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Estrellas y galaxias por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Pues ahora que llegamos al último cápitulo de esta corta historia, no podia despedirla sin haberle dado a Eris su capítulo. 

Espero que les gustara la historia.

Aquí nunca ha nevado, desde que recuerdo los inviernos son normales, hace frio pero solo eso. Cuando nos mudamos esperaba que en invierno nevara, pero no. Ahora mismo parece que nevara, hace mucho frio. El viento en el campo es bastante fuerte, pero aun así este lugar sigue teniendo su encanto. Escucho el ruido del pasto aplastado, el movimiento rápido del metal haciendo fricción, y finalmente el silencio.


— ¿Alguna vez pensaste en venir aquí en un auto?— escucho como deja la bicicleta, pero si me muevo ahora perderé el primer avistamiento de Júpiter.


— en estos días Marte es muy brillante— Ah, apareció Júpiter— no sé si este permitido traer un auto. Podríamos estar en propiedad privada— Ian sonríe, de pie a mi lado, esperando a que termine de observar. Me besa, como hace siempre desde que comenzamos a salir.


— Estás helado— pone sus manos en mis mejillas, y siento el calor de su piel.


— el viento es fuerte hoy.


— ¿no has levantado la casa de campaña?


— estaba esperando que Júpiter apareciera. Localice algo extraño, tuve que buscar en las coordenadas para saber que es una nebulosa. Y no sé hacerlo yo solo.


— no vinimos a ver Júpiter, creí que no traerías el telescopio ya que veremos una lluvia de meteoros.


— las Gemínidas. Esas no son tan espectaculares como las perseidas, serán muchísimos menos meteoros en el cielo, pero probablemente son más grandes  y más visibles, porque esta lluvia  de meteoros es la única causada por un asteroide y no un cometa.


— ah, sigo aprendiendo cosas cada que vengo aquí. Quien lo diría.


— no es tan difícil.


— vamos, ayúdame con esto, no es tan difícil— como la vez anterior, solo le digo las indicaciones del instructivo y le ayudo a sujetar las cosas para que no se caiga. No me fije cuando dejo las cosas, hoy la bolsa que veo en la manta tiene un logo de un restaurant de sushi.


Aun no sé cómo definir mi relación con Ian. Somos novios, hemos tenido citas y nos besamos. Pero también seguimos siendo amigos, o esa impresión tengo yo. No es algo malo. Desde que lo conocí pensé que Ian  era valiente, y fuerte. Cada palabra que escuchaba me hacía darme cuenta que no era cosa de mi imaginación, él era valiente por seguir a pesar de todo, por querer defender lo que quería y aun así no querer herir a su familia. Me alegre mucho cuando las cosas mejoraron para él. Aunque todo el tiempo que pasamos juntos nunca se me ocurrió pensar que Ian sentía algo por mí, y bueno, no soy muy bueno notando esas cosas. 


— tendré mi prueba de manejo el miércoles.   


— eso es rápido.


— están libres estos días.


— ¿estás nervioso?


— no, aprendí bien. Conducir no es tan difícil como pensaba— Ian es bueno enseñando, creo. Víctor también me enseño un poco pero preferí las lecciones de Ian. Además era una buena excusa para pasar tiempo a solas. Así como yo sé de astronomía, Ian sabe de autos— está bueno, como siempre— siempre pedimos en el mismo local.


— tengo una duda.


— ¿Umm?


— ¿Alguna vez sentiste lastima de mí?


— ¿a qué viene eso? nunca sentí lastima, Ian. Tampoco acepte salir contigo por lastima, si lo vas a preguntar— Sonríe.


— lo sé, solo tenía curiosidad, ¿Ahora quien asume lo que dirá el otro?— le doy un codazo, que solo le hace reír— estaba recordando cuando nos conocimos. Vi a Ryan esta tarde, estaba en una cafetería. No me vio, pero  me hizo recordar.


— Oh— aunque no siento lastima por Ian, si me molesta un poco cuando habla de ese chico. No puedo imaginarme a alguien dejando a su pareja en un momento complicado solo por huir de los problemas. Y tal vez esté un poco celoso también— te caíste por esa colina, y me asustaste. Pensé que estabas ebrio— nunca me encontré con alguien más cerca, de vez en cuando veía otras lámparas o fogatas de personas que estaban en el campo, pero no tan cerca de mí. 


— me resbale.


— dijiste que habías pisado una madriguera de conejo.  


— pise una madriguera de conejo y me resbale— Sonrió. Tampoco me hice amigo de él por interés o lastima, Ian fue el que siguió viniendo a este lugar.  Papá me enseño a buscar en las estrellas, me compro mi primer telescopio y me llevo a un bosque para que pudiéramos ver las estrellas. Lo hicimos durante años hasta que pasó lo del accidente. Nos mudamos, mamá conoció a Víctor y desde entonces no toque un telescopio, fue hace casi tres años que volví al campo para ver estrellas por mí mismo y solo, aunque Víctor quiso venir conmigo preferí venir sin compañía. No pensé que estar con alguien se sintiera tan bien, te hace dar cuenta de que puedes disfrutar de la compañía como de la soledad— le compré esto a Lorelei— me enseña un peluche, un gato de colores.


— le va a encantar.


— eso pensé— sentarnos a ver las estrellas es muy tranquilo, siempre me gusto que Ian intentara entender y comprender lo que decía, aunque era evidente que cuando venia no le interesaba el universo. Ahora aun estoy convencido de que no le interesa mucho pero ha aprendido a disfrutarlo— Allá, un meteoro.


— Lo vi.


— están apareciendo más.


— sí, esta noche es cuando más se verán, según las predicciones.


— ¿estudiar el universo es sencillo? Siempre venimos aquí pero nunca me lo pregunte.


— bueno, los humanos siempre han observado el cielo, las trayectorias de los planetas y las estrellas. Ahora es más fácil, con los telescopios espaciales, y todo parece moverse de forma cíclica, es posible predecirlo. Bien, algunas cosas se mueven sin una trayectoria predecible, pero  entiendes el punto.


— sí. Hey, por cierto, también te compre un regalo.


— oh…— no sé muy bien qué hacer. No estoy acostumbrado a recibir regalos. Estos meses con Ian han sido… he tenido que descubrir muchas cosas sobre mí que nunca me había cuestionado ¿Me gustan los chicos? ¿Podría salir con uno? Y bueno, sé que puedo salir en plan romántico con un chico, aun no estoy seguro si me gustan los chicos, no me siento diferente ni comencé a mirar a otros chicos y como no quiero estar pensando en eso llegue a la conclusión de que lo que importa es que Ian me gusta lo suficiente para cuestionarlo— ¿Gracias?— no veo nada más aquí.


— te lo daré más tarde… o más temprano ¿Cómo se dice?


— no tengo idea— me rio, porque sí, estamos de madrugada, y si será más tarde y más temprano. Ian se acuesta a mi lado, tomando mi mano. Me gusta cuando nos quedamos así, tomados de la mano bajo las estrellas. Con la otra mano jala otra manta, y quedamos tapados, cubiertos del frio.


— dijiste algo de una nube cuando llegue. No me has hablado de las nubes— ¿Nubes?


— nebulosas.


— sí, ¿hay nubes en el espacio?— la idea es graciosa, nubes en el espacio.


— no son nubes como tal. Y una nebulosa tan hermosa como una galaxia, tiene formas increíbles y colores bello ¿recuerdas que te hable de cómo nacen las estrellas?— Ian mueve la cabeza— bueno, ese espacio lleno de gases, calor y energía son las nebulosas.


— entonces es donde nacen las estrellas.


— Y donde mueren también. Las nebulosas pueden ser el  origen de una estrella, y el lugar donde una estrella colapso y creó una supernova. 


— ¿supernovas? Suena interesante.


— Ian, ese es un tema muy interesante y muy largo, tal vez en otro momento… terminare hablando de eso mucho tiempo.


— solo sigue.


— bueno… pero no digas que no lo advertí— Ian solo hace una seña para que continúe— las estrellas masivas, cuando terminan de quemar su combustible… espero que recuerdes como muere una estrella.


— Lo recuerdo. La presión del interior de la estrella y la gravedad del exterior lo ocasionan. Dijiste que cuando el combustible de la estrella se acaba, no hay presión del interior por lo que la gravedad hace que colapse y muere— vaya, lo recordó exactamente como lo dije.


— sí, eso es en la mayoría de las estrellas, pero una estrella masiva, cinco veces más grande que el sol, cuando colapse, estallara. Una explosión tan potente que puede ser vista por semanas o meses. Esos restos crean nebulosas… o un agujero negro— y continúo hablando de enanas blancas, de gigantes rojas y las nebulosas más espectaculares conozco por fotografías. Tengo la boca seca de tanto hablar, sé que he hablado mucho— ¿te dormiste?


— estoy despierto.


— ya ha disminuido la cantidad de meteoros.


— ¿entramos? Siento que me congelare— es tarde. Me estiro, y me levanto para recoger la basura. Ian me ayuda a poner todo en una bolsa— debimos encender una fogata.


— tal vez podamos ir a un bosque o área especial para eso— sigo creyendo que encender fuego aquí creara un incendio— Además, ¿Cómo la encenderías? La madera estará húmeda.


— me gusta la idea de ir una zona especial para eso— dentro de la tienda de campaña esta cálido. Es lo bastante amplia para tres personas, quizá cuatro, no estoy seguro. Ian está buscando en su mochila, hay una lámpara normal dentro, de luz amarilla.


— ¿Qué haces?


— tú regalo— ahora estoy intrigado. Ian se gira, sacando una bosa de papel de la mochila.


— gracias…— cuando saca la bolsa los dos vemos como caen dos cosas entre nosotros: Una caja de condones, y un bote que solo puedo suponer que es por la imagen que tiene. Nos quedamos callados, la bolsa de papel olvidada.


— ¡Esto no es mío!  No es…— con un movimiento rápido intenta meterlo de regreso al a mochila. Su cara está poniendo roja. Muy roja— mis hermanos debieron meterlos cuando no estaba…— quiero reírme, decir algo, pero no puedo, también me siento un poco avergonzado por eso— debió ser Jesse, a André no le venderían esto… o quizá si… ah…— no es que no haya pensando antes en tener sexo. Aunque Ian nunca lo ha sugerido, el momento llegaría tarde o temprano si seguimos juntos.


— ¿quieres hacerlo?— ah, otra vez pregunte sin pensar mucho. También noto que la cara se me pone roja. Ian no dice nada.


— Tu…


— esto es muy vergonzoso. No sé si…


— Lo pensé, pero también pensé que tu no… eh, como es la primera vez que sales con un hombre no quería que te sintieras incomodo— es un poco tarde para eso.


— no sé si voy a soportarlo. Podría ser demasiado para mí, pero… quisiera intentarlo, si tú quieres— Nos miramos, los dos muy avergonzados. Ian no se mueve, y la incomodidad está llegando a un punto que ya no es soportable.  Gateo un poco para llegar a Ian, y le beso. Casi siempre es Ian quien me besa primero. Tomar la iniciativa se siente bien. Nos quedamos un rato besándonos.


— si no te gusta, nos detenemos.


— ¿eso funciona?— Ian se ríe, yo no puedo reírme pero si sonrió. Nos besamos otra vez ¿Es mi imaginación o el beso se siente diferente? me estoy quedando sin aire— ah…—


— Lo siento, pero la ropa…


—solo me tomaste desprevenido— Otra vez intenta quitarme la camisa, ahora no me aparto y levanto las manos cuando levanta mi camisa. El frio me hace temblar. Ian me besa, me empuja hasta quedar acostados. Sus dedos me dejan una sensación de cosquillas donde me tocan, cuando me besa el cuello, las cosquillas pasan a ser placenteras y ya no siento el frio del exterior— Ian— le empujo en un intento de apartarlo.


— ¿Es…?


— quítela también— por la posición me es difícil quitarle yo la camisa. Creo que es lo justo. Ian se levanta y se la quita. Aún estoy mirándole cuando me besa. También quiero tocarle, saber si tendré algún problema, porque creo que aún estoy a tiempo para saber si esto me desagrada, aunque hasta ahora no me ha desagradado.


El roce de nuestras pieles me causa escalofríos.  No me atrevo a tocarle aun, no porque no me guste, solo me siento avergonzado de hacerlo. También noto cada vez mas roces en nuestras entrepiernas, intencionado o no, es lo que termina por hacer que me abrace a Ian, sentir por completo su piel. La espalda, los brazos… me atrevo a besarle más, a tocarle sin temor. El tiempo pierde sentido, solo estamos Ian y yo.  Cada vez siento las caricias más atrevidas, hasta que mi mano llega a su pantalón. Nos miramos, es como un acuerdo mutuo, y ya no me sorprende sentir como me desabrocha el pantalón. Cierro los ojos y me dejo llevar. En algún momento de todo, me atrevo a sujetarle y darme la vuelta, dejándole ahora debajo de mí. Me quedo mirándomele unos momentos, pensando en lo que acaba de hacer y en lo bien que se sintió. Le toco y le beso, el cuello, los hombros… tienen una cicatriz  larga en el brazo, la toco unos momentos, y luego le miro. Es bastante curioso este nivel de intimidad.


— me caí de un árbol cuando tenía seis años— me dice, antes de retirar su mano y sujetarme de la cara para besarme.  Sus manos me acarician la espalda,  su rodilla presiona mi entrepierna y me hace jadear, no esperaba eso. Ian tiene una sonrisa maliciosa, y lo entiendo cuando vuelve a mover la rodilla.


— Ian…— se siente muy bien. Sé que me basta con moverme, pero no puedo.


— ¿Deberíamos continuar?— esas palabras me impulsan a empujar su pierna y luchar con su pantalón para quitárselo… oh…


— Oh…


— Eris— también le quite la ropa interior… la ropa… yo…— tu cara está muy roja.


— ¡Es vergonzoso! Lo… ¡Ah!— Ian se gira, empujándome y tirándome a un lado. Me besa, y siento su mano acariciar mi entrepierna, sobre la ropa interior.  Es tan intenso que me cubro la cara con las manos.


— ¿te desagrada?— no, no me desagrada. Muevo la cabeza para decirlo, porque no siento que pueda hablar ahora.  No me queda claro cuando me quita la ropa interior, solo sé que estamos desnudos porque puedo sentirle— no tienes que forzarte a…


— no me fuerzo…— sueno como si me estuviera ahogando— me siento muy bien. Se siente…— un gemido interrumpe mis palabras, la mano de Ian... él…— Ian, voy… ya no puedo…— creo que su mano se mueve más rápido, no puedo aguantarlo y termino, el calor sube de golpe y mi cuerpo deja de responderme. Ian me besa, siento que me acaricia las mejillas mientras intento respirar.


— ¿Quieres seguir?— le miro, él aun esta… yo también debiera hacer algo.


— sí. Ian tu…— me besa, más lento, también sus caricias son lentas, es como si trazara figuras en mi piel.


— no te duermas.


— no— es verdad,  no tengo sueño. Siento que Ian se mueve, y le escucho buscar, sé que regresa porque me besa de nuevo, le abrazo, le quiero aquí. Otra vez las caricias, en mi pecho, mi abdomen, piernas… luego siento sus dedos en mi trasero. Lo entiendo, ya… esto…  quiero decir algo, pero se ha sentido bien. Me aferro a él cuando siento uno de sus dedos dentro de mí ¿o son dos? ¿Más? No lo sé, solo que este tipo de placer es diferente a cualquier otro que haya sentido. No puedo contener los gemidos, ya no puedo pensar en nada más que placer y que no quiero que pare… pero para, el placer se detiene, dejando solo un eco débil de lo que era. Ian sigue conmigo, su mano sujeta una de mis piernas y siento su cuerpo moverse un poco. Su pene presiona mi trasero, solo el tiempo suficiente para saber lo que está pasando, porque empieza a entrar en mí, duele y es diferente a lo que sentí antes con sus dedos— espera…


— piensa en otra cosa— eso es difícil, no puedo pensar en otra cosa que no sea esto— no tengas miedo.


— no… no es miedo— le beso, porque no quiero pensar en el dolor. Ian comienza a acariciarme de nuevo, siento sus manos causando caos en mí. Caos y calor.  Es una sensación extraña, un calor que no había sentido antes, cada que Ian se mueve la mezcla de calor, placer y dolor hace que no pueda pensar en nada más. No sé cuando el dolor desaparece, solo queda el placer y el calor. Todo es tan intenso, que no sorprendería estar ardiendo. Estamos ardiendo,  generando energía, calor… escucho a Ian gemir, veo su expresión de placer y  eso me parece bastante sensual. Casi grito cuando Ian roza algún lugar dentro de mí, tanto placer… solo me abrazo a Ian tanto como puedo, ya no puedo contener mi voz, mi cuerpo ya no hace lo que quiero, o tal vez hace lo que quiere… estamos ardiendo, somos el punto más brillante del universo.


Y todo estalla, el placer llega a un punto donde no hay mas, estalla, tal y como una supernova, caos, calor, energía… Ian gime más fuerte, y nos quedamos unos segundos, minutos, horas… quien sabe, sin movernos, dejando que el placer termine de correr por nuestros cuerpos. Se deja caer sobre mí, y siento su respiración agitada, su corazón latiendo tan fuerte como el mío. Aun no le suelto, pero no puedo respirar. Le empujo lo suficiente para quitarlo de encima, pero aun así seguir abrazado a él antes de que la oscuridad caiga sobre nosotros.


 


He olvidado algo…. ¿Qué es? ¿Qué tengo que hacer hoy? ¿Tenía una cita con Ian? Me gusta tener citas con Ian, siempre lo paso bien cuando estamos juntos.  Me pesa el cuerpo…


— Ah…— estamos en la casa de campaña. Es lo bastante oscura para que la luz del sol no moleste ¿Qué hora es? No sé donde esta mi teléfono. Los dos estamos desnudos, anoche… es un poco vergonzoso recordarlo. Ian sigue durmiendo, debería moverme, pero curiosamente sigo abrazado a él. En su hombro tiene varios lunares, como una pequeña constelación.


— ¿Estas despierto?


— si.


— qué raro, siempre es difícil despertarte— me muevo para dejarle libre, bosteza y estira los brazos. Luego parece notar que estamos desnudos y lo que paso anoche, porque se sienta y me mira, su cara empieza a ponerse roja— ¿Estás bien? anoche… eso…


— me pesa el cuerpo, y no creo que pueda regresar en la bicicleta.


— oh…


— pero no me desagrado. Tener sexo fue… como un estallido de supernova— me acuesto bocarriba— y también me di cuenta de que te quiero… bueno, te quiero desde antes, me gustas y eso, pero creo que te quiero más— Ian se queda unos momentos mirándome, como medio dormido.


— Eris…


— por favor no te pongas a llorar… eso sería…— No lo hace, pero si se ríe y me aplasta cuando me abraza.


— ¿Quién va a llorar?— me pellizca la mejilla— es bueno escucharlo, estaba ansioso porque tu no habías estado con un chico antes. Y si no te gustaba…


— me gusto— que vergüenza— pero me gustaría hacer mas, no solo… ya sabes, dejarte todo.


   — pensé que para la primera vez, mostrártelo sería mejor— lo fue, yo no sabía qué hacer. Tampoco que Ian estaba ansioso por mí, aunque lo entiendo, a veces me olvido de decir cosas importantes.


— Lamento no haberte dicho antes que estoy bien saliendo contigo. Aunque seas el primer chico con el que salgo, no estoy experimentando contigo o comprobando cosas… bueno, si lo hago, pero no para jugar contigo. Yo no soy bueno hablando.


— pero siempre me haces sentir mejor cuando lo haces. Parece que siempre tienes las palabras correctas.


— deberíamos irnos pronto— aunque no quiera, porque estoy bastante cómodo aquí ahora mismo.


— Ah ¡Me olvide de tu regalo!— ¿regalo? Ah, sí, Ian dijo que tenía algo para mí. Mientras le veo buscar, aprovecho para ponerme mi ropa interior y la camisa. Ian se regresa, también se ha puesto sus bóxers, y trae la bolsa de papel— para ti.


— ¿Gracias?— tomo la bolsa, no tiene cinta adhesiva ni nada que la cierre. Dentro hay una caja de cartón blanca sin ningún dibujo. Me cuesta abrirla, y cuando lo hago…— vaya…


— pensé en ti en cuanto la vi. Creí que te gustaría tener una.


— es fantástica— enciendo la pequeña lámpara en forma de esfera, y el interior de la tienda se llena de luces y puntos de luz, esta lo bastante oscuro para poder apreciarlo: Pequeñas estrellas de colores, galaxias y planetas girando lentamente— increíble.


— así también puedes tener el universo en tu habitación cuando no puedas venir a verlo— Ignoro el malestar que siento, y me lanzo sobre Ian. Le beso y le abrazo.


— es uno de los mejores regalos que me han dado— el otro es el telescopio y la enciclopedia sobre las estrellas que recibí de niño— Gracias, gracias.


— ¿Nos vamos? Quizá podamos ir a comer.


— ¿y me mejor vamos al cine?


— ¿a comer y al cine?— Ian sonríe.


—lo que sea mientras sea contigo— Apago la lámpara, y terminamos de vestirnos y levantar todo para irnos. Nos toma un buen tiempo regresar, y mientras lo hacemos sigo pensando en las supernovas— ¿Sabías que se ha podido ver supernovas desde la tierra? Fue hace muchos años, pero eran tan brillantes que se pudieron ver por meses.  Brillaban más que los planetas, menos que el sol y la luna, claro, solo de imaginarlo…      


— debió ser impresionante.


— Si…— anoche compare el sexo con una explosión de supernova. Espero que también nosotros sigamos brillando por mucho tiempo. 

Notas finales:

 De momento creo que pasara un tiempo sin que suba una historia larga, aunque estoy trabajando en ello, aun falta para poder subir una historia larga, sin embargo aun tengo cositas que mostrarles y espero las disfruten. 

Muchas gracias por leer. 


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