alcance, el resto de cosas, poco le presto atención, sólo podía pensar en lo perfecto que se veía Thor ataviado de aquella indumentaria que tan poco dictaba de su fuerte personalidad, pero qué le quedaba de la jodida maravilla. Parecía todo un angel ataviado entre tantas alas; un obsceno, seductor y divino ángel caído postrado delante de él, un humilde mortal que lo arrastraría al más puro y hondo de los libidinosos infiernos, creado por y para la carne, porque ¡oh mierda! su carne sí que estaba temblando en estos momentos, su pene estaba más que duro ante la potente imagen. 

Se acercó sin vacilar, no había tiempo para ello, con todo el cansancio olvidado en un rincón, el envalentonado deseo gobernada sus sentidos desde los más racionales hasta los más primitivos y todos, gritaban al unísono el nombre de Thor. Se deshizo con premura del casco tirándolo lejos, en realidad no importaba; se topó de frente con los azules ojos de Thor, los cuales le miraban fijo detrás de una gruesa capa de maquillaje negro que se regaba por todo la extensión de sus ojos, dándole una mirada más penetrante e intimidante, deliciosamente intimidante, Tony no sabía que podía desfallecer hasta que vio a su amado rubio con aquella mirada. Las piernas le temblaron y fueron los hábiles brazos del ojiazul lo que lo sostuvieron al piso, toda la indumentaria vibro cuando se movió, el tintineo de las cadenas le recorrió la columna vertebral. Jodida mierda. Su cabeza era un hervidero de emociones - ninguna de ellas sanas- sobre cómo proseguir, sentía que sí no tomaba al rubio en ese mismo instante explotaría, pero también quería saborearlo despacio, quitando prenda por prenda hasta obtener el máximo éxtasis al tenerlo completamente desnudo, sin poder decidirse, declinó por  una mezcla de ambas. 

Antes de zambullirse, el rubio lo frenó en seco, buscando en aquellas orbes cafés algo sin palabras ¿Me veo bien? ¿Te gusta? ¿No te parece extraño? Parecía leer a la perfección en los pozos azules del dios, sin embargo no podía responder, no porque no supiera qué decir, sino porque el habla, era una habilidad que había colapsado al verlo de pie contra la cama y esta vestimenta, borro las inseguridades de su novio con un corto beso, en primera porque no creía ser capaz de definir lo perfecto que se veía con palabras, en segunda; porque ninguno de los dos estaban para esas preguntas, él porque dejaría en evidencia el estado casi penoso de excitación en el que se encontraba sin poder controlarse y porque sabía que su Dios, no estaba en condiciones de alejarse ahora por alguna estupidez que saliera de sus labios, en tercera; porque le daba la jodida gana. Quería desgarrarle los labios. Al menos empezar por ahí. 

Empezó a recorrer con su hábil lengua la definida mejilla del Dios, ignorando a priori, los tatuajes en sus estas qué lo hacían ver mucho más nórdico, sí es que eso era posible en la actual situación. Escuchó los suspiros de gusto del rubio, dándole carta blanca para ahogarse en el furioso mar qué escondía su pareja. Los brazos de Thor tomaron nuevamente su lugar en sus caderas, escucho el escudo de madera que portaba caer al piso mientras sus manos en máximo esplendor tocaban bajo la camisa sudada que cargaba encima, quiso estar aseado y a la altura de su obra de arte privada. Desecho la idea enseguida, alguno de los dos tenía que ensuciar al otro. Embarrar de la dulce perversión el cuerpo de ambos, hasta hacerlos revolcar a los dos en el más fino y caliente lodo. Sin perder tiempo atacó los labios de su amado, probando el sabor oxidado de la sangre en ellos, un reflejó sin duda de la apenada alma del rubio, le supo a gloria. Sin detenerse introdujo la lengua en la cavidad de su chico, embriagándose del dulce sabor, succionando la lengua con maestría. Sus manos recorrían el fuerte torso, delineando la poca piel que quedaba al descubierto. Fascinado de lo tersa que estaba, insinuantemente tibia. Jadeo de gusto cuando el dios rompió su camisa para tener acceso a su espalda, colando sus toscos dedos, tocando toda la extensión de piel que apareciera, endureciendo aún más su notable erección, decidió qué no sería él único idiota cachondo aquí. Llevo una de sus manos hasta la entrepierna apenas cubierta del mayor, esta le recibió medio enfurecida, pasó la lengua por sus labios perversamente ante los ojos de Thor, se encargaría de que ese trozo de carne, estuviese listo para él. Porque era imperioso el deseo de ser empalado por aquel contraste de sensualidad en el cual se había convertido su pareja.  

Su hábil mano tomó un ritmo nada suave, subiendo y bajando por toda la extensión del rubio, que con cada segundo tomaba más dureza y se humedece con delicia, quiso lamerla, darle un largo y lento lametón desde la base hasta la hinchada punta rosada, pero se contuvo -por muy poco-, recordando su plan inicial, debía descubrir su magnífica obra antes de entregarse a la locura, como todo un buen pintor. No le dio tregua a sus labios, saboreando cómo la densa saliva tomaba un nivel más de acidez y perversión, cómo le brillaba su propio mentón al haber tanta de ella; el juego húmedo y sucio lo endureció aún más si se podía. Quería estallar y aún no le había dado ni una misera caricia a su entrepierna. 

Decidido a no perder el tiempo en cavilaciones sin sentido, busco el nudo que sujetaba el pedacito de tela que le ocultaba la deliciosa perfección de su novio, tiró de varias partes sin hallar el comando adecuado, escuchó la risita del Dios y le mordió los labios con fuerza contenida en respuesta. Thor colo la mano en medio de sus cuerpos, soltando con una habilidad abrumadora la tela con una sola mano; la armadura, el cuero y la tela cayeron a sus pies junto a los restos de su camisa. Mordió sus labios de gusto, sus pupilas se tiñeron de un peligroso café oscuro, muy oscuro. Thor por su lado, analizaba al animal qué había soltado, satisfecho qué tan poco de su piel, orillara a tal estado de alteración al midgardiano; con soltura y sensualidad, siguió probando su suerte situándose sobre el colchón, abriendo las piernas con algo de descaro y la cara roja, tanteando el acero que recubre sus piernas y con agilidad las dos botas terminaron sobre el suelo.Tony se volvió a acercar, esta vez atacando con sus dientes la piel de su cuello, mientras sus dedos se deslizaban por su corsé despacio, erizando la piel que tocan, arrancó los botones que cernían la capa en su espalda, jadeo con intensidad y orgullo, lo necesitaba vuelto una bestia para lo que seguía, su bestia personal, lujuriosa y necesitaba cómo empezaba a estar él. 

Le hizo frente sabiendo de sobra cómo le encantaba al genio aquel juego previo de seducción innata, uno que él mismo aprendió a jugar y encontraba increíblemente morboso, Tony exige nuevamente sus labios, empujando su cuerpo contra el colchón hasta que su espalda esté en completa sintonía con este, el genio se sube a gatas sobre él, trepando al igual que un felino, dónde él era su presa; me removió abochornado por pensarse de esta manera, inadmisible mente sucia, casi humillante, pero increíblemente lo tenía jadeando. El hambre del castaño comenzaba a devorarlo aunque no hubiese tocado más allá de su dura erección; Tony sin alguna pena, se abrió los pantalones, condenando el zipper que se rompió ante tanta fuerza, su falo completamente erguido salto sobre la ropa interior, irguiéndose para orgullo de su portador; hinchado y escurriendo. No se amedrento, tomó la tela de los pantalones de Tony y jalo con un poco de fuera, estos cedieron en pequeñas trizas sobre la cama, le encantaba desnudarlo de aquella manera tan basta y tosca. El héroe gimió complacido, frotando con ahínco su redondo culo sobre los duros abdominales de Thor, sus caderas fueron sostenidas con fuerza, incitandolo a llenarlo de todos aquellos densos fluidos que goteaban desde su duro pene, manchando la entrada del genio y el cuerpo debajo de él. Thor intentaba tomar aire mientras pensaba cómo demonios le iba a pedir lo siguiente a su castaño, ya podía notar lo que tramaba el genio y aunque quisiera joderlo hasta la saciedad, hoy, quería sentirse lleno por la gran polla del millonario. 

Tony tomó uno de sus brazos, delineando la joyería de estos con la punta de su lengua, sumamente despacio, quitando todo lo que ocultaba la piel de esta zona; dibujando con gula las venas que se alzaban en sus brazos, por el esfuerzo que hacía en contenerse y no perder la cabeza, pensando cómo conseguía bajar al genio de su abdomen y que se situará entre sus piernas; su erección dio un brinco contra la espalda del millonario al sentir cómo los dientes de este se cerraban con fuerza sobre la parte superior de su brazo, tirando del músculo, chupando la piel sensible después de tal ataque. Su mano libre tembló contra la piel del castaño. Sintió cómo terminada su labor el genio tomó su otro brazo, despojando de cualquier impedimento que permite que bebiera de su piel rojiza por tanto roce. Cuando la hábil lengua ahora se posaba sobre la manzana en medio de su cuello, sus dedos tiraron de su nuca. Elevando su cuerpo para chupar con más ahínco la piel sensible. 

Supuso un pequeño descanso cuando el genio acabo de martirizarlo con aquella húmeda lengua que se cargaba, bajando por propia voluntad de su cuerpo, respiro un segundo antes de sentir cómo el genio removía los cajones de la mesa de noche aledaña a la cama, buscando sin lugar a dudas el lubricante para lo que seguía. Vio su oportunidad cuando el millonario se detuvo delante suyo, completamente estático; con el bote de lubricante y una mirada increíblemente orgullosa. Con sólo el corsé puesto y algo de pena tiñendo sus mejillas dejó que el lobo sediento en qué se había convertido su novio, lo recorriera, analizando en silencio su cuerpo, la obra que había hecho de su piel roja y perlada por el sudor. Abrió más las piernas con la espalda casi por completo sobre la cama, era momento de dar el siguiente paso antes de que su novio se le adelantara, lo incito a acercarse nuevamente, sintiendo sus carnosos glúteos rozarse descaradamente contra la palpitante erección de Tony, lo envolvió con las piernas y se acercó a su oído. Tomó aire para lo que iba a salir de sus labios, después de todo, no todos los días le pides al genio más grande del mundo midgardiano qué te folle como un animal. 

-Quiero que me jodas al igual que un demente...Hasta que te proclames mí maldito Dios- Era oficial, a pesar de la vergüenza, Thor había perdido la cabeza en la locura, el asunto con las Valkirias, había llegado a la cúspide de su divino deseo. 

Tony se removió sobre su abdomen, despegando su pecho sudado del contrario. Dejó olvidado el bote, ajustando las manos a los trabajados muslos de Thor y gimió encantando, pocas veces habían cambiado de posiciones y todas ellas las recordaba con infinita intensidad, cada una mejor que las demás; hoy, coronaria todas esas veces, se follaria tan bien a Thor, qué lo haría sumirse en las lágrimas de placer. Justo así. Lo quería llorando y suplicando porque se lo follara como una bestia. Con su plan trazado en la cabeza, bajo su mano hasta el abdomen lleno de músculos del dios, deslizando la yema de sus dedos sobre la piel perlada, recorriendo despacio el trozo de piel blanca que quedaba a la vista, subiendo despacio por el corsé, enredando los dedos en los finos hilos de oro; la cadena que única los dos pezones de su pareja bailó contra sus dígitos y ante la mirada de Thor, tiro de estos con fuerza, la presión en el cuerpo del rubio no fue basta, al contrario, su piel dio un tirón estimulante, levantando la parte superior de su pecho de la cama; Tony envolvió en un puño la cadena, asegurándose de no romperla, sujetando bien a su deliciosa Valkiria, le devoró los labios con demencia. 

Las posiciones pronto cambiaron a pesar de la diferencia de tamaños y fuerza, ahora Tony estaba con la espalda recostada sobre la cama; Thor encima de sus caderas bailaba al son que las nalgadas en su fuerte trasero le dictaban, Tony se las había arreglado para morder toda la tela que cubría sus pezones, humedeciendo el cuero qué empapado se pegaba demasiado a su piel, la raposa tela, le acariciaba la sensible piel hasta erguir aquello dos botones rosaceo en dos duras montañas, siempre dispuesta a recibir otra más de las mordidas del millonario.Tony ahora sin duda enloquecido , susurraba obscenidades sobre su oído, bastante metido en su papel de Dios. Una nueva nalgada surcó el aire, logrando que diera un saltito más, sobre la dura erección de Tony, la cual sólo chorreaba en su entrada, aún sin entrar. Torturándolos a ambos en un masoquista juego, que sólo incita más al rubio, seduciendolo a empalar su agujero en la dureza de Tony. De verdad lo necesita. Dos dedos de Thor descansaban dentro de sus entrada húmeda gracias al lubricante que fue extendido por los propios dedos del genio, antes de que este le diera la orden explicita qué se abriera para él, el deseo brillaba de los cafés ojos de Tony, qué no se perdía ninguna de sus expresiones. 

-Lindura… Tendrás que convencerme de verdad sí quieres que te deje montarme, Yo no soy ese caballito alado que frecuentas, soy todo un semental iracundo… Mueve ese delicioso culo con…- Las palabras de Tony murieron en su garganta cuando sin previo aviso Thor se sentó sobre su cadera sacando de un tirón los dedos de su entrada, sus testículos sonaron sordos contra la piel de sus nalgas. 

-Te enseñaré cómo se monta ese caballito alado- Dictaminó sobre sus labios, sin amedrentar sus movimiento, aún con el leve dolor de la penetración dura, forzó el primer meneo; dejó las manos sobre el pecho de Tony y tomó impulso para bajar nuevamente, sólo fueron un par de centímetros, unos increíbles centímetros. 

Las inverosímiles habilidades de Thor fueron puestas a prueba y cómo todo un guerrero aceptó el reto; los pequeños saltos que daba sobre la cadera de Tony, los enloquecieron a ambos, el genio sólo le limitaba a tomar la cintura del rubio, intentando no desfallecer por lo bien que se sentía el estrecho y caliente interior de su pareja, incitando a Thor con todas las palabras sucias que se le ocurrían, logrando que el señor del rayo, literalmente cabalgue su polla con ahínco y desesperación; su interior devoraba cada centímetro de su verga, dándole solo unos segundos de respiro cuando subía nuevamente para empalarse, una deliciosa angustia se acumulo en la parte baja de su abdomen. El reconocimiento de que esto iba a terminar más rápido de lo que pensó lo azotó, miró su obra de arte personal, al ojiazul se le había corrido todo el maquillaje que traía encima, dándole un aspecto más desordenado y sucio, justo cómo le encantaba. Estaba tocando la divinidad - literalmente-, pero su pequeño paraíso fue interrumpido gracias al rubio qué se detuvo con toda su anatomía aún dentro de su cuerpo. Protesto con un puchero, un par de lágrimas saltaron a sus ojos, casi se había corrido.  

- Al parecer el iracundo semental esta domado…- Se rió el Dios al ver el rostro contrariado del genio-...Tony, follame como el animal que eres- Ordenó moviendo las caderas en círculos, aún con el genio dentro. 

-Thor...Podría lastimarte- Le advirtió, aunque ya se hacía dueño de su gran y trabajado culo, encajando los dedos en el con ahínco. 

-Soy un guerrero...- Le dijo orgulloso y el rostro empapado de sudor -...Una guerrera- Pronuncio mucho más bajo al ver el corsé aún puesto en su lugar. Su rostro volvió a tornarse en un rojo vivo, eso fue todo lo que necesito Tony para ceder a sus más bajos instintos. 

El sudor, el maquillaje corrido del dios que caía en densas lágrimas negras por sus mejillas, su cabello desordenado, sus labios hinchados, la piel irritada por sus constantes mordidas; todo gritaba un vicioso placer del cual nunca se supo consumido hasta que este le tocó las fibras sensibles de la polla, cómo en este caso. Totalmente ido entre los jadeos incitantes del rubio y respirando con dificultad, pego lo que más podía la espalda contra el colchón, flexionando las piernas; sonrió cuando el otro entendió lo que venía, se impulsó con las manos bien aferrada a su trasero, empezando el verdadero delirio de ambos; los golpeteos tomaron un nuevo ritmo mucho más rápido, los dedos se encajaron con más fuerza en la blanca piel de su pareja cuando entraba hasta el extremo que su cuerpo le permitía, saliendo casi un segundo después para volver a entrar; Thor encajo sus dedos con fuerza en los brazos del millonario y echó la cabeza hacia atrás, se sentía en el mismo paraíso. En su paraíso personal lleno de Tony. 

La arremetidas siguieron su ritmo inhumado, en el cual colaboraba activamente chocando su culo contra la cadera del más joven acortando aún más el espacio que permanecían separados entre embestida y embestida, sentía su cuerpo cosquillear de manera exagerada, desde la punta de sus rubios cabellos hasta la punta de sus pies; la anatomía de Tony llegaba a puntos increíblemente sensibles, rozando desde el punto cero su próstata, mandando con cada penetración una descarga de placer a sus sentidos terriblemente infectados de deseo. Tony se había convertido en su jodido Dios; ya podía sentir el orgasmo rozando la punta de sus dedos, sólo necesitaba un poco más y se derramará sobre el abdomen de Tony, entre berridos y el nombre del genio. Por eso, se ahogó con sus propia lengua cuando el orgamo quedo atascado a medio camino, le gruño al castaño por detenerse. 

-Vamos mi hermosa Valkiria… Lleva mi alma al Valhalla- Canturreo Tony al aire, entre jadeos ahogados de placer, Thor sonrió con suficiencia al saber que Tony estaba en una situación similar a la suya. Habiéndose servido como quiso del millonario, era hora de por fin tener su alma. 

Soltó los brazos de Tony, incorporándose derecho sobre la pelvis de su genio, suspirando de puro gusto al sentir todavía la erección expandiendo su interior. Sin bajar ni un segundo el libido de ambos; se alzó sobre la parte delantera de sus pies, elevando su cuerpo lo justo para poder sacar con un movimiento limpio de cadera la erección del castaño, volviendo a bajar de golpe, disfrutando del cambio de ángulo del falo de Tony en su interior; suspiro extasiado, sosteniéndose de los hombros del genio que se ofreció en silencio como soporte, empezando de verdad a cabalgar sobre el midgardiano, empalandose con furia, escuchando los gritos de Tony, su nombre resonaba en cada uno de ellos al introducirse hasta la base su pene, sintiendo que no iba a durar mucho así; simplemente su cuerpo hipersensible sólo apuraba la leche por sus bolas. Sólo un par de embestidas más fueron necesitaría para tocar la cúspide de su corrompida locura. El sucio juego, había explotado en sus abdómenes, qué al unísono se habían entregado a la dulce agonía de un orgasmo bestial, el cual consumió su energía al igual que el fuego consumió un fósforo. 

El rubio cayó sobre el cuerpo del genio, sin importarle lo más mínimo sí lo aplastaba, no debía irse delicado con el héroe, ya había probado que este tenía un temple y resistencia única, la brutal follada que le acaba de dar era prueba de ello. Espero escasos segundos, respirando al igual que una tormenta sobre la cabeza de su castaño, el cual repartía besos humedos con lengua incluida por su piel bañada en sudor, aspirando el aire de su piel para poder respirar, delineando con lentitud su clavícula; un delicioso escalofrío le recorrió la piel. Se sentía tan bien, que de no haber tenido un orgasmo tan fuerte, su erección se erguirá con gusto al sentir esta sedosa lengua por su cuerpo. 

Se concentró en ese pedazo de carne de su castaño, dejando que fuese esta la que logre compensar su respirar, pasando de un tronar furioso a un susurro lento y apaciguado. Cerró los ojos completamente lleno, su corazón latió a nueva cuenta agitado, pero ahora gracias a un sentimiento tibio que le llenaba el pecho; cuando la loca idea de cumplir su deseo escondido de la infancia lo azoto, no pensó que terminara de aquella magnífica manera, lo intuyo claro, pero no llegó a creer que fuera tan espléndido el resultado, definitivamente Stark era todo lo que necesitaba; con la vena cursi activada en su cuerpo, se permitió ser acunado por el cuerpo del castaño, que ahora reparte pequeñas caricias sobre el final de su espalda y cadera, aún lo podía sentir dentro de sí mismo, aumentando aquella conexión de unión entre ambos. Durante siglos busco aquella perdurable armonía, esta complementación y estaba seguro, que lo había encontrado sin lugar a dudas. Tony era su todo. Lo amaba tanto, cómo sabía lo amaba el castaño. Su sonrisa se volvió gigante ante aquel para nada nuevo descubrimiento. Comenzaba a sentir cómo sus sentidos se adormecen entre tanto pensamiento amoroso. 

-No se duerma señor del trueno, esto apenas comienza- Prometió contra la piel del rubio, aunque sus palabras salían algo lentas y pastosas de su cuerpo, contrarrestando el fuego qué quería bañara sus venas nuevamente. 

Ya sin la adrenalina de la lujuria martillando en sus venas, el cansancio volvió y multiplicado, pero no quería ceder y dormirse, no quería descansar; deseaba volver de cabeza a la locura, hasta hastiarse de la piel de su rubio - como si eso fuera apenas impensable-, quería qué Thor, el poderoso príncipe de Asgard, se lo follara con aquel traje de Valkiria. 

No sabía qué tenía una inclinación por el travestismo hasta ese día y su recién descubierto fetiche, ahora, se planteaba la idea de miles disfraces, telas y tonos que le quedarían bien al rubio y con todos ellos quería ser follado y follar; se había convertido en un maldito depravado, uno bastante feliz si le preguntaban. Consumido por un placer tan mundano con un ser tan divino, la dulce ironía gobernaba aquel magnífico encuentro, y supo que una nueva obsesión se aproximaba, una que sería explorada hasta la extenuación ¿porque no? hasta él se vestiría con encaje sí así se lo pedía Thor, y no se sentía humillado o enfermo por eso, sólo lograba agrupar una gran cantidad de excitación que ya le bañaba las entrañas resentidas por la poco diversión que esta parte de su anatomía había recibido; estaba decidido a equilibrar la balanza. Aprovechando la cercanía de su novio, dio un giro hábil, situándose sobre las caderas del dios, frotando con descaro sobre su pene dormido, sintiendo cómo este empezaba a dar los primeros saltitos encantado con el calor que comenzaba a envolverlo, era su turno de ser follado por una Valkiria, sonaba jodidamente inmoral; le sonrió a su chico, largo y amplio siendo correspondido. Era la obra de arte más perfecta que había tenido jamás en sus hábiles manos, una de la cual ahora conocía otra pincelada que la conformaba. El inmenso retrato empezaba a tener menos espacios en blanco y el por ahora estaba satisfecho con los tonos descubiertos. Definitivamente, invitaria más seguido a la sede a su cuñadito



 

Notas finales:

Gracias por leerme hasta aquí, espero les haya gustado. Hasta la próxima locura. 

Pk. 


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