Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estrellas y galaxias por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ~

 Aunque este parece el final, aun queda un pequeño extra, asi que espero disfruten mucho con este capítulo.

Eris está esperando en la entrada de su casa. Me prestaron el auto para pasar por él, y esta vez no me atreví a sugerir un punto medio. Me detengo y bajo el cristal.


—  vaya,  de verdad sabes conducir ¿vas a pisar el acelerador en lugar del freno y chocar?— se inclina por la ventanilla para mirar.


— si no he chocado cuando venia hacia aquí no lo hare ahora. Te llevare a salvo— abre la puerta y entra. Nunca he preguntado si le tiene miedo a subirse a los autos con lo del accidente de su papá, como con la lluvia— mamá preparo solo platillos vegetarianos, quizá mis hermanos hagan comentarios sobre eso.


— Oh, no tenía porque hacerlo. Estoy acostumbrado a que otros coman carne en la mesa también. No me molesta.


— no sé cómo le diría eso, se que ella igual nos hará comer lo mismo a todos— doy la vuelta en la calle— y por eso mis hermanos se estarán quejando.


— oh.


— y mi padre solo parece estar enojado, pero no lo está, así que no tienes que preocuparte por eso.


— ¿estás nervioso?  


— no— la verdad es que si estoy muy nervioso ¿Cómo voy a hacer esto? vale que invitarle a casa es genial y no es el problema, el problema es que mi familia estará allí y me pondré más nervioso— es solo que no quiero que me avergüencen— Eris se ríe.


—  ¿tu familia lo haría?    


— Mis hermanos  tal vez— lo peor es que se que no lo harían si André no hubiera comenzado con esos comentarios en el auto.


— suena divertido.


— Oh, lo es, pero para ellos. Yo no lo encuentro divertido.


— Estuve pensando en la lluvia de meteoros.  Será un poco tarde y creo que no alcanzaríamos a verlo como quiero así que podríamos quedarnos a dormir, acampar allá.


— eso es genial. Nunca he visto una lluvia de meteoros. Siempre quise verla desde el patio de la casa, no sabía que había mucha luz y que son muy tarde— pasar la noche en el campo preparados será mejor que la otra vez, espero.


— lo mejor es estar lejos de  la luz artificial. Tengo una casa de campaña que podría servirnos si quieres quedarte.


— si quiero.


— ¡Genial!


—  llevare pizza otra vez, sodas y dulces.


— deja que yo compre las sodas. Podemos ir a comprar las cosas antes de ir y llevar más cosas.


—  eso suena bien ¿Cuándo será?


— umm, son varios días, pero aun no estoy seguro de cual sería mejor ¿Sabías que hace unos años se podían ver muchos más meteoros? Pero el cometa que dejaba los restos de las perseidas dejo de aparecer, entonces no hay tantos restos para crear las mismas lluvias de meteros que hace unos años.


— No lo sabía— cada vez me sorprende la cantidad de información sobre el universo que Eris suelta como “Datos curiosos”. Cuando pienso que no hay más, siempre hay un dato más— antes dijiste que no habría eclipses pronto ¿podremos ver alguno?


— a finales de año, creo.


— bueno, falta mucho para eso. Es una pena que no podamos ver estrellas durante el día


— el sol también es una estrella.


— ¿la película?


— No, estoy… arg, eso es, el sol es una estrella.


— Oh, pero el sol es el sol.


— una estrella ¿No estabas poniendo atención en el planetario?


— algunas cosas sí— me concentro en conducir, no queda mucho para llegar, en auto queda mucho más cerca de lo que esperaba además de que no hay tráfico. Entramos a la calle de mi casa, y por un momento quiero seguir de largo e ir a otro lado. Me detengo y apago el auto— llegamos.


— tiene un bonito jardín.


— le pagan a un jardinero para que venga a cuidarlo— con los trabajos que tienen, mis padres no tienen tiempo para cuidar un jardín. Eris se ríe, creo que no es un buen comentario lo que dije— eh…—  Eris ya se bajo del auto. Me apresuro a bajarme y poner la alarma. La puerta de mi casa está frente a nosotros, y soy el primero en caminar. Nos recibe el olor al ambientador frutal que le gusta a mamá, y a comida. No hay nadie en la sala.


— ¿Ian?


— llegamos.


— Está  cuidando que la comida no se queme— la voz de André me asusta, porque no lo veo. Le encuentro sentando en la escalera, mirándonos.  La puerta de la cocina se abre, y mamá sale. Nos saluda rápidamente y regresa a la cocina— papá llegara para la hora de la comida.


— Bien… vamos, te mostrare mi habitación— pasamos junto a André, quien ahora esta embobado en su consola portátil— que nos llamen cuando este la comida— le digo, aunque al final será mamá quien nos llame.


— Sí, sí.


— tu casa es… diferente.


— ¿esperabas algo?


— no lo sé... creo que esperaba que fuera más fría. Es bastante cálida— sé que no está hablando de la temperatura— Tu mamá parece ser muy amable, eso sí me sorprendió. Con lo que me contaste que paso, no esperaría que alguien como ella reaccionara así.  Ah, lo siento, no es... No quiero ser descortés.


— no lo eres. Yo también estuve sorprendido, o sea, sabía que no sería fácil pero lo que paso fue… desagradable. Desde que hablamos, se ha comportado así, tal vez un poco más amable que antes.


— eso es bueno. Tu ventana es muy pequeña.


— No todos podemos tener un balcón en la habitación— le veo dar una mirada a mi habitación: Al mueble donde tengo mi ropa, la cama, el escritorio con mi computadora y a la colección de autos de juguete que tengo en una repisa— Venían de colección en una revista. Solo la compraba porque me gustaban los autos.


— ¿Te gustan los autos todavía?


— solo observarlos. Conozco algunos detalles de cómo repararlos, trabaje en un taller un verano— Eris se acuesta en la cama con toda la confianza del mundo.


— interesante. No sé mucho de autos, Víctor me quiere enseñar a conducir pero no ha tenido tiempo. Creo que sería útil, podría llevar a mamá a los lugares de las fiestas  o pasar a recoger a Lorelei de la escuela. Y podría pedir un auto de cumpleaños.


— yo podría enseñarte.


— ¿en serio?


— Sí.


— eso me gustaría mucho— hasta que nos llama mi mamá, le muestro algunos autos, sobre caballos de fuerza y cuales son mejores para un primer auto.


André ya está sentado en la mesa, me siento frente a él, seguido de Eris. La comida ya está en la mesa y escucho la voz de mi padre en la cocina. Los pasos de Jesse bajando las escaleras y en fin, todo normal hasta ahora. Cuando entra mi padre, se queda mirándonos mucho tiempo, me hace recordar esa noche, aunque ahora estamos en una comida y ellos insistieron para que le trajera.


— él es mi amigo, Eris— digo, para intentar romper la tensión ¿o solo yo la siento?


— Hola. Gracias por invitarme.


— Oh, no es más que un agradecimiento por cuidar de Ian— mamá interviene, trayendo una jarra de agua.


— no fue nada.


— ¿Podemos comer ya?


— André, no seas impaciente— por la expresión que tiene Eris no me sorprendería que él sea el próximo en preguntar, por suerte mi mamá nos deja servirnos. Para ser una comida vegetariana mi mamá hace que no lo parezca.


—Y entonces ¿tus padres trabajan?— mi papá es quien le pregunta a Eris.


— Mamá trabaja organizando fiestas. Tiene un local en el centro. Víctor es maestro de secundaria. Él es mi padrastro— parece incomodo con esa palabra, pero o nadie lo nota o no quieren preguntar al respecto, ese es uno de esos temas que es mejor no presionar mucho. Hablamos de las clases, de las vacaciones, partidos de futbol y en sí, una comida normal si no fuera por los regaños que recibí de mi mamá por tirar el vaso de agua, voltear la ensaladera y casi tirarme encima un plato de sopa.


André ha llevado los platos sucios y los ha puesto a lavar en la maquina. Jesse ha puesto una de esas películas de perros que la hacen llorar cada cinco minutos, pero estoy muy lleno para sugerir otra cosa y Eris se ha quedado en el sofá.


— ¿Te gustan estas películas?


— a veces. Me gustan las películas animadas, después de verlas varias veces con Lorelei. También me gustan las películas movidas, ya sabes, muchos golpes, disparos y cosas así.


— Podríamos ir al cine, ver algo…— me quedo callado cuando noto las miradas de mis hermanos.  Ay, por favor ¿Por qué? Finjo seguir viendo la película, pero ellos no tardan ni diez minutos en comenzar a hacerle preguntas a Eris. Color favorito, comida favorita, lugares a los que ha viajado, qué planes tiene para cuando se gradué, como se lleva con sus padres… en fin, este es mas el interrogatorio que esperaba, y aunque Eris parece confundido responde a todas.


— ¿Sabes cocinar?


— no, solo se recalentar la comida que me dejan.


— oh, entonces dejaras que tu pareja cocine— Jesse me dirige una mirada de burla. Calma, no le arrojes el cojín, no le arrojes el cojín.


— ¿Eres gay?


— ¡André!— se me escapa una especie de chillido raro. No puede solo preguntarle así.


— No lo soy— no sé que es peor: Que preguntaran o que respondiera. Era algo que no quería saber, no aun, porque aun estoy asimilando el hecho de que Eris me gusta, que probablemente me he enamorado de él.  Mis hermanos dejan de hacer preguntas, más aún porque mis padres llegan. Mi hermana llora un par de veces, la película termina y André insiste hasta que nos ponemos a jugar Adivina quién soy.  Yo no estoy feliz, casi no me puedo concentrar y todo me pasa como si no estuviera aquí, a pesar de escuchar esa vocecita que me dice “Idiota, aprovecha el tiempo”


— ¿Eris?


— Ya tengo que irme— Eris me mira.


— ¿Tan pronto? ¿Irán a ver las estrellas?— es mi mamá quien pregunta.


— No, hoy no podre. Es la noche especial de mamá y Víctor y me toca cuidar de Lorelei. La niñera no pudo ir hoy.


— Te llevare a casa— nos levantamos, y dejo que Eris se despida de todos. Afuera apenas está empezando a oscurecer. Caminamos hasta el auto y…— Maldición.


— ¿Qué?


— Espera aquí, olvide las llaves— las risas de Eris me siguen todo el camino a casa, que vergüenza. Mamá ya no está, tampoco André— olvide las llaves— digo, pasando de largo por la sala hasta el mueble donde está el plato donde dejamos las llaves.


— El parece agradable. Él me agrada, no como tu otro amigo— la cara me arde.


— papá, él no es esa clase de amigo— Y ni siquiera será posible ser más que amigos. Tomo las llaves y regreso a la puerta, solo que Jesse me detiene, siento sus uñas arañándome el brazo— ¿Qué?


— Ay, Ian, eres tan fácil de leer. Te gusta mucho— no le respondo, no sabía que era tan evidente ¿él se dio cuenta también?— si no tienes cuidado, te descubrirá. O tal vez quieras que lo haga— me da unas palmadas en el brazo y me suelta— te está esperando— tiene razón. Eris aun esta esperándome junto al auto. Me apresuro a abrir y luego comienzo a conducir. En cada alto, le miro de reojo ¿lo sabe? No estoy seguro de que lo sepa, porque ni siquiera yo lo sabía. ¿Cuándo paso? ¿En qué momento? por más que lo pienso, no puedo recordarlo, quizá desde que me encontró rodando en la colina, o cuando me quede en su casa… se que en el momento que me dejo llorar junto a él, cuando me dijo que el caos era bueno también, yo nunca quise tanto a alguien como en ese momento. Tal vez ese momento…


— Ian, ya está en verde— eh, ah, el semáforo. Es el último semáforo antes de llegar a su casa— me alegra mucho que los problemas con tu familia se arreglaran, todos son buenas personas. Lo pase bien hoy.


— Es bueno escucharlo, pero si te molestaron no me molestare por escucharlo— él se ríe,  yo no quiero ser cursi, pero cada que le veo reír es como si todo se iluminara. Todo es más brillante y los problemas parecen pequeños. Me detengo en su casa y apago el motor— te esperare mañana  en el campo. Habrá una buena vista de algunas galaxias y nebulosas. Y es posible  que veamos meteoros.


— Estrellas fugaces— le veo poner los ojos en blanco y abre la puerta.


— te mostrare una estrella doble.


— ¿estrella doble?


— La segunda estrella a la derecha— baja del auto, yo no entiendo eso de la segunda estrella, pero si entiendo que nos veremos mañana de nuevo y eso me basta. Me despido con la mano, y en lo que vuelvo a encender el motor, veo como entra a su casa. No lo sabe, Eris no se ha dado cuenta de mis sentimientos porque es el chico con los pies en la tierra y la cabeza en el universo.


 


********************


Los días me pasan entre disfrutar las noches viendo las estrellas y mortificarme en silencio.  A decir verdad no me molesta mucho eso último y es más un pequeño drama. Puedo vivir con estos sentimientos, y no necesito nada más que ver las estrellas a su lado.


— ¿estás seguro que no quieres llevar el auto?


—  Sí, estaremos bien con las bicicletas, el camino no es bueno para el auto— además tendría que usar la luz de los faros para ir por el camino y eso no le gustara a Eris.


—  ¿es seguro ir allá? ¿No hay serpientes?


— nunca he visto una. No pronosticaron lluvias y Eris llevara una casa de campaña. Solo llevare una almohada y pasaremos a comprar cosas antes de irnos— Jesse me observa meter las cosas a una mochila. Mamá tiene turno hoy y llegara tarde,  papá tiene una cena de negocios, solo estamos nosotros por ahora.


— ¿Qué hay de lo otro?


— ¿de qué hablas?


— No te hagas tonto— suspiro, y solo escuchamos el cierre de la mochila.


— No es nada importante. Ya lo escuchaste, aunque me guste a él no le gustan los chicos y perdería mucho si ya no quiere verme— Jesse suspira.


—  Pero te gusta— Me encojo de hombros y me cuelgo la mochila.


— Nos vemos mañana.


— Pídeselo a una estrella fugaz.


— Ni siquiera son estrellas. Son meteoros.


— meteoros fugaces no suena bien— ah, sabía que no era el único que pensaba eso. Me rio y levanto la mano a modo de despedida— Entonces pídeselo al universo, es más grande y podría escuchar mejor—  casi puedo escuchar a Eris diciendo algo como que universo solo son materiales flotando en materia oscura y respondiendo a las leyes de gravedad— Si no haces nada no pasara nada— grita cuando salgo de mi habitación.


Me encuentro con Eris en la misma parada que nos vemos siempre. Esta tan emocionado que no para de hablar sobre perseidas y meteoros. Cualquiera pensaría que me aburriría escuchándolo, pero la verdad es que no, me gusta verle hablar tan  apasionadamente de las cosas que le gustan. Llegar al campo nos cuesta más porque estamos cargando un montón de cosas.


— Allá ¿lo ves?— señala una luz, no sé qué tan lejos está en la oscuridad, pero debe ser una  lámpara— alguien más vino a acampar.


— oh, es la primera vez que veo a alguien más. Creo que no saben acampar para ver las estrellas, la luz es amarilla y no roja— dejo con cuidado la pizza en el  pasto. Eris intenta deshacer el nudo en el que trae la tienda de campaña, pero después de varios minutos tengo que ayudarle yo. Pensaba que sería fácil que Eris notara que me sonrojaba cuando nos tocamos o cuando me quedo mirándole y me descubre, pero la oscuridad hace un gran favor— ¿la armamos ahora?


— Será lo mejor— sacamos todo de la bolsa de lona donde viene, pero todo es…— ¿sabes cómo hacerlo? no tengo idea— ay, no puede ser ¿habla en serio? es tan…— No te rías— pero él también está riendo.


— tiene un instructivo.


— ¡Qué suerte!— Eris saca la lámpara, la acostumbrada luz roja y comenzamos a armar todo, paso a paso hasta que queda. Solo debo ver que por dentro este bien— hey, no, Ian…


— ¡ah, no!— se ha caído. Escucho las risas de Eris.


— creo que nos saltamos el paso donde aseguramos todo al piso.


— ¿nos saltamos? Tú me estás dando las indicaciones— ya no tenemos que armar todo, y solo usamos los ganchos para asegurar los clavos de metal al piso. Ya no se cae por más que golpeo y me muevo dentro. Eris se asoma, y suelta un silbido de admiración.


— nada mal. Te paso las cosas— solo las cosas para dormir quedan dentro, afuera Eris ha puesto la manta y la comida sobre ella.


— No traes tu telescopio— ¿Por qué no lo note antes?


— no lo necesitare. Ver los meteoros con un telescopio es una pérdida de tiempo, se queman más rápido de lo que tardo en enfocarlos, y este evento se aprecia mejor a simple vista. Ya lo veras— aún es temprano para verlo, así que nos dedicamos a comer y a reír por tonterías.


— por dios ¿no te cansas de comer? es decir… eh… comes demasiado y… no, espera… es…


— ¿umm?


— Parece que tienes un agujero negro en tu estómago— le escucho reír, pero no responde, y en cambio abre otro paquete de papas fritas— ¿no hay quejas? ¿Correcciones?


— no, de hecho fue una analogía muy certera. El agujero negro tiene una fuerza de gravedad tan fuerte que atrae las cosas cercanas y cuando entran ya no salen. Se especula que lo que entra sale en forma de energía, pero no ha sido comprobado.


— y yo que creía que eran túneles espaciales a otros… planetas. O eso que se ve en las películas— Eris se encoje de hombros.


— no se sabe que pasa dentro de uno,  podría ser real.


— ¿Se puede ver uno con el telescopio?


— eh, no. un agujero negro no emite luz, así que es imposible de ver con un telescopio como el mío. Incluso hasta hace poco no se tenía ninguna fotografía de uno. Mira ¡Un meteoro!— Giro la cabeza, y alcanzo a ver un pequeño destello.


— Allá va otro— también señalo. Y pronto estamos señalando el cielo, siguiendo las trayectorias cada que pasa uno— son muchos.


— y esto no es nada, es solo el inicio.  


— ¿Cómo se verá?— Eris sonríe, y apaga la luz de la lámpara.


— Magnifico— pasamos un rato en silencio, solo viendo el cielo y las líneas de luz que lo cruzan.  El universo debe ser un lugar muy grande y hermoso, si esto poco he visto me maravilla,  lo que no he visto debe ser mucho mejor. Cada poco miro a Eris,  puedo verle aun en la oscuridad. Sonríe y sus ojos reflejan las estrellas.  En el transcurso de la noche vemos otras dos luces, una es una fogata y la otra una lámpara.


— Podríamos encender una y asar malvaviscos— comento cuando notamos la luz temblorosa del fuego.


— nunca he encendido una,  y el pasto aquí es… no quiero provocar un incendio.


— Muy prudente— las hierbas secas de la zona podrían causar un incendio— espero que ellos sepan lo que hacen— conforme pasan las horas queda claro que no han causado ningún incendio y puedo relajarme más. Cada vez vemos mas meteoros cruzando el cielo— me gustaría tomar una fotografía.


— Si tuviéramos cámaras especiales— las cámaras de los teléfonos no muestran la belleza de esto, lo intente una vez pero no es más que una burla. Además, Eris nunca usa su teléfono aquí, la luz del teléfono es un inconveniente según él, solo es una escusa porque no sabe poner el modo nocturno.  Como hoy no estamos buscando nada que nos impida ver la luz artificial pongo música en mi teléfono. Cantamos un rato, acostados en la manta. Eris se ha quitado las converse rojas, dejándolas a un lado de la manta, también me quito los zapatos.  Ver el cielo, a la infinita oscuridad, me hace sentir pequeño, como si fuera nada. Y si lo pienso más profundamente lo que dijo Lesley, este lugar es demasiado romántico ¿las personas que estás aquí son parejas? 


— ¿Qué hay más romántico que ver una lluvia de estrellas en la oscuridad?     


— meteoros. Pero… nada. No hay nada mejor que esto— mi corazón retumba tan fuerte que me sorprende que Eris no lo esté escuchando. Hable sin pensar.


— mi hermana quería que pidiera un deseo. No sabe que no son estrellas y no que cumplen deseos— Eris suelta una risita— le explique y me dijo que se lo pidiera al universo. 


— ¿y has pedido algo?


— Tal vez— él se sienta, sin despegar la vista del cielo. Los meteoros caen cada vez con más frecuencia, ya no puedo contar cuantos caen en un solo vistazo. También me siento.


—el universo es todo, planetas, estrellas, polvo estelar, materia, energía. Todo. Según la ley de conservación de la materia, esta no se crea ni se destruye…


— solo se transforma, conozco el enunciado.


— entonces en algún momento fuimos estrellas, fuimos planetas, fuimos polvo estelar, nebulosas… fuimos universo, estuvimos allí desde el inicio. Somos universo. No necesitas pedir deseos al universo.


— a veces dices cosas muy profundas. Deberías pensar en estudiar filosofía— suspiro— esto es hermoso— hay estrellas cayendo por todos lados.


— Lo es.


—… Eris, me he enamorado de ti— siento frio, y no sé cómo logre decirlo, pero es la verdad, como las estrellas brillan y mueren, como puedes ver la vía láctea desde la tierra, como que el sol también es una estrella y que las estrellas fugaces son meteoros, estoy enamorado de Eris— creo que no importa como paso, y tal vez no querías escucharlo pero yo tenía que decirlo.


— Ian, yo no…


— sé que no te gustan los chicos.


— tienes la mala costumbre de asumir lo que voy a decir.  Es verdad que no soy gay, pero no sé que siento por ti— se queda callado, sin mirarme— me gusta estar contigo, espero encontrarnos aquí cada que vengo. Pero no se… no quiero equivocarme y lastimarte en el proceso.


— Entiendo— mi temor se va cuando noto que seguimos aquí, que no hay un ambiente incomodo entre nosotros y que al contrario, me siento bastante bien. Eris no hizo ninguna mueca de asco, no me rechazo ni dijo que era imposible. Le quiero más por no cerrarse y considerarlo como una opción— pero es un riesgo que me gustaría tomar… si tú quieres.


— no lo sé. Nunca he estado con un hombre— no estamos tan separados, la manta no es tan grande. Las palabras de mi hermana no dejan de repetirse en mi cabeza cuando me inclino. No pasara nada si no haces nada. Le beso. Solo mis labios sobre los suyos. Me separo, mirándole.


— ¿Fue desagradable? 


—… No. No lo fue.


— Me alegra escuchar eso— me siento a su lado, Eris no se aparta, tampoco cuando tomo su mano. Mis manos tiemblan, pero estoy feliz, mirando las estrellas. Nos quedamos así mucho rato, hasta que vuelvo a hablar— entonces ¿quieres ser mi novio?— él me mira.


— ¿Estás seguro? No sé cómo será, podría decir cosas que no te gusten…


— nadie puede saber que pasara. Pero quiero que pase algo.


— Está bien— le beso otra vez, pero esta vez en serio. Besos que saben a soda de naranja. Terminamos acostados, besándonos, y olvidándonos de todo, o eso creía. Eris se levanta de golpe— ¡Mira!


— oh…— si antes eran muchos meteoros cayendo, ahora son cientos, tantos que es imposible contar, a donde quiera que miro, hay líneas de luz,  cayendo en todas direcciones— tenias razón. Es magnífico— es una vista inolvidable— siempre voy a recordar esto— nosotros dos mirando una pequeña parte del universo. Aun no suelto la mano de Eris y si  sus palabras son ciertas y somos universo, tengo muy claro cuál es mi universo.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).